El PROGRAMA DE TUTORÍAS PARA EL APRENDIZAJE Y LA FORMACIÓN INTEGRAL PTA/F
Resumen del libro de oparin "Ciencia"
1. EL ORIGEN DE LA VIDA
A. I. OPARIN
Resumen
1. La lucha del materialismo contra el idealismo y la religión en torno al origen de la vida.
“¿Qué es la vida, cuál es su origen? ¿Cómo han surgido los seres vivos que nos rodean?”
La respuesta a estas preguntas constituye uno de los problemas más grandes que el
pensamiento humano ha intentado resolver a través de las épocas.
Dicha respuesta puede darse desde dos puntos de vista irreconciliables: el idealismo y el
materialismo. Para el primero, la vida es la manifestación de un principio espiritual supremo.
Por eso el hombre no puede conocer la esencia de la vida ni, mucho menos, aprender a
regularla. Para el segundo, la vida no es más que una forma especial de existencia de la
materia, que se origina y destruye de acuerdo a determinadas leyes. Esto quiere decir que el
fenómeno de la vida es cognoscible y que es posible dominar la naturaleza viva.
Sin embargo, hay un problema al que durante mucho tiempo no se le ha podido dar una
solución materialista: el del origen de la vida.
Al comienzo, intentaron responder al problema las teorías religiosas. También estuvo
muy difundida la idea de la generación espontánea de la vida. En la antigua Grecia, aunque
muchos filósofos negaron la explicación religiosa, predominó incluso hasta mucho tiempo
después la concepción idealista de Platón. Ésta afirmaba que la materia se vivifica a partir
del momento en que el alma inmortal, la “psiqué”, se aloja en ella.
Aristóteles apoyó la idea de la generación espontánea. Plotino, neoplatónico, parece
haber sido el primero en formular la idea de “fuerza vital”.
Durante el cristianismo, apoyaron la idea de la generación espontánea Basilio de Cesárea
(s. IV) y Agustín.
Durante la Edad Media, Tomás de Aquino apoyó también la idea de la generación
espontánea. “Hasta los gusanos que en el infierno torturan a los pecadores, surgen allí según
Tomás de Aquino, a consecuencia de la putrefacción de los pecados.” (17).
También en la Iglesia oriental, Demetrio, Obispo de Rostov, que vivió en tiempos de Pedro
I, defendía este principio.
Con el tiempo las ideas acerca de la generación espontánea sufrieron un rudo golpe.
Dr. Ronald Alarcón Anco