Evitar los enlaces sospechosos.
No acceder a sitios web de dudosa reputación.
Actualizar el sistema operativo y aplicaciones.
Descargar aplicaciones desde sitios web oficiales.
Utilizar tecnologías de seguridad.
Evitar el ingreso de información personal en formularios dudosos.
Tener precaución con los resultados arrojados por buscadores web.
Aceptar solo contactos conocidos.
Evitar la ejecución de archivos sospechosos.
Utilizar contraseñas fuertes.
La Internet y la WWW constituyen una buena fuente de
información tanto para los padres como para los hijos. Los niños
pueden aprender mucho buscando documentación para los
trabajos escolares, enviando y recibiendo correo electrónico y
jugando juegos educativos.
Pero en un entorno donde el niño es lo bastante mayor como
para introducir palabras en el teclado y acceder al mundo de la
Internet, los padres deben vigilar y supervisar lo que ven y
escuchan sus hijos, a quien conocen y qué datos personales
comparten con otros usuarios. Esta conexión libre y sin censuras
con el mundo puede ser realmente peligrosa.
- Riesgos relacionados con la información. Las personas frecuentemente
necesitamos información para realizar nuestras actividades, y muchas
veces la podemos obtener en Internet de manera más rápida, cómoda y
económica que en el "mundo físico". No obstante hemos de considerar
posibles riesgos:
- Acceso a información poco fiable y falsa. Existe mucha información errónea
y poco actualizada en Internet, ya que cualquiera puede poner información
en la red. Su utilización puede dar lugar a múltiples problemas: desde realizar
mal un trabajo académico hasta arruinar una actuación empresarial.
- Dispersión, pérdida de tiempo. A veces se pierde mucho tiempo para
localizar la información que se necesita. Es fácil perderse navegando por el
inmenso mar informativo de Internet lleno de atractivos "cantos de sirena". Al
final el trabajo principal puede quedar sin hacer.
- Acceso de los niños a información inapropiada y nociva. Existen webs que
pese a contener información científica, pueden resultar inapropiadas y hasta
nocivas (pueden afectar a su desarrollo cognitivo y afectivo) para niños y
menores por el modo en el que se abordan los temas o la crudeza de las
imágenes (sexo, violencia, drogas, determinados relatos históricos y obras
literarias...). La multimedialidad de Internet puede hacer estos contenidos aún
más explícitos e impactantes.
A los niños y los adolescentes les encanta utilizar internet, las redes sociales
para chatear, bajarse vídeos, jugar, pero es importante concienciar y
educar a los menores para que aprendan a navegar con seguridad.
La red, o el mundo virtual no está exento de los mismos peligros que el
mundo real, por lo que hay que aplicar la lógica que utilizamos en la vida
cotidiana para evitar riesgos innecesarios, con el agravante de que en
internet existe el anonimato, porque en realidad desconocemos quien
está detrás del ordenador a la hora de contactar con el otro usuario de
internet.
Tenemos que evitar compartir demasiada información, o publicar
comentarios, fotos o videos que puedan dañar la reputación o herir los
sentimientos de otra persona.
Hay que tener en cuenta que aunque a veces configuremos el perfil en la
red social incluso con las funciones de seguridad más altas, en
ocasiones, una parte del perfil puede ser vista por todos, por lo que hay
que cuidar el lenguaje utilizado y nuestra imagen, ya que puede ser visto
por empresas de selección, nuestros jefes, universidades, maestros, nuestra
pareja, etc.…
Hay que tener cuidado con lo que se publica porque puede quedar
registrada en el “caché” de la página durante mucho tiempo.