Esta colección de veinticinco poemas está impregnada de historias y apegos. Vida, miedo, amor, desengaño, muerte, secreto, memoria, añoranza, familia, son vivencias intuidas y presentadas retrospectivamente, no como verdades sino estampas trastocadas por la mirada distante del poeta. Multitud de gentes me habita es un libro dedicado a los moradores del corazón propio y ajeno, seres verdaderos o imaginarios que existen en un espacio más allá de lo concreto y acompañan desde una profunda latencia vital.
4. Rod Medina, 2020.
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formato, siempre y cuando se haga sin
modificaciones y en su totalidad, otorgando el
crédito apropiado al creador.
Edición y corrección de textos
Rod Medina
Diseño y diagramación
Rod Medina
Diseño de portada
Rod Medina
Hecho el Depósito de Ley
Depósito legal MI2020000699
ISBN: 978-980-18-1469-6
7. Multitud de gentes me habita es una antología
poética que abarca más de una década de
trabajo creativo. Algunos textos fueron escritos
hace diez o doce años, pero no fue hasta 2010
que se hicieron públicos en la Red. Versiones
originales de Ayer te vi o Si mi corazón pueden
encontrarse en el sitio web Poesía para noches
desveladas0, en redes sociales o en publicaciones
digitales (blogs o revistas). Los más recientes
corresponden a 2020, fruto del tiempo muerto al
que nos sigue obligando el pandémico corona-
virus (Post mórtem, Salón de belleza, Tránsfugas,
Derecho a réplica). La mayoría de los poemas
pertenecen a un tiempo intermedio, y han sido
objeto de mucha reescritura. Para corroborar esta
labor recreativa pueden leerse las primeras formas
de los poemas Un instante, Aquella noche, Detrás
del pretexto y otros, siguiendo sus respectivos enla-
ces, y compararse con las definitivas que apare-
cen en este libro.
Se advertirán poemas dedicados a hom-
bres y mujeres particulares que, por diversas razo-
nes, se relacionan unívocamente con los textos, ya
sea porque fueron escritos especialmente para él
o ella (Ayer te vi, Vino la muerte), insinuados o
«inspirados» por sucesos vinculados a dichas per-
sonas (Aquella noche), ofrendados por un simple
acto de amor (Multitud de gentes me habita), o
formalizados como una cortesía hacia quien mos-
tró interés o agrado por los versos cuando se com-
partieron por primera vez (Ese hombre).
Contrario a lo que habitualmente se supo-
ne, no siempre la poesía es reflejo fiel de la vida
del autor. Hay eventos biográficos que pueden
aparecer en un poema; sin embargo, en general
LIMINAR
8. (6)
Multitud
de
gentes
me
habita
están atravesados por metonimias que modifican
los acontecimientos y redefinen las imágenes. En
ocasiones son solamente huellas impresas por el
universo en la mente del poeta, que buscan salida
a través de las palabras. Por antonomasia la
poesía es emoción: su signo es la sensibilidad
entendida como la medida en que las cosas
impresionan el ánimo de quien escribe. La poesía
es expresión genuina de lo estético —en el sentido
más amplio y menos estereotipado— captado a
través de los sentidos. También es representación
de lo real y registro de sensaciones. La poesía es
lectura del mundo y su traducción es el poema. La
revelación de lo poético se manifiesta en el tra-
bajo del bardo como un lenguaje íntimo que des-
cubre simplezas o complejidades.
Esta colección de veinticinco poemas está
impregnada de historias y apegos. Vida, miedo,
amor, desengaño, muerte, secreto, memoria, año-
ranza, familia, son vivencias intuidas y presentadas
retrospectivamente, no como verdades sino es-
tampas trastocadas por la mirada distante del
poeta.
Multitud de gentes me habita es un libro
dedicado a los moradores del corazón propio y
ajeno, seres verdaderos o imaginarios que existen
en un espacio más allá de lo concreto y acom-
pañan desde una profunda latencia vital.
El autor
11. Rod
Medina
(9)
Si mi corazón hablara
diría tu nombre mil veces
el eco de sus deseos
retumbaría en la inmensidad
que me habita
Si mi corazón leyera
coleccionaría todas las cartas que no recibiste
con ellas velaría los vacíos
de la tela invisible que cobija
tu cuerpo en las noches más frías
de mi alma
Si mi corazón cantara
compondría sinfonías con las notas
que flotan en tus pupilas
bajo la majestuosidad de los cielos nocturnos
para arrullar tus desvelos dentro de mi memoria
Si mi corazón llorara
serían sus lágrimas el consuelo
de tus dolores, cristales mágicos
cayendo desde el recuerdo de la pérdida
así sanaría la melancolía
que se ha mudado a mi pecho
SI MI CORAZÓN1
12. (10)
Multitud
de
gentes
me
habita
Si mi corazón volara
sujetaría sus alas etéreas
como un fugitivo de lo mundano
para adentrarme en tus sueños
y espantar las pesadillas
Si mi corazón sintiera
viviría yo de angustias añejas
encarceladas en tu celo
rumiantes presencias
de un futuro mutilado
donde yo no soy nada
y todo eres tú
13. Rod
Medina
(11)
hállase la sombra que nadie espanta
y ese silencio de quebrantos vencidos
Las culpas descosen el juicio
así sellan el tiempo postrado en su pecho
y los ojos se alivian en abandono
El temor cincela debajo del sucio
con torpeza desgarra la censura de víctimas
y entierra fósiles en el jardín de infancia
Una lágrima furtiva revela el encono
—hábito de dolores acartonados—
besa la frente ataja el suspiro
luego despide el cofre mortuorio
volviendo atrás
siempre atrás
DETRÁS DEL PRETEXTO2
14. (12)
Multitud
de
gentes
me
habita
desde la lengua hasta el esfínter anal
a causa de ese nombre malintencionado:
seis letras clavadas en el dorso de aquellas
[fundas
Un exilio de ánimas acuerda saltar al vacío
antes de la merienda vespertina
Duele recordar esa risa sin dientes
que fallece en el catre del amante
Nubes se diluyen bajo la cintura
y en el techo
en el techo
el techo
el eco retumba como huella de reproches
Desabotonar el amanecer
desde la partida
(pasatiempo resignación)
siempre en horario nocturno para destilar la
[memoria
Pero estoy bien
(eso creo)
lo repito
estoy bien
aunque hace veinte años su respiración
CALAMBRES
15. Rod
Medina
(13)
despierta el miedo en mis arterias
Por eso los calambres
y la sed montuna
afligen las vísceras envenenadas
ácido molecular que ve alejarse
—a vuelo raso—
este reposo inquietante
Así
atiborrado de pastillas
libero (por fin) las luciérnagas
16. (14)
Multitud
de
gentes
me
habita
Ayer te vi
como estrenando penas
mirando lejanías sin espejismos
muda de palabras tuyas
sorda de palabras mías
Ayer te vi
víctima de muerte ajena
atada a un suspiro
gravitando una quimera
en vuelo tácito, sin timonel
Ayer te vi
plena de vacíos, centrífuga de anhelos
perdida en un laberinto sin salida
dueña de tus temores
agazapada detrás del sueño
Ayer te vi
viva, lentamente viva
llena de lágrimas el alma
discurriendo entre las horas
en el bullicio de la nada
AYER TE VI3 - 4
17. Rod
Medina
(15)
Ayer te vi
y no eras tú
era otra disfrazada de ti
cápsula, muñeca rusa
embrión preso en su propio vientre
Ayer te vi
en desvergonzada laxitud
sin savia en las venas
revolcada por la brisa inoportuna
siembra de cansancios, nudo de nervios
Ayer te vi
y reconocí tu tristeza
insondable, preñada de culpa
tus ojos engullían el miedo
se ahogaba la luz en tu llanto antiguo
Ayer te vi
con la vida en una mano
la muerte en la otra
imperfecta balanza
paradoja en equilibrio
18. (16)
Multitud
de
gentes
me
habita
Ayer te vi
me inundaron tus dolores
en redundancia infinita
sin novedad bajo el sol
la vida aturde con sus temeridades
Ayer te vi
para confirmar que habías partido
a Tamara, donde esté
19. Rod
Medina
(17)
Me gusta lamer tu mirada
detrás del polen cansado de las telarañas
Posar mi miembro
en la palma de tus labios
y aliviar el influjo seco de las palpitaciones
Dormir sin tiempo
en el oráculo que reposa en tu clítoris
Traspasar el mundo cabizbajo
al pie de tus pechos
Condensar en tu saliva
el germen codiciado
que someto en mis entrañas
No dejo de pensar en tus corredores
el aire que las rendijas
vuelcan sobre mi vientre
Al margen de la caricia
manifiesto el dedo impuro
penetrando los versos
de tu poema vaginal
ORGASMO
21. Rod
Medina
(19)
Este cuarto será mi sudario
no quise que así fuera
pero nadie respondió mis mensajes de texto
cuando con voz apenas audible
rasgué las paredes teñidas de aliento
No supe insinuar mis pretensiones:
cuando las persianas cayeron en cuenta
—un latido otro más—
ya había sembrado el miedo una estaca en mi
[pecho
Solía imaginar que hilos microscópicos
anunciaban mi partida en correo exprés
ahora descubro que —a pesar mío—
ni las sombras avisaron el quejido
que nadaba melancólico entre sábanas
Las rendijas fueron nublándose de gases
escurriéronse los jugos a través de la espuma
un retrato una lámpara acaso una
[mosca
atestiguarán mis ojos celados
¿Quién abrochará mis botones?
POST MORTEM
22. (20)
Multitud
de
gentes
me
habita
¿A dónde irán las lágrimas pintadas en lienzos
sin moldura?
Clavaré un epitafio detrás de la puerta
para que alce vuelo en alas de termitas
y penetre como acritud
la flema urbana del vecindario
Soy anónimo para quien redacta
esta necrología que jamás será difundida
en el periódico vespertino
que grita el pregonero en aquella esquina
donde solía fumarme un cigarro
sin prescripción facultativa
Pero él adivina mi secreto
y presagia igual destino cada noche
tras cerrar los párpados sobre una almohada
que le murmura perdidamente en sueños
mi lánguida despedida
23. Rod
Medina
(21)
Esa joven tan mona que pasea perros y hombres
[en su tiempo libre
permanece adosada durante sesenta horas
(hábiles y continuas)
a una silla giratoria
mientras es mimada por una caterva de siervos
[emprendedores
que viven del abandono ajeno
Liman sus uñas con un puñal clavado en el hígado
Juntan dos rebanadas de pan blanco
y masajean sus glúteos hasta ubicarlos en su santo
[lugar
sacuden esas plumas que germinan en las axilas
cepillan cada diente hasta tres veces
antes de otorgar licencia para la risita de moda
colocan pestañas postizas detrás de las rodillas
rasuran los vellos impúbicos que sobresalen del
[sostén
barnizan los labios
mayores y menores
con una barra carmesí número cincuenta y ocho
y desodorizan pensamientos cochambrosos
antes de rematar la faena con un peinado al
[mejor estilo de los ochenta
SALÓN DE BELLEZA
24. (22)
Multitud
de
gentes
me
habita
Cuando vuelve a la calle
la muchacha salta los charcos
y evita pisar la caca de los perros
que pasean con chicas
que flirtean con hombres
que citan lechuguinas
que dejan sus
[quincenas
en salones de belleza
25. Rod
Medina
(23)
En la estación del transporte gratuito del distrito
un viejo juguetea con la moneda que guarda en
[su bolsillo
la hace girar, manoseándola
calcula el peso atómico, descubre añoranzas en
[su geometría
cada vez que despierta la efigie acaricia la frente
[del prócer
Desde mi ventana lo observo con expectación
(sin escuchar el aleteo de palomas
o el llanto del hijo de la vecina)
preguntándome cuántos de nosotros
[comprendemos con certeza
lo que siente el anciano cuando nota
que un tonto lo contempla, intrigado
desde una ventana cualquiera del quinto
[piso
mientras ovilla con fútil emoción una hebra de hilo
[en su bolsillo
UNIVERSO PARALELO
26. (24)
Multitud
de
gentes
me
habita
que acaricia tu pelo en las sombras sin palabra
la mano que consuela la soledad de mis ganas
la que levanto en los juramentos públicos
y la que he de cortar cuando se me antoje lo
[ajeno
Esta es la mano que corrige la mirada de los niños
la que escondo de los sueños maltrechos
la mano que empuja hacia el abismo de la
[muerte
y la que calla tu boca en las tristezas que
[menguan el día
Esta es la mano
mi mano
la que arroga el arma en la batalla
y descansa en el pecho descubierto de los caídos
ESTA ES LA MANO
27. Rod
Medina
(25)
late el bulto transfigurado en la trastienda
percibes el descuento en su mirada
escrito con caligrafía gótica
sobre la etiqueta del clímax
Lleva dos por el precio de uno
pero evita ingerir el semen
reservado en la botella de jarabe para la tos
acata la dosis prescrita por el faculto
y conjura futuras infecciones
de transmisión textual
BAJO LA CREMALLERA
28. (26)
Multitud
de
gentes
me
habita
son tantas que no caben dentro del pecho
Entonces resuelvo llevar a algunas prendidas en la
[ropa
siempre en el lado zurdo de mis apegos
o atadas a mis muñecas
compañía en el zarandeo de los días
Otras viajan en mis libretas
grabadas en versos maltrechos
con el empeño de la tinta indeleble
o se esconden en contraseñas
que abren encriptados pretéritos
Unas permanecen dobladas en la billetera
junto a los recibos viejos y el papel moneda
custodian mi identidad
calculan mis apremios
Muchas sosiegan en un álbum de fotografías
las guardo con celo
lejos de polillas y lágrimas
De cuando en cuando contemplo
sus sonrisas dibujadas
en el tiempo donde murmuran mis deseos
Pocas son las que reposan
MULTITUD DE GENTES ME HABITA
29. Rod
Medina
(27)
en una cajita de madera
donde escondo mis vacíos
Ellas dormirán conmigo
después de la despedida
a Hernán, por lo que fue
30. (28)
Multitud
de
gentes
me
habita
Vino la muerte a hurtadillas
para arrebatar otro suspiro
No es que sea más válido ese aliento
que las víctimas de las mortajas
en caída libre del pentágono
o la ceguera de los espíritus con hambre
en los desiertos australes
o las muecas de los asesinados a puñaladas
o el desgarro de los pechos atravesados
en el camino de una bala
o las carnes molidas a golpes
en fotografías con el rótulo desaparecido
Cierto
mi pérdida es insignificante
pocos céntimos en la cuenta de la historia
pero la lloro igual
o más
a Estela, in memóriam
VINO LA MUERTE
31. Rod
Medina
(29)
así lo pregona el grafiti
entre otras maledicencias
«muere, maldito comunista»
«no queremos sapos en la revolución»
un proscrito tirado a la vergüenza
resignación en espera de los últimos veredictos
Allá, por los sesenta
quedó la fotografía del grupo guerrillero
entre el matorral que nadie añoraba
Esa sonrisa castigada
sin antecedentes ilustres
solo las notas del bachillerato
como constancia y rendición de cuentas
Mientras se orina en la hamaca
oye los escupitajos de sus camaradas
barrigones pero de lengua mordaz
Los hábitos no abandonan al monje
como el catecismo de los sábados por la mañana
en la sala de la sacristía
Alza la vista en vana clarividencia
el encuentro con el cristo
de la pared de enfrente
recuerdo de su primera comunión
«tú lo que eres es un vende patria»
EN ESTA CASA VIVE UN SUBVERSIVO
32. (30)
Multitud
de
gentes
me
habita
Tiembla la lumbre y las sombras vacilan
contienen su respiración
suena el disparo
cuatro cuadras más abajo
Y el hombre cierra los ojos
y piensa:
«Tanto escondite
tanto miedo
tanta bala encasquillada
sudor y ganas de llorar
a moco suelto
Mejor que terminen así las cosas
Si en esta calle vive un subversivo
prefiero ser yo y no aquel muchacho
enamorado
con ganas de cambiar el mundo»
33. Rod
Medina
(31)
A medianoche desperté
en busca de mi aliento
en un directorio telefónico
Sabía que estaba escondido
detrás de mis párpados
por eso lo llamé con disimulo
hasta la puerta de su soliloquio
Allí estaban los nombres
con sus dígitos
amigos del pasado
compañeros de ahora
personas fallecidas
o en estado de indefensión
Comenzaron las lágrimas
a curtir las hojas con su tinta
no supe qué hacer
con tanta nostalgia
Al alcanzar la letra erre
advertí que mis iniciales
estaban al inicio de la página
SUEÑO LÚCIDO
34. (32)
Multitud
de
gentes
me
habita
Entonces marqué el número
esperé cinco, diez, veinte segundos
Nadie respondió
Así que volví a la cama
a seguir soñando
con una agenda inconclusa
y un teléfono
que repicaba sin cesar
35. Rod
Medina
(33)
Basta un instante
para preñar sueños en el vientre conquistado
un instante
y el fuego muere en el ojo de un pájaro
Un instante basta
cuando urge reanimar fervores de solsticio
solamente uno para quebrantar los huesos de una
[utopía
Basta un instante
no dos o tres o diez
para advertir que el delirio ha partido para
[siempre
Un instante es suficiente
si la ficción abandona una noche sin sombras
Un solo instante
entre páginas rotas y aborta el sumidero de la
[muerte
Basta un instante para descorrer ese velo en tu
[rostro
Un instante
nada más que uno
UN INSTANTE5
37. Rod
Medina
(35)
La habitación se inunda a medianoche
peces y pantaletas sin licencia para conducir
nadan indolentes. Sus ojos lucen putrefacción
o quizás el maquillaje les envejece
Hablo con un hombre viejo pero no avisto su rostro
al fondo de la recámara
Sarah Polley resplandece, inflamada
en medio del trabajo de parto
Su abdomen padece la misma fetidez marina
cuando el rojo animal aparece
el cuarto se estrecha y
Sarah Polley sangra por el ombligo
No, es la vagina, me confundo
una mujer reclina a Sarah Polley dentro del agua
la noche guarda silencio
mientras la criatura asoma el ojo incauto
Me obligan a cortar la alianza umbilical
sin atender el escándalo de burbujas
que huye del feto en suspensión
cerca de un tocador con el espejo roto
SARAH POLLEY SUMERGIDA
38. (36)
Multitud
de
gentes
me
habita
Sarah Polley mira y reprocha mi ineptitud
porque sentí vergüenza al saber
que el engendro era mío
y no del anciano sin máscara
Ella justifica su tedio sin escrúpulos
con el ser inerte entre sus manos
lo acerca a su pecho lácteo
sin notar que está debidamente muerto
El cuerpo flota ahora en la nebulosa
dentro de una bombilla acuática
que Sarah Polley enciende cada martes
antes de escribir cartas al tiempo
Yo no sé si soy cadáver o soñador
a causa de una paternidad irresponsable
que olvidé en el cuaderno de notas
donde garabateo versos en estado de gravidez
39. Rod
Medina
(37)
Cada vez que lo veo está mirándome
desanuda mis escrúpulos
con el hambre de sus pupilas
El pecho joven
escapa entre los botones
la barba incipiente
revuela en mis bolsillos
Él estira su torso
alcanzo a ver su vello púbico
la pesadilla habitando en la almohada
su voz se esconde
deambula con certeza el camino vedado
de mis antojos
Desconozco el misterio detrás de sus lunares
la razón desmedida me consume
Arden el cielo y la espiga
renuncio al silencio extirpado en mis testículos
burbuja milimétrica
circundando el beso en las erratas
ese vértigo rebana los latidos
su filo vuela en círculos
la locura marchita en mi cabeza
La llave en manos
ESE HOMBRE
40. (38)
Multitud
de
gentes
me
habita
de ese hombre
libera el miedo del encierro
deja escapar las canas
el ceño fruncido
la flacidez del abdomen
Esa llave cubre de labios
los pies desnudos de nieve en los claustros
con sus alas
ventila la habitación antigua
donde claudicaron los sueños
Se mezclan unos recuerdos con otros
y los nombres vuelven a la vida
La boca rompe sus goznes
magra la carne señala el ombligo
La llave gira
cíclicamente
historias vueltas a contar
la sombra del hombre ilumina
el rincón de la cosa innombrable
la sombra, la llave, su sonrisa adolescente
el disimulo palpita debajo de las sábanas
Ese hombre
me produce erecciones en la punta de la lengua
habla y caigo al vórtice de las mariposas
41. Rod
Medina
(39)
cuelga la lumbre sentada en el trapecio
velas e incienso
comparten el delirio de las infusiones
La mordida en la yugular
se convierte en imagen recurrente
subo los peldaños
hacia la torre de su cuello
El golpeteo de su vientre
se hace melodía en mis tímpanos
huelo su sudor
mezcla de cigarrillo, menta y perfume
las mejillas sonrojadas por la timidez
quizás la inocencia que crece entre los tropiezos
Admiro sus uñas
encabezan los guijarros
que penetran el descaro
Respira
arquea las cejas
ya no reconozco el cortafuegos
se cuelan códigos prohibidos por las ventanas
No tengo permiso a la vida
hasta que ese hombre aprieta mi mano en el
[saludo
habito el cuarto de las ansiedades
42. (40)
Multitud
de
gentes
me
habita
cuando su piel se despide de la mía
Sé que no hay luz después de este túnel
un precipicio de soledad me espera
cuando pise la alfombra que dice «bienvenidos»
Los años me pesan
igual que la conciencia
Desperdicié la promesa del celibato
acurrucado dentro del vientre del refrigerador
Los ojos de ese hombre me siguen
entre la espesura del viento
temo herir sus sospechas
Por eso me dejo cubrir de cenizas
a sabiendas de que la sangre me pide a gritos
una
brevedad
con
él
para Arturo
43. Rod
Medina
(41)
El reportero de esa cadena multinacional
que acapara señales abiertas y cerradas
en este insignificante y tercermundista
país de televisiones importadas
acaba de anunciar que
—hecho confirmado—
hemos alcanzado un récord mundial
nunca antes editado:
más de veinte millones de individuos
—ignorando normas básicas del decoro
sin un dejo de pudor—
han
mudado de ideología
migrado a otros confines
conmutado la moneda nacional
cambiado de bando polìtico o
conservado un cargo público
después de haber «saltado la
[talanquera»…
... ¡en menos de diez años!
Anuncian que el veredicto fue unánime
y el premio
—en metálico—
TRÁNSFUGAS
44. (42)
Multitud
de
gentes
me
habita
por tan prodigiosa marca
será entregado cuando tengamos el decoro
de confesar públicamente
—en carta abierta debidamente refrendada—
los motivos de nuestra
insoportable levedad del ser
45. Rod
Medina
(43)
fuiste a marchar con los muertos
alegre te desnudaste
frente a las flores marchitas
que cuelgan del jarrón que nos regaló tu madre
Asomaste la nariz fuera de la luna
reías mientras bajabas
hacia la boca de los silencios
que esperan en cada esquina
Encontraste tu sombra en medio de la
[muchedumbre
eras otro sin esa máscara que dejas reposar por
[las noches
en la ventana
no me atreví a criticarte
eres más irreal cuando dices la verdad
Enfilaste el camino hacia la medianoche
comparsas de zombis
estrellaban sus calabazas
sobre la acera que rodea tu cuello
Estás vivo y no lo notas
prefieres fingir que te falta el aliento
cuando el entramado de estrellas de latón
flota sin premuras
AQUELLA NOCHE6
46. (44)
Multitud
de
gentes
me
habita
sobre tu corona de telarañas
Te pierdes en el nocturno de mis sueños
sonámbulo recorres las calles
te conducen a mi lengua de trapo
detrás vienen los otros trasnochados
a juntarse con tu cuerpo
hacerse uno contigo
para fornicarme con impaciencia
hasta la hora de los grillos
para Luis
47. Rod
Medina
(45)
Tres y veinte de la madrugada:
tengo entendido que a esa hora
salen mariposas de los armarios
Levanto las sábanas
encuentro vísceras desperdigadas en la cama
(anoche cené con la muerte)
Toco una luz mortecina
que pende sobre mi ombligo
lejos se oye un fulgor de estrellas
Descubro una mirada que vela
simulando ser gorrión
o cerilla a la espera de otras mentiras
Más allá se acurruca el hombre
escapado de una celda —¿o es mi
[padre?—
como membrana se esparce en diagonal
Un reflujo navega mi esófago
prefiero callarlo antes del timbre
que acabará con esta maldita secuencia
LA MORADA DE MIS DESVELOS
49. Rod
Medina
(47)
En esta hora supe de ti
apenas reconocí el secreto
que malamente amparabas
en un albergue de presencias
junto a la boca amarga
En esta hora supe de ti
en el lícito momento
estremece el vuelo una pesadilla
cuando el día llega y despunta
expira el alma tranquila
En esta hora supe de ti
suspendida en la ignorancia
que estrangula latencias
navega furtivamente la pena
hasta fraguar agrestes blasfemias
En esta hora supe de ti
aguardas escondida
en la morada de mis desvelos
muerte tardía mientras
el soplo escapa de sus dedos
EN ESTA HORA SUPE DE TI
50. (48)
Multitud
de
gentes
me
habita
En esta hora supe de ti
y no quise más volver
a ser el hombre sanguinario
que tristemente recogió
ternuras en el descampado
En esta hora supe de ti
y cierta pesadumbre atornilló
sus uñas en mis oídos
así, sin permiso, vagó
despacio por los caminos
En esta hora supe de ti
mudé el silencio al asilo
lejos del tumulto
incapaz de sellar el libro
de los moribundos
51. Rod
Medina
(49)
el plato de tallarines con carne
bajo mi mano derecha
la carta que dejaste
No he osado leerla
imagino lo que dice
Aquí dejo el almuerzo
preparé lo único que tenía en la
[alacena:
un paquete de pastas a medio
[llenar
y una lata de albóndigas en salsa
No me esperes
llego después de las once
Hoy tengo guardia
Un beso
Acerco las viandas
giro distraído el tenedor
hundiendo sus dientes en el ovillo guisado
la primera mascada hasta la boca
¿Y si escribió algo distinto?
Serví lo que más te gusta
Cómetelo todo
porque es el último alimento que
[prepararé para ti
AL OTRO LADO DE LA MESA
52. (50)
Multitud
de
gentes
me
habita
Me cansé de tus ojos de polvo
tu falta de sonrisa
No llames ni me busques
Fuiste bueno hasta que caducó el
[amor
¡Triste! Así es la vida
Cuídate
Lloro como un crío
acurrucado en la servilleta
¡Qué mal sabor me produce
la verdad puesta sobre el mantel!
Trozo una bola de carne
y la engullo con tristeza
Tomo fuerzas para darle vuelta al papel
doblado a la mitad
Lo acerco a una distancia justa
—la presbicia, ya saben—
y leo desde mis ojos en sollozos
¡Como los hacía tu mamá!
Buen provecho
Te quiero
53. Rod
Medina
(51)
El alma ha vuelto al cuerpo
mis labios se relajan
el ceño descarga su amargura
mientras mastico con optimismo el bocado
¡Cómo me encanta dramatizar
a la hora del almuerzo!
54. (52)
Multitud
de
gentes
me
habita
transcurrió en medio de una súbita ceguera
noveles cuerdas
tensadas una a una
pulso pulso pulso
No sabía si gemir o simular
tendida allí
desvestida
convulsa
transmutada
Su tacto invocaba el deleite
hormigueo ardor rocío
sacudida en el vientre inmortal
palpita la tesitura de cada nota
Dentro
Así
Más
Más
Más
El vientre detona
vuelo en minúsculos retazos
Desaparezco
ANOCHE DORMÍ CON ÉL
55. Rod
Medina
(53)
¿Mi boca pronunció
alguna de esas palabras?
O fueron ecos en mi cabeza
arribando desde abajo
vasta cavidad espoleada
Nada más recuerdo
(solo temblor y cosquilleos)
Dedos
Oh, sus dedos
maravillas
tallando
nuca
labio
axila
pezón
ombligo
clítoris
muslo
rodilla
talón
Sí
anoche deliré
junto a la almohada
57. Rod
Medina
(55)
Junto a una fotografía donde aparecía mi rostro
[amargo
decía:
«Este hombre conspira con el diablo»
Después de una acalorada llamada telefónica
resolvieron enmendar el error:
«El diablo niega conocer a dicho sujeto»
DERECHO A RÉPLICA
58. (56)
Multitud
de
gentes
me
habita
La arruga en la frente me jugó una mala pasada
sin previa autorización
instaló su buró
en medio de la discusión
que tuvimos
(mi novia y yo)
esa noche cuando me halló de rodillas
con la cabeza perdida en las vergüenzas
del vecino de enfrente
SOPLONA
59.
60.
61. ÍNDICE
LIMINAR 5
POEMAS
SI MI CORAZÓN 9
DETRÁS DEL PRETEXTO 11
CALAMBRES 12
AYER TE VI 14
ORGASMO 17
POST MÓRTEM 19
SALÓN DE BELLEZA 21
UNIVERSO PARALELO 23
ESTA ES LA MANO 24
BAJO LA CREMALLERA 25
MULTITUD DE GENTES ME HABITA 26
VINO LA MUERTE 28
EN ESTA CASA VIVE UN SUBVERSIVO 29
SUEÑO LÚCIDO 31
UN INSTANTE 33
SARAH POLLEY SUMERGIDA 35
ESE HOMBRE 37
TRÁNFUGAS 41
AQUELLA NOCHE 43
LA MORADA DE MIS DESVELOS 45
EN ESTA HORA SUPE DE TI 47
AL OTRO LADO DE LA MESA 49
ANOCHE DORMÍ CON ÉL 52
DERECHO A RÉPLICA 55
SOPLONA 56