Definitivo viaje al ecuador.ppsx222

Llegada a Guayaquil
 Llegamos a Guayaquil tras más de 12 horas de
avión. Ha mejorado muchísimo la ciudad, con una
zona nueva que parece New York (es un decir),
nada que ver con lo que yo recordaba. Sin embargo,
el calor sigue siendo agobiante y, si te expones a
pasear, tienes que hacerlo sin bolso, sin reloj, sin
anillos, con mil ojos y, aun así, te da bastante yu-
yu.
Usar el ratón para avanzar Ecuador Abril 2015 223/06/2015

EL Tiempo
 Hay que tener en cuenta que en este país no existen las
cuatro estaciones a las que nosotros estamos
acostumbrados: la estación lluviosa es conocida como
“invierno” y la estación seca como “verano”, sin que
esto conlleve una variación significativa de las
temperaturas de cada zona. Amanece a las 6 de la
mañana y anochece a las 6 de la tarde. Generalmente,
se come de 12:00 a 12:30 y se cena de 18:30 a 19:30 horas.
Afortunadamente, nosotros no tendremos que
someternos a semejantes horarios.

FOTOS GUAYAQUIL

Un vistazo a la ciudad de Guayaquil
 Hemos dormido de un tirón, a pesar del jet lag. Las camas del hotel son
comodísimas, pero a las 9 en punto estamos ante un buffet de lo más
apetitoso y del que damos buena cuenta.
 A continuación, hacemos un recorrido, en coche, dando un vistazo
general a toda la ciudad y parando en los lugares emblemáticos.
 Comemos en el restaurante del hotel rica comida típica, acompañada
de unos zumos de frutas deliciosos, como la guanábana, la naranjilla
(totalmente diferente a nuestra naranja), guayaba, maracuyá… En todo
el viaje seguimos la misma tónica respecto a las comidas, salvo alguna
excepción.

Por la tarde, paseamos por el centro, el cerro Santa Ana, el Malecón
(con las cautelas ya mencionadas) y cenamos en “La Canoa”, estupendo
lugar en nuestros viajes anteriores, pero ahora, decepcionante.
 Volvemos al hotel y tomamos una copa acompañados de los
imprescindibles boleros de un simpático pianista.

Un nuevo día
 Huimos del agobiante calor y a primera hora de la mañana
siguiente, salimos hacia Cuenca a través del espectacular Parque
Nacional El Cajas siguiendo el llamado “Camino del Inca”, que
serpentea entre más de 178 lagunas por el mismísimo corazón de
los Andes. Cierto es que, de vez en cuando, ante esta poderosa
naturaleza te encoges hasta quedar reducido a poco más de una
hormiga, sobre todo, si sabes que por allí merodean especies tan
“pacíficas” como el yaguarundí, el puma, el tapir o la llama,
suavizadas mínimamente por la presencia del cóndor, el tucán o
el increíble colibrí. De toda esta fauna, por fortuna, solo tuvimos
referencia verbal por el guía, pero llamas, vimos unas pocas y los
colibríes ya los conocíamos de viajes anteriores, ¡una pasada! De
las magníficas truchas que pueblan los ríos atravesados, supimos
en la mesa que nos esperaba al llegar a nuestro destino.

Camino del Inca

Cuenca
 Y nuestro destino es ¡Cuenca!, la tercera ciudad de
Ecuador, con una población de unos 300.000
habitantes y conocida como la “Atenas ecuatoriana”
 (bueno, bueno… que opine quién conozca Atenas, la
griega) y declarada Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco.
 Situada en la sierra ecuatoriana y de clima templado,
resulta innecesario tanto el aire acondicionado como la
calefacción: chaquetas a primera hora de la mañana y
la noche, y camisas de verano en las horas centrales del
día.

EL HOTEL
 Llegamos al hotel, reservado por indicación de un amigo y
cumpliendo nuestro deseo de alojarnos en una casa
colonial en el centro histórico.
 Los centros históricos de la mayoría de estas ciudades son
muy bonitos sobre el papel y sobre las fotos, pero en la
realidad las cosas suelen ser algo diferentes y… este era el
caso, porque con las estrechitas calles empedradas, el ruido
era casi insoportable y la decoración de las habitaciones de
muy dudoso gusto.
 Eso sí, la amabilidad de los empleados, apabullante. A
pesar de ello, desde el principio tuvimos claro que había
que cambiar de hotel y de zona al día siguiente.

Cuenca Colonial
 Cuenca es diametralmente opuesta a Guayaquil. Sin
ninguna sensación de peligro, puedes pasear
tranquilamente por su maravilloso centro colonial,
exquisitamente conservado, con la sensación de
encontrarte en cualquier ciudad castellana tipo Burgos,
Segovia o Ávila, pero sin ningún estropicio arquitectónico.
 Afortunadamente, las normas respecto a la conservación de
la herencia española son rígidas y contundentes.
 Salvo excepciones muy puntuales, como nuestro hotel de
llegada, sus casas coloniales son una virguería, tanto por
fuera como por dentro.

CUENCA COLONIAL

“Mansión Alcázar”
 Pronto descubriríamos una preciosa casa de ese tipo,
convertida en restaurante de primer orden merecedor
de alguna estrella “michelín”, donde más de un día y
alguna noche tuvimos el placer de comer en un
cenador de cuento instalado dentro del jardín interior.
 La “Mansión Alcázar”, salpicada de preciosas y valiosas
antigüedades como casullas fantásticas y auténtica
pintura cuzqueña, ha sido para nosotros, sin duda, un
lugar para recordar.

“Mansión Alcázar” F1

“Mansión Alcázar” F 2

LOS PARQUES
 La ciudad está salpicada de parques, como el Calderón,
donde los más jóvenes bailan rap incansablemente,
mientras las cholitas de la foto descansan a la espera
del helado. La población indígena es más que
abundante por toda la sierra ecuatoriana que es donde
nos encontramos.

Puestos de flores
 Los puestos de flores, sobre todo las rosas, de las que
son importantes exportadores, abundan por todo el
país y Cuenca es una buena muestra de ello.

LAS IGLESIAS
 En casi todo Ecuador se observa que, aparte del
idioma, la huella española es clara en cuanto a la
profunda religiosidad practicada por sus gentes,
mezclada, en ocasiones, con muy curiosas creencias
indígenas. Sin duda, a esto han contribuido la cantidad
de iglesias y conventos existentes, tanto en las ciudades
importantes como en los pequeños pueblos. Para
muestra, estas maravillas de las muchas que hay en la
ciudad cuencana.

Las Iglesias

“Santa Ana de los Ríos de Cuenca”
 El nombre completo de Cuenca es “Santa Ana de los Ríos de
Cuenca” en honor a la ciudad de Cuenca española, lugar de
nacimiento del virrey Andrés Hurtado de Mendoza que
ordenó su fundación en 1557.
 El “Santa Ana” proviene de la tradición española de dedicar
a las nuevas ciudades hispanas el nombre de un santo/a, y
“de los Ríos”, porque por esta ciudad cruzan 4 ríos:
Tomebamba, Tarqui, Yanuncay y Machángara. Este de
abajo es el Tomebamba, caudaloso y hasta fiero en algunas
épocas lluviosas. Sobre él, también hay unas casas colgadas
como en nuestra cercana Cuenca.

Fotos de “Santa Ana de los Ríos de
Cuenca”

Los Museos
 Los museos de la ciudad muestran, sobre todo, sus orígenes, que se remontan
allá por el año 500 d.c. como un asentamiento de los cañaris llamado
Guapondeleg, donde más tarde aparecen los poderosos incas, fulminan a los
cañaris y construyen la ciudad de Pumapungo (la puerta del puma) y, más tarde
todavía, llegan los españoles y ¡oh, desilusión!, se encuentran a Pumapungo
hecha una ruina y por más que buscan el oro y las riquezas de las que les habían
hablado los indígenas… ¡ni rastro!
 Y, como ya ha quedado dicho, por orden del virrey del Perú, un español-
cuencano para más señas, se funda una nueva Cuenca allende los mares.
 Pero como los cuencanos americanos no han olvidado nunca a sus antiguos
pobladores, lo demuestran en varios de sus museos, como el del Banco Central,
muy bonito e interesante, pero con poquísima luz: por ejemplo, en las salas
dedicadas a la cerámica, con una exposición de bellísimas piezas, o la sala
dedicada a la numismática, con creemos que interesantes explicaciones,
imposible leer u observar detalle alguno. ¡Una pena!

Fotos del Museo

Chordeleg
 Y… nos vamos de excursión a Chordeleg a poco más de
40 kms. de Cuenca y con una población de unos 11.000
habitantes en todo el cantón.
 Por cada 100 mujeres hay unos 80 hombres, dato
curioso debido a la migración de los hombres a EE. UU
y España, principalmente.
 Este cantón es famoso por sus trabajos de orfebrería,
sobre todo en plata, pero también en oro, oro blanco y
otros metales. En el centro, se cuentan las joyerías por
decenas y se pueden contemplar en todos esos
escaparates las delicadas obras de sus artistas.

Fotos de Chordeleg

Fotos de Chordeleg 2

Hostería Uzhupud
 Y como los recuerdos suelen traicionarnos, también
llegamos a la Hostería Uzhupud, donde ya estuvimos
en un par de ocasiones hace algunos años y donde
descubrimos un cielo tan limpio y tan cercano que,
contemplándolo desde cualquiera de sus cuidados
jardines y extendiendo la mano, tuvimos la sensación
de tocar alguna estrella. Una vez más, para no olvidar.

Hostería Uzhupud

Mercado Central de Cuenca
 De vuelta a Cuenca y puesto que es nuestro último día en
esta ciudad, no queremos perdernos aquello que nadie
puede dejar de ver en cualquiera de sus viajes. Nada mejor
para sopesar el nivel socioeconómico de un lugar, que
visitar su mercado.
 Y allá vamos, al Mercado Central de Cuenca, una amalgama
de colores y también… de olores.
 Lo mejor, la variadísima exposición de frutas multicolores y
frescas verduras, muchas de ellas desconocidas en España.
 Lo peor, la sección de carnes que voy a evitar comentar para
no herir ni susceptibilidades ni estómagos delicados.

Mercado Central de Cuenca

El Cuy
 Lo más original, el plato que muchos ecuatorianos
consideran una delicatessen de su mejor cocina: el cuy,
un roedor herbívoro comestible igualito que una rat…
perdón, cobaya, y que se sirve asado enterito, con
cabeza y todo (lo más rico según la opinión de los
entendidos), tal y como se puede ver en la foto inferior.
 Excuso decir que yo no lo probé, porque de todos es
sabido que como muy poco y ese día, además, no tenía
apetito.

El Cuy

Concierto de María Fernanda
Rivera
 Tras la experiencia mañanera, convenía alimentar el
espíritu y aprovechamos la invitación de la dirección
del hotel para asistir al concierto de María Fernanda
Rivera, una conocida cantante cuencana que logró
congregar a lo más granado de la sociedad del lugar.
Como colofón y despedida de la ciudad, no estuvo
nada mal.

Quito “Luz de América”
 Y llegamos a la última y más esperada etapa de nuestro
viaje: Quito “Luz de América”

Quito Capital de Ecuador
 Capital de Ecuador, con unos 2.200.000 habitantes
aproximadamente, está ubicada en la hoya de
Guayllabamba, a 2.800 mts. sobre el nivel del mar, en
las mismas faldas del volcán Pichincha, que según los
ecuatorianos posee el perfil del Mariscal Sucre, su
libertador (¿?) Con bastante imaginación…

Los Andes
 La imponente cordillera de Los Andes, se muestra en
Quito como un paisaje único y algo amenazante ya
que, aparte del ya mencionado Pichincha, tanto la
ciudad como la provincia se encuentran rodeadas de
impresionantes volcanes como el Cayambe, el
Cotocachi, el Cotopaxi (5.943 msnm)… ¡Como para
que no se mueva el suelo!

Plaza de San Francisco el Grande

Su Historia
 La historia de Quito es muy parecida a la de Cuenca, ya contada, con la
salvedad de que sus primeros pobladores fueron los Quitus, una tribu
de la civilización Quechua y que dio lugar al nombre de la ciudad. Los
Quitus, más tarde, se fusionaron con los Caras allá por el año 1000 d.c.,
pero en 1487 llegó el inca Huayna Capa con sus huestes, eliminó a todo
el que andaba por allí, quitus, caras y demás, y sentó sus reales a los
pies del Pichincha (estos sí que eran okupas), pero ¡hete aquí! que en
1534 se presentó el lugarteniente de Francisco Pizarro, Sebastián de
Belalcázar, y les dijo a los incas: “desokupad esto que lo okupamos
nosotros” y fundó la ciudad de San Francisco de Quito… pero sobre
cenizas, ya que el inca Rumiñahui que tenía muy mal perder, antes de
irse, les dejó un regalo calentito. Pero ¡hete aquí! otra vez, que tras casi
300 años, en 1822, el díscolo Antonio José de Sucre, venezolano y
bolivariano para más señas, declaró la Independencia de Ecuador y lo
desokupó definitivamente de los malvados españoles, bueno, hasta
nuestros días, en que nos han llegado ecuatorianos a miles a “las
Españas” y ha faltado poco para que nos okuparan a nosotros…

Su Historia
 Mientras nos íbamos o no nos íbamos los españoles,
les enseñamos a hablar, leer y escribir nuestro idioma,
entre otras muchísimas cosas, les bautizamos y todo
eso, y para que rezaran como Dios manda, les
construimos una catedral aquí, un convento allá, una
basílica acullá, hasta convertir el Centro Histórico de
Quito en el más notable de América, hoy declarado
Patrimonio de la Humanidad. ¡Ah! Y lo más
importante, los hombres y las mujeres se unían y se
querían sin rastro alguno de racismo, no como otros.

Plaza de la Independencia.
 Quito tiene tanto que ver, que comenzamos por lo más
importante, el punto neurálgico sobre el que gira su centro histórico: la
Plaza Grande o de la Independencia.

Plaza de la Independencia.
 Es el lugar de reunión por excelencia de quiteños y foráneos
y está flanqueado por la Catedral, el Palacio de Carondelet,
residencia del presidente del país, el Palacio Arzobispal y el
Palacio Municipal, todos, a excepción de este último,
construidos originalmente en la época colonial. En medio
de la plaza, toda una loa a su independencia y una patadita
en la espinilla a sus descubridores: se trata de un león
herido, pero que muy herido, mortalmente vamos, (en
referencia a los españoles), un cóndor rompiendo las
cadenas de la opresión, emblema del país y, en la parte
superior, la diosa romana Libertas sosteniendo una
antorcha. Ni un triste “gracias por el idioma, por la religión,
por el mestizaje, mismamente por este centro histórico…”,
nada, nada.

“La Compañía”
 Pasamos página y entramos a la iglesia jesuita
vulgarmente conocida como “La Compañía”. Con el
sobrenombre de “el ascua de oro”, entre otros muchos,
está considerado el templo cumbre del barroco
hispanoamericano.
 Los calificativos siempre se quedarán cortos para
referirnos a esta maravilla. Altares, púlpitos, retablos,
bóvedas… todo recubierto de láminas de oro de 24
quilates. Por muy acostumbrados que estemos los
españoles a ver nuestras fantásticas catedrales, en este
lugar no puedes cerrar la boca.

“La Compañía”
 Si copiamos este enlace y lo pegamos en la barra de
direcciones de Google podremos comprobar, en una
mínima parte, el esplendor de una obra sin igual:
 (Tarda un poco, pero merece la pena. Así que,
paciencia)
 http://www.qpqweb.com/index.php?option=com_
content&view=article&id=55&Itemid=68

“La Compañía” 2
 Tras el impacto y la ceguera producida por tanto oro,
reponemos fuerzas en uno de los restaurantes de la zona
probando sus platos típicos: seco de chivo, locro de papas
con queso, fritada, llapingachos, guatita y los célebres
ceviches. En cualquiera de estos platos no suelen faltar ni
las papas ni el maíz.
 Por cierto, las patatas, como bien es sabido, fue un
riquísimo regalito que nos trajimos de América, pero en
compensación, por ejemplo, les dejamos los caballos y así
en un interminable “me regalas, te regalo”, llenaríamos
páginas y páginas, así que, sigamos:

Vista Hermosa
 Como el inexorable destino del turista es deambular por las
ciudades que visita, paseamos y paseamos estas calles
coloniales que, a no ser por la fisonomía de su gente, se nos
harían muy familiares. Entramos en San Francisco el
Grande, la Catedral, Santo Domingo…, todas
espectaculares y donde, el oro, por una u otra razón
siempre está presente.
 Y, aprovechando la excelente temperatura, más templada
de lo acostumbrado en Quito, cenamos en la concurrida
terraza del restaurante Vista Hermosa que, haciendo honor
a su nombre, nos muestra una panorámica de la ciudad,
inigualable al amparo de la noche. Una acertada elección y
una estupenda velada.

Vista Nocturna

La Ronda
 Pero la noche es larga todavía, por lo tanto nos dirigimos a la
zona de la “movida” quiteña, (“movidita” diría yo). El centro
histórico de Quito queda muerto por la noche, a excepción de la
calle de la Ronda, convenientemente iluminada y con afán de
convertirse en atracción para propios y extraños, algo que no
consigue del todo.
 Es una de esas calles nocturnas que te encuentras en muchas
ciudades, con una sucesión de bares a ambos lados ofreciendo,
aparte de música en vivo o enlatada, bebidas típicas como el
canelazo y “distracciones” varias preferentemente para señores.
Puedes tropezarte con algún disfrazado tipo carnaval de Cádiz,
charlots variados, señora embarazada con la desnuda tripita
pintada de colores (patético) y otras lindezas por el estilo, es
decir, ínfulas de calle cool y resultado un tanto cutre.

La Ronda

Olga Fisch
 Comenzamos un nuevo día en esta ciudad, visitando el
Museo Precolombino de Olga Fisch, una artista húngara
que emigró a Ecuador en la década de los 30’. Su
admiración por el arte ecuatoriano y la belleza de sus
cerámicas, le llevó a reunir pacientemente una colección de
piezas precolombinas que dieron lugar a la creación de un
museo donde se pueden contemplar obras de cerámica,
textiles y joyería verdaderamente singulares.
 Bajo su dirección y tutela artística durante más de medio
siglo, los artistas populares ecuatorianos refinaron su
trabajo y hoy en día, en las prestigiosas galerías Olga Fisch,
ya en manos de sus descendientes, se pueden encontrar los
diseños más exclusivos de la artesanía ecuatoriana.

Olga Fisch

“El Panecillo”
 Tras la visita al museo, nos dirigimos a “El Panecillo” una colina
con forma de pan, (¿?), emplazada en pleno centro de la ciudad,
sirviendo de telón de fondo al Centro Histórico y que soporta la
imagen de la Virgen de Quito desde 1975. Diseñada y construida
por el español Agustín de la Herrán, en Madrid, a su término fue
trasladada en barco hasta Ecuador como un puzle de más de
7.000 piezas, cuyo ensamblaje no fue nada sencillo.
 Está inspirada en una imagen de la Inmaculada Concepción
tallada por Bernardo de Legarda, uno de aquellos maestros
mestizos que hicieron brillar el arte quiteño en el siglo XVIII. El
detalle tan peculiar de las alas, que no se había visto en ninguna
Virgen creada antes, obedecía al pensamiento de Legarda de que,
si no las ponía, sus santos no podrían llegar al cielo. ¡Qué cosas!

“El Panecillo”

Teleférico
 Acto seguido nos dirigimos al teleférico que nos subirá
a 4.100 mts., aproximándonos a la cima del volcán
Pichincha, en una demostración clara de que estamos
como robles en cuestiones de pulmón y corazón.
 Con razón cuando llegas a destino, ves un consultorio
médico: siempre hay algún “valiente” que llega arriba
con la cara como un tomate y resoplando cual tren de
carbón, pero la verdad es que el panorama y la
experiencia merecen la pena.

Teleférico

“Hasta la vuelta, Señor”
 Una vez en tierra firme, nos dirigimos a comer a un típico
restaurante ubicado dentro del Palacio Arzobispal. Sede de la
autoridad religiosa y residencia del Obispo desde el siglo XVI,
hoy, parte del edificio cumple una función distinta ya que, en
torno a sus patios interiores, se ubican varios restaurantes,
cafeterías y tiendas de artesanía.
 De todos es sabido que a los obispos les encanta el buen yantar,
pero ¿tanto como para meter los restaurantes en su propia
casa?… Ciertamente, los gustos y las aficiones son de cada cual,
así que le agradecemos a la curia el detalle de compartir con
nosotros un lugar tan histórico y entramos en el restaurante
denominado “Hasta la vuelta, Señor”, en recuerdo de la famosa
leyenda quiteña de aquel fraile franciscano llamado Manuel de
Almeida que muy, muy resumida, dice así:

El Padre Almeida
 El Padre Almeida, joven, guapo, retozón y relajado en sus
costumbres, escapaba del convento todas las noches a
través de un ventanuco al que solamente podía acceder
escalando un gran crucifijo situado en una de las paredes
del coro. Un día, el Cristo, cansado ya de tanto ir y venir,
subir y bajar, dirigiéndose al frailecillo, le espetó: “¿Hasta
cuándo, padre Almeida?” y el santo hermano, con gran
naturalidad, contestó: “Hasta la vuelta, Señor”

“Hasta la vuelta, Señor”
 La comida abundante pero discreta, más leyenda que
excelente cocina como habíamos previsto.

Adiós teléfono
 Dado que la mañana ha sido muy ajetreada, decidimos volver al
hotel en busca de una siestecita reparadora, tras la cual volvemos
a la carga y, puesto que habíamos despedido hasta el día
siguiente a Hernán, guía y conductor durante toda nuestra
estancia en Quito, tomamos un taxi frente al hotel con idea de
ver algunas iglesias más detenidamente y… nos dejamos el
teléfono, con todas las fotos, ¡en el taxi! Nos habíamos quedado
sin ninguna posibilidad de recuperarlo, pese a algunas gestiones
realizadas.
 A estas alturas de nuestras vidas, no nos vamos a disgustar por la
pérdida de un montoncillo de fotos, menos, teniendo en cuenta
que no somos nada “foteros”. Así que seguimos disfrutando del
viaje y, a partir de ahora, haremos cuatro fotos testimonio con el
Nokia antediluviano que compramos en su momento para
comunicarnos aquí y ¡que siga la fiesta!

Lindo Quito 2
 Quito, no es solamente una ciudad colonial. Desde
nuestra última visita, hace ya algunos años, se ha
convertido en una ciudad moderna y hasta
vanguardista, arquitectónicamente hablando. Edificios
singulares, amplios centros comerciales con todo tipo
de marcas internacionales, cuidados jardines, parque
móvil bastante renovado, y mucho más limpio y con
menor contaminación que en ocasiones anteriores.
Indudablemente la mejoría es constatable y es de
desear que siga en esa línea.

Lindo Quito

OTAVALO
 Hemos llegado al sábado, un día especial porque vamos a
disfrutar de, quizás, la mejor excursión de todo el viaje: nos
vamos a Otavalo, localidad andina ubicada a los pies del
volcán Taita Imbabura, a unos 100 kms. de Quito e
internacionalmente reconocida por su famoso mercado
indígena. En este mercado, llamado Plaza de los Ponchos,
se reúnen más de mil artesanos para mostrar sus productos,
pudiéndose encontrar todo tipo de tejidos, tapices,
alfombras, sombreros de paja, bolsos, hamacas, pulseras
tejidas, collares, tallas de tagua, madera y jade, bisutería,
pintura costumbrista y ¡cómo no! los consabidos ponchos
de todo tipo y colorido.

OTAVALO 2
 En este lugar, la gente, muy apegada a sus costumbres,
suele usar su vestimenta típica: los hombres, camisa y
pantalón blanco, poncho de colores y sombrero de fieltro
del que sobresale una larga trenza negra. Las mujeres, por
su parte, visten blusas blanquísimas de encajes, faldas
negras y se adornan con variados collares y pulseras, con
dos trenzas o el pelo recogido con cintas bordadas. El
regateo se impone como norma en cualquier compra y los
precios, para los europeos o norteamericanos, son tan
asequibles que nadie renuncia a un recuerdo o a un
capricho. En resumen, una visita obligada para cualquier
foráneo.

OTAVALO 3

OTAVALO

Lago San Pablo
 Tras la entretenida mañana pasada en Otavalo, no
podíamos perdernos la visita a uno de los lugares más
paradisíacos de este país.
 En las mismas orillas del lago San Pablo en el que se
reflejan los 4.600 mts. del imponente volcán Imbabura, se
encuentra la ya conocida Hostería Puertolago de grato
recuerdo, desde cuyo restaurante, no solamente es posible
disfrutar de un paisaje inigualable, sino también de una
deliciosa comida y del mejor y más auténtico jugo de mora
que se pueda degustar en toda la sierra.
 Sin duda alguna, este lugar sigue siendo un espectáculo
digno de recordar y de visitar, tantas veces como se pise
territorio ecuatoriano.

Lago San Pablo

Volcán Pululahua
 Otro día más y otra excursión obligada. Cualquiera que se acerque por
estos lares, debe cumplir con el requisito inexcusable de visitar lo que
se ha dado en llamar “La Mitad del Mundo”, a unos 45 minutos de
Quito, si no te encuentras con una carrera ciclista cortando los accesos
al lugar más turístico de Ecuador, un domingo…
 Antes de sumergirnos en la maraña de turistas y visitantes que sin
duda, nos espera, hacemos dos paradas imprescindibles. En primer
lugar, nos disponemos a contemplar una de las exclusivas señas de
identidad que tiene Ecuador: sus 250 volcanes y el paisaje que eso
conlleva. El que se presenta ante nuestros ojos es, como tantos otros,
espectacular. Se trata del volcán Pululahua (“nube de agua”), cuya
última y devastadora erupción, hace 2.400 años, provocó que el cono de
su cráter se hundiera en la cordillera. Hoy en día es el segundo cráter
habitado del mundo, con unas 100 familias que, en su interior, viven de
la agricultura. ¡Anda, que como le dé por despertarse!

Volcán Pululahua

Templo del Sol
 A renglón seguido, y por indicación de nuestro guía
Hernán, que nos acompaña, nos dirigimos al Museo del
Templo del Sol promovido por el pintor-escultor Cristóbal
Ortega Maila. ¡Qué descubrimiento! Lo pasamos en grande
intentando poner en pie un huevo, cosa nada fácil en la
mitad del mundo, bebimos té de coca, asistimos a la
demostración de las virtudes de los extractos de plantas
elaborados por los indígenas para tratar diversos males:
depresión, insomnio, vitalidad…, comprobamos el poder
del jade sobre el equilibrio personal, y todo ello, en un
ambiente de cierta magia y teatralidad. Eso sí, salimos
cargados de frasquitos de esencias de plantas, de dijes de
jade y de alguna hojita de coca, que era de lo que se trataba.
Ciertamente, una experiencia curiosa, divertida y original.

Templo del Sol

“Mitad del Mundo”
 Y, por fin, llegamos a la “Mitad del Mundo”: Este complejo
turístico se encuentra presidido por el famoso obelisco de
30 mts. de altura, coronado por una esfera metálica que
representa la Tierra y ubicado sobre la línea equinoccial,
aunque este punto se preste a variada polémica. En su
interior, alberga un museo antropológico que permite
conocer la variedad de comunidades indígenas de este país.
 El resto del complejo va creciendo frenéticamente al ritmo
de los visitantes y multitud deben de ser cuando no hay
más que comparar nuestra primera visita a un solitario
obelisco, y esta última en la que nos costaba reconocer el
lugar, plagado de nuevas construcciones básicamente
turísticas. Basta ver el obelisco hace unos años y en la
actualidad:

 Y no hay más remedio que cumplir con la tradición como
buenos y cumplidores turistas. Al fin y al cabo, para eso
estamos aquí.
 En principio y para ponernos un poco en situación,
recordemos que, todo aquel que no faltó a clase ese día,
sabe que la línea equinoccial divide este planeta en dos
hemisferios, norte y sur, y la latitud 0º0’0’’ indica el punto
entre los dos. Justo ese punto, aquí está marcado con una
línea amarilla con la que debemos jugar a eso de: “un pie en
el norte y otro en el sur”, “ahora me voy al norte y ahora me
vuelvo al sur”, “ahora estoy en el norte y en el sur”…,
dejando inmortalizado nuestro pueril proceder en las
fotografías de rigor. Pero verdad es, que no todos los días
podemos estar en los dos hemisferios a la vez.

 Por cierto, es bueno conocer que la famosa línea no
solamente pasa por Ecuador, también lo hace por otros
13 países, por ejemplo, Colombia, Brasil, Kenia,
Maldivas, Indonesia, Uganda…, pero siempre se
subraya que la mitad del mundo está aquí.
 El protagonista de la foto no cumple las reglas, no está
en los dos hemisferios. ¡Qué despiste, anda que pisar la
rayita!

El Ejido
 Terminada nuestra excursión, comidos y descansados, paseamos
por el parque El Ejido, un clásico lugar de esparcimiento donde,
cada fin de semana, un buen número de pintores exhiben sus
obras, convirtiendo una parte del parque en una sala de arte al
aire libre. Por su parte, quiteños ya muy entraditos en años,
entretienen su tiempo jugando al tradicional “juego de los cocos”,
algo similar a nuestro popular juego de la petanca, pero con
cocos… pequeños, claro.
 También, este popular parque suele, o más bien solía ser lugar de
concentración de los grupos de manifestantes que se dirigen o se
dirigían al Palacio de Carondelet, sede del gobierno de turno,
para exigir cambios en sus políticas. No hemos tenido noticia de
que esto siga sucediendo, esperemos que sí.

El Ejido

Mercado La Mariscal
 Una vez disfrutado el paseo, nos acercamos al mercado
artesanal de La Mariscal, con una variada oferta de
artesanía típica. Resulta la opción perfecta si no se ha
tenido la oportunidad de viajar a Otavalo.

Mercado La Mariscal 2

Iglesia de Santo Domingo
 Puesto que es nuestro último día en Quito y en este país, no
podemos evitar despedirnos del Centro Histórico que,
agradecido, nos reserva una gratísima sorpresa. Entramos en la
iglesia de Santo Domingo donde, en la maravillosa capilla del
Rosario, un auténtico tesoro que no habíamos descubierto, se
iniciaba una misa funeral en memoria de un destacado e
infortunado señor. ¡Un funeral! ¿Qué hacemos nosotros en un
funeral? Cuando estábamos pensando en abandonar la capilla
para volver más tarde, comienza la intervención de una
espléndida soprano acompañada de una guitarra sonando tan a
gloria bendita, que nos fue imposible movernos de allí hasta el
final de la ceremonia. ¡Quién le iba a decir al homenajeado que
unos desconocidos, llegados de tan lejos, iban a asistir a su
funeral con tanto placer! Nos lo tomamos como un regalo
inesperado de despedida.

Iglesia de Santo Domingo

El ultimo día
 Y, esto se acaba. Por la mañana compramos los últimos
caprichos y… un sombrerito más para la colección. Eso
sí, hechos en Ecuador por manos expertas y de paja
toquilla.

El ultimo día
 A las 15:30 y acompañados de Hernán, del cual siempre
guardaremos un grato recuerdo, salimos para el
aeropuerto donde nos esperan más de 13 horas de
avión hasta llegar a Madrid.
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