2. Había un juez en una ciudad
que ni temía a Dios ni le
importaban los hombres. En
la misma ciudad había una
viuda que solía acudir a él:
Hazme justicia frente a mi
adversario. El juez por algún
tiempo se negó, pero después
dijo: Aunque ni temo a Dios ni
me importan los hombres,
como esta viuda me está
fastidiando le hará justicia…
Lc 18, 1-8.
3. La comunicación con
Dios es constante en la
vida de Jesús.
En los momentos clave
de su vida, se retira a
orar.
Jesús enseña a sus
discípulos la
importancia de
perseverar en la
oración sin desfallecer,
como la viuda de la
parábola.
4. La oración para el cristiano es como el respirar: sin el
oxígeno espiritual que viene de Dios nos faltará vida interior.
Rezar debería ser parte de nuestra vida cotidiana, como
dormir, comer o trabajar.
5. Rezamos cuando tenemos una necesidad urgente. Nuestra plegaria
se vuelve apresurada e impaciente, a veces desesperada.
Pero si la oración forma parte de nuestro ritmo vital se convertirá
en un encuentro amoroso con Aquel que nos ama, y será sincera y
auténtica.
6. Como en los matrimonios, la oración diaria, constante,
acrecienta el amor y la comunicación, íntima y confiada.
La oración alimenta la fe y esta nutre la oración.
7. El clamor de la viuda es el grito de los pobres que
piden justicia.
La justicia no es una limosna para acallar las voces
que claman.
Es una obligación y un derecho: todo ser humano
ha de vivir con dignidad.
8. Pensemos cuán injusto resulta que se destine
tanto dinero al armamento, o a investigar el
espacio exterior, y tan poco en paliar el hambre, o
en la educación, en la lucha contra la pobreza y la
indigencia.
9. Algunas cifras…
En 2012 se gastaron 1 738 billones de dólares en
armamento en todo el mundo.
La FAO estimó que erradicar el hambre en el mundo
costaría 44 000 millones de dólares, 40 veces menos.
Este fue el coste de los JJOO de Pequín.
O el coste de un día de la guerra en Iraq.
¿Podemos quedarnos impasibles ante estas cifras?
10. El progreso comienza en el crecimiento personal del
ser humano, y es aquí donde hay que invertir.
Mientras haya pobres, la democracia y las
sociedades del bienestar estarán fracasando.
11. Jesús pronuncia esa frase terrible: cuando
vuelva, ¿encontrará fe en la tierra?
¿Encontrará grandes monumentos a la vanidad
y empresas destinadas al enriquecimiento de
unos pocos, insaciables?
¿O encontrará gente buena que ha descubierto
que más allá de tener importa el amar?