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Agua • Medio Ambiente • Minería • Energía • Metalurgia • Geología
Nº 401 • Diciembre 2016
Industria
MineríaConsejo Superior de Colegios
de Ingenieros de Minas
y
3
SumarioINDUSTRIAYMINERÍA
REVISTA DEL CONSEJO SUPERIOR
DE COLEGIOS DE INGENIEROS
DE MINAS DE ESPAÑA
Director Honorífico
del Comité Editorial:
Emilio Llorente Gómez
Comité Editorial:
Ángel Cámara Rascón
José Fco. González Fernández
Adolfo Rodríguez González
Director Técnico:
José Gómez Mateo
jgomez@ingenierosdeminas.org
Redacción y Administración:
C/ Ríos Rosas, 19
28003 Madrid
Tel.: 91 441 46 11
Fax: 91 442 61 09
E-Mail: minas@iies.es
Publicidad:
Tel.: 609 628 819
industriaymineria@ingenierosdeminas.org
Realización:
C/ Pedro García Mochales, 26
Aranjuez-Cortijo de San Isidro (Madrid)
Tel/fax: (+34) 918 916 784
Normas de publicación:
http://ingenierosdeminas.org/pages/
im_normas.htm
Precio/ejemplar en papel:
España: 16 €
Extranjero: 38 €
Precio/ejemplar en PDF: 8 €
Depósito Legal: 10.840-1958
ISSN: 1137-8042
Las opiniones y conceptos en esta
Revista son de responsabilidad exclusiva
de sus autores, sin que Industria
y Minería los comparta necesariamente
Piromorfita (Pb5 (PO4)3 Cl)
fosfato de plomo.
El Horcajo, Ciudad Real
Castilla-La Mancha (España)
Tamaño pieza:
110 x 95 x 58 mm
Cortesía: Museo Histórico
ETSIME
Industria y Minería
Sumario
Nº 401 • Diciembre de 2016
Editorial
Adolfo Rodríguez González
04
Entrevista
José Moya Esponda
08
Artículo
La geoquímica y los congresos nacionales
e ibéricos de geoquímica
Juan Llamas Borrajo, Antonio Gutiérrez Maroto,
Ángel Cámara Rascón
22
Nuestros organismos
Consejo Superior de Colegios y Asociación
Nacional de Ingenieros de Minas34
Colegio Oficial de Ingenieros
de Minas del Noroeste38
Colegio Oficial de Ingenieros
de Minas del Nordeste41
Colegio Oficial de Ingenieros
de Minas del Sur44
Colegio Oficial de Ingenieros
de Minas del Centro48
Escuela Técnica Superior
de Ingenieros de Minas de Madrid54
Escuela Técnica Superior
de Ingenieros de Minas de Oviedo60
Escuela Técnica Superior
de Ingenieros de Minas de Vigo64
Artículo
Cortar la sangría
Luis de Dompablo
06
Artículo
La medallística en la minería española:
un paseo por la historia de la minería
Carlos Diez Viejobueno
06
4
EditorialINDUSTRIAYMINERÍA
iguiendo la normativa existente sobre Colegios Profesionales, en la que se establecía que las
profesiones que tuvieran Colegios territoriales deberían tener además un Consejo General (o
Superior), se constituyó por Decreto de 9 de diciembre de 1955 el Consejo Superior de Cole-
gios de Ingenieros de Minas y sus Colegios, siendo aprobados sus primeros estatutos en 1957
por una Orden del Ministerio de Industria.
Estos primeros estatutos se modificaron posteriormente por el Consejo Superior para adaptar-
los a la Ley de Colegios Profesionales de 1974 y a la Ley de Medidas Liberalizadoras de 1997,
presentándose en marzo del año 2000 en el Ministerio de Industria y Energía, para su aproba-
ción, los nuevos Estatutos generales de los Colegios de Ingenieros de Minas y de su Consejo
Superior.
Al asumir el Ministerio de Economía, en diciembre de 2000, las competencias que en esta ma-
teria tenía el Ministerio de Industria y Energía, los nuevos estatutos no fueron aprobados hasta
el año 2003, lo cual se realizó mediante el Real Decreto 1278/2003 de 10 de octubre (BOE nº
255 de 24 de octubre).
Dichos estatutos, actualmente vigentes, establecen que “El Consejo Superior, que a todos los
efectos tiene la condición de corporación de derecho público, con personalidad jurídica propia
y plena capacidad de obrar para el cumplimiento de sus fines, agrupa institucionalmente, en
los ámbitos estatal e internacional, a todos los Colegios oficiales de Ingenieros de Minas” y, en
cuanto a su constitución, recoge que el Consejo Superior tendrá su domicilio en Madrid y es-
tará constituido por un Decano-Presidente, un Vicepresidente, un Secretario, un Tesorero y dos
vocales por cada Colegio, siendo uno de ellos el Decano del Colegio.
En relación con los Colegios, los estatutos recogen que “Los Colegios de Ingenieros de Minas
son corporaciones de derecho público, con personalidad jurídica propia y plena capacidad de
obrar para el cumplimiento de sus fines y gozarán, en consecuencia, de todos los beneficios
establecidos para esta clase de corporaciones”, definiendo la siguiente territorialidad de los
seis Colegios: Centro (Castilla y León, Extremadura y Madrid), con capitalidad en Madrid; Nor-
oeste (Asturias y Galicia), con capitalidad en Oviedo; Norte (Cantabria, País Vasco, Navarra y
La Rioja), con capitalidad en Bilbao; Nordeste (Aragón, Baleares y Cataluña), con capitalidad
en Barcelona; Levante (Castilla-La Mancha, Murcia y Comunidad Valenciana), con capitalidad
en Murcia, y Sur (Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla), con capitalidad en Sevilla, pudiéndose
cambiar la capitalidad de cada uno por acuerdo de la Junta General del Colegio respectivo.
Las actividades del Consejo Superior son tanto de orden interno, en relación con los distintos
Colegios territoriales, como las que corporativamente desarrolla con instituciones nacionales e
internacionales. En relación con los asuntos internos, el Consejo garantiza la coordinación de
los seis Colegios, vela por la igualdad de derechos y obligaciones básicas para todos, y corrige
y garantiza un trato equitativo a los ingenieros de minas en todo el territorio nacional, indepen-
dientemente del Colegio al que pertenezcan.
Según sus estatutos, el Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas se relacionará
con la Administración General del Estado a través del Ministerio de Economía o del que legal-
mente corresponda en cada momento y tenga atribuidas las funciones y competencias en ma-
S
El Consejo Superior de Colegios
de Ingenieros de Minas
y la Asociación Nacional
de Ingenieros de Minas
Adolfo Rodríguez González
Decano-Presidente del Consejo Superior de Colegios de Ingenie-
ros de Minas y de la Asociación Nacional de Ingenieros de Minas
teria de minería. En este sentido entre las funciones del Consejo se encuentran las de informar
preceptivamente todo proyecto estatal de modificación de la legislación sobre colegios profesio-
nales e informar los proyectos de disposiciones estatales que afecten a las condiciones genera-
les de la función profesional de los ingenieros de minas, así como asumir la representación de
los ingenieros de minas españoles ante las entidades similares en otras naciones e informar
sobre titulaciones extranjeras para autorizar el ejercicio de la profesión en España.
Los Colegios territoriales se relacionan con las Administraciones autonómicas a través de las
consejerías competentes en materia de minería, sin perjuicio de que pueda intervenir el Con-
sejo si el caso lo requiere. Respecto a estas relaciones, hay que destacar las Jornadas que
anualmente organiza el Consejo Superior con los Directores Generales de Minas de todas las
autonomías y que, con gran éxito de asistencia, se vienen celebrando en distintas capitales
desde hace 12 años.
Esta continuidad se debe, en gran parte, al interés que tiene para los responsables de la minería
de cada autonomía conocer la problemática del sector en otras regiones, las soluciones que, en
su caso, aplican y las actuaciones que cada una de ellas realiza para su desarrollo. Por otra parte,
los Decanos de los distintos Colegios transmiten a los representantes de la Administración las ac-
tuaciones y problemas, puedan tener los ingenieros de minas en el ejercicio de su profesión.
En cuanto a las relaciones con otros Colegios o Consejos Generales de ingenieros, el Consejo
Superior está integrado en la UUnión Profesional de Colegios de Ingenieros (UPCI), entidad cre-
ada en 2012 como interlocutora de la Administración General del Estado para la defensa de
los intereses profesionales de los ingenieros, y en la Asociación de Ingenieros Profesionales de
España (AIPE), creada en 2012 para la certificación por competencias de los ingenieros.
En el ámbito de relaciones internacionales el Consejo Superior tiene un representante perma-
nente en el PERC (Pan-European Reserves & Resources Commitee), para gestionar el recono-
cimiento del Consejo como organización que pueda efectuar la acreditación de ingenieros de
minas capacitados para suscribir informes sobre recursos y reservas de yacimientos minerales
que sean considerados solventes por las instituciones financieras. El PERC, a su vez, está inte-
grado en CRIRSCO, una organización con los mismos fines y de ámbito mundial.
Como antecedente de los Colegios de Ingenieros, creados todos ellos como entidades de derecho
público entre los años 1949 y 1963, están las Asociaciones de Ingenieros, que se constituyeron
como entidades de derecho privado entre los años 1887 y 1921. En el año 1905, las cinco Aso-
ciaciones que entonces existían, entre ellas la Asociación Nacional de Ingenieros de Minas, consti-
tuyeron el Instituto de Ingenieros Civiles de España, hoy Instituto de la Ingeniería de España.
La creación de los Colegios de Ingenieros no fue obstáculo para que las Asociaciones conti-
nuaran existiendo, teniendo en cuenta la necesidad que tenían las corporaciones profesiona-
les españolas de relacionarse y, en su caso, integrarse en instituciones supranacionales
constituidas por entidades de derecho privado, como es el caso de la Federación Europea de
Asociaciones de Ingenieros (FEANI).
La Asociación Nacional de Ingenieros de Minas (ANIM) compagina su actividad con la del Con-
sejo Superior de Colegios, estando definidas en los estatutos de la Asociación unas demarca-
ciones geográficas para participar en su Junta Directiva que coinciden con el territorio de cada
Colegio, manteniendo los mismos cargos en la Presidencia, Vicepresidencia, Secretaría y Teso-
rería que los del Consejo Superior y celebrando mensualmente reuniones conjuntas del Con-
sejo y de la Junta Directiva de la Asociación.
Los fines de ANIM son organizar congresos, simposios, mesas redondas, cursos, conferencias
y en general actos relacionados con la profesión de ingeniero de minas, promoviendo su per-
feccionamiento. Dentro de ANIM se han creado dos grupos especializados con sus propios re-
glamentos. El más antiguo es el Grupo Especializado del Agua; el otro es el Grupo
Especializado de Recursos y Reservas Minerales, con tres años de antigüedad.
Entre los fines de ANIM hay que destacar la organización de los Congresos Internacionales de
Minería. Su XIV edición se celebrará en Sevilla en abril de 2018.
5
EditorialINDUSTRIAYMINERÍA
XII CONGRESO NACIONAL DE GEOQUÍMICA
XI CONGRESO IBÉRICO DE GEOQUÍMICA
Investigar los recursos cuidando el ambiente
26 a 28 de septiembre de 2017
Linares (Jaén)
Más información:
http://congresodegeoquimica.org
La inscripción ‘online’ está disponible en la página web del congreso. Las cuotas de
inscripción para participar en el XII Congreso Nacional y XI Congreso Ibérico de
Geoquímica antes del 15/07/17 son las siguientes: Normal, 200 €; Miembros de las
instituciones organizadoras, 150 €; estudiantes debidamente acreditados, 100 €. Después
de esta fecha, serán de 200, 250 y 125 €, respectivamente. La inscripción incluye la
participación en el Congreso, las comidas del 26 al 28 y la documentación correspondiente.
El distrito minero de
Linares ha sido
históricamente el mayor
productor de Europa de
plomo con una minería
que se remonta a la
época de los Íberos. Para
el XII Congreso Nacional
y XI Congreso Ibérico de
Geoquímica se espera
una importante
participación de
especialistas con el
objetivo de fomentar el
intercambio científico y
técnico en las áreas que
les son propias.
Pago
Banco Popular Español
Agencia Urbana de José Abascal, 18
28003 Madrid
Cuenta bancaria
Titular: CONGRESO GEOQUIMICA -
C. SUP. ING. MINAS
CCC: 0075 0111 93 0601256814
IBAN: ES12 0075 0111 9306 0125 6814
BIC: POPUESMM
8
EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA
José
Moya Esponda
Por José Gómez Mateo. Director Técnico de Industria y Minería
9
EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA
Con 82 años recién cumplidos,
José Moya Esponda considera
que ya ha llegado el momento
de decir adiós a su actividad
profesional y colegial, y poder
dedicar más tiempo a la familia
y a sus aficiones (en especial, a
la música, pues, no en vano,
consiguió el título de profesor
de piano a los 16 años).
En reconocimiento a sus 32
años de dedicación en el Con-
sejo Superior de Colegios de In-
genieros de Minas, sus
compañeros en el mismo deci-
dieron un almuerzo-homenaje,
celebrado en Madrid el 24 de
enero de 2017, en el que le hi-
cieron entrega de una placa
conmemorativa, teniendo siem-
pre en cuenta que, como dijo el
propio homenajeado, “no se
trata de un adiós definitivo, sino
de un hasta luego”, pues siem-
pre podrán contar con él para lo
que consideren necesario.
El motivo de esta entrevista es
recoger las reflexiones que un
ingeniero con una actividad
profesional tan dilatada y exi-
tosa puede aportar a todo
aquél que se interese por la In-
geniería de Minas.
¿Cómo surge tu interés por la
Ingeniería de Minas?
Mi vocación por la Ingeniería de
Minas se despertó con el estu-
dio de la carrera y se consolidó
con el ejercicio de la profesión.
Cuando yo acabé el Bachille-
rato en Las Palmas, con dieci-
séis años, había terminado la
carrera de Piano en el Conser-
vatorio de Música y Declama-
ción de Santa Cruz de Tenerife
y mi deseo era dedicarme a la
música. Con buen criterio, que
he agradecido siempre, mis pa-
dres me lo desaconsejaron. Yo
tenía un buen expediente aca-
démico y ello me proporcionó
una beca del Cabildo Insular de
Gran Canaria para estudiar In-
geniería en Madrid. Yo desco-
nocía totalmente la minería, no
tenía familiares en la actividad
y el ambiente canario ignoraba
la minería. Al llegar a Madrid
me matriculé en una Academia
para estudios de ingreso en Es-
cuelas de Ingeniería, y aconse-
jado por amigos, me presenté a
los exámenes de ingreso en las
Escuelas de Minas, de Caminos
y de Aparejadores.
Quiso la suerte que ingresara
en la Escuela Técnica Superior
de Ingenieros de Minas de Ma-
drid. El posterior estudio en la
Escuela, acompañado de las
prácticas, despertó mi vocación
por la minería, y esa vocación
se consolidó totalmente con el
ejercicio de la profesión que ini-
cié en la gran empresa enton-
ces denominada Sociedad
Metalúrgica Duro Felguera, y en
cuya División de Minería del
Carbón trabajé durante los pri-
meros siete años de ejercicio
profesional.
¿Crees que la carrera de Inge-
niero de Minas ofrece actual-
mente los suficientes
alicientes cómo para que los
jóvenes se decidan a cursarla?
Tal vez la pregunta no es si la ca-
rrera ofrece alicientes; más bien
habría que preguntar si la socie-
dad en su conjunto percibe esos
alicientes. Es indudable que el
Ingeniero de Minas ha tenido, y
sigue teniendo, un gran reconoci-
miento técnico y profesional en
el mundo empresarial, pero la
sociedad, en su conjunto, se
mueve por estándares distintos y
discrimina en función de la pre-
sencia en medios de comunica-
ción, representatividad en
medios sociales y temas simila-
res. En este sentido, la sociedad
ubica a la Ingeniería de Minas
exclusivamente en la explotación
minera e incluso en la parte más
negativa que ella conlleva.
¿Qué alicientes se podrían
ofrecer para que nuestra ca-
rrera fuese más atractiva
paras los estudiantes?
José Moya Esponda (Las Palmas de Gran Canaria, 1934), es Doctor Inge-
niero de Minas por la E. T. S. de Ingenieros de Minas de Madrid y PADE por
el IESE (Instituto de Estudios Superiores de la Empresa) de Barcelona.
Trabajó en la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, S. A. (1959/67), HU-
NOSA (1967/1974), Unión Explosivos Río Tinto, S. A. (1974/1989) y Pota-
sas del Llobregat, S. L. (1989/1991), donde fue Consejero Delegado.
Desde el año 1991 se dedica al ejercicio libre de la profesión, habiendo
prestado sus servicios como asesor en importantes proyectos mineros.
Ha sido Presidente del Consejo de Administración de la Empresa de Inves-
tigación Minera Lluís Marià Vidal S. A., de la Generalidad de Cataluña, y
miembro del Consejo de Administración de Río Tinto Minera, S. A, Compa-
ñía Auxiliar de Voladuras (CAVOSA), Promotora de Minas de Carbón (PMC),
Magnesitas de Rubián, S. A, Minera Santa Marta S. A, Comercial de Pota-
sas (COPOSA) y Tráfico de mercancías (TRAMER).
También ha sido Presidente del Instituto de Ingenieros de Cataluña (INEC)
(1993/1997) y de la Confederación Española de Empresarios de la Minería
y la Metalurgia (CONFEDEM) (1998/2013), así como Vicepresidente de AI-
TEMIN (1998/2013).
En la actualidad es Presidente de Honor de CONFEDEM y Socio de Honor
de AITEMIN.
Desde 1988 hasta 2016 desempeñó el cargo de Decano-Presidente del
Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Nordeste de España.
10
EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA
Hay que tratar de consolidar la
idea del Ingeniero de Minas
como gestor de los recursos
naturales de forma global y no
solo en la extracción minera.
En este sentido, la energía y el
medio ambiente pueden ser las
herramientas para cambiar esa
percepción negativa, incremen-
tada en la actualidad por cier-
tos agentes sociales que,
argumentando un legítimo prin-
cipio de precaución, se oponen
a infraestructuras e impactos
de cualquier tipo pero, eso sí,
exigiendo los servicios deriva-
dos de su existencia.
En resumen, podemos hacer la
titulación más atractiva trans-
mitiendo a los estudiantes
preuniversitarios que represen-
tamos a la única ingeniería
capaz de poner en valor todos
los recursos, tanto energéticos
como no energéticos, siendo al
mismo tiempo muy respetuo-
sos con el ambiente.
Estudios en la Escuela de
Madrid
¿Qué recuerdos guardas de
tus años de estudiante en la
Academia para preparar el In-
greso y posteriormente en la
Escuela de Madrid?
Con una edad comprendida
entre 17 y 25 años, rodeado de
compañeros que compartíamos
los objetivos, viviendo en una
acogedora ciudad como Madrid,
que era un sueño para los cana-
rios, con una novia encantadora
que luego fue y es mi esposa,
todas mis vivencias fueron fan-
tásticas. Incluso los exámenes
para ingreso en las Escuelas,
que comportaban una tremenda
responsabilidad, incluido el
riesgo de perder la beca, cosa
que no ocurrió, me han dejado
un recuerdo positivo.
¿Cómo era el ambiente en la
Escuela en aquellos años?
De gran respeto a los profesores
y de gran camaradería entre los
estudiantes. En mi promoción
éramos alrededor de sesenta
alumnos. Como detalles, a
todos los profesores se les tra-
taba siempre de usted; en las
diversas aulas nos sentábamos
por estricto orden alfabético de
los primeros apellidos; el silen-
cio, el comportamiento y el
orden en las clases eran absolu-
tos. Generalmente, cada asigna-
tura era seguida a través de li-
bros de texto, aunque algunas
pocas se seguían por medio de
apuntes facilitados por el profe-
sor; por supuesto, no existían
los ordenadores. Los viajes de
estudio eran también magnífi-
cos: a Asturias, a Andalucía, a
Panticosa, a diversos lugares, vi-
sitando minas, metalurgias,
campamentos geológicos; in-
cluso los recorridos de menor
escala, como cuando íbamos a
medianoche en Madrid a la De-
hesa de la Villa para escrutar el
firmamento y localizar determi-
nadas estrellas azuzados por el
querido profesor de Topografía
D. Pedro Arsuaga.
¿Hay algún profesor o algún
alumno al que recuerdes de
forma particular?
Recuerdo con especial afecto a
D. José Ignacio Cabrera y a D.
Antonio Canseco, y especial-
mente, a D. Pedro Arsuaga en
su doble faceta de profesor de
Topografía y de Director de la
Escuela.
Respecto a los compañeros que
coincidimos en la Escuela, re-
cuerdo especialmente a Gui-
llermo Arrieta Fernández (Willy),
José Manuel Fernández Felgue-
roso (Mamel), Antonio Lucena
Bonny (Tatá), Francisco Martín
Diego (Paquito) y José Luis Mira
Pérez (Jose). Desgraciadamente,
todos ellos ya han fallecido. A los
que aún viven los tengo presen-
tes a todos con gran afecto.
¿Hay alguna anécdota que te
gustaría contar?
Una de la Escuela de Ingenie-
ros de Minas de Madrid:
Cuando se reaviva el Grupo de
Teatro de la Escuela, sus com-
ponentes visitan al Director, D.
Pedro Arsuaga, para presen-
tarle el programa de actuacio-
Almuerzo homenaje a D. José Moya Esponda.
Representamos a
la única ingeniería
capaz de poner en
valor todos los recur-
sos, tanto energéticos
como no energéticos,
siendo al mismo
tiempo muy respetuo-
sos con el ambiente”
“
nes. El alma mater es AAntonio
Lucena (Tatá). La primera re-
presentación prevista es la de
“La putain respectueuse”, de
Jean-Paul Sartre. D. Pedro Ar-
suaga monta en cólera, califica
de lo peor a los visitantes, ex-
pulsa de su despacho al Grupo
completo y suspende sine die
las actividades teatrales.
Otra de mi primer trabajo profe-
sional: La empresa Duro Fel-
guera mantenía el sueldo
íntegro a los ingenieros que se
ausentaban unos meses para
cumplir los servicios propios de
las Milicias Universitarias. Los
ingenieros comíamos a medio-
día en una magnífica residencia
de la empresa y, a menudo, la
mesa la presidía el Consejero
Delegado D. Secundino Felgue-
roso, ilustre Ingeniero de Minas.
Un compañero de mi promoción
ingresó conmigo a trabajar en la
Duro Felguera. Al cabo de poco
tiempo, se marchó a cumplir las
Milicias Universitarias, cobró re-
ligiosamente el sueldo durante
todo el tiempo de ausencia, y al
regresar, manifestó que dejaba
la empresa por una mejor oferta
en otra empresa minera. D. Se-
cundino Felgueroso, al inicio de
la comida, rojo de ira, dió un so-
noro palmetazo sobre la mesa
comunitaria y exclamó con voz
potente: “Estoy hasta los c...
(¿eran cataplines?) de los Inge-
nieros de Minas”.
¿Crees que se salía mejor o
peor preparado que ahora?
¿Por qué?
Aunque siempre hay una tenden-
cia a considerar que cualquier
tiempo pasado fue mejor, la rea-
lidad es que la formación evolu-
ciona con el tiempo y se adapta
a las exigencias tecnológicas y
socioeconómicas del momento,
suavizando en lo posible la rigi-
dez de los planes de estudio.
¿Cuáles son los cambios más
importantes que aprecias en
la enseñanza de la Ingeniería
de Minas desde entonces?
Creo que hay un antes y un des-
pués tras la última modificación
de los planes de estudio. Mi per-
cepción es que se ha propuesto
ir a un ingeniero generalista, ba-
sado en el modelo de la Escuela
de Minas de París. La formación
enciclopedista de materias tec-
nológicas ha sufrido un cambio
importante muy positivo. Es tam-
bién muy importante mantener
el alto nivel de formación en las
materias básicas que son las
que hacen realidad el lema de
“enseñar a aprender”.
¿Cómo crees que se podría
mejorar?
Parecería que la Escuela debe
dar una imagen global de lo que
representa la realidad indus-
trial, con una amplia formación
en asignaturas básicas. En
cuanto a la docencia tecnoló-
gica, parece que debería ser el
ejercicio profesional quien deter-
mine el nivel necesario de cono-
cimiento. En este aspecto, las
Cátedras-Empresa pueden des-
empeñar un papel importante. Y
todo ello aderezado con un pro-
fundo conocimiento de las he-
rramientas más actuales, como
pueden ser la simulación numé-
rica o el software aplicable a
cada tecnología específica.
¿Crees que el proceso de Bo-
lonia ha afectado a la consi-
deración de la sociedad
española respecto a la inge-
niería, en general, y a la de
minas en particular?
11
EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA
Lo que opino del Plan Bolonia
es que ha resultado un experi-
mento fallido, que ha sem-
brado el caos ante la sociedad.
En primer lugar, ha permitido la
existencia de multitud de deno-
minaciones distintas para una
misma titulación o, por el contra-
rio, el mismo nombre para dis-
tintas titulaciones, de las cuales
unas son habilitantes y otras no.
En segundo lugar, ha creado
una confusión total entre las ti-
tulaciones de Ingeniero e Inge-
niero Técnico. El hecho de que
todas las escuelas de ingenie-
ría se hayan convertido en es-
cuelas de grado hace pensar a
mucha gente que titulados de
primer ciclo de Madrid, Oviedo
o Vigo son equivalentes a los
anteriores Ingenieros de Minas
de esos centros. Esto se agrava
por la permisividad de algunas
administraciones públicas, que
consienten que los grados opo-
siten a plazas históricamente
reservadas a cuerpos superio-
res, como consecuencia del in-
cremento de un año de sus
estudios respecto a los anti-
guos Ingenieros Técnicos.
Como colofón de esta situación
absurda, muchas escuelas de la
antigua ingeniería técnica se
han lanzado a ofertar el Master
habilitante de Ingeniero de
Minas. Escuelas que, por su tra-
yectoria, alcanzaron un gran
prestigio por la formación de sus
egresados se encuentran en en-
tredicho por su falta de capaci-
dad para llevar a buen término
esta aventura. Se da la paradoja
de universidades que ofertan o
pueden ofertar el Master Inge-
Lo que opino del Plan Bolonia es que ha
resultado un experimento fallido, que ha
sembrado el caos ante la sociedad”
“
niero de Minas sin tener ni un
solo Ingeniero de Minas entre su
profesorado permanente.
Como aspecto positivo, las com-
petencias transversales como
trabajo en equipo, liderazgo, co-
nocimiento de idiomas, etc., se
desarrollan mucho más, dando
un valor añadido de cara a la
búsqueda de empleo.
¿Cómo crees que se podría
mejorar esta percepción?
En esta situación no veo una so-
lución fácil. Los grados como titu-
laciones con atribuciones
profesionales deben tener una
mayor especialización en aque-
llas materias que les son propias.
Esta mayor rigidez al hacer las ti-
tulaciones más especializadas va
en detrimento de la formación en
asignaturas básicas, que son las
que determinan el perfil genera-
lista. Se supone que esto se de-
bería corregir en los estudios de
master, pero la diversidad de títu-
los de acceso al master, junto a la
estructura marcada por la Orden
que regula el procedimiento, obli-
gan fundamentalmente a una
mayor profundización en materias
tecnológicas.
Desarrollo de la Carrera
¿Qué perspectivas de salidas
profesionales existían cuando
12
EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA
cuando, después de trabajar los
tres primeros años como Inge-
niero Auxiliar de explotación mi-
nera del carbón en el Pozo María
Luisa, se me ascendió, con 28
años de edad, a dirigir el Grupo
Minero Siero, que contaba con
los Pozos Mosquitera nº 1, Mos-
quitera nº 2, Aramil y Toral , con
una plantilla del orden de 500
personas. Los pozos Mosquitera
tenían la peculiaridad de un car-
bón con muy alto contenido en
materias volátiles, por lo que la
ocurrencia de los peligrosos fue-
gos en las labores subterráneas
de la mina era frecuente.
Mi siguiente reto importante se
me planteó ya trabajando en
Hulleras del Norte, S. A. (HU-
NOSA), donde se me nombró
Director de la Zona del Aller, en
el valle de ese precioso río, que
comprendía los Pozos San An-
tonio, San Jorge, Santiago, Van-
guardia, Cobertoria y la mina
de montaña Marianas, con una
plantilla del orden de 700 per-
sonas. El pozo San Antonio era
el único en Asturias que estaba
clasificado por la Autoridad Mi-
nera en 4ª categoría, la de
mayor peligrosidad contem-
plada en la legislación minera,
debido a la presencia de des-
prendimientos instantáneos de
grisú con proyección violenta
de la masa de carbón.
Trabajando posteriormente en
la empresa Unión Explosivos
Rio Tinto, S. A. como Director
de la División de Potasas,
afronté retos importantes. El
primero, la recuperación de la
mina de Cardona, que estaba
parada y en peligroso estado
de conservación tras un grave
accidente ocurrido en el pozo
de extracción pocos meses
antes de mi incorporación a la
empresa. Más tarde, pero tam-
bién recién incorporado a la
empresa, una huelga salvaje
terminaste la carrera de Inge-
niero de Minas?
Era el año 1959 y había abun-
dancia y diversidad de ofertas
de trabajo. La minería y la side-
rurgia estaban en pleno auge y
absorbían muchos ingenieros
en España, pero había, además,
ofertas muy diversas en refine-
rías, centrales eléctricas, indus-
trias básicas, geología, aguas y
un largo etcétera. Había tam-
bién ofertas para trabajos en el
extranjero, sobre todo en pros-
pecciones petrolíferas, pero la
gran mayoría de egresados tra-
bajábamos en España.
¿Qué fue lo que te motivó
para elegir tu primer trabajo?
Al acabar la carrera tenía deci-
dido que quería trabajar en mi-
nería, y aproveché una de las
ofertas que hacía la Sociedad
Metalúrgica Duro Felguera, que
poseía una potente División de
Minería del Carbón y que era
muy alabada en el entorno es-
tudiantil. Visto desde hoy, creo
que fue una buena decisión.
¿Cuáles fueron los retos más
importantes a los que te en-
frentaste en tu actividad pro-
fesional?
Mi primer reto importante se me
planteó en Duro Felguera
Adolfo Rodríguez entregando la placa conmemorativa.
de siete días de duración, con
encierro y retención de mandos
en el interior de la mina de PPo-
tasas del Llobregat, provocada
por un sindicato anarquista en-
tonces mayoritario en esa ex-
plotación, que terminó sin
daños y con despidos de perso-
nal. Finalmente, la irrupción de
agua en los trabajos subterrá-
neos de la mina de Cardona,
con grave riesgo de pérdida
total de la mina por inundación,
ya que el agua disolvía el mine-
ral y, por consiguiente, agran-
daba continuamente la sección
del conducto por donde se in-
troducía el agua, en este caso
la caña de un antiquísimo son-
deo de investigación.
¿Cuáles consideras que han
sido los principales logros en
tu carrera profesional?
Creo que han sido los siguien-
tes: La mecanización del arran-
que de mineral con minadores
ALPINE AM100, pionera en Es-
paña, en la mina de Potasas del
Llobregat. El cierre ordenado de
la mina de Cardona, por agota-
miento económico del mineral
después de casi ochenta años
de explotación continuada, que
afectó a 500 personas, con
acuerdos pactados con los sindi-
catos en el seno del Comité de
Empresa y sin el menor desor-
den laboral. La Presidencia, du-
rante dieciséis años, de la
Confederación Nacional de Em-
presarios de la Minería y Meta-
lurgia (CONFEDEM). La
Presidencia, durante cuatro
años, del Instituto de Ingenieros
de Cataluña (INEC), notable para
un canario en Cataluña. Y el des-
empeño como Decano-Presi-
dente, durante veintiocho años,
del Colegio de Ingenieros de
Minas del Nordeste de España.
¿Crees que has dejado alguna
“asignatura pendiente” que te
hubiese gustado dejar resuelta
antes de retirarte del ejercicio
activo de la profesión?
Evidentemente, me habría gus-
tado pacificar el mundo, pero
creo que esa no era mi asigna-
tura pendiente.
¿Qué futuro ves a la carrera
de Ingeniero de Minas?
Los Ingenieros de Minas siem-
pre van a tener una presencia
importante en el mercado labo-
ral, y no solo en aquellas tareas
en las que la ley les confiere ex-
clusividad como profesión regu-
lada (minería y uso de
explosivos).
La tendencia actual es la de ac-
ceder a los puestos de trabajo
por competencias adquiridas en
la formación (incluso la legisla-
ción está cambiando y sustitu-
yendo el nombre de titulaciones
reguladas por el genérico de
técnico competente). En este
sentido, los Ingenieros de
Minas pueden competir en régi-
men de igualdad con otras titu-
laciones en materias de
energía, materiales, medio am-
biente y muchas otras.
En cualquier caso, queda pen-
diente una amplia labor de
transmisión de este hecho a la
sociedad en general y al
mundo laboral en particular.
13
EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA
¿Cómo ves las perspectivas
laborales para los jóvenes in-
genieros que comienzan ac-
tualmente a desarrollar su
actividad profesional?
En esta época, en la que España
está empezando a salir de una
profunda crisis económica no
abundan las ofertas de trabajo,
y las que hay ofrecen retribucio-
nes reducidas. Por el momento,
hay numerosas ofertas para tra-
bajos en el extranjero, y muchos
egresados las están aceptando.
Cabe esperar que, a medida que
la crisis se vaya dejando atrás,
irán mejorando las posibilidades
de empleo en España. Por su-
puesto, no se trata de trabajar
exclusivamente en las ramas de
actividad en las que tenemos
competencias profesionales ex-
clusivas, la minería y el uso de
explosivos, sino de hacerlo tam-
bién en las numerosísimas acti-
vidades en las que tenemos
competencias profesionales,
compartidas con otras muchas
titulaciones académicas.
En base a tu experiencia pro-
fesional ¿qué consejo darías
a quienes se están iniciando
como Ingenieros de Minas??
Con una formación emocional,
trazar un plan de ruta previo:
¿Qué quiero hacer con mi vida?
¿A qué me gustaría dedicarme
profesionalmente? Tener un ob-
Los Ingenieros de
Minas pueden
competir en
régimen de igualdad
con otras titulaciones
en materias de
energía, materiales,
medio ambiente y
muchas otras
“
jetivo y no olvidarlo, si no
puedo ir ahora iré más ade-
lante. Además, mejorar la for-
mación en economía y
finanzas, y dominio del inglés.
Gran parte de tu actividad pro-
fesional se desarrolló en la mi-
nería del carbón cuando era
una actividad en auge, mien-
tras que ahora apenas si se
produce carbón nacional, ¿qué
perspectivas contemplas ac-
tualmente para esta industria?
¿Y para la minería en general?
Creo que, lamentablemente, el
carbón tiene muy pocas pers-
pectivas de futuro en Europa,
donde los temas medioambien-
tales alcanzan una elevada
consideración social. Sin em-
bargo, en el Lejano Oriente, el
carbón tiene un futuro garanti-
zado a medio plazo. Una incóg-
nita importante es el caso de
los Estados Unidos, con impor-
tantes reservas de carbón,
donde la nueva administración
TTrump no ha definido todavía
su política medioambiental.
Respecto a la minería, en gene-
ral, las estadísticas muestran
que más del 75% de la indus-
tria europea depende del sumi-
nistro de materias primas
minerales. Creo que, a nivel
mundial, la minería tiene un fu-
turo garantizado. Otra cosa es
que en algunos países, entre
ellos España, la presión de un
ecologismo mal entendido
haga que la minería tropiece
con grandes obstáculos para
su desarrollo. Pero la necesi-
dad de las materias primas mi-
nerales es permanente, y si un
país no las produce, no tendrá
más alternativa que importar-
las, favoreciendo así el desarro-
llo de la minería, de la
economía, del empleo y de la
tecnología en terceros países
en lugar de en el propio.
Instituciones colegiales
¿Crees que los ingenieros, y
en particular los de minas,
estamos organizados adecua-
damente para la defensa de
nuestros intereses profesio-
nales?
La decisión del Gobierno de José
Luis Rodríguez Zapatero de su-
primir, a partir del año 2010, la
obligación de visar la inmensa
mayoría de los proyectos a pre-
sentar ante la Administración ha
supuesto una radical pérdida de
ingresos para todos los Colegios
Técnicos, es decir los de Ingenie-
ros, Arquitectos y sus relaciona-
dos. Esa penuria económica ha
afectado durísimamente a las di-
versas organizaciones colegiales
de ingenieros y arquitectos, y
desde luego, a la de los Ingenie-
ros de Minas, y ha supuesto la
necesidad de despedir personal
contratado, cerrar locales y,
sobre todo, reducir las activida-
des. Es evidente que la organiza-
ción colegial que existía y
funcionaba adecuadamente
antes del año 2010 ya no es vá-
14
EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA
lida en la actualidad con las nue-
vas circunstancias económicas.
En consecuencia, vivimos ahora
en una situación de provisionali-
dad, en la tesitura de consumir
los patrimonios históricos para
hacer frente a los gastos impres-
cindibles. La antigua organiza-
ción no sirve, pero la nueva no
acaba de concretarse. Es el mo-
mento de soluciones imaginati-
vas que permitan continuar
adelante. Este es seguramente
el mayor reto que tienen plante-
ado ahora mismo todos los Cole-
gios de profesiones técnicas,
incluido el de los Ingenieros de
Minas.
Por otra parte, mientras varias
ingenierías de nuestro entorno
han sabido hacer lobby y crear
auténticos feudos en algunas
instituciones o empresas, ha-
ciéndolas inalcanzables para
otras ingenierías, los Ingenieros
de Minas no hemos sabido de-
fender los intereses corporativos
y hemos sido paulatinamente
desplazados de puestos de tra-
bajo que históricamente han
sido de los Ingenieros de Minas.
¿Qué se ha conseguido y qué
queda por hacer desde nuestras
instituciones colegiales?
Con un denodado esfuerzo se ha
conseguido ampliar considera-
blemente el campo profesional,
luchando por el derecho al ejerci-
cio de las competencias compar-
tidas con otras titulaciones. Un
buen ejemplo de ello es que la
Felipe Lobo, Adolfo Rodríguez, José Moya, Juan J. Fernández , José F. González y Carlos Macías.
La necesidad de
las materias
primas minerales
es permanente, y si un
país no las produce, no
tendrá más alternativa
que importarlas
“
Escuela de Ingenieros de Minas
ha pasado a llamarse EEscuela de
Ingenieros de Minas y Energía.
No obstante, queda aquí mucho
por hacer. Queda pendiente una
amplia labor de transmisión a la
sociedad en general y al mundo
laboral en particular de que los
Ingenieros de Minas pueden
competir en régimen de igualdad
con otras titulaciones en mate-
rias de energía, materiales,
medio ambiente y muchas otras.
Se ha realizado una intensa
labor de formación postgrado
con una amplísima gama de
cursos sobre las más diversas
materias de interés para los In-
genieros de Minas.
Se ha potenciado la informa-
ción a los colegiados mediante
la creación de páginas web y
de comisiones de empleo.
Se facilitan a los colegiados
servicios de asesoramiento jurí-
dico, fiscal, sobre todo tipo de
seguros, etc.
Por el contrario, no se ha con-
seguido transmitir a la totalidad
de los Ingenieros de Minas la
utilidad y las ventajas de la co-
legiación.
Entre tanto, se está en vías de
conseguir la integración del
Consejo Superior de Colegios
de Ingenieros de Minas en la
acreditación para la certifica-
ción de la capacidad profesio-
nal de los Ingenieros de Minas
a nivel internacional.
Finalmente, está presente la
amenaza de la anunciada
nueva Ley de Servicios y Cole-
gios Profesionales, requerida a
España por la Unión Europea,
cuyo anterior borrador, de mo-
mento paralizado, suponía gra-
ves quebrantos para los
Colegios Profesionales.
¿Cuáles crees que son los
principales objetivos a conse-
guir en el futuro por parte de
las instituciones colegiales?
Mantener y mejorar la forma-
ción, la información y los servi-
cios que los Colegios de
Ingenieros de Minas facilitan a
los colegiados, para lo cual es
condición previa indispensable
asegurar la estabilidad finan-
ciera de los Colegios.
Conseguir hacer atractiva la co-
legiación para los recién titula-
dos y tratar de rescatar a todos
aquellos que la abandonaron o
que nunca se han colegiado.
Transmitir a la Sociedad que
los Ingenieros de Minas esta-
mos preparados para ejercer y
competir en muchos campos
de actividad, sin necesidad de
acudir a las atribuciones por ley
sino en base a las competen-
cias adquiridas en una forma-
ción comparable a la de
cualquiera otra ingeniería.
Promover el trabajo de los Inge-
nieros de Minas en áreas que
han sido insuficientemente aten-
didas, tales como aguas, geotec-
nia, geotermia, pirotecnia y otras.
Promover el trabajo de los Inge-
nieros de Minas en las Adminis-
traciones Central, Autonómica,
Municipal y Universitaria, espe-
cialmente en las áreas de ener-
gía y medioambiente.
15
EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA
Tener en los Colegios una aten-
ción especial para los Ingenie-
ros de Minas que trabajan en el
extranjero.
Promover intensas campañas
para la mejora de la imagen de
la minería.
Mensaje final
¿Qué aconsejarías a las futu-
ras generaciones de Ingenie-
ros de Minas?
Primero: Saber estar en la vida
como persona honesta, te-
niendo confianza en uno
mismo y conservando los valo-
res personales.
Segundo: Relaciones humanas:
Escuchar, aprender, ayudar, so-
lidarizarse.
Tercero: Colegiarse. El Colegio,
por encima de los servicios que
proporciona, es el defensor a
ultranza de los Ingenieros de
Minas frente a cualquier situa-
ción adversa que pudiera pre-
sentarse.
Cuarto: Inscribirse en la organi-
zación internacional que otor-
gue la certificación adecuada
para ejercer la profesión de In-
geniero de Minas en cualquier
país.
Quinto: Estar dispuesto a traba-
jar en el extranjero.
José Gómez Mateo y José Moya Esponda.
16
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
La geoquímica y los congresos
nacionales e ibéricos de geoquímica
Llamas Borrajo, J.
Gutiérrez Maroto, A.
Cámara Rascón, A.
Ingenieros de Minas.
¿Qué es la geoquímica?
Desde que el químico suizo
Schönbein acuñó el término
“Geoquímica” en 1838 hasta
nuestros días, son muchas las
definiciones de esta disciplina
científica que se han pro-
puesto. Algunas destacan por
su concisión y claridad y, al
mismo tiempo, amplitud, como
la sugerida por Mason en 1966
en su libro “Principles of Geo-
chemistry”: “...[la] Geoquímica
puede ser definida como la
ciencia que se ocupa de la quí-
mica de la Tierra como un todo
y de las partes que la compo-
nen”. En la misma línea de bre-
vedad y extensión conceptual,
Brownlow propone, en su libro
“Geochemistry” (1996), que
“[la] Geoquímica trata de la
abundancia y distribución de
los elementos”.
Una vez establecida la definición académica de geoquímica, en este artículo se pasa revista a su evolu-
ción histórica y a su relación con la Ingeniería de minas, finalizando con una reseña sobre los diferentes
congresos, nacionales e ibéricos, celebrados sobre esta materia.
Once established the academic definition of geochemistry, this article reviews its historical evolution and its
relationship with mining engineering, ending with a review of the different national and Iberian congresses
held on this subject.
Otros autores han optado por
definiciones más extensas y
que delimitan con precisión el
ámbito que, a su juicio, debe
ocupar la joven ciencia. Así,
Clarke, en su tratado “The Data
of Geochemistry”, de 1924,
ofrece la siguiente explicación
acerca del objeto de la Geoquí-
mica: “Cada roca puede ser
considerada, a los presentes
efectos, como un sistema quí-
mico en el cual, mediante va-
rios agentes, pueden tener lu-
gar cambios químicos. Cada
uno de estos cambios implica
una alteración del equilibrio,
con la formación última de un
nuevo sistema que, bajo las
nuevas condiciones, es, a su
vez, estable. El estudio de estos
cambios es el ámbito de la
Geoquímica. Determinar qué
cambios son posibles, cómo y
cuándo ocurren, observar los
fenómenos que los acompa-
ñan, y registrar los resultados
finales son las misiones del
geoquímico. [...] Desde un
punto de vista geológico, la cor-
teza sólida de la Tierra es el
principal objeto de estudio; y
las reacciones que en ella tie-
nen lugar pueden ser conve-
nientemente clasificadas en
tres categorías –primero, reac-
ciones entre los constituyentes
esenciales de la propia Tierra;
segundo, reacciones debidas a
su envoltura acuosa; y tercero,
reacciones producidas por in-
tervención de la atmósfera”.
Variando en complejidad y ex-
tensión, la práctica totalidad
de los libros de Geoquímica
publicados incluyen una inter-
pretación personal del autor
acerca de la esencia de esta
disciplina.
Palabras clave: Geoquímica, Ingeniería de Minas, Química, Geología, investigación minera
Keywords: Geochemistry, Mining Engineering, Chemistry, Geology, mining research
17
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
eran los componentes de la ma-
teria universal: aire, fuego, agua
y tierra. A estos cuatro “elemen-
tos”, Aristóteles añadió un
quinto: el éter. Durante muchos
siglos, este esquema supuso la
mejor, si no la única, clasifica-
ción macroscópica de la mate-
ria en el universo.
Por su parte, el estudio de los
minerales, sobre todo aquellos
de interés económico, sí experi-
mentó una importante evolu-
ción desde que Teofrasto (371-
286 a.C.), discípulo de
Aristóteles, llevara a cabo una
primera clasificación de las es-
pecies minerales conocidas en
su tiempo. A los trabajos de ob-
servación y estudio de minera-
les de Plinio el Viejo, en la Roma
del siglo I de nuestra era, siguió
un vacío de investigación en Eu-
ropa Occidental, suplido por la
producción científica de Oriente.
Las obras de alquimia en
árabe, aparecidas en el siglo
IX, suponen un anticipo de la
química, por cuanto en ellas se
plantean, por primera vez, ta-
reas de investigación de los
metales con métodos pura-
mente químicos. La cuna de la
Probablemente, la discusión
más profunda y detallada
acerca del ámbito y relevancia
de la Geoquímica moderna se
encuentre en la Parte I, Capí-
tulo I de “Geochemistry”
(1954), obra póstuma del geo-
químico noruego Victor Moritz
Goldschmidt. En ella se recoge
la siguiente definición: “La
Geoquímica moderna estudia
la distribución y cantidad de
los elementos químicos en mi-
nerales, menas, rocas, suelos,
aguas y la atmósfera, y la cir-
culación de los elementos en
la naturaleza, sobre la base de
las propiedades de sus áto-
mos e iones. La ciencia no se
limita estrictamente al estudio
de los elementos químicos
como unidades últimas en la
clasificación de la materia,
sino que cubre, también, la
abundancia y distribución de
los diversos isótopos o espe-
cies atómicas de los elemen-
tos, incluyendo los problemas
de la frecuencia y estabilidad
nucleares en el universo”.
A partir del conjunto de defini-
ciones presentadas, es posible
precisar y acotar la naturaleza
de esta disciplina científica,
que persigue estudiar la abun-
dancia y distribución de las dis-
tintas especies atómicas y mo-
léculas en el universo en su
conjunto, en nuestro Sistema
Solar, en particular, y, funda-
mentalmente, en la Tierra, de
forma global, pero también en
cada una de sus partes. De
manera especial, la geoquímica
se preocupa de la abundancia
y comportamiento de los ele-
mentos en la parte accesible
de nuestro planeta, y de su dis-
tribución entre las distintas “es-
feras” que la constituyen: litos-
fera (entendida como el
conjunto de rocas, suelos y se-
dimentos), hidrosfera, atmós-
fera y biosfera.
Una de las características fun-
damentales de la geoquímica
es su carácter pluridisciplinar.
La única manera de alcanzar
los objetivos que esta ciencia
se propone, de acuerdo con las
definiciones antes comenta-
das, es mediante el manejo de
conceptos desarrollados dentro
de los ámbitos de la química, la
geología, la biología, la física y
la matemática.
Finalmente, una cualidad de la
geoquímica de gran importan-
cia desde el punto de vista edu-
cativo, es su función de nexo
entre los conceptos químicos
abstractos y el mundo real, tal
como expone John D. Hostettler
en su artículo de 1985, “Geo-
chemistry for Chemists” (Jour-
nal of Chemical Education 62,
823-831). En efecto, la geoquí-
mica permite fijar y comprender
una buena parte de los concep-
tos teóricos de la química y la
geología, mediante su aplica-
ción práctica en la discusión o
estudio de ejemplos de la natu-
raleza y la vida cotidiana.
Historia de la geoquímica
Como se ha mencionado pre-
viamente, el término “geoquí-
mica” fue acuñado en 1838
por el químico suizo Christian
Frederick Schönbein (1799-
1848), y el desarrollo de esta
ciencia tiene lugar, fundamen-
talmente, durante el último
cuarto del siglo XIX y todo el si-
glo XX. Sin embargo, puede
considerarse que la geoquí-
mica existe desde el momento
en que el hombre comienza a
estudiar la composición de la
materia observable y a buscar
sus constituyentes esenciales.
Así, la inquietud por caracterizar
la realidad observable llevó a
Empédocles de Agrigento (483-
424 a.C.) a proponer que cuatro Ilustración de "De Re Metallica".
18
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
naba la capacidad de combus-
tión. Uno de los últimos alqui-
mistas, el físico suizo del siglo
XVI Theophrastus Bombast von
Hohenheim, más conocido por
Paracelso, añadió la sal como
el elemento que confería a los
cuerpos su resistencia al calor.
En el mismo siglo XVI, los traba-
jos de Geogius Agrícola (1490-
1555), médico y mineralogista
del centro minero de Sajonia (y
cuyo verdadero nombre era
Georg Bauer), crearon la base
para la comprensión exhaus-
tiva de la mineralogía. De entre
las numerosas obras de Agrí-
cola, que representan una re-
copilación de los conocimien-
tos existentes en sus años
sobre los yacimientos minera-
les, destacan “De Natura fossi-
lium” (1546) y “De Re Meta-
llica” (1556). La clasificación
que hace de los minerales
tiene ya un carácter científico,
y, entre otros aspectos, exa-
mina e investiga las técnicas
de prospección minera, las me-
nas, los yacimientos y sus po-
tencias, y otros temas genera-
les de geología.
Un siglo más tarde, Robert
Boyle establece el criterio mo-
derno por el que se define un
elemento: una sustancia básica
que puede combinarse con
otros elementos para formar
compuestos, y que no puede
descomponerse en otras sus-
tancias más simples. A finales
del siglo siguiente, la concep-
ción moderna de elemento quí-
mico queda fijada por Lavoisier
en su obra “Traité elementaire
de Chimie”, en la que se recoge
la existencia de 31 elementos
(Ag, Al, As, Au, B, Ba, Bi, C, Ca,
Cl, Co, Cu, F, Fe, H, Hg, Mg, Mn,
Mo, N, Ni, O, P, S, Sb, Si, Sn, Pb,
Pt, W y Zn). Algunos de ellos,
como Ag, Au, C, Cu, Hg, Fe, Pb,
S y Sn, eran conocidos, y bene-
ficiados, desde tiempos mucho
más antiguos.
La primera década del siglo XIX
es testigo del descubrimiento
de un grupo numeroso de ele-
mentos químicos (Ce, Ir, K, Na,
Nb, Os, Pd, Rh y Ta), gracias a
los avances teóricos aportados
por Lavoisier y Dalton (que re-
toma la concepción atómica de
la materia, por primera vez ex-
presada en el siglo V a.C. por
Leucipo de Mileto y su discípulo,
Demócrito de Abdera). Por el
contrario, en los siguientes cin-
cuenta años, el ritmo de descu-
brimientos desciende muy nota-
blemente y se incorpora casi el
mismo número de elementos
nuevos que en los primeros diez
años del siglo (Br, Cd, Er, I, La,
Li, Ru, Se, Tb, Th y V).
Sin embargo, la década de
1860 supone un hito funda-
mental en la historia de la geo-
química, con el nacimiento de
la espectroscopía y con la pu-
blicación de los “Principios de
Química” de Mendeléev. El fí-
sico alemán Gustav Robert
Kirchhof (1824-1887) y su cola-
borador, el químico también
alemán Wilhelm Bunsen (1811-
1899), en el curso de sus in-
vestigaciones acerca de los es-
pectros producidos por vapores
calentados en llama, comprue-
ban que las líneas brillantes
que aparecían contra el fondo
oscuro de los espectros eran
función de los elementos pre-
sentes en el vapor. De esta ma-
nera, Kirchhof y Bunsen descu-
bren dos elementos nuevos, el
Cs y el Rb, a los que siguieron
el In y el Tl, y abren las puertas
de la investigación espectroscó-
pica en geoquímica.
En 1869, Dimitri Mendeléev
(1834-1907) publica su obra
“Principios de Química”. El des-
cubrimiento de la ley periódica
alquimia fue Alejandría, de
donde se extendió a Siria, lu-
gar que acogió a los árabes,
que, tiempo después, la intro-
dujeron en España.
En los siglos X y XI, la búsqueda
de minerales y su tratamiento
para obtener metales y aleacio-
nes fueron el aliciente que
animó el trabajo del filósofo
Avicena (985-1037), en cuyo
tratado sobre minerales se cla-
sificaban los mismos en cuatro
grupos: piedras y tierras, com-
puestos combustibles y sulfuro-
sos, sales, y metales. En esta
misma línea de inquietud cien-
tífica se enmarca el libro “Com-
pilación de datos sobre el estu-
dio de los minerales
preciosos”, de Al-Biruni (973-
1048), en el que se recogían
todos los datos conocidos de la
mineralogía de la época.
En su intento por explicar las
distintas propiedades de las
sustancias, los alquimistas atri-
buyeron dichas propiedades a
diferentes elementos. Así, iden-
tificaron el Hg como el ele-
mento que confería propieda-
des metálicas a las sustancias
y el S como el que proporcio-
Ilustración de "De Re Metallica".
19
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
proyectarse hacia los hipotéti-
cos logros que pudieran conse-
guirse con esta nueva ciencia.
El desarrollo experimental de la
geoquímica a lo largo de la se-
gunda mitad del siglo XIX se
concentra en la producción de
datos analíticos acerca de la
composición de los minerales,
rocas, menas, aguas naturales
y gases de la corteza terrestre.
Este esfuerzo investigador se
desempeña, mayoritariamente,
en los laboratorios europeos
(entre los que destaca la contri-
bución de los químicos inorgá-
nicos suecos, como Jöns Jacob
Berzelius y sus discípulos),
hasta que se organiza el U.S.
Geological Survey y, en 1884, y
se nombra a F. W. Clarke
(1847-1931) químico jefe de
sus laboratorios.
Clarke no sólo es responsable
de la ingente cantidad de análi-
sis realizados sobre las mues-
tras recogidas, en todo el
mundo, por los geólogos de
campo del U.S. Geological Sur-
vey, sino que mostró una gran
inquietud por revelar el signifi-
cado geoquímico fundamental
contenido en tan enorme masa
de información. En 1889 pu-
blica un artículo clásico, “The
relative abundance of the che-
mical elements”, en el que se
de los elementos aporta el im-
pulso definitivo a la geoquímica,
al permitir modelizar las propie-
dades de los elementos quími-
cos como constituyentes bási-
cos de la materia. Además, la
regularidad sugerida por el sis-
tema periódico predice la exis-
tencia y aporta las claves nece-
sarias para el descubrimiento
de los elementos Ga, Sc y Ge.
Los últimos treinta años del si-
glo XIX son testigo del descubri-
miento de los lantánidos Dy,
Gd, Ho, Nd, Pr, Sm, Tm e Yb, y
de los gases nobles Ar, He, Kr,
Ne y Xe. El descubrimiento de
la radiactividad por Bequerel
en 1896 dio paso al hallazgo
del Po y el Ra por el matrimonio
Curie, en 1898, y del Ac por De-
bierne, en 1899.
El siglo XIX, en el que práctica-
mente se completa el descubri-
miento de todos los elementos
de la Tabla Períodica, es tam-
bién el siglo en que se colocan
los cimientos de la geoquímica
como ciencia individualizada.
Es cierto que atisbos de la
misma se perciben ya, a media-
dos del siglo anterior, en los
trabajos de M. V. Lomonósov
(1711-1765), titulados “Sobre
la constitución de las capas te-
rrestres” y “El origen de los me-
tales”. En ellos aparece un con-
cepto característico y
fundamental en la geoquímica,
como es el de la movilidad de
los elementos (de los metales,
en este caso).
Pero es en 1838 cuando
Schoenbein escribe: “Hace ya
varios años que expresé públi-
camente mi convicción de que
debemos poseer la geoquímica
antes de hablar de verdadera
ciencia geológica, que debe
dedicar su atención a la natu-
raleza química de las masas
constituyentes de la esfera te-
rrestre y a su procedencia, por
lo menos, en cuanto respecta
a la antigüedad relativa de es-
tas formaciones y los restos de
vegetales y animales antedilu-
vianos en ellas sepultados.
Puede afirmarse con toda se-
guridad que los geólogos no
seguirán eternamente la direc-
ción de que ahora son partida-
rios. Para poder ampliar su
ciencia, en cuanto los restos
petrificados no les sirvan en
grado suficiente, ellos habrán
de buscar nuevos medios auxi-
liares e introducirán indudable-
mente en la geología las inves-
tigaciones químico-
mineralúrgicas. Creo que esto
ocurrirá en tiempos no muy le-
janos”.
Esta corriente de pensamiento
científico comienza a tomar
cuerpo con las obras “Lehr-
buch der physikalischen und
chemischen geologie”, de Gus-
tav Bischof (1792-1870), “All-
gemeine und chemische geolo-
gie”, de Justus Roth
(1818-1892) y “Chemische Mi-
neralogie”, de Reinhard Brauns
(1867-1937). Todos estos tra-
tados son publicados a finales
del siglo XIX y ponen el énfasis
en relatar el alcance y los pro-
blemas de la geoquímica (la
“geología química” o la “mine-
ralogía química”), así como en
Tabla periódica de los elementos.
lleva a cabo un intento de esti-
mar la composición media de
la corteza terrestre y las abun-
dancias relativas de los distin-
tos elementos. Ya en esta
época, CClarke se interesa por el
posible origen de los elementos
y por los procesos geoquímicos
que pudieran explicar las abun-
dancias relativas observadas.
El legado más importante de
Clarke es su monumental tra-
tado “The Data of Geoche-
mistry”, publicado por primera
vez en 1908, como Boletín 330
del U.S. Geological Survey, y
por última vez, en su quinta
edición, en 1924. Esta última
edición marca, probablemente,
el punto más brillante y, al
mismo tiempo, el punto final de
la filosofía geoquímica de fina-
les del siglo pasado y comien-
zos del presente. La geoquí-
mica, como ciencia
compiladora y, en menor me-
dida, interpretativa, de los aná-
lisis químicos clásicos de
muestras mineralógicas o pe-
trológicas, había alcanzado su
madurez.
Uno de los avances que mayor
influencia tendrían en este sen-
tido fue el descubrimiento, por
Max von Laue, en 1912, de la
difracción de los rayos X por las
estructuras minerales de los
sólidos cristalinos. La aplica-
ción de la técnica de difracción
de rayos X a la determinación
de estructuras atómicas de
cuerpos sólidos permitió solu-
cionar problemas que hasta en-
tonces se habían resistido al
escrutinio investigador, como el
de las propiedades geoquími-
cas de los silicatos, y revitalizó
de forma asombrosa una de las
ramas de la geoquímica: la cris-
taloquímica.
De igual forma, la geoquímica
se nutriría, para su avance y
asentamiento teórico, de las
nociones desarrolladas, du-
rante la segunda mitad del si-
glo XIX y principios del XX, en el
campo de la química física. Los
trabajos de J. W. Gibbs (1839-
1903), J. H. van’t Hoff (1852-
1911), W. Nernst (1864-1941)
y G. N. Lewis (1875-1946), en-
tre otros, en el desarrollo de los
conceptos de potencial quí-
mico, afinidad y entalpía libre
(energía libre de Gibbs), permi-
tió el estudio del equilibrio de
los sistemas heterogéneos que
caracterizan la formación y es-
tabilidad de rocas y minerales,
y la diferenciación geoquímica
de los elementos a partir del
material original del planeta.
Una aportación fundamental
provino del Geophysical Labo-
ratory de la Carnegie Institu-
tion, creado en 1904 en Was-
hington. Los estudios
químico-físicos cuantitativos re-
alizados en este centro acerca
de sistemas de silicatos a ele-
vadas temperaturas, en rela-
ción con la formación de mine-
rales en rocas magmáticas,
proporcionó la base del conoci-
miento moderno de los silica-
tos. En una línea afín, destacan
los trabajos del geoquímico
noruego J. H. L. Vogt (1858-
1932) sobre propiedades quí-
mico-físicas de escorias silica-
tadas y sistemas
silicato-sulfuro en escorias y
menas naturales, así como en
rocas magmáticas en general.
El nuevo impulso científico de
las dos primeras décadas de
este siglo se canalizaría, ya no
sólo desde Estados Unidos, a
partir del U.S. Geological Sur-
vey y del Geophysical Labora-
tory de la Carnegie Institution,
sino también a través de dos
escuelas geoquímicas euro-
peas de capital importancia: la
escuela escandinava y la es-
cuela rusa.
La escuela escandinava de
geoquímica puede conside-
rarse que arranca, como se ha
comentado previamente, desde
las investigaciones de Berzelius
(1779-1848) y sus discípulos
en Suecia, en el siglo XIX. Entre
las innumerables contribucio-
nes científicas que realizó Ber-
zelius, tienen especial relevan-
cia, desde el punto de vista de
la geoquímica, la caracteriza-
ción del grupo de minerales
que denominó silicatos y sus
estudios acerca de los ácidos
húmicos del suelo.
Sin embargo, es en Noruega,
desde principios de este siglo,
donde la geoquímica en sen-
tido estricto adquiere un
desarrollo espectacular. Tras
los trabajos pioneros de J. H. L.
Vogt y W. C. Brøgger, es la fi-
gura de Goldschmidt la que
aglutina un esfuerzo científico
que sienta las bases de la geo-
química moderna.
Victor Moritz Goldschmidt
(1888-1947) se doctoró en la
Universidad de Oslo en 1911.
En su tesis doctoral, “Die Kon-
taktmetamorphose im Kristia-
niagebiet”, aplicó la regla de
las fases, desarrollada hacía
poco por Gibbs y difundida en
Europa por H. W. Bakhuis Roo-
zeboom (1854-1907), a los
cambios mineralógicos induci-
20
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
dos por el metamorfismo de
contacto en pizarras, margas y
calizas, y demostró que estos
cambios podían ser interpreta-
dos en función de los principios
de equilibrio químico.
Tras el descubrimiento de la di-
fracción de los rayos X por las
matrices cristalinas, GGoldsch-
midt caracterizó la relación en-
tre las estructuras cristalinas y
los tamaños de átomos e io-
nes. Esto condujo a postular
que los elementos presentes
en un magma serían “clasifica-
dos” por las matrices de los mi-
nerales en proceso de cristali-
zación en función de su
tamaño (caracterizado por su
radio atómico o iónico), lo que
se tradujo en las “reglas crista-
loquímicas de Goldschmidt” de
distribución de elementos traza
en función de su carga y radio
iónicos. Profundizando en esta
línea de investigación cristalo-
química, Goldschmidt y sus co-
laboradores determinan, entre
1922 y 1926, los radios iónicos
de un elevado número de ele-
mentos, tomando como estado
estándar para esta determina-
ción el de los iones en una ma-
triz del tipo de la del cloruro de
sodio. Los resultados de estas
investigaciones quedaron reco-
gidos en una serie de artículos
titulada “Geochemische Vertei-
lungsgesetze der Elemente”.
En 1929, Goldschmidt aban-
dona Oslo y se instala en Göt-
tingen, donde dirige sus investi-
gaciones al estudio de los
elementos individuales, a partir
de los principios descubiertos
en años anteriores y haciendo
uso de los métodos espectro-
gráficos que se estaban desa-
rrollando en aquella época. De
forma particular, Goldschmidt y
sus colaboradores desarrolla-
ron y aplicaron la técnica de
emisión por arco entre electro-
dos de carbono al estudio de
elementos traza en muestras
minerales. Durante 1933 y
1934, Goldschmidt aumenta
su campo de interés científico
para incorporar el problema de
la circulación de elementos ma-
yoritarios durante el ciclo sedi-
mentario. Los resultados de es-
tos esfuerzos aparecen
resumidos en la séptima confe-
rencia Hugo Müller, de la Che-
mical Society of London (1937):
“The principles of distribution
of chemical elements in mine-
rals and rocks”.
Al genio científico y enorme in-
tuición de Goldschmidt le debe
la geoquímica aportaciones tan
sensacionales como la compi-
lación de la primera tabla rigu-
rosa de abundancias cósmicas
de elementos e isótopos (a par-
tir de la composición de los me-
teoritos y de la materia solar y
estelar); la correcta estimación
de la composición media global
de la corteza terrestre a partir
de tan sólo 78 muestras de ar-
cillas glaciares del sur de
Noruega; y la caracterización
de los elementos en función de
su afinidad geoquímica (litófi-
los, calcófilos, siderófilos y at-
mófilos).
Goldschmidt ha recibido el
justo reconocimiento como pa-
dre de la moderna geoquímica
por parte de numerosos cientí-
ficos que se apoyaron en su
enorme legado, tales como Ar-
thur H. Brownlow o Brian Ma-
son, a quien se debe la biogra-
fía titulada “Victor Moritz
Goldschmidt: Father of Modern
Geochemistry”, publicada en
1992 por la Geochemical So-
ciety.
Junto a la escuela noruega, es
la escuela rusa de geoquímica
la que cimienta la independen-
cia y el desarrollo moderno de
esta ciencia. Los grandes im-
pulsores de esta escuela fue-
ron V. I. Vernadsky (1863-
1945) y sus discípulos A. E.
Fersman (1883-1945) y A. P. Vi-
nogradov. El primero publicó en
Francia, en 1924, su libro “La
Géochimie”, seguido, en 1929,
de otro titulado “La Biosphére”.
El estudio geoquímico de la
biosfera continuó siendo el
tema predilecto de Vernadsky,
mientras que Fersman compa-
ginó este interés con la inquie-
tud por caracterizar la relación
entre la distribución de los ele-
mentos y su estructura ató-
mica, y por el estudio químico-
físico de minerales y rocas.
Otros notables científicos ru-
sos, V. Jlopin y V. Dokucháev,
sugirieron que el suelo es una
entidad histórica y natural. Pre-
cisamente, al hilo de esta co-
rriente científica, Vernadsky
crearía una nueva disciplina, la
biogeoquímica, nacida, como
es obvio, al amparo de la geo-
química. Sirva de muestra el
párrafo que en el libro “Las tie-
rras negras rusas”, publicado
en 1883, puede leerse: “Es ne-
cesario tener presente, de ma-
nera constante, a la Naturaleza
tomada en su unidad e integri-
dad; respetar y estudiar sus
elementos principales”.
Desde su creación, la escuela
rusa hizo un énfasis especial en
21
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
Ejemplo de eutrofización.
la aplicación de la geoquímica a
la resolución de problemas
prácticos, muy en especial, en
la exploración mineral.
La escuela rusa ha marcado o,
al menos, anticipado la mayoría
de las grandes líneas de investi-
gación geoquímica actuales,
como la biogeoquímica, la pros-
pección geoquímica o la geoquí-
mica de suelos.
El desarrollo de la geoquímica
en la última mitad de este siglo
está íntimamente ligado, de
nuevo, a los avances de la fí-
sica, la geología, y la química.
Los progresos en el campo de
la física atómica han aportado
el fundamento teórico para los
datos experimentales de la cos-
moquímica, han desvelado el
conjunto de mecanismos de
nucleosíntesis de los elemen-
tos en el universo y han contri-
buido al desarrollo de potentes
técnicas analíticas, como la ac-
tivación neutrónica o la data-
ción isotópica mediante espec-
trometría de masas.
Dentro del ámbito geológico, el
desarrollo de la teoría de la tec-
tónica de placas, la profundiza-
ción en el conocimiento de los
procesos que tienen lugar a lo
largo de dorsales oceánicas y
en zonas de “rift”, y el refina-
miento de los equipos de labo-
ratorio, que permiten, hoy en
día, simular las condiciones de
presión y temperatura de todas
las zonas de la Tierra, han su-
puesto un avance enorme en la
comprensión de la composición
de las partes profundas del pla-
neta y de la distribución y com-
portamiento de los elementos
químicos en las mismas.
En cuanto a las ciencias quími-
cas, entre los innumerables
progresos que han constituido
una contribución esencial a la
geoquímica, hay que valorar, de
forma especial, el desarrollo o
perfeccionamiento de las técni-
cas analíticas de determinación
de elementos y compuestos en
pequeñas concentraciones.
El conjunto de avances mencio-
nados en los párrafos prece-
dentes, y otros en disciplinas
científicas relacionadas de
forma menos inmediata con la
geoquímica, han hecho posible,
en las últimas décadas, la con-
solidación y progreso de cam-
pos clásicos de investigación
geoquímica, y la aparición de
vigorosas nuevas líneas de
desarrollo.
Entre los primeros, cabe resal-
tar el grado de profundidad al-
canzado por la cosmoquímica,
ayudado, indudablemente, por
la posibilidad de explorar el es-
pacio desde laboratorios y te-
lescopios montados en satéli-
tes artificiales, y de recuperar
muestras de la superficie de
planetas y satélites de nuestro
Sistema Solar. Por su parte, la
prospección geoquímica ha ex-
perimentado, también, un
desarrollo muy notable en los
aspectos de exploración, carac-
terización y evaluación de yaci-
mientos metálicos, de minera-
les radiactivos y de carbón. No
obstante, quizá los avances
más espectaculares estén liga-
dos a la aplicación de la geo-
química orgánica en la prospec-
ción y caracterización de
campos de petróleo y gas; es
en este ámbito donde surgen
técnicas, como el estudio de
los isotopos estables y de los
biomarcadores, que solo más
tarde han pasado a ser em-
pleadas por otras disciplinas
científicas.
Por último, en cuanto a las nue-
vas líneas de desarrollo, la geo-
química contemporánea ha
concentrado una buena parte
de su esfuerzo científico en
tres campos, íntimamente rela-
cionados entre sí, y anticipa-
dos, cuando no impulsados ori-
ginalmente, por la intuición y
genio de las escuelas noruega
y rusa de geoquímica: la bio-
geoquímica, la geoquímica de
suelos y sedimentos, y la geo-
química ambiental.
Sin restar mérito a los trabajos
de JJ. W. Samoilov, la paterni-
dad de la biogeoquímica debe
ser justamente atribuida a Ver-
nadsky, como así lo reconocía
el propio Goldschmidt en su li-
bro póstumo de 1954. Desde
las concepciones pioneras de
este autor ruso, la biogeoquí-
mica ha consolidado la noción
de los “ciclos” de los elemen-
tos entre las cuatro “esferas
biogeoquímicas” que constitu-
yen la superficie del planeta:
litosfera, hidrosfera, atmósfera
y biosfera. Al estudio de la in-
fluencia de los microorganis-
22
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
Isla de Tenerife.
mos y de los seres vivos supe-
riores en la circulación y acu-
mulación de los elementos
químicos, por ejemplo me-
diante fenómenos de fotosínte-
sis, ósmosis, regulaciones en-
zimáticas de procesos de
catálisis, transferencia de
carga, e hidratación y deshi-
dratación, se han dedicado
buena parte de los esfuerzos
de la geoquímica en las últi-
mas décadas de este siglo.
Otra moderna línea de investi-
gación, que también encuentra
sus raíces en los trabajos pio-
neros de la escuela rusa, es la
geoquímica de suelos y sedi-
mentos. El enfoque inicial de
esta disciplina estuvo muy li-
gado a las ciencias agrícolas y
a los problemas de productivi-
dad del suelo, de micronutrien-
tes y elementos fitotóxicos, y de
influencia de la adición y natu-
raleza de los fertilizantes en la
calidad del suelo. Desde esta
concepción original, se ha
desarrollado un vasto cuerpo
de investigación centrado en la
caracterización del suelo y los
sedimentos como sumideros
de contaminantes, y en el estu-
dio de las reacciones que tie-
nen lugar en las interfases que
se establecen entre la materia
mineral, la materia orgánica, la
atmósfera y la solución del
suelo.
En el momento actual, tanto la
biogeoquímica, como la quí-
mica de suelos y sedimentos,
han quedado parcialmente,
sino en su totalidad, engloba-
das dentro de la corriente in-
vestigadora más activa y de
mayores implicaciones, du-
rante los últimos años, en el
campo de la geoquímica: la ge-
oquímica ambiental. De hecho,
los departamentos de geoquí-
mica de universidades, servi-
cios geológicos y otros centros
de investigación, reconocen,
de forma generalizada, una se-
paración de sus medios técni-
cos y humanos entre los gru-
pos de trabajo dedicados a
geoquímica de exploración (de
recursos minerales y energéti-
cos) y a geoquímica ambiental.
Prueba de la importancia cre-
ciente de esta última es el au-
mento gradual, pero ininte-
rrumpido, que han ido
adquiriendo los equipos inves-
tigadores dedicados a la
misma, a expensas de la pros-
pección geoquímica.
Desde que GGoldschmidt advir-
tiera, a finales de la década de
1940, con su característica in-
tuición, que “Algunos de los
factores geoquímicos dominan-
tes de nuestro tiempo resultan
de las actividades del hombre
moderno –agricultura, minería,
e industria”, hasta nuestros
días, la geoquímica ambiental
ha crecido y madurado hasta
convertirse en una de las disci-
plinas científicas de mayor
peso en el campo de la investi-
gación medioambiental. Entre
sus numerosas líneas de activi-
dad, cabe resaltar el estudio
de los mecanismos de reten-
ción y movilización de elemen-
tos traza, en general, y de me-
tales pesados, en particular; la
preocupación por el estableci-
miento de valores de fondo
geoquímicos en suelos, como
referencia para evaluar proce-
sos de contaminación; la ca-
racterización de las aguas áci-
das de minas y su influencia
en el entorno de actividades
mineras, especialmente en
cauces fluviales; el estudio del
alcance y distribución de con-
centraciones de elementos
traza en los suelos, aguas y at-
mósferas de emplazamientos
industriales; la modelización
del suelo como barrera geoquí-
mica de acumulación de conta-
minantes previa a su contacto
con las aguas subterráneas, y
la influencia que ello tiene en
la selección de técnicas de re-
cuperación de suelos contami-
nados; etc. Más reciente es el
por los ambientes urbanos, sin
duda debido al proceso de con-
centración de la población
mundial en este tipo de hábi-
tat. El intento por establecer
los ciclos geoquímicos de los
elementos dentro de las ciuda-
des, por comprender sus fuen-
tes, patrones de distribución,
niveles medios y mecanismos
de concentración, ha dado lu-
gar al nacimiento de la geoquí-
mica urbana, como nueva rama
23
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
Abundancia de elementos.
investigadora dentro de la más
amplia geoquímica ambiental.
Y quedaría, por último, comen-
tar el papel decisivo de la geo-
química en el estudio del que
probablemente sea el mayor
problema ambiental en el mo-
mento actual, el cambio climá-
tico. Los estudios de química
de la atmósfera, de paleo-
clima, del ciclo del CO2, con la
identificación de las fuentes,
de los sumideros y de los pro-
cesos de almacenamiento, uti-
lizan la geoquímica y algunos
estudios como los ciclos del
carbono y del nitrógeno son
conceptualmente la parte más
clásica y central de la geoquí-
mica.
La Geoquímica y la Ingeniería
de Minas
La relación entre la geoquí-
mica y las actividades mineras
ha sido explícitamente recono-
cida en un gran número de tra-
tados geoquímicos clásicos.
Así, el segundo párrafo del li-
bro “Geochemistry” de
GGoldschmidt comienza con las
siguientes palabras: “Desde
un punto de vista humano, [la]
geoquímica es de la mayor im-
portancia práctica, especial-
mente en cuanto a sus aplica-
ciones en minería, metalurgia,
industria química, agricultura
y, por supuesto, el estudio de
[los] materiales terrestres, par-
ticularmente [de] las partes
accesibles, más superficiales
de nuestro planeta”. Brian Ma-
son, en su obra “Principles of
Geochemistry”, recalca, igual-
mente, el nexo entre geoquí-
mica y minería al señalar que
“los estudios geoquímicos em-
píricos de la distribución de los
elementos en la superficie de
la Tierra han jugado un papel
significativo en la exploración
mineral”.
La relación de la ingeniería de
minas con la geoquímica se es-
tablece, fundamentalmente, a
través de dos cuerpos de cono-
cimiento dentro de esta última:
la geoquímica de los yacimien-
tos minerales y la geoquímica
ambiental.
Históricamente, el vínculo más
fuerte ha sido el establecido
mediante la geoquímica de ya-
cimientos. Este hecho tiene fá-
cil explicación si se atiende al
objetivo terminal último del titu-
lado en la Escuela Técnica Su-
perior de Ingenieros de Minas y
Energía de Madrid, tal y como
aparecía recogido en el docu-
mento de homologación del
Plan de Estudios de 1996.
“... estar capacitado para la in-
vestigación de los recursos del
medio físico, incluidos los re-
cursos energéticos combusti-
bles, su extracción, su puesta
en valor con su primera trans-
formación y su gestión y rela-
ción con el medio ambiente”.
En todas las etapas del pro-
ceso de investigación mineral a
que alude el objetivo terminal
expuesto, desde el descubri-
miento de anomalías de interés
económico hasta la transforma-
ción de la materia prima en un
producto industrialmente utili-
zable, pasando por la caracteri-
zación química y mineralógica
de un yacimiento, su cubica-
ción, el tratamiento mineralúr-
gico de la mena y la extracción
del elemento de interés, inter-
vienen conceptos o herramien-
tas geoquímicas.
Tan sólo como ejemplo de la
profundidad de este vínculo,
cabe señalar que algunas no-
ciones geoquímicas, como la
de Clarke de concentración, in-
troducida por Vernadsky, son
de aplicación casi exclusiva en
el ámbito minero (se define el
Clarke de concentración de un
elemento en una mena mineral
como el factor de concentra-
ción de dicho elemento sobre
su abundancia media en la cor-
teza terrestre que hace que la
explotación del yacimiento sea
rentable).
La relación entre ingeniería de
minas y geoquímica ambiental
es más joven pero, hoy en día,
de igual profundidad que la es-
tablecida con la geoquímica de
yacimientos, tal y como apa-
rece recogido en la redacción
de los objetivos terminales de
las titulaciones que se impar-
ten en las escuelas de Minas.
Es indudable que la minería, la
industria de transformación de
minerales y la explotación y uti-
lización de los combustibles fó-
siles constituyen algunas de las
actividades que mayor grado
de alteración y de redistribu-
ción de elementos provocan en
la superficie del planeta, y se
encuentran, por tanto, entre las
fuentes de contaminación más
intensas.
Procesos como la movilización
de elementos traza por aguas
ácidas de minas, la concentra-
ción de metales pesados en los
estériles de las plantas minera-
24
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
Vista general de zona minera de
Huelva.
lúrgicas, la dispersión de conta-
minantes aerotransportados
emitidos desde instalaciones
metalúrgicas o centrales térmi-
cas, o la concentración de ele-
mentos traza en las zonas co-
lindantes o subyacentes a
explotaciones mineras y de hi-
drocarburos; así como, a es-
combreras y de antiguas explo-
taciones actualmente no
explotadas, han sido y siguen
siendo objeto de atención pre-
ferente de la geoquímica am-
biental aplicada. Prueba de
este interés son las numerosas
publicaciones dedicadas a los
temas citados, o a otros aspec-
tos mineros de relevancia am-
biental, en revistas especializa-
das de geoquímica.
Obviamente, esta relación se
establece, también, en sentido
inverso: para el ingeniero de
minas resulta esencial, por una
parte, comprender los procesos
geoquímicos que pueden tener
lugar durante el desarrollo de
su actividad, y que lleven apa-
rejadas potenciales alteracio-
nes de las condiciones ambien-
tales. A su vez, es igualmente
importante que conozca y sepa
manejar los instrumentos geo-
químicos que permiten evitar o
aminorar los efectos pernicio-
sos sobre el entorno de las ins-
talaciones mineras o, en el
peor de los casos, que puedan
contribuir a la depuración de
los medios naturales ya conta-
minados.
Tanto en lo concerniente a la
geoquímica de los yacimientos
minerales y de combustibles fó-
siles, como a la geoquímica
ambiental, el vínculo con la in-
geniería de minas es eminente-
mente práctico. En ambos ca-
sos, la geoquímica aporta las
herramientas necesarias para
resolver problemas reales que
se presentan en el ejercicio
profesional. Por ello, sin olvidar
la necesidad de contar con los
fundamentos teóricos que per-
mitan la correcta utilización de
dichas herramientas, parece ló-
gico concluir que la enseñanza
de la geoquímica, en un plan
de estudios de ingeniería de
minas y energía, debe enfo-
carse desde un punto de vista
esencialmente aplicado.
Este vínculo entre la ingeniería
de minas y la geoquímica se
muestra de una forma más evi-
dente en otros países; por
ejemplo, en la EEscuela de Mi-
nas de Colorado, cuya organiza-
ción administrativa y los planes
de estudio presentan particula-
ridades muy interesantes
desde el punto de vista de la
docencia de la geoquímica.
La primera es la denominación
del departamento que imparte
las enseñanzas de carácter quí-
mico: “Departamento de Quí-
mica y Geoquímica”. La inclu-
sión de la geoquímica dentro
del título departamental de-
nota, sin lugar a dudas, la im-
portancia que el mismo con-
cede a esta disciplina dentro
del curriculum de sus alumnos.
En segundo lugar, y como con-
firmación del papel esencial
que se adjudica a la geoquí-
mica en la Escuela de Minas de
Colorado, esta universidad
ofrece las titulaciones de Más-
ter y Doctor en Geoquímica. En
ambos casos, el programa es
interdisciplinar y está adminis-
trado conjuntamente por el De-
partamento de Química y Geo-
química, y por el Departamento
de Geología e Ingeniería Geoló-
gica.
Sin entrar en la relación de
contenidos de cada una de las
asignaturas, del conjunto de to-
das ellas y de las especialida-
des ofrecidas puede entreverse
la filosofía que anima el pro-
grama de geoquímica de la Es-
cuela de Minas de Colorado.
Junto a una especialidad de
orientación teórica o funda-
mental, como es la de minera-
logía-petrología, y a unas asig-
naturas básicas generales que
cubren la geoquímica de rocas
ígneas, metamórficas y sedi-
mentarias (con atención espe-
cial a minerales arcillosos y car-
bonatos) y la geoquímica
isotópica, el resto del programa
parece enfocado a proporcio-
nar las herramientas geoquími-
cas necesarias para resolver
problemas de exploración y ca-
racterización mineral, funda-
mentalmente, pero también de
medioambiente.
Este enfoque práctico, en am-
bos casos, se refleja en la
oferta de asignaturas dedica-
das al análisis instrumental, la
geoquímica de gases en super-
ficie, la teledetección, las técni-
cas estadísticas de tratamiento
y análisis de datos (desde el di-
seño del muestreo hasta la re-
presentación espacial de la in-
formación en forma de mapas),
y la programación matemática
de modelos geoquímicos. La re-
levancia de la geoquímica de
exploración queda suficiente-
25
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
mente clara con el desdobla-
miento de sus contenidos en
dos especialidades, una dedi-
cada a yacimientos minerales y
otra a yacimientos de hidrocar-
buros. En cuanto a la geoquí-
mica ambiental, llama la aten-
ción la oferta de nada menos
que tres asignaturas que abor-
dan temas de biogeoquímica y
microbiología.
La geoquímica que se imparte
en otras Escuelas está clara-
mente centrada en los aspec-
tos de exploración, investiga-
ción y caracterización de
yacimientos, en consonancia
con uno de los objetivos fun-
damentales de la titulación.
Esta similitud de contenidos
responde al interés por dotar a
sus licenciados de las habili-
dades necesarias para descu-
brir, caracterizar y aprovechar
los recursos naturales del pla-
neta.
Los congresos nacionales
e ibéricos de geoquímica
La historia de los Congresos
de Geoquímica de España co-
mienza hace 32 años, con el
impulso inicial del CColegio de
Químicos y en especial de D.
Francisco de Pedro, el hombre
que, cargado de una gran ex-
periencia en geoquímica, iba a
ser el motor necesario para
lanzar el primer Congreso. Se
hacen las gestiones prelimina-
res en Soria y se proponen los
días 3, 4 y 5 de mayo del 85
para el Congreso. Entre tanto,
el 29 de enero de 1985 ya es-
tán los tres Colegios, de Quími-
cos, de Geólogos y de Ingenie-
ros de Minas y la Delegación
Centro de la ANQUE, en la or-
ganización del primer Con-
greso de Geoquímica, que fi-
nalmente será del 22 al 25 de
septiembre de ese año en So-
ria. Su primera novedad es
que los Colegios Profesionales
toman la responsabilidad de
su organización.
El Comité de Dirección queda-
ría integrado por D. José Anto-
nio Vinos Aldana, Decano del
Colegio Oficial de Químicos de
Madrid, y D. Edilberto Fernán-
dez Álvarez, Presidente de la
ANQUE, Delegación Centro
(Presidentes). Vicepresiden-
tes, D. Ramón Irisarri Yela, De-
cano del Colegio de Ingenieros
de Minas del Centro, D. Anto-
lín Aldonza Moreno, Presi-
dente del Colegio Oficial de
Geólogos de España, D. Fran-
cisco de Pedro Herrera y D.
Octavio Pérez Barrachina, De-
cano del Colegio Oficial de
Químicos de Zaragoza.
La cita de los componentes de
aquel comité quiere ser un re-
cuerdo homenaje a nuestras
Instituciones de los Colegios
Profesionales, pues no sólo
apoyaron este Congreso, sino
que se identificaron y se com-
prometieron personalmente.
Después de este primer Con-
greso, se firma un Convenio
entre los tres Colegios Profe-
sionales de Químicos, Ingenie-
ros de Minas y Geólogos y AN-
QUE para organizar, cada dos
años, los Congresos Naciona-
les de Geoquímica de España,
turnándose cada Colegio en la
responsabilidad organizativa,
económica, y apoyado en los
restantes aspectos por los
otros dos.
Así, para el II Congreso Nacio-
nal, en 1987 (del 20 al 25 de
septiembre), será el Colegio de
Geólogos el que lleve el peso
económico, apoyado en todo lo
demás por los firmantes del
Convenio. Eligen como presi-
dente a otro gran geoquímico,
el Profesor D. José Mª Fuster
Casas.
Siguiendo el orden del Conve-
nio, en 1989, del 17 al 22 de
septiembre tiene lugar el III
Congreso Nacional. Son los In-
genieros de Minas los que lle-
van la organización. Como pre-
sidente, D. Emilio Llorente
Gómez, Director General del
IGME, además de Catedrático
de la E.T.S. de Ingenieros de
Minas de Madrid e Ingeniero
Químico.
Una vez acabado el primer ci-
clo, los siguientes congresos
volverían a ser organizados
por los químicos en 1991,
para seguir los geólogos y los
ingenieros de minas, nueva-
mente en el VI Nacional, del
18 al 22 de septiembre de
1995, para el que se eligió
como presidente a D. Juan Ma-
nuel Kindelán Gómez de Boni-
lla, Presidente del Consejo de
Seguridad Nuclear.
En estos Congresos, desde un
principio, ha sido una preocu-
pación primordial, el atender a
26
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
III Congreso Nacional de Geoquímica. E. Chacón, S. Ordóñez, E. Llorente, A. Ilarri,
A. Gutiérrez.
los investigadores jóvenes y po-
nerlos en contacto con los pro-
fesionales. Por ello, se traen
conferenciantes extranjeros, se
desarrollan cursos paralelos,
se montan exposiciones educa-
tivas y de divulgación científica.
En 1997 se celebra el VII Con-
greso, en el tercer ciclo. D. JJosé
López Ruiz, desde su posición
privilegiada de la Sociedad
Geológica del CSIC, contacta
con nuestros colegas portugue-
ses y se consigue que éste sea,
a la vez, el I Congreso Ibérico
de Geoquímica y VII de Geoquí-
mica de España. Se celebra en
Soria y, por turno, le corres-
ponde a las instituciones quími-
cas llevar el peso del mismo.
Acuden una veintena de profe-
sionales portugueses y comien-
zan los Congresos Ibéricos.
Desde entonces, éstos se cele-
brarán con una cadencia de
dos años y los Nacionales si-
multaneamente cuando toque
en España; es decir, cada cua-
tro años.
El II Ibérico tiene lugar en Lis-
boa, del 14 al 17 de junio de
1999, y estuvo presidido por
D. Luis Aires Barros. Le siguen
el III Ibérico y VIII Nacional de
España, en Zaragoza, en
2001; y el IV Ibérico en Coim-
bra (Portugal), del 14 al 18 de
julio de 2003. En estos dos
Congresos se rompe un poco
la continuidad y colaboración
de los Colegios y se teme por
el futuro de los mismos. Pero,
dos años después en 2005, el
V Ibérico y IX Nacional de Es-
paña vuelve a su sede habi-
tual de Soria, del 20 al 23 de
septiembre de 2005. Es el
Consejo de Colegios de Inge-
nieros de Minas el encargado
de su organización y preparan
el homenaje a Francisco de
Pedro. El acto fue resaltado
por la presencia del Secretario
de Estado D. Salvador Ordó-
ñez, reconocido geoquímico
que había estado presente en
la organización de los Congre-
sos desde su inicio.
Desde 2007, se sigue alter-
nando Portugal, con distinta
sede para cada edición (Vila-
Real, Castelo Branco y Lisboa),
y España, que ha mantenido su
sede en Soria.
A lo largo de estos Congresos,
se ha logrado unir a profesio-
nales que, trabajando en cam-
pos comunes, se desconocían
o se ignoraban. A la geoquí-
mica con mayor tradición, la
Geoquímica de los Materiales y
Procesos Geológicos de las cá-
tedras de Petrología y Geoquí-
mica, se la han ido sumando
otros campos como la Geoquí-
mica Ambiental, la Hidrogeo-
química, la Cosmogeoquímica,
la Geoquímica Orgánica, la Ge-
oquímica Isotópica, la Prospec-
ción Geoquímica, los Métodos
Analíticos y Matemáticos apli-
cados a la Geoquímica etc, en
coherencia con el carácter
marcadamente interdisciplinar
de esta Ciencia.
En la Tabla 1 se recogen las po-
nencias que los investigadores
han aportado a lo largo de es-
tos años; más de 1.200 traba-
jos en los diferentes campos de
la Geoquímica.
Así nacieron los Congresos de
Geoquímica de España. Por la
ilusión de todos los que se sin-
tieron geoquímicos; por la fe y
la confianza de unas Juntas
Directivas de los Colegios Pro-
fesionales de Químicos, Geólo-
gos e Ingenieros de Minas, que
con la firma de aquel Convenio
y con su colaboración y trabajo
conjunto, hicieron posible la
realización de estos eventos, y
los potenciaron, dando en-
trada a nuestros colegas por-
tugueses.
En 2017 les toca nuevamente a
los Ingenieros de Minas organi-
zar el XI Ibérico y XII Nacional, y
se ha decidido organizarlo en
Linares (Jaén), teniendo en
cuenta que el Distrito Minero
de Linares ha sido histórica-
mente el mayor productor de
Europa de plomo, con una mi-
nería que se remonta a la
época de los íberos, al mismo
tiempo que Andalucía se ha
convertido en el referente mi-
nero de la Península. Estamos
seguros que la decisión ha sido
acertada y, con la colaboración
de las Instituciones locales y
autonómicas, esta edición tam-
bién será un éxito. El conse-
guirlo será cosa de todos. 27
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
Congreso
Tabla 1. Ponencias que los investigadores han aportado en los diferentes
campos de la Geoquímica
Ponencias
I Congreso
II Congreso
57
68
III Congreso 82
Congreso Ponencias
III Ibérico VIII Nacional
IV Ibérico
61
143
V Ibérico IX Nacional 58
IV Congreso 87
V Congreso 60
VIª Ibérico 143
VII Ibérico X Nacional 107
VI Congreso 58
I Ibérico VII Nacional 90
VIIIº Ibérico 108
IX Ibérico XI Nacional
II Ibérico 113 X Ibérico 110
28
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
Cortar la sangría
Luis de Dompablo Herranz
Doctor Ingeniero de Minas.
La destrucción de empresas en
España desde el comienzo de
la crisis, en 2008, alcanzó el
número de 180.000. De ellas,
lógicamente, la mayor parte ha
estado asociada a la rotura de
la “burbuja del ladrillo”.
100.000 empresas cerraron en
el sector de la construcción y
asociadas al mismo.
El aumento espectacular del
paro, a partir de ahí, tomó el ca-
riz de auténtico drama y desas-
tre nacional. En nuestro país ha
sido especialmente demoledor,
porque la construcción especial-
mente de viviendas, superó to-
dos los récords, apoyada en la
bajada de tipos y, sobre todo,
por la laxitud de las entidades
bancarias a la hora de conceder
los créditos y el deficiente con-
trol y guía del organismo regula-
dor, el Banco de España.
La recuperación de esta activi-
dad perdida va a ser muy lenta
y dudosamente conveniente.
Hemos oído hasta la saciedad
que solo conseguiremos relle-
nar parcialmente ese vacío
cambiando de modelo econó-
mico. Solución lenta y que lleva
inherente la complejidad del
emprendimiento y la dificultad
de encontrar nuevas ideas y
nuevos caminos.
Sin embargo, en lo que quiero
ahora fijarme es en el sector in-
dustrial. En los últimos siete
años, el número de empresas
industriales cerradas ha sido
de 25.000, y se está produ-
ciendo una sangría.
La industria tiene un peso del
13% del PIB español. Comparado
con otros países de nuestro en-
torno se queda muy bajo, como
se ve en el cuadro siguiente:
Caso aparte lo constituye
China, donde la industria su-
pera el 43% del PIB.
El sector Servicios en España,
por otro lado, ocupa el 75% del
PIB, lo que nos hace ser un
país de servicios y proporciona
una economía y empleo muy
beneficiosa y de futuro, incluso
con la salida de nuestras em-
presas al exterior, tanto en
banca, como distribución, in-
fraestructuras, energías, etc.
Volviendo a la baja presencia
del sector industrial, hay que
hacer notar que nuestro tejido
productivo va desintegrán-
dose paulatinamente. La in-
dustria, en los años 80 era el
25% del PIB.
La intensidad inversora de la
industria española es, en la
mayor parte de sus sectores,
entre el 35 y el 70% inferior en
2014 que en 2000.
Muchos son los factores de la
pérdida de competitividad, que
obliga a la paralización de la
actividad e incluso a la destruc-
ción de empresas industriales,
tales como los elevados precios
de la energía y la relativa me-
nor tecnología de nuestros pro-
País Industria/PIB
Alemania 30%
Francia 20%
Italia 25%
España 13%
29
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
ductos industriales, donde la
competencia es mayor.
Los factores para crear pro-
ductos en la actividad indus-
trial son tres: materia prima
(incluyendo energía), mano de
obra y capital. Las actividades
industriales se clasifican en
tres grupos:
• Industrias pesadas (siderur-
gia, metalurgia, química y pe-
troquímica).
• Bienes de equipo.
• Industrias ligeras o de bienes
de consumo (los productos
son directamente usados por
el consumidor final).
En las dos primeras, y en orden
decreciente, juegan un papel
importante las materias primas
y el capital, así como la cualifi-
cación de la mano de obra.
Sin embargo, en las industrias
ligeras, el peso de la mano de
obra en el costo final es alto. El
nivel tecnológico requerido es
menor y la competencia es ma-
yor. En este grupo es donde se
encuadran las 25.000 empre-
sas industriales cerradas en los
últimos años. Es en este punto
de menor tecnología de nues-
tros productos donde quiero
detenerme.
Si bien interesa que la compo-
nente de tecnología vaya conti-
nuamente aumentando en los
bienes industriales producidos
por España, no creo que deba-
mos ir “gratuitamente” dejando
de manufacturar, por un “des-
cuido” arancelario europeo de los
últimos diez años, productos que
lleven mayor peso en su costo de
la componente de mano de obra.
Estos productos han venido fa-
bricándose en mayor proporción
en los países donde el ratio PIB
por habitante es más bajo:
del costo de mano de obra en
el precio del producto, pero
parece que Alemania no tiene
prisa en suavizar el problema
y desconozco si el resto de
países están reclamando solu-
ciones.
Aunque las exportaciones de
España a China son sorpren-
dentemente bajas, sin em-
bargo, nuestro país se com-
porta bastante bien en cuanto
a exportaciones totales, al in-
cluir todos los países (ver cua-
dro siguiente):
China es el principal país im-
portador en España, después
de Alemania y Francia. Desde
su adhesión, en 2001, a la Or-
ganización Mundial del Comer-
cio, su actividad industrial y co-
mercial ha tenido una
progresión imparable, hasta
convertirse, hoy, en la segunda
economía del mundo.
El pueblo chino tiene incul-
cado hasta su esencia la cul-
tura del trabajo y el esfuerzo
para lograr todos sus objeti-
vos. Están influidos por la filo-
sofía de Confucio, que consi-
dera que “el oriental vive para
trabajar”. Durante años, el
País PIB PIB/hab
Alemania 3.040 36,9
Francia 2.186 33,8
Italia 1642 27,1
España 1.080 23,3
País Importaciones Exportaciones
de China a China
Alemania 69.000 72.000
Francia 28.750 18.10
Italia 28.250 13.200
España 22.000 4.800
Llamo descuido arancelario eu-
ropeo a la competencia, en mi
opinión, desleal, pero consen-
tida, de China en sus exporta-
ciones a la Comunidad Euro-
pea, que se han centrado en
este tercer grupo de actividad
industrial. En el cuadro supe-
rior vemos cómo han sido las
cifras de la balanza en 2015 en
los países de nuestro entorno y
en millones de euros.
De la contemplación de este
cuadro se deduce claramente
que el desequilibrio de España
con China no debería conti-
nuar así. Francia e Italia, aun-
que en menor medida, no pue-
den estar muy satisfechos. Sin
embargo, se puede explicar la
pasividad de la UE por la si-
tuación cómoda de Alemania
en su balanza particular con
China.
Creemos que en todos los paí-
ses de la Comunidad Europea
se están produciendo cierres
de empresas pertenecientes
al tercer grupo de las activida-
des industriales, antes defini-
das como sensibles al impacto
País Exportaciones/PIB
Alemania 39,5%
Francia 21%
Italia 31%
España 23,7%
30
ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
tados en la Unión Europea,
pero son solo casos especiales
en los que el Gobierno Chino
da subvenciones a ciertas in-
dustrias o fabricantes.
Sin embargo, se está produ-
ciendo, en mi opinión, un
pseudo-dumping basado en la
descomunal diferencia del
costo de mano de obra, y que
afecta directamente a empre-
sas que fabrican productos en
España en los que el peso del
factor mano de obra sea alto.
Calculemos en qué peso de
mano de obra se igualarían los
precios. Si, para simplificar,
asumimos que los otros dos
factores de la producción (ma-
teria prima y coste de capital)
sean semejantes en China y en
España, si el costo del producto
español es 100 y la mano de
obra en peso la llamamos M, el
costo en España del producto
chino sería ((100 - M) + 0,25M)
x 1,08 x 1,05.
Resolviendo esta ecuación por
M, tenemos el cuadro de la
parte inferior de esta página.
Como vemos, no se puede
competir por precio en produc-
tos en los que el peso de la
mano de obra en el producto
español supere el 60%, ya que
el precio final al consumidor
puede ser el doble que el pro-
ducto chino. En los otros tres
países europeos que tomamos
de referencia, el asunto es to-
davía peor.
Evidentemente, la respuesta fá-
cil a este problema es que po-
demos competir dando más ca-
lidad, pero esto cada día está
siendo más difícil.
Por ello, proponemos una pro-
tección a nuestras empresas
desde el punto de vista arance-
lario que, en los ejemplos que
hemos estudiado, podría estar
en un 25% adicional en el im-
puesto de importación de los
productos chinos para productos
en los que el peso de la mano
de obra del producto español
supere el 60% aproximada-
mente. Consideramos que el im-
pacto en el IPC sería inferior al
impacto del cierre de empresas.
Esto no es proteccionismo arance-
lario propiamente dicho. No se
trata de huir de las teorías de
Adam Smith y su defensa del libre
comercio. Entre otras cosas, en
los años 60, España se benefició
de la implantación de empresas
extranjeras en nuestro país, pero
en situaciones de crisis econó-
mica, ciertos niveles de protección
a los propios productos evita una
caída fulminante de los precios,
con el consiguiente descalabro de
algún sector de la economía.
Sin ir más lejos, en este mo-
mento, la Unión Europea está
protegiendo con aranceles a
nuestra industria del acero.
La protección, en general, puede
ser un freno a la competitividad
del sector manufacturero, pero
la falta de protección ante los
casos expuestos significa la
muerte paulatina de un sector
olvidado y dejado de la mano de
las autoridades comunitarias.
Es un caso de fuerza mayor y la
atención de las autoridades po-
dría ayudar a disminuir la des-
trucción de empresas y a cortar
la sangría.
“Karoshi” o muerte por exceso
de trabajo alcanzó cifras ver-
daderamente alarmantes para
cualquier país.
La jornada laboral, en los pasa-
dos años, ha sido muy extensa.
Ahora, la Ley del Trabajo de la
República China ha adoptado
el concepto del fin de semana
para descanso y limita la jor-
nada a 44 horas semanales.
Sin embargo, el número de ho-
ras reales trabajadas aumenta
en las empresas privadas, a di-
ferencia de las públicas.
Pero es en los salarios donde
se produce una gran diferencia
con respecto a los países de la
Unión. Según la Organización
Mundial del Trabajo, en 2012,
en China, los salarios del sector
privado se situaban en torno a
200 euros mensuales y el sala-
rio mínimo interprofesional se
fijó para el 2015 en 168
€/mes. Es decir, cuatro veces
menos que el salario mínimo
interprofesional español.
El arancel medio a los produc-
tos chinos está en el 5%. Y el
costo medio del transporte y ta-
sas aeroportuarias es el 8% de
media.
Con estas coordenadas, la im-
portación china en España está
atravesando una época dorada.
Hay determinados casos, aun-
que es excepción, en los que se
aplican impuestos Anti-dum-
ping a productos chinos impor-
M (%) Costo producto español (€) Costo producto chino (€)
16 100 100
25 100 92
40 100 79
60 100 62
75 100 50
Revista industria y mineria. nº 401. diciembre 2016
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Revista industria y mineria. nº 401. diciembre 2016

  • 1. Agua • Medio Ambiente • Minería • Energía • Metalurgia • Geología Nº 401 • Diciembre 2016 Industria MineríaConsejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas y
  • 2.
  • 3. 3 SumarioINDUSTRIAYMINERÍA REVISTA DEL CONSEJO SUPERIOR DE COLEGIOS DE INGENIEROS DE MINAS DE ESPAÑA Director Honorífico del Comité Editorial: Emilio Llorente Gómez Comité Editorial: Ángel Cámara Rascón José Fco. González Fernández Adolfo Rodríguez González Director Técnico: José Gómez Mateo jgomez@ingenierosdeminas.org Redacción y Administración: C/ Ríos Rosas, 19 28003 Madrid Tel.: 91 441 46 11 Fax: 91 442 61 09 E-Mail: minas@iies.es Publicidad: Tel.: 609 628 819 industriaymineria@ingenierosdeminas.org Realización: C/ Pedro García Mochales, 26 Aranjuez-Cortijo de San Isidro (Madrid) Tel/fax: (+34) 918 916 784 Normas de publicación: http://ingenierosdeminas.org/pages/ im_normas.htm Precio/ejemplar en papel: España: 16 € Extranjero: 38 € Precio/ejemplar en PDF: 8 € Depósito Legal: 10.840-1958 ISSN: 1137-8042 Las opiniones y conceptos en esta Revista son de responsabilidad exclusiva de sus autores, sin que Industria y Minería los comparta necesariamente Piromorfita (Pb5 (PO4)3 Cl) fosfato de plomo. El Horcajo, Ciudad Real Castilla-La Mancha (España) Tamaño pieza: 110 x 95 x 58 mm Cortesía: Museo Histórico ETSIME Industria y Minería Sumario Nº 401 • Diciembre de 2016 Editorial Adolfo Rodríguez González 04 Entrevista José Moya Esponda 08 Artículo La geoquímica y los congresos nacionales e ibéricos de geoquímica Juan Llamas Borrajo, Antonio Gutiérrez Maroto, Ángel Cámara Rascón 22 Nuestros organismos Consejo Superior de Colegios y Asociación Nacional de Ingenieros de Minas34 Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Noroeste38 Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Nordeste41 Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Sur44 Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Centro48 Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid54 Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo60 Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Vigo64 Artículo Cortar la sangría Luis de Dompablo 06 Artículo La medallística en la minería española: un paseo por la historia de la minería Carlos Diez Viejobueno 06
  • 4. 4 EditorialINDUSTRIAYMINERÍA iguiendo la normativa existente sobre Colegios Profesionales, en la que se establecía que las profesiones que tuvieran Colegios territoriales deberían tener además un Consejo General (o Superior), se constituyó por Decreto de 9 de diciembre de 1955 el Consejo Superior de Cole- gios de Ingenieros de Minas y sus Colegios, siendo aprobados sus primeros estatutos en 1957 por una Orden del Ministerio de Industria. Estos primeros estatutos se modificaron posteriormente por el Consejo Superior para adaptar- los a la Ley de Colegios Profesionales de 1974 y a la Ley de Medidas Liberalizadoras de 1997, presentándose en marzo del año 2000 en el Ministerio de Industria y Energía, para su aproba- ción, los nuevos Estatutos generales de los Colegios de Ingenieros de Minas y de su Consejo Superior. Al asumir el Ministerio de Economía, en diciembre de 2000, las competencias que en esta ma- teria tenía el Ministerio de Industria y Energía, los nuevos estatutos no fueron aprobados hasta el año 2003, lo cual se realizó mediante el Real Decreto 1278/2003 de 10 de octubre (BOE nº 255 de 24 de octubre). Dichos estatutos, actualmente vigentes, establecen que “El Consejo Superior, que a todos los efectos tiene la condición de corporación de derecho público, con personalidad jurídica propia y plena capacidad de obrar para el cumplimiento de sus fines, agrupa institucionalmente, en los ámbitos estatal e internacional, a todos los Colegios oficiales de Ingenieros de Minas” y, en cuanto a su constitución, recoge que el Consejo Superior tendrá su domicilio en Madrid y es- tará constituido por un Decano-Presidente, un Vicepresidente, un Secretario, un Tesorero y dos vocales por cada Colegio, siendo uno de ellos el Decano del Colegio. En relación con los Colegios, los estatutos recogen que “Los Colegios de Ingenieros de Minas son corporaciones de derecho público, con personalidad jurídica propia y plena capacidad de obrar para el cumplimiento de sus fines y gozarán, en consecuencia, de todos los beneficios establecidos para esta clase de corporaciones”, definiendo la siguiente territorialidad de los seis Colegios: Centro (Castilla y León, Extremadura y Madrid), con capitalidad en Madrid; Nor- oeste (Asturias y Galicia), con capitalidad en Oviedo; Norte (Cantabria, País Vasco, Navarra y La Rioja), con capitalidad en Bilbao; Nordeste (Aragón, Baleares y Cataluña), con capitalidad en Barcelona; Levante (Castilla-La Mancha, Murcia y Comunidad Valenciana), con capitalidad en Murcia, y Sur (Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla), con capitalidad en Sevilla, pudiéndose cambiar la capitalidad de cada uno por acuerdo de la Junta General del Colegio respectivo. Las actividades del Consejo Superior son tanto de orden interno, en relación con los distintos Colegios territoriales, como las que corporativamente desarrolla con instituciones nacionales e internacionales. En relación con los asuntos internos, el Consejo garantiza la coordinación de los seis Colegios, vela por la igualdad de derechos y obligaciones básicas para todos, y corrige y garantiza un trato equitativo a los ingenieros de minas en todo el territorio nacional, indepen- dientemente del Colegio al que pertenezcan. Según sus estatutos, el Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas se relacionará con la Administración General del Estado a través del Ministerio de Economía o del que legal- mente corresponda en cada momento y tenga atribuidas las funciones y competencias en ma- S El Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas y la Asociación Nacional de Ingenieros de Minas Adolfo Rodríguez González Decano-Presidente del Consejo Superior de Colegios de Ingenie- ros de Minas y de la Asociación Nacional de Ingenieros de Minas
  • 5. teria de minería. En este sentido entre las funciones del Consejo se encuentran las de informar preceptivamente todo proyecto estatal de modificación de la legislación sobre colegios profesio- nales e informar los proyectos de disposiciones estatales que afecten a las condiciones genera- les de la función profesional de los ingenieros de minas, así como asumir la representación de los ingenieros de minas españoles ante las entidades similares en otras naciones e informar sobre titulaciones extranjeras para autorizar el ejercicio de la profesión en España. Los Colegios territoriales se relacionan con las Administraciones autonómicas a través de las consejerías competentes en materia de minería, sin perjuicio de que pueda intervenir el Con- sejo si el caso lo requiere. Respecto a estas relaciones, hay que destacar las Jornadas que anualmente organiza el Consejo Superior con los Directores Generales de Minas de todas las autonomías y que, con gran éxito de asistencia, se vienen celebrando en distintas capitales desde hace 12 años. Esta continuidad se debe, en gran parte, al interés que tiene para los responsables de la minería de cada autonomía conocer la problemática del sector en otras regiones, las soluciones que, en su caso, aplican y las actuaciones que cada una de ellas realiza para su desarrollo. Por otra parte, los Decanos de los distintos Colegios transmiten a los representantes de la Administración las ac- tuaciones y problemas, puedan tener los ingenieros de minas en el ejercicio de su profesión. En cuanto a las relaciones con otros Colegios o Consejos Generales de ingenieros, el Consejo Superior está integrado en la UUnión Profesional de Colegios de Ingenieros (UPCI), entidad cre- ada en 2012 como interlocutora de la Administración General del Estado para la defensa de los intereses profesionales de los ingenieros, y en la Asociación de Ingenieros Profesionales de España (AIPE), creada en 2012 para la certificación por competencias de los ingenieros. En el ámbito de relaciones internacionales el Consejo Superior tiene un representante perma- nente en el PERC (Pan-European Reserves & Resources Commitee), para gestionar el recono- cimiento del Consejo como organización que pueda efectuar la acreditación de ingenieros de minas capacitados para suscribir informes sobre recursos y reservas de yacimientos minerales que sean considerados solventes por las instituciones financieras. El PERC, a su vez, está inte- grado en CRIRSCO, una organización con los mismos fines y de ámbito mundial. Como antecedente de los Colegios de Ingenieros, creados todos ellos como entidades de derecho público entre los años 1949 y 1963, están las Asociaciones de Ingenieros, que se constituyeron como entidades de derecho privado entre los años 1887 y 1921. En el año 1905, las cinco Aso- ciaciones que entonces existían, entre ellas la Asociación Nacional de Ingenieros de Minas, consti- tuyeron el Instituto de Ingenieros Civiles de España, hoy Instituto de la Ingeniería de España. La creación de los Colegios de Ingenieros no fue obstáculo para que las Asociaciones conti- nuaran existiendo, teniendo en cuenta la necesidad que tenían las corporaciones profesiona- les españolas de relacionarse y, en su caso, integrarse en instituciones supranacionales constituidas por entidades de derecho privado, como es el caso de la Federación Europea de Asociaciones de Ingenieros (FEANI). La Asociación Nacional de Ingenieros de Minas (ANIM) compagina su actividad con la del Con- sejo Superior de Colegios, estando definidas en los estatutos de la Asociación unas demarca- ciones geográficas para participar en su Junta Directiva que coinciden con el territorio de cada Colegio, manteniendo los mismos cargos en la Presidencia, Vicepresidencia, Secretaría y Teso- rería que los del Consejo Superior y celebrando mensualmente reuniones conjuntas del Con- sejo y de la Junta Directiva de la Asociación. Los fines de ANIM son organizar congresos, simposios, mesas redondas, cursos, conferencias y en general actos relacionados con la profesión de ingeniero de minas, promoviendo su per- feccionamiento. Dentro de ANIM se han creado dos grupos especializados con sus propios re- glamentos. El más antiguo es el Grupo Especializado del Agua; el otro es el Grupo Especializado de Recursos y Reservas Minerales, con tres años de antigüedad. Entre los fines de ANIM hay que destacar la organización de los Congresos Internacionales de Minería. Su XIV edición se celebrará en Sevilla en abril de 2018. 5 EditorialINDUSTRIAYMINERÍA
  • 6.
  • 7. XII CONGRESO NACIONAL DE GEOQUÍMICA XI CONGRESO IBÉRICO DE GEOQUÍMICA Investigar los recursos cuidando el ambiente 26 a 28 de septiembre de 2017 Linares (Jaén) Más información: http://congresodegeoquimica.org La inscripción ‘online’ está disponible en la página web del congreso. Las cuotas de inscripción para participar en el XII Congreso Nacional y XI Congreso Ibérico de Geoquímica antes del 15/07/17 son las siguientes: Normal, 200 €; Miembros de las instituciones organizadoras, 150 €; estudiantes debidamente acreditados, 100 €. Después de esta fecha, serán de 200, 250 y 125 €, respectivamente. La inscripción incluye la participación en el Congreso, las comidas del 26 al 28 y la documentación correspondiente. El distrito minero de Linares ha sido históricamente el mayor productor de Europa de plomo con una minería que se remonta a la época de los Íberos. Para el XII Congreso Nacional y XI Congreso Ibérico de Geoquímica se espera una importante participación de especialistas con el objetivo de fomentar el intercambio científico y técnico en las áreas que les son propias. Pago Banco Popular Español Agencia Urbana de José Abascal, 18 28003 Madrid Cuenta bancaria Titular: CONGRESO GEOQUIMICA - C. SUP. ING. MINAS CCC: 0075 0111 93 0601256814 IBAN: ES12 0075 0111 9306 0125 6814 BIC: POPUESMM
  • 8. 8 EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA José Moya Esponda Por José Gómez Mateo. Director Técnico de Industria y Minería
  • 9. 9 EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA Con 82 años recién cumplidos, José Moya Esponda considera que ya ha llegado el momento de decir adiós a su actividad profesional y colegial, y poder dedicar más tiempo a la familia y a sus aficiones (en especial, a la música, pues, no en vano, consiguió el título de profesor de piano a los 16 años). En reconocimiento a sus 32 años de dedicación en el Con- sejo Superior de Colegios de In- genieros de Minas, sus compañeros en el mismo deci- dieron un almuerzo-homenaje, celebrado en Madrid el 24 de enero de 2017, en el que le hi- cieron entrega de una placa conmemorativa, teniendo siem- pre en cuenta que, como dijo el propio homenajeado, “no se trata de un adiós definitivo, sino de un hasta luego”, pues siem- pre podrán contar con él para lo que consideren necesario. El motivo de esta entrevista es recoger las reflexiones que un ingeniero con una actividad profesional tan dilatada y exi- tosa puede aportar a todo aquél que se interese por la In- geniería de Minas. ¿Cómo surge tu interés por la Ingeniería de Minas? Mi vocación por la Ingeniería de Minas se despertó con el estu- dio de la carrera y se consolidó con el ejercicio de la profesión. Cuando yo acabé el Bachille- rato en Las Palmas, con dieci- séis años, había terminado la carrera de Piano en el Conser- vatorio de Música y Declama- ción de Santa Cruz de Tenerife y mi deseo era dedicarme a la música. Con buen criterio, que he agradecido siempre, mis pa- dres me lo desaconsejaron. Yo tenía un buen expediente aca- démico y ello me proporcionó una beca del Cabildo Insular de Gran Canaria para estudiar In- geniería en Madrid. Yo desco- nocía totalmente la minería, no tenía familiares en la actividad y el ambiente canario ignoraba la minería. Al llegar a Madrid me matriculé en una Academia para estudios de ingreso en Es- cuelas de Ingeniería, y aconse- jado por amigos, me presenté a los exámenes de ingreso en las Escuelas de Minas, de Caminos y de Aparejadores. Quiso la suerte que ingresara en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Ma- drid. El posterior estudio en la Escuela, acompañado de las prácticas, despertó mi vocación por la minería, y esa vocación se consolidó totalmente con el ejercicio de la profesión que ini- cié en la gran empresa enton- ces denominada Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, y en cuya División de Minería del Carbón trabajé durante los pri- meros siete años de ejercicio profesional. ¿Crees que la carrera de Inge- niero de Minas ofrece actual- mente los suficientes alicientes cómo para que los jóvenes se decidan a cursarla? Tal vez la pregunta no es si la ca- rrera ofrece alicientes; más bien habría que preguntar si la socie- dad en su conjunto percibe esos alicientes. Es indudable que el Ingeniero de Minas ha tenido, y sigue teniendo, un gran reconoci- miento técnico y profesional en el mundo empresarial, pero la sociedad, en su conjunto, se mueve por estándares distintos y discrimina en función de la pre- sencia en medios de comunica- ción, representatividad en medios sociales y temas simila- res. En este sentido, la sociedad ubica a la Ingeniería de Minas exclusivamente en la explotación minera e incluso en la parte más negativa que ella conlleva. ¿Qué alicientes se podrían ofrecer para que nuestra ca- rrera fuese más atractiva paras los estudiantes? José Moya Esponda (Las Palmas de Gran Canaria, 1934), es Doctor Inge- niero de Minas por la E. T. S. de Ingenieros de Minas de Madrid y PADE por el IESE (Instituto de Estudios Superiores de la Empresa) de Barcelona. Trabajó en la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, S. A. (1959/67), HU- NOSA (1967/1974), Unión Explosivos Río Tinto, S. A. (1974/1989) y Pota- sas del Llobregat, S. L. (1989/1991), donde fue Consejero Delegado. Desde el año 1991 se dedica al ejercicio libre de la profesión, habiendo prestado sus servicios como asesor en importantes proyectos mineros. Ha sido Presidente del Consejo de Administración de la Empresa de Inves- tigación Minera Lluís Marià Vidal S. A., de la Generalidad de Cataluña, y miembro del Consejo de Administración de Río Tinto Minera, S. A, Compa- ñía Auxiliar de Voladuras (CAVOSA), Promotora de Minas de Carbón (PMC), Magnesitas de Rubián, S. A, Minera Santa Marta S. A, Comercial de Pota- sas (COPOSA) y Tráfico de mercancías (TRAMER). También ha sido Presidente del Instituto de Ingenieros de Cataluña (INEC) (1993/1997) y de la Confederación Española de Empresarios de la Minería y la Metalurgia (CONFEDEM) (1998/2013), así como Vicepresidente de AI- TEMIN (1998/2013). En la actualidad es Presidente de Honor de CONFEDEM y Socio de Honor de AITEMIN. Desde 1988 hasta 2016 desempeñó el cargo de Decano-Presidente del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Nordeste de España.
  • 10. 10 EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA Hay que tratar de consolidar la idea del Ingeniero de Minas como gestor de los recursos naturales de forma global y no solo en la extracción minera. En este sentido, la energía y el medio ambiente pueden ser las herramientas para cambiar esa percepción negativa, incremen- tada en la actualidad por cier- tos agentes sociales que, argumentando un legítimo prin- cipio de precaución, se oponen a infraestructuras e impactos de cualquier tipo pero, eso sí, exigiendo los servicios deriva- dos de su existencia. En resumen, podemos hacer la titulación más atractiva trans- mitiendo a los estudiantes preuniversitarios que represen- tamos a la única ingeniería capaz de poner en valor todos los recursos, tanto energéticos como no energéticos, siendo al mismo tiempo muy respetuo- sos con el ambiente. Estudios en la Escuela de Madrid ¿Qué recuerdos guardas de tus años de estudiante en la Academia para preparar el In- greso y posteriormente en la Escuela de Madrid? Con una edad comprendida entre 17 y 25 años, rodeado de compañeros que compartíamos los objetivos, viviendo en una acogedora ciudad como Madrid, que era un sueño para los cana- rios, con una novia encantadora que luego fue y es mi esposa, todas mis vivencias fueron fan- tásticas. Incluso los exámenes para ingreso en las Escuelas, que comportaban una tremenda responsabilidad, incluido el riesgo de perder la beca, cosa que no ocurrió, me han dejado un recuerdo positivo. ¿Cómo era el ambiente en la Escuela en aquellos años? De gran respeto a los profesores y de gran camaradería entre los estudiantes. En mi promoción éramos alrededor de sesenta alumnos. Como detalles, a todos los profesores se les tra- taba siempre de usted; en las diversas aulas nos sentábamos por estricto orden alfabético de los primeros apellidos; el silen- cio, el comportamiento y el orden en las clases eran absolu- tos. Generalmente, cada asigna- tura era seguida a través de li- bros de texto, aunque algunas pocas se seguían por medio de apuntes facilitados por el profe- sor; por supuesto, no existían los ordenadores. Los viajes de estudio eran también magnífi- cos: a Asturias, a Andalucía, a Panticosa, a diversos lugares, vi- sitando minas, metalurgias, campamentos geológicos; in- cluso los recorridos de menor escala, como cuando íbamos a medianoche en Madrid a la De- hesa de la Villa para escrutar el firmamento y localizar determi- nadas estrellas azuzados por el querido profesor de Topografía D. Pedro Arsuaga. ¿Hay algún profesor o algún alumno al que recuerdes de forma particular? Recuerdo con especial afecto a D. José Ignacio Cabrera y a D. Antonio Canseco, y especial- mente, a D. Pedro Arsuaga en su doble faceta de profesor de Topografía y de Director de la Escuela. Respecto a los compañeros que coincidimos en la Escuela, re- cuerdo especialmente a Gui- llermo Arrieta Fernández (Willy), José Manuel Fernández Felgue- roso (Mamel), Antonio Lucena Bonny (Tatá), Francisco Martín Diego (Paquito) y José Luis Mira Pérez (Jose). Desgraciadamente, todos ellos ya han fallecido. A los que aún viven los tengo presen- tes a todos con gran afecto. ¿Hay alguna anécdota que te gustaría contar? Una de la Escuela de Ingenie- ros de Minas de Madrid: Cuando se reaviva el Grupo de Teatro de la Escuela, sus com- ponentes visitan al Director, D. Pedro Arsuaga, para presen- tarle el programa de actuacio- Almuerzo homenaje a D. José Moya Esponda. Representamos a la única ingeniería capaz de poner en valor todos los recur- sos, tanto energéticos como no energéticos, siendo al mismo tiempo muy respetuo- sos con el ambiente” “
  • 11. nes. El alma mater es AAntonio Lucena (Tatá). La primera re- presentación prevista es la de “La putain respectueuse”, de Jean-Paul Sartre. D. Pedro Ar- suaga monta en cólera, califica de lo peor a los visitantes, ex- pulsa de su despacho al Grupo completo y suspende sine die las actividades teatrales. Otra de mi primer trabajo profe- sional: La empresa Duro Fel- guera mantenía el sueldo íntegro a los ingenieros que se ausentaban unos meses para cumplir los servicios propios de las Milicias Universitarias. Los ingenieros comíamos a medio- día en una magnífica residencia de la empresa y, a menudo, la mesa la presidía el Consejero Delegado D. Secundino Felgue- roso, ilustre Ingeniero de Minas. Un compañero de mi promoción ingresó conmigo a trabajar en la Duro Felguera. Al cabo de poco tiempo, se marchó a cumplir las Milicias Universitarias, cobró re- ligiosamente el sueldo durante todo el tiempo de ausencia, y al regresar, manifestó que dejaba la empresa por una mejor oferta en otra empresa minera. D. Se- cundino Felgueroso, al inicio de la comida, rojo de ira, dió un so- noro palmetazo sobre la mesa comunitaria y exclamó con voz potente: “Estoy hasta los c... (¿eran cataplines?) de los Inge- nieros de Minas”. ¿Crees que se salía mejor o peor preparado que ahora? ¿Por qué? Aunque siempre hay una tenden- cia a considerar que cualquier tiempo pasado fue mejor, la rea- lidad es que la formación evolu- ciona con el tiempo y se adapta a las exigencias tecnológicas y socioeconómicas del momento, suavizando en lo posible la rigi- dez de los planes de estudio. ¿Cuáles son los cambios más importantes que aprecias en la enseñanza de la Ingeniería de Minas desde entonces? Creo que hay un antes y un des- pués tras la última modificación de los planes de estudio. Mi per- cepción es que se ha propuesto ir a un ingeniero generalista, ba- sado en el modelo de la Escuela de Minas de París. La formación enciclopedista de materias tec- nológicas ha sufrido un cambio importante muy positivo. Es tam- bién muy importante mantener el alto nivel de formación en las materias básicas que son las que hacen realidad el lema de “enseñar a aprender”. ¿Cómo crees que se podría mejorar? Parecería que la Escuela debe dar una imagen global de lo que representa la realidad indus- trial, con una amplia formación en asignaturas básicas. En cuanto a la docencia tecnoló- gica, parece que debería ser el ejercicio profesional quien deter- mine el nivel necesario de cono- cimiento. En este aspecto, las Cátedras-Empresa pueden des- empeñar un papel importante. Y todo ello aderezado con un pro- fundo conocimiento de las he- rramientas más actuales, como pueden ser la simulación numé- rica o el software aplicable a cada tecnología específica. ¿Crees que el proceso de Bo- lonia ha afectado a la consi- deración de la sociedad española respecto a la inge- niería, en general, y a la de minas en particular? 11 EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA Lo que opino del Plan Bolonia es que ha resultado un experi- mento fallido, que ha sem- brado el caos ante la sociedad. En primer lugar, ha permitido la existencia de multitud de deno- minaciones distintas para una misma titulación o, por el contra- rio, el mismo nombre para dis- tintas titulaciones, de las cuales unas son habilitantes y otras no. En segundo lugar, ha creado una confusión total entre las ti- tulaciones de Ingeniero e Inge- niero Técnico. El hecho de que todas las escuelas de ingenie- ría se hayan convertido en es- cuelas de grado hace pensar a mucha gente que titulados de primer ciclo de Madrid, Oviedo o Vigo son equivalentes a los anteriores Ingenieros de Minas de esos centros. Esto se agrava por la permisividad de algunas administraciones públicas, que consienten que los grados opo- siten a plazas históricamente reservadas a cuerpos superio- res, como consecuencia del in- cremento de un año de sus estudios respecto a los anti- guos Ingenieros Técnicos. Como colofón de esta situación absurda, muchas escuelas de la antigua ingeniería técnica se han lanzado a ofertar el Master habilitante de Ingeniero de Minas. Escuelas que, por su tra- yectoria, alcanzaron un gran prestigio por la formación de sus egresados se encuentran en en- tredicho por su falta de capaci- dad para llevar a buen término esta aventura. Se da la paradoja de universidades que ofertan o pueden ofertar el Master Inge- Lo que opino del Plan Bolonia es que ha resultado un experimento fallido, que ha sembrado el caos ante la sociedad” “
  • 12. niero de Minas sin tener ni un solo Ingeniero de Minas entre su profesorado permanente. Como aspecto positivo, las com- petencias transversales como trabajo en equipo, liderazgo, co- nocimiento de idiomas, etc., se desarrollan mucho más, dando un valor añadido de cara a la búsqueda de empleo. ¿Cómo crees que se podría mejorar esta percepción? En esta situación no veo una so- lución fácil. Los grados como titu- laciones con atribuciones profesionales deben tener una mayor especialización en aque- llas materias que les son propias. Esta mayor rigidez al hacer las ti- tulaciones más especializadas va en detrimento de la formación en asignaturas básicas, que son las que determinan el perfil genera- lista. Se supone que esto se de- bería corregir en los estudios de master, pero la diversidad de títu- los de acceso al master, junto a la estructura marcada por la Orden que regula el procedimiento, obli- gan fundamentalmente a una mayor profundización en materias tecnológicas. Desarrollo de la Carrera ¿Qué perspectivas de salidas profesionales existían cuando 12 EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA cuando, después de trabajar los tres primeros años como Inge- niero Auxiliar de explotación mi- nera del carbón en el Pozo María Luisa, se me ascendió, con 28 años de edad, a dirigir el Grupo Minero Siero, que contaba con los Pozos Mosquitera nº 1, Mos- quitera nº 2, Aramil y Toral , con una plantilla del orden de 500 personas. Los pozos Mosquitera tenían la peculiaridad de un car- bón con muy alto contenido en materias volátiles, por lo que la ocurrencia de los peligrosos fue- gos en las labores subterráneas de la mina era frecuente. Mi siguiente reto importante se me planteó ya trabajando en Hulleras del Norte, S. A. (HU- NOSA), donde se me nombró Director de la Zona del Aller, en el valle de ese precioso río, que comprendía los Pozos San An- tonio, San Jorge, Santiago, Van- guardia, Cobertoria y la mina de montaña Marianas, con una plantilla del orden de 700 per- sonas. El pozo San Antonio era el único en Asturias que estaba clasificado por la Autoridad Mi- nera en 4ª categoría, la de mayor peligrosidad contem- plada en la legislación minera, debido a la presencia de des- prendimientos instantáneos de grisú con proyección violenta de la masa de carbón. Trabajando posteriormente en la empresa Unión Explosivos Rio Tinto, S. A. como Director de la División de Potasas, afronté retos importantes. El primero, la recuperación de la mina de Cardona, que estaba parada y en peligroso estado de conservación tras un grave accidente ocurrido en el pozo de extracción pocos meses antes de mi incorporación a la empresa. Más tarde, pero tam- bién recién incorporado a la empresa, una huelga salvaje terminaste la carrera de Inge- niero de Minas? Era el año 1959 y había abun- dancia y diversidad de ofertas de trabajo. La minería y la side- rurgia estaban en pleno auge y absorbían muchos ingenieros en España, pero había, además, ofertas muy diversas en refine- rías, centrales eléctricas, indus- trias básicas, geología, aguas y un largo etcétera. Había tam- bién ofertas para trabajos en el extranjero, sobre todo en pros- pecciones petrolíferas, pero la gran mayoría de egresados tra- bajábamos en España. ¿Qué fue lo que te motivó para elegir tu primer trabajo? Al acabar la carrera tenía deci- dido que quería trabajar en mi- nería, y aproveché una de las ofertas que hacía la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, que poseía una potente División de Minería del Carbón y que era muy alabada en el entorno es- tudiantil. Visto desde hoy, creo que fue una buena decisión. ¿Cuáles fueron los retos más importantes a los que te en- frentaste en tu actividad pro- fesional? Mi primer reto importante se me planteó en Duro Felguera Adolfo Rodríguez entregando la placa conmemorativa.
  • 13. de siete días de duración, con encierro y retención de mandos en el interior de la mina de PPo- tasas del Llobregat, provocada por un sindicato anarquista en- tonces mayoritario en esa ex- plotación, que terminó sin daños y con despidos de perso- nal. Finalmente, la irrupción de agua en los trabajos subterrá- neos de la mina de Cardona, con grave riesgo de pérdida total de la mina por inundación, ya que el agua disolvía el mine- ral y, por consiguiente, agran- daba continuamente la sección del conducto por donde se in- troducía el agua, en este caso la caña de un antiquísimo son- deo de investigación. ¿Cuáles consideras que han sido los principales logros en tu carrera profesional? Creo que han sido los siguien- tes: La mecanización del arran- que de mineral con minadores ALPINE AM100, pionera en Es- paña, en la mina de Potasas del Llobregat. El cierre ordenado de la mina de Cardona, por agota- miento económico del mineral después de casi ochenta años de explotación continuada, que afectó a 500 personas, con acuerdos pactados con los sindi- catos en el seno del Comité de Empresa y sin el menor desor- den laboral. La Presidencia, du- rante dieciséis años, de la Confederación Nacional de Em- presarios de la Minería y Meta- lurgia (CONFEDEM). La Presidencia, durante cuatro años, del Instituto de Ingenieros de Cataluña (INEC), notable para un canario en Cataluña. Y el des- empeño como Decano-Presi- dente, durante veintiocho años, del Colegio de Ingenieros de Minas del Nordeste de España. ¿Crees que has dejado alguna “asignatura pendiente” que te hubiese gustado dejar resuelta antes de retirarte del ejercicio activo de la profesión? Evidentemente, me habría gus- tado pacificar el mundo, pero creo que esa no era mi asigna- tura pendiente. ¿Qué futuro ves a la carrera de Ingeniero de Minas? Los Ingenieros de Minas siem- pre van a tener una presencia importante en el mercado labo- ral, y no solo en aquellas tareas en las que la ley les confiere ex- clusividad como profesión regu- lada (minería y uso de explosivos). La tendencia actual es la de ac- ceder a los puestos de trabajo por competencias adquiridas en la formación (incluso la legisla- ción está cambiando y sustitu- yendo el nombre de titulaciones reguladas por el genérico de técnico competente). En este sentido, los Ingenieros de Minas pueden competir en régi- men de igualdad con otras titu- laciones en materias de energía, materiales, medio am- biente y muchas otras. En cualquier caso, queda pen- diente una amplia labor de transmisión de este hecho a la sociedad en general y al mundo laboral en particular. 13 EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA ¿Cómo ves las perspectivas laborales para los jóvenes in- genieros que comienzan ac- tualmente a desarrollar su actividad profesional? En esta época, en la que España está empezando a salir de una profunda crisis económica no abundan las ofertas de trabajo, y las que hay ofrecen retribucio- nes reducidas. Por el momento, hay numerosas ofertas para tra- bajos en el extranjero, y muchos egresados las están aceptando. Cabe esperar que, a medida que la crisis se vaya dejando atrás, irán mejorando las posibilidades de empleo en España. Por su- puesto, no se trata de trabajar exclusivamente en las ramas de actividad en las que tenemos competencias profesionales ex- clusivas, la minería y el uso de explosivos, sino de hacerlo tam- bién en las numerosísimas acti- vidades en las que tenemos competencias profesionales, compartidas con otras muchas titulaciones académicas. En base a tu experiencia pro- fesional ¿qué consejo darías a quienes se están iniciando como Ingenieros de Minas?? Con una formación emocional, trazar un plan de ruta previo: ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿A qué me gustaría dedicarme profesionalmente? Tener un ob- Los Ingenieros de Minas pueden competir en régimen de igualdad con otras titulaciones en materias de energía, materiales, medio ambiente y muchas otras “
  • 14. jetivo y no olvidarlo, si no puedo ir ahora iré más ade- lante. Además, mejorar la for- mación en economía y finanzas, y dominio del inglés. Gran parte de tu actividad pro- fesional se desarrolló en la mi- nería del carbón cuando era una actividad en auge, mien- tras que ahora apenas si se produce carbón nacional, ¿qué perspectivas contemplas ac- tualmente para esta industria? ¿Y para la minería en general? Creo que, lamentablemente, el carbón tiene muy pocas pers- pectivas de futuro en Europa, donde los temas medioambien- tales alcanzan una elevada consideración social. Sin em- bargo, en el Lejano Oriente, el carbón tiene un futuro garanti- zado a medio plazo. Una incóg- nita importante es el caso de los Estados Unidos, con impor- tantes reservas de carbón, donde la nueva administración TTrump no ha definido todavía su política medioambiental. Respecto a la minería, en gene- ral, las estadísticas muestran que más del 75% de la indus- tria europea depende del sumi- nistro de materias primas minerales. Creo que, a nivel mundial, la minería tiene un fu- turo garantizado. Otra cosa es que en algunos países, entre ellos España, la presión de un ecologismo mal entendido haga que la minería tropiece con grandes obstáculos para su desarrollo. Pero la necesi- dad de las materias primas mi- nerales es permanente, y si un país no las produce, no tendrá más alternativa que importar- las, favoreciendo así el desarro- llo de la minería, de la economía, del empleo y de la tecnología en terceros países en lugar de en el propio. Instituciones colegiales ¿Crees que los ingenieros, y en particular los de minas, estamos organizados adecua- damente para la defensa de nuestros intereses profesio- nales? La decisión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de su- primir, a partir del año 2010, la obligación de visar la inmensa mayoría de los proyectos a pre- sentar ante la Administración ha supuesto una radical pérdida de ingresos para todos los Colegios Técnicos, es decir los de Ingenie- ros, Arquitectos y sus relaciona- dos. Esa penuria económica ha afectado durísimamente a las di- versas organizaciones colegiales de ingenieros y arquitectos, y desde luego, a la de los Ingenie- ros de Minas, y ha supuesto la necesidad de despedir personal contratado, cerrar locales y, sobre todo, reducir las activida- des. Es evidente que la organiza- ción colegial que existía y funcionaba adecuadamente antes del año 2010 ya no es vá- 14 EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA lida en la actualidad con las nue- vas circunstancias económicas. En consecuencia, vivimos ahora en una situación de provisionali- dad, en la tesitura de consumir los patrimonios históricos para hacer frente a los gastos impres- cindibles. La antigua organiza- ción no sirve, pero la nueva no acaba de concretarse. Es el mo- mento de soluciones imaginati- vas que permitan continuar adelante. Este es seguramente el mayor reto que tienen plante- ado ahora mismo todos los Cole- gios de profesiones técnicas, incluido el de los Ingenieros de Minas. Por otra parte, mientras varias ingenierías de nuestro entorno han sabido hacer lobby y crear auténticos feudos en algunas instituciones o empresas, ha- ciéndolas inalcanzables para otras ingenierías, los Ingenieros de Minas no hemos sabido de- fender los intereses corporativos y hemos sido paulatinamente desplazados de puestos de tra- bajo que históricamente han sido de los Ingenieros de Minas. ¿Qué se ha conseguido y qué queda por hacer desde nuestras instituciones colegiales? Con un denodado esfuerzo se ha conseguido ampliar considera- blemente el campo profesional, luchando por el derecho al ejerci- cio de las competencias compar- tidas con otras titulaciones. Un buen ejemplo de ello es que la Felipe Lobo, Adolfo Rodríguez, José Moya, Juan J. Fernández , José F. González y Carlos Macías. La necesidad de las materias primas minerales es permanente, y si un país no las produce, no tendrá más alternativa que importarlas “
  • 15. Escuela de Ingenieros de Minas ha pasado a llamarse EEscuela de Ingenieros de Minas y Energía. No obstante, queda aquí mucho por hacer. Queda pendiente una amplia labor de transmisión a la sociedad en general y al mundo laboral en particular de que los Ingenieros de Minas pueden competir en régimen de igualdad con otras titulaciones en mate- rias de energía, materiales, medio ambiente y muchas otras. Se ha realizado una intensa labor de formación postgrado con una amplísima gama de cursos sobre las más diversas materias de interés para los In- genieros de Minas. Se ha potenciado la informa- ción a los colegiados mediante la creación de páginas web y de comisiones de empleo. Se facilitan a los colegiados servicios de asesoramiento jurí- dico, fiscal, sobre todo tipo de seguros, etc. Por el contrario, no se ha con- seguido transmitir a la totalidad de los Ingenieros de Minas la utilidad y las ventajas de la co- legiación. Entre tanto, se está en vías de conseguir la integración del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas en la acreditación para la certifica- ción de la capacidad profesio- nal de los Ingenieros de Minas a nivel internacional. Finalmente, está presente la amenaza de la anunciada nueva Ley de Servicios y Cole- gios Profesionales, requerida a España por la Unión Europea, cuyo anterior borrador, de mo- mento paralizado, suponía gra- ves quebrantos para los Colegios Profesionales. ¿Cuáles crees que son los principales objetivos a conse- guir en el futuro por parte de las instituciones colegiales? Mantener y mejorar la forma- ción, la información y los servi- cios que los Colegios de Ingenieros de Minas facilitan a los colegiados, para lo cual es condición previa indispensable asegurar la estabilidad finan- ciera de los Colegios. Conseguir hacer atractiva la co- legiación para los recién titula- dos y tratar de rescatar a todos aquellos que la abandonaron o que nunca se han colegiado. Transmitir a la Sociedad que los Ingenieros de Minas esta- mos preparados para ejercer y competir en muchos campos de actividad, sin necesidad de acudir a las atribuciones por ley sino en base a las competen- cias adquiridas en una forma- ción comparable a la de cualquiera otra ingeniería. Promover el trabajo de los Inge- nieros de Minas en áreas que han sido insuficientemente aten- didas, tales como aguas, geotec- nia, geotermia, pirotecnia y otras. Promover el trabajo de los Inge- nieros de Minas en las Adminis- traciones Central, Autonómica, Municipal y Universitaria, espe- cialmente en las áreas de ener- gía y medioambiente. 15 EntrevistaINDUSTRIAYMINERÍA Tener en los Colegios una aten- ción especial para los Ingenie- ros de Minas que trabajan en el extranjero. Promover intensas campañas para la mejora de la imagen de la minería. Mensaje final ¿Qué aconsejarías a las futu- ras generaciones de Ingenie- ros de Minas? Primero: Saber estar en la vida como persona honesta, te- niendo confianza en uno mismo y conservando los valo- res personales. Segundo: Relaciones humanas: Escuchar, aprender, ayudar, so- lidarizarse. Tercero: Colegiarse. El Colegio, por encima de los servicios que proporciona, es el defensor a ultranza de los Ingenieros de Minas frente a cualquier situa- ción adversa que pudiera pre- sentarse. Cuarto: Inscribirse en la organi- zación internacional que otor- gue la certificación adecuada para ejercer la profesión de In- geniero de Minas en cualquier país. Quinto: Estar dispuesto a traba- jar en el extranjero. José Gómez Mateo y José Moya Esponda.
  • 16. 16 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA La geoquímica y los congresos nacionales e ibéricos de geoquímica Llamas Borrajo, J. Gutiérrez Maroto, A. Cámara Rascón, A. Ingenieros de Minas. ¿Qué es la geoquímica? Desde que el químico suizo Schönbein acuñó el término “Geoquímica” en 1838 hasta nuestros días, son muchas las definiciones de esta disciplina científica que se han pro- puesto. Algunas destacan por su concisión y claridad y, al mismo tiempo, amplitud, como la sugerida por Mason en 1966 en su libro “Principles of Geo- chemistry”: “...[la] Geoquímica puede ser definida como la ciencia que se ocupa de la quí- mica de la Tierra como un todo y de las partes que la compo- nen”. En la misma línea de bre- vedad y extensión conceptual, Brownlow propone, en su libro “Geochemistry” (1996), que “[la] Geoquímica trata de la abundancia y distribución de los elementos”. Una vez establecida la definición académica de geoquímica, en este artículo se pasa revista a su evolu- ción histórica y a su relación con la Ingeniería de minas, finalizando con una reseña sobre los diferentes congresos, nacionales e ibéricos, celebrados sobre esta materia. Once established the academic definition of geochemistry, this article reviews its historical evolution and its relationship with mining engineering, ending with a review of the different national and Iberian congresses held on this subject. Otros autores han optado por definiciones más extensas y que delimitan con precisión el ámbito que, a su juicio, debe ocupar la joven ciencia. Así, Clarke, en su tratado “The Data of Geochemistry”, de 1924, ofrece la siguiente explicación acerca del objeto de la Geoquí- mica: “Cada roca puede ser considerada, a los presentes efectos, como un sistema quí- mico en el cual, mediante va- rios agentes, pueden tener lu- gar cambios químicos. Cada uno de estos cambios implica una alteración del equilibrio, con la formación última de un nuevo sistema que, bajo las nuevas condiciones, es, a su vez, estable. El estudio de estos cambios es el ámbito de la Geoquímica. Determinar qué cambios son posibles, cómo y cuándo ocurren, observar los fenómenos que los acompa- ñan, y registrar los resultados finales son las misiones del geoquímico. [...] Desde un punto de vista geológico, la cor- teza sólida de la Tierra es el principal objeto de estudio; y las reacciones que en ella tie- nen lugar pueden ser conve- nientemente clasificadas en tres categorías –primero, reac- ciones entre los constituyentes esenciales de la propia Tierra; segundo, reacciones debidas a su envoltura acuosa; y tercero, reacciones producidas por in- tervención de la atmósfera”. Variando en complejidad y ex- tensión, la práctica totalidad de los libros de Geoquímica publicados incluyen una inter- pretación personal del autor acerca de la esencia de esta disciplina. Palabras clave: Geoquímica, Ingeniería de Minas, Química, Geología, investigación minera Keywords: Geochemistry, Mining Engineering, Chemistry, Geology, mining research
  • 17. 17 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA eran los componentes de la ma- teria universal: aire, fuego, agua y tierra. A estos cuatro “elemen- tos”, Aristóteles añadió un quinto: el éter. Durante muchos siglos, este esquema supuso la mejor, si no la única, clasifica- ción macroscópica de la mate- ria en el universo. Por su parte, el estudio de los minerales, sobre todo aquellos de interés económico, sí experi- mentó una importante evolu- ción desde que Teofrasto (371- 286 a.C.), discípulo de Aristóteles, llevara a cabo una primera clasificación de las es- pecies minerales conocidas en su tiempo. A los trabajos de ob- servación y estudio de minera- les de Plinio el Viejo, en la Roma del siglo I de nuestra era, siguió un vacío de investigación en Eu- ropa Occidental, suplido por la producción científica de Oriente. Las obras de alquimia en árabe, aparecidas en el siglo IX, suponen un anticipo de la química, por cuanto en ellas se plantean, por primera vez, ta- reas de investigación de los metales con métodos pura- mente químicos. La cuna de la Probablemente, la discusión más profunda y detallada acerca del ámbito y relevancia de la Geoquímica moderna se encuentre en la Parte I, Capí- tulo I de “Geochemistry” (1954), obra póstuma del geo- químico noruego Victor Moritz Goldschmidt. En ella se recoge la siguiente definición: “La Geoquímica moderna estudia la distribución y cantidad de los elementos químicos en mi- nerales, menas, rocas, suelos, aguas y la atmósfera, y la cir- culación de los elementos en la naturaleza, sobre la base de las propiedades de sus áto- mos e iones. La ciencia no se limita estrictamente al estudio de los elementos químicos como unidades últimas en la clasificación de la materia, sino que cubre, también, la abundancia y distribución de los diversos isótopos o espe- cies atómicas de los elemen- tos, incluyendo los problemas de la frecuencia y estabilidad nucleares en el universo”. A partir del conjunto de defini- ciones presentadas, es posible precisar y acotar la naturaleza de esta disciplina científica, que persigue estudiar la abun- dancia y distribución de las dis- tintas especies atómicas y mo- léculas en el universo en su conjunto, en nuestro Sistema Solar, en particular, y, funda- mentalmente, en la Tierra, de forma global, pero también en cada una de sus partes. De manera especial, la geoquímica se preocupa de la abundancia y comportamiento de los ele- mentos en la parte accesible de nuestro planeta, y de su dis- tribución entre las distintas “es- feras” que la constituyen: litos- fera (entendida como el conjunto de rocas, suelos y se- dimentos), hidrosfera, atmós- fera y biosfera. Una de las características fun- damentales de la geoquímica es su carácter pluridisciplinar. La única manera de alcanzar los objetivos que esta ciencia se propone, de acuerdo con las definiciones antes comenta- das, es mediante el manejo de conceptos desarrollados dentro de los ámbitos de la química, la geología, la biología, la física y la matemática. Finalmente, una cualidad de la geoquímica de gran importan- cia desde el punto de vista edu- cativo, es su función de nexo entre los conceptos químicos abstractos y el mundo real, tal como expone John D. Hostettler en su artículo de 1985, “Geo- chemistry for Chemists” (Jour- nal of Chemical Education 62, 823-831). En efecto, la geoquí- mica permite fijar y comprender una buena parte de los concep- tos teóricos de la química y la geología, mediante su aplica- ción práctica en la discusión o estudio de ejemplos de la natu- raleza y la vida cotidiana. Historia de la geoquímica Como se ha mencionado pre- viamente, el término “geoquí- mica” fue acuñado en 1838 por el químico suizo Christian Frederick Schönbein (1799- 1848), y el desarrollo de esta ciencia tiene lugar, fundamen- talmente, durante el último cuarto del siglo XIX y todo el si- glo XX. Sin embargo, puede considerarse que la geoquí- mica existe desde el momento en que el hombre comienza a estudiar la composición de la materia observable y a buscar sus constituyentes esenciales. Así, la inquietud por caracterizar la realidad observable llevó a Empédocles de Agrigento (483- 424 a.C.) a proponer que cuatro Ilustración de "De Re Metallica".
  • 18. 18 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA naba la capacidad de combus- tión. Uno de los últimos alqui- mistas, el físico suizo del siglo XVI Theophrastus Bombast von Hohenheim, más conocido por Paracelso, añadió la sal como el elemento que confería a los cuerpos su resistencia al calor. En el mismo siglo XVI, los traba- jos de Geogius Agrícola (1490- 1555), médico y mineralogista del centro minero de Sajonia (y cuyo verdadero nombre era Georg Bauer), crearon la base para la comprensión exhaus- tiva de la mineralogía. De entre las numerosas obras de Agrí- cola, que representan una re- copilación de los conocimien- tos existentes en sus años sobre los yacimientos minera- les, destacan “De Natura fossi- lium” (1546) y “De Re Meta- llica” (1556). La clasificación que hace de los minerales tiene ya un carácter científico, y, entre otros aspectos, exa- mina e investiga las técnicas de prospección minera, las me- nas, los yacimientos y sus po- tencias, y otros temas genera- les de geología. Un siglo más tarde, Robert Boyle establece el criterio mo- derno por el que se define un elemento: una sustancia básica que puede combinarse con otros elementos para formar compuestos, y que no puede descomponerse en otras sus- tancias más simples. A finales del siglo siguiente, la concep- ción moderna de elemento quí- mico queda fijada por Lavoisier en su obra “Traité elementaire de Chimie”, en la que se recoge la existencia de 31 elementos (Ag, Al, As, Au, B, Ba, Bi, C, Ca, Cl, Co, Cu, F, Fe, H, Hg, Mg, Mn, Mo, N, Ni, O, P, S, Sb, Si, Sn, Pb, Pt, W y Zn). Algunos de ellos, como Ag, Au, C, Cu, Hg, Fe, Pb, S y Sn, eran conocidos, y bene- ficiados, desde tiempos mucho más antiguos. La primera década del siglo XIX es testigo del descubrimiento de un grupo numeroso de ele- mentos químicos (Ce, Ir, K, Na, Nb, Os, Pd, Rh y Ta), gracias a los avances teóricos aportados por Lavoisier y Dalton (que re- toma la concepción atómica de la materia, por primera vez ex- presada en el siglo V a.C. por Leucipo de Mileto y su discípulo, Demócrito de Abdera). Por el contrario, en los siguientes cin- cuenta años, el ritmo de descu- brimientos desciende muy nota- blemente y se incorpora casi el mismo número de elementos nuevos que en los primeros diez años del siglo (Br, Cd, Er, I, La, Li, Ru, Se, Tb, Th y V). Sin embargo, la década de 1860 supone un hito funda- mental en la historia de la geo- química, con el nacimiento de la espectroscopía y con la pu- blicación de los “Principios de Química” de Mendeléev. El fí- sico alemán Gustav Robert Kirchhof (1824-1887) y su cola- borador, el químico también alemán Wilhelm Bunsen (1811- 1899), en el curso de sus in- vestigaciones acerca de los es- pectros producidos por vapores calentados en llama, comprue- ban que las líneas brillantes que aparecían contra el fondo oscuro de los espectros eran función de los elementos pre- sentes en el vapor. De esta ma- nera, Kirchhof y Bunsen descu- bren dos elementos nuevos, el Cs y el Rb, a los que siguieron el In y el Tl, y abren las puertas de la investigación espectroscó- pica en geoquímica. En 1869, Dimitri Mendeléev (1834-1907) publica su obra “Principios de Química”. El des- cubrimiento de la ley periódica alquimia fue Alejandría, de donde se extendió a Siria, lu- gar que acogió a los árabes, que, tiempo después, la intro- dujeron en España. En los siglos X y XI, la búsqueda de minerales y su tratamiento para obtener metales y aleacio- nes fueron el aliciente que animó el trabajo del filósofo Avicena (985-1037), en cuyo tratado sobre minerales se cla- sificaban los mismos en cuatro grupos: piedras y tierras, com- puestos combustibles y sulfuro- sos, sales, y metales. En esta misma línea de inquietud cien- tífica se enmarca el libro “Com- pilación de datos sobre el estu- dio de los minerales preciosos”, de Al-Biruni (973- 1048), en el que se recogían todos los datos conocidos de la mineralogía de la época. En su intento por explicar las distintas propiedades de las sustancias, los alquimistas atri- buyeron dichas propiedades a diferentes elementos. Así, iden- tificaron el Hg como el ele- mento que confería propieda- des metálicas a las sustancias y el S como el que proporcio- Ilustración de "De Re Metallica".
  • 19. 19 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA proyectarse hacia los hipotéti- cos logros que pudieran conse- guirse con esta nueva ciencia. El desarrollo experimental de la geoquímica a lo largo de la se- gunda mitad del siglo XIX se concentra en la producción de datos analíticos acerca de la composición de los minerales, rocas, menas, aguas naturales y gases de la corteza terrestre. Este esfuerzo investigador se desempeña, mayoritariamente, en los laboratorios europeos (entre los que destaca la contri- bución de los químicos inorgá- nicos suecos, como Jöns Jacob Berzelius y sus discípulos), hasta que se organiza el U.S. Geological Survey y, en 1884, y se nombra a F. W. Clarke (1847-1931) químico jefe de sus laboratorios. Clarke no sólo es responsable de la ingente cantidad de análi- sis realizados sobre las mues- tras recogidas, en todo el mundo, por los geólogos de campo del U.S. Geological Sur- vey, sino que mostró una gran inquietud por revelar el signifi- cado geoquímico fundamental contenido en tan enorme masa de información. En 1889 pu- blica un artículo clásico, “The relative abundance of the che- mical elements”, en el que se de los elementos aporta el im- pulso definitivo a la geoquímica, al permitir modelizar las propie- dades de los elementos quími- cos como constituyentes bási- cos de la materia. Además, la regularidad sugerida por el sis- tema periódico predice la exis- tencia y aporta las claves nece- sarias para el descubrimiento de los elementos Ga, Sc y Ge. Los últimos treinta años del si- glo XIX son testigo del descubri- miento de los lantánidos Dy, Gd, Ho, Nd, Pr, Sm, Tm e Yb, y de los gases nobles Ar, He, Kr, Ne y Xe. El descubrimiento de la radiactividad por Bequerel en 1896 dio paso al hallazgo del Po y el Ra por el matrimonio Curie, en 1898, y del Ac por De- bierne, en 1899. El siglo XIX, en el que práctica- mente se completa el descubri- miento de todos los elementos de la Tabla Períodica, es tam- bién el siglo en que se colocan los cimientos de la geoquímica como ciencia individualizada. Es cierto que atisbos de la misma se perciben ya, a media- dos del siglo anterior, en los trabajos de M. V. Lomonósov (1711-1765), titulados “Sobre la constitución de las capas te- rrestres” y “El origen de los me- tales”. En ellos aparece un con- cepto característico y fundamental en la geoquímica, como es el de la movilidad de los elementos (de los metales, en este caso). Pero es en 1838 cuando Schoenbein escribe: “Hace ya varios años que expresé públi- camente mi convicción de que debemos poseer la geoquímica antes de hablar de verdadera ciencia geológica, que debe dedicar su atención a la natu- raleza química de las masas constituyentes de la esfera te- rrestre y a su procedencia, por lo menos, en cuanto respecta a la antigüedad relativa de es- tas formaciones y los restos de vegetales y animales antedilu- vianos en ellas sepultados. Puede afirmarse con toda se- guridad que los geólogos no seguirán eternamente la direc- ción de que ahora son partida- rios. Para poder ampliar su ciencia, en cuanto los restos petrificados no les sirvan en grado suficiente, ellos habrán de buscar nuevos medios auxi- liares e introducirán indudable- mente en la geología las inves- tigaciones químico- mineralúrgicas. Creo que esto ocurrirá en tiempos no muy le- janos”. Esta corriente de pensamiento científico comienza a tomar cuerpo con las obras “Lehr- buch der physikalischen und chemischen geologie”, de Gus- tav Bischof (1792-1870), “All- gemeine und chemische geolo- gie”, de Justus Roth (1818-1892) y “Chemische Mi- neralogie”, de Reinhard Brauns (1867-1937). Todos estos tra- tados son publicados a finales del siglo XIX y ponen el énfasis en relatar el alcance y los pro- blemas de la geoquímica (la “geología química” o la “mine- ralogía química”), así como en Tabla periódica de los elementos.
  • 20. lleva a cabo un intento de esti- mar la composición media de la corteza terrestre y las abun- dancias relativas de los distin- tos elementos. Ya en esta época, CClarke se interesa por el posible origen de los elementos y por los procesos geoquímicos que pudieran explicar las abun- dancias relativas observadas. El legado más importante de Clarke es su monumental tra- tado “The Data of Geoche- mistry”, publicado por primera vez en 1908, como Boletín 330 del U.S. Geological Survey, y por última vez, en su quinta edición, en 1924. Esta última edición marca, probablemente, el punto más brillante y, al mismo tiempo, el punto final de la filosofía geoquímica de fina- les del siglo pasado y comien- zos del presente. La geoquí- mica, como ciencia compiladora y, en menor me- dida, interpretativa, de los aná- lisis químicos clásicos de muestras mineralógicas o pe- trológicas, había alcanzado su madurez. Uno de los avances que mayor influencia tendrían en este sen- tido fue el descubrimiento, por Max von Laue, en 1912, de la difracción de los rayos X por las estructuras minerales de los sólidos cristalinos. La aplica- ción de la técnica de difracción de rayos X a la determinación de estructuras atómicas de cuerpos sólidos permitió solu- cionar problemas que hasta en- tonces se habían resistido al escrutinio investigador, como el de las propiedades geoquími- cas de los silicatos, y revitalizó de forma asombrosa una de las ramas de la geoquímica: la cris- taloquímica. De igual forma, la geoquímica se nutriría, para su avance y asentamiento teórico, de las nociones desarrolladas, du- rante la segunda mitad del si- glo XIX y principios del XX, en el campo de la química física. Los trabajos de J. W. Gibbs (1839- 1903), J. H. van’t Hoff (1852- 1911), W. Nernst (1864-1941) y G. N. Lewis (1875-1946), en- tre otros, en el desarrollo de los conceptos de potencial quí- mico, afinidad y entalpía libre (energía libre de Gibbs), permi- tió el estudio del equilibrio de los sistemas heterogéneos que caracterizan la formación y es- tabilidad de rocas y minerales, y la diferenciación geoquímica de los elementos a partir del material original del planeta. Una aportación fundamental provino del Geophysical Labo- ratory de la Carnegie Institu- tion, creado en 1904 en Was- hington. Los estudios químico-físicos cuantitativos re- alizados en este centro acerca de sistemas de silicatos a ele- vadas temperaturas, en rela- ción con la formación de mine- rales en rocas magmáticas, proporcionó la base del conoci- miento moderno de los silica- tos. En una línea afín, destacan los trabajos del geoquímico noruego J. H. L. Vogt (1858- 1932) sobre propiedades quí- mico-físicas de escorias silica- tadas y sistemas silicato-sulfuro en escorias y menas naturales, así como en rocas magmáticas en general. El nuevo impulso científico de las dos primeras décadas de este siglo se canalizaría, ya no sólo desde Estados Unidos, a partir del U.S. Geological Sur- vey y del Geophysical Labora- tory de la Carnegie Institution, sino también a través de dos escuelas geoquímicas euro- peas de capital importancia: la escuela escandinava y la es- cuela rusa. La escuela escandinava de geoquímica puede conside- rarse que arranca, como se ha comentado previamente, desde las investigaciones de Berzelius (1779-1848) y sus discípulos en Suecia, en el siglo XIX. Entre las innumerables contribucio- nes científicas que realizó Ber- zelius, tienen especial relevan- cia, desde el punto de vista de la geoquímica, la caracteriza- ción del grupo de minerales que denominó silicatos y sus estudios acerca de los ácidos húmicos del suelo. Sin embargo, es en Noruega, desde principios de este siglo, donde la geoquímica en sen- tido estricto adquiere un desarrollo espectacular. Tras los trabajos pioneros de J. H. L. Vogt y W. C. Brøgger, es la fi- gura de Goldschmidt la que aglutina un esfuerzo científico que sienta las bases de la geo- química moderna. Victor Moritz Goldschmidt (1888-1947) se doctoró en la Universidad de Oslo en 1911. En su tesis doctoral, “Die Kon- taktmetamorphose im Kristia- niagebiet”, aplicó la regla de las fases, desarrollada hacía poco por Gibbs y difundida en Europa por H. W. Bakhuis Roo- zeboom (1854-1907), a los cambios mineralógicos induci- 20 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
  • 21. dos por el metamorfismo de contacto en pizarras, margas y calizas, y demostró que estos cambios podían ser interpreta- dos en función de los principios de equilibrio químico. Tras el descubrimiento de la di- fracción de los rayos X por las matrices cristalinas, GGoldsch- midt caracterizó la relación en- tre las estructuras cristalinas y los tamaños de átomos e io- nes. Esto condujo a postular que los elementos presentes en un magma serían “clasifica- dos” por las matrices de los mi- nerales en proceso de cristali- zación en función de su tamaño (caracterizado por su radio atómico o iónico), lo que se tradujo en las “reglas crista- loquímicas de Goldschmidt” de distribución de elementos traza en función de su carga y radio iónicos. Profundizando en esta línea de investigación cristalo- química, Goldschmidt y sus co- laboradores determinan, entre 1922 y 1926, los radios iónicos de un elevado número de ele- mentos, tomando como estado estándar para esta determina- ción el de los iones en una ma- triz del tipo de la del cloruro de sodio. Los resultados de estas investigaciones quedaron reco- gidos en una serie de artículos titulada “Geochemische Vertei- lungsgesetze der Elemente”. En 1929, Goldschmidt aban- dona Oslo y se instala en Göt- tingen, donde dirige sus investi- gaciones al estudio de los elementos individuales, a partir de los principios descubiertos en años anteriores y haciendo uso de los métodos espectro- gráficos que se estaban desa- rrollando en aquella época. De forma particular, Goldschmidt y sus colaboradores desarrolla- ron y aplicaron la técnica de emisión por arco entre electro- dos de carbono al estudio de elementos traza en muestras minerales. Durante 1933 y 1934, Goldschmidt aumenta su campo de interés científico para incorporar el problema de la circulación de elementos ma- yoritarios durante el ciclo sedi- mentario. Los resultados de es- tos esfuerzos aparecen resumidos en la séptima confe- rencia Hugo Müller, de la Che- mical Society of London (1937): “The principles of distribution of chemical elements in mine- rals and rocks”. Al genio científico y enorme in- tuición de Goldschmidt le debe la geoquímica aportaciones tan sensacionales como la compi- lación de la primera tabla rigu- rosa de abundancias cósmicas de elementos e isótopos (a par- tir de la composición de los me- teoritos y de la materia solar y estelar); la correcta estimación de la composición media global de la corteza terrestre a partir de tan sólo 78 muestras de ar- cillas glaciares del sur de Noruega; y la caracterización de los elementos en función de su afinidad geoquímica (litófi- los, calcófilos, siderófilos y at- mófilos). Goldschmidt ha recibido el justo reconocimiento como pa- dre de la moderna geoquímica por parte de numerosos cientí- ficos que se apoyaron en su enorme legado, tales como Ar- thur H. Brownlow o Brian Ma- son, a quien se debe la biogra- fía titulada “Victor Moritz Goldschmidt: Father of Modern Geochemistry”, publicada en 1992 por la Geochemical So- ciety. Junto a la escuela noruega, es la escuela rusa de geoquímica la que cimienta la independen- cia y el desarrollo moderno de esta ciencia. Los grandes im- pulsores de esta escuela fue- ron V. I. Vernadsky (1863- 1945) y sus discípulos A. E. Fersman (1883-1945) y A. P. Vi- nogradov. El primero publicó en Francia, en 1924, su libro “La Géochimie”, seguido, en 1929, de otro titulado “La Biosphére”. El estudio geoquímico de la biosfera continuó siendo el tema predilecto de Vernadsky, mientras que Fersman compa- ginó este interés con la inquie- tud por caracterizar la relación entre la distribución de los ele- mentos y su estructura ató- mica, y por el estudio químico- físico de minerales y rocas. Otros notables científicos ru- sos, V. Jlopin y V. Dokucháev, sugirieron que el suelo es una entidad histórica y natural. Pre- cisamente, al hilo de esta co- rriente científica, Vernadsky crearía una nueva disciplina, la biogeoquímica, nacida, como es obvio, al amparo de la geo- química. Sirva de muestra el párrafo que en el libro “Las tie- rras negras rusas”, publicado en 1883, puede leerse: “Es ne- cesario tener presente, de ma- nera constante, a la Naturaleza tomada en su unidad e integri- dad; respetar y estudiar sus elementos principales”. Desde su creación, la escuela rusa hizo un énfasis especial en 21 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA Ejemplo de eutrofización.
  • 22. la aplicación de la geoquímica a la resolución de problemas prácticos, muy en especial, en la exploración mineral. La escuela rusa ha marcado o, al menos, anticipado la mayoría de las grandes líneas de investi- gación geoquímica actuales, como la biogeoquímica, la pros- pección geoquímica o la geoquí- mica de suelos. El desarrollo de la geoquímica en la última mitad de este siglo está íntimamente ligado, de nuevo, a los avances de la fí- sica, la geología, y la química. Los progresos en el campo de la física atómica han aportado el fundamento teórico para los datos experimentales de la cos- moquímica, han desvelado el conjunto de mecanismos de nucleosíntesis de los elemen- tos en el universo y han contri- buido al desarrollo de potentes técnicas analíticas, como la ac- tivación neutrónica o la data- ción isotópica mediante espec- trometría de masas. Dentro del ámbito geológico, el desarrollo de la teoría de la tec- tónica de placas, la profundiza- ción en el conocimiento de los procesos que tienen lugar a lo largo de dorsales oceánicas y en zonas de “rift”, y el refina- miento de los equipos de labo- ratorio, que permiten, hoy en día, simular las condiciones de presión y temperatura de todas las zonas de la Tierra, han su- puesto un avance enorme en la comprensión de la composición de las partes profundas del pla- neta y de la distribución y com- portamiento de los elementos químicos en las mismas. En cuanto a las ciencias quími- cas, entre los innumerables progresos que han constituido una contribución esencial a la geoquímica, hay que valorar, de forma especial, el desarrollo o perfeccionamiento de las técni- cas analíticas de determinación de elementos y compuestos en pequeñas concentraciones. El conjunto de avances mencio- nados en los párrafos prece- dentes, y otros en disciplinas científicas relacionadas de forma menos inmediata con la geoquímica, han hecho posible, en las últimas décadas, la con- solidación y progreso de cam- pos clásicos de investigación geoquímica, y la aparición de vigorosas nuevas líneas de desarrollo. Entre los primeros, cabe resal- tar el grado de profundidad al- canzado por la cosmoquímica, ayudado, indudablemente, por la posibilidad de explorar el es- pacio desde laboratorios y te- lescopios montados en satéli- tes artificiales, y de recuperar muestras de la superficie de planetas y satélites de nuestro Sistema Solar. Por su parte, la prospección geoquímica ha ex- perimentado, también, un desarrollo muy notable en los aspectos de exploración, carac- terización y evaluación de yaci- mientos metálicos, de minera- les radiactivos y de carbón. No obstante, quizá los avances más espectaculares estén liga- dos a la aplicación de la geo- química orgánica en la prospec- ción y caracterización de campos de petróleo y gas; es en este ámbito donde surgen técnicas, como el estudio de los isotopos estables y de los biomarcadores, que solo más tarde han pasado a ser em- pleadas por otras disciplinas científicas. Por último, en cuanto a las nue- vas líneas de desarrollo, la geo- química contemporánea ha concentrado una buena parte de su esfuerzo científico en tres campos, íntimamente rela- cionados entre sí, y anticipa- dos, cuando no impulsados ori- ginalmente, por la intuición y genio de las escuelas noruega y rusa de geoquímica: la bio- geoquímica, la geoquímica de suelos y sedimentos, y la geo- química ambiental. Sin restar mérito a los trabajos de JJ. W. Samoilov, la paterni- dad de la biogeoquímica debe ser justamente atribuida a Ver- nadsky, como así lo reconocía el propio Goldschmidt en su li- bro póstumo de 1954. Desde las concepciones pioneras de este autor ruso, la biogeoquí- mica ha consolidado la noción de los “ciclos” de los elemen- tos entre las cuatro “esferas biogeoquímicas” que constitu- yen la superficie del planeta: litosfera, hidrosfera, atmósfera y biosfera. Al estudio de la in- fluencia de los microorganis- 22 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA Isla de Tenerife.
  • 23. mos y de los seres vivos supe- riores en la circulación y acu- mulación de los elementos químicos, por ejemplo me- diante fenómenos de fotosínte- sis, ósmosis, regulaciones en- zimáticas de procesos de catálisis, transferencia de carga, e hidratación y deshi- dratación, se han dedicado buena parte de los esfuerzos de la geoquímica en las últi- mas décadas de este siglo. Otra moderna línea de investi- gación, que también encuentra sus raíces en los trabajos pio- neros de la escuela rusa, es la geoquímica de suelos y sedi- mentos. El enfoque inicial de esta disciplina estuvo muy li- gado a las ciencias agrícolas y a los problemas de productivi- dad del suelo, de micronutrien- tes y elementos fitotóxicos, y de influencia de la adición y natu- raleza de los fertilizantes en la calidad del suelo. Desde esta concepción original, se ha desarrollado un vasto cuerpo de investigación centrado en la caracterización del suelo y los sedimentos como sumideros de contaminantes, y en el estu- dio de las reacciones que tie- nen lugar en las interfases que se establecen entre la materia mineral, la materia orgánica, la atmósfera y la solución del suelo. En el momento actual, tanto la biogeoquímica, como la quí- mica de suelos y sedimentos, han quedado parcialmente, sino en su totalidad, engloba- das dentro de la corriente in- vestigadora más activa y de mayores implicaciones, du- rante los últimos años, en el campo de la geoquímica: la ge- oquímica ambiental. De hecho, los departamentos de geoquí- mica de universidades, servi- cios geológicos y otros centros de investigación, reconocen, de forma generalizada, una se- paración de sus medios técni- cos y humanos entre los gru- pos de trabajo dedicados a geoquímica de exploración (de recursos minerales y energéti- cos) y a geoquímica ambiental. Prueba de la importancia cre- ciente de esta última es el au- mento gradual, pero ininte- rrumpido, que han ido adquiriendo los equipos inves- tigadores dedicados a la misma, a expensas de la pros- pección geoquímica. Desde que GGoldschmidt advir- tiera, a finales de la década de 1940, con su característica in- tuición, que “Algunos de los factores geoquímicos dominan- tes de nuestro tiempo resultan de las actividades del hombre moderno –agricultura, minería, e industria”, hasta nuestros días, la geoquímica ambiental ha crecido y madurado hasta convertirse en una de las disci- plinas científicas de mayor peso en el campo de la investi- gación medioambiental. Entre sus numerosas líneas de activi- dad, cabe resaltar el estudio de los mecanismos de reten- ción y movilización de elemen- tos traza, en general, y de me- tales pesados, en particular; la preocupación por el estableci- miento de valores de fondo geoquímicos en suelos, como referencia para evaluar proce- sos de contaminación; la ca- racterización de las aguas áci- das de minas y su influencia en el entorno de actividades mineras, especialmente en cauces fluviales; el estudio del alcance y distribución de con- centraciones de elementos traza en los suelos, aguas y at- mósferas de emplazamientos industriales; la modelización del suelo como barrera geoquí- mica de acumulación de conta- minantes previa a su contacto con las aguas subterráneas, y la influencia que ello tiene en la selección de técnicas de re- cuperación de suelos contami- nados; etc. Más reciente es el por los ambientes urbanos, sin duda debido al proceso de con- centración de la población mundial en este tipo de hábi- tat. El intento por establecer los ciclos geoquímicos de los elementos dentro de las ciuda- des, por comprender sus fuen- tes, patrones de distribución, niveles medios y mecanismos de concentración, ha dado lu- gar al nacimiento de la geoquí- mica urbana, como nueva rama 23 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA Abundancia de elementos.
  • 24. investigadora dentro de la más amplia geoquímica ambiental. Y quedaría, por último, comen- tar el papel decisivo de la geo- química en el estudio del que probablemente sea el mayor problema ambiental en el mo- mento actual, el cambio climá- tico. Los estudios de química de la atmósfera, de paleo- clima, del ciclo del CO2, con la identificación de las fuentes, de los sumideros y de los pro- cesos de almacenamiento, uti- lizan la geoquímica y algunos estudios como los ciclos del carbono y del nitrógeno son conceptualmente la parte más clásica y central de la geoquí- mica. La Geoquímica y la Ingeniería de Minas La relación entre la geoquí- mica y las actividades mineras ha sido explícitamente recono- cida en un gran número de tra- tados geoquímicos clásicos. Así, el segundo párrafo del li- bro “Geochemistry” de GGoldschmidt comienza con las siguientes palabras: “Desde un punto de vista humano, [la] geoquímica es de la mayor im- portancia práctica, especial- mente en cuanto a sus aplica- ciones en minería, metalurgia, industria química, agricultura y, por supuesto, el estudio de [los] materiales terrestres, par- ticularmente [de] las partes accesibles, más superficiales de nuestro planeta”. Brian Ma- son, en su obra “Principles of Geochemistry”, recalca, igual- mente, el nexo entre geoquí- mica y minería al señalar que “los estudios geoquímicos em- píricos de la distribución de los elementos en la superficie de la Tierra han jugado un papel significativo en la exploración mineral”. La relación de la ingeniería de minas con la geoquímica se es- tablece, fundamentalmente, a través de dos cuerpos de cono- cimiento dentro de esta última: la geoquímica de los yacimien- tos minerales y la geoquímica ambiental. Históricamente, el vínculo más fuerte ha sido el establecido mediante la geoquímica de ya- cimientos. Este hecho tiene fá- cil explicación si se atiende al objetivo terminal último del titu- lado en la Escuela Técnica Su- perior de Ingenieros de Minas y Energía de Madrid, tal y como aparecía recogido en el docu- mento de homologación del Plan de Estudios de 1996. “... estar capacitado para la in- vestigación de los recursos del medio físico, incluidos los re- cursos energéticos combusti- bles, su extracción, su puesta en valor con su primera trans- formación y su gestión y rela- ción con el medio ambiente”. En todas las etapas del pro- ceso de investigación mineral a que alude el objetivo terminal expuesto, desde el descubri- miento de anomalías de interés económico hasta la transforma- ción de la materia prima en un producto industrialmente utili- zable, pasando por la caracteri- zación química y mineralógica de un yacimiento, su cubica- ción, el tratamiento mineralúr- gico de la mena y la extracción del elemento de interés, inter- vienen conceptos o herramien- tas geoquímicas. Tan sólo como ejemplo de la profundidad de este vínculo, cabe señalar que algunas no- ciones geoquímicas, como la de Clarke de concentración, in- troducida por Vernadsky, son de aplicación casi exclusiva en el ámbito minero (se define el Clarke de concentración de un elemento en una mena mineral como el factor de concentra- ción de dicho elemento sobre su abundancia media en la cor- teza terrestre que hace que la explotación del yacimiento sea rentable). La relación entre ingeniería de minas y geoquímica ambiental es más joven pero, hoy en día, de igual profundidad que la es- tablecida con la geoquímica de yacimientos, tal y como apa- rece recogido en la redacción de los objetivos terminales de las titulaciones que se impar- ten en las escuelas de Minas. Es indudable que la minería, la industria de transformación de minerales y la explotación y uti- lización de los combustibles fó- siles constituyen algunas de las actividades que mayor grado de alteración y de redistribu- ción de elementos provocan en la superficie del planeta, y se encuentran, por tanto, entre las fuentes de contaminación más intensas. Procesos como la movilización de elementos traza por aguas ácidas de minas, la concentra- ción de metales pesados en los estériles de las plantas minera- 24 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA Vista general de zona minera de Huelva.
  • 25. lúrgicas, la dispersión de conta- minantes aerotransportados emitidos desde instalaciones metalúrgicas o centrales térmi- cas, o la concentración de ele- mentos traza en las zonas co- lindantes o subyacentes a explotaciones mineras y de hi- drocarburos; así como, a es- combreras y de antiguas explo- taciones actualmente no explotadas, han sido y siguen siendo objeto de atención pre- ferente de la geoquímica am- biental aplicada. Prueba de este interés son las numerosas publicaciones dedicadas a los temas citados, o a otros aspec- tos mineros de relevancia am- biental, en revistas especializa- das de geoquímica. Obviamente, esta relación se establece, también, en sentido inverso: para el ingeniero de minas resulta esencial, por una parte, comprender los procesos geoquímicos que pueden tener lugar durante el desarrollo de su actividad, y que lleven apa- rejadas potenciales alteracio- nes de las condiciones ambien- tales. A su vez, es igualmente importante que conozca y sepa manejar los instrumentos geo- químicos que permiten evitar o aminorar los efectos pernicio- sos sobre el entorno de las ins- talaciones mineras o, en el peor de los casos, que puedan contribuir a la depuración de los medios naturales ya conta- minados. Tanto en lo concerniente a la geoquímica de los yacimientos minerales y de combustibles fó- siles, como a la geoquímica ambiental, el vínculo con la in- geniería de minas es eminente- mente práctico. En ambos ca- sos, la geoquímica aporta las herramientas necesarias para resolver problemas reales que se presentan en el ejercicio profesional. Por ello, sin olvidar la necesidad de contar con los fundamentos teóricos que per- mitan la correcta utilización de dichas herramientas, parece ló- gico concluir que la enseñanza de la geoquímica, en un plan de estudios de ingeniería de minas y energía, debe enfo- carse desde un punto de vista esencialmente aplicado. Este vínculo entre la ingeniería de minas y la geoquímica se muestra de una forma más evi- dente en otros países; por ejemplo, en la EEscuela de Mi- nas de Colorado, cuya organiza- ción administrativa y los planes de estudio presentan particula- ridades muy interesantes desde el punto de vista de la docencia de la geoquímica. La primera es la denominación del departamento que imparte las enseñanzas de carácter quí- mico: “Departamento de Quí- mica y Geoquímica”. La inclu- sión de la geoquímica dentro del título departamental de- nota, sin lugar a dudas, la im- portancia que el mismo con- cede a esta disciplina dentro del curriculum de sus alumnos. En segundo lugar, y como con- firmación del papel esencial que se adjudica a la geoquí- mica en la Escuela de Minas de Colorado, esta universidad ofrece las titulaciones de Más- ter y Doctor en Geoquímica. En ambos casos, el programa es interdisciplinar y está adminis- trado conjuntamente por el De- partamento de Química y Geo- química, y por el Departamento de Geología e Ingeniería Geoló- gica. Sin entrar en la relación de contenidos de cada una de las asignaturas, del conjunto de to- das ellas y de las especialida- des ofrecidas puede entreverse la filosofía que anima el pro- grama de geoquímica de la Es- cuela de Minas de Colorado. Junto a una especialidad de orientación teórica o funda- mental, como es la de minera- logía-petrología, y a unas asig- naturas básicas generales que cubren la geoquímica de rocas ígneas, metamórficas y sedi- mentarias (con atención espe- cial a minerales arcillosos y car- bonatos) y la geoquímica isotópica, el resto del programa parece enfocado a proporcio- nar las herramientas geoquími- cas necesarias para resolver problemas de exploración y ca- racterización mineral, funda- mentalmente, pero también de medioambiente. Este enfoque práctico, en am- bos casos, se refleja en la oferta de asignaturas dedica- das al análisis instrumental, la geoquímica de gases en super- ficie, la teledetección, las técni- cas estadísticas de tratamiento y análisis de datos (desde el di- seño del muestreo hasta la re- presentación espacial de la in- formación en forma de mapas), y la programación matemática de modelos geoquímicos. La re- levancia de la geoquímica de exploración queda suficiente- 25 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA
  • 26. mente clara con el desdobla- miento de sus contenidos en dos especialidades, una dedi- cada a yacimientos minerales y otra a yacimientos de hidrocar- buros. En cuanto a la geoquí- mica ambiental, llama la aten- ción la oferta de nada menos que tres asignaturas que abor- dan temas de biogeoquímica y microbiología. La geoquímica que se imparte en otras Escuelas está clara- mente centrada en los aspec- tos de exploración, investiga- ción y caracterización de yacimientos, en consonancia con uno de los objetivos fun- damentales de la titulación. Esta similitud de contenidos responde al interés por dotar a sus licenciados de las habili- dades necesarias para descu- brir, caracterizar y aprovechar los recursos naturales del pla- neta. Los congresos nacionales e ibéricos de geoquímica La historia de los Congresos de Geoquímica de España co- mienza hace 32 años, con el impulso inicial del CColegio de Químicos y en especial de D. Francisco de Pedro, el hombre que, cargado de una gran ex- periencia en geoquímica, iba a ser el motor necesario para lanzar el primer Congreso. Se hacen las gestiones prelimina- res en Soria y se proponen los días 3, 4 y 5 de mayo del 85 para el Congreso. Entre tanto, el 29 de enero de 1985 ya es- tán los tres Colegios, de Quími- cos, de Geólogos y de Ingenie- ros de Minas y la Delegación Centro de la ANQUE, en la or- ganización del primer Con- greso de Geoquímica, que fi- nalmente será del 22 al 25 de septiembre de ese año en So- ria. Su primera novedad es que los Colegios Profesionales toman la responsabilidad de su organización. El Comité de Dirección queda- ría integrado por D. José Anto- nio Vinos Aldana, Decano del Colegio Oficial de Químicos de Madrid, y D. Edilberto Fernán- dez Álvarez, Presidente de la ANQUE, Delegación Centro (Presidentes). Vicepresiden- tes, D. Ramón Irisarri Yela, De- cano del Colegio de Ingenieros de Minas del Centro, D. Anto- lín Aldonza Moreno, Presi- dente del Colegio Oficial de Geólogos de España, D. Fran- cisco de Pedro Herrera y D. Octavio Pérez Barrachina, De- cano del Colegio Oficial de Químicos de Zaragoza. La cita de los componentes de aquel comité quiere ser un re- cuerdo homenaje a nuestras Instituciones de los Colegios Profesionales, pues no sólo apoyaron este Congreso, sino que se identificaron y se com- prometieron personalmente. Después de este primer Con- greso, se firma un Convenio entre los tres Colegios Profe- sionales de Químicos, Ingenie- ros de Minas y Geólogos y AN- QUE para organizar, cada dos años, los Congresos Naciona- les de Geoquímica de España, turnándose cada Colegio en la responsabilidad organizativa, económica, y apoyado en los restantes aspectos por los otros dos. Así, para el II Congreso Nacio- nal, en 1987 (del 20 al 25 de septiembre), será el Colegio de Geólogos el que lleve el peso económico, apoyado en todo lo demás por los firmantes del Convenio. Eligen como presi- dente a otro gran geoquímico, el Profesor D. José Mª Fuster Casas. Siguiendo el orden del Conve- nio, en 1989, del 17 al 22 de septiembre tiene lugar el III Congreso Nacional. Son los In- genieros de Minas los que lle- van la organización. Como pre- sidente, D. Emilio Llorente Gómez, Director General del IGME, además de Catedrático de la E.T.S. de Ingenieros de Minas de Madrid e Ingeniero Químico. Una vez acabado el primer ci- clo, los siguientes congresos volverían a ser organizados por los químicos en 1991, para seguir los geólogos y los ingenieros de minas, nueva- mente en el VI Nacional, del 18 al 22 de septiembre de 1995, para el que se eligió como presidente a D. Juan Ma- nuel Kindelán Gómez de Boni- lla, Presidente del Consejo de Seguridad Nuclear. En estos Congresos, desde un principio, ha sido una preocu- pación primordial, el atender a 26 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA III Congreso Nacional de Geoquímica. E. Chacón, S. Ordóñez, E. Llorente, A. Ilarri, A. Gutiérrez.
  • 27. los investigadores jóvenes y po- nerlos en contacto con los pro- fesionales. Por ello, se traen conferenciantes extranjeros, se desarrollan cursos paralelos, se montan exposiciones educa- tivas y de divulgación científica. En 1997 se celebra el VII Con- greso, en el tercer ciclo. D. JJosé López Ruiz, desde su posición privilegiada de la Sociedad Geológica del CSIC, contacta con nuestros colegas portugue- ses y se consigue que éste sea, a la vez, el I Congreso Ibérico de Geoquímica y VII de Geoquí- mica de España. Se celebra en Soria y, por turno, le corres- ponde a las instituciones quími- cas llevar el peso del mismo. Acuden una veintena de profe- sionales portugueses y comien- zan los Congresos Ibéricos. Desde entonces, éstos se cele- brarán con una cadencia de dos años y los Nacionales si- multaneamente cuando toque en España; es decir, cada cua- tro años. El II Ibérico tiene lugar en Lis- boa, del 14 al 17 de junio de 1999, y estuvo presidido por D. Luis Aires Barros. Le siguen el III Ibérico y VIII Nacional de España, en Zaragoza, en 2001; y el IV Ibérico en Coim- bra (Portugal), del 14 al 18 de julio de 2003. En estos dos Congresos se rompe un poco la continuidad y colaboración de los Colegios y se teme por el futuro de los mismos. Pero, dos años después en 2005, el V Ibérico y IX Nacional de Es- paña vuelve a su sede habi- tual de Soria, del 20 al 23 de septiembre de 2005. Es el Consejo de Colegios de Inge- nieros de Minas el encargado de su organización y preparan el homenaje a Francisco de Pedro. El acto fue resaltado por la presencia del Secretario de Estado D. Salvador Ordó- ñez, reconocido geoquímico que había estado presente en la organización de los Congre- sos desde su inicio. Desde 2007, se sigue alter- nando Portugal, con distinta sede para cada edición (Vila- Real, Castelo Branco y Lisboa), y España, que ha mantenido su sede en Soria. A lo largo de estos Congresos, se ha logrado unir a profesio- nales que, trabajando en cam- pos comunes, se desconocían o se ignoraban. A la geoquí- mica con mayor tradición, la Geoquímica de los Materiales y Procesos Geológicos de las cá- tedras de Petrología y Geoquí- mica, se la han ido sumando otros campos como la Geoquí- mica Ambiental, la Hidrogeo- química, la Cosmogeoquímica, la Geoquímica Orgánica, la Ge- oquímica Isotópica, la Prospec- ción Geoquímica, los Métodos Analíticos y Matemáticos apli- cados a la Geoquímica etc, en coherencia con el carácter marcadamente interdisciplinar de esta Ciencia. En la Tabla 1 se recogen las po- nencias que los investigadores han aportado a lo largo de es- tos años; más de 1.200 traba- jos en los diferentes campos de la Geoquímica. Así nacieron los Congresos de Geoquímica de España. Por la ilusión de todos los que se sin- tieron geoquímicos; por la fe y la confianza de unas Juntas Directivas de los Colegios Pro- fesionales de Químicos, Geólo- gos e Ingenieros de Minas, que con la firma de aquel Convenio y con su colaboración y trabajo conjunto, hicieron posible la realización de estos eventos, y los potenciaron, dando en- trada a nuestros colegas por- tugueses. En 2017 les toca nuevamente a los Ingenieros de Minas organi- zar el XI Ibérico y XII Nacional, y se ha decidido organizarlo en Linares (Jaén), teniendo en cuenta que el Distrito Minero de Linares ha sido histórica- mente el mayor productor de Europa de plomo, con una mi- nería que se remonta a la época de los íberos, al mismo tiempo que Andalucía se ha convertido en el referente mi- nero de la Península. Estamos seguros que la decisión ha sido acertada y, con la colaboración de las Instituciones locales y autonómicas, esta edición tam- bién será un éxito. El conse- guirlo será cosa de todos. 27 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA Congreso Tabla 1. Ponencias que los investigadores han aportado en los diferentes campos de la Geoquímica Ponencias I Congreso II Congreso 57 68 III Congreso 82 Congreso Ponencias III Ibérico VIII Nacional IV Ibérico 61 143 V Ibérico IX Nacional 58 IV Congreso 87 V Congreso 60 VIª Ibérico 143 VII Ibérico X Nacional 107 VI Congreso 58 I Ibérico VII Nacional 90 VIIIº Ibérico 108 IX Ibérico XI Nacional II Ibérico 113 X Ibérico 110
  • 28. 28 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA Cortar la sangría Luis de Dompablo Herranz Doctor Ingeniero de Minas. La destrucción de empresas en España desde el comienzo de la crisis, en 2008, alcanzó el número de 180.000. De ellas, lógicamente, la mayor parte ha estado asociada a la rotura de la “burbuja del ladrillo”. 100.000 empresas cerraron en el sector de la construcción y asociadas al mismo. El aumento espectacular del paro, a partir de ahí, tomó el ca- riz de auténtico drama y desas- tre nacional. En nuestro país ha sido especialmente demoledor, porque la construcción especial- mente de viviendas, superó to- dos los récords, apoyada en la bajada de tipos y, sobre todo, por la laxitud de las entidades bancarias a la hora de conceder los créditos y el deficiente con- trol y guía del organismo regula- dor, el Banco de España. La recuperación de esta activi- dad perdida va a ser muy lenta y dudosamente conveniente. Hemos oído hasta la saciedad que solo conseguiremos relle- nar parcialmente ese vacío cambiando de modelo econó- mico. Solución lenta y que lleva inherente la complejidad del emprendimiento y la dificultad de encontrar nuevas ideas y nuevos caminos. Sin embargo, en lo que quiero ahora fijarme es en el sector in- dustrial. En los últimos siete años, el número de empresas industriales cerradas ha sido de 25.000, y se está produ- ciendo una sangría. La industria tiene un peso del 13% del PIB español. Comparado con otros países de nuestro en- torno se queda muy bajo, como se ve en el cuadro siguiente: Caso aparte lo constituye China, donde la industria su- pera el 43% del PIB. El sector Servicios en España, por otro lado, ocupa el 75% del PIB, lo que nos hace ser un país de servicios y proporciona una economía y empleo muy beneficiosa y de futuro, incluso con la salida de nuestras em- presas al exterior, tanto en banca, como distribución, in- fraestructuras, energías, etc. Volviendo a la baja presencia del sector industrial, hay que hacer notar que nuestro tejido productivo va desintegrán- dose paulatinamente. La in- dustria, en los años 80 era el 25% del PIB. La intensidad inversora de la industria española es, en la mayor parte de sus sectores, entre el 35 y el 70% inferior en 2014 que en 2000. Muchos son los factores de la pérdida de competitividad, que obliga a la paralización de la actividad e incluso a la destruc- ción de empresas industriales, tales como los elevados precios de la energía y la relativa me- nor tecnología de nuestros pro- País Industria/PIB Alemania 30% Francia 20% Italia 25% España 13%
  • 29. 29 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA ductos industriales, donde la competencia es mayor. Los factores para crear pro- ductos en la actividad indus- trial son tres: materia prima (incluyendo energía), mano de obra y capital. Las actividades industriales se clasifican en tres grupos: • Industrias pesadas (siderur- gia, metalurgia, química y pe- troquímica). • Bienes de equipo. • Industrias ligeras o de bienes de consumo (los productos son directamente usados por el consumidor final). En las dos primeras, y en orden decreciente, juegan un papel importante las materias primas y el capital, así como la cualifi- cación de la mano de obra. Sin embargo, en las industrias ligeras, el peso de la mano de obra en el costo final es alto. El nivel tecnológico requerido es menor y la competencia es ma- yor. En este grupo es donde se encuadran las 25.000 empre- sas industriales cerradas en los últimos años. Es en este punto de menor tecnología de nues- tros productos donde quiero detenerme. Si bien interesa que la compo- nente de tecnología vaya conti- nuamente aumentando en los bienes industriales producidos por España, no creo que deba- mos ir “gratuitamente” dejando de manufacturar, por un “des- cuido” arancelario europeo de los últimos diez años, productos que lleven mayor peso en su costo de la componente de mano de obra. Estos productos han venido fa- bricándose en mayor proporción en los países donde el ratio PIB por habitante es más bajo: del costo de mano de obra en el precio del producto, pero parece que Alemania no tiene prisa en suavizar el problema y desconozco si el resto de países están reclamando solu- ciones. Aunque las exportaciones de España a China son sorpren- dentemente bajas, sin em- bargo, nuestro país se com- porta bastante bien en cuanto a exportaciones totales, al in- cluir todos los países (ver cua- dro siguiente): China es el principal país im- portador en España, después de Alemania y Francia. Desde su adhesión, en 2001, a la Or- ganización Mundial del Comer- cio, su actividad industrial y co- mercial ha tenido una progresión imparable, hasta convertirse, hoy, en la segunda economía del mundo. El pueblo chino tiene incul- cado hasta su esencia la cul- tura del trabajo y el esfuerzo para lograr todos sus objeti- vos. Están influidos por la filo- sofía de Confucio, que consi- dera que “el oriental vive para trabajar”. Durante años, el País PIB PIB/hab Alemania 3.040 36,9 Francia 2.186 33,8 Italia 1642 27,1 España 1.080 23,3 País Importaciones Exportaciones de China a China Alemania 69.000 72.000 Francia 28.750 18.10 Italia 28.250 13.200 España 22.000 4.800 Llamo descuido arancelario eu- ropeo a la competencia, en mi opinión, desleal, pero consen- tida, de China en sus exporta- ciones a la Comunidad Euro- pea, que se han centrado en este tercer grupo de actividad industrial. En el cuadro supe- rior vemos cómo han sido las cifras de la balanza en 2015 en los países de nuestro entorno y en millones de euros. De la contemplación de este cuadro se deduce claramente que el desequilibrio de España con China no debería conti- nuar así. Francia e Italia, aun- que en menor medida, no pue- den estar muy satisfechos. Sin embargo, se puede explicar la pasividad de la UE por la si- tuación cómoda de Alemania en su balanza particular con China. Creemos que en todos los paí- ses de la Comunidad Europea se están produciendo cierres de empresas pertenecientes al tercer grupo de las activida- des industriales, antes defini- das como sensibles al impacto País Exportaciones/PIB Alemania 39,5% Francia 21% Italia 31% España 23,7%
  • 30. 30 ArtículoINDUSTRIAYMINERÍA tados en la Unión Europea, pero son solo casos especiales en los que el Gobierno Chino da subvenciones a ciertas in- dustrias o fabricantes. Sin embargo, se está produ- ciendo, en mi opinión, un pseudo-dumping basado en la descomunal diferencia del costo de mano de obra, y que afecta directamente a empre- sas que fabrican productos en España en los que el peso del factor mano de obra sea alto. Calculemos en qué peso de mano de obra se igualarían los precios. Si, para simplificar, asumimos que los otros dos factores de la producción (ma- teria prima y coste de capital) sean semejantes en China y en España, si el costo del producto español es 100 y la mano de obra en peso la llamamos M, el costo en España del producto chino sería ((100 - M) + 0,25M) x 1,08 x 1,05. Resolviendo esta ecuación por M, tenemos el cuadro de la parte inferior de esta página. Como vemos, no se puede competir por precio en produc- tos en los que el peso de la mano de obra en el producto español supere el 60%, ya que el precio final al consumidor puede ser el doble que el pro- ducto chino. En los otros tres países europeos que tomamos de referencia, el asunto es to- davía peor. Evidentemente, la respuesta fá- cil a este problema es que po- demos competir dando más ca- lidad, pero esto cada día está siendo más difícil. Por ello, proponemos una pro- tección a nuestras empresas desde el punto de vista arance- lario que, en los ejemplos que hemos estudiado, podría estar en un 25% adicional en el im- puesto de importación de los productos chinos para productos en los que el peso de la mano de obra del producto español supere el 60% aproximada- mente. Consideramos que el im- pacto en el IPC sería inferior al impacto del cierre de empresas. Esto no es proteccionismo arance- lario propiamente dicho. No se trata de huir de las teorías de Adam Smith y su defensa del libre comercio. Entre otras cosas, en los años 60, España se benefició de la implantación de empresas extranjeras en nuestro país, pero en situaciones de crisis econó- mica, ciertos niveles de protección a los propios productos evita una caída fulminante de los precios, con el consiguiente descalabro de algún sector de la economía. Sin ir más lejos, en este mo- mento, la Unión Europea está protegiendo con aranceles a nuestra industria del acero. La protección, en general, puede ser un freno a la competitividad del sector manufacturero, pero la falta de protección ante los casos expuestos significa la muerte paulatina de un sector olvidado y dejado de la mano de las autoridades comunitarias. Es un caso de fuerza mayor y la atención de las autoridades po- dría ayudar a disminuir la des- trucción de empresas y a cortar la sangría. “Karoshi” o muerte por exceso de trabajo alcanzó cifras ver- daderamente alarmantes para cualquier país. La jornada laboral, en los pasa- dos años, ha sido muy extensa. Ahora, la Ley del Trabajo de la República China ha adoptado el concepto del fin de semana para descanso y limita la jor- nada a 44 horas semanales. Sin embargo, el número de ho- ras reales trabajadas aumenta en las empresas privadas, a di- ferencia de las públicas. Pero es en los salarios donde se produce una gran diferencia con respecto a los países de la Unión. Según la Organización Mundial del Trabajo, en 2012, en China, los salarios del sector privado se situaban en torno a 200 euros mensuales y el sala- rio mínimo interprofesional se fijó para el 2015 en 168 €/mes. Es decir, cuatro veces menos que el salario mínimo interprofesional español. El arancel medio a los produc- tos chinos está en el 5%. Y el costo medio del transporte y ta- sas aeroportuarias es el 8% de media. Con estas coordenadas, la im- portación china en España está atravesando una época dorada. Hay determinados casos, aun- que es excepción, en los que se aplican impuestos Anti-dum- ping a productos chinos impor- M (%) Costo producto español (€) Costo producto chino (€) 16 100 100 25 100 92 40 100 79 60 100 62 75 100 50