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  1. 1. ENSAYO ÉTICA PARA AMADOR Por Natacha Torres. El hombre desde tiempos antiguos ha mostrado interés y curiosidad por comprender el razonamiento de la conducta humana y sus motivaciones. Gran cantidad de textos revelan esta necesidad por descubrir el significado de la vida y cómo vivirla de la mejor manera. Partiendo por Aristóteles hasta nuestros días, se han plasmado muchísimas ideas sobre la ética y la moral. Sin embargo, ninguna satisface por completo la necesidad del hombre. Ética para Amador, escrito por Fernando Savater, es una más de las obras que pretende esclarecer las múltiples dudas sobre el vivir humano. El autor intenta explicarnos que el ser humano actúa siempre en libertad según sus motivaciones en búsqueda de la “buena vida”. Pero, no es tan simple como parece, porque debe tener en cuenta en sus decisiones que no vive solo, sino que vive en una sociedad de personas que valen tanto como él por el hecho de ser humano por lo que debe hacerse responsable de sus acciones decididas y debe saber que también puede equivocarse. Si se equivoca no solo se aleja a si mismo de su meta (la buena vida) sino que aleja también a los demás de ella. Síntesis del texto. El ser humano no puede controlar todo lo que le pasa. Sin embargo, a diferencia de los demás seres vivos, tiene la facultad de decidir cómo actuar frente a las diversas situaciones de la vida. Puede actuar bien o mal (según lo que considere que es bueno y lo que es malo) y puede equivocarse. Por lo que es necesario fijarse bien en como actuamos para no equivocarnos tanto y aprender a vivir. La ética es el arte de saber vivir. Nuestra conducta proviene de motivaciones que no son tan simples como hacer lo que quiero porque quiero. Los humanos solemos tomar nuestras decisiones básicamente a la primera por 3 motivaciones diferentes: órdenes, costumbres o caprichos. A pesar de ser motivaciones que lleven a conductas que nos convienen casi siempre, nunca una acción es buena solo porque es una orden, una costumbre o un capricho. No siempre serán tan convenientes.
  2. 2. ¿Y cómo sabemos si es o no conveniente? Para responder se define moral, que es el conjunto de comportamientos y normas que tú y yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos; mientras que la ética se puede definir como la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras morales. Tener libertad es decidir entendiendo lo que se está decidiendo. Es decir, debemos reflexionar más profundamente antes de elegir un tipo de conducta, independientemente de lo que me ordenan, de mi costumbre o de lo que me da la gana hacer. Más bien, lo escojo porque me conviene, por lo tanto es lo que quiero hacer. No resulta sencillo determinar si un hombre es éticamente bueno ya que es complicado definir para qué sirve el ser humano. Las reglas morales no siempre son éticamente buenas, van a depender de un contexto. Además, a veces tenemos la intención de hacer algo bueno, pero no resulta bien y terminamos haciendo algo malo, y viceversa. Lo único que podría servirnos de patrón a la hora de aprender a vivir, es la oración: “haz lo que quieras”. Esta frase nos recuerda la problemática de que estamos condenados a la libertad. Somos responsables de esa libertad. Entonces, ese “haz lo que quieras” no se trata de hacer lo que se me da la gana, sino de ser responsable de mis decisiones, ya que de eso dependerá mi fin: “vivir la buena vida”. Pero ¿cómo se define una buena vida? Tenemos que tener en cuenta que el ser humano consiste principalmente en tener relaciones con los otros seres humanos. La humanización es un proceso cultural recíproco donde es vital el lenguaje. Por eso, escuchar y hablar con alguien es tratarlo como humano. La gran complejidad de la vida es que las personas no son cosas. Al tratar a las personas como a personas y no como a cosas defendemos nuestro derecho a no ser cosas para los demás. Podemos ser moralmente imbéciles cuando no nos hacemos cargo de nuestra libertad y no reflexionamos. Lo contrario, es ser consientes: saber que no todo da igual, estar dispuestos a la reflexión y asumir nuestra libertad responsablemente. Consideramos que algo está mal cuando no nos permite vivir la buena vida que queremos. En realidad, egoísta es quien sabe de verdad lo que le conviene para vivir bien y se esfuerza por conseguirlo. Pero cuando una persona se equivoca, siente culpa y remordimiento por no poder conseguir lo que desea. Para evitar el remordimiento se desprender de su libertad y por tanto no se hace responsable de sus decisiones.
  3. 3. ¿Quién me puede amar de verdad sino otro ser como yo? Por esto, debemos cuidar a los demás seres humanos y el vínculo con ellos. Debemos tener claro que una persona por muy malo, enfermo, viejo, débil que sea, sigue siendo persona. Entonces, tratar a los demás como a personas consiste en intentar ponernos en su lugar. Que nos tomen enserio es un derecho. Debemos interesarnos los unos por los otros, ya que nos permite dar y recibir el trato de humanidad que buscamos, sin el cual no puede haber buena vida. La Justicia es la habilidad o el esfuerzo que debe hacer cada uno para entender lo que nuestro semejante espera de nosotros. El placer no es malo, es bueno y necesario. Pero también puede ser peligroso si nos excedemos. Nos puede distraer de la búsqueda del buen vivir. Los años nos van quitando sin cesar posibilidades de gozo por lo que no es prudente esperar demasiado para pasarlo bien. Cada uno tiene su tiempo de ser disfrutado, no podemos disfrutarlos todos juntos. La ética se ocupa de lo que uno mismo hace con su libertad, la política se intenta coordinar de la manera más provechosa para la sociedad, lo que muchos hacen con sus libertades. ¿Cómo sería la organización política preferible? Debería basarse en la libertad, la justicia y la asistencia. Perspectiva del texto Antes de expresar cualquier opinión debo decir que creo en Dios como mi creador y como lo más importante en mi vida. Esto, se encuentra lejos de ser Religión, es decir, lejos de admitir reglas impuestas sin un previo reflexionar las enseñanzas para adoptarlas como buenas para la vida. Pero a la vez, que un tipo de conducta sea adoptado en mi forma de vivir no depende solo de mi esfuerzo humano por adquirirlo, sino más bien, depende de mi disposición a recibir un cambio. Dando a conocer parte de mis convicciones, procedo a explicar mi perspectiva sobre las temáticas abordadas en el texto leído. En primer lugar quiero referirme al análisis que Savater realiza del ser humano en el texto. Comparto completamente que el hombre tiene poder de decisión y debe hacerse responsable de ello ya que solo así logrará tomar conciencia de su conducta. También concuerdo en que si bien, el ser humano es capaz de decidir, las circunstancias
  4. 4. y/o contexto en el que se encuentre no es controlable por él, porque no puede manejar el tiempo, la naturaleza, las decisiones de los demás etc… Entonces, el ser humano deberá tomar decisiones para tener una determinada conducta según la situación que se le presente. Pero, ¿porqué una decisión es buena y otra es mala? Creo, a diferencia del autor, que no es un tema de egoísmo y de interés en un bienestar propio para alcanzar la buena vida. A pesar de que muchas personas actúan tras este simple fin, no satisface mis expectativas de vida. No me parece que sea una motivación suficiente porque la vida es muy corta. ¿De qué me sirve pasarlo bien si quizá mañana ya se acaba la vida en la Tierra? ¿Qué habré ganado? ¿Por qué pensar tan simplistamente en que la vida no es más que pasarlo bien? Prefiero buscar el enriquecimiento valórico de mi corazón y del de los demás. Esas cosas perduran, el alma no muere. Y en segundo lugar, no me parece sano para la comunidad que solo porque necesito al de al lado para mi humanización, actuaré bien para con él. No me satisface. Creo que nacemos con cierto discernimiento sobre lo que está bien y lo que está mal. Sabemos lo que nos hace bien pero aún así actuamos de manera contraria. Y también, sabemos que cosas dañan a los demás porque son como yo (en naturaleza) pero aún así, muchas veces le hacemos mal de todas maneras. Nos equivocamos tanto, sabiendo y sin saber también, porque nos falta amor. No somos capaces de amarnos de manera perfecta a nosotros mismos y menos seremos capaces de amar bien a los demás. El hombre ha sido creado para ser amado. Por eso, siempre su anhelo será que lo amen. Pero el amor que encuentra en sí mismo o el que encuentra en sus semejantes, puede ser sincero pero nunca será perfecto. Ese amor que el humano busca solo lo puede saciar Dios. Cuando conocemos a Dios, nuestro corazón comprende su propia naturaleza humana versus la naturaleza de Dios. Esto, provocará un deseo genuino de hacer el bien a los demás por el amor que hemos recibido y que nos completa para la tarea. Entonces, ¿solo si creo y conozco a Dios soy responsable de mi conducta? Por supuesto que no, ya hablamos acerca del discernimiento previo. Sin embargo, también creo que el hombre no puede hacerse bueno a sí mismo. Puede disponerse a reflexionar sobre lo bueno y lo malo, anhelar cambios en su vida, pero el mentiroso por más que intente dejar de mentir, siempre volverá a mentir por cansancio. Su naturaleza rebelde
  5. 5. no le permite cambiar por si solo porque el hombre cree que puede tomar mejores decisiones que Dios. ¿Cómo se moldeará el barro solo? No puede, necesita del Alfarero. Por lo tanto, tenemos responsabilidad de nuestras decisiones y comportamiento por cuanto debemos estar dispuestos a reflexionar y a ser moldeados por el Alfarero. Estoy completamente de acuerdo en que el ser humano es un ser relacional. De hecho, creo que es una expresión de la naturaleza relacional de Dios plasmada en nosotros. Una muestra de cuanto Dios desea relacionarse con el ser humano. Así como no me satisface el amor propio (imperfecto) a los demás tampoco nunca les será suficiente el amor que yo pueda entregarles, porque lo que buscan es el amor perfecto e incondicional de Dios. Pero lo que sí puedo hacer para amar mejor, es aprender del amor perfecto y así ser parte también de la expresión de amor que Dios quiere entregar al hombre. Y de lo anterior se desprende el saber tratar a los demás como personas. El amor de Dios es un amor desinteresado, es un amor paciente, bondadoso, empático, que soporta todo, es compasivo y activo, etc... Solo Dios me valora como a una persona porque él me creo y me conoce más que nadie. De la forma en que Dios me ama, puedo aprender a amar a los demás y así tratarlos como a un igual, entendiendo que no merece ni más ni menos valor que el que Dios me ha dado a mí. Todo ser humano, independiente de si toma malas o buenas decisiones, de si es viejo, inválido, enfermo o sano, ladrón o religioso, etc.., todos merecen el mismo trato por cuanto son humanos amados primeramente por Dios. ¿Puedo acaso darles menos valor, si Dios mismo ya les dio el valor de amarlos? Luego de leer y reflexionar en torno a las temáticas de "Ética para Amador", me doy cuenta de que el hombre busca con su razonamiento entender la vida. Sin embargo, no se da cuenta que por más que intente comprender el porqué y para qué de la vida, nunca podrá entender lo que Dios pensaba al crearnos así como somos. Porque su mente es soberana, demasiado grande como para que el entendimiento humano pueda comprenderla con el uso de su razón. En cuanto a la libertad, creo que, como dice el autor, tenemos la posibilidad de tomar las decisiones que queramos y que creemos buenas. Pero creo, además, en una mayor libertad. La libertad de mis limitaciones como humano y libertad de mi incapacidad de amar y ser amado como deseo. Dios vence todas mis limitaciones.
  6. 6. Conclusión En cuanto a lo aprendido y reflexionado, he adquirido formación para mi ser profesional. Destaco la importancia de reconocer que somos personas humanas de igual valor y que debemos tratarnos como tal. Es por esto que quien entre en mi "consulta" a pesar de ser yo el profesional “entendido”, la otra persona también tiene una perspectiva respecto de lo que le sucede. Y ese pensamiento es tan válido como el que yo pueda tener en mi opinión profesional. Solo entendiendo esto, se construirán procesos terapéuticos exitosos tanto para el profesional como para la persona. Destaco la importancia del quehacer fonoaudiológico en la sociedad. Es un terapeuta que rehabilita la facultad humana por excelencia, el lenguaje, esencial para la validación de la persona humana. El lenguaje es lo que nos permite culturizarnos y saber lo que sienten, piensan y creen los demás, es decir ser empáticos. Por último, la visión de Savater sobre el objetivo de la vida no me satisface del todo debido a mi convicción de que lo que encontramos en la Tierra y percibimos a través de nuestros sentidos es solo parte de la realidad. Creo que debemos ocuparnos más de aprender a amar cada día mejor ya que, solo así podremos acercarnos a la vida para la que fuimos creados y que tanto anhelamos. Así, entenderemos que somos tan valiosos como cualquier ser humano que existe, haya existido o vaya a existir y que, por lo tanto, tiene derecho a que lo trate como tal.

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