El documento describe cómo la crew G5 de graffiti en Medellín ha utilizado Internet para difundir y legitimar su arte urbano. Al publicar sus obras en línea, han podido atraer una audiencia más amplia y la atención de los medios de comunicación. Esto los ha ayudado a pasar de ser vistos como vándalos a ser reconocidos por la alcaldía como representantes legítimos del arte urbano. Sin embargo, algunos argumentan que Internet también distorsiona la realidad al hacer que escenas menos activas parezcan más importantes. El
Graffiti en Medellín: La influencia de Internet en su difusión y evolución
1.
Relación
GRAFFITI – WEB – ETNOGRÁFIA
G5: Graffiti de la 5
En el contexto particular de nuestra observación, acompañamos la crew G5 en
Medellín para conocer un poco de la práctica graffiti hip-hop en la ciudad. La
percepción de sus prácticas y la naturaleza de sus actos, arrojan claridad sobre la
división en corrientes que sitúan al arte urbano en dos entornos:
Graffiti legal e ilegal, más ampliamente practicado el segundo por su carácter
clandestino. Esta diferenciación guiara la descripción, entre la relación de la
cultura digital y el arte urbano, en la medida que se hacen complementarias para
la práctica graffiti de la nueva generación.
Desde su inicio, el poder de la imagen ha sido fundamental en las prácticas de
arte urbano. Para la década de los noventa, aparece internet y comienza a
generar la posibilidad de hacer circular estas imágenes masivamente y de forma
casi gratuita. Esto permitió por fin compartir las obras de graffiti (siempre limitadas
por territorio) ahora a una gran audiencia y mucho más diversa. Así, este
antecedente, se ha ido argumentando como la principal causa de la inmensa
explosión en la producción de graffitis en las calles de todo el mundo, que ocurrió
a partir del cambio de siglo. Sin duda, el principal papel que los medios de
comunicación han jugado en la evolución del arte urbano aporta más allá de esto,
internet ha tenido diversos otros efectos sobre el fenómeno.
El terreno donde las propuestas artísticas de la crew G5 se han ido nutriendo
hacia la aceptación social, ha sido internet. Pues las pintadas en muros proponen
tal aceptación, pero es hasta que llega a la red cuando el carácter de masivo se
multiplica. Fue en este espacio de comunicación independiente donde pudieron
salir a la luz sus versiones del graffiti y sus propuestas de renovación del arte, que
suelen centrarse en la legalidad. Diego Marin, subdirector en G5 lo expresa así:
“Nos dimos cuenta de que las redes sociales influían a personas por fuera de los
muros a seguir nuestro arte. Fue uno de los primeros lugares donde la audiencia
tenía real interacción con nuestras obras”. Esto llevó a que más gente, periodistas
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y revistas los invitarán a hacer parte de sus contenidos.
“Difundíamos con Flickr.com, les daba la posibilidad de conocer nuestro
movimiento”
El colombiano, Canal Teleantioquia e instituciones similares, que antes se
mostraban negativas respecto a este arte, completaron un circulo de difusión que
ahora pone a este grupo como una de las banderas de la alcaldía en construcción
de políticas sobre arte urbano.
Antes, la discusión sobre las formas del arte urbano, llevó inmediatamente a
plantear relaciones entre el vandalismo y la ilegalidad del arte. Con internet,
gracias a que no es propiedad de ningún medio ni está controlada por resultados
de venta, se creó una situación que permitió a la crew crear una audiencia que
desmitificara las pintadas hacía una legitimación y participación colaborativa del
Graffiti.
El actual contexto del graffiti, hijo de estas nuevas circunstancias, ha recibido a
Internet como principal y casi único medio especializado. Han existido fanzines y
revistas dedicadas al graffiti, pero su papel ha sido secundario. Hasta el año 2012
que la crew G5 se propuso mejorar el flujo comunicativo que tenían en la ciudad, y
definieron un plan de comunicaciones que incluía, desarrollo de redes sociales, un
programa radial, y una revista impresa y digital especializados en la difusión de
propuestas y artistas graffiti en Medellín; se cubrió un déficit significativo en
reconocimiento que tenía la escena. El programa radial espacio urbano1.2.
fué
trasmitido por la emisora web MORADA estéreo y la publicación de la revista con
el mismo nombre fue financiada por PP de la alcaldía con una distribución de 3
ediciones al año. Lograron ser considerados como una propuesta transmedia de
difusión que contenía todo un panorama sobre arte urbano y un representante de
las intenciones de la alcaldía por tomarse las expresiones artísticas.
“Ya no hace falta tener contactos en medios para conseguir mostrar tu trabajo.
Ahora, un artista tiene la posibilidad de que, toda una escena critique y conozca lo
que se hace a su alrededor. No hace falta que vayas a las calles donde pinté, ni
que pienses que es un acto vandálico, no importa dónde estás o que haces. Ya no
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soy ignorado, sé que todo eso aún no importa. […] Pero, gracias a las páginas de
Espacio público y G5, ya los medios y los dueños del monopolio, no tienen una
hegemonía tan abrumadora”. (SHIFO: 2014).
Sin embargo, el defecto más comúnmente achacado a internet y los medios
alternativos de comunicación es su condición de distorsionar la realidad de la
calle; es el mismo fenómeno que ocurrió en la escena skate con la aparición de los
patrocinadores. Los medios web pueden permitir a un graffer poco activo publicar
todas y cada una de la obras que produce, y aparentar una gran presencia en el
espacio público. Ha sido este el caso de Medellín, considerada foco del graffiti
nacional no tanto por el trabajo de sus artistas sino por la presencia de estos en
internet. Cuando preguntamos al colectivo si es verdad que Medellín tiene la
escena de graffiti más activa de Colombia, Respondieron: "No, no es verdad. Lo
parece porque internet distorsiona nuestra percepción de la escena. […] La
escena de Medellín está medianamente muerta. Vemos muchas cosas, pero
pocas cosas nuevas en estilo y concepto" (WORM: 2014).
Efectivamente con internet, cualquier artista puede dar a conocer su obra. Y es
indiferente dónde trabaje, tampoco importa si la obra es la mejor o la peor. En la
calle y en internet no hay filtros que garanticen un nivel determinado de calidad;
pero el segundo, tiene la facultad de otorgar credibilidad a las obras que
reproduce, lo cual deforma la capacidad autocrítica de los artistas, sobre todo de
los principiantes marcando una disminución en la calidad de las obras. Internet
enseña throws up facilistas, esténcils sin sentido. Se trata de a cualquier rayón,
sacarle una foto, y buscar alabanzas por ser un “artista urbano”.
4.
La paradoja de la regulación
El graffiti en Medellín actualmente está marcado por dos grandes elementos que
conforman su paradoja: su condición de ilegalidad y su tendencia creciente. Ya
sea como arte contemporáneo, como herramienta de trabajo o como simple
reclamo al derecho de expresión, el arte urbano está de moda.
Muchas veces estos conceptos se contradicen en la legislación: se prohíbe la
parte no regulable, mientras se auspicia la parte comercial. Se prohíbe el tag en
propiedad privada a la vez que en la misma pared, se protege una producción con
contenido anunciante y mantenimiento pagado por el mismo municipio, con el
objetivo de que no se “vandalice” una pieza también hecha legalmente.
Ahora, es importante anotar que Medellín, de un tiempo para acá, ha venido en
una transformación física, social y cultural. Y que está ultima, le ha obligado,
sobre todo, a reconfigurarse para incluir en ella, expresiones artísticas que se han
hecho mucho más visibles en los últimos años, y que están cargadas de un fuerte
contenido social pero que además fueron despojadas de toda validez
comunicativa por el solo hecho de practicarse en la calle y de carecer,
aparentemente, de cualquier formalidad para articularse como un medio que
denuncia sus inconformidades, o simple y llanamente, amplifique sus maneras de
pensar la ciudad. De ahí que Mcluhan propone “El medio es el mensaje”, pues son
precisamente todos los elementos característicos que rodean la práctica del
grafitti, los que deslegitiman su acción de comunicar y lo degradan a un acto
vandálico. Es decir, su accionar clandestino como “modus operandi”, lo rustico de
sus lienzos, las paredes, como recipiente en el que depositan sus contenidos y tal
vez, la falta de organización como gremio.
5.
Si bien es cierto, que todo lo que es clandestino se asocia a comportamientos
delictivos, también hay que entender el arte como un ritual. Y aunque para efectos
de “cultura ciudadana” resulta poco decorosa su modalidad clandestina, para esta
expresión artística es imperante practicarse de esta manera; sencillamente porque
lo que se raya en una pared, tiene que ser más grande y más evocativo que el
propio nombre del autor.
No obstante, el internet le ha permitido a la crew G5, reorganizarse en sus
maneras de replicar su arte y de esta forma, ganar para sí, el calificativo de
artistas cuya propuesta de ciudad es una Medellín pensada como un gran lienzo
urbano. Es como si de alguna manera, se valieran de un medio que tiene
aceptación por todos y trasladaran su arte de las calles a la web, consiguiendo con
esto, hacerse visibles social y culturalmente, a tal punto que lograron captar la
atención de una alcaldía, por ejemplo. Algo que en pocas palabras, no es más que
la tipificación de la norma: “El medio es el mensaje”.
Además, se han generado notables mutaciones dentro del propio graffiti, con una
tendencia a romper los clásicos moldes de aerosol, colores y letras
incomprensibles. Lo que han llamado el “Posgraffiti”, que presenta mayor
dinamismo de las ilustraciones, contenido directo y un carácter artístico más
notable que denunciante. Una evolución del graffiti y aumento de la presión policial
y judicial junto con la desbordante creatividad de genios del aerosol provocan un
cambio radical en lo que se entendía hasta ahora como arte urbano, pasando a
adoptar formas que poco o nada tienen que ver con el graffiti tradicional.
Observando el funcionamiento de esta paradoja, vemos los intentos de
criminalización de esta manifestación enmarcados en las nuevas políticas urbanas
de regulación del espacio público y ejemplificado en el modelo de Tolerancia Cero
implementado por Rafael Pardo el presente año en la capital del país.
6.
Este tipo de regulaciones son herramientas que empiezan a ser cuestionadas, no
sólo por su forma sino también por su función, ya que no están siendo efectivas y
además, se dan de forma contraproducentes a lo que habían sido concebidas. No
están consiguiendo eliminar el graffiti, sino que son testigos de la proliferación de
las pintadas clandestinas. Ya que los graffers trabajan rápido para no ser
localizados, y con orgullo de no poder hacerlo a plena luz del día, el remedio ha
resultado peor que la enfermedad.
Otra ilustración es cuando se da una regulación del fenómeno (Caso municipio de
Medellín). La administración local expresa un interés en vincular artistas urbanos
con promesas de desarrollo económico y sustentado en la apariencia de
posmodernidad. De repente la ciudad aparece en un crecimiento desmedido de
festivales, publicaciones y galerías especializadas de graffiti como reclamo a los
nuevos apoyos dados a los artistas urbanos. Así el proceso de centralización de
las expresiones artísticas, se da con la parte del gremio que el sistema puede
asumir. La parte “no asumible” la prohíbe, criminalizándola, primero en la opinión
pública, mediante palabras clave como “seguridad” y “civismo” y luego a través de
legislación, se encarga de sacar los aspectos de contenido artístico que ellos
como estado no pueden permitir reproducir.
En conclusión, con la llegada de la web 2.0, cambiaron los paradigmas de la
comunicación web, siendo posible generar contenidos para compartir, publicar y
de esta manera, recibir una retroalimentación sobre el trabajo realizado. Así, el
colectivo Graffiti de la 5 ha podido gestionar su propia información y gracias a su
incursión en la web, ha permitido visualizar mucho más su trabajo con alcances
nacionales, hasta ahora.
Importantísimo es identificar cada una de las plataformas como un medio por el
cual se transmite un mensaje, visto desde la teoría de Marshall Mc Luhan, pues es
el medio específicamente el que condiciona y determina el mensaje siendo incluso
en algunos casos, más importante el soporte que el propio contenido.
7.
BIBLIOGRAFIA :
- “El medio es el mensaje” – (Marshal Mcluhan:1964)
- “Violencia y salud mental “ – (Alberto Fernandez Libria:2009)
- “El papel de los medios en el desarrollo del arte urbano” – (AACA:2010)
- “Revista espacio público – ed 3) (G5:2013)