Religion la resucitacion de Jesus y la vida de una mariposa.pdf
Llamado reconciliación Paraguay
1. Mensaje luego del llamado
"Marzo Paraguayo"
A todos los habitantes de este suelo:
1. Una serie de desaciertos en esferas del Gobierno han desembocado
en una ola de violencia desatada sobre nuestro pueblo durante la semana que
pasó.
En la noche del domingo 28 de marzo se abrió una nueva etapa
constitucional para restituir la institucionalidad en el país. Un nuevo
gobierno se instaló para garantizar el Estado de Derecho y darle
continuidad al proceso democrático tantas veces puesto a prueba.
2. En esta oportunidad queremos reconocer la gran participación de
los jóvenes que han salido a las calles para defender la
institucionalidad amenazada, de los campesinos que se han unido a
ellos, más tarde de la ciudadanía toda que dió su apoyo durante esos
días de crisis, y a los muchos medios de comunicación social que
ayudaron a informar este acontecimiento minuto tras minuto.
3. La violencia que ha llegado a niveles irracionales cobrándose la
vida del Vicepresidente de la República y la de muchos jóvenes
ciudadanos que ofrendaron su vida por la patria, merecen el
reconocimiento de ser considerados testigos elocuentes del valor de
la libertad, de la justicia, y de la paz. A sus deudos les deseamos la
resignación cristiana y la esperanza del reencuentro en la resurrección final.
4. Hoy se abren nuevos desafíos para la convivencia democrática en
el país. Desde nuestra condición de pastores de nuestro pueblo
hacemos un vehemente llamado para la pacificación de los espíritus
a fin de desterrar los odios y rencores y para encausar las reflexiones
y las acciones por los caminos de la fe, de la moral, de la libertad, de
la justicia y de la corresponsabilidad.
5. Existe la necesidad imperiosa de restaurar los valores de la vida
humana, de la dignidad de las personas y de sanar las profundas heridas
causadas por la violencia y la impunidad.
Creemos que debe ser considerado este momento histórico como un
tiempo de gracia que Dios nos ofrece para realizar acciones concretas
de reconciliación entre todos los paraguayos. Creemos que este es un
momento oportuno para aunar esfuerzos y construir el Paraguay que
queremos y que tanto amamos.
6. Esta es la oportunidad para la verdadera y sincera concertación
2. nacional en la que el Gobierno Nacional, los dirigentes políticos, las
fuerzas sociales, las iglesias, y sus pastores y la ciudadania en general
puedan acordar líneas de acción que hagan posible la vigencia del
bien común. Para eso todo debemos colaborar a fin de crear un clima
de convivencia pacífica y de tolerancia politico-social sobre las bases
de la justicia promovida y respetada en todos sus términos y sobre la
decisión de un rotundo no a la violencia, a la impunidad y a la venganza.
7. Todos juntos debemos realizar el diálogo en torno a una visión
positiva de futuro compartiendo los puntos comunes y llévandolos a
la práctica. Sin egoísmos partidarios y sin sectarismos sociales se
debe propender a una planificación concreta de la reactivación
económica y social de nuestro país. Los políticos tendrán que
empeñarse en conquistar la confianza del pueblo al que representan.
Llegó el momento de poner la patria en primer lugar y de reavivar la
esperanza de toda la sociedad paraguaya.
8. A fin de llevar a cabo estos emprendimientos hacemos un llamado
a todos lo que creen en Dios, para que desde Pascuas de resurrección
hasta Pentecostés, eleven una oración en comunidad, en familia y
personalmente. Por eso hacemos las siguientes indicaciones:
a. Que la celebraciones eucarísticas de cada día pongan como
intención la reconstrucción moral, política, y social de nuestro país.
b. Que las familias se reunan en un momento propicio del día en
torno a la Palabra de Dios para elevar una oración por esas intenciones.
c. Que el repique de campanas, en un momento determinado del día,
en todos los templos del país, nos recuerden estos compromisos.
9. Los Obispos, juntamente con los sacerdotes y laicos
comprometidos, pondremos todo nuestro empeño y nuestro tiempo a
fin de llevar a término estos propósitos que creemos han de ayudar a
mantener la firme esperanza de construir el Paraguay mejor. Esto lo
podemos realizar durante la Semana Santa que ha comenzado.
Hagamos el propósito de convertirnos a Dios y a nuestros hermanos,
a fin de poder gozar de la Pascua gloriosa de la resurrección del Señor.
Que la bendición de Dios Padre, del Hijo y del Espíritu Santo se
derrame abundantemente sobre todos nosotros y que la protección
de nuestra Madre del cielo, María Santísima nos acompañe siempre.
Asunción, lunes santo, 29 de marzo 1999
Por los Obispos del Paraguay
Mons. Pastor Cuquejo
Obispo Castrense
Secretario General de la CEP