Un bebé nacido entre las 37 y 42 semanas se considera a término, mientras que uno nacido antes de las 37 semanas se considera prematuro y después de las 42 semanas se considera pos maduro. La prematuridad, especialmente en caso de ser extrema, es la principal causa de problemas y muerte tras el parto debido a que algunos órganos internos del bebé pueden no haberse desarrollado completamente, lo que expone al bebé a un mayor riesgo de enfermedades.