EJEMPLO PASO A PASO DEL CALCULO DEL VPN Y OTRAS HERRAMIENTAS FINANCIERAS.pptx
(276)la financiacion del sur
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LA DESDEÑADA FINANCIACION DEL SUR.
Manfred Nolte.
La Financiación del desarrollo de los países más desfavorecidos del planeta ha
sido uno de los ejes centrales del trabajo abordado por la comunidad de países
en su más genuina congregación, la Asamblea General de Naciones Unidas. No
hay salida de la trampa de la pobreza sin desarrollo y no hay desarrollo sin
activar los resortes múltiples y complejos de la financiación, también y sobre
todo, en los países del sur.
El Consenso de Monterrey en 2002 y la Declaración de Doha en 2008
representaron sendos miliarios en la determinación de los frentes o capítulos
centrales de actuación para acercar el concepto genérico de financiación a las
especificidades de los países necesitados, de los países muy pobres y de aquellos
en vías de desarrollo.
Siete años después, el 16 de julio pasado, los gobiernos del planeta adoptaron un
documento final como resumen y resultante de la ‘Tercera Conferencia de
Financiación del desarrollo’ (FFD3), celebrada en Adís Abeba (Etiopia) cuyo
título es ‘Agenda de Acción de Adís Abeba’ , ya consagrada por su acrónimo
‘AAAA’. Los países más necesitados y una miríada de organizaciones de la
sociedad civil involucrada activamente en la preparación de la Conferencia
habían depositado en la misma un cúmulo de esperanzas.
Tanta esperanza se ha visto, sin embargo, sensiblemente contrariada, tanto más
cuanto que los tímidos resultados del acuerdo desmienten una retórica
generalizada adoptada tanto por la representación de Naciones Unidas como de
los países participantes al vincular la conferencia de Adís Abeba con la agenda
del desarrollo post-2015 (Setiembre, Nueva York) y con la Conferencia de las
Partes(COP 21) sobre el clima (Diciembre, Paris). El éxito de las dos últimas se
juzgaba como muy ligado a los logros de FFD3. El ‘AAAA’ no concreta los
cuantiosos medios de financiación requeridos para los compromisos
posteriores. En realidad las negociaciones han estado marcadas por una acción
sistemática de ralentización de las acciones por parte de los países centrales
para descafeinar el acuerdo y convertirlo en uno ayuno de ambiciones. ‘AAAA’
representa, en gran medida un retroceso en relación a los postulados de
Monterrey y Doha. Al menos en 20 áreas de decisión, Adís Abeba supone un
paso atrás o como mucho un mero mantenimiento del cuerpo de compromisos
recogidos en Monterrey/Doha.
En particular, ‘AAAA’ descansa en exceso en la iniciativa privada, sin un
reconocimiento paralelo y al menos equivalente del papel a jugar por el Sector
público como garante del bien común. Dos aspectos adicionales se refieren
respectivamente a la falta de voluntad por incrementar los recursos de
financiación existentes aumentándolos conforme a las expectativas creadas y
también a la negativa de reforzar el papel de Naciones Unidas en el control de
los temas sistémicos (línea 6 de Monterrey y Doha). En cuanto a la igualdad de
género, ‘AAAA’ podría dar la impresión de haber reforzado los derechos de la
mujer, pero al mismo tiempo los instrumentaliza como mecanismos de
crecimiento económico más que como un fin en sí mismo de acuerdo con las
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normas y principios de Naciones Unidas.
Adicionalmente, la críptica metodología utilizada en las negociaciones ha
producido el rechazo del ‘Grupo de los 77’ (el bloque de los 134 países en
desarrollo que incluye a China), que han manifestado no haber podido defender
sus propuestas en pie de igualdad con los países centrales.
Particularmente relevante es el capitulo de omisiones. Comencemos señalando
que el documento final no incluye la aplicabilidad del principio de la
‘Responsabilidad común pero diferenciada’ en el campo de la financiación del
desarrollo asignando mayor responsabilidad a aquellos que más tienen. Dada la
interacción de FFD3 con la temática post-2015 hubiera sido una mención
crucial. Además, según el testimonio de actores presenciales, los co-facilitadores
de las reuniones anunciaron el 7 de julio la eliminación del debate de una serie
de temas críticos, dada la falta de tiempo para alcanzar un consenso en la
Asamblea. Por citar tan solo el más importante, el de la creación de un
‘Organismo fiscal intergubernamental’, los países en desarrollo demandaron la
promoción del ‘Comité de Expertos de Naciones Unidas para la Cooperación en
Materias Fiscales’ a un comité intergubernamental. La Unión Europea, Estados
Unidos y Japón vetaron indirectamente la propuesta al indicar que de
mantenerse abierto este tema reabrirían otros ya cerrados, de su interés e
incumbencia.
No sería, con todo, justo relatar las importantes carencias del acuerdo y no
mencionar algunas luces incluidas en la declaración. La primera, la creación de
un ‘Mecanismo de Promoción Tecnológica’, un foro largamente reclamado para
la discusión de temas tecnológicos relevantes para el desarrollo de sur. La
segunda se refiere al refuerzo del seguimiento de la declaración, que implicará
una reunión anual con una resolución consensuada. Pero quizá el elemento más
alentador ha sido el creciente papel jugado por la sociedad civil en el proceso. La
acción de este colectivo ha sido un factor decisivo en el enriquecimiento de los
debates previos, en la alimentación de los debates y en la creación de una
conciencia y estado de opinión sobre la trascendencia de los temas tratados en
la reunión.
Con todo, el sabor final es amargo o agridulce en el mejor de los casos. ‘AAAA’
ha supuesto una decepción para los países más necesitados. No ha sido capaz de
remover los muchos obstáculos aun existentes en la arquitectura internacional
del desarrollo y encarar los grandes temas sistémicos que lo rodean, creando las
necesarias condiciones de respeto y protección de los derechos humanos en el
sur.