El TRIBUNAL DE PILATOS VIAJA EN EL T-LIBRO.pdf

Cesar Modesto García Rondón
El Tribunal de Pilatos
Viaja en el
Tiempo

EL TRIBUNAL DE PILATOS
VIAJA EN EL TIEMPO
.....al más débil
“Porque el Señor tiene los ojos
puestos sobre los justos y los oídos
atentos a sus peticiones. Mas el señor
se indigna contra los que hacen el
mal.” (1 Ped: 3,12)

EltribunaldePilatosviajaenel tiempo
Editor: CesarModesto García Rondón.
Depósito Legal:
Diseño de presentación: Milagros Hernández.
Correctorde Estilo: Msc. en Lingüística Milagros Hernández
1era Edición 2007 Copyrigth por Cesar Modesto García
©
Rondón
Todos los derechos reservados. Es propiedad del autor. Prohibida
la reproducción total o parcial de esta obra sin el permiso escrito
del autor.

DEDICATORIA
Este ensayo está dedicado a los más débiles e
intensos, pues, conociendo el estado de indefensión en que
se encuentra hoy día el hombre ante sus superiores, tanto
en las instituciones privadas como en las oficiales y, en
particular, en el sector Educativo, aparece como por arte de
magia este trabajo, que se propone incentivar a la reflexión
no sólo al oprimido, sino con mayor fuerza al opresor, ya que
está realizado a la medida del tamaño de la crueldad que
impera en el corazón de quienes se creen que pueden
manejar a Dios, y que finalmente no quedarán sin castigo, a
menos que reconozcan su error y se pongan a derecho ante
elTodopoderoso.

INDICE
PREFACIO..................................................................... 4
CAPITULO I ................................................................. 13
CAPITULO II ................................................................. 17
CAPITULO III ............................................................... 21
CAPITULO IV ............................................................... 28
CAPITULO V ................................................................ 30
CAPITULO VI ............................................................... 36
CAPITULO VII .............................................................. 44
CAPITULO VIII ............................................................. 48
CAPITULO IX ............................................................... 54
CAPITULO X ............................................................... 60
CAPITULO XI ............................................................... 61
CAPITULO XII .............................................................. 63
EPILOGO .................................................................... 76
BIBLIOGRAFIA............................................................. 82

La represión ha sido considerada en los últimos años
de este siglo como una abominación a Dios. En esto
coinciden la psiquiatría, la psicología, la teología y la
sociología, amén de la conciencia parcial que tiene la
filosofía cósmica (in sensucosmica) con las ciencias
anteriores.
Esta filosofía cósmica, se caracteriza como la “ciencia
de los fines últimos de la razón humana” y para Kant, según
Buber (1977), se fundamenta en cuatro preguntas:
1. ¿Qué puedo saber?
2. ¿Qué debo hacer?
3. ¿Qué me cabe esperar?
4. ¿Qué es el hombre?
PREFACIO
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Todos coinciden en cuanto al proceso psíquico
que desarrollan en el individuo sometido a juicio
público o privado, con o sin justificación: la negación, el
enojo, el regateo (justificación), la depresión y la aceptación
(siendo o no culpable). Así lo ha sugerido la psiquiatría,
coincidiendo con el Vaticano al señalar que los
conocimientos psicológicos nos ayudan a soportar con
mayor madurez, los dolores producidos por la represión.
Por ello, el Vaticano insiste no quedarse sólo en los
principios teológicos, sino también en hacer uso de los
conocimientos seculares, especialmente, la psicología y la
sociología.
Los análisis realizados a individuos sometidos a
torturas físicas y/o psicológicos han demostrado que tales
cosas, dejan en la mente y en el corazón del reprimido
huellas indelebles degenerativas que causan traumas, que
generan cuadros patológicos irreversibles en muchos
casos: ¿pero qué es lo que realmente produce finalmente
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Cesar Modesto García Rondón El Tribunal de Pilatos
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ese cuadro patológico?. ¿Las heridas físicas o los
recuerdos que quedan después del juicio?, y
respondemos: “Los recuerdos” puesto que las heridas
físicas quedan en la carne, pero los recuerdos (que son
procesos de experiencias mnémicas que corroen el
espíritu) proyectan al consciente imágenes tristes y
dolorosas que traen consigo al alma del hombre: ansiedad,
angustia, temor, miedo, ira y culpa, resultantes éstas de las
heridas psicosomáticas, (síntomas corporales que
proceden de estados psíquicos).
Las investigaciones psicológicas y teológicas, nos
permiten conocer, que podemos vivir con mayor madurez,
al descubrir que la clave para salir de ese cuadro patológico
es perdonar. Por ejemplo, la mayor parte de los pasajes de
la Biblia en los que interviene el perdón (Lc. 23-34) a un nivel
profundo incluye también la manera de tratar esas heridas.
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Sin mucho preámbulo, en esta obra se presenta un
relato, estamos seguros, calará los huesos del lector, y
convencerá a su espíritu si hace suya esa vivencia del reo
sometido a juicio, por lo demás injusto, como se demuestra
al final, cuando los que lo acusaban quedaron confundidos
y esparcidos como ocurrió con los hombres que subían la
Torre de Babel.
¡Hubiésemos querido ver sus caras! Pues, desde hace
tiempo se sabe que la ansiedad, el temor, la ira y la culpa,
desencadenan cambios fisiológicos que pueden ser leídos
por expertos o por detectores de mentiras.
Y no sólo el reo sufre estos cambios, sino también el
opresor, más cuanto sabe que lo mueve el egoísmo, el odio,
el deseo de venganza. Estos sujetos actúan
premeditadamente en conjuro con otros.
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Sin embargo, a todos ellos, la ansiedad los abruma, el
temor a fallar los angustia, la ira los carcome y la culpa los
abate, pero como son malos, actúan sin conocimientos de
causa.
En ellos impera la destrucción de la moral de sus
contrario, pero al fin y al cabo también son hijos de Dios
(Apc. 1,2,3,4) y pueden ser liberados de esa conducta
malsana, si reconocen ante Dios que han pecado.
El relato de la persecución y represión del personaje
que en este ensayo se presenta es virtual, quiere decir: que
habiendo ocurrido no es cierto, que pareciendo real no
existe.
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Los hechos dicen más que las palabras.
Con una sesión solemne.
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Es posible que algunos se identifiquen con los
personajes, otros quizás se sientan ofendidos porque
quedan retratados con los acontecimientos aquí narrados,
por ellos debemos hacer notar que cualquier relación es
pura coincidencia.
El lugar, los personajes, los hechos y el tiempo, también
son virtuales, sólo existen en la imaginación. Nadie puede
atribuirse lo que no es. No obstante, todos sabemos que la
historia de la vida del hombre de todos los tiempos está
rodeada de acontecimientos parecidos a los que en esta
obra se presentan.
Inevitablemente, en la actualidad reinan: el egoísmo, la
envidia, el rencor, el deseo de venganza. Los hombres se
reúnen, traman trampas, persiguen a los que no comulgan
con ellos y buscan falsos testigos para sacarlos del camino.
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Es por ello que este ensayo está dedicado al más débil,
para que descubra la infinita bondad de Dios: que todo lo
sabe, todo lo ve y todo lo puede, sienta su misericordia y
saboree la libertad cuando Él lo libere del opresor.
Se recomienda a los jefes, tanto de las Instituciones
privadas como oficiales, para que estén alertas, despiertos
y no se dejen arrastrar por el Malo. No hagan pacto con el
dueño de este mundo que por ser mentiroso termine
abrazándolos y destruyéndolos.
Este ensayo ha sido distribuido en doce partes,
atendiendo a los siguientes propósitos:
En primer lugar, con la intención de que el lector medite
cada parte bajo su propia reflexión y vaya tomando
lentamente conciencia de su actitud ante la vida.
En segundo lugar, para congelar el tiempo en el
pensamiento del reo y así, sacarle el mayor y mejor
provecho a su interioridad espiritual.
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En tercer lugar, con la intención de enriquecer con
oraciones al espíritu del personaje central, de tal manera
que sirva de guía al lector que en algún momento de su vida
sienta que la suya esta ocupando, de alguna manera, el
lugar del reo.
Por último, se recomienda al lector que haga suyo este
relato, que ore y lea la Sagrada Escritura, así como que
busque la enseñanza de los sacerdotes y los predicadores
de la Palabra, con el propósito de que obtenga una
conducta que lo lleve a ser sabio, prudente y piadoso.
Virtudes éstas que le permitirán:
1. Encontrar nuevas formas de vida espiritual.
2. Alimentar el espíritu con la esperanza de que existe
un Dios salvador.
3. Desarrollar la capacidad reflexiva o el orden de
prudencia para entregar el malo a Dios.
4. Encontrar al final de la oscuridad, la luz.
El autor
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CAPÍTULO I
Aconteció el séptimo día, del segundo mes de lluvia del
año 96, una tarde gris, de cielo encapotado, de nubes
preñadas a punto de bañar los contornos de aquel lugar
sombrío, tenebroso y frío.
La preocupación de la gente era notable, corrían, se
reunían en pequeños grupos, buscaban una luz que los
orientara. A los ojos se miraban sin hallar respuesta, no
sabían si estar o no de acuerdo.
Una minoría hacía comentarios en voz alta, otros, sólo
susurraban. Los que no estaban enterados se extrañaban
de aquel movimiento nunca visto: desplazamientos
sigilosos, miradas caídas (como escrutando algo), avizores
como polizontes dando la impresión de que el recinto iba a
ser visitado (en secreto) por algún personaje importante.
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Todo era confusión, se observaba la inquietud de los
moradores de aquel oscuro y melancólico lugar. La tristeza
y el silencio se apoderaron del ambiente. El poder político y
religioso buscaban acuerdos.
El poder central en manos de César, reunido con el
gobernador Pilatos, quienes orientados por el Sanhedrín,
representado por Caifás y judas, preparaban, o mejor
dicho, tramaban el juicio del siglo.
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EL CIELO SE OSCURECIÓ
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Los preparativos tenían que realizarse en tiempo
récord. El teatro tenía que parecer espontaneo como si
fuera a petición del pueblo. Cuatro horas de trabajo fueron
suficientes para preparar a la Muerte, ataviándola de su
oscura vestimenta.
En su mano derecha la hoz, mostrando sólo el rostro
calavérico y recibiendo la enseñanza del César y de Caifas.
La Muerte veía, sin mirar, la foto de la presunta víctima.
Estuvo sentada la Muerte frente al César y Caifas desde la
una hasta las seis, cuando se paró, caminó frente a ellos y
desapareció.
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CAPÍTULO II
Pasada la cuarta hora de trabajo, de aquellos
singulares personajes, las cartas estaban echadas. Existía
una foto, había una víctima y pronto aparecería un reo.
Desaparecida la Muerte, se nombró una comisión, y al
mando de Caifás rastreó el lugar de la victima y
apresándola, la trasladó hasta el tribunal de Pilatos.
El reo escoltado, tenía que caminar ochenta metros
aproximadamente para llegar al calvario o lugar de las
Calaveras (por aquello de las caras largas) y, como
sus pensamientos estaban centrados en su Señor; se
detuvo el reloj del tiempo, y los ochenta metros se
transformaron en ochenta kilómetros, escuchándose a lo
largo del camino el lamento del caminante que llegaba
hasta el cielo: “Señor, escucha mis gritos, atiende a mis
clamores; presta atención a mi plegaria, pues no hay
engañoenmislabios,confirmamispasos entus caminos
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para que mis pies no vacilen. ¡Manifiestate, Dios
misericordioso, a quienes confían en tu mano, frente al
agresor! Guardame como a la niña de tus ojos, escóndeme
a la sombra de tus alas, lejos de los impíos que me
acosan. Porque a ti Señor me acojo, no quede yo nunca
defraudado, tú que eres justo ponme a salvo. La voz de
mi enemigo y los aullidos del impío me perturban,
derraman sobre mí la injusticia y con rabia me persiguen.
Se me estremece el corazón y me sobrecoge una angustia
mortal, temor y temblor caen sobre mí. Pero, ahora
mismo arrojo en el Señor toda mi carga, porque Él me
sostendrá. Él no consentirá que se derrote al justo para
siempre. Yo celebraré tu poder y desde la mañana me
alegraré por tu bondad porque tú eres mi defensa y mi
refugioeneldíademiangustia”.
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Comienza la persecución
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EL CIRCO
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CAPÍTULO III
Mientras el reo exclamaba a su Dios con gemidos del
espíritu, Caifás le abría paso a lo largo del camino. Llegan a
la carpa habitada para dar inicio al juicio del Siglo y Caifás lo
obliga a entrar:
El reo, agudizando los sentidos, traspasa el umbral de
la puerta, observa detalladamente el auditorium y mira con
asombro la disposición física de las autoridades político-
religiosas, así como la distribución organizada del pueblo.
Cada quien en su puesto, en el lugar que le
correspondía, nadie se movía, el silencio era tétrico,
profundo y sepulcral. Daba la impresión de que esperaban
la orden del director: ¡luz!, ¡Cámara!, ¡Acción! Todos los
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movimientos se estatizaron. Se congela el tiempo en el
pensamiento del reo, bajo la mirada cortante de los
miembros del tribunal, entra en comunicación con su Dios, y
de Él escucha: “El que ama su vida, la perderá y el que
pierda su vida por mí, la encontrará”. (Mt. 10,39).¿Has
pensado alguna vez que quienes más miedo tienen a morir
son los que más miedo tienen a vivir? ¿Qué al pretender
escapar a la muerte estamos huyendo de la vida?
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ESTAMOS ACTUANDO
COMO ARBITRO
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Tribunal Supremo
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El delirio se apodera del reo, se abstrae del ambiente y
eleva su espíritu a la presencia del Santísimo exclamando:
¡BenditoseaDios!
Padre de Cristo Jesús, Nuestro Señor: Por su gran
misericordia!
Resucitando a Cristo Jesús de entre los muertos, nos
concedió renacer para la vida que esperamos, más allá de
lamuerte,delpecadoydetodoloquepasa.
Ésta es la herencia que a nosotros nos tiene reservada
en los cielos. Por tener fe, somos desde ahora protegidos
por el Poder de Dios, Él nos ha preparado esta liberación
queseveráalfinal delostiempos.
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Por esto alegrémonos, aunque por un tiempo quizás
nosseanecesariosufrirvariaspruebas.
Nuestra fe saldrá de ahí probada, como el oro que
pasa por el fuego. En realidad, el oro ha de desaparecer;
en cambio la fe, que vale mucho más, no se perderá hasta
el día en que se nos revele Cristo Jesús: entonces
recibiremos por ella alabanzas, gloria y honor”. (1 Ped.
1,3-7).
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CAPÍTULO IV
Seguía meditando el reo, cuando la voz del César lo
despertó del éxtasis que generaba su delirio. El emperador
caminaba de un extremo a otro, se acercaba al reo, lo
miraba y caminaba, luego al extremo más lejano, desde ese
lugar del auditórium le decía: Tengo el poder en mis manos,
¿qué tienes que alegar en tu defensa? Puedo liberarte o
condenarte, sin embargo, mi función en este tribunal es
investigar los hechos que se te imputan.
El emperador hizo silencio, caminó de nuevo hacia el
reo, lo miró, giró a su alrededor, se detuvo al frente, se
inclinó, lo miró fijamente, se enderezó bruscamente, giró
dándole la espalda y gritando ordenó a uno de los soldados
del Imperio que leyera los cargos que se le imputaban.
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La lectura hecha por el soldado duró exactamente
siete minutos. Durante ese tiempo, el espíritu del reo no
estaba en el Tribunal de Pilatos, sino que buscando en sí
mismo, en su corazón, por ser templo de Dios, a su Dios. Y
por ello, se escuchaba el clamor de su espíritu que decía:
“Es tu rostro, Señor, lo que yo busco, no me escondas
tu cara. Enséñame Señor el buen camino, guíame
siempre por senderos planos frente a mis enemigos.
Líbrame del afán de mis contrarios: pues hablan contra
mífalsostestigosquelanzanamenazas”. (Sal: 27).
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CAPÍTULO V
El reo sabía que ÿavé es quien da muerte y vida, quien
hace bajar al lugar de los muertos y volver a la vida.
(1 Sam:2). Y por eso repetía y repetía: ¡Raboni!,
¡Raboni!,¡Raboni!
Los gritos de su corazón, cuando gritaba ¡Raboni! se
entremezclaban con los gritos del auditórium en el Tribunal
de Pilatos, que ladraban: ¡Sacrifícalo! (¡botálo!),
¡Sacrifícalo!(¡botálo!),¡Sacrifícalo!(¡botálo!).
Su espíritu gemía, su corazón se entristecía y su
voluntad se fortalecía, porque sabía que su Dios nunca lo
abandonaría.
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De pronto, vino del cielo un ruido como el de una
violenta ráfaga de viento, que llenó la casa del reo; es decir,
su corazón, y se oyó una voz celestial que decía: “La
venganza es mía” y también, “cuando seas llevado a los
tribunales de los hombres, no te preocupes por lo que
tienes que decir, el Espíritu Santo hablará por tí, tus
acusadores se irritarán ante tu paciencia, paciencia que
no es tuya, sino de tu Dios”. “No te preocupes hijo mío,
cuando las acusaciones se fundamentan en la mentira, y
en la calumnia, tus perseguidores caerán a tu derecha”,
“Porque hay de aquél que se meta con uno de mis
pequeños, más le vale atarse la piedra de molino al cuello
ylanzarsealmar”. “Pueslavenganzaesmía”.
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PAZ EN LA JUSTICIA
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¡Señor!... Mira como mi jefe me ha encadenado.
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Se apagó la voz que venía desde el cielo, el reo se
fortalecía en su Dios, la actuación de su yo se desvanecía;
ya no era su voluntad (propia) la que actuaba, sino la
voluntad de Dios la que imperaba.
Ponía su confianza en Jesús, ya no confiaba en su yo
maldito, en sus propias fuerzas, sino en la fuerza
Todopoderosa de Dios, su yo, ya no se jactaba de saberlo
todo, por ello, no respondía las preguntas de los necios que
con insolencia y desprecio le hacían, la hipersensibilidad
de su yo se anulaba, y así no le importaba lo que decían sus
detractores, quienes se encolerizaban cada vez más,
llegando a ser aposentos del demonio, quien los hacía
gritar a los cuatro vientos: ¡Sacrifícalo! (¡botálo!),
¡Sacrifícalo!(¡Botálo!).
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Porque yo, Yavé, tu Dios, te tomo de la mano y de digo:
“No temas, que yo vengo a ayudarte”
I
(Is. 41,13)
¡Rompe las cadenas que me atan al pecado de este mundo!
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CAPÍTULO VI
Los gritos de aquellos seres poseídos, inmutaron la
mente y el corazón del reo. Estos dos elementos se
entremezclaron, eran como un receptor de radio que, por
mucho que gire el día, sólo capta una emisora.
Por otra parte, no puedes controlar el volumen: unas
veces el sonido es apenas audible, otras, es tan fuerte que
te destroza los tímpanos. Y además, es imposible apagarla,
y aunque a veces suena bajo, de pronto se pone a sonar
estruendosamente cuando lo que quieres es descansar y
dormir.
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¿Quién puede soportar una radio que funciona de
semejante modo? (Anthony de Mello, 1992). Sin embargo,
el reo lo soportaba, porque ya no era la voluntad de su yo,
ya no confiaba en él, ni se jactaba de ser sabio, todo lo
dejaba en manos de su Dios.
Durante esos minutos de angustia en su corazón,
reflexionaba, meditaba, “Comparaba el sereno y sencillo
esplendor de una rosa con las tensiones y la agitación de la
vida de aquellos seres”.
La rosa tiene un don del que carecen esos seres, está
perfectamente conforme con ser lo que es. Al contrario de
ellos, ella no ha sido programada desde su nacimiento para
estar insatisfecha consigo misma, por lo que no siente el
menor deseo de ser algo distinto de lo que es.
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¿SE PUEDE TENER VERDADERA
PROTECCIÓN?
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Cristo: Un ejemplo perfecto
de espiritualidad
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Y por eso posee esa gracia natural y esa ausencia de
conflicto interno que, los humanos, sólo se dan en los niños -
menores de siete años - y en los místicos. (Anthony de
Mello, 1992).
En esos momentos difíciles para el reo, él se comportó
como un niño, pues, “cuando miramos los ojos de un niño, lo
primero que llama la atención es su inocencia: su deliciosa
incapacidad para mentir, para refugiarse tras una máscara o
para aparentar ser lo que es.
En este sentido, el niño es exactamente igual que el
resto de la naturaleza. Un ave, es un ave, una rosa, es
una rosa, una estrella, es una estrella. Todas las cosas son,
simple y llanamente, lo que son.
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Sólo el ser humano adulto es capaz de ser una cosa y
fingir ser otra diferente. Fíjate en la rosa ¿puede acaso
decir la rosa, voy a ofrecer mi fragancia a las buenas
personas y, a negársela a las malas? O, ¿puedes imaginar
una lámpara que riegue sus rayos a un individuo perverso
que trate de caminar a su luz?
Sólo podría hacerlo si dejara de ser una lámpara.
Observa cuán necesaria e indiscriminadamente ofrece el
árbol su sombra a todos, buenos y malos, jóvenes y viejos,
altos y bajos, hombres y animales y a cualesquiera de los
seres vivientes...incluso a quien pretende cortarlo y echarlo
abajo. Esto es, pues, la primera cualidad del amor: su
carácter indiscriminado.
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Por eso, Dios bendice al reo que grita con toda la
fuerza de su corazón: “Gracias Señor te doy, por estas
palabras de aliento que llenan de fortaleza mi corazón, y
que, por caridad me llevan a perdonar a aquellos que me
persiguen, también perdono a mis enfurecidos enemigos
que no entienden de razones, sino que meditan de
violencia. Pero, tu Señor, librame del afán de mis
contrarios, pues, hablan contra mis falsos testigos que
lanzan amenazas. Yo se que tú, me librarás del lazo que
me tienden el César, Caifás, Pilatos y Judas, tú eres mi
refugio”.
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CAPÍTULO VII
Después de leída la sentencia al reo, por parte del
soldado, el emperador toma la palabra, interpela al reo, y lo
exhorta a que reflexione, que se retracte, sostiene que su
gobierno no tiene nada en su contra, que los cargos los
presentan el Sanhedrín y Judas, en representación del
pueblo ahí presente.
Pilatos, al igual que Caifás, esperaban una respuesta,
pero el reo no habla, no dice nada, por que nada tenía que
explicar, de nada tenía que retractarse, guardaba silencio,
todo lo guardaba en su corazón, y sentía pena y compasión
por aquella gente carcomida por el odio, la rebeldía y la
represión hacia los más débiles.
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Ese día, se sentaba un precedente, ese séptimo día,
del segundo mes de lluvia del año 96, comenzaba la
cacería de brujas. ¡Pobre de aquél, que caminando en el
mundo, caiga en manos de este tribunal de hombres,
dirigido por los malos deseos, apoyando su venganza
sobre la arena, en el vacío, en la mentira!
El reo todo lo guardaba en silencio y pensando en su
Díos, decía: “Por eso el varón Santo te suplica en la hora
delaangustia. Aunqueelaguadelmarsedesbordase,no
lo podrá alcanzar. Porque, Yavé ha hecho los pilares de
la tierra y sobre ello ha puesto el universo. Él guía los
pasos de sus fieles y los malos desaparecen en las
tinieblas, pues no es por la fuerza como triunfa el
hombre”. (1Sam. 2,9).
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Viaja en el Tiempo

FUE, SE LAVÓ Y VIO
La curación del ciego de nacimiento. Jesús dijo al ciego:
“Ve a lavarte a la piscina de Siloé”. Él fue, se lavó y volvió
con vista.
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En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
“No podéis servir a Dios y al dinero”.
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CAPÍTULO VIII
Sentado el reo, al lado derecho de Judas, detrás de
Pilatos y al frente del emperador, veía como Caifás entraba
y salía del recinto. Guardaba silencio, pensaba y oraba.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz
fuerte y firme de Pilatos, quien increpándolo le decía:
¡Defiéndete!¡Di algo!¡Yonoveoculpaentí!Poresome
lavo las manos”.
No obstante, participaba en la condenación del reo,
pues, su gobierno, en su persona llevaba a punta de lápiz,
todo el acontecimiento (la historia lo juzgará), el cual sería
archivado en el libro de vida del reo.
Mientras todo esto ocurría, Caifás observaba al reo, se
veía nervioso, con su mirada penetrante recorría el
auditorium una y otra vez. En su corazón hervía la guerra y
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Viaja en el Tiempo

la maldad habitaba en su casa. Su gran deseo era la
condenación y muerte del reo, pues la Muerte, que minutos
antes era su aliada, ahora deseaba su vida.
Por otro lado, judas, durante el proceso, permanecía
sentado, en silencio, cogitabundo y pensativo, no sabía si
hacía bien o mal, estaba confundido, estaba con el pueblo,
pero, amaba a su Maestro.
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DECRETO
COMUNÍQUESE Y PUBLÍQUESE
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P E R S E C U C I Ó N I N S T I G A D A P O R E L
G o b i e r n o
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Viaja en el Tiempo

Aquí se cumple la palabra de Dios “los demonios
también creen, pero tiemblan ante Dios y cuando Jesús
dijo: “Uno de ustedes es un demonio, más te vale no haber
nacido”. (Mt. 26,24).
La cara de Judas reflejaba la agonía de la muerte, esa
muerte que ya no tenía poder sobre el reo, pero si sobre
Judas, quien moribundo le abrumaba la oscura nube de la
depresión, pues, sabía que no se salvaría: ni con regateos,
ni con un comportamiento angelical. “No quiso bendición,
de él se alejó, la maldición lo vistió como ropa, penetró
como una agua en sus entrañas, y como aceite en sus
huesos, como vestido lo cubrió y como cinturón
permanente”. (Sal. 159)
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Viaja en el Tiempo

¿A quién servía Judas? Pues, “ninguno puede servir a
dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o
estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a
Dios y a las riquezas”. (Mt. 6,24).
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CAPÍTULO IX
El reo, sentado en un banco, y detrás de él un grupo de
jóvenes del pueblo, presenciaba con inquebrantable
serenidad el desarrollo de los acontecimientos. El
emperador y Pilatos lo increpaban para que se defendiera.
El reo pidió la palabra y dijo: ¡Soy inocente! De seguida, se
escuchaba el sonido del silencio. Esa expresión fue como
un dardo venenoso que traspasaba el corazón del César;
su cara se compungió, se alargó, se inmutó, no creía lo que
había escuchado.
¡La masa se enardeció! Gritaban con mayor estruendo:
¡Muerte al culpable! ¡Muerte al culpable! Una mujer del
pueblo, de tez blanca, joven, fuerte, se levanta, se para
frente al reo y grita: ¡nos irrita su paciencia! ¡Nos hierve la
sangre su silencio! ¡Nos incomoda su mirada! ¡Me provoca
hacer justicia con mis propias manos! ¡Yo voto porque lo
sacrifiquen!
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Viaja en el Tiempo

Era la hora de las tinieblas, el dueño de este mundo se
manifestaba con toda su maldad, posesionó a los ahí
presentes. Pero nada pudo, porque Jesús, el Salvador del
reo, está por encima de todo y de hecho estaba en el
corazón del reo.
“Jesús subió al cielo y está a la derecha de Dios,
después de someter a los ángeles, a las dominaciones y a
las potestades” (1 Pd: 3,22) y esto lo sabía el reo. De ahí
su templanza, su confianza en Dios, su fortaleza para
soportar: “Los miedos de la noche, la flecha disparada de
día, la peste que avanza en las tinieblas y la plaga que
azota en pleno sol”. (Sal: 91).
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El reo sabe, “que no podrá la desgracia dominarlo, ni la
plaga acercarse a su morada”: pues Dios “ha dado a sus
ángeles la orden de protegerlo en todos sus caminos. En
sus manos lo han de sostener para que no tropiecen sus
pies en algunas piedras, andará sobre víboras y leones y
pisará cachorros y dragones”.
Pues, a su Dios se acogió: lo librará, lo protegerá, pues,
su nombre conoció. Lo llamará, y le responderá y estará
con él en la desgracia. Lo salvará y lo enaltecerá y lo
saciará de días numerosos y hará que pueda ver su
salvación. (Sal. 91).
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Viaja en el Tiempo

DIOS NOS MANDA A SER HUMANOS
“Arrancad primero
la cizaña y atadla
en gavillas para
quemarla y el trigo
almacenadlo en
mi granero”.
57
Viaja en el Tiempo

La oración
perseverante.
“Pedid y se os
dará, buscad y
hallaréis, llamad
y se os abrirá;
porque quien
pide recibe;
quien busca halla
y al que llama se
le abre.
58
Viaja en el Tiempo

EL ASESINO ESTÁ
PLENAMENTE IDENTIFICADO.
LLEGÓ EL TIEMPO
DE ENFRENTAR LA
VIOLENCIA.
59
Viaja en el Tiempo

CAPITULO X
Desde la una hasta las siete se cubrió de tinieblas
aquel lugar. Se acercaba el fin del juicio, cerca de las siete
se produjo una gran confusión y todos abandonaron la
carpa, el teatro montado por el César, Pilatos, Caifás y
Judas se desmoronaba.
El reo se quedaba sólo, se hizo la luz: miraba el lugar
donde minutos antes estaban sus perseguidores, lo que
antes era oscuridad, ahora es claridad y pensaba: “En ti
está la Fuente de la vida y por tu luz vemos la luz”
(Salmo: 36,10) y continuó “voy a darte gracias Señor; Rey
y alabarte, Dios salvador mio. Doy gracias a tu nombre
porque Tú has sido mi protector y mi apoyo. Y Tú
libraste mi cuerpo de la muerte, del lazo de la lengua
malvada y de los labios que forjan la mentira. Cuando
me veía rodeado de enemigos, Tú llegaste a socorrerme y
melibraste” (Escl: 5,1-3).
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Viaja en el Tiempo

PAZ EN EL ESPÍRITU
EL REO QUEDÓ SÓLO
61
Viaja en el Tiempo

CAPITULO XI
Dios escuchó el lamento de su hijo. Se hizo presente
en su vida. Su luz desterró las tinieblas, y la muerte con su
singular vestimenta confundió a los presentes y los sacó de
la carpa. No han muerto, aún están vivos en algún lugar del
mundo; quizás preparando una nueva arremetida contra el
ex-reo, o contra cualquier hijo de Dios, con tal que se
oponga a sus reglas, su voluntad o sus deseos. Estos
personajes están en todos los tiempos y en todas las
instituciones.
No debemos correr cuando nuestro jefe nos llame, ni
temblar cuando nos hable. No obstante, si obedecemos
cometeremos menos errores, porque, quien se equivoca es
el que manda. (Párroco de Isnotú).
El reo, finalmente sale de la carpa, mira al cielo, levanta
los brazos y canta “mi almasealegraenYavé,enDiosmesiento
lleno de fuerza, ahora puedo responder a mis enemigos, pues me
sientodeluzcontuauxilio”. (1 Sam: 2,1)
62
Viaja en el Tiempo

CAPITULO XII
Se hizo la luz, la tiniebla retrocedió, se escuchaba el
trinar de los pájaros, el corazón del reo se ensanchó y con
gozo a Dios se consagró, buscaba a Dios en las alturas,
caminaba lento, seguro y con pie firme, caminaba como el
que trae buena noticia o, como el que un tesoro se
encontró.
Era dueño de su libertad, estaba feliz, pues su Dios lo
liberó, por ello, ¡le cantaba!, ¡le alababa!, ¡le glorificaba!.
Su estrecha comunión con Dios era notable. De ahí su
victoria contra sus detractores, quienes confundidos
dejaron el recinto como si hubiesen visto a la propia
Muerte.
La oración y la comunicación con dios hicieron del reo
el centinela de su alma, indispensable para llevar una vida
de victoria sobre el César; Pilatos, Caifás, Judas y el
demonio.
63
Viaja en el Tiempo

La oración y la comunión fueron las fuentes de fortaleza
espiritual durante el tiempo que duró el juicio. Su actitud,
desorientó, confundió e irritó a sus opresores, de no ser así,
bien pronto hubiese caído en manos de ese Tribunal.
El Diablo es demasiado fuerte para que podamos
hacerle frente con nuestras propias fuerzas, tenemos que
buscar del Señor el poder y la fortaleza, éstas nos son
entregadas a medida que gozamos de la comunión diaria
con Él.
El Rey de las Tinieblas conoce bien esta verdad, y por
esa razón, trata con todas sus fuerzas de conseguir que no
nos acerquemos a Dios. El enemigo prefiere que hagamos
cualquier cosa, que nos defendamos, que refutemos, que
peleemos, menos que conozcamos a Jesús. Pero si
mantenemos el conocimiento en nuestra mente, la gracia
en nuestro corazón y la obediencia en nuestra vida,
lograremos obtener un carácter amplio y equilibrado, que
ha de llevarnos a desconcertar a quienes nos persigan.
64
Viaja en el Tiempo

En la recia lucha contra los opresores, Cristo será
nuestra salvación y no, no ha de dejar hasta que nuestro
último enemigo perezca vencido en el campo de batalla.
Las pasiones imprudentes e impetuosas para defendernos
son reemplazadas por un tranquilo y santo reposo en Dios.
Los estallidos de mal genio serán dominados por la
mansedumbre de Jesús, la impaciencia mal humorada
será cambiada por un santo sentimiento, los pensamientos
mundanos serán vencidos por la comunión con Dios, y por
un concepto más claro de la grandeza y gloria de las cosas
eternas.
Imitemos al ex-reo, pidamos a Dios con sinceridad y fe,
que nos haga crecer en la gracia y nos de fuerzas para
estar firmes ante las pruebas y las persecuciones de los
poderosos y de los jefes. Tal vez la mayor prueba en la vida
del hombre se presenta en el asunto de su relación con el
mundo particularmente con su jefe.
65
Viaja en el Tiempo

A ciertos sujetos les es difícil dejar de depender de él,
que en muchos casos los aplasta, impidiéndole progresar
en su vida profesional y espiritual. Se aferran a su jefe a
pesar de que les obstaculiza su crecimiento. A ellos le
decimos ¿No sabes que la amistad con el mundo es enemistad
conDios? (Sant: 4,4)
“No ames al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”.
(1Jn: 2,5)
66
Viaja en el Tiempo

Peligros que debemos eludir
Nuevo modus operandi
67
Viaja en el Tiempo

Sin lugar a dudas, el ex-reo demostró ser un auténtico
Cristiano, pues, obedeció la voz de su Dios, no lo embargó
las cosas de la carne: la soberbia, la mentira, el odio, el
rencor, ni el deseo de venganza. Acudió a Cristo y
experimentó la transformación de su vida, acompañándole
la templanza para no odiar, la fortaleza para soportar, la
esperanza para esperar en su Dios, la fe para creer y la
prudencia para callar.
Todo esto nos asegura que “El mundo entero está bajo el
poder del maligno”, (1Jn: 5:19) y hace suyos a los que
creen tener el poder para perseguir, reprimir y botar a sus
subalternos. Se ve a las claras que esta gente sin amor, sin
respeto al prójimo, están apartados de Dios, y están llenos
de inmundicia y maldad. Son mundanos, ellos aman las
cosas malas e indecentes. Aman la mayoría de los
placeres del mundo, se relacionan con el sucio e impuro,
son abiertamente viles y degradantes.
68
Viaja en el Tiempo

El espiritual terrenal, odia a Dios, rechaza a Jesús.
Este espíritu carnal gira alrededor de sus apegos, de su Yo,
siempre usando como arma las cosas bajas y contrarias a
la Santidad. La conversaciones viles de los impíos, a su
nivel de conducta y las desviaciones de toda índole son sus
credenciales para obtener lo que se proponen, y lo
consiguen, porque su padre (el maligno) se los concede.
Esto lo sabía el ex-reo, por ellos estableció un límite de
separación entre él, y los que lo perseguían.
Los hombres que manejan las instituciones, sólo les
interesa del subalterno, una actitud servil, con este fin se
congracian con los borregos que le adoran, esto sin tomar
en cuenta: los derechos que le asisten, la decencia que lo
viste, la actitud que los adornan y la pureza que irradian.
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Viaja en el Tiempo

El ex-reo se negó a ser esclavo de la angustia, del
nerviosismo y de la depresión, por ello fue liberado de sus
opresores. Fue apartado del mundo que lo seducía y le
prometía proporcionarle seguridad y estabilidad, por ello la
actuación del Tribunal era dudosa y generaba desilusión en
su corazón.
La actitud del César deja insatisfecha, fría y hambrienta
el alma del ex-reo. Él fue a ese lugar empujado por el
Espíritu Santo, quien lo enfrentó al Malo, dándole al mismo
tiempo la espada de doble filo; es decir, la palabra con la
que no pudo ser derrotado. Todo lo que hizo, la realizó de
corazón para su Señor; y no para los allí presentes. Sabía
que su Señor le daría la recompensa.
Viaja en el Tiempo
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No sabían sus opresores que estaban juzgando a su
hermano, pues, “si alguien pretende estar en la luz y
aborreceasuhermanoestáenTinieblas” (1Jn: 2,9). “No
amen al mundo ni lo que hay en él. Si alguno ama al
mundo, en ese no está el amor del Padre. pues toda la
corriente del mundo es: codicia del hombre carnal, ojo
siempreávidosygentequeostenta superioridad.
Eso no viene del Padre sino que viene del mundo.
Pasa el y toda su codicia, más el que hace la voluntad de
Dios permanece para siempre” (1Jn: 2,15-17) y por Él
nos recuerda diciéndonos: “Hijitos míos, es la última
hora, y se les dijo que tendría que llegar el Anticristo, en
realidad, ya han venido varios Anticristos, por donde
comprobamosqueéstaeslaúltimahora”.(1Jn: 2,18).
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Viaja en el Tiempo

El César,Pilatos,Caifás y Judas,Ellos salieron de
entre nosotros mismos, aunque realmente no eran de
los muertos” (1Jn:2,19).
El ex-reo hasta el final demostró: paciencia
extraordinaria, tal fue, que sacó de sus casillas a aquella
mujer pueblerina, manifestó confianza en Dios y no en el
César, quien se atribuyó poder sobre él, desbordó
prudencia,que incomodó a Caifás.
El ex-reo practica ba la justicia, en cambio ellos, la
justicia, sabía que, “quienes pecan pertenecen al diablo.
Porque el Diablo es pecador desde el principio:pero el
Hijo de Dios ha venido para deshacer las obras del
Diablo.
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Viaja en el Tiempo

Los que han nacido de Dios, no pecan porque
permanecenenelloslasemilla deDios,nisiquierapueden
pecar; porque han nacido de Dios. Los hijos de Dios y los
hijos del Diablo se reconocen en esto: el que no obra la
justicia no es de Dios, y tampoco el que no ama a su
hermano” (1Jn: 2, 8-10).
No obstante, Dios ama también al malo, porque ama al
hombre, pero aborrece al pecado. Dios es garantía para el
opresor que se arrepiente y se convierte.
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Viaja en el Tiempo

COMO SER LUZ DEL MUNDO Y SAL DE LA TIERRA
Habéis oído que se dijo a los antiguos: No
matarás”... Pero yo os digo: “todo el que está
peleado con su hermano será procesado”.
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Viaja en el Tiempo

¡DIOS! RECONOZCO QUE HE SIDO
MALO CON MIS SUBALTERNOS...
SACÁME DE LAS ARDIENTES LLAMAS.
Dijo el hombre rico
“Padre Abrahán,
ten piedad de mí y
manda a Lázaro
que moje en agua
la punta de su
d e d o y m e
r e f r e s q u e l a
lengua, porque
me torturan estas
llamas”.
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Viaja en el Tiempo

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Viaja en el Tiempo
EPÍLOGO
Comprobado está que el hombre sometido a juicio o al
escarnio público, sufre una descomposición psicológica
progresiva generada por la angustia, el nerviosismo y la
depresión. Sabido esto, no pretendíamos hacer un
análisis de cada situación, pero si acotar de alguna manera
las manifestaciones generadas por la angustia en las fibras
del hombre en forma de tic, localizados éstos en el rostro o
en las manos. Para ello empecemos diciendo que la
angustia aparece como la reacción ante la presencia de una
situación externa real, reacción del ego ante el peligro, con
efecto sobre el núcleo sensitivo.
El nervio facial, sirve de conducto a la descarga
depresiva generada por la angustia, desembocado en el
lemnisco que se proyecta en la fosa romboidea
produciendo contracción espasmódica de alguna zona de
la cara.

77
Viaja en el Tiempo
De igual manera, la angustia descarga toda la energía
destructora sobre las articulaciones, músculos esqueléticos
y sus tendones, produciendo contracciones espasmódicas
cuyas excitaciones proprioceptivas (cinestésicas) son
analizadas por el núcleo del analizador motor,
correspondiente a las terminaciones corticales de los
analizadores internos.
Psicológicamente, la angustia se refleja con mayor
profundidad en la cara del sujeto, generando espasmo en el
nervio cigomático facial en el nervio infraorbital e
infratroclear, o en el nervio mental. También la angustia y
su complemento la impotencia para resolver situaciones
adversas, afectan los nervios del carpo, drenando su
energía negativa a lo largo de los nervios digitales
palmares.
Es posible que el lector haya experimentado, alguna

Viaja en el Tiempo
78
vez, bajo los efectos de la angustia, éstos espasmos. Y sií
ahora los está padeciendo le recomendamos:
1) Ubicar el lugar del cuerpo donde se manifieste el tic.
2) Tomar una actitud de reposo, buscando el equilibrio entre
lo material y lo espiritual.
3)Abandonarse en la nada, dejar la mente en blanco.
4) Si está sentado tome una posición de reposo, soltando
todos los músculos, con las manos sobre las rodillas.
5) Si está acostado, tome una posición de reposo, suelte
todos los músculos, cruce los pies, el izquierdo sobre e
derecho y las manos colocadas sobre el pecho, con la
izquierda sobre la derecha, deje caer todo el cuerpo de su
cuerpo sobre el lecho.
6) Respire lentamente y exhale profundamente, todo con
suavidad.

Viaja en el Tiempo
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Reconozcamos ante Dios que somos pecadores y
digámosle al señor: “Jesús,tenecesito,teabrolapuertade
micorazónydemivida,teaceptopersonalmentecomomi
salvador.Concedemeexperimentartuamor,tusalvación,
tu liberación. Dame tu vida en abundancia. Limpia mi
corazón, purifica mi espíritu, renueva mi fe, transforma
mis pensamientos. Entra en mi corazón y en mi vida y
llenála de ti. Protegeme del enemigo y guardame de las
dominacionesydelaspotestades.
Señor Jesús, sumergeme en tu divina sangre.
Protegeme con tu manto de amor y liberáme de la pereza
mental, de la soberbia, de la mentira de mis labios,
de los demonios que me acechan, de la gula, de la ira,

Viaja en el Tiempo
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de la envidia, del odio, del rencor, del deseo de venganza,
amén”.
Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea
tunombre,vengaanosotrostu reino,...Amén.
Librame, señor Jesús,detodoslosmales,liberamede
este tic nervioso, producto de la angustia que perturba mi
espírituyhazme libreenti,Señor,Amén.
Te doy gracias, Señor, porque se que tu no me dejaras
sin tu asistencia, me libraras del opresor y le darás su
merecido,puesséquelavenganzaestuya.
Yoperdonoalquemepersigue,yentusmanosentrego
suespírituparaquesehagaenél,tuvoluntad.

Mi alma te alaba y te bendice, Señor, porque tu
perdonas mis pecados, sanas mis heridas y me liberas de
los espasmos de mis nervios, me salvas de la muerte y me
llenasdetubondad.
Te doy gracias Señor, porque tú haces justicia y das la
razónaloprimido.
Amén.
¡Aleluya!
¡Aleluya!
¡Aleluya!
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BIBLIOGRAFÍA
Buber, M. (1977). ¿Qué es el hombre? Brevarios. Fondo
de Cultura Económica. Bogotá: Italgraf.
De Mello, A. (1992). Una llamada al amor. Editorial
Salterrae. Tercera Edición.
Las Sagradas Escrituras. (1972). Traducidas del Hebreo y
del Griego XXXIV Edición. España: Ediciones Paulinas.
Verbo divino.
Pablo VI. (1968). Credo del pueblo de Dios. Instrucción
sobre algunos aspectos de la Teología de la
Liberación. Caracas: EdicionesTripoides.
Prives, M. Lisenkov, N. Y Vashkovich (1978). Sistema
Nervioso Central.Anatomía Humana. Tomo II. Moscú:
Editorial Mir.Tercera Edición.
Prives, M. Lisenkov, N. Y Vashkovich (1978). Parte
Vegetativa del Sistema Nervioso Central. Anatomía
Humana. Tomo II. Moscú: Editorial Mir.Tercera Edición.
Prives, M. Lisenkov, N. Y Vashkovich (1978). Vista de
Conjunto de las Principales Vías de conducción del
Sistema Nervioso Central.Anatomía Humana. Tomo
II. Moscú: Editorial Mir.Tercera Edición.

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