El cóctel tecnológico.
Etimológicamente la palabra “tecnología”, viene de un origen común con la
palabra “técnica”: el verbo griego titean significa crear, producir, engendrar, dar
a luz, la palabra ciencia proviene del latín scientia, y su equivalente en griego
es episteme, que significa “conocimiento riguroso, metódico, organizado”.
La tecnología es un cambio continuo, acelerado e irreversible, se clasifica la
tecnología de distintas formas; por ejemplo, se reconocen las tecnologías
simbólicas y organizativas, entre otras. No obstante, cualquiera sea su tipo,
siempre impactan en la sociedad, en general, y en los establecimientos
educativos, en particular.
Uno de los aspectos que es preocupante de la cultura tecnológica, es que no
se considere el impacto en el entorno de la sociedad, la tecnología no sólo le
permite actuar sobre la naturaleza, sino que es, sobre todo, una forma de
pensar acerca de ella. Así, podemos afirmar que la tecnología es un producto
básicamente humano. Cabe señalar que, hacia finales de la década del 80, la
creciente importancia social de la ciencia y la tecnología provocó el surgimiento
de un campo de investigación y reflexión interdisciplinar denominado “Ciencia,
tecnología y sociedad”, cuyo objetivo principal era el estudio del desarrollo
científico y tecnológico y sus efectos sociales.
Al hablar de tecnología estamos hablando de un cuerpo de conocimientos que,
además de utilizar el método científico, crea y/o transforma procesos
materiales. Es decir, la tecnología emplea conocimientos científicos y brinda a
la ciencia una aplicación práctica de los conocimientos generados por esta.
Se compone de tecnologías predominantes simbólicas, podemos decir que se
conforman de signos, rituales, señales, símbolos y representaciones (lenguaje,
escritura, sistemas de pensamiento, códigos específicos, entre otros).Y de las
tecnologías predominantemente organizativas son las que conforman el tejido
social de la comunidad; permiten que esta se organice y funcione a partir de la
distribución de bienes y roles. En la actualidad, la tecnología y dada su
estrecha relación con la ciencia adquiere las siguientes características:
Racionalidad. Toda determinación que se adopte debe sustentarse en
fundamentos previamente razonados y analizados.
Claridad. Este atributo concierne esencialmente a la concepción y expresión
adecuadas de las metas a alcanzar mediante la tecnología.
Sistematización. Todos los elementos y acciones implicados en un
determinado proceso tecnológico deben estimarse teniendo en cuenta tanto su
interacción mutua como la relación que cada uno establece con todo el proceso
en general.
Planificación y control. Toda decisión parte de una operación anticipatoria y
previsora sobre la acción a desarrollar y sobre las consecuencias futuras
esperables.
Optimización y eficacia. Estos atributos definen el marco operatorio que debe
signar a todo el proceso tecnológico tanto en su desarrollo como en su
consecución final de los objetivos orientadores de la acción.
Debemos reconocer que toda acción o elección tecnológica conlleva un
compromiso con la transformación positiva de la sociedad en general y de sus
integrantes en particular. Los docentes, entonces, tenemos que educar en
tecnología no sólo a partir de las necesidades y demandas de la sociedad, sino
también de los valores humanos y de la cultura en la que la comunidad
educativa se inserta, lo cierto es que el mundo cambia al ritmo que marcan las
transformaciones en todos los ámbitos de la sociedad y la cultura, entre ellos el
ámbito científico y tecnológico. Así, cada nuevo objeto o proceso tecnológico
ha marcado, en mayor o en menor medida, un cambio significativo para el
hombre y la sociedad en que se inserta.