4. •La situación de apogeo profesional fue claramente importante a
la hora de la necesidad del requerimiento de estudios primarios y
secundarios.
•Previo a ese momento los gobiernos nacionales aspiraban a una
enseñanza general básica.
• Finalmente la demanda de plazas universitarias se duplicó,
proporcionalmente con la cantidad de alumnos.
5. Casi tan drástico como la decadencia y caída del campesinado, y mucho más universal,
fue el auge de las profesiones para las que se necesitaban estudios secundarios y
superiores. La enseñanza general básica, es decir, la alfabetización elemental, era, desde
luego, algo a lo que aspiraba la práctica totalidad de los gobiernos, hasta el punto de que
a finales de los años ochenta sólo los estados más honestos o desamparados confesaban
tener más demedia población analfabeta, y sólo diez —todos ellos, menos Afganistán, en
África— estaban dispuestos a , al igual que la cantidad de gente que había cursado o
estaba cursando esos estudios. reconocer que menos del 20 por 100 de su población
sabía leer y escribir. La alfabetización efectuó grandes progresos de forma nada
desdeñable en los países revolucionarios bajo regímenes comunistas, cuyos logros en
este sentido fueron impresionantes, aun cuando sus afirmaciones de que habían
«eliminado» el analfabetismo en un plazo de una brevedad inverosímil pecasen a veces
de optimistas . Pero, tanto si la alfabetización de las masas era general como no, la
demanda de plazas de enseñanza secundaria y, sobre todo, superior se multiplicó a un
ritmo extra-ordinario
6.
7. Esta multitud de jóvenes con sus profesores, que se contaban por
millones o al menos por cientos de miles en todos los países, salvo en
los más pequeños o muy atrasados, cada vez más concentrados en
grandes y aislados «campus» o «ciudades universitarias», eran un
factor nuevo tanto en la cultura como en la política. Eran
transnacionales, al desplazarse y comunicarse ideas y experiencias
más allá de las fronteras nacionales con facilidad y rapidez, y
seguramente se sentían más cómodos que los gobiernos con la
tecnología de las telecomunicaciones. Tal como revelaron los años
sesenta, no sólo eran políticamente radicales y explosivos, sino de
una eficacia única a la horade dar una expresión nacional e incluso
internacional al descontento político y social. En países dictatoriales,
solían ser el único colectivo ciudadano capaz de emprender acciones
políticas colectivas, y es un hecho significativo que, mientras las
demás poblaciones estudiantiles América Latina crecían,
8. Chile de la dictadura militar de Pinochet, después de 1973, se hiciese
disminuir su número: del 1,5 al 1,1 por 100 de la población. Si hubo
algún momento en los años dorados posteriores a 1945 que
correspondiese al estallido mundial simultáneo con que habían soñado
los revolucionarios desde 1917, fue en 1968, cuando los estudiantes se
rebelaron desde los Estados Unidos y México en Occidente, a Polonia,
Checoslovaquia y Yugoslavia en el bloque socialista, estimulados en gran
medida por la extraordinaria erupción de mayo de 1968 en París,
epicentro de un levantamiento estudiantil de ámbito continental. Distó
mucho de ser una revolución, pero fue mucho más que el «psicodrama»
o el «teatro callejero» desdeñado por observadores poco afectos como
Raymond Aron. Al fin y al cabo, 1968 marcó el fin de la época del
general De Gaulle en Francia, de la época de los presidentes demócratas
en los Estados Unidos, de las esperanzas de los comunistas liberales en
el comunismo centroeuropeo y (mediante los silenciosos efectos
posteriores de la matanza estudiantil de Tlatelolco) el principio de una
nueva época de la política mexicana.
9. Este estallido numérico se dejó sentir sobre todo en la enseñanza
universitaria, hasta entonces tan poco corriente que era insignificante
desde el punto de vista demográfico, excepto en los Estados Unidos.
Antes de la segunda guerra mundial, Alemania, Francia y Gran Bretaña,
tres de los países mayo-res, más desarrollados y cultos del mundo, con
un total de 150 millones de habitantes, no tenían más de unos 150.000
estudiantes universitarios entre los tres, es decir, una décima parte del
1 por 100 de su población conjunta. Pero ya a finales de los años
ochenta los estudiantes se contaban por millones en Francia, la
República Federal de Alemania, Italia, España y la URSS (limitándonos
a países europeos), por no hablar de Brasil, la India, México, Filipinas y,
por supuesto, los Estados Unidos, que habían sido los pioneros en la
educación universitaria de masas. Para aquel entonces, en los países
ambiciosos desde el punto de vista de la enseñanza, los estudiantes
constituían más del 2,5 por 100 de la población total—hombres,
mujeres y niños—, o incluso, en casos excepcionales, más del 3 por
100. No era insólito que el 20 por 100 de la población de edad
comprendida entre los 20 y los 24 años estuviera recibiendo alguna
forma de enseñanza formal. Hasta en los países más conservadores
desde el punto de vista académico —Gran Bretaña y Suiza— la cifra
había subido al 1,5 por 100. Además, algunas de las mayo-res
poblaciones estudiantiles se encontraban en países que distaban
mucho de estar avanzados: Ecuador (3,2 por 100), Filipinas (2,7 por
100) o Perú(2 por 100).
10.
11. El motivo por el que 1968 no fue la revolución, y nunca pareció que pudiera
serlo, fue que los estudiantes, por numerosos y movilizables que fueran, no
podían hacerla solos. Su eficacia política descansaba sobre su capacidad de
actuación como señales y detona-dores de grupos mucho mayores pero más
difíciles de inflamar. Desde los años sesenta los estudiantes han conseguido a
veces actuar así: precipitaron una enorme ola de huelgas de obreros en Francia
y en Italia en 1968, pero, después de veinte años de mejoras sin paralelo para
los asalariados en economías de pleno empleo, la revolución era lo último en
que pensaban las masas proletarias. No fue hasta los años ochenta, y eso en
países no democráticos tan diferentes como China, Corea del Sur y
Checoslovaquia, cuando las rebeliones estudiantiles parecieron actualizar su
potencial para detonar revoluciones, o por lo menos para forzar a los gobiernos
a tratarlos como un serio peligro público, masacrándolos a gran escala, como
en la plaza de Tiananmen, en Pekín. Tras el fracaso de los grandes sueños de
1968, algunos estudiantes radicales intentaron realmente hacer la revolución
por su cuenta formando bandas armadas terroristas, pero, aunque estos
movimientos recibieron mucha publicidad (con lo que alcanzaron por lo menos
uno de sus principales objetivos), rara vez tuvieron una incidencia política seria.
Donde amenazaron contenerla, fueron suprimidos rápidamente en cuanto las
autoridades se decidieron a actuar: en los años setenta, mediante la brutalidad
ex-trema y la tortura en las «guerras sucias» de América del Sur, o mediante
sobornos y negociaciones por debajo de la mesa en Italia. Los únicos
supervivientes significativos de estas iniciativas en la década final del siglo eran
los terroristas vascos de ETA y la guerrilla campesina, teóricamente comunista,
de Sendero Luminoso en Perú, un regalo indeseado del personal y los
estudiantes de la Universidad de Ayacucho a sus compatriotas.
12. No obstante, todo esto nos deja con una
pregunta un tanto desconcertante:¿por qué fue
este movimiento del nuevo grupo social de los
estudiantes el único de entre los nuevos o viejos
agentes sociales que optó por la izquierda
radical?; porque (dejando a un lado las
revueltas contra regímenes comunistas) incluso
los movimientos estudiantiles nacionalistas
acostumbraron a poner el emblema rojo de
Marx, Lenin o Mao en sus banderas, hasta los
años ochenta.
14. (Prviamente)
• Se veían de diferentes sectores grandes
presiones al gobierno del General Juan
Domingo Perón.
Por un lado la oligarquía y la clase alta
argentina se veía perjudicada con la
redistribución de ingresos que había y los
sectores trabajadores ganaban cada vez
más lugar y más espacio.
15. • Por otro lado, Perón había dejado de tener
relaciones con la Iglesia y falleció por causa de
un cancer Eva Duarte de Perón. Pero no sólo
era la esposa del presidente, sino que era uno
de los mayores exponentes y representantes
de la clase obrera en Argentina y además
quien más representaba y levantaba las
bandera de la lucha de la mujer. Con ella por
ejemplo se consiguió ampliar la universalidad
del voto, con las mujer participando en las
elecciones.
16. • La llamada «Revolución Libertadora» fue una dictadura
militar de tipo transitoria, originada en el golpe de Estado
que derrocó al presidente Juan Domingo Perón entre el 16
y el 23 de septiembre de 1955, día éste último en que el
jefe de la insurrección juró con el título de «presidente», a
la vez que disolvió el Congreso. Al día siguiente designó
como «vicepresidente» al almirante Isaac Rojas.
• La Revolución Libertadora contó con la Junta Consultiva
Nacional integrada por la mayor parte de los partidos
políticos: Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partid
Demócrata Nacional, Partido Demócrata Cristiano y Partido
Demócrata Progresista.
17. • El grupo golpista se dividió en dos sectores: un
sector nacionalista-católico liderado por el general Eduardo
Lonardi, que tomó el gobierno al comienzo, y un
grupo liberal-conservador liderado por el general Pedro
Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Rojas. Este último
sector terminó predominando y dando un golpe
palaciego, por el cual Lonardi fue reemplazado por
Aramburu como «presidente».
• La dictadura impuso la proscripción del Partido Peronista y
persecución de sus simpatizantes, que se mantendría por
18 años, y la intervención de los sindicatos. También, en un
caso sin precedentes en la historia argentina
moderna, fusiló a opositores, en algunos casos en forma
pública y en otros clandestinamente.
18. • En este ámbito surge la JP. Como una agrupación de
diferentes conjunto de peronistas dispuestas a luchar
contra el gobierno golpista presente.
Estos jovenes realizaban estrategias para boicotear las
acciones militares e intentar devolver la democracia al país.
A Gustavo Rearte se lo concidera el fundador de la
Juventud Peronista en 1957, fue uno de los integrante de
su primera mesa ejecutiva.
La lucha por la vuelta de Perón y contra el régimen
dictatorial lo lleva a encontrarse y juntarse con otros
militantes peronistas: Carlos Caride, Jorge Rulli, Envar El
Kadri, Susana Valle, Felipe Vallese, etc.
19.
20.
21. Primer Plan quinquenal
El primer Plan Quinquenal argentino fue un procedimiento de planificación estatal
argentino, del primer gobierno del general Juan Domingo Perón.
A principios del segundo semestre de 1946, la Secretaría Técnica de la Presidencia
comenzó a preparar un Pacto de Gobierno para el período comprendido por los años
1946 y 1952. El Plan Quinquenal se anunció en el mensaje presidencial del 19 de octubre
de 1946 como "Proyecto de Ley" (El Art. 45º daba el "Plan de Realizaciones e
Inversiones" y desarrollaba diversos proyectos de ley).1
El plan planteaba la necesidad de prever y codificar en un solo cuerpo el conjunto de
medidas que afectaban la exportación y la importación, reglamentando la tipificación, el
envase y la certificación de la calidad de los productos exportables y estableciendo un
régimen aduanero ajustado a las realidades de ese momento. Esto diversificaba la
industria formando nuevas zonas productivas, emplazándolas adecuadamente en
función de las fuentes de energía naturales, las vías de comunicaciones, los medios de
transporte y los mercados de consumidores. Se estableció un programa mínimo de cinco
años de obras y de inversiones necesarias para asegurar un suministro adecuados de
materias primas, combustibles y equipos mecánicos y desarrollar racionalmente la
industria y la agricultura del país.
22. Segundo Plan quinquenal
• El Plan
• El congreso de la productividad
• Contratos con la California
• YPF
23. El plan
El plan se propuso resolver estas deficiencias
impulsando el desarrollo del sector agrario,
incrementando la industria de bienes de capital
y combustibles y modificar la ley
de Inversiones Extranjeras para favorecer la
entrada de capital del exterior. Este
nuevo plan significó el abandono de la política
de nacionalizaciones y del IAPI que fueron
característicos del primer plan.
24. Congreso de la Productividad
Este congreso se produjo en el palacio legislativo nacional,
siendo protagonizado por la Confederación General del
Trabajo y la Confederación General Económica. De éste
congreso surge la necesidad de incrementar
la productividad de los circuitos económicos, a través de la
resignación de algunas normas y modalidades que habían en
el campo del trabajo. Al hablar de productividad
los sindicatos comenzaron a inquietarse, e incluso
hubo resistencias por parte de organizaciones gremiales
formalmente peronistas, pero con ciertas bases que no
estaban de acuerdo con el partido oficial.
Otras de las necesidades que surgen en el congreso es la de
terminar con ciertas modalidades como la "industria del
despido", que los primeros años del régimen se había
transformado en un gran abuso, así como también lo había
sido en un momento el exceso de horas extra.
25. Contratos con la California
Otro aspecto que muestra hasta donde había
variado su política económica el régimen
peronista a lo largo de 1954 y a partir de
1955, fue el contrato de explotación petrolífera
con la California, una compañía norteamericana
con la cual el gobierno comenzó a hacer
tratativas para entregarle la casi totalidad del
territorio de la actual provincia de Santa
Cruz, para que pudieran hacerse allí
explotaciones y otras actividades económicas.
26. YPF
Luego de haber tomado la decisión de seguir adelante con el
contrato, el costo político que debió pagar Perón fue muy alto.
Todos los sectores nacionalistas que lo apoyaban se erizaron
automáticamente, en tanto que la oposición comenzó a
denunciar lo que parecía una grave inconsecuencia del gobierno
que, desde una inicial política petrolera que se apoyaba en la
verdadera necesidad de dar el monopolio de la explotación y
la comercialización a YPF, había llegado a entregar gran parte
territorio nacional argentino para que fuera explotado por una
compañía norteamericana. Pero Perón era de todos modos un
optimista, y aunque había olvidado ya su vieja apuesta a la
tercera guerra mundial, de todos modos sostenía que
esta amistad cultivada con los Estados Unidos parecía
prometerle muchas satisfacciones.
27. Revolución Libertadora (1955-1958)
Económico y Social: se vuelve al liberalismo de la
economía, se suprimió los controles de cambio y la
comercialización de las exportaciones con intervención
estatal, congelo los salarios y suprimió todo subsidio al
consumo de los sectores populares, mantuvo la política
petrolera, firma la entrada de Argentina al FMI. Como
resultado de estas medidas, hubo un estancamiento del
sector industrial y una inflación descontrolada.
En 1957 hubo una reforma de la constitución para llevarla a
tener características liberales: - Anular la constitución del 49':
se vuelve a establecer la constitución del 53'; - Se agrega el
articulo 14 vis (derechos del trabajador); - NO se puede la
reelección del presidente; - Se le vuelve a dar el poder a la
iglesia.
28. Gobierno de Frondizi (1958-1963)
En las elecciones arrasa Frondizi y asume como presidente de la
nación. Relacionado con sus promesas, decreta un aumento de
salarios del 60%, y legalizo las organizaciones peronistas y sus
actividades. En lo económico propuso un plan “Desarrollista”:
proponía impulsar el desarrollo de la “industria pesada”
(metalúrgica, petroquímica,..) con el aporte de inversiones de capital
y tecnología extranjeros. También se proponía modernizar el campo,
para aumentar la producción del campo. La aplicación del plan
origino un importante crecimiento de las inversiones extranjeras y un
notable aumento en las producciones de acero, petróleo y
automóviles. Sin embargo hubo inflación, y Frondizi convoca como
ministro de economía a A. Alzogaray y este avala la aplicación de un
Plan de Estabilización. En noviembre de 1958 el Congreso de la
nación sanciono una ley que autorizaba un nuevo tipo de inversión
extranjera: La Inversión Extranjera directa. Esta significaba un
profundo cambio en la inserción del capital extranjero en a economía
del país. La ley también establecía que se consideraban
preferenciales las industrias que producían materias primas a partir
de recursos regionales y las que se fusionaran con empresas
nacionales ya existentes. La ley tuvo el impacto esperado, y las
inversiones de capital extranjero crecieron espectacularmente.
29. Gobierno de Illia (1963-1966)
El proyecto económico de Illia estaba basado en la intervención
del Estado en la regulación de la economía. En febrero de 1964,
el congreso aprobó una ley que facultaba por un año al poder
ejecutivo a fijar precios mínimos y máximos y márgenes de
ganancia, y creo al Consejo Nacional de abastecimientos en el q
estaban representados el gobierno, los productores y la CGT.
ACIEL (liberalitas) declaro su preocupación por el rumbo
económico, y la CGE aprobó las medidas. El congreso sancionó el
régimen de salario mínimo, vital y móvil. Los precios empezaron
a dispararse porque no había reservas en el banco general, y los
capitalistas no invierten, no hay industria, aumenta el
desempleo, y la CGT no apoya y hace huelgas.En enero de 1964,
la CGT aprobó un Plan de Lucha que incluía la ocupación de los
lugares de trabajo y los centros de producción en el caso de que
el gobierno no tomara las medidas económicas reclamadas por
la central obrera para solucionar los problemas mas urgentes de
los trabajadores. En Junio, los trabajadores tomaron 11.000
establecimientos.
30. “Revolución Argentina” (1966-1973)
Según los capitalistas la inflación dificultaba profundizar la
modernización de la estructura industrial del país. Esta
modernización industrial consistía en producir en el país no solo los
productos destinados al consumo final de la población sino los
insumos y los bienes de capital necesarios para producirlos (como
maquinas, herramientas) que hasta entonces se importaban.
El primer ministro de economía de levingston, Moyano Llerena,
aplico una nueva devaluación, estableció una retención a las
exportaciones, bajo los aranceles de importación y promovió un
nuevo acuerdo voluntario de precios. Pero frente a las presiones
sindicales el plan fallaba, y fue reemplazado por Ferrer. Pero la
agudización de la rebelión social puso límites a la permanencia de
levingston en el gobierno. Levingston termino enfrentándose a la
junta de comandantes, haciendo responsable ante la opinión publica
a Lanusse por la falta de orden y seguridad. El 25 de marzo de 1971,
Lanusse pasó a ser presidente.