2. El niño percibe el
mundo a través de las
emociones, el juego y el
afecto.
Jugar es clave para
apoyar el desarrollo
intelectual y emocional
del niño o la niña.
Los niños y las niñas que
juegan libremente
canalizan mejor su
energía y reducen el
riesgo de sufrir TDA.
4. El desarrollo integral del
niño o la niña:
El desarrollo del lenguaje.
La memoria
El razonamiento
La atención
La reflexión
5. El juego:
Ayuda a comprender el mundo y a actuar sobre él.
Es terapéutico y rehabilitador.
Despierta la curiosidad y además, proporciona alegría y
satisfacción.
Ayuda a exteriorizan sus miedos y angustias.
Actúa como estimulante de la superación personal.
6. Aprenden conocimientos y habilidades.
Aprenden conceptos espaciales y temporales, de
cantidad y número, y atributos de los objetos.
Fomenta la autoestima y la autoconfianza.
Provoca placer, satisfacción y motivación.
Descarga tensiones y temores.
Mejora las capacidades motoras, lingüísticas y
cognitivas.
Crea vínculos afectivos.
7. Relacionarse con los demás.
Esperar su turno.
Satisfacer sus deseos.
Compartir y cooperar.
Establecer los primeros vínculos
de amistad.
El conocimiento social (roles).
Adquirir valores y normas
sociales.
Proyectar y regular sus
emociones y sentimientos.
8. Juegos de interacción con el bebé; transmiten afecto y
estimulan sus sentidos.
Participar en el juego de sus hijos o hijas.
El niño o la niña que juega con sus progenitores y seres
queridos se siente atendido, cuidado y apreciado. Todo
ello le proporciona la confianza y la seguridad necesarias
para su desarrollo integral.
Cuando jugamos con un niño o una niña, entra en modo
aprendizaje; todos sus sentidos se centran en la
actividad.
El juego y el contacto físico con su papá o mamá,
despiertan sus emociones; entramos en contacto
emocional con el niño o la niña.
9. Jugad con el niño o la
niña, sin prisas.
Recordad que el juego no
es una tarea.
Dejad que el niño o la niña
os guíe.
Ayudadles a elegir los
juguetes y a recogerlos
cuando finalice el juego.
10. • Cuando un niño juega es capaz de
interpretar papeles, de ponerse en el
lugar del otro y de pensar en el futuro.
• Cuando un niño juega es capaz de pensar
y de actuar con mayor inteligencia y
madurez que las propias de su edad,
porque el juego expande su mente como
ninguna otra actividad
11. Responde a la necesidad de ver, tocar, experimentar, imaginar, saber,
expresar, crear, soñar, etc.
Para descubrir, explorar, dominar y amar el mundo que nos rodea.
El juego posibilita un sano crecimiento del cuerpo, la inteligencia, la
afectividad y la sociabilidad.
Jugar es una de las fuentes más importantes de progreso y aprendizaje.
El juego despierta la curiosidad y proporciona alegría y satisfacción.
Jugando exteriorizan sus miedos y angustias.
El juego actúa como estimulante de la superación personal a partir de la
experimentación del éxito.
En el juego se desarrollan todas las funciones físicas, psíquicas, afectivas
y sociales necesarias para un crecimiento sano y equilibrado.