Esta presentación está hecho para una hora de
adoración ante el Santísimo.
Puede insertar las canciones con video o audio,
o puede tener música en vivo.
También puede poner música suave instrumental de fondo
durante las reflexiones y oraciones.
Alabado sea Jesús Sacramentado,
R./ Sea por siempre bendito y alabado.
(3 veces)
ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO (Todos)
Jesús, Santísimo Sacramento, que día a día Te ofreces por mi en
cuerpo y sangre, agradezco Tu amor y en el me refugio.
Pido perdón humildemente por no haber sido la compañía constante
que Tu esperabas de mi. No deseo ser Apóstol que se duerme
mientras sufres, sino ser Apóstol que esté pendiente de Tu dolor,
tratando de aliviarte con toda mi alma.
Hago el propósito, mi Señor Jesús, a que estaré mas atento a Tu
soledad; no deseo que seas ajeno al mundo, sino ser difusor de Tu
compañía. Tu, que diariamente atiendes mis necesidades, hoy deseo
ser bálsamo de Ti, ante las ofensas y agravios del mundo.
Te amo, Señor, y lo sabes; fortalece mi amor, aumenta mi fe y mi
constancia para que pueda ofrecerme día a día a Ti.
Gracias, Jesús, porque sé que mi humilde compañía alegra Tu
soledad. Bendice a todos mis familiares y vecinos, lleva paz al
mundo, y jamás permitas que me aleje de Ti.
¡¡Bendito seas por siempre, Jesús Sacramentado!!. Amén
“¿ No puedes velar una hora conmigo?”
La única vez que nuestro Señor pidió algo a Sus apóstoles
fue la noche de Su agonía.
Y desde esa vez se ha visto frecuentemente, en la historia
de la Iglesia, que el mal ha estado siempre despierto y los
discípulos dormidos.
Por esta razón es que surgió de Su angustiado y
abandonado corazón el gemido “¿No pueden velar una
hora conmigo?” (Mt 26: 40)
El no suplicó por una hora de actividad, sino por una hora
de compañía” (Arzobispo Fulton J. Sheen)
La Sagrada Eucaristía, el Santísimo Sacramento, es
Jesús Mismo.
En la noche del primer Jueves Santo, Jesús nos dio nada
menos que el regalo de Su Cuerpo y Su Sangre, el
Santísimo Sacramento.
Después de la Última Cena, Jesús con Sus amigos se
retiró al Jardín de Getsemaní donde les preguntó: “No
pueden velar una hora Conmigo?”
Esta es la misma invitación que Jesús nos hace hoy.
El Papa Juan Pablo II escribió,
“Permaneciendo en silencio
ante el Santísimo Sacramento,
es a Cristo, total y realmente presente,
a quien descubrimos, a quien adoramos
y con quien estamos en relación”
Por medio de la adoración al Santísimo Sacramento
expresamos nuestra amistad y nuestro amor a Jesús.
Reconozcamos ante Jesús, aquí presente,
nuestros pecados, nuestra falta de amor
hacia Él y hacia los demás,
y pidamos perdón.
Jesús Eucaristía, venir a visitarte me colma el alma de
alegría inmensa, porque es venir a conversar con el
Amigo, porque es venir y colmarse de luz, de paz y de un
gozo que no me cabe en el alma.
Venir a visitarte, y postrarme a Tus pies es para mí
causa de inmensa honra, pues me siento más
favorecido que si uno de los grandes de este mundo
me concediera audiencia y me otorgara toda clase de
favores.
Y es natural que mi alma se dilate en ese gozo santo,
al sentirme cerca de Ti, Jesús Eucaristía,
al experimentar que bondadosamente me amas y que Te
agrada que venga a visitarte.
¡Que gozo! ¡Que alegría!
¡Que inmenso júbilo poder
estar aquí en Tu presencia,
Jesús Eucaristía!
Es el gozo de quien sabe que está junto a su Redentor,
cerca de Aquel que todo lo puede, todo lo sabe y que
desea curar nuestros males, aliviar nuestras heridas y
derramar su consuelo divino en nuestros corazones.
Es un gozo que supera toda alegría humana, porque
simplemente es el gozo de Dios, que se comunica con
plenitud a nuestras almas.
Gracias, Jesús Eucaristía!
Mil gracias por concederme esta alegría íntima y
profunda de vivir estos momentos de oración cerca de Ti,
bajo el influjo de tu amor misericordioso que nos ama,
nos purifica y nos santifica.
¡Un momento cerca de Ti, vale más que miles de años
lejos de tu santificadora presencia.
¡Te amo, Jesús Eucaristía! y gracias por permitirme vivir
estos momentos cerca de Ti. Amén.
Quedemos en silencio ante Jesús Eucarístico
permitiendo que su amor nos llena
y orando con el corazón.
SILENCIOSO DIOS (Canción)
Yo Te amo, silencioso Dios,
que Te escondes dentro de un pan,
como un niño dentro de su madre
para Tú entrar en mi pobre vida.
Yo Te adoro silencioso Dios
que me has creado con inmenso amor,
me has permitido habitar en Tu casa
y compartir contigo este pan.
Pan de vida eres Tu,
Cristo, Cristo Jesús
Rey de la eternidad,
la vida nos dará (2)
Saciaste el hambre
con Tu misma vida
un infinito habita en la criatura
y el hombre es su rostro verdadero
y entre los hombres
Tu vives siendo Dios
Señor, creemos en Tí.
Señor, esperamos en Ti.
Señor, Te amamos.
Señor, Te adoramos.
Señor, Te damos gracias.
Jesucristo, creemos que eres el Hijo de
Dios vivo.
Jesucristo, creemos que eres el Salvador
de los hombres
Jesucristo, creemos que vendrás de nuevo a
juzgar a vivos y muertos.
Jesucristo, confiamos en Ti porque eres el
buen pastor que me llama por mi nombre.
Jesucristo, confiamos en Ti porque eres el
amigo que da su vida por sus amigos.
Jesucristo, confiamos en Ti porque eres la luz que ilumina
nuestro camino.
Jesucristo, Te amamos porque nos has amado Tú primero.
Jesucristo, Te amamos porque nos has hecho hijos de Dios.
Jesucristo, Te amamos porque Te has quedado con nosotros
en el sagrario.
Tomemos un tiempo para expresar
nuestro agradecimiento al Señor por
todas las bendiciones recibidas,
especialmente por haberse quedado con
nosotros
Ya no eres pan y vino,
ahora que eres cuerpo y sangre, vives en mí
de rodillas yo caigo al contemplar tu bondad,
como no Te voy a adorar.
Mientras Te pierdes en mis labios,
Tu gracia va inundando todo mi corazón
por esa paz que me llena de alegría mi ser
como no Te voy a adorar.
Señor Jesús, mi Salvador,
amor eterno, amor divino,
ya no falta nada, lo tengo todo,
Te tengo a Ti.
Dueño y Rey del universo
como puede ser posible que busques mi amor
Tú tan grande y yo pequeño y te fijas en mi
como no Te voy a adorar.
De rodillas yo Te pido
que el día cuando Tu me llames sea como hoy
para mirarte a los ojos y poderte decir
que como no Te voy a adorar.
Canción:
Por el misterio de Tu encarnación, sálvanos Señor.
Por Tu nacimiento, sálvanos Señor.
Por Tu Pasión y muerte, sálvanos Señor.
Por Tu Resurrección, sálvanos Señor.
En el día del juicio, sálvanos Señor.
Por nuestros padres, hijos y hermanos, Te rogamos Señor.
Por nuestros amigos, Te rogamos Señor.
Por nuestros enemigos, Te rogamos Señor.
Por los que sufren, Te rogamos Señor.
Por los que no creen, Te rogamos Señor.
Por los sacerdotes, Te rogamos Señor.
Por el Papa, Te rogamos Señor.
Porque seamos fieles testigos tuyos, te rogamos Señor.
“Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la
puerta. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se
abrirá la puerta al que llama.” (Mt. 7:6-8)
Sigamos colocando ante el Señor nuestras peticiones, con la
plena confianza en Su amor y Su bondad.
ORACIÓN FINAL (En silencio)
Gracias, Señor, por traerme a la oración.
Gracias por la alegría de la entrega, el arrepentimiento y el
perdón.
Gracias por enviarme a Tu Espíritu Santo a enseñarme y a
guiarme.
Gracias por los frutos que Tu Espíritu está trabajando en mí
como el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad, el
control de mi mismo.
Gracias por enviarme personas que necesitan ayuda.
Gracias por romper el dominio de hábitos pasados y traerme a
una conversión más profunda.
Gracias por hacerte presente en todos los momentos de mi vida,
por tu Palabra que me da vida y por levantarme cuando caigo.
Gracias por hacer que las cosas trabajen para mi bien al
depositar yo mi confianza en Ti.
Gracias por tus ángeles que me protegen en todos mis caminos.
Gracias por guiarme y darme sabiduría, por Tu amor abundante
que quita todo temor.
Gracias por abrirme las puertas del cielo y derramar Tus
bendiciones sobre mí.
Gracias por suplir todas mis necesidades con Tu riqueza.
Gracias por la salud.
Gracias por abrir mis ojos a las necesidades de mis hermanos.
Abre mi corazón para amar a los heridos y a los perdidos, abre
mis labios para hablar de Tu amor.
Gracias por aquellos que me han ayudado en mi camino hacia Ti,
bendícelos Señor.
Gracias por el regalo de mi vida, así como es.
Gracias por el mejor regalo de todos, Tu hijo Jesús.
Amén.
ALABANZAS AL SANTÍSIMO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero
Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.