La productividad tóxica es una mentalidad o forma de ser en la que existe la necesidad constante de trabajar para dar buenos resultados. Produce una sensación constante de no hacer el mejor esfuerzo o pensar que siempre se puede mejorar provocando agotamiento y estrés, que incluso podrían convertirse en extremos de ansiedad, depresión e insomnio. Hace que las personas pierdan tiempo de calidad con la familia, reuniones sociales o que dejen de lado las horas de sueño, el ejercicio y sus pasatiempos. Las personas sienten que no deben descansar. Cuando se ven obligados a tomarse un tiempo, no logran apagar el cerebro y disfrutarlo, porque están demasiado ocupados preocupándose por otras cosas que supuestamente deberían estar haciendo. La productividad es buena, pero nunca debería ser sinónimo de estrés, ansiedad o nerviosismo persistente. Si es así, el capital humano cruza la línea entre la productividad sana y la tóxica con consecuencias como: tener errores constantes, falta de concentración y de creatividad, mal ambiente laboral y desgaste emocional y físico, lo cual significa un efecto contrario a lo que se busca. Para tener más información sobre el tema visita el enlace http://bit.ly/3ZvAPaK