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Alma Adriana León Romero María Teresa Bermúdez Ferreiro
María Magdalena Duarte Godoy
EL PROGRAMA DE FORMACIÓN PEDAGÓGICA UNA APORTACIÓN PARA EL
PROCESO DE PROFESIONALIZACIÓN DOCENTE.
RESUMEN:
El papel que actualmente juega la educación, es reconocido como estratégico para
el desarrollo de una nación y es a su vez, el vehículo para lograr una inserción más
favorable en la economía nacional e internacional de los países.
Se considera la función del profesor como decisiva para el avance de la educación.
Un factor esencial y fundamental para lograr una enseñanza de calidad en las
instituciones educativas, es la formación y preparación de su recurso humano. La
tarea del profesor, consiste hoy en día, en enseñar a los alumnos a aprender y a
tomar iniciativas, así como a desarrollar su creatividad. Por lo tanto es recomendable
tomar las medidas pertinentes en materia de formación, actualización y mejora de
las competencias pedagógicas, mediante el desarrollo de programas adecuados,
que estimulen la innovación en los planes de estudio y los métodos de enseñanza.
Bajo este contexto y en un esfuerzo por contribuir a la mejora de la calidad educativa
que se ofrece en México, el objetivo de este trabajo es proponer el Programa de

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Formación Pedagógica para la formación de profesores de diferentes niveles
educativos, como un espacio interdisciplinario de reflexión y análisis, cuyo propósito
es lograr que la docencia se practique de manera consciente y significativa para que
responda a los fines y objetivos educativos de la institución y del país.
TEXTO DE LA COMUNICACIÓN:
Presentación.
Para que los países puedan lograr el desarrollo, se requiere de una educación
de calidad, que produzca conocimientos y forme profesionales capaces de aumentar
la capacidad productiva, cultural y organizativa en todos los sectores sociales.
La expansión de la educación, sumada a los propósitos de elevar los niveles
académicos, influye directamente en la práctica docente, la cual debe ser abordada
desde un enfoque histórico, social y cultural y no sólo técnico-instrumental. Bajo este
contexto y en un esfuerzo por contribuir a la mejora de la calidad educativa en
México, se propone el Programa de Formación Pedagógica, como un espacio
interdisciplinario de reflexión y análisis, cuyo propósito es lograr que la labor docente
se practique de manera consciente y significativa para que responda a los fines y
objetivos de la educación.
La actividad en el campo educativo, puede ser mejorada cuando la persona
se actualiza constantemente, llevar a cabo una práctica docente exitosa, es el
resultado de haber obtenido una formación adecuada, y además una educación
permanente, considerando la innovación y apoyándose en el uso de los medios de
información y comunicación. El uso de las tecnologías de la información y la
comunicación pueden ser herramientas para el desarrollo de la enseñanza y
aprendizaje.
Algunas instituciones educativas poseen compromisos renovados y pretenden
proponer programas de formación pedagógica, convencidas de solventar una clara y
evidente necesidad de formación y capacitación. Cobra gran atención, no sólo como

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necesidad apremiante de la sociedad demandante de calidad educativa, sino de
integrar como una actividad permanente entre las principales líneas y niveles de
atención para muchas instituciones educativas.
Todo ello hace que la propuesta de formación pedagógica, pueda formar
parte del planteamiento de diversas instituciones educativas para mejorar la calidad
de la educación que imparten. Asimismo, cabe mencionar la importancia que tiene
para instituciones públicas de educación superior, atender proyectos de esta
naturaleza en el sentido de brindar atención y ocupación para apoyar niveles
educativos anteriores. Así, se pretende hacer un aporte social a la comunidad en
general pero sobre todo a coadyuvar a mejorar la formación de niños y jóvenes.
Las instituciones formadoras de profesores realizan varios esfuerzos para
apoyar la formación y actualización de los docentes, esta propuesta es un esfuerzo
que incluye la idea de renovar los modelos para la formación y actualización de
profesores, que responda de manera pertinente a la necesidad de preparar personas
de alto nivel en formación pedagógica, capaces de generar nuevas relaciones que
incidan en beneficio de la sociedad y del país en general.
La formación pedagógica para mejorar la educación.
Es evidente que los procesos en materia educativa que actualmente se llevan
a cabo, son producto de la evolución y comportamiento de los diversos modelos de
desarrollo económico y social, tanto nacional como internacional, sin dejar de
mencionar la globalización y las nuevas tecnologías, que determinan a una nueva
sociedad o sociedad del futuro, denominada sociedad del conocimiento, misma que
está dibujada por los avances en la telemática y las habilidades que el ser humano
pueda desarrollar para su aplicación en las diversas áreas del conocimiento y en la
solución de problemas.
El nuevo entorno económico obliga a los diferentes sectores retos
mayúsculos, alcanzar el más alto nivel de desarrollo en las distintas áreas. La

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innovación o desarrollo de nueva tecnología; posicionarse competitivamente a la
vanguardia, alcanzar parámetros internacionales, todo ello de cara al perfil que
establece la nueva sociedad del conocimiento. Temas como la formación,
actualización, investigación en entidades públicas y privadas y sobre todo el estudio
a la realidad, cobran importancia en momentos en que el establecimiento de
acuerdos, negociaciones y cooperación se dicta como imprescindible para la
construcción de nuevas y equitativas relaciones socioeconómicas.
Por otro lado, las instituciones internacionales relacionadas con el campo
educativo, como ejemplo, la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura
de las Naciones Unidas (UNESCO) (1998), menciona que las instituciones de
educación superior deben ser consideradas componentes de un sistema continuo, al
que deben contribuir y fomentar, que empieza con la educación para la primera
infancia y la enseñanza primaria y prosigue a lo largo de toda la vida. Las
instituciones educativas, deben actuar en estrecha colaboración con los padres, las
escuelas, los estudiantes y los grupos socioeconómicos y las diferentes entidades.
Además la misma organización, hace referencia que la educación superior,
debe aumentar su contribución al desarrollo del conjunto del sistema educativo,
sobre todo mejorando la formación, actualización y capacitación del docente, la
elaboración de los planes de estudio y la investigación sobre la educación. Hace
hincapié en que todos los establecimientos de enseñanza superior, deben establecer
directrices claras, preparando a los profesores de los niveles preescolar, primario y
secundario, fomentando la innovación constante en los planes de estudio, las
prácticas más adecuadas en los métodos pedagógicos y el conocimiento cabal de
los diversos tipos de aprendizaje.
Se considera la función del educador como decisiva para el avance de la
educación. Un elemento esencial y fundamental para lograr una enseñanza de
calidad para las instituciones educativas, es la formación de su recurso humano. La
tarea del profesor, consiste hoy en día en enseñar a los alumnos a aprender y a

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tomar iniciativas. Por lo que se deben tomar las medidas adecuadas en materia de
actualización y mejora de sus competencias pedagógicas, mediante programas
adecuados, que estimulen la innovación permanente en los planes de estudio y los
métodos de enseñanza y aprendizaje.
La UNESCO (1998), reconoce que el personal docente y los estudiantes son
los principales protagonistas de la educación. Menciona que se debe situar a los
estudiantes y sus necesidades en el centro de las preocupaciones, y considerarlos
participantes esenciales y protagonistas responsables del proceso de renovación de
la enseñanza.
En estos momentos existe el discurso en torno la formación de los profesores
en el contexto de la educación basada en competencias. La formación docente en
este marco de referencia, está encaminada a que el profesor desarrolle
competencias pertinentes para acometer su labor de manera fundamentada,
efectiva, responsable e íntegra desde el punto de vista ético.
Según Díaz Barriga (2000) y Gonzci y Athanasou (1996), la formación de
profesores, incluye en su debida complejidad, los conocimientos, valores y
habilidades requeridos para entender e intervenir en una situación profesional
particular. Juega un papel fundamental el contexto y la cultura del trabajo, la
intencionalidad de las actuaciones, los conflictos de valores y los procesos de toma
de decisiones institucionales o personales, así como la existencia de más de una
manera de planear y solucionar los problemas. Esta idea de competencia docente
muestra coincidencias en el constructivismo, el enfoque de la cognición situada y los
paradigmas crítico-reflexivos.
Ante esta situación que viven las instituciones de educación, se hace
necesaria la formación de su personal docente. Ya que la docencia es una actividad
que requiere una preparación específica, porque se busca el aprendizaje de los
alumnos y no sólo la transmisión de conocimientos.

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El modelo presentado a continuación, está diseñado de acuerdo a las ideas
que diferentes autores presentan sobre el concepto de formación docente, de la
experiencia propia como formadora de formadores y de las ideas de Rodríguez
(1995) quien señala, no es posible referirse a la formación del profesor, sin partir del
modelo de él mismo. Y no es posible hablar del modelo de profesor, sin entender el
proceso de enseñanza aprendizaje y el modelo educativo institucional.
Por lo anteriormente expuesto, se propone el siguiente modelo de formación
pedagógica.
Sector educativo y social
PROGRAMA DE
FORMACIÓN
PEDAGÓGICA
Formación de recurso humano
Principales estrategias
y acciones para la
formación y actualización
del docente
Maestría en
Docencia
Licenciatura
en Docencia
Diplomado en
área
pedagógica
Especialidad
en Docencia
Doctorado en
Ciencias de la
Educación
Cursos
permanentes
Cursos obligatorios
Cursos optativos
Actividades académicas prácticas en contextos reales
Asesorías académicas individuales y grupales
Diferentes modalidades educativas

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Este modelo es inabordable sin recurrir al concepto de educación y aún en
último término, sin partir de una concepción de la persona, del profesor. Es decir las
tendencias en la formación del profesor no pueden contemplarse aisladamente, son
el resultado o el fruto de estos dos elementos.
Ante esta perspectiva, es importante tener en cuenta que una propuesta
institucional, cualquiera que sea su naturaleza, sólo se lleva a la práctica a través de
la participación de los profesores. Quienes pueden crear las condiciones que
permitan materializar un proyecto educativo. Por tal motivo, es necesario promover
espacios intelectuales para el debate e intercambio de experiencias y eventos
académicos. El construir formas apasionadas de aprender, constituye un desafío de
los modelos educativos actuales. Comenio examina la acción de las escuelas en el
siglo XVII, expresa que para educar a la juventud se ha seguido un método tan duro,
que las escuelas han sido vulgarmente tenidas por terror de los muchachos y
destrozo de los ingenios (Díaz Barriga, 1994).
El Programa de Formación Pedagógica, es considerado una necesidad
sustentada en un interés manifiesto por el Sistema Educativo Mexicano y el sector
académico, que se visualiza a partir de los resultados obtenidos en estudios, en los
que se pudo observar la falta de formación y actualización de docentes en servicio.
A manera de ejemplo, hay profesores en activo que cuentan con una
licenciatura afín a la asignatura que imparten, pero no cumplen con el perfil
pedagógico adecuado, es decir no tienen formación pedagógica sustentada.
Es evidente la urgencia de renovar los modelos de gestión para la formación
de los docentes, que respondan de manera pertinente a la problemática y por ende
la necesidad de contar con educadores de alto nivel en formación pedagógica,

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capaces de generar nuevas relaciones que incidan en beneficio de la sociedad en
general.
Al ser la práctica docente una de las actividades prioritarias del sistema
educativo, es importante formar y actualizar al recurso humano para lograr que esa
actividad se desarrolle efectivamente, por lo tanto, es valioso que existan programas
que brinden la formación y actualización pedagógica a los académicos que
participan en esta ardua tarea, por lo tanto se hace necesario este espacio, que
además promoverá la reflexión y análisis de la situación de la vida escolar.
La Filosofía educativa como base para la formación del profesional docente.
La innovación es una exigencia de la época actual, una sociedad inmersa en
un proceso de cambio acelerado en todas las esferas de la vida humana, exige
transformaciones en la organización y operación de la educación en general.
Tanto en el ámbito internacional como nacional, las universidades poseen
responsabilidades para el cambio y la transformación del contexto a través de la
formación, actualización y capacitación a personas, tanto en capacidades cognitivas
relacionadas con su disciplina, como en habilidades y destrezas específicas para la
práctica profesional.
Hoy los nuevos enfoques de desarrollo docente, son claros en privilegiar una
formación sumada a la exigencia pedagógica en términos de competencias, como
requisito indispensable para un adecuado posicionamiento en la dinámica del actual
del trabajo docente. Competencias como analizar y resolver problemas, ser creativo
para actuar en situaciones imprevistas, conocerse a sí mismo, conocer a los
alumnos, trabajar en equipo en diferentes contextos, entre otras.
En este contexto de nuevas competencias docentes, se articula lo que se
denomina formación flexible, misma que se refiere a la gama de formas y medios,
apoyos, tiempos y espacios que una institución ofrece para responder a las

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demandas de formación y para generar, una mayor cobertura y calidad del servicio
educativo. Es una noción amplia que implica un cambio fundamental, de las
prácticas educativas centradas en el maestro y los contenidos, a las prácticas
centradas en el alumno (Díaz Villa, 2002).
Los retos hacia la formación, actualización y capacitación docente, se
identifican en temas como la práctica social, en la que intervienen los significados,
las percepciones y las acciones de las personas implicadas en el proceso de
aprendizaje (maestros, alumnos, autoridades educativas y padres de familia), así
como los aspectos político-institucionales, administrativos y normativos, que de
acuerdo al proyecto educativo, delimitan la función del maestro (Fierro, Fortoul y
Rosas, 2003).
Además, la profesionalización docente debe considerar el uso de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación como herramientas para el
aprendizaje y como promotoras de la interacción humana, tomando en cuenta la
demanda de nuevas formas de enseñar y aprender de acuerdo a los avances de la
ciencia y la tecnología. Ante las nuevas alternativas de producción del conocimiento,
existen elementos para la atención de la problemática docente, como son la
transición y reconceptualización hacia la práctica docente innovadora.
El docente debe tener en cuenta que el proceso de aprendizaje se basa en la
capacidad de encontrar, lograr accesibilidad y poder aplicar los conocimientos para
resolver problemas cotidianos. En este nuevo paradigma, es más importante
aprender a aprender, aprender a transformar información a nuevos conocimientos, y
aprender a transferir nuevos conocimientos a aplicaciones, que a memorizar
información.
Por lo tanto, los profesionales de la docencia, deberán estar preparados para
reconocer la importancia que conlleva la búsqueda de información, el análisis, la
habilidad de razonar y de resolver problemas, específicos del campo educativo.

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Además debe contar con aptitudes como, aprender a trabajar en equipo, enseñar a
colegas, desarrollar la creatividad, y además poder adaptarse a los cambios
originados por la modernidad y la globalización.
La UNESCO (1998) menciona, que en un mundo de rápido cambio, se
percibe la necesidad de una nueva visión y un nuevo modelo de enseñanza que
debe de estar centrado en el estudiante.
Para un entendimiento más amplio de la calidad educativa, el docente debe
llevar a cabo sus tareas, tomando en cuenta la educación centrada en la persona,
favoreciendo el desarrollo integral de la personalidad del estudiante, que le permitan
adaptarse a circunstancias cambiantes, capacitarlo para dirigirse a sí mismo,
formarlo como ser crítico, creativo que aprende a aprender de sus experiencias, que
vive en un proceso de descubrimiento de los conocimientos y habilidades necesarias
para resolver y prever problemáticas, además de respetar su individualidad.
Consciente de los cambios acelerados que se viven en la sociedad actual,
algunas instituciones formadoras de profesores, desarrollan el modelo centrado en el
aprendizaje de la persona, bajo los preceptos de una educación a lo largo de toda la
vida. Por lo que sus acciones están basadas en nuevas formas de concebir las
funciones sustantivas de docencia, investigación y extensión, en interacción
permanente para que impacten en el proceso de aprendizaje.
Otra parte fundamental, para el desarrollo de las funciones sustantivas en
instituciones de educación superior, es la vinculación, ésta cobra un sentido amplio
para la formación de profesionales de la docencia e impacta a dichas funciones.
Según Roa, León y Ramírez (2004), la Universidad Autónoma de Baja California
(UABC), concibe tres tipos de vinculación:
1. La de investigación, a través de la cual se relaciona la institución, otras
instituciones educativas y las empresas para el desarrollo de aplicaciones o
mejoras que pueden llevar a innovaciones o no en productos y procesos.

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2. La de asistencia técnica, relacionada con la función de servicio que todo
estudiante de educación superior, debe realizar a favor de los sectores más
desfavorecidos. Se trata de propiciar aprendizajes significativos a partir de la
resolución de problemas sencillos a través de estudiantes que cooperan y
aprenden al mismo tiempo.
3. La de educación continua, tiene que ver con los servicios de actualización y
capacitación permanente que requieren las personas que se encuentran
prestando sus servicios en los diferentes sectores productivos (públicos o
privados).
Los principios y la innovación para el cambio están articulados en diferentes
instituciones educativas. Respecto al nivel académico, los esfuerzos de innovación
se concentran en una educación centrada en el aprendizaje, en diferentes
programas educativos de licenciatura y posgrado, con profesores con grado de
maestría y doctorado, más la vinculación de las actividades de enseñanza con
diversos contextos y de influencia en el entorno social, todo bajo un sistema
curricular vinculado al desarrollo del Estado, la región y el país en general.
La calidad de la educación se alcanza a través de un ambiente de creatividad
e innovación, promoviendo valores fundamentales como verdad, honestidad, respeto
a la vida y a los demás, responsabilidad, solidaridad y ética, que le den sentido a los
atributos de espíritu crítico y emprendedor, pertinencia, liderazgo y
multidisciplinariedad (Mungaray, 2002).
En el nuevo contexto educativo, se demanda al docente flexibilizar o modificar
las técnicas didácticas, los métodos de enseñanza y el dominio del contenido
temático, el buen uso de los materiales didácticos, el uso de las tecnologías de la
información y la comunicación, además de las instalaciones y el equipo disponible,
así como su disposición para llevar el acto educativo al mundo del trabajo, las cuales
suponen constituirán la base para el éxito.

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Así mismo, las acciones educativas están dirigidas a la formación de
profesionales de la docencia, considerando los elementos teóricos, prácticos, éticos
y de responsabilidad social para fomentar actitudes de liderazgo, perseverancia,
autodisciplina, honradez, creatividad y el espíritu emprendedor. Además de
proporcionar las herramientas metodológicas que permitan un aprendizaje
permanente para actualizar los conocimientos y habilidades adquiridos a través del
tiempo y de la vida.
Estas formulaciones llevan a considerar enfoque integrados para la formación
profesional del profesorado, considerando a un profesor competente como aquel que
tiene la capacidad de poner en juego una compleja interacción de atributos en
diferentes contextos (Gonzci y Athanasou 1996).
En este sentido podemos afirmar, el profesional de la docencia deberá
poseer, además del dominio de la materia, varios atributos y conocimientos, entre
algunos de ellos se encuentran:
•••• Investigación e innovación.
•••• Conceptualización de la educación y conocimiento basado en la práctica.
•••• Enseñanza basada en problemas.
•••• Cultura y valores.
•••• Nuevos paradigmas para la teoría de la educación.
•••• Ser facilitador y promotor del aprendizaje.
El curriculum y el profesional docente.
La formación de profesionales de la docencia, puede ser una acción
innovadora, siempre y cuando se demuestren conocimientos de cambio, de orden
modificable y con acciones concretas que conlleven a la mejora de la educación, aún
con la incertidumbre y las potencialidades encontradas en la práctica docente y en el
contexto escolar real determinado.

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Según Bolívar (citado en Escudero y Luis, 2006), cuando la identidad de base
(profesor de Matemáticas o Lengua, etc.) choca con las demandas del campo
profesional como es, atender las vidas de los alumnos, ordenar la clase, educar, se
genera la primera crisis de identidad profesional, lo que puede discordar con las
necesidades del ejercicio profesional, generando esa crisis. Por lo tanto, la formación
pedagógica, debe estar integrada al plan de estudios, para evitar choques o crisis de
identidad profesional.
Además Gimeno (2002) afirma que el sistema educativo y el curriculum, son
elementos que llevan a la diferencia de funciones entre profesores y otros
profesionales. La pérdida de unidad en la labor y la desaparición de algunas
competencias profesionales y de conocimientos, es provocada cuando un profesor
no ejerce una competencia, es decir desaparece de él, la necesidad de
racionalización, análisis y propuesta de esquemas prácticos reales.
La falta de un currículum práctico en la formación profesional docente,
provoca en muchos de los casos, inseguridad profesional, la pérdida de
competencias, obliga al mismo docente a reproducir sus esquemas, de los que
puede dar cuenta así mismo y a los otros. Se abstiene de técnicas y no aprovecha
las habilidades grupales que requieren de prácticas más variadas y dinámicas. Al no
contar con los recursos materiales, formativos y a veces actitudinales requeridos, no
logra el desarrollo de las competencias mínimas estipuladas.
Sumado a lo anterior, existe el abanico de «ingredientes» inabarcables para la
condición docente, señalada por Escudero (citado en Escudero y Luis, 2006), como
pueden ser: atributos, intereses, actitudes, talantes personales, «más
profesionales», comportamientos, capacidades, repertorios para la enseñanza,
esquemas de pensamiento, valores y principios éticos, condición de trabajador y
funcionario al servicio del Estado, entre otros.

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La influencia que ejerce el currículum en la formación profesional de los
docentes, está condicionada por el papel que se les asigna en el curriculum. La
evolución de los objetivos son propuestas de profesionalización de los profesores.
Además el papel de los profesores está prefigurado por el margen de actuación que
le deja la política y el marco administrativo en el que se regula el curriculum. El
contenido de la profesionalidad docente está en parte decidido por la estructuración
del curriculum en cada nivel de sistema educativo (Gimeno, 2002). El autor señala
que la profesionalidad docente es ser un buen profesor, donde las funciones que
desarrolla dependen de los contenidos, finalidades y mecanismos de desarrollo
curricular.
Los profesores son los receptores de la experiencia profesional que se
contiene en la elaboración de los currícula; tiene una forma importante de
socialización profesional sobre ellos, porque transmite mensaje explícitos sobre: la
selección de contenidos, su organización, la presentación a los alumnos, integrarlos
a otros contenidos, etc. Se establece el modo de operar metodológicamente, una
forma de identidad profesional, un espacio para la autonomía dentro del que se
ejerce la profesionalidad (Gimeno, 2002).
En estudios sobre la formación profesional, inserción en el campo de trabajo,
el papel de los investigadores ha sido muy importante. Para McKernan (1999), existe
la urgencia de la reforma para la excelencia. Ha empujado a los investigadores del
curriculum ha dirigirse hacia los programas de profesionales en ejercicio, la
supervisión de la actividad, por lo que la investigación-acción, se ha convertido en
acción importante en muchas escuelas.
McKernan (1999), enfatiza tres puntos que la enseñanza debe tomar en
cuenta: a) tener un gran almacén de conocimientos y la competencia para practicar
su arte y su oficio de enseñar; b) poseer considerable destreza y experiencia de
investigación: un conocimiento teórico y; c) ser capaz de enseñar bien y de manera
competente.

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Además el profesional docente debe estar convencido de la función social que
desempeña, conocer el valor de la educación que imparte a los estudiantes, debe
asumir el compromiso con su comunidad para poder desarrollar el aprendizaje para
la vida y la sociedad.
Por otra parte Bolívar (citado en Escudero y Luis, 2006, p. 126) afirma que la
práctica profesional docente, conlleva a la enseñanza como una profesión dirigida a
enseñar para el ejercicio activo de una ciudadanía democrática en un mundo
cambiante, por lo tanto tres son las áreas generales de conocimientos, habilidades y
disposiciones que se deben tener en cuenta para formar profesores:
a) Conocimiento de los alumnos y de cómo aprenden y se desarrollan en un
contexto social.
b) Concepciones de los contenidos del curriculum y de sus objetivos.
c) La comprensión de la enseñanza a la luz de las capacidades de los alumnos para
adquirir los conocimientos, informada por la evaluación y apoyada en el entorno
del aula.
Además, Aguerrondo y Pogré (2001) afirman que los profesores deben
conocer, saber seleccionar, utilizar, evaluar, perfeccionar y crear estrategias
didácticas efectivas, incluyendo las nuevas tecnologías y actividades donde se
utilicen recursos múltiples.
Gimeno (2002) señala que la reestructuración de los currícula supone
cambios decisivos en el concepto y contenido de la profesionalidad docente, en su
formación cultural y pedagógica. Las competencias y aptitudes del profesor son
exigencia de un proyecto de socialización llamado educación integral. Los cambios
de curriculum, reflejo de una dinámica social más amplia, reclaman un nuevo
profesor.

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Por lo anterior es importante una transformación pedagógica desde el
desarrollo de los contenidos, hasta una formación profesional del profesorado, que
considere la función educativa y la enseñanza como base para integrarse
productivamente a una sociedad económica, social, política y culturalmente
compleja.
Ya que como afirma Gimeno (2002), la ordenación del curriculum forma parte
de la intervención del Estado en la organización de la vida social, ordenar el
conocimiento es una vía de influir en la cultura y en todo el aspecto social y
económico de la sociedad. Asimismo, cambiar la práctica educativa significa alterar
la política del curriculum, la renovación pedagógica tiene un componente político
importante.
La profesión del docente conlleva capacidades, habilidades, aptitudes y
valores implica ser creativo, flexible, tolerante, innovador y estar sujeto a un
permanente desarrollo y crecimiento profesional.
Oliver (2003), señala que la razón por lo que la práctica educativa no supera
su condición como experiencia inicial de innovación, es porque las instituciones son
centros que no tienen mecanismos necesarios de canalización de iniciativas
innovadoras adecuadas para estimular y apoyar procesos de innovación.
Schön (citado en Gimeno, 2002) señala que el profesional de la docencia no
puede compararse a otras profesiones. El análisis de las actuaciones prácticas de
los profesores, la identidad epistemológica del conocimiento y de la técnica
pedagógica y los posibles supuestos éticos dentro de la que se desenvuelve la
enseñanza, impiden admitir la imagen de tecnólogo en el docente.
Aunque la profesionalización de los docentes, depende de diversos factores y
termina por adoptar un papel u otro de acuerdo al sistema y modelo educativo, con
cierta formación de profesores, tanto disciplinaria como pedagógica.

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Existe la resistencia del profesorado para considerar la relación entre
innovación y desarrollo docente, esto se sintetiza en lo siguiente: la falta de
formación inicial para los procesos de innovación, los obstáculos y limitaciones
encontrados en las instituciones o planteles educativos y la tradición del profesor,
centrada sólo en sus capacidades pedagógicas.
Incluir la innovación refleja lo que el profesor enseña, en lo que está seguro y
en los aspectos positivos que desea encontrar para desarrollar su tarea educativa. El
profesor difícilmente innovará si no se le forma, ni se le retroalimenta en sus pasos y
garantice beneficios y seguridades profesionales (Oliver, 2003).
Para Escudero (citado en Escudero y Luis, 2006, p. 35) la profesión docente
debe estar basada en cuatro ejes: a) los valores, creencias y compromisos sociales
y morales con la educación; b) el sentido de la eficiencia y la construcción sobre la
base del conocimiento teorico-práctico y el desarrollo de las capacidades; c)
conjunto de visiones, actitudes y prácticas para establecer relaciones con los
estudiantes basadas en el respeto, cuidado y responsabilidad; d) convencimiento del
valor e importancia de trabajar con otros.
Shulman (citado en Gimeno, 2002), identifica varios conocimientos que debe
poseer el profesor como apoyo a su profesionalidad docente: conocimientos del
curriculum; pedagogía (general); materiales y programas; contenido pedagógico
necesario para entender problemas profesionales; de los alumnos; del contexto
educativo, de los fines educativos, valores y su significado filosófico e histórico.
Oliver (2003) por su parte considera que para la formación del profesorado se
requiere:
se den prácticas docentes dirigidas a la diversificación y a la
atención de las diferencias en todos los alumnos que acuden a

18. 18
un centro educativo, es necesario no sólo que el profesorado
comparta las concepciones educativas precisas para una
práctica adecuada, sino que es necesario que posea el
conocimiento de las técnicas que le son propias y las
habilidades necesarias para adquirir seguridad personal y el
grado de eficacia conveniente. (p. 191)
El desarrollo profesional influye en la práctica docente, puede ocasionar
cambios y rendimiento de los alumnos, mismos que experimentan a su vez cambios
en sus conocimientos, habilidades, actitudes y valores.
Vaillant (2005), afirma que para mejorar la formación de docentes, se debe
poner en el centro de la agenda la profesionalización del mismo desde una
perspectiva integral: buena formación, eficiente gestión y justa remuneración. Hace
una crítica señalando que los programas cortos y los planes y programas de estudio
muy teóricos, suelen sacrificar la práctica en el aula y la preparación de las materias,
aspectos fundamentales en la formación de profesores.
Según Imbernón (citado en Escudero y Luis, 2006) en un análisis de lo que se
escribe oficial y académicamente, existe un súper maestro o maestra con
dificultades para conseguir las competencias en la educación actual, entre éstas se
encuentran: mediador, conocedor, educador, profesional autónomo, actitud colegial,
proponedor, solucionador de problemas y toma de decisiones, trabajador y
conocedor del vivir diario. Sin embargo lo que realmente se necesita es plantearse
como mínimo cuatro aspectos: la reconceptualización de la educación; ámbitos y
valores para evitar la exclusión social; la profesión docente en la construcción de
sociedades más justas y equitativas; y una nueva cultura en las instituciones
educativas y una nueva profesionalidad del profesorado.
Además de lo anterior Aguerrondo y Pogré (2001) mencionan que según la
misma OCED es deseable que los docentes desarrollen otras tareas:

19. 19
a) Trabajo en equipo entre los docentes
b) Tutoría individual para los alumnos
c) Contacto con los padres y la comunidad
d) Capacitación continua e investigación
e) Participación en la planificación y dirección de la escuela
Asimismo las actividades académicas son la forma en que se organiza y
expresa la profesionalidad del docente dentro de un contexto institucional que exige
realizar actividades para cumplimentar el curriculum. A cada tarea le corresponde un
esquema operativo de acción, un esquema teórico racionalizador (Gimeno, 2002).
El nivel de calidad de la formación de los profesores, permite su intervención o
no en unos temas u otros. La estructura del pensamiento pedagógico que a veces se
establece como idóneo puede acentuar en los profesores el papel de técnicos
sometidos a regulaciones precisas o diseñadores en contextos indeterminados y
abiertos. Además existen dos componentes básicos que distinguen la
profesionalidad de los profesores: la formación pedagógica, profesionaliza al docente
y la formación básica, capacita al profesor para transmitir o aprender contenidos
(Gimeno, 2002).
Es necesario preparar al profesor profesionalmente, con una formación
cultural, científica y pedagógica, con el propósito de que pueda participar
activamente en la aplicación pedagógica, el diseño y la elaboración de contenidos,
para entender la producción del saber, su significado educativo y social, que le
permita identificar situaciones, utilizar su experiencia ante las necesidades de
aprendizaje de los alumnos y tomar decisiones correctas.
El curriculum actual exige metodologías, saberes y competencias. Los
profesores y su práctica pedagógica no pueden responder a situaciones de
incertidumbre, donde se desconocen los criterios de competencia profesional.

20. 20
Además la responsabilidad del profesor, debe ser igualado con las condiciones
laborales y de su propia formación, principalmente.
Para Gimeno (2002), se corre el peligro de diseñar a un profesional que cada
vez es más difícil de encontrar en la realidad. Se idealiza en discursos pedagógicos
alejado de las condiciones reales de trabajo, de su preparación y selección de
profesores, lo que lleva a fomentar en los mismos la insatisfacción sobre la propia
institución escolar y de su propio trabajo.
El modelo del profesional docente queda sometido a directrices metodológicas
orientadas por las propias autoridades educativas y el mismo sistema. Sin embargo
debe tener cierta autonomía basadas en esa metodología y en los alumnos, tratando
de influir en el contexto escolar. Es importante que el profesor favorezca el desarrollo
pedagógico y no entre en conflicto con su propia práctica.
La profesionalidad del docente está configurada de acuerdo al análisis que se
hace de la actividad práctica, que es la forma de remover y mejorar los esquemas de
actuación práctica del mismo profesor, ya que llevan un orden interno de acción
(Gimeno, 2002).
Si no se logra la relación entre formación y práctica, la profesionalización
docente, entendiendo por ésta el bagaje de usos prácticos, con los conocimientos,
valores e ideologías que los sustenta, se ejerce y se reproduce sin que los actores
intervengan en su modelación y mejora (Gimeno, 2002).
Las exigencias de la educación escolarizada crecen más de prisa que la
formación de los profesores. Al profesor se le exige cada vez más, pero los sistemas
de formación y actualización son cada vez más estáticos o «sedimentados», como
señala Arnaut (2003).

21. 21
Los futuros profesionales que se preparan previamente para enseñar, deben
estar formados sobre la base de una dimensión curricular basada en la actividad
didáctica, la toma de conciencia social del significado y de lo complejo que resulta el
trato con alumnos, sobre sus actitudes, capacidades y hábitos, sobre el ejercicio de
su futura profesión. Los profesionales de la enseñanza, deberán desarrollar la
capacidad técnica y actitud profesional para la práctica innovadora docente que lleve
a los alumnos a un aprendizaje para toda la vida.
Gimeno (2002) afirma que para la existencia de una práctica docente efectiva,
la formación desde el inicio, debe considerar lo siguiente:
a) Dotarles de un saber hacer práctico en los niveles que vaya a trabajar del
curriculum. Que se concrete en los esquemas prácticos moldeables y adaptables
a las circunstancias.
b) Ayudarles a establecer una fundamentación de los saberes prácticos para
justificar y analizar su práctica, en función de las tareas que realizan.
c) Ser capaces de analizar y cuestionarse las condiciones que delimitan las
prácticas institucionalmente establecidas, analizando sus supuestos y
promoviendo alternativas adecuadas a los modelos educativos.
De la misma forma Imbernón (citado en Escudero y Luis, 2006, p. 240)
considera que para ir pensando en una nueva forma de profesión docente, es
necesario una cultura que desarrolle: a) un nuevo proceso de formación inicial y
permanente; b) un mayor apoyo a la labor del profesorado; c) cambiar los modelos
organizativos y de gestión de las instituciones educativas; y d) una carrera docente
que favorezca la progresión horizontal dentro de las instituciones educativas y la
motivación para desarrollar proyectos de innovación, investigación y desarrollo
profesional.
Se pueden observar las exigencias y capacidades que conllevan realizar la
actividad docente. A esto habría que sumar que la formación de los profesores, no

22. 22
es la más adecuada en cuanto a nivel de calidad, además las condiciones laborales
no son por lo general las más idóneas para desarrollar su iniciativa profesional, con
todo el cúmulo de actividades que debe desarrollar para enseñar y diseñar la
enseñanza. Las condiciones actuales de la realidad imponen al profesor a recurrir a
preelaboraciones del curriculum para su enseñanza (Gimeno, 2002).
La formación de docentes y la práctica docente.
Con respecto a la formación docente permanente e inicial, las instituciones
toman medidas en materia de investigación, actualización y mejora de la práctica
pedagógica mediante programas que estimulan la innovación y cambios
permanentes para mejorar la calidad de la educación.
Bolívar (citado en Escudero y Luis, 2006, p. 124) señala, “los buenos
profesores, preciso es advertirlo, no nacen sino que se hacen y el punto de partida
es la formación inicial”. Asimismo Escudero y Luis (2006) de acuerdo a Bolívar,
afirman que la preparación del profesorado y su desarrollo profesional son retos que
debe encarar bajo cualquier perspectiva que aspire a realizar mejoras sustantivas de
los aprendizajes de los estudiantes. Los buenos profesores no nacen, tienen que
crearse a través de las diversas actuaciones; la formación ocupa un lugar destacado
entre ellas.
Gimeno (2002), menciona que el papel de los profesores es el resultado de
situaciones históricas. La historia del sistema educativo condiciona la tradición en el
profesor, autonomía, toma de decisiones. El papel del profesor es diferente en cada
nivel. La presión social le permite al profesor ciertos márgenes de actuación en la
práctica pedagógica.
Para Vaillant (2005), la formación de docentes, ha sido un área muy
importante, aunque según la autora, no se ha tomado en cuenta a los profesores
como debería de ser. Señala que en algunos casos se pretendió sustituirlos por la
tecnología, en otros el énfasis fue en los factores legales e institucionales.

23. 23
La profesión docente conlleva una serie de actividades que tienen que ver con
el profesor y el alumno, con la teoría y la práctica. Se realizan bajo argumentos que
invitan a la acción, tienen una coherencia interna al quedar establecidas y
esquematizadas, además llevan a una finalidad.
Una concepción amplia de la docencia, debería llevar a descubrir, despertar e
incrementar sus posibilidades creativas, es decir trascender una visión más que
instrumental de la educación, son vías obligadas para obtener mejores resultados la
experiencia, la práctica y las capacidades.
En la práctica educativa, la realidad cotidiana, es la que genera y produce
problemas que se precisan resolver e investigar. Es esta práctica el verdadero motor
que puede llevar, en su análisis, a la reflexión e investigación de la teoría. Teoría útil
para comprender y explicar de forma más elaborada nuestra práctica (Pozuelos y
González, 1998).
Un caso de destreza en la práctica docente, consiste en saber como planificar
unidades de trabajo; los profesores deben saber cómo planificar lecciones para que
tengan consistencia como unidad, esto pone en juego destrezas, conocimiento y
comprensión pedagógica. Un profesional de la docencia piensa en virtud de lo que
es, en lugar de existir de lo que piensa (McKernan, 1999).
Gimeno (2002) hace un planteamiento sobre la práctica docente, los
profesores cuando diseñan su práctica, tienen dos referentes: los medios que les
presentan el curriculum y las condiciones inmediatas del contexto. Una regulación
expresada en un formato pedagógico ambicioso, no suele estar dentro de las
posibilidades de la administración educativa. El dominio de esquemas de acción,
implica que cada tarea o actividad a realizar sea un factor importante para el
desarrollo de la práctica docente, como rutinas profesionales (segmento de conducta
de los alumnos y profesores, orientada al cumplimiento de una finalidad) para

24. 24
manejarse en situaciones complejas, ordenando la práctica y haciendo predecible
los resultados.
El tema sobre la docencia como profesión, ha sido por muchas décadas una
condicionante educativa, cada quien la define, dependiendo de su relación con el
contexto institucional y su esencia. En muchas ocasiones, se reduce al trabajo
realizado frente a un grupo de alumnos, sin contar con la posibilidad de una
concepción global que posibilite el cambio y la haga más coherente y apegada a la
calidad de la educación.
Asimismo, la concepción práctica de la docencia en algunas ocasiones se
reduce a que el aprendizaje del alumno puede ser el reflejo de la práctica docente
efectiva y que el aprendizaje es un proceso complejo, que se obtiene en cualquier
lugar. Por lo tanto es conveniente distinguir ese aprendizaje común, del escolarizado
y a distancia.
Gimeno (2002) considera que la mediación del profesor resalta en la
influencia que éste tiene y en la formación cultural y profesional, reflejándose en la
calidad de la enseñanza y la práctica pedagógica. Los sistemas de formación de
profesores, las prácticas de perfeccionamiento y el desarrollo de la investigación se
reflejan en la práctica de la enseñanza.
Ante esta situación se requiere de políticas educativas que favorezcan el
aprendizaje, rendimiento y permanencia escolar del alumno, para que al terminar sus
estudios pueda incorporase al sistema productivo. Políticas educativas que hagan
realidad lo señalado en las bases referidas en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos (para el caso de México) y leyes relacionadas con el campo
educativo.

25. 25
La aportación de Escudero (citado en Escudero y Luis, 2006, p. 44) con
relación a la formación permanente e inicial, es valiosa, según el autor deben
considerarse algunos principios básicos para ambas:
a) ser culturalmente rigurosa, capaz de desarrollar en los
docentes para afrontar las tareas docentes y atender a su
desarrollo personal y colegiado. Contar con un curriculum base
de contenidos teóricos y prácticos y aprendizajes. b) Integrar los
contenidos para el desarrollo de ideas y capacidades
necesarias para afrontar dilemas éticos, justificar decisiones y
saber hacer. Cultivar la capacidad de reconocer y criticar lo que
está sucediendo y el compromiso de idear y plasmar proyectos
de respuesta y transformación. c) Atender y ponderar las
perspectivas y necesidades docentes y equilibrarlas con los
aprendizajes de los estudiantes, la respuesta a sus necesidades
y dificultades escolares. d) Vincular la formación con niveles
educativos y materias, es decir qué conocimientos y
capacidades propuestas en Matemáticas, Lengua o música y
cómo facilitar el aprendizaje en determinados contextos. e)
Llevar a cabo actividades variadas, tales como, cursos que
permitan conocer y trabajar sobre ideas, métodos, materiales,
relaciones pedagógicas, observación y análisis de experiencias,
planificación del curriculum y la enseñanza, elaboración y
desarrollo de proyectos de investigación ligados a la enseñanza
y aprendizaje, observación entre pares, participación en redes
docentes, entre otras. f) Hacer de la formación un ámbito de
investigación que sirva a los intereses de la academia y al
enriquecimiento de experiencias y materiales. g) Negociar el
lugar que le corresponda dentro del marco de derechos y
deberes de la profesión docente.

26. 26
Para el aprendizaje se plantean retos que implican buscar soluciones a
diversos problemas, que van desde lo mencionado anteriormente hasta la
comprensión de políticas educativas, que involucren el aprendizaje a lo largo de la
vida, estrategias de aprendizaje específicas, que fortalezcan la actividad académica
de la persona.
Asimismo, para que el alumno se convierta en una persona reflexiva, crítica e
innovadora, que le permita llevar a cabo un cambio en su medio o contexto y se
pueda convertir en una persona productiva, deberá experimentar un aprendizaje
significativo y vivido orientado por el propio docente.
John Elliott (curriculista británico), en sus trabajos realizados como
investigador, insistía en que: “enseñar es ineludiblemente una actividad teórica; la
tarea para los profesionales en ejercicio era interpretar su práctica cotidiana en la
búsqueda de autodesarrollo reflexivo…” (p. 42). Es decir, hay que reunificar la teoría
con la práctica (McKernan, 1999).
Para Antúnez y otros (2000), todo aprendizaje significativo (en contraposición
con el aprendizaje memorístico o repetitivo) implica un cambio, un pasar de un
estado inicial a un estado cognitivo diferente, con nuevos conocimientos. Para que
se produzca un aprendizaje significativo, es necesario que se de ese cambio. Es
preciso que la persona pierda su equilibrio cognitivo inicial, dude de sus
conocimientos previos, se de cuenta de sus carencias y entre en un estado cognitivo
de equilibrio y después produzca una nueva situación (equilibrio-reequilibrio).
Las tareas prácticas deben ser elemento de crítica del profesor, estas se
concretan en tareas académicas que expresan modelos de comportamiento
intelectual, actitudes hacia el saber, valores sociales y morales, para modelar el
comportamiento del alumno. La actitud del personal crítico en los profesores, puede
contribuir a darles conciencia del valor de sus prácticas, de sus efectos, dentro de la
perspectiva de transformación de la realidad educativa (Gimeno, 2002).

27. 27
Sin embargo, no hay que perder de vista que en cualquier estrategia para la
innovación o mejora de la calidad de la enseñanza, el docente puede hacer uso de
su poder modelador y transformador, tomando en cuenta que la mediación la realiza
a través de las pautas de control a sus alumnos, en este caso puede mediatizar la
relación entre ellos y los contenidos curriculares.
Para Bolívar (citado en Escudero y Luis, 2006) las teorías pedagógicas más
innovadoras y que dominan la formación inicial de los docentes, son teorías que
tienen su fundamento en la crítica a las prácticas pedagógicas, sin embargo la
docencia es una profesión donde las personas se forman con teorías que critican la
práctica que el profesional debe ejercer. La crítica a las prácticas pedagógicas es
importante y además necesaria, acompañada de alternativas de solución, ya que
como señala Tedesco que esta formación podría actuar como componente
autodestructivo de la profesionalidad de los docentes.
Según Necochea y Cline (2001), la práctica docente debe llevarse a cabo
tomando en cuenta que la educación debe impartirse con un papel crítico, así se
ofrece a cada persona una oportunidad para tener éxito y eliminar el ciclo vicioso del
fracaso escolar, como parte de la educación en comunidades pobres. Teniendo el
efecto de iluminar asuntos importantes, como la igualdad del estatus económico a
través de la educación; el acceso a bienes y recursos; y la creciente globalización de
la economía que requiere de una fuerza laboral educada.
Según Palacios y Carretero (citado en Oliver, 2003), la ocupación que tiene el
docente sobre los elementos curriculares que deben incorporarse, el proceso de
enseñanza aprendizaje y cómo organizarlos, se puede sintetizar de la siguiente
forma: adecuar la enseñanza al sujeto. Los contenidos curriculares, se abordan
adaptándose al nivel de desarrollo y al estilo cognitivo del alumno. Objetivo básico
de la acción docente.

28. 28
Para el nivel medio superior el concepto de profesor que se trata de alcanzar
es el de profesor constructivista, la base teórica de la reforma educativa es el
constructivismo. El concepto de Díaz Barriga y Hernández (2002) del profesor que
desarrolla este enfoque es:
El profesional reflexivo que utiliza una labor de mediación entre
el conocimiento y el aprendizaje de sus alumnos, al compartir
experiencias y saberes en un proceso de negociación o
construcción conjunta del conocimiento escolar. Promueve el
aprendizaje significativo y presta una ayuda pedagógica
ajustada a la diversidad de necesidades, intereses y
situaciones en que se involucran sus alumnos. (p. 436)
Los mismos autores señalan que existen situaciones que conllevan a retomar
el papel de docente como facilitador del aprendizaje de acuerdo al paradigma
humanista, pero en ocasiones cuando el aprendiz no pueda lograr los objetivos de
aprendizaje, su papel cambia al de tutor de acuerdo al paradigma cognoscitivo, al
tener que dirigir al estudiante.
Para que la ayuda pedagógica se lleve a cabo se deben cumplir con dos
características, primero tomar en cuenta los conocimientos previos de estudiante y
en segundo lugar que se provoque cierto nivel de reto en los jóvenes (Onrubia citado
en Díaz Barriga, 2002).
Existen diversas propuestas para la formación docente, para Díaz Barriga
(2002) ésta debe abarcar por lo menos tres planos: conceptual, reflexivo y práctico,
donde se capacite a los docentes en estrategias de enseñanza, que se puedan
adaptar a la diversidad de grupos con los que se enfrentan en la práctica y poder
decidir cuando considerar cada plano de acuerdo al grupo y las características de
cada alumno, considerando lo propuesto por la misma autora (2002, p. 7):

29. 29
a) Las características, carencias y conocimientos previos de sus alumnos.
b) La tarea de aprendizaje a realizar.
c) Los contenidos y materiales de estudio.
d) Las intencionalidades u objetivos perseguidos.
e) La infraestructura y facilidades existentes.
f) El sentido de la actividad educativa y su valor real en la formación del alumno.
Es recomendable considerar la propuesta de Díaz Barriga (2002) y lo
propuesto con respecto a formación para docentes de ciencias a nivel medio de Gil,
Carrascosa, Furió y Martínez-Terregrosa (citado en Díaz Barriga, 2002):
a) Contempla el contenido de la materia, los procesos de enseñanza aprendizaje y
la práctica docente.
b) Conoce y cuestiona el pensamiento docente espontáneo tomando como punto de
partida el análisis y el pensamiento didáctico del sentido común.
c) Adquiere conocimientos sobre el aprendizaje de ciencias.
d) Hace crítica fundamentada de la enseñanza habitual como resultado de la
reflexión crítica y colaborativa del cuerpo docente.
e) Constituye un proceso de reflexión que intenta romper barreras y
condicionamientos previos.
f) Genera un conocimiento didáctico integrado y una propuesta para la acción.
g) Contempla el análisis del contenido disciplinar, en el marco del proyecto
curricular y educativo en cuestión.
h) Sabe preparar actividades al abarcar conceptos, principios y explicaciones
(saber); procedimientos (saber hacer); actitudes y valores y normas (saber ser,
saber estar, saber comportarse, saber por qué se hace).
i) Potencia los componentes metacognitivos y autorreguladores del conocimiento
didáctico del profesor.
j) Considera estrategias para la solución de problemas situados.
k) Sabe dirigir la actividad de los alumnos.
l) Sabe evaluar.

30. 30
m) Utiliza la investigación e innovación para promover el cambio didáctico: la
clarificación conceptual de la labor docente, el análisis crítico de la propia
práctica, las habilidades específicas del dominio donde se enseña y la
adquisición de estrategias docentes pertinentes.
Por otro lado, el diseño curricular juega un papel muy importante en la
docencia como profesión, separarlo de la práctica, implica sustraer a los docentes
las destrezas relacionadas con la organización de contenidos curriculares y otros
componentes de la acción o práctica docente. De esa manera, se les deja la tarea de
ejecutar acciones que ellos no experimentan y que posteriormente se verán
incapacitados para poder organizar, por falta de preparación.
Cuando el docente es capaz de elaborar sus propios materiales, analizar sus
contenidos, organizar sus propias actividades, provoca en él, mayor compromiso
sintiéndose identificado con su propia práctica, –cuando se experimenta una
reestructuración y operatividad del plan de estudios, los nuevos contenidos y
estrategias didácticas, son distintas a las de la propuesta original. Incluir nuevas
competencias u objetivos y contenidos, desencadena interacciones complejas entre
docente-docente y docente-alumno, por ejemplo –.
La relación entre contenido y forma de tratarlo, es un aspecto importante para
el desarrollo del curriculum, existen criterios para guiar al profesor al tratarlos. Los
contenidos permiten encontrar las tareas adecuadas para trabajar con ellos. La
enseñanza no es sólo la interacción entre profesores y alumnos, las particularidades
del aprendizaje pueden reducirse a un modelo de actuación, la relación puede estar
vacía de contenidos, pueden representar opciones muy diversas y posibilidades de
aprendizaje muy desiguales en los alumnos (Gimeno, 2002).
Yinger (citado en Gimeno, 2002) enlista una serie de razones para considerar
como elementos básicos a las actividades planeadas por el profesor:

31. 31
a) Permiten organizar la clase en forma manejable. Son unidades suficientemente
claras, dirigen la acción.
b) Se pueden secuencializar, configurando planes validos para cursos de acción.
c) Son comunicables, señalan claramente la norma de comportamiento de
profesores y alumnos.
d) Permiten el análisis de la realidad compleja, su significado y objetivo que tiene
para el profesor y el alumno.
Por otro lado, es importante señalar que bajo la idea de formación para la
docencia en el esquema del constructivismo, es recomendable considerar lo
señalado por Mario Carretero citado por Díaz Barriga y Hernández (2002): lo que
mantiene al individuo en los aspectos cognitivos y sociales del comportamiento y los
afectivos, no es un producto del ambiente ni un simple resultado de sus
disposiciones internas, es la construcción propia que se va produciendo como
resultado de la interacción entre esos factores. En consecuencia, según la posición
constructivista, el conocimiento no es una copia fiel de la realidad, sino una
construcción del ser humano. ¿Con qué instrumentos realiza la persona dicha
construcción? con los esquemas que ya posee, con lo que ya construyó en su
relación con el medio que le rodea. Dicho proceso de construcción depende de los
conocimientos previos o representación que se tenga de la nueva información o de
la actividad o tarea a resolver y de la actividad externa o interna que el aprendiz
realice al respecto.
Desde el punto de vista del constructivismo la formación de docentes se
centra en un trabajo colectivo, fundamentado en la investigación científica educativa,
donde colaboran pedagogos y especialistas en la materia. Con estas acciones se
puede lograr formar docentes quienes asuman el rol de profesores constructivos y
reflexivos, que hagan aportes relevantes para la solución de los problemas de su
propia práctica. Estos nuevos docentes se convertirán entonces en personas que
favorezcan el desarrollo de aprendices exitosos, de pensadores críticos y
planificadores activos de su propio aprendizaje.

32. 32
De esta manera, se requiere habilitar al docente durante su formación, del
manejo de una serie de estrategias de enseñanza, instrucción y manejo de grupo.
Que sean flexibles y adaptables a las diferentes necesidades de los grupos y los
alumnos.
Es por eso que no se puede hablar de una metodología pura que deba seguir
el profesor. No existe una vía única para promover el aprendizaje, es necesario que
el docente, mediante el proceso de reflexión sobre el contexto y características de su
clase, decida qué es conveniente hacer en cada caso (Díaz Barriga y Hernández
2001).
Descripción general de la estructura curricular para el Programa de Formación
Pedagógica.
El Programa de Formación Pedagógica se desarrollará a través del modelo
educativo de la enseñanza centrada en el estudiante, donde el esfuerzo y la
actividad académica de los alumnos serán de acuerdo a las diferentes modalidades
educativas y momentos de formación. Este programa tiene entre sus características
la flexibilidad y la diversidad, ya que permite al alumno desarrollar diferentes
modalidades de aprendizaje y participar en cursos que tienen que ver con la práctica
docente en ambientes reales. La estructura curricular está integrada por cuatro ejes
formativos: Educación, Pedagógico, Psicopedagógico y Práctica Docente. La
estructura está integrada por cinco cursos obligatorios y ocho optativos.
El programa estará desarrollado tomando en cuenta la orientación que
permitirá guiar detenidamente al alumno para el logro de sus metas y de acuerdo a
sus necesidades y expectativas docentes.
Algunos cursos optativos por eje formativo.

33. 33
Educación: Introducción a la ciencia de la Educación; Filosofía de la Educación;
Historia de la Educación en México; El Sistema Educativo Mexicano. Innovación en
Educación.
Pedagógico: Historia de la Pedagogía; El proceso de enseñanza y aprendizaje;
Planeación y enseñanza del aprendizaje; La competencia comunicativa y la sociedad
del conocimiento.
Psicopedagógico: Psicología infantil; Desarrollo del adolescente; Los procesos
cognitivos en las teorías de la aprendizaje; Pensamiento lógico
Práctica docente: Observación escolar; Prácticas educativas y pedagógicas;
Competencias docentes; Elaboración de material didáctico.
Objetivos del Programa de Formación Pedagógica.
General.
• Proporcionar una visión integral de la práctica docente, a través de la adquisición
de un conjunto de sustentos teóricos y metodológicos-instrumentales que
permitan coadyuvar en la profesionalización docente, con una renovada actitud
de autopercepción crítica en beneficio de sí mismos y de los estudiantes.
Particulares.
• Impulsar la calidad de la educación a través de distintas actividades que permitan
mejorar la oferta educativa.
• Ofrecer a instituciones de los diferentes niveles educativos, eventos relacionados
con la formación pedagógica para las personas que participan en la enseñanza
de niños y jóvenes.
• Coadyuvar con los diversos sectores sociales para el desarrollo de estrategias
para el reconocimiento del profesional docente.
• Promover la integración de equipos académicos para el análisis y reflexión de la
práctica docente, como otra alternativa para la actualización y capacitación
pedagógica.

34. 34
• Fomentar la vinculación con los diferentes niveles educativos, organismos e
instituciones educativas nacionales e internacionales a fin de participar en
eventos de carácter pedagógico.
• Promover el desarrollo de la investigación como actividad cotidiana del
profesional docente.
Estructura curricular para la formación pedagógica.
El Programa de Formación Pedagógica se basa en una estructura curricular
flexible, administrada bajo un sistema de cursos y con base en la determinación de
cargas horarias y académicas, ello con la intención de brindar la oportunidad de una
alternativa formativa integradora, sólida conceptualmente con rigor metodológico que
responda a las características y a las necesidades de las diferentes instituciones
educativas.

35. `
EDUCACIÓN
PEDAGÓGICO
PSICOPEDAGÓGICO
PRÁCTICA DOCENTE
Propuesta esquematizada de la estructura curricular de formación pedagógica.
Historia general de
la Educación
Didáctica general
Psicología educativa
Planeación y
práctica docente
Desarrollo de
competencias
docentes
EJESFORMATIVOS
Cursos obligatorios
Cursos optativos

36. `
24
Potencialidades del programa.
•••• Una estructura curricular que apoya y facilita una formación pedagógica de
naturaleza integral.
•••• Incorporación de niveles o momentos formativos de acuerdo al contexto y nivel
educativo.
•••• Vincula el proceso formativo del docente basándose en contextos reales.
•••• Diversifica las modalidades formativas del académico.
•••• Responde a expectativas personales académicas e institucionales.
•••• Considera la formación pedagógica desde áreas disciplinarias de especialización.
Expectativas del Programa de Formación Pedagógica.
La persona que curse el Programa de Formación Pedagógica será una
persona responsable y competente para planear y manejar las estructuras
fundamentales de la enseñanza mediante el desarrollo y aplicación de estrategias
que optimicen el proceso de aprendizaje. Se le caracteriza por un dominio de la
actividad docente, lo que implica que podrá ser como un profesional de la docencia,
competente para:
a) Analizar la actividad docente de manera responsable en los niveles requeridos
por el nivel educativo correspondiente, diseñando acciones remédiales para
formar al educando; desarrollando en él la creatividad para aplicarla como
herramienta de uso cotidiano, todo ello en un ambiente de confianza y trabajo
colaborativo.
b) Desarrollar la docencia en forma dinámica y creativa en los niveles de educación
básica, media superior y superior, continuando con una formación permanente.
c) Evaluar crítica e íntegramente su acción docente y comprometerse con los
resultados de dicha acción para mejorar su manera de actuar.
d) Organizar el trabajo educativo, diseñar y poner en práctica estrategias y
actividades didácticas, considerando el trabajo en equipo y el compañerismo.

37. `
25
e) Reconocer la importancia de tratar con dignidad, afecto, respeto y ética a los
alumnos y apoyar el establecimiento de normas que permitan la vivencia de los
valores mencionados.
f) Desarrollar una actitud emprendedora y autodidacta mediante el uso de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación como medios para la
enseñanza.
g) Valorar la función educativa de la familia y promover el establecimiento de
relaciones de colaboración en un ambiente de confianza y respeto con las
madres, padres y comunidad en general.
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