5. Ingrid Betancourt nació en navidad, en diciembre de 1961. Como todos los padres, su mamá y su papá desean para su hija recién nacida todo el bien del mundo.
6. Ingrid tuvo en sus padres un vivo ejemplo de generosidad, de integridad y de amoroso servicio al prójimo necesitado.
7. La mamá de Ingrid, doña Yolanda Pulecio, siempre estuvo envuelta en causas sociales. Todavía en el año de 1958, creó el Albergue Infantil de Bogotá, institución destinada a acoger menores necesitados en situación de riesgo social.
9. A lo largo de más de cinco décadas de existencia, aproximadamente 12,000 niños encontraron abrigo en la institución.
10. Hoy, al caminar por la capital colombiana, doña Yolanda no pocas veces se detiene ante algún ex-alumno de la institución, ya adulto, que la abraza y le agradece todo el cariño y cuidados recibidos, llamándola cariñosamente: “Máma Yolanda”.
11. El papá de Ingrid, Gabriel Betancourt, dedicó su vida a otra causa igualmente noble, – la promoción de la educación y de la cultura.
12. Actuó, inicialmente, como ministro de Educación en Colombia, siendo posteriormente designado Embajador colombiano en la UNESCO, lo que motivó el traslado de la familia hacia Francia, cuando Ingrid aún era pequeña.
13. La residencia de la familia era un lugar de encuentro para renombrados pensadores y artistas latinoamericanos, como Pablo Neruda, Fernando Botero y Gabriel García Márquez.
14. Dentro de los recuerdos de Ingrid de esa época figuran las tardes en que ella, adolescente, pasaba leyendo poesía al lado de Pablo Neruda.
15. Ingrid crece escuchando los consejos de su papá: “Fue gracias a Colombia que tú conociste Europa, frecuentaste las mejores escuelas y viviste un esplendor cultural que colombiano alguno difícilmente conocerá...”
16. “Todas esas posibilidades con que te beneficiaste hacen que hoy tengas una deuda con el país. No te olvides de eso.”
17. Y con tales palabras en mente, Ingrid se forma en Ciencias Sociales, por el Instituto de Estudios Políticos de París. E 1983, se casa con el diplomático francés Fabrice Delloye, con quien tuvo dos hijos, Mélanie, nacida en 1985, y Lorenzo, nacido en 1988.
18. A los 29 años de edad, después de conocer las ventajas de una vida confortable y privilegiada en la capital francesa, Ingrid Betancourt decide hacer lo inimaginable.
19. Se lanza en cuerpo y alma, dispuesta a contribuir de lleno, con todas sus fuerzas, en el rescate de su país de origen, Colombia.
20. Un país sumergido en un escenario violento, caracterizado por el poder de los narcotraficantes, la corrupción de autoridades, y el terrorismo paramilitar de extrema derecha.
21. Una joven mujer, con sus sueños y sus esperanzas. ¿Qué sería de nosotros si no soñáramos?...
22. En 1994, a los 33 años, es electa Diputada, con la mayor votación registrada en el país. Incansable militante, se torna una árdua promotora de la justicia social y de la educación, eligiéndose posteriormente Senadora, otra vez con la mayor votación jamás registrada para el cargo en el país.
23. Una vez que la causa que abraza, – el combate a la banda de políticos corruptos y el narcotráfico –, encara muchos intereses ocultos, no tarda en comenzar a recibir amenazas de muerte.
24. Tales amenazas, sin embargo, apenas refuerzan su convicción de la necesidad de sus esfuerzos y de la validez de la causa por la cual lucha. Ingrid mantiene su agenda, siendo el único cambio, en su rutina, el chaleco a prueba de balas, que empieza a usar constantemente.
25. No es posible saber si conseguirá hacer la travesía o no. Es una apuesta. Pero sólo los que apuestan saben lo que es la vida.
26. Es en 2002, a los 40 años de edad, que Ingrid Betancourt resuelve postularse candidata a la presidencia de Colombia.
27. 23 de febrero de 2002 Foto tomada minutos antes de su secuestro.
28. Una guerrilla tan sangrienta, como imprevisible. Ingrid es arrancada del vehículo, y llevada prisionera a un lugar desconocido. El cruel cautiverio en las densas selvas colombianas.
29. Un cautiverio localizado en medio de la densa vegetación, bajo varias camadas de sombras formadas por la copa de los árboles, tornando prácticamente imposible su localización por aeronaves que por ventura sobrevolasen el área.
30. Sombras sobre sombras, Haciendo que, a veces, los rehenes permanezcan varios días sin ver la luz del sol.
31. Apenas un mes después del secuestro, el papá de Ingrid, en medio de la desesperación, fallece a causa de problemas cardio respiratorios.
32. La familia lanza un llamado humanitario, para que Ingrid sea liberada, de modo que pueda participar del entierro de su padre. La petición es ignorada.
33. La dura rutina de los campamentos, las largas marchas mata adentro, todas las privaciones, humillaciones, torturas. Los constantes traslados, intentando dificultar posibles operaciones de localización y rescate.
34. En un video grabado como prueba de vida, Ingrid afirma: “Estoy bien, estoy viva. Sólo pido a Dios que me ayude a colocar un pie delante del otro para poder andar día tras día.”
35. En una entrevista concedida después de su liberación, Ingrid recuerda: “Nosotros (los secuestrados) llevábamos el dolor del mundo en todas sus dimensiones. En todas sus expresiones”.
36. “La selva es un lugar hostil. Todo duele en ella. La piel no es un espacio de protección, sino de dolor. Comer duele, ir al baño duele, bañarse duele, vivir duele, respirar duele. No ver el cielo duele. No ver a las personas que uno ama duele”.
37. “Los incesantes sonidos macabros de los animales, y, en la noche, el sonido de los compañeros que lloraban durmiendo y gritaban sus pesadillas”. “Un desierto de apego, de solidariedad, de afecto.”
38. “Como rehenes, pasábamos por una humilhación constante. Éramos víctimas de total arbitrariedad. Llegas a conocer lo peor que puede existir en el alma humana.”
39. “Lo que me permitió soportar tamaño sufrimiento fue el sentimiento de que Dios estaba a nuestro lado. Si no fuera por este sentimiento, difícilmente conseguiría soportar las penas impuestas en el cautiverio.”
40. Y por cinco veces, Ingrid intenta huir del cruel cautiverio. En una de esas ocasiones, pasa tres días perdida en la selva antes de ser recapturada.
41. Ella cuenta que durante los días que pasó perdida en la selva, a pesar de todos los riesgos y de la incertidumbre a que estaba expuesta, era motivo de alivio y tranquilidad sentirse libre, a salvo de la mirada de los vigilantes, de los guardias, de las armas y de los grilletes.
42. Añade que ya tarde, en la noche, buscaba un claro en medio de la densa vegetación, y al recostarse contemplaba, en libertad, la luna y las estrellas antes de dormir.
43. Y, en medio de lo desconocido, no sabía para qué lado ir, si encontraría algo con qué pudiera alimentarse, o si saldría viva de aquella situación. No obstante sabía que estaba libre y esto le bastaba.
44. “Durante los años de cautiverio, descubrí que la libertad es tan vital como el oxígeno. Ella es la principal llave para la dignidad humana.” Ingrid Betancourt
46. Y después de cada captura, el castigo redoblado. La fragilidad de un cuerpo, delante de las garras del agresor. Las cadenas cada vez más pesadas, las privaciones y las humillaciones cada vez más severas.
47. No es raro que los carceleros ejecuten a los fugitivos que son capturados, para que sirva de lección y se desanime a los demás rehenes. Ingrid Betancourt, no obstante es considerada como una moneda de troca de alto valor, lo que hace que su vida sea conservada.
48. Pero, aunque le perdonen la vida, no le alivian los castigos, cada vez más severos después de cada tentativa de fuga.
49. En una ocasión, ella es amarrada por el cuello a un árbol. Por tres días fue forzada a permanecer de pie, bajo el yugo del cruel castigo, hasta que deciden disminuirle la pena.
51. Otra pena para los fugitivos capturados es atormentarlos durante el sueño con tarántulas y cobras. Recordándoles que la selva que los rodea está infestada de esos y otros peligros.
52. Cierta vez, determinaron que Ingrid debería reparar y coser los uniformes desgastados y rasgados. Además de la pila de viejos uniformes, también le entregaron material de costura.
53. Fue en esa ocasión que ella confeccionó, con hilos, botones y astillas de madera, el rosario que iría a acompañarla durante las duras penas del cautiverio.
62. Frente a la pregunta de si el día más feliz de su vida fue el de su liberación, Ingrid, sin titubear ni un segundo, responde que...
63. ¡No! Añadiendo que los días más felices de su vida fueron las fechas en que nacieron sus hijos.
64. Y al ser cuestionada sobre la carrera política interrumpida, ella responde que su experiencia político-partidista la hizo perder las esperanzas de que los cambios necesarios puedan surgir en la arena política.
65. Añade que abandona la política partidaria, mas no la Política. La Política con “p” mayúscula, que mueve, que activa, que impulsa, rumbo al Amor, la Justicia y la Solidaridad.
66. Pocas semanas después de su liberación, Ingrid inicia una serie de visitas a presidentes y autoridades, con el objeto de agradecer el apoyo que concluyó con su emancipación,...
67. ...y, principalmente, de dirigir los movimientos para la urgente necesidad de buscar salidas para la difícil situación de muchos que todavía se encuentran secuestrados y que continúan cautivos en las selvas colombianas.
78. En la ceremonia privada de la conferencia: “La Civilización de la Paz: Diálogo entre Culturas y Religiones”, Ingrid se dirigió a los participantes:
79. “Es preciso creer en un mundo mejor, que el bien siempre vence al mal, y que en los próximos días habremos de ser testigos del inicio del tiempo del espíritu, tan esperado por nosotros.”
80. “Los valores de nuestra civilización deben cambiar, la sed de poder y la ganancia dando lugar al servicio y la donación.”
81. “Nosotros somos los constructores de un tiempo nuevo, aquellos que inauguran un tiempo nuevo del espíritu, un tiempo oportuno para que los sueños se tornen realidad.”
82. Evento promovido por la comisión organizadora del Premio Nobel de la Paz.
83. Al lado de Bono Vox, activista con trabajos humanitarios en África.
85. Después de ocho años en cautiverio, Pinchao consiguió huir, en 2007, del campamento donde era mantenido rehén; se dejó llevar durante una tempestad, hacia la libertad, por la corriente del río y, luego, dieciocho días de caminata por la selva.
86. Recordando los tiempos difíciles de cautiverio, y el apoyo recibido en tales horas, él afirma: “Ingrid fue mi luz, mi camino, mi guía en los momentos en que me encontraba en la oscuridad”.
89. Al lado de Luis Eladio Pérez, ex-congresista colombiano, que aborda en su libro, intitulado “Infierno Verde”, los siete años en que permaneció confinado en la cárcel de las Farc.
90. Durante el lanzamiento del libro de su ex- colega de cautiverio, Ingrid, con la voz embargada y llorando en algunos momentos, recordó a los rehenes que todavía permenecen prisioneros en la selva en espera del rescate:
91. “Soy muy feliz... mas mi corazón aún está preso en los árboles de la selva...”
92. Entrega del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2008. Ciudad de Oviedo, España.
93. Un reconocimiento “de la dignidad y del coraje” de Ingrid delante del cautiverio.
94. Según el tribunal, ella personifica a todos aquellos en el mundo que están privados de la libertad debido a la “defensa de los derechos humanos y la lucha contra la violencia, la corrupción, y el narcotráfico”.
95. Ingrid, después de afirmar que no merece “semejante distinción”, acepta reciber el premio, con “inmensa emoción, mucho respeto y humildad” en nombre de sus antiguos colegas de cautiverio, vivos y muertos.
96. Dedica el premio a su “amada Patria, Colombia, sedienta de concordia y paz”. Y, agradeciendo a Dios, pide para que Él la guíe para “poder responder con altura y sabiduría las oportunidades que se abren para servir a los que sufren, y ser la voz de los que no pueden expresarse”.
97. “Me atrevo a recibir el premio en nombre de mis compañeros secuestrados, aquellos que están esperando por su libertad, y, con mucho amor, en nombre de mis compañeros que no volverán, aquellos que murieron en la selva”.
98. Ceremonia de entrega de la medalla de la “Legión de la Honra”, la más alta condecoración de Francia.