2. Las personas que se quejan de ciertas reacciones físicas antes de hablar en
publico: les tiemblan o les sudan las manos, respiran mas rápido, se sienten
débiles, mareados o tensas etc.
El nerviosismo que sentimos al pensar en hablar ante un grupo es una
respuesta emocional y física normal, la cual nos indica que estamos
enfrentándonos a una situación importante que tal vez resulte peligrosa.
4. Las personas que se preocupan demasiado en como lo percibe el publico no
pueden concentrarse en e l mensaje que se presenta. La energía y atención están
centradas en su persona
Si logramos comprometernos con nuestras ideas, convencernos de que tenemos un
mensaje importante que tenemos que compartir con el publico, desviaremos la
atención que mantenemos en nosotros mismos hacia el mensaje que presentamos.
6. Habilidades innatas y habilidades
aprendidas
• Desarrollar
habilidades para llegar
a ser un comunicador
competitivo exige
llevar a la acción
nuestras aptitudes, las
cuales deben
reflejarse en actitudes
que den como
resultado
actuaciones eficaces.
• Las múltiples situaciones
en las que los procesos de
comunicación se presentan
en forma continua y
permanente nos obligan a
utilizar nuestras
potencialidades, para
generar conductas o
acciones que son vistas
como habilidades
necesarias para lograr una
influencia favorable en
nuestro entorno.
7. • HABILIDADES APRENDIDAS:
La entonación de la voz, la fluidez al hablar, la
gracia de los movimientos corporales, la
expresión de gestos, la dirección de las
miradas, etc.; todas esas habilidades pueden
ser aprendidas y desarrolladas hasta llegar a
convertirse en verdaderos talentos.
8. • Aptitudes: Capacidad y buena disposición para
ejercer o desempeñar una determinada tarea,
función, empleo, etc.
• Las aptitudes se refieren tanto al ámbito
psicológico como al físico o corporal. Se puede
hablar de aptitudes innatas, es decir, que se
poseen desde el mismo momento del
nacimiento.
9. • Actitudes: es la forma de actuar de una
persona, el comportamiento que emplea un
individuo para hacer las cosas.
10. Ejemplo
• Cuando vamos a conocer a los familiares de la
persona con la que nos comprometemos en
matrimonio, adoptamos, de forma
automática, una actitud prudente y positiva.
• Escuchamos con atención, pensamos las
palabras precisas antes de hablar, nos
comportamos con cuidadosa exquisitez.
11.
12. • En suma, disciplinamos nuestra actitud pues
intuimos que va a ser crucial la imagen que
ofrezcamos de nosotros mismos.
• En esos momentos, comprendemos que lo
básico es la actitud a mantener (de respeto,
por ejemplo), y sobre la misma se podrán
edificar las aptitudes (por ejemplo: hacerse
simpático).
13. • Las aptitudes se construyen sobre los cimientos
de las actitudes. ¿Pero a qué llamamos actitudes?
¿Qué son? Busquémosle acompañantes al
término ‘actitud’:
Actitud...motivada.
Actitud...concentrada.
Actitud...relajada.
Actitud...firme.
Actitud...alegre.
Actitud… positiva.
Actitud...segura.
14. • Entre otras cosas, la actitud es
motivación (o desmotivación), y
es concentración (o dispersión,
despiste), y es relajación (tensión), y
es firmeza (o titubeo, debilidad), y
es alegría (o tristeza), y
es ambigüedad (o claridad), y
es seguridad (o duda).
15. • En las aptitudes de los demás se suele
depositar la confianza. ‘Es listo’, ‘podrá
hacerlo’, ‘ es capaz’, ‘ha demostrado ser
hábil’.
• La desconfianza y la decepción llegan por la
vía de las actitudes. ‘Ha perdido interés’, ‘ va
a lo suyo y punto’, ‘es bueno, pero su
soberbia le impide ser consciente de que aún
debe seguir aprendiendo’, ‘siempre es el más
rápido, pero últimamente mira a los demás
por encima del hombro’.
16. • Lentamente, desde la niñez a la edad adulta,
pasando por la adolescencia y la juventud, sin
ser muy conscientes de su importancia, vamos
modelando nuestras actitudes. Sin embargo,
en nuestra vida diaria atendemos mucho más
a las aptitudes, a las habilidades, a las
capacidades, pensando que serán éstas las
decisivas. Y a corto plazo, es muy posible que
así sea.
17. • Pero a medio y largo plazo, las que
van a resultar fundamentales en
nuestra relación con los demás, y con
nosotros mismos, serán las
actitudes. El control de las propias
actitudes, y el desarrollo de las
positivas y la mejora de las negativas,
debe ser objeto de atención.
18. • Hablar, escuchar, leer y escribir son las cuatro
habilidades que el usuario de una lengua debe
dominar para comunicarse con eficacia en
todas las situaciones posibles.
• Saber hablar es un arte que implica, a su vez,
saber escuchar. Saber articular
adecuadamente la palabra y estar atento a lo
que el interlocutor pronuncia, es un ejercicio
que exige esfuerzo, sensibilidad y sabiduría.
19. • El justo equilibrio entre saber escuchar y saber
hablar produce el milagro del diálogo. Y de
verdad el diálogo es un milagro de armonía,
de respeto y de sinceridad que posibilita la
convivencia pacífica.
20. • Saber escuchar, hoy, es más importante que
saber hablar. Exige dominio de uno mismo. Es
un arte y un gesto de sabiduría. Es verdad que
el diálogo está hecho de palabra y de escucha,
pero lo que más suele fallar es la escucha.
• Escuchar es una actitud difícil porque implica
atención al interlocutor, esfuerzo por captar su
mensaje y comprensión del mismo.