2. INTRODUCCION
La tuberculosis continúa siendo una de las
enfermedades infecciosas más importantes y
un problema de salud pública a nivel mundial,
a pesar de existir una cura desde mediados
del siglo XX y una estrategia mundial para
erradicarla.
La OMS ha estimado una incidencia anual de
8.8 millones de casos con1.8 millones de
muertes.
3. TUBERCULOSIS PULMONAR
• La fase primaria de la tuberculosis
normalmente no causa síntomas
• Cuando los síntomas de tuberculosis
pulmonar se presentan, pueden abarcar:
• Tos (algunas veces con expectoración de moco)
• Expectoración con sangre
• Sudoración excesiva, especialmente en la noche
• Fatiga
• Fiebre
• Pérdida involuntaria de peso
4. • Otros síntomas que pueden ocurrir con esta
enfermedad:
• Dificultad respiratoria
• Dolor torácico
• Sibilancias
• Al examen físico se puede encontrar:
• Dedos hipocráticos en manos y pies (en personas con
enfermedad avanzada)
• Inflamación o sensibilidad de los ganglios linfáticos en
el cuello u otras áreas
• Líquido alrededor del pulmón (derrame pleural)
• Ruidos respiratorios inusuales (crepitaciones)
5. TUBERCULOSIS EXTRAPULMONAR
A pesar de que el pulmón es el órgano diana por
excelencia de la tuberculosis, cualquier otro órgano
y sistema puede verse afectado, así por ejemplo:
• Pleura
• Meninges
• Aparato digestivo
• Aparato Genitourinario
• Osteoarticular
• Ganglionar
• Pericardio
• Y los más raros como: Piel, Ojos,
6. TUBERCULOSIS MENÍNGEA
LA TUBERCULOSIS MENÍNGEA ES UNA DE LAS
FORMAS MÁS SEVERAS DE LA ENFERMEDAD
CAUSANDO LA MUERTE O UN DEFICIT
NEUROLÓGICO SEVERO EN MÁS DE LA MITAD
DE LOS AFECTADOS A PESAR DE LA TERAPIA
ANTITUBERCULOSA.
63. • Es la forma de tuberculosis extrapulmonar
más frecuente, abarca entre un 10% y un 27%
de ellas y predomina en el sexo masculino.
• La extensión renal se produce como
consecuencia de la bacilemia, mientras que
existe infección pulmonar activa
64. • Habitualmente cursa de forma asintomática
durante largos períodos de tiempo hasta que
provoca la destrucción del riñón; en esta fase
habitualmente la lesión pulmonar está curada
o en fase crónica, se observa lesión renal
simultánea con la pulmonar en el 66% de los
nuevos casos
65. • Desde el punto de vista anatomopatológico
podemos observar dos formas de presentación
habituales: la tuberculosis miliar y la
tuberculosis caseosa
• La primera proporciona la imagen típica de
cualquier diseminación miliar tuberculosa y,
en general, no produce síntomas clínicos
específicos, aunque los cultivos de orina son
positivos para el bacilo tuberculoso
66. • La forma caseosa es la más importante desde
el punto de vista funcional. La lesión parece
originarse en la zona medular, con destrucción
progresiva de las papilas que son sustituidas
por material caseoso. La lesión se inicia por un
granuloma que posteriormente se caseifica,
senecrosa y se ulcera. Es una lesión
destructiva del parénquima renal. El proceso
infeccioso se extiende a los cálices, pelvis y
uréter.
67. • Las alteraciones clínicas más frecuentes son la
presencia de un síndrome cistítico que se
acompaña de piuria estéril y, con frecuencia, de
microhematuria. No responde a los antibióticos
y el urocultivo es negativo para los gérmenes
habituales.
• Cuando se acompaña de clínica, los síntomas
mas frecuentes son: disuria, hematuria, piuria,
dolor lumbar o del vacío correspondiente
68. • La casi totalidad de pacientes presentan una
reacción a la tuberculina positiva y cultivo
positivo para bacilo de Koch en orina. En el
hombre es frecuente que se asocie a una
epidimitis y menos frecuentemente a una
prostatitis.
69. • Aunque la lesión es bilateral, la urografía
puede mostrar lesiones uni o bilaterales. Se
puede observar calcificación en un 30% de los
casos
• En etapas iniciales existe una irregularidad de
los márgenes de la papila, imagen de erosión,
y áreas de menor densidad de contraste
70. • Posteriormente se aprecian cavidades que se
comunican con el sistema pielocalicilar,
produciendo una imagen “ en palillo de tambor “
• En etapas más avanzadas se aprecia destrucción
del parénquima y fibrosis, que alteran totalmente
la imagen de pielocalicial, con dilatación
importante de los cálices.
• La fibrosis de la junción pieloureteral produce
obstrucción
71. • Puede existir extensión al espacio perirrenal con
formación de abscesos y fístulas .
• La lesión ureteral y vesical puede producir reflujo
vesicoureteral, calcificaciones y retracción vesical.
• La Ecografía y la TC muestran cambios debidos al
avance de la enfermedad renal, en los que se
observan dilataciones pielocalicilares,
colecciones, calcificaciones, cicatrices y si existe
una extensión extrarrenal.
73. • La TBC de columna vertebral es la localización
más frecuente después de la pulmonar,
representando el 40% de las tuberculosis
osteoarticulares.
• Se observa más frecuentemente en hombres
adultos, ya que estos están más expuestos al
contagio por su situación laboral.
74. • Sir Percival Pott, en 1779, reconoció la giba dorsal,
el absceso osifluente y los trastornos neurológicos
como del mismo origen etiológico, lo que se
conoce como Mal de Pott.
• Actualmente, estas tres situaciones se consideran
más bien como complicaciones de la TBC de
columna
• Posteriormente, el origen tuberculoso fue
establecido a comienzos del Siglo XIX por Delpech
y Nelaton.
75. • La histología ósea esponjosa del cuerpo vertebral
favorece la localización del germen, y es llamativo
que, rápidamente, hay compromiso del disco y del
cuerpo vertebral vecino.
• El micobacterium tuberculoso llega al cuerpo
vertebral desde un foco primario extraarticular,
casi siempre pulmonar, ocasionalmente
genitourinario.
• Raramente el foco vertebral es primario.
76. SIGNOS Y SINTOMAS
• Hay compromiso del estado general. El paciente
se siente con falta de fuerzas, decaído, hay
pérdida de apetito y peso, con fiebre vespertina.
• Dolor que puede ser cervical, dorsal o lumbar, de
acuerdo a la localización.
• El dolor es espontáneo o con los movimientos.
• Dolor a la palpación del área afectada; muchas
veces estos dolores se confunden con dorsalgias
o lumbago de causa mecánica.
77. • Hay que pensar en espondilitis cuando un
dolor de espalda se hace crónico.
• Rigidez de columna: se produce por
contractura de la musculatura paravertebral,
aparentemente para evitar el movimiento y el
dolor.
• Dificultad para la deambulación por dolor.
Cansancio precoz, falta de ganas de caminar.
78. • En la localización lumbar se produce falta de
fuerzas para extender el tronco desde la
posición flectada.
• Esto, unido a la irritación y cambio de carácter,
especialmente en los niños, debe hacer
pensar en TBC de columna y evitar que el
cuadro continúe y se presente lo que ahora se
considera complicaciones de la enfermedad
más que signos tardíos
79. • Complicaciones
– Giba dorsal.
– Absceso osifluente.
– Alteraciones neurológicas.
– Aparecen tardíamente, pero también pueden
hacerlo en forma precoz, dejando muchas veces
secuelas
80. Giba dorsal
• Aparece en la región torácica. Se aprecia
especialmente al examinar el dorso
lateralmente, que es de ángulo agudo, a
diferencia de la giba del dorso redondo, y de la
escoliosis, que es unilateral.
• Se produce por derrumbe anterior de los
cuerpos vertebrales. El diagnóstico y
tratamiento oportuno evitan esta
complicación
81. Absceso Osifluente
- Se produce por destrucción vertebral y necrosis, sin signos locales de
inflamación bacteriana, de ahí también su denominación de absceso
frío.
– En la región cervical, se producen abscesos retrofaríngeos, en la vaina
de los escalenos, o hacia distal al mediastino posterior.
– En la columna torácica disecan el ligamento longitudinal anterior y
lateralmente, se deslizan hasta el diafragma, dando la típica sombra en
forma de huso a la radiografía anteroposterior de la zona.
– En la columna lumbar, los abscesos se deslizan hacia distal por la vaina
del psoas y pueden aparecer en los triángulos de Scarpa y de Petit.
También pueden emerger en la región glútea.
– Cuando el absceso se abre hacia el canal raquídeo, puede dar origen a
complicaciones neurológicas.
82. Alteraciones neurológicas
• Se inicia con falta de fuerzas de las extremidades
inferiores, a nivel lumbar y de muslos. Los niños,
especialmente, tienen dificultad para levantarse y
deben ayudarse con las manos para ponerse de pie.
• La clásica paraplejia puede instalarse a continuación en
forma lenta y progresiva o hacerlo bruscamente.
• La forma lenta, se debe a invasión meníngea con
compromiso circulatorio y paquimeningitis que
produce una isquemia irreversible medular que no cura
con el tratamiento médico o quirúrgico.
83. • La paraplejia de aparición brusca se debe al compromiso
por invasión del canal raquídeo de material discoídeo, de la
pared posterior del cuerpo vertebral o por el absceso.
• La paraplejia puede ser flácida (compresión a nivel
radicular, lumbar) o espástica, por compresión medular a
nivel torácico.
• La descompresión rápida, cuando la compresión es por el
disco o el cuerpo vertebral, produce una mejoría segura.
Cuando la compresión es por el absceso (la mayoría de los
casos) se puede tratar en forma conservadora con buen
resultado, o quirúrgicamente evacuándolo por punción o
por un abordaje posterolateral, llegando al cuerpo
vertebral a través de una costotransversectomía.
84. • Examen físico
– Las personas que presentan tuberculosis vertebral
pueden presentar compromiso del estado general,
palidez, baja de peso, falta de fuerzas,
inapetencia, etc., pero la mayoría, sólo tiene dolor,
por lo que hay que sospecharla y buscar la
afección a nivel de columna, frente a dolor dorsal
persistente, contractura paravertebral, rigidez de
columna, antes que se produzcan las
complicaciones ya enunciadas.
– El absceso frío puede aparecer lentamente en la
región paravertebral lumbar, en la fosa ilíaca o
debajo de la arcada crural.
85. Examen radiológico
– El primer signo radiográfico es la osteoporosis del
cuerpo enfermo. A esta, se agrega posteriormente
la osteolisis, destrucción vertebral que se ubica
habitualmente en los ángulos anteriores, sea
superior o inferior, para luego comprometer la
placa y el disco vecino, el que se estrecha y se
constituye la espondilodiscitis. Muchos de los
pacientes consultan en este estado, otros ya con
el absceso frío, porque no han consultado cuando
sólo tenían dolor o no se les ha hecho el
diagnóstico en la primera fase de la invasión
tuberculosa, situación que es de relativa
frecuencia.
86. • La giba dorsal se observaba, hace algunos años, más
frecuentemente que ahora. Es de aparición tardía y ha
disminuido con la mejoría de los índices económicos y
médicos del país. Se observa aún en las poblaciones
marginales. La giba es de ángulo agudo, y se ubica
habitualmente en la región torácica o toraco lumbar.
• La giba inicial es parecida a la fractura por osteoporosis
o por tumor vertebral, lo que se puede diferenciar por
la clínica y el estudio radiográfico. En el Mal de Pott el
disco se compromete rápidamente (espondiloliscitis),
en tanto que en los tumores éste es respetado.
87. • El absceso osifluente, frío o paravertebral, se observa a
rayos como una sombra que está a ambos lados de la
columna vertebral (proyección anteroposterior), con
densidad de partes blandas, en forma de huso.
• Los cuerpos vertebrales pueden presentar destrucción
parcial de los ángulos anteriores de uno, dos o más
cuerpos vertebrales. Puede haber un foco (lo más
frecuente) o dos focos (lumbar y torácico) o puede ser
generalizado, especialmente cuando el absceso diseca
el ligamento longitudinal anterior y se desliza por toda
la columna.
• También se puede observar destrucción de gran parte
del cuerpo vertebral, lo que está en relación con la
aparición de la giba vertebral.