Rol polivalente del docente universitario en la construcción
Informe final sobre ética y educación
1. (Actividad 5 Unidad 3)
Informe final
Curso de Ética - Informe Final del Equipo Amarillo
Grupo formado por: L.Laurenti - A.Pacheco - R.Pérez - V.Saavedra - P.Verdes
De acuerdo al siguiente argumento planteado y debatido por el equipo amarillo:
“Imaginemos que hace un siglo hubiésemos congelado a un cirujano y a un maestro y
ahora les volviéramos de nuevo a la vida. El cirujano entraría en la sala de operaciones y
no reconocería ni el lugar ni los objetos y se sentiría totalmente incapacitado para
actuar. ¿Qué pasaría con el maestro? Como señala Papert, el profesor reconocería el
espacio como una clase y todavía encontraría una tiza y una pizarra con la cual empezar
a enseñar.”
Es importante recordar un par de comentarios relevantes en relación a este argumento, uno
de Petronio, quien escribió en su libro: "El Satiricón", allá por el año 66 a.C.: "Estoy seguro
de que la razón por la que este grupo de jóvenes abandonan nuestras escuelas es porque no
los ponemos en contacto con nada de utilidad para la vida cotidiana". Y el de John Adams,
el segundo Presidente de Estados Unidos, quien les recomendó a los académicos de su
tiempo recordar que hay dos tipos de educación, una que nos enseña a ganarnos la vida y
la otra que nos enseña a vivir. Si a estos comentarios le añadimos el de que los alumnos
más lentos en el aprendizaje necesitan hasta cinco veces más tiempo que los alumnos más
rápidos, se ve claramente la necesidad de rediseñar nuestro sistema educativo.
En relación al debate que se generó a partir del argumento; todos los integrantes del equipo
coincidimos con Papert en que ese profesor perteneciente al siglo pasado reconocería al
espacio áulico y probablemente podría dar una clase sólo si se dan las condiciones
siguientes:
-La disciplina que enseña no ha tenido una evolución significativa a lo largo del siglo, por
lo tanto podría comunicar sus conocimientos sin que parezca desactualizado.
-La metodología tradicional de enseñanza sea la que tenga lugar en la institución en la que
de la clase, por lo tanto no habrá choques con un modelo innovador que confiera mayor
protagonismo al alumnado.
-El aula tenga un pizarrón y tiza dentro del conjunto de recursos para transmitir
conocimientos.
2. -La currícula que el maestro del siglo pasado intenta enseñar se correspondan con la del
nuevo siglo.
Es decir, podrá desarrollar su actividad en un ámbito como señala Martínez (2003), “la
educación se ha podido mantener con pocas variaciones su modelo. De esta manera, ha
sobrevivido a los avances de la sociedad” .
Como puede observarse estas condiciones nos hacen ver que si bien pueden estar presentes
en el contexto actual, a raíz de un congelamiento dado por políticas de estado de un
evidente retroceso socio-cultural, o porque como afirma Orozco Gómez "algunas
instituciones son bastante estables a lo largo del tiempo, a veces tercamente" (2001), es
poco probable que este docente pueda enseñar si se concibe a la educación como una
acción transformadora de los individuos que pretende educarlos en valores y permitir que
desarrollen habilidades y conocimientos significativos para poder operar en una sociedad
de continuo cambio. Así Manuel Castells expresa que aunque que los cambios
tecnológicos, el desarrollo de las redes de información y comunicación no está instalado
completamente y su desarrollo tiene un ritmo desigual y desparejo geográficamente, no
podemos negar que estamos ante una nueva cultura llamada por él "la cultura de la
virtualidad real" (Catells, 1996).
Por lo tanto, lo más probable es que este docente del siglo pasado, en el mejor de los casos,
se encuentre en un contexto en el que se dificultaría enseñar si se toman en cuenta los
siguientes aspectos:
- el tipo de disciplina o temática que enseña. Si se trata de una disciplina científica, puede
ocurrir que el grado de avance científico-técnico a lo largo del siglo, sea muy importante y
sus conocimientos estén desactualizados y le impidan seguir una currícula actual. Tal es el
caso en las disciplinas científicas como la Genética, o técnicas como la Automatización.
- las características de los alumnos actuales y la metodología de enseñanza-aprendizaje
conocida por el maestro (entorno socio-político-económico de otra época): la posición de
poder y condición de único poseedor del conocimiento del maestro hace cien años no es la
misma que en la actualidad. En la actualidad se promueve un modelo pedagógico de tipo
constructivista que hace hincapié en un rol activo por parte de los alumnos y en el docente
como guía a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
- el estado de avance de los recursos tecnológicos que determinan el avance del
conocimiento en muchas disciplinas: cada profesión tiene sus particularidades propias y
todas las profesiones tienen diversos grados desarrollo tecnológico y dependencia de la
tarea profesional hacia esa tecnología. Esta situación determina, entonces, que el
profesional pueda o no desarrollar su tarea de acuerdo a su actualización y capacitación
profesional.
Como puede verse, esos aspectos nos hacen pensar que el docente del siglo pasado, ese con
el pizarrón y tiza, podría conducir su clase intentando comunicar sólo nociones básicas, se
vería limitado, no podría construir espacios de aprendizajes en un contexto en donde se
respiren aires de una nueva cultura que posee características muy diferentes a la sociedad
3. en que el se formó, poniendo en evidencia la brecha comunicacional entre maestro y
alumnos. Tal como lo expresa Martin Barbero "los medios de comunicación y las
tecnologías de información significan para la escuela en primer lugar eso: un reto cultural,
que hace visible la brecha cada día más ancha entre la cultura desde la que enseñan los
maestros y aquella otra desde la que aprenden los alumnos" (1997).
En sintonía con esto, podríamos pensar la incorporación de las TICS como lo propone
Michel Bernard, citado por Yuren Camerena considerando “que el eje del quehacer
educativo es la formación del sujeto como agente, actor y autor, y no el poner en los medios
los contenidos. En este enfoque la introducción de la tecnología sólo se justifica en tanto
contribuye a superar las distancias que obstaculizan la formación y a favorecer las
distanciaciones que se requieren en el proceso formativo” (Yuren Camerena,2002).
No deberiamos ignorar que “los jóvenes constituyen hoy el punto de emergencia de una
cultura otra” (Martin Barbero, 2002). Desde esta perspectiva los jóvenes estarían
atravesando cambios culturales, que tendrían envergadura antropológica y no solo
sociológica. Entendemos que es nuestra responsabilidad como adultos que pretendemos
enseñar reconocer esos cambios e incorporarlos a nuestras prácticas porque sería el modo
de establecer el acto comunicativo indispensable que todo proceso educativo requiere.
Comunicación que permitirá entendernos con nuestros alumnos, y construir situaciones
educativas que tengan en cuenta las expectativas de los estudiantes, sus contextos
específicos, su trayectoria y sus proyectos.
Es innegable que las nuevas tecnologías marcan una gran transformación social, siendo una
de las más notorias las formas de acceso y circulación del saber punto en el cual el sistema
educativo se ve muy afectado. “La escuela ha dejado de ser el único lugar de legitimación
del saber, pues hay una multiplicidad de saberes que circulan por otros canales y no le
piden permiso a la escuela para expandirse socialmente. Esta diversificación y difusión del
saber, por fuera de la escuela, es uno de los retos más fuertes que el mundo de la
comunicación le plantea al sistema educativo. Frente al maestro que sabe recitar muy bien
su lección hoy se sienta un alumno que por ósmosis con el medio-ambiente comunicativo
se halla “empapado” de otros lenguajes, saberes y escrituras que circulan por la sociedad”
(Martin Barbero, 2002).
Lo que autores como el citado anteriormente aplican a la escuela también es posible
utilizarlo para describir la educación presencial en cualquiera de sus niveles. El sistema
educativo debería ser capaz de formar ciudadanos y hacerlo con visión de futuro, para lo
cual debería abrirse a la multiplicidad de escrituras, de lenguajes y saberes, desarrollando
un modelo educativo “que transforme su modelo (y su praxis) de comunicación, esto es que
haga posible el tránsito de un modelo centrado en la secuencia lineal -que encadena
unidireccionalmente grados, edades y paquetes de conocimiento- a otro descentrado y
plural, cuya clave es el “encuentro” del palimpsesto y el hipertexto” (Martin Barbero,
2002).
Ahora bien, como docentes del nuevo milenio tenemos una responsabilidad aún mayor, ya
que nos corresponde guiar a los alumnos en el mar informativo ante el cual se encuentran.
En primera instancia parece grandioso poder sentir y creer que "todo lo que necesito está en
4. la red" pero no todo lo que existe en la web es verdadero. Es aquí en donde el rol de guía
por parte del docente, de ayudar a los alumnos a discriminar entre información válida o no,
cobra relevancia. Si bien la mayoría de los alumnos conocen las tecnologías, les faltan las
habilidades para usarlas adecuadamente en clases, ese es el rol que debe ocupar el docente.
Sin embargo, actuar como tutor y diseñador de nuevos entornos de aprendizaje no es tarea
sencilla y requiere de una capacitación desde la misma formación pedagógica del profesor
y continuarse a lo largo de su tarea docente. El rol del maestro actual, a diferencia del
maestro de hace 100 años, va cambiando notablemente, requiere “una formación centrada
en el diseño de situaciones y contextos de aprendizaje, en la mediación y tutorización, y en
las estrategias comunicativas” (Gros y Silva, 2005 ).
Igualmente cabe aclarar que los docentes deben estar actualizados, no podrán guiar al
alumno sin antes estar alfabetizados tecnológicamente. En este contexto de actualización,
según señala (Silva y otros, 2006) “se requiere no sólo cambiar el foco del “manejo
informático” a lo “pedagógico”, sino también incorporar de manera explícita aquellos
temas que hoy están ausentes y que se relacionan con el desarrollo profesional docente, con
tecnologías, la gestión escolar y el reconocimientos de los aspectos éticos y legales
asociados a las tecnologías que hoy no están siendo considerados en los programas de
estudios”.
Para ello no sólo el esfuerzo individual cobrará importancia sino el indelegable rol del
estado para capacitar a los docentes, tendrá lugar. Las instituciones educativas deberán estar
a la altura de las circunstancias y ofrecer capacitaciones acordes a las nuevas necesidades
socio-educativas.
El uso de las nuevas tecnologías de comunicación e información permiten innovar y
transformar la educación. Sin embargo, este potencial puede hacerse o no realidad, en
mayor o menor medida, en función del contexto en que las TICs son efectivamente
utilizadas. En este punto, entonces, deben confluir distintas intencionalidades y
compromisos:
- intención docente: “ Los profesores se han formado y se están formando con una cultura y
una visión del significado de su profesión que ya ha cambiado” (Gros y Silva, 2005).
Entonces, su intención de capacitarse en forma continua deberá sustentarse en su intención
de mejorar la calidad de su comunicación educativa. Además de su capacitación
tecnológica y profesional, al incorporar tecnologías en el aula, el profesor debe poseer
predisposición y motivación al trabajo en equipo; voluntad para el debate y actitud para
convertirse en un guía de sus estudiantes.
- intención institucional: Toda institución educativa tiene un proyecto institucional con
prioridades y modelos de comunicación educativa también institucionalizados, y siempre
en concordancia con las políticas educativas del gobierno. Una propuesta de EaD implica
innovaciones (Fernández, 2005) en el método de enseñanza, comunicación educativa,
recursos tecnológicos y accesibles, red institucional, intencionalidad educativa, en la
capacitación docente. Por lo tanto se deberá considerar el apoyo institucional, proyectar
5. estrategias para promover cambios institucionales, para que la implementación de la
presente propuesta pedagógica no quede en un intento aislado.
- intención gubernamental: las políticas de formación continua docente deberá estar
orientada a la integración del sistema formador (fragmentado por divergencias entre
políticas nacionales y provinciales) a equipar y asegurar la conectividad de los
establecimientos educacionales, y promover el desarrollo de proyectos innovadores
educativos.
Estas intenciones y compromisos se deben materializar con la aplicación real de tecnología
educativa en el aula (romper con el congelamiento educativo). Es decir, en todos los casos
debe primar el compromiso para “hacer bien lo que nos toca hacer”, o sea ejercer con
responsabilidad profesional la tarea docente desde el lugar que le corresponda a cada actor
en esta realidad tecnológica.
Finalmente, todo confluye en el ejercicio de la ética profesional de cada uno de los
protagonistas en el acto de enseñar y aprender, de ser los constructores de la educación y
evolución de la sociedad.
Bibliografía
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la virtualidad real: la integración de la comunicación electrónica, el fin de la audiencia
masiva y la emergencia de las redes interactivas (fragmento, pág. 327 a 364) Blackwell
Publishers. Disponible en
http://www.hipersociologia.org.ar/catedra/material/Castellscap5.html
Fernández, A. (2000). Retos y perspectivas de la comunicación educativa en la era de la
tecnología de la información y las comunicaciones. Contexto educativo, no.9. Diponible
en: http://contexto-educativo.com.ar/2000/7/nota-04.htm
Gros, B. y Silva, J. 2005. La formación del profesorado como docente en los espacios
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Disponible en http://comeduc.blogspot.com/2007/04/jess-martn-barbero-heredando-el-
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