2. Cuando no merecíamos ser aceptados, Dios nos acepto.
Cuando no merecíamos ser perdonados, Dios nos
perdonó.
Cuando no merecíamos ser amados, Dios nos amó.
Por su Gracia, Dios nos adoptó como sus hijos y nos hizo
herederos y partícipes de su gran Reino de Luz, en medio
de un mundo que esta en tinieblas.
Es ahora nuestra responsabilidad como hijos de Dios, vivir
de tal manera, que nuestra conducta sea el reflejo de que
Dios vive en nosotros, y eso solo lo podemos conseguir
siendo imitadores de Dios. Veamos algunas áreas
destacadas, en las que debemos imitar a Dios.
3. IMITEMOS SU AMOR.
• Viviendo una vida
de entrega total.
• Viviendo una vida
de ofrenda
constante.
• Viviendo una vida
dispuesta al
sacrificio.
4. IMITEMOS SU SANTIDAD.
• No cometiendo
pecados.
• No hablando
siquiera de los
pecados.
• No asociándonos
con pecadores.
5. IMITEMOS SU LUZ.
• Siendo diferentes a
los que están en
tinieblas.
• Siendo un modelo
ejemplar para los
que están en
tinieblas.
• Siendo guía para los
que están en
tinieblas.
6. IMITEMOS SU SABIDURÍA.
• Aprovechando el
tiempo de la mejor
manera, buscando
hacer su voluntad.
• Buscando andar en el
Espíritu, no en la carne.
• Haciendo de la
adoración, un estilo de
vida.