1. Si hay algo que he aprendido en mis años como pastor de jóvenes es la necesidad que tienen los jóvenes de
una disciplina. La Disciplina es como esa varita que se le pone a los arbolitos para que crezcan derechos.
El arbolito es sin duda incomodado por la varita que no lo deja crecer para donde él quiere. Pero mientras
esta tierno el árbol que se le puede aplicar una dirección firme para que alcance su mayor altura.
Como líder de Jóvenes uno de mis trabajos más difíciles es tener que disciplinar a un joven cuando lo
necesita, por qué eso significa que se van a incomodar conmigo y quizás hasta molestarse al grado de
dejarme de hablar.
Hay muchas razones por las cuales nosotros como padres podemos fallar en la forma en la que
disciplinamos a nuestros hijos. Puede ser por que estamos demasiado cansados para hacerlo, o por que
nunca pasamos tiempo de calidad con ellos y no nos sentimos con autoridad, o simplemente no sabemos
como.
Pero si hay algo que he aprendido, es que la disciplina por los motivos correctos es uno de los actos más
poderosos de amor que existen. Es como decir:
Te amo demasiado para dejar que crezcas chueco. Te amo más a ti que lo que puedas pensar de mí si te
disciplino. Te amo más que a mi cansancio
Dios lo pone en estas palabras:
24 Quienes no emplean la vara de disciplina odian a sus hijos. Los que en verdad aman a sus hijos se
preocupan lo suficiente para disciplinarlos. Proverbios 13:24 (NTV)
Pero hay 5 cosas que siempre tenemos que mantener en mente cuando vamos a disciplinar a nuestro hijo.
1. Empezar por nosotros mismos. Una de las cosas que hacen inefectiva nuestra disciplina, es
cuando corregimos a nuestros hijos por algo con lo que nosotros mismos también fallamos
constantemente. No podemos instruir a nuestros hijos en honestidad cuando nos ven robarnos el
cable. Sin embargo cuando en nuestra propia vida estamos haciendo mejoras, podemos con toda
autoridad y ejemplo ayudar a nuestros hijos a mejorar en las mismas áreas.
3 »¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo,[a] cuando tú tienes un tronco en el
tuyo? 4 ¿Cómo puedes pensar en decirle a tu amigo:[b] “Déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo”,
cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo? Mateo 7:3-5
2. La Disciplina debe ser un acto de AMOR, no de coraje. Así que debemos amarlo antes, durante, y
después de la disciplina. Dejarle de hablar o tratarlo diferente por que nos falló, eso no es disciplina, eso
es manipulación.
3. Ir a la Raíz. No dejarnos guiar por las apariencias y pedirle a Dios que nos ayude a distinguir cuál es
la raíz en el corazón de nuestro hijo que lo llevó a actuar de cierta manera. Esto es quizás algo de lo más
difícil, porque el corazón es engañoso. Tenemos que descubrir cual es el sentimiento que produjo la acción
(puede ser egoísmo, orgullo, envidia, codicia, pereza, etc) y trabajar sobre ese sentimiento. Por Ejemplo.
2. Tal vez tu hijo tiene una actitud grosera hacia otro niño, pero puede ser producida por una falta de perdón
por algo que el otro niño le hizo. Entonces Primero enseña a tu hijo a perdonar y luego enséñale a no
pagar mal con mal.
19Pues del corazón salen los malos pensamientos, el asesinato, el adulterio, toda inmoralidad sexual, el
robo, la mentira y la calumnia. 20 Esas cosas son las que los contaminan. Mateo 15:19 (NTV)
4. Tener el Fin en la Mente. El objetivo de toda nuestra disciplina no debe de ser que nuestros hijos
nos hagan quedar bien delante de los demás, o que nos llenen de orgullo con sus triunfos. El fin es que
nuestro hijo siga avanzando para ser lo que Dios se propuso de él,
6 Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán. Pro 22:6 (NTV)
5. Disciplinarlos de acuerdo a la forma de pensar de Dios, no de acuerdo a nuestra forma de
pensar. Por eso a veces tengo que esperar un poco para aplicar la disciplina para estar seguro de los
hechos y no confundir la instrucción con un regaño motivado por mis emociones.
4 Padres,[c] no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina
e instrucción que proviene del Señor. Efesios 6:4
Admito que he cometido unos cuantos cientos de errores en mi aprendizaje a la hora de Disciplinar a los
jóvenes de mi grupo y por supuesto a mis hijas. Pero confió en que Dios haya cubierto mis
imperfecciones y me siga ayudando a hacerlo cada vez mejor, a medida que sigo aprendiendo de la Biblia
y aun de la forma en que otras personas me disciplinan a mí.
Por último, Le doy gracias a todas esas personas que Dios ha puesto en mi camino para disciplinarme
cuando lo he necesitado. Quien sabe cómo hubiera crecido sin ellos.