El aprendizaje autónomo implica que los individuos asumen la iniciativa de aprender con la ayuda de otros, identificando los recursos necesarios para aprender. Se caracteriza por la autonomía, el conocimiento de los propios estilos y objetivos de aprendizaje, y la responsabilidad personal. Tiene ventajas como fomentar la curiosidad y permitir dedicar más tiempo a las dificultades individuales. Las estrategias para el aprendizaje autónomo incluyen mapas conceptuales, cuadros comparativos y esquemas.