1. La lengua, como pertenencia de la masa social, se engloba dentro de los hechos
humanos. Como ya hemos dicho, se trata de un sistema de signos, entre los cuales es
el más importante. Si se creara una ciencia que estudiara la vida de éstos, recibiría el
nombre de semiología, y sus funciones serían las de determinar qué son y señalar
cuáles son sus leyes. Como parte de la semiología, a la lingüística le correspondería
determinar el lugar de la lengua en ella, y a la psicología, a la que la semiología
pertenece, determinar su puesto absoluto.
Sin embargo no podemos hablar de ciencia porque sus problemas no se han resuelto,
ya que la lengua es necesaria para ello y no ha sido estudiada de un modo
conveniente. A la hora de estudiar la lengua se han olvidado su cualidad social y su
condición de ente ajeno a la voluntad humana. Para realizar un estudio adecuado
debería ser comparada con otros sistemas de signos y su resultado sería el fin del
problema lingüístico, que es el no tener objeto de estudio, convirtiéndose además en
necesidad la función de la semiología: agrupar los signos y determinar sus leyes.
La comunicación oral constituye un aspecto esencial para el desarrollo integral del
hombre, a ella se vincula, en gran medida, el desarrollo del pensamiento, la memoria,
la imaginación, la capacidad de aprender, de conocer el medio que le rodea y de
aprender a transformarlo.
El lenguaje es un fenómeno social que nació del trabajo y la convivencia social de los
hombres, representa una actividad muy complicada, estrechamente interrelacionada
con las demás funciones psíquicas del individuo, intelectual, emocional, motivacional.
La importancia del lenguaje es que nos permite desarrollarnos como un ser social, que
piensa, habla y expresa lo que siente libremente