Todos nos hemos preguntado alguna vez por qué la gente es como es y se comporta de determinada manera. A veces no entendemos por qué lo que nos gusta a nosotros aterra a otras personas. De hecho, cuando ves a una persona haciendo algo que tú en la vida no harías, lo primero que se te pasa por la cabeza son frases del tipo: “Dios mío, ¿cómo puede estar haciendo eso?”; “¿Cómo se ha atrevido a decirme algo así?”; o “¡Qué pesado! No me deja hablar y es incapaz de prestar atención a lo que digo”. La razón de esta situación es que cada persona tiene una personalidad distinta, es decir, un DISC distinto.