Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Educacion
1. José Miguel Luque Pradas 2º Bach A
Resumen Historia
Tema I. Esqueleto Histórico
Orígenes de la Historia Peninsular
Los orígenes de la historia peninsular se
remontan al año 1000 a.C. con la llegada de los
fenicios y fueron los fenicios los que introdujeron en
la península el primer alfabeto.
Existía ya por el siglo IX a.C. una civilización
autóctona en este territorio, la tartésica, cuyo primer
rey fue Argantonio. Mas tarde, los griegos
convivieron con los fenicios y otros pueblos
autóctonos, como los tartesos. Tanto los griegos
como los fenicios contribuyen en enriquecer la
península Ibérica con sus diversas aportaciones.
Posteriormente, en el s. VI a.C. llegan los
cartagineses con mentalidad imperialista y gran
desarrollo en materia bélica. Someten a los tartesos
y desplazan a los fenicios en la zona sur, y ante la
fuerza de Roma se producen las guerras púnicas
(entre cartagineses y romanos), donde vencen estos
últimos.
Por el año 218 a.C. llegan los romanos a la
Península Ibérica entrando por el nordeste. Fundaron
Ampurias (antigua Emporión griega) en la época de
la republica romana. Los turdetanos (sucesores de
los tartesos) vista la tiranía de los cartagineses
acogen a los romanos con los brazos abiertos. Se
produce pues, la conquista peninsular por parte de
los romanos. Este proceso se conoce con el nombre
de romanización.
Con un golpe de estado, en el año 29 a.C.
asciende al poder Octavio Augusto, ordenando al
ejército introducirse incluso en la propia ciudad de
Roma. En el año 19 a.C. se decreta la conquista total
de Hispania. Iban camino de cumplir su objetivo:
poner orden en el mundo mediante la Pax Romana.
2. Pero a todo imperio le llega su fin y tras la caída
de Roma Occidental a manos de los bárbaros, cae
también Hispania. El pueblo bárbaro que se
establece en la Península Ibérica son los visigodos.
Este pueblo logró la unificación peninsular. Los
visigodos no tenían arte en las construcciones y eso
supuso un retroceso de la civilización.
Por el año 711 d.C. llegan los musulmanes, a
partir del s. VII comienza su expansión para, a finales
de ese mismo siglo, situarse a las puertas de la
Península Ibérica, en Marruecos. En la batalla de
Guadalete se enfrentan sirios, bereberes,
musulmanes y el pueblo visigodo, concluyendo con la
derrota de estos últimos y la caída de su rey, Don
Rodrigo. Los musulmanes resultados victoriosos, no
obligan ni someten a los habitantes de la Península:
respetan las propiedades, las clases y las religiones.
A finales de la Edad Media no había una
estructura estatal unificada bajo un solo hombre,
España. Existían varios países en la Península
Ibérica. Entre los países cristianos se encontraban: la
Corona de Aragón, la Corona Castellano-Leonesa, el
Reino de Navarra y el Reino de Portugal. Por otra
parte había un único país musulmán: Al-Andalus, que
ocupaba la zona de Andalucía Oriental.
En la Alta Edad Media, Al-Andalus era un país
muy grande que abarcaba dos tercios del territorio
de la Península Ibérica. En Al-Andalus convivían
musulmanes, cristianos andalusíes (mozárabes) y
judíos.
El reinado de los Reyes Católicos
A partir del s. XI los territorios cristianos
comienzan a retomar las posesiones musulmanas.
Esto es lo que se reconoce como Reconquista. Por
tanto, el único territorio musulmán se reduce al Reino
Nazari de granada que ocupaba Andalucía Oriental.
La unificación del territorio y la aparición de la
Corona de España llegan con el matrimonio de Isabel
de Castilla y Fernando de Aragón. Terminan con la
3. Reconquista en el 23 de Enero de 1492. Ocho años
más tarde de la muerte de Isabel la Católica en 1512
se anexiona el Reino de Navarra a la Corona
Española. Los Reyes Católicos procuraban la
anexión del Reino de Portugal a la Corona Española,
mediante una política matrimonial.
Ya existía una única nación: España. No había
nada en común, lo único común era la autoridad real.
En el decreto denominado La Concordia de Segovia
firmado en 1475 por Isabel y Fernando, hace un
reparto de competencias entre los monarcas (Tanto
monta tanto Isabel como Fernando) y deja claro la
autoridad de ambos.
Para que esa idea de nación española, los
Reyes Católicos debían justificar el pueblo esa
conciencia. Para ello se valieron de varios aspectos:
unificación religiosa y estado centralista y autoritario
con la creación de órganos de poder central como
los Consejos y la creación de ayuntamientos y
cargos como el regidor y el corregidor para
supervisar su funcionamiento.
Durante esta época, España es la primera
potencia mundial en cuanto a poder político militar.
Es la policía del mundo, encargada de velar por la
seguridad de Europa. En España reinan Carlos I y
Felipe II, los Austrias mayores. Carlos I hereda
territorios inmensos en España, America y centro-
Europa por parte de su abuelo.
Reinado de Carlos I de España y V de Alemania
España logra situarse al frente de las potencias
mundiales gracias a su esplendor político y militar. El
reino le pertenece a Carlos I hijo de Juana de Austria
y Felipe de Habsburgo, comienza a reinar en 1516. a
su reinado se le conocerá como el Imperio Universal,
mientras que al posterior reinado de Felipe II, se le
denominara en Imperio Hispánico
4. La España del siglo XVI: Calos I y Felipe II
Carlos I
Carlos I fue coronado en 1529 como emperador
del SIRG (Sacro Imperio Romano Germánico) por el
Papa. Este imperio pretendía unificar Europa bajo
una misma religión. El enemigo principal es el
musulmán
Pero este proyecto se vio degradado debido a la
ruptura de la Iglesia Cristiana por la Reforma
protestante a manos de Lutero Y Calvino. Carlos I
intenta por todos lo medios evitar la reforma, y se
convoca el Concilio de Trento para tratar el asunto.
Carlos I contribuye con la alianza entre la monarquía
y la nobleza. Fue durante en Concilio de Trento
(1545-1563) cuando muere Carlos I enfermo de gota.
Antes de morir, Carlos I expresaría su deseo de no
permitir gobernar a su hijo Felipe el SIRG
En 1556 sube al trono Felipe II. Durante esta
época España a pesar de ser la primera potencial
mundial, se encontraba en una situación de continuo
estancamiento económico, ya que los gastos
superaban los ingresos.
Felipe II
Su gran obsesión es la unificación religiosa:
Felipe II asume el papel de martillo de los herejes
luchando incisamente contra estos a lo largo de su
vida
La crisis que sobrevenía a España empieza a
manifestarse con el conflicto de los países Bajos, en
el que los nacionalistas belgas reclaman a Flandes,
dominada en aquella época por España. Otro punto
para España en esta época es Inglaterra, Felipe II
sospechaba de su piratería naval. Se procedió, pues,
a la invasión de Inglaterra mediante una enorme flota
denominada la Armada Invencible que resulto ser
vencible. También existieron batallas contra los
turcos que supusieron un gran triunfo a favor de
5. España y el catolicismo, como la de Lepanto en 1571.
La crisis económica se agravaba y comenzaron,
pues, las bancarrotas. Se crean impuestos nuevos y
se genera una nueva conciencia que seria una de las
causas de las crisis de s. XVII, los sueños de
grandeza, vivir por encima de lo que se puede. Felipe
II persigue a los judeo-conversos y les exige limpieza
de sangre, se crea así una sociedad racista
Las crisis del s. XVII
• Características generales
• Se produce un círculo de la muerte
generado por:
• Escasez de alimento
• Guerras de religión como la Guerra de los
Treinta años
• Agotamiento de las minas de metales
preciosos de America
• Epidemias
• Catástrofes naturales
La población de reduce 1/3 y fracasa el deseo
de Carlos I de conseguir una Europa unida por la
religión
Reinado de los Austrias Menores
A esta época se le conoce como el reinado de
los Austrias menores
Felipe III (1598-1620)
Fue un hombre despreocupado por su nación.
Dejo el gobierno en manos de sus validos (personas
designadas por el rey para que dirija los asunto
superiores del gobierno) el Conde Duque de Lerna y
el Conde Duque de Ucedas, que manejaron el país
en propio beneficio
Felipe IV (1620-1665)
6. Reina en el momento mas duro de la crisis, es
un buen hombre, sin embargo el monarca era un
hombre débil para dirigir el país en los momentos
mas graves
Para paliar las crisis, la familia real empeña sus
joyas, se recurre a los marranos portugueses para
pedirles préstamos. Esta medida tomada por el
valido, provoco reacciones hostiles a el por la
Inquisición, que lo relacionaba con los judíos
Hubo revueltas independentistas como la de
Cataluña en 1640 y el de Andalucía por el Conde
Duque de Medina-Sidonia y el Márquez de Ayamonte
pero no triunfó. Sin embargo, la rebelión de Portugal
si triunfa, dirigida por Joao IV y se proclama rey de
Portugal, ya independiente
Carlos II, el Hechizado (1665-1700)
Mariana de Austria regento durante este periodo
y Oropesa se convierte en su valido
En 1680 se procede la última bancarrota del
Estado y con ella surge un pequeño cambio de
mentalidad intentando sustituir aquellos sueños de
grandeza. Además se descubrieron nuevas minas y
se comienzan a recuperar la integridad religiosa con
la conclusión de la Guerra de los Treinta años, que
termina con la Paz de Westfalia en 1648
Carlos II, muere sin descendencia y se produce
una guerra de sucesión. Francia e Inglaterra
pretenden optar al trono (1700-1713). El conflicto
concluye con el Tratado de Utrecht. Así, Francia
consigue colocar en el trono Español a Felipe V, de la
dinastía Borbónica. Su reinado abarcara desde 1713
hasta 1746
El siglo XVIII
Características generales del proceso
7. Económicos. Se pasa de una economía agraria
feudal a una economía industrial movida por la
revolución industrial La agricultura en el antiguo
régimen es autosuficiente. Serna Oropesa y
Jovellanos los que se preocupen por este aspecto y
pretendan encontrarle solución
Sociales. Se cambia de una sociedad
estamental a una sociedad de clases. Los
estamentos eran tres:
1. Nobles: Eran los dirigentes de la sociedad,
ello prestaba tierras a los reyes
2. Clero: Son los oratores. Trabajan por la
salvación por las almas
3. Pueblo llano: el resto de habitantes.
Campesinos, artesanos, asalariados…
En esta sociedad existían privilegios entre las
clases sociales y unas grandes desigualdades
legales entre ellas. La forma normal de vivir de los
campesinos era mediante el vasallaje. En el último
eslabón se situaban los siervos, que, jurídicamente
no eran considerados personas. Serán ello los que
provoquen el cambio a una sociedad de clases
Políticos. Se pasa de un modelo de monarquía
absoluta a un sistema constitucional liberal
Será la burguesía la que asuma el protagonismo
en este siglo, que se enfrenta al sistema político-
social establecido, aspiran a destruir el denominado
“Antiguo Régimen” sintetizado en el absolutismo y
los privilegios de la nobleza y clero, elabora una
cultura nueva: la Ilustración.
Surgen así tres corrientes ideológicas
diferentes:
- Ultraconservadores: aquellas opiniones y
posicionamientos, generalmente de centro-derecha
y derecha, que favorecen tradiciones y que son
adversos a los cambios bruscos o radicales. En lo
social, los conservadores defienden valores
familiares y religiosos. Generalmente el
conservadurismo se asocia al nacionalismo y el
patriotismo. En lo económico, los conservadores
8. históricamente se posicionaron como
proteccionistas en oposición al librecambismo
económico. Actualmente esta asociación es menos
clara, ya que durante siglo XX algunos de los
partidos conservadores adoptaron posiciones
liberales al fusionarse con partidos de esta
tendencia, aliados en la defensa del sistema socio-
económico capitalista. Consecuentemente, en la
actualidad en el conservadurismo político coexisten
diversas posturas sobre lo económico
- Despotismo Ilustrado: La Ilustración es un
pensamiento crítico y reformista. Los reyes
absolutos, pues, del siglo XVIII (los llamados
“déspotas ilustrados”), toman de la Ilustración lo
que les conviene y, apoyándose en ella, introducen
en sus estados una serie de reformas y mejoras
importantes: suprimen los restos que aún quedaban
de feudalismo (es el caso de Federico II de Prusia y
María Teresa de Austria); protegen la agricultura con
la construcción de canales y pantanos y con la
introducción de nuevos cultivos; urbanizan y
modernizan las ciudades (Carlos III de España fue el
que convirtió a Madrid en ciudad moderna abriendo
grandes avenidas, construyendo monumentos y
dotándola de alumbrado público).
- Liberalismo político comienza con la lucha de la
burguesía contra el poder absolutista de la nobleza,
esta lucha se dio en el período de transición que va
del feudalismo a la primera etapa del capitalismo
burgués.
El liberalismo es una ideología política que,
desde un principio, abogó por la igualdad formal
frente al poder jerárquico y hereditario. Su bandera
de lucha fue la de la igualdad de oportunidades para
todos, de tal suerte que las riquezas se
incrementasen con base en la libre circulación de
capital.
Gracias al liberalismo, la sociedad civil ya no
estaría mas regulada por el |statu quo sino por
9. contratos que facilitaran las libre circulación de
mercancías y de propiedades, pues fundamentaba
su acción en la posibilidad de construir una sociedad
libre en donde la sociedad fuera el resultado de la
construcción de individuos libres que se relacionaran
entre sí por sus propias capacidades y por lo que
habían adquirido con dichas capacidades; estas
relaciones sociales deberían estar guiadas por el
intercambio entre propietarios y la política seria el
mejor medio para mantener la protección a la
propiedad y mantener el orden en las relaciones de
cambio.
El liberalismo es una ideología que se establece
de acuerdo con el supuesto del derecho natural en el
cual los hombres nacen libres e iguales y deben
permanecer a lo largo de su vida de esta manera.
Felipe V
Los Decretos de Nueva Planta (Decreto de 1707
para Aragón y Valencia, de 1715 para Mallorca y de
1716 para Cataluña) impusieron el modelo jurídico,
político y administrativo castellano en los territorios
de la antigua Corona d Aragón, que habían tendido,
especialmente en Cataluña, a apoyar las
pretensiones del candidato austriaco. Sólo las
Provincias Vascongadas y Navarra, así como el Valle
de Arán en el Principado de Cataluña, que habían
demostrado fidelidad al nuevo Rey durante la guerra,
conservaron sus fueros y sus instituciones forales
tradicionales. Así, el Estado se organizó en
provincias gobernadas por un Capitán General y una
audiencia, que se encargaron de la administración
con total lealtad al gobierno de Madrid. Además,
para la administración económica y financiera se
establecieron las Intendencias provinciales,
siguiendo el modelo francés. Conllevó la aparición de
la figura de los intendentes.
La administración pública correría directamente
por cuenta del Estado y Establecimiento de
intendencias. La administración sería ejercida en
10. adelante por la Corona y por funcionarios públicos
especialmente nombrados para tales fines.
Todas las funciones de la administración pública
debían caer en manos de profesionales. El
nombramiento de los funcionarios tendría en cuenta
únicamente su preparación y competencia. Sólo
ascenderían por sus méritos y debían percibir un
buen salario para evitar la corrupción.
Una completa modernización de las técnicas
administrativas. Esto sería posible gracias al
profesionalismo de los funcionarios
La obligatoria e inmediata observancia de la ley.
Durante los siglos XVI y XVII muchas ordenanzas
enviadas desde la metrópoli fueron «acatadas, mas
no cumplidas» por las autoridades coloniales. Según
el historiador Céspedes del Castillo, la meta
reformadora consistió en sustituir esa fórmula por
otra como esta: «Obedezco, cumplo e informo de
haberlo hecho con rapidez y exactitud.
Reformas a la Iglesia. Limitación del poder del
Arzobispado y de las funciones de los obispos.
Fortalecimiento y regulación de actividades
económicas. España debía recuperar el comercio
con sus posesiones de ultramar, arrebatándoselo a
los franceses e ingleses, y combatir el contrabando.
La mejora del sistema fiscal. Se aumentaron los
impuestos y se crearon aduanas, encargadas de
recaudar los impuestos del comercio interior y
exterior.
Felipe V ratificó las medidas mercantilistas,
como la prohibición de importar manufacturas
textiles o la de exportar grano; y se intentó reanimar
el comercio colonial a través de la creación de
compañías privilegiadas de comercio (al estilo de los
Países Bajos o el Reino de Gran Bretaña) aunque no
tuvieron demasiado éxito. Las cláusulas del tratado
de Utrecht que daban a Inglaterra el derecho a un
navío de permiso y el asiento de negros hacían que
fuera más sencillo para los comerciantes ingleses
que para los españoles (sujetos a las
11. reglamentaciones monopolísticas de la flota de Cádiz
y la Casa de Contratación).
Fernando VI (1746-1759)
En 1746 heredó el trono español a la muerte de
su padre. Fernando no era un hombre de gran
talento, pero tenia las cualidades necesarias para
ser un buen monarca: rectitud de carácter, sentido
de dignidad y saber escoger a sus colaboradores. Su
política fue la de sus ministros, muy eficaces y con
programas reformistas de gobierno como el
marqués de la Ensenada, -partidario de la alianza
francesa-, que ejerció varias secretarías; José de
Carvajal, -partidario de la unión con Inglaterra-, como
secretario de Estado; o el jesuita Francisco Rávago
como confesor real.
Su reinado se caracterizó por el
mantenimiento de la paz y la neutralidad frente a
Francia e Inglaterra, mientras ambas intentaban la
alianza con España. Esta situación fue aprovechada
por el marqués de la Ensenada para proseguir los
esfuerzos de reconstrucción interna iniciados en el
reinado de Felipe V. En 1754 este equipo de gobierno
desapareció con la muerte de Carvajal y con el
alejamiento motivado del marqués de la Ensenada, y
la desposesión del confesionario regio del padre
Rávago.
El último año de su vida, y a consecuencia de la
muerte de Carvajal, de la reina y el destierro de
Ensenada sumieron al rey en la locura, siendo
recluido en Villaviciosa de Odón, Madrid. Con una
España sin rey y una administración paralizada, la
monarquía siguió funcionando hasta que llegó de
Nápoles su hermanastro Carlos para hacerse cargo
del trono una vez que falleció FernandoVI, sin
descendientes, el 10 de agosto de 1759, con
cuarenta y cinco años de edad y trece de reinado.
Carlos III (1759-1788)
12. Rey de Nápoles (1734-59) y de España
(1759-88), perteneciente a la Casa de Borbón
(Madrid, 1716-88). Era el tercer hijo de Felipe V,
primero que tuvo con su segunda mujer, Isabel de
Farnesio, por lo que fue su hermanastro Fernando VI
quien sucedió a su padre en el Trono español. Carlos
sirvió a la política familiar como una pieza en la lucha
por recuperar la influencia española en Italia: heredó
inicialmente de su madre los ducados de Parma,
Piacenza y Toscana (1731); pero más tarde, al
conquistar Nápoles Felipe V en el curso de la Guerra
de Sucesión de Polonia (1733-35), pasó a ser rey de
aquel territorio con el nombre de Carlos VII. La
muerte sin descendencia de Fernando VI, sin
embargo, hizo recaer en Carlos la Corona de
España, que pasó a ocupar en 1759, dejando el
Trono de Nápoles a su tercer hijo, Fernando IV.
Superado el «motín de Esquilache» (1766), que
fue un estallido tradicionalista instigado por la
nobleza y el clero contra los aires renovadores que
traía Carlos III, se extendería un reinado largo y
fructífero. En cuanto a la política exterior, el tercer
Pacto de Familia firmado con Francia en 1761 alineó a
España con Francia en su conflicto permanente con
Gran Bretaña. Ello llevó a España a intervenir en la
Guerra de los Siete Años (1756-63) y en la Guerra de
Independencia de los Estados Unidos de América
(1775-83); como resultado final de ambas, España
recuperó Menorca, pero no Gibraltar (al fracasar el
asedio realizado entre 1779 y 1782).
En la línea del despotismo ilustrado propio de su
época, Carlos III realizó importantes reformas -sin
quebrar el orden social, político y económico básico-
con ayuda de un equipo de ministros y
colaboradores ilustrados como Esquilache, Aranda,
Campomanes, Floridablanca, Wall y Grimaldi.
Reorganizó el poder local y las Haciendas
municipales, poniéndolos al servicio de la Monarquía.
El impulso a los transportes y comunicaciones
interiores (con la organización del Correo como
servicio público y la construcción de una red radial
13. de carreteras que cubrían todo el territorio español
convergiendo sobre la capital) ha sido, sin duda, otro
factor político que ha actuado en el mismo sentido,
acrecentando la cohesión de las diversas regiones
españolas.
Tema II. La Crisis Del Antiguo Régimen
Reinado de Carlos IV (1788-1808)
Heredó la corona de España a la muerte de su
padre, siendo rey desde 1788 a 1808.
Con Floridablanca como primer ministro afrontó
los difíciles días de la Revolución Francesa que
atacaba al poder monárquico e intentó mantener los
derechos de Luis XVI, pero el temor a una guerra y
las presiones de sus enemigos personales, hicieron
que el rey decidiera su sustitución por Aranda,
defensor de una nueva visión de los acontecimientos
y tendente a una convivencia indecisa con la nueva
Francia a la que intentó acercarse aprovechando su
imagen exterior, pero, contra la que defendía a
España de un contagio revolucionario. Toda Europa
se alió contra Francia, mientras Aranda pretendía
una solución pacifica. Francia se defendió de los
ataques comenzando así, en 1793, la Guerra contra
la Convención, en la que España participó aliada con
Inglaterra.
La guerra supuso la caída de Aranda y la
sustitución por Godoy, quien ante los avances
territoriales de la República francesa en la Península,
y las capitulaciones de ciertos estados europeos
ante lo inevitable, optó por abandonar la alianza con
Inglaterra y por una paz que cuesta a España media
isla de Santo Domingo y la promesa de no tomar
represalias contra los afrancesados del País Vasco.
Desde este momento España se vio cada vez
más atada a la política francesa lo que fue más
evidente con la llegada al poder en Francia de
Napoleón y sus ideas expansionistas el
enfrentamiento franco-inglés y las consecuentes
14. represalias contra Portugal a las que Godoy
contribuyó y que desembocaron en la Guerra de las
Naranjas, en 1801, contra Portugal y en el Tratado de
Fontainebleau de 1807 mediante el cual España y
Francia ocuparían Portugal, que quedaría dividida en
tres partes.
Los ejércitos franceses de Junot entraron en
Lisboa y la familia real portuguesa huyó a Brasil
mientras en España quedaron tropas francesas, en
tránsito teórico hacia Portugal, para evitar un
desembarco inglés. El desprestigio de Godoy se
acrecentó, el Príncipe Fernando se alzó contra el
gobierno de su padre, al que solicitó que abdicase,
produciéndose así el Motín de Aranjuez de marzo de
1808 en el que Carlos IV abdicó y Godoy fue
encarcelado.
Carlos pidió a Napoleón que mediara para
recuperar el trono que su propio hijo le había
usurpado. En Bayona, donde estaba exiliado Carlos
IV, y ante el gobernante francés, se reunieron padre
e hijo. Napoleón intercedió para que Fernando
abdicase de nuevo en su padre, con el que tenía
pactada otra abdicación a favor del hermano de
Napoleón, José Bonaparte, con la que ambos
abdicaron de sus derechos al trono español, que
pasó a manos de José I Bonaparte. Era el 2 de Mayo
de 1808; la guerra contra la presencia francesa en
España había empezado, era la Guerra de
Independencia.
Carlos IV estuvo exiliado durante once años y
después se fue a Italia en donde, el 19 de enero de
1819, a los setenta años de edad, murió en Nápoles.
La Guerra de la Independencia
Muy pronto se hizo evidente para todos que la
entrada consentida de las tropas napoleónicas se
había convertido en una ocupación de nuestro país.
Consciente finalmente de este hecho, Godoy tramó
15. la huida de la familia real hacia Andalucía y la Corte
se desplaza a Aranjuez.
Allí sus planes se van a ver frustrados. El 19 de
marzo de 1808 estalló un motín popular organizado
por la facción de la Corte partidaria del Príncipe de
Asturias. El Motín de Aranjuez precipitó la caída de
Godoy y, lo que fue más importante aún, obligó a
Carlos IV a abdicar en su hijo con el título de
Fernando VII.
El enfrentamiento entre Fernando y Carlos IV
tenía un único árbitro posible. Con las tropas del
general Murat en Madrid, Napoleón llamó a padre e
hijo a Bayona en Francia y les forzó a abdicar en su
hermano José Bonaparte. Fueron las Abdicaciones
de Bayona por las que los Borbones cedieron sus
derechos a Napoleón.
Tratando de atraerse a la opinión ilustrada, el
nuevo monarca José I publicó el Estatuto de Bayona,
Carta Otorgada que concedía algunos derechos más
allá del absolutismo.
Ante la evidencia de la invasión francesa, el
descontento popular acabó por estallar: el 2 de
mayo de 1808 se inicia una insurrección en Madrid
abortada por la represión de las tropas
napoleónicas. Los días siguientes los levantamientos
antifranceses se extienden por todo el país. Se inicia
la Guerra de la Independencia (1808-1814).
Las abdicaciones de Bayona y la insurrección
contra José I significaron una situación de "vacío de
poder" que desencadenó la quiebra de la monarquía
del Antiguo Régimen en España. Para hacer frente al
invasor, se constituyen Juntas Provinciales, que
asumen la soberanía en nombre del rey ausente. En
septiembre 1808, las Juntas Provinciales se
coordinaron y se constituyó la Junta Central
Suprema. Pese a que gran parte de los miembros de
estas juntas eran conservadores y partidarios del
Antiguo Régimen, la situación bélica provocó la
asunción de medidas revolucionarias como la
convocatoria de Cortes.
16. Tras el levantamiento general contra los
invasores, las tropas españolas consiguieron algún
triunfo como la victoria de Bailén en julio de 1808.
Para poner fin a la insurrección, el propio Napoleón,
al frente de 250.000 hombres, vino en otoño a la
península ocupando la mayor parte del país, excepto
las zonas periféricas y montañosas donde se inició la
"guerra de guerrillas" contra el ejército francés.
Durante seis años, se enfrentaron el ejército
francés, con el apoyo de los "afrancesados", y la
guerrilla española, formada por antiguos militares
españoles y campesinos, ayudados por el ejército
británico enviado a la península.
1812 fue el año decisivo. El ejército del general
británico Wellington con el apoyo de españoles y
portugueses infringió sucesivas derrotas a los
franceses (Arapiles, San Marcial). Tras la catástrofe
de la Grande Armée en Rusia, un Napoleón
completamente debilitado devolvió la corona a
Fernando VII por el Tratado de Valençay (diciembre
de 1813). Las tropas francesas abandonaran el país.
La cruenta Guerra de la Independencia tocaba a su
fin.
La Constitución de 1812
Aprobada el 19 de marzo de 1812 y
popularmente conocida como “La Pepa”, este texto
legal fue la primera constitución liberal del país. La
constitución de 1812 es uno de los grandes textos
liberales de la historia, siendo muy célebre en su
tiempo.
Los diputados liberal Agustín Argüelles, Diego
Muñoz Torrero y Pérez de Castro son las figuras más
destacadas en su elaboración.
Estos son los rasgos principales de la
Constitución:
- Soberanía nacional. El poder reside en la
nación, idea opuesta a la soberanía monárquica.
- División de Poderes.
• Poder legislativo: Cortes Unicamerales
17. • Poder judicial: tribunales
• Poder ejecutivo: Rey, pero con importantes
limitaciones:
1. Sus órdenes deben ir validadas por la
firma del Ministro correspondiente.
2. No puede disolver las Cortes
3. Veto suspensivo transitorio durante dos
años, tras ello la decisión de las Cortes
se convierte en ley.
4. Nombra a los ministros, pero estos
deben ser refrendados por las Cortes
(“doble confianza”)
- Nuevo derecho de representación. La nación
ejerce su soberanía mediante sus representantes en
Cortes.
- Complicado procedimiento electoral por
sufragio universal masculino indirecto en cuarto
grado. Derecho de voto: todos los hombres mayores
de 25 años, que elegían a unos compromisarios que
a su vez elegían a los diputados.
- Igualdad de los ciudadanos ante la ley. Esto
supuso el fiin de los privilegios estamentales.
- Se omite toda referencia a los territorios con
fueros, lo que equivalía a su no reconocimiento. No
obstante, los regímenes forales de las provincias
vascas y de Navarra no se derogaron
esplícitamente.
- Reconocimiento de derechos individuales: a la
educación, libertad de imprenta, inviolabilidad del
domicilio, a la libertad y a la propiedad.
- El catolicismo es la única confesión religiosa
permitida. La necesidad de contar con la
colaboración del clero en la lucha contra los
franceses explica este rasgo intolerante que choca
con el espíritu avanzado de la constitución.
La Restauración del Absolutismo: El reinado de
Fernando VII
18. Fernando VII, el Deseado, nació en El Escorial el
14 de octubre de 1784. Era el tercer hijo de Carlos IV
y de María Luisa de Parma.
Con la subida al Trono de su padre, en 1788,
Fernando era reconocido como príncipe de Asturias
por las Cortes.
El canónigo Escoiquiz, principal artífice de la
Conspiración de El Escorial, fue durante varios años
su preceptor quien le inculcó la desconfianza y un
feroz odio a sus padres y a Godoy por manipularlos a
su antojo. Su carácter se hizo frío, reservado e
impasible a cualquier sentimiento.
En 1802 se casó con María Antonia de
Nápoles. Con el tiempo, su esposa le tomó afecto y
le hizo afirmar su personalidad. Tras el fallecimiento
de la princesa, en 1806, Escoiquiz recuperó toda su
influencia sobre Fernando, alentándole en sus
conspiraciones, hasta que fue descubierto dando
lugar al conocido proceso de El Escorial. Un par de
meses más tarde, el Motín de Aranjuez provocó que
Godoy fuese destituido y Carlos IV abdicara en su
hijo. Así, Fernando VII comenzó a reinar el 19 de
marzo de 1808 con la aclamación popular, que no
veía en él a un mal hijo sino a una víctima más de
Godoy.
En 1808, Napoleón Bonaparte convocó a
Fernando VII en Bayona, donde estaba Carlos IV
exiliado, para que renunciase a la Corona española.
Napoleón nombró rey de España a su hermano José,
que reinaría en España como José I hasta 1813,
mientras tenía lugar la Guerra de la Independencia.
Durante la Guerra de la Independencia, el
Consejo de Regencia reunió, en 1810, las Cortes en
Cádiz y se declaró «único y legítimo rey de la nación
española a don Fernando VII de Borbón», así como
nula y sin efecto la cesión de la Corona a favor de
Napoleón. Las derrotas de las tropas francesas, a
manos de los españoles, llevaron a la firma del
Tratado de Valençay el 11 de diciembre de 1813 por el
que la Corona española era restaurada en la
persona de Fernando.
19. Fernando VII regresó a España en 1814. Un
grupo de diputados absolutistas le presentó el
denominado Manifiesto de los Persas, en el que le
aconsejaban la restauración del sistema absolutista
y la derogación de la Constitución elaborada en las
Cortes de Cádiz de 1812.
En los primeros años de su gobierno tuvo
lugar una depuración de afrancesados y liberales.
Los pronunciamientos liberales del Ejército obligaron
al Rey a jurar la Constitución, poniendo en marcha el
llamado Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823)
donde se continuó la obra reformista iniciada en
1810: abolición de los privilegios de clase, señoríos,
mayorazgos y la Inquisición, se preparó el Código
Penal y volvió a estar vigente la Constitución de 1812.
Desde 1822, toda esta política reformista
tuvo su respuesta en una contrarrevolución surgida
en la Corte, la denominada Regencia de Urgell,
apoyada por elementos campesinos y, en el exterior,
con la Santa Alianza que, desde el centro de Europa,
defendía los derechos de los monarcas absolutos. Al
año siguiente se iniciaría la llamada Década Ominosa
que consolida el absolutismo como forma de
gobierno, coincidiendo con la independencia de la
mayoría de las colonias americanas.
El 7 de abril de 1823 entraron en España las
tropas francesas mandadas por el Duque de
Angulema, los Cien Mil Hijos de San Luis, a los que
se sumaron tropas realistas españolas. Sin apenas
oposición, el absolutismo fue restaurado.
La última etapa del reinado de Fernando VII
fue de nuevo absolutista. Se suprimió nuevamente la
Constitución y se restablecieron las instituciones
existentes en enero de 1820, salvo la Inquisición. Los
años finales del reinado se centraron en la cuestión
sucesoria: a pesar de haber contraído matrimonio en
cuatro ocasiones, sólo su última mujer le dio
descendientes, dos niñas.
Desde 1713 estaba vigente la Ley Sálica, que
impedía reinar a las mujeres. En 1789, las Cortes
aprobaron una Pragmática Sanción que la derogaba,
20. pero ésta no fue publicada hasta 1830, cuando el
Rey, en su cuarto matrimonio, con María Cristina de
Borbón, esperaba un sucesor. Poco después, nació
la princesa Isabel. En la Corte se formó entonces un
grupo que defendía la candidatura al Trono del
hermano del rey, Carlos María Isidro de Borbón, y
negaba la legalidad de la Pragmática, publicada en
1830.
En 1832, durante una grave enfermedad del
Rey, cortesanos carlistas convencieron al ministro
Francisco Tadeo Calomarde para que Fernando VII
firmara un Decreto derogatorio de la Pragmática,
que dejaba otra vez en vigor la Ley Sálica. Con la
mejoría de salud del Rey, el Gobierno, dirigido por
Francisco Cea Bermúdez, puso de nuevo en vigor la
Pragmática, con lo que a la muerte del Rey, el 29 de
septiembre de 1833, quedaba, como heredera, su
primogénita Isabel, que reinaría con el nombre de
Isabel II.
Tema III. La Monarquía Constitucional Moderada
De Isabel II. La Construcción Del Estado Liberal
La regencia de María Cristiana
A la muerte del rey Fernando VII, cuyo reinado
se caracterizó por la imposición del Absolutismo
frente a las numerosas intentonas liberales, se
produjo un grave problema dinástico. El monarca
dejaba dos hijas menores de edad, en un tiempo en
el que la Ley Sálica dictada por Felipe V prohibía a
las mujeres reinar. Ante ello, el infante Carlos María
Isidro, hermano de Fernando VII, se proclamó
heredero, lo que provocó la I Guerra Carlista. Los
partidarios de don Carlos eran partidarios de
mantener el Absolutismo. Por su parte, los liberales
pusieron sus esperanzas en la futura Isabel II.
Esta decisión desencadenó la I Guerra carlista,
desarrollada principalmente en las provincias vascas
y el Maestrazgo (Castellón). Esta contienda
21. terminaría años más tarde, con el famoso “Abrazo
de Vergara”.
María Cristina de Borbón ocupó la Regencia
hasta 1841. En todo este tiempo se rodeó de un
nutrido grupo de políticos e intelectuales liberales,
que desarrollaron sus tareas de gobierno en medio
del hostil ambiente de la guerra.
Desamortización
Juan Álvarez de Mendizábal ejecutó la primera
gran desamortización de bienes eclesiásticos, en
1836; a ésta le seguirían otras, como la de Madoz.
La intención de tal medida consistió en vender
las tierras que estaban en posesión de la Iglesia,
conventos y monasterios para que fueran
compradas por las clases menos pudientes. Sin
embargo, fue la aristocracia y la alta burguesía la
que se hizo verdaderamente con esos bienes. Por
tanto, lo poco que se consiguió fue crear una nueva
clase de grandes propietarios, sin que se pudiesen
llevar a cabo los deseos de la población más
desfavorecida.
La sublevación de los progresistas en La Granja
En 1837, con Calatrava a la cabeza del gobierno,
se redactó una nueva Constitución, que dejaba atrás
el antiguo texto de Cádiz y el Estatuto Real de
Martínez de laRosa. Se trató de una Constitución de
tintes más liberales que la de 1812, que daba
mayores poderes a las Cortes, aunque los diputados
se elegían por sufragio restringido. Ello significada
que únicamente podían votar aquellos ciudadanos
con un determinado nivel de rentas.
Este período de regencia se caracteriza también
por la progresiva descomposición de los liberales en
varias tendencias políticas. Nacen así el Partido
Moderado, el Progresista y el Liberal, a los que más
tarde se añadiría la Unión Liberal. Frente a todos
22. ellos, quedaban los Carlistas, que seguían aferrados
al Absolutismo más exacerbado.
La regencia de Espartero
La Regencia hacía frente, por tanto, en todos
estos años a progresivos cambios en pro del
Liberalismo. Sin embargo, en 1841, María Cristina de
Borbón abdicó de su cargo, que fue asumido por el
general Baldomero Espartero. Su regencia se
alargaría hasta 1843, hasta que fue decretada la
mayoría de edad de Isabel II, con sólo 16 años de
edad. Se iniciaría entonces un nuevo reinado en
España, cargado de altibajos políticos y escándalos
personales que terminarían con la expulsión de
Isabel II, tras la revolución de 1868
Reinado de Isabel II
Al alcanzar la mayoría de edad por resolución de
las Cortes Generales ante el fracaso de la Regencia
de Espartero en 1843, se sucedieron varios periodos
caracterizados por un intento modernizador de
España que se vio contenido, sin embargo, por las
tensiones internas de los llamados "liberales", la
presión que siguieron ejerciendo los partidarios del
absolutismo más o menos moderado, los gobiernos
totalmente influidos por el estamento militar y el
fracaso final ante las dificultades económicas y la
decadencia de la Unión Liberal que llevaron a España
a la experiencia del Sexenio Democrático.
La personalidad de la Reina Isabel, con un
carácter aniñado, sin dotes para el gobierno y
presionada en todo momento por la Corte,
especialmente por su propia madre y los generales
Narváez, Espartero y O'Donnell, impidió que el
debido tránsito del Antigu Régimen a un modelo
liberal culminase, por lo que España llegó al último
tercio del siglo XIX en condiciones claramente
desfavorables respecto a otras potencias europeas.
23. La Década Moderada
Posteriormente, el liderazgo del Partido
Moderado recayó en Narváez, que asumió la
Presidencia del Gobierno dando con ello inicio a la
que se ha denominado Década Moderada. Durante
este periodo de relativa estabilidad, los denominados
moderados trataron de dar un vuelco a los avances
en las libertades de la Regencia de Espartero,
dictándose una nueva constitución, la de 1845 que
regresará al modelo de soberanía compartida entre
el Rey y las Cortes y reforzó los poderes de la
Corona.
La división del Partido Moderado fue evidente
desde los primeros momentos y eso coadyuvó a la
inestabilidad final que provocó más tarde el cese de
Narváez el 11 de febrero de 1846, asociado al
conflictivo negocio matrimonial que se pactaba para
la Reina. En efecto, ésta se casará en dicho año con
Francisco de Asís de Borbón, primo suyo, el 10 de
octubre.
El Bienio Progresista
Tras algunos intentos desesperados de la Reina
por nombrar un Presidente del Consejo que
contuviera las algaradas, finalmente se rindió a la
evidencia y, siguiendo el dictado de su madre, antes
de ver al traidor O'Donnell en el poder, nombró a
Espartero Presidente. Con él se inició el llamado
Bienio Progresista.
El 28 de julio de 1854 entraron en Madrid
Espartero y O'Donnell aclamados por la multitud
como héroes. La Reina encargó formar gobierno a
Espartero que se vio obligado a nombrar Ministro de
la Guerra a O’Donnell debido a su popularidad y al
control que ejercía sobre amplios sectores militares.
Esta comunión perversa entre ambos,
aparentemente fieles uno al otro, no estuvo exenta
de problemas. Mientras que O’Donnell trataba de
contrarrestar las prácticas liberales de Espartero en
24. cuanto a su posición sobre la Iglesia y la
desamortización, el antiguo regente buscaba un
camino hacia el liberalismo en España muy influido
por su propia personalidad y los cambios que se
operaban en Europa.
O'Donnell fue pergeñando la Unión Liberal
mientras convivía con Espartero en el Gobierno. Las
propias elecciones a Cortes Constituyentes de 1854
dieron un mayor número de escaños a los partidarios
del primero que del segundo. Así las cosas no es de
extrañar que los intentos de convivencia
naufragasen al tiempo de la desamortización de
Madoz y la cuestión religiosa, al presentarse ante las
Cortes un proyecto que declaraba que nadie podía
ser molestado por sus creencias. La propuesta fue
aprobada y se rompieron las relaciones con la Santa
Sede, decayendo el Concordato de 1851. Pero
O'Donnell no estaba dispuesto a que esta situación
se perpetuase. Espartero, consciente de la situación,
activó sus resortes en defensa del liberalismo
movilizando a la Milicia Nacional y a la prensa en
contra de los ministros moderados, pero la Reina
prefirió conceder la jefatura del Gobierno a O'Donnell
ante una situación tan inestable, a la que se
sumaban las sublevaciones carlistas en Valencia y
una grave situación económica. Ambos bandos se
enfrentaron en acciones militares en las calles los
días 14 y 15 de julio de 1856, donde Espartero prefirió
retirarse.
El gobierno de la Unión Liberal
Una vez O'Donnell nombrado Presidente del
Consejo de Ministros, restauró la Constitución de
1845 con un Acta Adicional con la que trató de
atraerse a sectores liberales. Las luchas entre las
distintas facciones moderadas y liberales, y entre
ellas mismas, continuaron a pesar de todo. Tras los
sucesos de julio, la debilidad de O'Donnell llevó a la
Reina a cambiar de nuevo de Gobierno con Narváez.
La inestabilidad se mantuvo hasta 1857. Con el
25. regreso de O'Donnell se inició la larga andadura de
los gobiernos de la Unión Liberal.
El 30 de junio de 1858, O'Donnell formó
gobierno, en el que se reservó el Ministerio de la
Guerra. El gabinete duró cuatro años y medio, hasta
el 17 de enero de 1863, y fue el gobierno más estable
del periodo. Aunque con cambios puntuales, no
contó con más de una docena de ministros. Las
personas claves del nuevo ejecutivo fueron el
ministro de Hacienda, Pedro Salaverría, encargado
de mantener la recuperación económica, y el de
Gobernación, José de Posada Herrera, que controló
desde el poder con maestría y habilidad las listas
electorales y cualquier salida de tono de los
miembros del nuevo partido: la Unión Liberal.
Sexenio Democrático
Se conoce por Sexenio Democrático o
Revolucionario al periodo de la historia de España
transcurrido desde el triunfo de la revolución de
septiembre de 1868 hasta el pronunciamiento de
diciembre de 1874, que supuso el inicio de la etapa
conocida como Restauración.
En la actividad política de estos años se advierte
la participación de cuatro bloques políticos
(unionistas, progresistas, demócratas y
republicanos), en cuyo campo de acción intervienen
también el movimiento obrero y la cuestión de Cuba,
iniciada en esa época.
El proceso político de los seis años de crisis
revolucionaria se puede dividir en tres etapas:
• Monarquía constitucional.
• República federal.
• República unitaria y presidencialista.
Después de estas tres etapas la situación
política del país desembocaría en la Restauración
borbónica.
El reinado de Amadeo I
26. Amadeo I ocupó el trono desde enero de 1871
hasta febrero de 1873, dos escasos años en los que
hubo de enfrentarse a graves dificultades desde el
momento de su coronación. Pocos días antes de su
llegada, su principal valedor, Prim, fue asesinado por
un anarquista, con este asesinato el nuevo gobierno
de España perdía a la persona que de hecho estaba
mediando entre las distintas fuerzas políticas.
La inestabilidad política y las disensiones entre
los partidos de los gobernantes se manifestaron en
las tres elecciones generales y los seis gobiernos
diferentes que hubo durante este breve reinado.
Además, existía una oposición al régimen por parte
de los carlistas, quienes se habían levantado en
armas en 1872, los alfonsinos, dirigidos por Cánovas
del Castillo y partidarios de que el hijo de Isabel II,
Alfonso, fuese el rey.
Ante esta situación, Amadeo I abdica y las
Cortes, en una reunión de ambas no prevista en la
Constitución de 1869, proclaman la primera
República el II de febrero de 1873
La Primera Republica
La Primera República Española fue el régimen
político que hubo en España desde su proclamación
por las Cortes, el 11 de febrero de 1873, hasta el 29
de diciembre de 1874, cuando el pronunciamiento del
general Martínez Campos dio comienzo a la
Restauración borbónica en España.
El primer intento republicano en la Historia de
España fue una experiencia corta, caracterizada por
la profunda inestabilidad política y social y la
violencia. La República fue gobernada por cuatro
presidentes distintos hasta que, tan sólo once meses
después de su proclamación, se produjo el golpe de
Estado del general Pavía y la instauración de una
república unitaria dominada por el Duque de la Torre.
El período estuvo marcado por tres guerras
civiles simultáneas: la Tercera Guerra Carlista, la
sublevación cantonal en la península Ibérica y la
27. Guerra de los Diez Años en Cuba. Los problemas
más graves para la consolidación del régimen fueron
la falta de verdaderos republicanos, la división de
éstos entre federalistas y unitarios y la falta de apoyo
popular.