Ésta es la memoria que se presentó en la Comunidad de Madrid para la catalogación de nuestra Fiesta de la Vaquilla de Pedrezuela como Bien de Interés Turístico Regional, la cual fue aprobada en el BOCM de 19 de mayo de 2011
VII Jornadas Culturales de Pedrezuela. / II FERIA DE MUESTRAS- PROGRAMACIÓN....
Memoria "Fiesta de la Vaquilla"
1. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
MEMORIA DE UNA TRADICIÓN ANCESTRAL
____________________________________________________________________
FIESTA DE LA VAQUILLA
DE PEDREZUELA
PROPUESTA PARA SU DECLARACIÓN COMO
BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
En Pedrezuela, a uno de mayo de dos mil diez.
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2. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
ÍNDICE…
PRESENTACIÓN ___________________________________________________ 2
DESCRIPCIÓN DE LA FIESTA _________________________________________ 4
Descripción de la vestimenta tradicional __________________________ 10
Descripción de la fiesta por los propios protagonistas ________________ 12
ORÍGENES _______________________________________________________ 16
Historia reciente de la fiesta ____________________________________ 19
SIGNIFICADO Y SIMBOLOGÍA ________________________________________ 22
Simbología __________________________________________________ 24
ANEXO I: FOLLETOS EDITADOS SOBRE LA FIESTA _______________________ 26
ANEXO II: PROCESO DE ELABORACIÓN Y DECORACIÓN DE LA VAQUILLA ____ 28
Inauguración del Museo de Pedrezuela ___________________________ 34
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3. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
PRESENTACIÓN
La Fiesta de la Vaquilla se celebra cada año el 20 de enero, festividad de
San Sebastián. Está protagonizada por los quintos del año y es de carácter
exclusivamente laico.
Casa Consistorial el día de la festividad.
La importancia de preservar esta fiesta reside, principalmente, en la
antigüedad de la misma. Se trata de una tradición muy arraigada en los vecinos
de Pedrezuela, y los quintos de cada año llevan con honor la responsabilidad de
ser los encargados de mantener viva la celebración de la misma.
Es una de las fiestas más interesantes de la Comunidad de Madrid desde el
punto de vista antropológico, claro rito de iniciación masculina que simboliza el
paso de niño a hombre, donde los gurramaches tienen que correr por el pueblo
haciendo sonar los cencerros que llevan en su cintura y así poder ahuyentar los
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4. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
malos espíritus que se hayan podido establecer en el pueblo desde el 1 de
noviembre. El sacrificio ficticio de la vaca, tótem mediterráneo de nuestra cultura,
se realiza para que ese año haya abundante cosecha.
En la actualidad, tras la suspensión de la obligatoriedad del servicio militar,
no hay quintas, por lo que, para seguir con esta antigua tradición, se decidió que
los jóvenes que cumplen 18 años sean los encargados de protagonizar la Fiesta
de la Vaquilla, siendo sus acompañantes los que tienen un año menos.
El pueblo de Pedrezuela ha inmortalizado la fiesta dedicándole un mural de
bajo relieve de bronce en el que plasma tanto la imagen de los quintos (vaquero,
vaquilla y gurramaches) como la descripción de la vestimenta de los mismos. La
autora de dicho mural es la escultora Ana Hernando, y fue inaugurado el 20 de
enero de 2009 por la alcaldesa del Ayuntamiento de Pedrezuela, Dña. Sagrario de
la Fuente Herranz, y el Director General de Cooperación Local de la Comunidad de
Madrid, D. Jaime González Taboada.
Mural que homenajea la Fiesta de la Vaquilla de Pedrezuela, inaugurada en 2009.
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5. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
DESCRIPCIÓN DE LA FIESTA
Las actividades relacionadas con la fiesta comienzan unas semanas antes
del 20 de enero, reuniéndose los quintos del año con los del siguiente, conocidos
como acompañantes, para repartirse, mediante sorteo, los personajes que lucirán
durante el evento: una vaquilla, dos vaqueros y el resto gurramaches (o
curramaches).
Fiesta de la Vaquilla de 1981.
Antiguamente, de los acompañantes sólo dos se vestían para el festejo,
haciendo el papel de vaqueros, y otro estaba encargado de repartir vino dulce a
todos los asistentes durante la celebración, con una gran bota atada a un labrado
y grueso garrote; el resto iban de paisano y acompañaban a los quintos en sus
cenas y algarabías. En la actualidad todos se visten para la fiesta, quintos y
acompañantes, aunque sólo los primeros tienen el honor de sortear y llevar la
vaquilla, y sólo entre los acompañantes se sortean los dos vaqueros. El personaje
encargado de la bota de vino, recorre la plaza del pueblo, ofreciendo a los
asistentes de la bebida que porta a cambio de la voluntad. Esta figura, ha
reaparecido hace unos años de nuevo.
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6. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
El fin de semana anterior a la fiesta se ponen en la carretera que da acceso
al pueblo y, tras explicar el significado de la fiesta a los conductores que llegan al
municipio, les ofrecen un trago de vino a cambio de dinero para sufragar la fiesta.
Estas cuestaciones siempre se hicieron, aunque antiguamente iban de casa en
casa con unas alforjas al hombro pidiendo algo de comida (huevos, chorizos,
nueces, vino, etc.) para poderse hacer su cena de quintos.
A las cinco de la tarde del 20 de enero, una vez ataviados, acuden todos
los quintos a la casa de donde ha de salir la vaquilla, y formando dos filas de
gurramaches con un vaquero al frente y otro detrás y la vaquilla en el centro del
grupo, se dirigen a la plaza del pueblo produciendo un ensordecedor ruido de
cencerros, mientras los vaqueros hacen chasquear su honda. En la Plaza de la
Constitución esperan todos los vecinos; las mozas se divierten jugando al corro y
se bebe vino de una bota atada a un artístico y labrado garrote, que porta un
zagal.
Al llegar los quintos, la vaquilla acomete contra las mozas que estaban
jugando al corro, las cuales deben encaramarse al carro de madera que allí se
encuentra en el centro de la plaza para poder escapar de ella. Acude a su auxilio
un vaquero, que la domina y devuelve al centro de los gurramaches para seguir
con su recorrido. Seguirán yendo y viniendo a la plaza cuatro o cinco veces más,
hasta que se da muerte ficticia a la vaquilla mediante dos disparos al aire,
momento en el que finaliza la escenificación.
En ese momento los quintos y acompañantes se dispersan, desaparecen de
la plaza, volviéndose a vestir de paisanos y acompañando al resto del pueblo a la
merienda y baile que el consistorio ofrece, lo cual tiene lugar una vez el
Ayuntamiento termina de repartir los panes de anises.
En el libro Pedrezuela en sus documentos se relata con todo lujo de
detalles el ritual que se ha venido llevando a cabo históricamente dicho día:
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7. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Como cada año, el día 20 de enero, festividad de San Sebastián,
en un pequeño pueblo de la Sierra de Guadarrama llamado
Pedrezuela y situado en el kilómetro 44 de la carretera de Burgos, el
tiempo parece retroceder. Los resortes atávicos mueven a sus
jóvenes en edad de incorporación a filas y poco a poco lo ancestral
va llenando las calles con una de las más significativas y menos
conocidas fiestas de nuestra geografía peninsular: “la fiesta de la
vaquilla”.
Todo comienza unos días antes de la fecha decisiva. Hay que
buscar cencerros, mantones de Manila, cortinas de vivos y
floreteados colores, sombreros de ala ancha y largas varas de fresno.
Se reúnen los jóvenes que ese año entran en quintas y rifan los
personajes del espectáculo. A saber: vaca, vaqueros y gurramaches.
La estructura de la vaca es un tablón de madera que si se ve
frontalmente, por su parte más estrecha, tiene forma de semicírculo,
con un grosor suficiente para que, apoyado sobre un cojinete, pueda
ser transportado sobre la cabeza del quinto que en la rifa le haya
correspondido representar este papel.
Es tradición que los quintos suban al balcón del Ayuntamiento.
Exteriormente, la vaquilla está adornada con mantones de
Manila, sábanas encajadas y lazos de vivos colores. La faz del animal
está decorada con espejos, collares de perlas y una robusta
cornamenta.
Los vaqueros son dos quintos más (antaño eran dos de los que
iban a entrar a quintas al año siguiente -acompañantes-), que,
ataviados con delanteras de cuero, botas camperas, chaleco corto,
faja, camisa blanca y sombrero cordobés, dirigen la fiesta al son de
las hondas que ellos mismos restallan o chasquean sin cesar en sus
carreras.
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8. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Por el contrario, los gurramaches, personajes que han dado
nombre a la fiesta, son el resto de los quintos; visten dos mantones
de Manila doblados en pico que, sujetos sobre los hombros y
cruzados sobre el cuerpo, vienen a juntar sus puntas en la cintura.
Los pantalones: floreadas cortinas cosidas en forma de tubos para
poder meter las piernas y sujetos en la cintura. Un sombrero
cordobés tapado con un amplio pañuelo que cae sobre los hombros y
sujeto con una cinta roja configura el tocado de la cabeza; y unos
grandes cencerros atados atrás de la cintura con gruesa correa de
cuero y una vara larga de más de dos metros de longitud con un
gracioso lazo rojo en su punta superior conforma la figura del
curramache o gurramache, como más vulgarmente se le suele
denominar.
Los preparativos de la fiesta continúan con la adquisición de
vino tinto que se reparte entre los asistentes al festejo y la compra
de unos corderos que servirán de fraternal cena entre los
protagonistas del acontecimiento.
Ayudados en sus propia casa por la madre, hermanas, abuelas y
demás personal femenino de la familia, cada personaje se va
uniformando sin omitir ningún detalle de su vestimenta.
Poco después, hacia las cinco de la tarde, todos se reúnen a la
puerta de donde ha de salir la vaquilla. Y una vez juntos comienzan
la fiesta. El ruido de los cencerros invade las calles del pueblo, las
carreras del grupo, bien formado en dos filas paralelas encabezadas
por los vaqueros y arropando a la vaca que va en medio de los
gurramaches, no tienen tregua, recorriendo todas las calles de la
villa.
La gente se agrupa en la plaza, unas jugando al corro, otros
bebiendo grandes tragos de vino que reparte un zagal de una bota
atada a un artístico y labrado garrote, aguardan la llegada de los
gurramaches.
Por fin se oyen los atronadores cencerros que se acercan. Hacen
su aparición en la plaza y la vaca acomete contra las faldas de las
juguetonas mozas que componían el corro. Los gritos y las risas se
suceden sin cesar. Los danzantes dan varias vueltas al recinto,
siempre escapándose la vaquilla e intentando levantar más de una
saya por dejar a la vista las tersas carnes de la fémina juventud. De
nuevo salen de la plaza y siguen correteando las calles. Con una
especie de provocación se vuelven a formar los corros de hembras,
que dan vueltas sin parar. Poco después llegan de nuevo los
gurramaches, vaqueros y vaquilla; se repiten las escenas de
acometida, se dan tres vueltas en círculo por la plaza y el denotar de
dos cartuchos de pólvora nos indica que la vaquilla ha muerto. Cada
uno de los protagonistas sale de la plaza por donde puede, callan sus
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9. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
cencerros y el silencio en el pueblo se hace de nuevo. La fiesta ha
terminado.
Más tarde, en el ayuntamiento, se repartirán grandes y
redondos panes de anises para todos los vecinos, concretamente un
cuarto de pan por persona empadronada. Ya anocheciendo, habrá
gran baile para toda la comunidad hasta la una o las dos de la
madrugada.
En el mural se puede leer:
“20 de enero, Día de San Sebastián, los Quintos…
… a las cinco de la tarde da comienzo el ritual.
Los Gurramaches, pantalones floreados de cortinas,
cencerros, mantones y vara larga de fresno.
Dos Vaqueros, llegan chasqueando la honda,
delanteras de cuero y un sombrero cordobés.
La Vaquilla, portada por un quinto,
ataviada con mantones, lazos y joyas.
Juntos recorren las calles de la Villa
cobrando vida en la plaza hasta caer la tarde
donde se escuchan dos tiros, “la vaca ha muerto”
El próximo año se repetirá la historia…”
En agradecimiento a los mozos de este pueblo que año
tras año consiguen que no se pierda la tradición.
A las mujeres y madres que buscan y cosen sus trajes.
A los vecinos y visitantes que disfrutan de esta fiesta,
comparten el pan de anís y bailan en la plaza.
Excmo. Ayuntamiento de Pedrezuela. 20 de enero de 2009.
En el mural que homenaje a la Fiesta de la Vaquilla se hace mención a la carreta y los panes de anises.
Actualmente hay detalles de la tradición que no se siguen practicando;
como es de suponer, el acto de alzar las faldas de las señoritas está fuera de
lugar en una sociedad del siglo XXI, pero es importante no olvidar este aspecto de
la fiesta por lo erótico y propiciatorio a la fertilidad y fecundación de la inminente
primavera que simbólicamente tiene. La importancia de la fertilidad del rito, el
erotismo al acometer a las mujeres, la provocación de las mismas dejándose ver
jugando al corro, la simbología viril del animal y su posterior sacrificio y reparto
de vino (la sangre fecundante del dios que aún en nuestra religión cristiana
mantenemos), son recurrentes habituales a la fertilidad, fecundación y
reproducción de la primavera, ya próxima en esas fechas si tenemos en cuenta
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10. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
que antiguamente comenzaba el 1 de febrero, cristianizada con la fiesta de la
Candelaria.
No obstante, la jovialidad durante el recorrido de los quintos en sus varias
idas y venidas por las diferentes calles del pueblo y la Plaza de la Constitución
sigue manteniéndose intacta, siendo especialmente destacable las constantes
embestidas de la vaquilla hacia el público asistente al acto, con la intención de
animarles, y la consiguiente persecución de los vaqueros para volverla a colocar al
centro de los gurramaches, haciendo chasquear sus hondas repetidamente.
En Pedrezuela en el día de la Vaquilla se han fundido tres actividades
dispares que convivían juntas sin conexión alguna entre ellas: la “ascendera”, la
vaquilla y el pan de anís. La “ascendera”, palabra corrupta de “facendera”, de
“hacer” y no de “ascender”, consistía en la realización de trabajos sociales por
parte de la comunidad de forma voluntaria y gratuita. Los hombres del pueblo
iban a la plaza del ayuntamiento y se distribuían en cuadrillas que, organizadas
por el Consistorio, acudían generalmente a arreglar los caminos más necesitados;
en los últimos años era corriente ir a arreglar las tollas de la “Cruz del Canto
Blanco”, las “Cuestas” y la “Angostura”, a las salidas del pueblo. El ayuntamiento
compensaba el esfuerzo con pan y vino a los trabajadores hasta que acudían a
comer a sus casas, dedicando la tarde a la festividad de la vaquilla. Esta tradición
hoy en día esta en desuso.
Tras el ritual de la Vaquilla, el ayuntamiento reparte entre todos los
asistentes una caridad de pan de anises que, aunque de siempre se ha dado en
este día (está documentado en la partida de gastos del ayuntamiento desde 1648
que "para la caridad de San Sebastián 12 fanegas de trigo y 12 arrobas de
vino…"), parece no tener ninguna relación con la fiesta reseñada: cuenta la
tradición que hace muchos años vivía un molinero de nombre Sebastián que al
morir dejó una cantidad de dinero al ayuntamiento para que todos los años, el día
de su santo, se repartiera caridad de pan de anises entre todos los vecinos del
pueblo. También esto ha evolucionado, y además de la caridad, propiamente
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11. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
dicha, el ayuntamiento obsequia al pueblo con un suculento aperitivo de jamón,
queso y vino, mientras una orquesta ameniza con baile el fin de la jornada.
Tras matar a la vaquilla se reparte, como es habitual, el pan de anises.
Descripción de la vestimenta tradicional
La familia y amistades de los quintos eran, y siguen siendo, las encargadas
de adornar la vaquilla y ayudar a vestirse a los protagonistas de la fiesta, ya que
cada quinto se ocupa de su propia vestimenta.
La vaquilla consiste en un armazón de madera en forma de cilindro hueco
partido a la mitad, decorado externamente de almohadones y cojines para
configurar el lomo del animal, y vistiéndolo posteriormente a base de mantones
de Manila, sábanas encajeadas y lazos de vivos colores. La testuz del animal es
de terciopelo negro o rojo y se adorna con espejos a modo de ojos, collares de
perlas y diversos colgantes, además de dos agraciados cuernos. En su parte
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12. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
trasera se coloca un rabo de vaca. Debajo de este exótico conjunto se coloca un
cojín para que el quinto correspondiente lo pueda llevar sobre su cabeza.
Detalle de la parte frontal de la vaquilla.
En el Anexo II se presenta un dossier fotográfico en el que puede
observarse el proceso de construcción y decoración de la vaquilla.
Quintos con la vaquilla.
Los vaqueros visten de traje campero cordobés, de corto, con delanteras
de cuero, botas camperas, chaleco corto, faja roja, camisa blanca y sombrero de
ala ancha, portando en la mano una honda que “chasquean” o restallan
sonoramente durante la fiesta.
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13. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Vestimenta de los vaqueros.
Los gurramaches o curramaches son los de vestimenta más original:
llevan dos mantones de Manila doblados en pico sobre los hombros y cruzados
sobre el cuerpo hasta juntar sus puntas en la cintura; pantalones floreados, que
no son más que cortinas cosidas en forma de tubos para poder meter las piernas
y sujetar a la cintura; un sombrero cordobés tapado con un amplio pañuelo que
cae sobre los hombros, sujeto con una cinta roja; unos grandes cencerros atados
atrás de la cintura con una gruesa correa de cuero, y cuyo sonido avisa de la
llegada de la vaquilla; y una larga vara de fresno, de más de dos metros de
longitud, adornada con un lazo rojo en su punta superior.
Vestimenta de los gurramaches.
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14. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Descripción de la fiesta por los propios protagonistas
Se reproduce a continuación un extracto de la vivencia de ser un quinto en
Pedrezuela, narrado originariamente por Beatriz Cabello y Fernando Santamaría:
31 de diciembre, un año más se acaba aunque éste fue especial.
Al llegar a la Plaza, los amigos nos felicitamos el año nuevo y uno
comentó ¡ya somos quintos! Y así era, durante ese mes de enero
vivimos una serie de experiencias inolvidables.
Pasados unos días, quedamos por primera vez para cenar. Para
unos era nuestro primer año, mientras que otros estaban repitiendo.
Recuerdo estar algo nervioso, y no era para menos porque esa noche
se sorteaba los tres protagonistas de la fiesta: la vaquilla, y los dos
vaqueros (el resto serían los gurramaches).
Al llegar el momento del sorteo se notaba la tensión e ilusión en
nuestros rostros. ¿Quién iba a ser vaquero? ¿Quién sería la vaquilla,
el protagonista central de la fiesta más ancestral de nuestro pueblo?
Todos nos mirábamos expectantes para conocer los afortunados. Los
aplausos de todos estallaron cuando uno de ellos nos enseñó el papel
en el que ponía “Vaquilla”. La fiesta se alargó hasta la madrugada.
En esa cena pasó algo especial, la amistad que había entre
nosotros se hizo más fuerte; nos unía el sentimiento que estaba
latente desde nuestra niñez, el sueño de mantener viva la tradición.
Al día siguiente, con el cansancio en el cuerpo de haber
trasnochado, subimos como es tradicional a pedir dinero en la
entrada del pueblo. Allí cortamos el paso a los conductores para que
colaborasen económicamente con la fiesta; algunos se lo tomaban a
bien y nos daban lo que podían. Con el dinero recaudado, además de
varias comidas y cenas para los quintos, organizamos una fiesta en
la que todos los que se acercaron pudieron disfrutar del buen humor.
En las comidas y cenas seguimos con el buen ambiente de la
primera reunión. Durante esos días nos preparábamos para lo que se
nos venía encima: unos no encontraban los pantalones, a otros no
les valía la caperuza, los vaqueros aprendían a chascar sus ondas, la
vaquilla practicaba en su casa las distancias, etc. Todos teníamos
algo que hacer, por lo que estos días fueron agotadores e
imborrables.
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15. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
La noche del diecinueve al veinte de enero representa el último
momento de la adolescencia, y es tradición que los quintos gastemos
algunas bromas; eso sí, somos conscientes de que es un momento
de vacilón, pero también sabemos que ser quintos no significa ser
inmunes, por lo que nos divertimos de manera responsable.
Llegado el gran día, el 20 de enero, no recuerdo si la noche se
hizo corta o si el despertador sonó antes que de costumbre.
Habíamos quedado por la mañana para colocar el carro en la plaza,
que serviría por la tarde como parte de la escenografía del ritual.
Había muchos nervios; recuerdo que uno no encontraba la ropa ni
otro los pantalones, además de aquél que no era del pueblo y no
sabía dónde vestirse. Ello se solucionó con ayuda de la gente de
Pedrezuela que, ilusionada con la fiesta, colaboró prestando sus
atuendos. Esta generosidad es de agradecer, y es otro de los motivos
por los que veneramos esta fiesta.
Los quintos colocan el tradicional carro en la plaza antes de comenzar la fiesta.
A la una nos reunimos para comer. Durante la comida
intercambiamos nuestras sensaciones y predicciones; las fotos
marcaron este almuerzo, retratando lo que vivíamos en esos
momentos: prisas, nervios, emociones, etc. Y así, fuimos a casa a
vestirnos.
Abuelas, madres, tías y otros familiares y amigos que querían
colaborar trabajaron a destajo para que todo saliera a la perfección,
y en ese momento estaban ahí para ayudar a vestirnos. El
sentimiento al vestirse es algo difícil de expresar. Es una mezcla de
los nervios que vives durante todo el día y la ilusión de haber llegado
el momento esperado.
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16. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
A las cinco de la tarde debíamos estar todos en la casa del que
iba de Vaquilla. Poco a poco íbamos llegando al encuentro y,
mientras esperábamos a que se hiciera la hora, la frase que más se
oía era “¡madre mía, qué pintas!”. Los nervios desaparecieron con las
risas al vernos vestidos de tal manera. Había mucha gente
presenciando aquel momento; los familiares y amigos grababan
vídeos y tiraban fotos sin parar mientras nosotros saltábamos y
movíamos nuestros cencerros. Todo se desbordó cuando la vaquilla
asomó sus cuernos por la puerta de su casa, puntual a su cita.
Todos con alegría salimos a correr dirección a la Plaza de la
Constitución, que estaba a rebosar de gente. Nosotros dábamos
vueltas haciendo sonar los cencerros y las ondas mientras la vaquilla
hacía de las suyas. Entonamos los cánticos junto al carro y subimos
al balcón del ayuntamiento, cumpliendo así con ambas tradiciones,
documentadas gráficamente en fotos antiguas de quintos de
anteriores años.
Algunos años se consiguen dos carros, aunque la diversión siempre es la misma.
En el recorrido que hicimos a lo largo del pueblo, con idas y
venidas desde la plaza a distintas calles del municipio, también
teníamos nuestros descansos visitando algún que otro bar, aunque
en este día la ilusión crea unas fuerzas inagotables.
Este día también dejó momentos emotivos, como los que
vivimos con nuestros mayores en la residencia; allí nosotros
intercambiamos nuestra euforia con sus recuerdos, un instante en el
que surge la nostalgia por ver que en este pueblo todo el mundo vive
la fiesta con intensidad.
Después de varios trayectos, el final vino cuando, tras dar tres
vueltas al centro de la plaza, sonaron al aire dos tiros de escopeta.
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17. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Ahí sabemos todos que toca salir corriendo, desaparecer como si
todo esto hubiera sido un sueño con un significado muy importante:
ya no somos niños, tenemos que madurar para enfrentarnos a
nuestras vidas.
Para finalizar este gran evento y tras degustar el pan de anises
que reparte el Ayuntamiento, nos reunimos en la última cena, en la
que invitamos a los quintos del año anterior y a nuestros amigos.
Ésta es la cena más bonita y la que más recuerdos deja, rodeado de
tu gente y pasando momentos inolvidables. Todo esto continúa en la
noche, en la que la diversión no cesa y visitamos toda clase de
lugares para hacer ver nuestro pañuelo rojo, que simboliza nuestra
condición de quintos.
En resumen, todos los sentimientos y experiencias vividos en
esta Fiesta de la Vaquilla son inolvidables: el apoyo del Ayuntamiento
con su interés de que esta fiesta perdure y facilitándonos las cosas;
la gente que te anima; etc. Son muchos sentimientos difíciles de
expresar con palabras. Pensamos que esto se debe vivir y disfrutar,
así que si eres menor de diecisiete, tienes que vivir esto; no dejes
que se pierda. Créenos, vale la pena.
ORÍGENES
La Fiesta de la Vaquilla de Pedrezuela, con paralelismos en nuestra
Comunidad Autónoma, el resto de la Península Ibérica e incluso fuera de nuestras
fronteras, responde con nitidez a las características propias de las denominadas
festividades de invierno dentro del ciclo festivo tradicional. El concepto estacional
de año que hoy día poseemos, con cuatro estaciones, es relativamente moderno,
por lo que es conveniente entender cómo se entendía antaño el ciclo anual para
comprender una festividad con antecedentes antiquísimos.
Tradicionalmente el vulgo entendía el año dividido en dos estaciones,
verano e invierno, y sus fechas de inicio eran el 1 de mayo y el 1 de noviembre
respectivamente. Las fiestas de invierno, por tanto, corrían de noviembre a mayo,
especialmente entre el 1 de noviembre y el fin del Carnaval.
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18. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Para la cultura rural tradicional, el invierno suponía un período de
oscuridad, de letargo, de grandes y dilatados fríos, y era causante de
enfermedades y muertes. Se responsabilizaba de ellas a los malos espíritus y
entes infectos que desde el 1 de noviembre (noche de Todos los Santos) habían
entrado en nuestros lares.
Por esta razón las fiestas a partir de este momento tenían siempre un
componente lustral y purificador: se encendían hogueras, se producían ruidos o
se realizaban representaciones de lucha entre el bien y el mal hasta llegar el 1 de
mayo, en el que los espíritus de los difuntos, y entre ellos los malos espíritus,
abandonaban de nuevo las aldeas y vagaban por los mundos etéreos hasta el
siguiente noviembre.
En este contexto de fiesta invernal y de celebración de comienzos de año
se encuadra nuestra Fiesta de la Vaquilla que, en otros tiempos, estuvo muy
extendida geográficamente: Durante los siglos IV y VI y durante la Alta Edad
Media los padres de la iglesia no se cansaron de censurar una serie de prácticas
festivas propias de las calendas de enero en que los hombres salían disfrazados
de “vitulas” (vaquillas), e incluso, invirtiendo el orden natural, también de
mujeres. Estas fiestas se celebraron en todo el antiguo imperio romano, desde
Grecia a España y desde Germania al Mediterráneo.
En nuestra península han vivido salpicadas esporádicamente en muchas
pequeñas poblaciones: Abéjar (Soria), Baña (León), Acebuche (Cáceres), San
Pedro de los Montes (Toledo), Almiruete (Guadalajara), etc. Pero por alguna
extraña circunstancia, y muy a pesar del empeño puesto por la Iglesia en
erradicarla, se ha mantenido muy especialmente en esta Sierra de Guadarrama, a
ambas vertientes de la misma.
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19. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
A comienzos de 1985 la Universidad Popular de Colmenar Viejo realizó una
exposición de vaquillas de la actual comunidad madrileña, anotando dieciséis
pueblos en los que todavía se realizaba, y otros veintiséis donde había dejado de
festejarse, algunos de ellos felizmente recuperada en la actualidad, como el caso
de Bustarviejo.
Basándonos en dicha exposición de Colmenar Viejo, las vaquillas
madrileñas, aun conservando cierta uniformidad, mantienen claras diferencias:
todas consisten básicamente en un armazón rectangular o triangular compuesto
por dos varas paralelas en cuyo frente se sujetan unos cuernos y en su parte
trasera un rabo natural de vaca.
En la EXPO de Sevilla de 1992 se exhibió la Vaquilla.
Este armazón puede ir más o menos adornado y aquí es donde reside su
diferenciación: desde el armazón descrito sin más que el portador se enfunda a la
cintura, en Los Molinos, hasta la complicadísima y barroca vaquilla de Colmenar
Viejo, de la que cuelgan pañuelos, rosquillas y sábanas multicolores. La de Puebla
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20. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
de la Sierra lucía dos retorcidos cuernos de cabra en lugar de astas de toro, y sin
lugar a dudas la más hermosa y equilibrada en su ornamentación, colorido y
belleza era la nuestra de Pedrezuela, y por ello fue la elegida por la Comunidad de
Madrid para exhibirla en su pabellón de la exposición internacional de Sevilla, la
EXPO’92.
La información mejor documentada de los orígenes de esta fiesta proviene
del libro Pedrezuela en sus documentos:
Los orígenes de esta fiesta habría que buscarlos en los antros
paleolíticos en que se encuentran representaciones de figuras de
hombres disfrazados de animales: ciervos, toros, etc.
Don Julio Caro Baroja reseña que en textos de San Máximo de
Turín, San Pedro Crisólogo, San Isidoro y otros santos de los
primeros años del cristianismo se prohibían unas fiestas de
comienzos de año en que los mozos aparecían vestidos, unas veces
representando ciervos o cervatillos, y en otras ocasiones, figuras de
vaquillas “porque la palabra que usan en estos textos latinos es la de
vitula, que viene a significar ‘la vaquilla’”.
Podríamos asegurar que la existencia de esta fiesta en toda la
sierra de Madrid se debe a la repoblación segoviana del siglo XIII-XIV
y posiblemente traída a la tierra de Segovia por los vasco-navarros
que la repoblaron en el siglo XI. Por esta causa, nos es obligado citar
la existencia de un personaje mitológico del País Vasco: un toro rojo
conocido como “Aatsegorri”, que bien podría ser el origen de la
palabra “gorri-aatxe” o “gurramache”. De todas formas, más
adelante doy otra posibilidad etimológica de este nombre.
Concretamente, en Pedrezuela tenemos referencias de
celebrarse la festividad de San Sebastián en el siglo XVII (1682),
aunque, eso sí, nada nos indica que la vaquilla se representara: “… y
cera y cohetes y otros gastos que se hacen en las festividades de los
gloriosos San Roque y San Sebastián, que son festividades que
guardan y celebran por orden del concejo y voto de la villa…”.
Parece ser, volviendo a Caro Baroja, que estas fiestas de
vaquillas debieron estar muy extendidas por todo el Occidente
europeo en épocas muy remotas; y por una extraña circunstancia
histórica, unida a una férrea represión eclesiástica, casi únicamente
ha subsistido en esta zona serrana del Guadarrama.
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21. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Historia reciente de las fiestas
Durante la última guerra civil española y durante los años más fuertes de la
emigración rural a las grandes ciudades, dejó de celebrarse en nuestro pueblo por
falta de quintos, estando a punto de desaparecer para siempre, pero hacia el año
1970 un grupo de quintos la recuperaron para no dejarse de celebrar hasta hoy
en día.
Los Quintos en el balcón del Ayuntamiento en 2008, año de inauguración del Museo de Pedrezuela.
Al final de este documento adjuntamos fotografías de los quintos de cada
uno de los últimos años así como las imágenes que se conservan desde la década
de los cuarenta, muchas de ellas publicadas en uno de los cuatro folletos editados
por el Ayuntamiento de Pedrezuela dedicados en honor a la Fiesta de la Vaquilla.
Carlos González, vecino del pueblo que redactó el folleto más reciente
editado por dicha Corporación Local, habla de la importancia que estas fiestas
tienen para la población local:
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22. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Esta fiesta tiene un importantísimo componente social que
podríamos dividir en tres estamentos: quintos, niños y demás
vecinos.
Los quintos, los protagonistas de la fiesta, juegan un papel
primordial en la sociedad de la Villa: durante todo ese año que recién
comienza serán los protagonistas de todos sus acontecimientos,
diversas fiestas a lo largo del año que marcarán el tránsito a un
mayor nivel de compromiso con la sociedad en la que viven.
Los niños, antes de que llegue el 20 de enero, llevarán días
corriendo con los cencerros por las calles, haciendo ruido y emulando
a sus mitos adolescentes y así esperarán con ansia, culturalmente
reforzados, la llegada de su participación como protagonistas de la
fiesta.
La vaquilla se separa del grupo de gurramaches y enviste contra el público asistente.
Para el resto de vecinos que se reúnen en la plaza, no es ya
tanto la fiesta como el estrechamiento de vínculos entre ellos.
Durante el invierno se sale poco y se ven poco, por lo que este
acontecimiento en la plaza invita a charlar distendidamente,
comentar el desarrollo de la Fiesta de la Vaquilla ese año, recuerdan
los tiempos en los que ellos fueron protagonistas, etc.
Respecto a las mujeres, juegan al corro en medio de la plaza
hasta la impetuosa entrada de la vaquilla y los gurramaches las
ahuyentan del palenque. Con anterioridad, madres y hermanas han
buscado ropas y vestido a la vaquilla y a los gurramaches.
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23. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Al final, unos más y otros menos, todos han tenido una
participación más o menos activa en la fiesta.
Hemos de ser conscientes de que hoy en día la juventud no se
divierte con este ritual de la misma manera que antaño. Hay una
enorme oferta de diversiones para la gente joven a lo largo de todo
el año, por lo que ha habido años en que la realización de la misma
ha corrido riesgo de no celebrarse. La juventud no está
excesivamente interesada en su conservación, especialmente porque
las razones culturales que la mantenían hoy no existen (ya no hay
obligatoriedad de hacer el servicio militar), muchos jóvenes trabajan
o estudian fuera del pueblo y les supone un esfuerzo su presencia, y
finalmente, la diversión no está garantizada que sea mejor que
cualquier otro fin de semana.
Nuestra vaquilla, no lo olvidemos, es una de las mejores de
Madrid y por ello somos depositarios de un tesoro cultural y folclórico
que pocos pueblos poseen, y es importante que cada uno a su
manera y posibilidades, hagamos un esfuerzo por asegurar su
supervivencia.
SIGNIFICADO Y SIMBOLOGÍA
Nuevamente, es en el libro Pedrezuela en sus documentos donde más
información documentada existe:
No cabe duda de que el intentar encontrar un significado a estas
ancestrales tradiciones, en las cuales se amalgaman cientos de
formulismos que no tienen por qué concordar ni en el espacio en el
tiempo, es una tarea harto difícil y expuesta a mil y una mala
interpretación que más de un estudioso del tema nos podría
reprochar. Con todo y eso, y centrándonos sobre todo en la vaquilla
de Pedrezuela, intentaremos dar una idea de lo que, a nuestro
entender, pudo ser su significación originaria.
Hay diversos motivos en la fiesta que adquieren gran expansión,
tanto en nuestra Península como fuera de ella. El más claramente
reconocible es la figura de la vaquilla o toro: animal totémico y
sagrado en todo el mundo mediterráneo. No vamos a entrar en la
simbología del astado por ser de sobra conocida por todos y por
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24. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
existir infinidad de publicaciones que bien pueden documentarnos
sobre el tema. Anotemos tan sólo dos: deificación y virilidad.
Otro motivo trascendental del espectáculo son los cencerros,
pero eso sí, con una función bien determinada: el estentóreo ruido
de sus badajos; y con una relación más o menos directa o clara con
el espíritu del mal.
En todas estas fiestas de invierno no se pueden olvidar los
demonios (Endiablada de Almonacid del Marquesado, Cuenca; el
Pelotero de Arquillos, Jaén, o los Dimonis de Artá en Mallorca), así
como hogueras y ruidos para ahuyentarlos, con lo cual se
relacionaría muy directamente nuestra cencerrada.
Imagen de los quintos que participaron en la Fiesta de 1964.
Observando todo esto, podríamos aventurar la hipótesis de un
“rito de iniciación de la pubertad”: paso de niño a hombre o más bien
paso de niño a futuro guerrero (danza de iniciación a una casta de
guerreros). No olvidemos el paralelismo, en comunidades primitivas,
adulto-guerrero.
Según el formulismo de los distintos pueblos donde se celebra,
el origen de su significado puede quedar más o menos oscurecido,
pero considero que la vaquilla de Pedrezuela reúne una serie de
circunstancias que, completadas con algunos detalles de otras
localidades, darían una explicación un tanto satisfactoria.
La palabra “curramache” o “gurramache”, que es como se
designa en Pedrezuela a la fiesta, podría derivarse del latín, siendo
un compuesto de dos voces:
1. Curra – Machaera.
2. Curra – Macto.
3. Curra – Mactus.
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FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
La palabra “curra” vemos que no varía; se trata de un verbo
latino, “curro”, que significa correr; y en este caso concreto podría
significar “la carrera”.
En el primer caso, “machaera” viene del latín machaera-ae, que
significa espada o sable (de donde procede nuestro sustantivo
machete), con lo cual el nombre completo habría significado “la
carrera de las espadas”.
El segundo y tercer caso, “macto” y “mactus” provienen de la
misma raíz, teniendo el primero (macto) aceptación de verbo y
significando inmolar, sacrificar a los dioses; y el segundo (mactus),
aceptación del sustantivo, significándose glorificado, honrado,
adorado, etc. Por lo cual, en estos casos, podría significar “la carrera
de los glorificados”, respectivamente.
Más tarde, la ‘ct’ latina pasaría a la ‘ch’ castellana.
Según Juan Maestre Alfonso, sociólogo y antropólogo de la
Universidad Complutense, las celebraciones de iniciación
“normalmente se rodean de grandes fiestas en las que participan
desde los iniciados a casi toda la comunidad”, y presupone, “por lo
general, la realización de unas pruebas extremadamente duras” a
realizar por los neófitos.
Así, en Pedrezuela, las pruebas serán sustancialmente dos:
1) La de ahuyentar a los malos espíritus del poblado, para lo
cual los neófitos recorren todas las calles del pueblo, produciendo
un ruido ensordecedor con los cencerros que llevan atados a la
espalda.
2) Y la más espectacular, que consistiría en el dominio de la
bestia, por la cual comienza la fiesta yendo todos los gurramaches
en busca de la vaca a la casa de donde ha de salir ésta. En
Canencia van directamente a un prado, donde el mozo encargado
de representarla se encuentra esperando la llegada de los allí
llamados “botargos”. Posteriormente salen todos juntos con la vaca
en el centro del grupo, rodeándola y simbolizando el dominio sobre
ella.
Como todo “rito de transición”, también está dirigido por
iniciados “veteranos”; éstos serían los vaqueros que van delante de
los gurramaches, y hace unos años eran dos de los que entraban en
quinta al año siguiente; pero es fácil adivinar que originariamente
debieron ser consumados guerreros que dirigían la labor de los
neófitos.
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FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Simbología
No puede ser azaroso que se utilicen estos elementos en la escenificación
de las fiestas y se realice este ritual y no otro. El animal astado tiene simbología
de dios de la naturaleza y su sangre es fertilizante, símbolo de la nueva vida que
a las puertas de la primavera está a punto de renacer. El sacrificio de la bestia es
una comunión entre la comunidad y el dios para garantizar una próspera y
fecunda próxima temporada.
En el libro Pedrezuela en sus documentos se describe la simbología de
diferentes elementos de la fiesta:
Toro o vaquilla: Animal sagrado y símbolo de fuerza, virilidad
y poder que transmite sus virtudes a través del consumo de sus
sangre.
No se ha de olvidar el componente sexual de la fiesta; en Los
Molinos, no pueden participar las mujeres (al menos antiguamente),
quedando encerradas en casa, porque la vaca podía incluso subir a
sus habitaciones.
Ruido: aun en pueblos primitivos, se sigue usando esta técnica
por medio de instrumentos acústicos o de percusión para alejar los
malos espíritus o enfermedades de las aldeas.
Sombrero con pañuelo: Representaría una especie de casco o
celada para resguardar la cabeza.
Vara larga: Lanza o cualquier otro tipo de arma blanca.
Vueltas en círculo: Relacionado con la oscura simbología del
círculo y del número tres, que son las vueltas que se dan antes de la
muerte del animal.
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FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
ANEXO I: FOLLETOS EDITADOS SOBRE LA FIESTA
Portada del primer folleto editado en honor a la Vaquilla.
Portada del segundo folleto editado en honor a la Vaquilla. .
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28. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Portada del tercer folleto editado en honor a la Vaquilla.
Portada del cuarto folleto editado en honor a la Vaquilla.
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29. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
ANEXO II: PROCESO DE ELABORACIÓN Y DECORACIÓN DE LA
VAQUILLA
Para la inauguración del Museo de Pedrezuela, celebrada en 2008 y a la
que asistió en representación de la Comunidad de Madrid Doña Elvira Rodríguez,
se llevó a cabo una exposición dedicada a la Fiesta de la Vaquilla, en la que se
recopiló numeroso material audiovisual, parte comprado por el Ayuntamiento,
parte donado por los vecinos, como las fotografías que se muestran en el
siguiente apartado.
Dña. Rosa Elvira Rodríguez y Dña. Sagrario de la Fuente en la inauguración del museo.
Otra de las exitosas iniciativas de dicho museo, a cargo de esta
Corporación Local es la exposición permanente de una réplica de la vaquilla,
acompañada de imágenes que ilustran su montaje y ornamentación, que se
muestran a continuación.
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30. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
En primer lugar, se recubre la madera que
forma la estructura de la vaquilla.
La parte frontal se forra con
material esponjoso.
La esponja se recubre con tela negra o
roja, que formará la testa de la Vaquilla,
donde ya están ubicadas las astas.
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31. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
La estructura de madera se recubre con una
sábana bordada y una colcha de encaje.
Sobre la colcha que hace de lomo del animal se colocan mantones de Manila.
Debajo de la estructura de madera se colocan cojines para que el quinto correspondiente
pueda apoyar la Vaquilla sobre su cabeza.
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FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Los mantones de Manila van cosidos para
evitar que se caigan.
Sobre los mantones de Manila se
decora la Vaquilla con lazos de
distintos colores en forma de divisas.
La decoración de la Vaquilla es rica en variedad y colorido.
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33. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Proceso de colocación de las cintas de colores en la parte trasera, que decorarán el rabo de la vaca.
Imagen de otra Vaquilla, en la que se observa tanto el lazo y las cintas como el rabo.
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34. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Finalmente, se adorna la testuz de la Vaquilla.
La cabeza de la Vaquilla va decorada con tres espejos, que representan los ojos y la boca, y con diversas
joyas de mujeres: collares, zarcillos y broches.
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35. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Inauguración del Museo de Pedrezuela
Exposición de la Vaquilla, del traje de un vaquero y gurramache, del pan de anises, etc.
En la exposición permanente se ha colocado vestimentas de años anteriores y material fotográfico,
la mejor manera de preservar esta seña de identidad del pueblo.
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36. MEMORIA PARA LA DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
FIESTA DE LA VAQUILLA DE PEDREZUELA
Hubo gran expectación en los vecinos para la inauguración del Museo.
Los Quintos de años anteriores, incluidos los más jóvenes, disfrutaron de esta iniciativa.
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