El documento propone el traslado de la cárcel de Villa Devoto debido a que se encuentra superpoblada con más de 2000 detenidos en una capacidad para 1600, lo que genera problemas de hacinamiento, salubridad e higiene y dificulta el control de seguridad. Los vecinos sufren contaminación auditiva, visual y ambiental además de secuestros virtuales desde la cárcel. El valor de las propiedades en la zona ha disminuido considerablemente por el deterioro alrededor de la unidad penitenciaria.

1. PROYECTO DE DECLARACIÓN
La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires vería con agrado que el Poder
Ejecutivo realice ante el Gobierno Nacional las gestiones pertinentes y necesarias para
agilizar el traslado de la cárcel de Villa Devoto, ubicada en la manzana delimitada por
las calles Bermúdez, Pedro Lozano, Nogoyá y Desaguadero de esta Ciudad.
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2. FUNDAMENTOS
La Cárcel de Villa Devoto fue inaugurada en 1927 en un terreno donado por la
familia de Antonio Devoto. Comenzó a funcionar como una cárcel de contraventores,
dependiendo de la Policía Federal. Recibía a condenados por ebriedad o vagancia a los
que el Jefe de Policía podía condenar a treinta días de prisión como máximo.
En noviembre de 1957, la “cárcel de Devoto”, pasó a depender del Servicio
Penitenciario Federal, y comenzaron a recibirse detenidos de toda índole. Si bien su
capacidad es de 1600 reclusos, en la actualidad se alojan allí más de dos mil detenidos.
Cuenta con depósitos frente al predio carcelario, sobre la calle Pedro Lozano, donde
actualmente operan talleres de reparación de vehículos de traslado.
Las consecuentes condiciones de hacinamiento que esta superpoblación implica,
ocasiona numerosos problemas de convivencia, que sumados a la deficiente estructura
edilicia y las mínimas condiciones de salubridad e higiene, dificultan el control de la
seguridad.
Los vecinos del barrio sufren día a día la mala ubicación de este establecimiento
carcelario, sobre todo los días de visitas y cuando se producen motines.
Según datos ofrecidos por estos mismos vecinos, sus principales preocupaciones
son:
1) Contaminación auditiva: Los internos conversan a los gritos con familiares y
amigos que los visitan desde las veredas. Se comunican entre los distintos
pisos, también a los gritos y muchas veces con insultos irreproducibles, a
cualquier hora del día y de la noche, o colocan sus equipos de audio a todo
volumen.
2) Contaminación visual: Personas en paños menores, ropa de los reclusos, toallas
y trapos colgando de las rejas, visibles desde las veredas, contribuyen a dar una
imagen más decadente de esta institución.
3) Contaminación ambiental: Las visitas, tanto las que entran como las que no,
dejan una gran cantidad de basura: pañales, restos de comida, envases,
excrementos humanos, papeles, etc. lo que ocasiona malos olores y la
proliferación de insectos y roedores. Otro motivo de contaminación lo
constituyen los innumerables puestos que se arman los días de visita y que
venden comidas, celulares de dudosa procedencia, artículos de perfumería, etc.
4) Secuestros virtuales: Se realizan telefónicamente desde la penitenciaria, dado
que los internos cuentan con el tiempo y el material necesario, así como una
vista privilegiada desde la altura de la cárcel, que les permite estudiar ingresos
y egresos de los vecinos y elegir a sus víctimas con facilidad.
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3. Desde hace muchos años la zona viene sufriendo un gran decaimiento, con
una considerable baja en el valor de las propiedades, debido al deterioro que se
observa en derredor de la unidad penitenciaria.
Adjuntamos a este pedido las más de 5.000 firmas de vecinos de la zona que
apoyan este reclamo.
Es por todo lo expuesto que solicito la aprobación de el presente Proyecto de
Declaración.
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