Las casas romanas evolucionaron de chozas circulares a casas rectangulares con patio interior, adoptando el modelo etrusco. Las casas más ricas eran domus con vestíbulo, atrio, cubiculum y peristilo. Las familias modestas vivían en insulae, edificios de alquiler con varios pisos y tiendas abajo. Las villas rurales eran casas para familias ricas con zonas para el señor, siervos y almacenamiento para la explotación agraria.