1. VISITA CULTURAL ASTURIAS
DÍA 1: Visita al aula didáctica de la Prehistoria de Tito Bustillo
(Ribadesella)
AULA DIDACTICA DE LA PREHISTORIA TITO BUSTILLO
El Aula Didáctica de Tito Bustillo se encuentra situada al lado de la Cueva de Tito Bustillo
y de la Cuevona de Ardines, entre los acantilados del macizo de Ardines y la ría de
Ribadesella.
El Aula se concibe como acercamiento a la Prehistoria de Asturias, desde los momentos
más antiguos de la presencia del hombre en la región hasta el comienzo de la Edad de los
Metales.
2. La exposición se inicia con una
introducción al concepto de Prehistoria,
a las investigaciones realizadas en
Asturias durante el siglo XX y a la
arqueología.
A continuación, una unidad informativa
explica las formas de la vida comunes a
los hombres de la Prehistoria, tales
como la explotación del medio, las
formas económicas (caza y recolección,
ganadería y agricultura), la evolución
humana y el medio ambiente.
La tercera parte se centra en la Prehistoria de Asturias a través del análisis de utensilios,
arte mobiliar, el mundo de los rituales funerarios y el arte parietal. Por último, se dedica
una valiosa parte de la muestra al yacimiento y arte de la cueva de Tito Bustillo, en la que
se han descubierto importantes testimonios pertenecientes al Magdaleniense, entre los que
destacan los diversos conjuntos del arte rupestre.
INFORMACION UTIL
* Horarios:
o del 01/10 al 31/05: De 10:00 a 16:15 (ininterrumpidamente)
o del 01/06 al 30/09: De 10:00 a 17:00 (ininterrumpidamente)
o CERRADA LUNES y MARTES
* Tarifas : Visita gratuita
* Dirección: Avenida de la Cueva, s/n. 33560 Ribadesella
* Teléfono: 985 86 11 18
* Fax: 985 86 11 20
3. DÍA 2: Visita al museo del Jurásico (Colunga)
El Museo Jurásico de Asturias (MUJA) está ubicado en la llamada Rasa de San Telmo,
en el concejo de Colunga, a medio camino de la capital del concejo y la localidad de
Lastres, con un acceso en pendiente que parte de la AS-257.
El MUJA se levanta en un terreno alto desde el que descubrimos unas vistas
magníficas del litoral oriental de la región. Se convierte en un mirador omnipresente del
paisaje jurásico que hay a sus pies y que ha decidido catalogar y archivar. Así que el
primer mérito del museo lo encontramos desde esta posición, en el exterior,
contemplando la panorámica marítima que se abre a nuestros ojos.
Su singular arquitectura en forma de huella tridáctila le concede su segundo mérito y
abre muchas expectativas más. Una vez dentro contrastamos que el interior es igual de
espectacular, con espacios amplios y diáfanos en los que tiene cabida una era importante
en la vida del planeta tierra: el Mesozoico, incluyendo el periodo Jurásico en el que
habitaron los dinosaurios. Caminamos por sus pasarelas elevadas y quedamos
prendados de las réplicas (una veintena) que llenan el espacio. La escena central
representa a una pareja de tiranosaurios copulando. Superan los 12 metros de altura, y
si tuvieran carne superarían las 10 toneladas de peso.
Encontramos otras réplicas grandilocuentes, como la del Gigantosaurio, el mayor de
los dinosaurios carnívoros conocidos, perteneciente a la fauna argentina. También
vemos un Deynonichus (Garra terrible), un animal jurásico emparentado con las aves y
paradigma de los depredadores.
Estos colosos son una analogía a las claras de la envergadura del edificio, cuya
superficie total entre la planta primera, la baja y el sótano se acerca a los 5.000 metros
cuadrados. La impronta del dinosaurio queda también reflejada en las tres inmensas
bóvedas de planta elíptica que hacen de techo de la instalación. Una garra enorme para
atraparnos dentro por un buen rato.
4. La planta baja y la primera planta se distribuyen en consonancia con las citadas bóvedas
en tres grandes zonas según las divisiones temporales del Mesozoico (Cretácico,
Jurásico y Triásico). En el sótano se almacenan aún más de 400 toneladas de fósiles de
la costa jurásica a la espera de una adecuada catalogación y posterior exhibición en el
museo. En la primera planta encontramos espacio para sala de exposiciones temporales,
sala de espera, servicios públicos, espacios privados de administración y dirección del
Museo, almacenes generales y talleres e instalaciones generales del edificio. Así como
fondos museísticos, biblioteca, laboratorio, taller de investigación y de restauración para
trabajar con el material paleontológico. En la planta se distribuye el vestíbulo, la sala de
audiovisuales y se inicia la sala de exposición permanente, con referencias gráficas,
textuales y fósiles.
En la parte posterior de esta planta se ha previsto un salón de actos con capacidad para
cien personas. Este salón está pensado para albergar varias funciones en la trayectoria
científica y divulgativa del MUJA: proyección de cine en dos y tres dimensiones,
multimedia, proyección de diapositivas, transparencias y accesorios completos para
impartir cursos, seminarios o mesas redondas. La primera planta dispone de tres salas
expositivas más.
En materia de contenidos cabe decir que el tiempo es el gran hilo conductor del MUJA.
Una secuencia temporal que abarca los tres periodos mayores del Mesozoico: Triásico
(250-205 millones de años antes de nuestra era), Jurásico (205-140 millones de años) y
Cretácico (140-65 millones de años). Hay una especial dedicación a las distintas faunas
de dinosaurios durante el Mesozoico y a las transformaciones de la geografía europea a
lo largo de esta era, con un módulo dedicado a explicar la historia geológica de Asturias
. Un periodo, el asturiano, que contiene porciones de los 600 últimos millones de años
de la vida en la Tierra. Se hace hincapié en el Jurásico litoral, desde los niveles marinos
de la formación Gijón hasta los canales representados en la formación Lastres. Por otro
5. lado, el tiempo transcurrido desde el principio de la vida en la Tierra (3.500-3.800
millones de años) se expone en un pequeño módulo introductorio. Con todo esto se
pretende dejar patente la magnitud del tiempo geológico y la dinámica de la evolución
de los organismos vivos. También tienen cabida los acontecimientos posteriores al
Mesozoico (Terciario y Cuaternario, últimos 65 millones de años). La idea es ilustrar
los factores que han determinado la composición actual de la vida en el planeta.
La colección fundacional del MUJA está compuesta por unos 8.000 ejemplares de
fósiles procedentes exclusivamente del Jurásico asturiano. La muestra se articula en
cuatro núcleos principales: icnitas de dinosaurio (unas 150 huellas extraidas del litoral
de la región), restos de vertebrados (200 restos de dinosaurios, cocodrilos, tortugas y
peces), fósiles vegetales (103 muestras de restos vegetales y 11 fragmentos de troncos
de gran tamaño) y elementos de invertebrados (más de 6.000 ejemplares de
ammonoideos y braquiópodos). El ritmo de crecimiento de las piezas que componen la
colección se presume alto. Hasta la fecha ha crecido anualmente en una media de 30
grandes ejemplares y más de un millar de pequeños. La aparición del MUJA, en su
vertiente de investigación y académica, con personal e infraestructura propia para las
prospecciones, tal y como reclamaban los expertos, hace pensar que los hallazgos irán
en aumento sin ninguna duda.
La costa jurásica asturiana venía reclamando desde hace varios años una institución
museística de este tipo, un inmueble amplio y atractivo que concediera verdadero valor
a los hallazgos continuados durante años. Los investigadores también venían
reclamando más medios y planificación en el estudio; aseguraban que con apoyo oficial
se podría otorgar a esta costa el título de mejor yacimiento Jurásico de Europa. De
momento, la Costa Jurásica está a la espera del distintivo de Patrimonio de la
Humanidad que concede la UNESCO.