1. Nivel 1: De amigo a simpatizante.
Las personas inician una serie de estudios donde van a aprender algunas lecciones básicas de la Biblia con
respecto a la salvación, lo que provocará una serie de inquietudes y sed de resolverlas, de allí comienza una
relación diferente con el Evangelio. Las lecciones serán parte de la reunión ya que éstas les brindan alegría,
amistad, unión y ayuda.
Objetivos:
• Reunir a los vecinos, amigos, familiares y participarles durante un tiempo de las enseñanzas bíblicas.
• Lograr que ellos terminen simpatizando con el Evangelio.
• Alcanzar de esta manera el interés de las personas para seguir enseñándoles el plan de salvación.
Nivel 2: De simpatizante a asistente.
La mayoría de personas se sienten bien en la casa y en confianza con el líder, pero sienten temor de ir al templo
y que le miren como cristiano o evangélico, por esta razón este nivel tiene los objetivos:
• Aclarar los conceptos que tiene la gente frente a la Iglesia, el templo y el culto.
• Despertar el deseo de los simpatizantes de ir al templo y asistir a los cultos.
• Mostrar la importancia de congregarnos.
• Facilitar el proceso de salvación de la persona, ya que al asistir le brindará una serie de bendiciones.
• Explicar la organización de la iglesia local y de lo que hacemos.
Nivel 3. De asistente a creyente.
Los nuevos asistentes a la iglesia se encontrarán con una familia especial y el toque de Dios en sus corazones,
pero lo que buscamos es que ellos no se queden o se conformen con esta maravillosa experiencia, aún necesitan
dar otros pasos, miremos los objetivos de este nivel:
• Presentar de manera clara la realidad y seriedad de la salvación.
• Mostrar el momento y necesidad de tomar una decisión.
• Explicar algunos pasos fundamentales para la salvación de su alma.
• Lograr que la persona se entregue definitivamente a Cristo y acepte ser bautizada en el Nombre de Jesús.
• Enseñar las bendiciones para el creyente y su eternidad.
Nivel 4. De creyente a servidor.
En repetidas ocasiones hemos escuchado la preocupación de manera especial por las personas hasta que llegan
al bautismo, pero sería excelente si aprovechamos el inicio de las vidas de estos recién bautizados para formar
en ellos creyentes servidores en potencia, miremos los objetivos:
• Explicar que somos salvos para servir al que nos salvó, Jesús.
• Despertar en ellos el interés de prepararse para el servicio a Dios.
• Presentar las diferentes formas en que podemos servir a Dios.
• Motivar a los creyentes a una proyección especial de un liderazgo.
• Mostrar las recompensas y herramientas del servicio.