Segundo capítulo de la aventura fotográfica. Esta vez desde lo más alto de la catedral de Sevilla. En la compañía de unos personajes particulares en un momento determinado.
1. -Arañando el cielo-
Bruno Pastor
– “ ¿Es una historia fantástica? ¿Un cuento medieval? ¿Es ciencia fcción?”
– “ Es todo eso, y mucho más, esta historia ocurre en un lugar donde los oscuros mitos, la religión
y las supersticiones son la arcilla con la que se fabrican jarrones, platos y cuencos...”
– “ ¿Y que se hace con los cuencos de arcilla y barro?”
– “ En el caso de Sevilla, se rompen, para construir las bóvedas más altas, con las que arañar el
cielo.”
“ Bastión de la iglesia católica, más iglesias que esquinas, y más bares que iglesias.
Sevilla no es ciudad de términos medios. ”
2. “ Alguien imaginó una vez que sobre un valle
entre las colinas, y a la vera del rio se
levantaría una catedral. La más grande en
honor al barro.”
“ Esta es la historia de una amistad en un
tiempo en el que todo podía esperarse del
devenir, y el cielo podía arañarse...”
“ ...todo podía imaginarse, y aquello
que puede imaginarse, puede hacerse,
pues para algunos esta la naturaleza
de la imaginación.”
3. “Lo tuvimos todo.”
“Finalmente los alcanza el ocaso, y el cielo arde anunciando el dramático fnal del día a manos de la noche. Se
va el Sol que con su clara luz rasgaba el cielo azul, y calentaba el aire fresco de la tarde. Uno a uno, los amigos
se despiden, las golondrinas se marchan y se hace el silencio en los tejado de la catedral. Entonces no queda nada
allí arriba. Tan solo, la sonrisa de aquél que por un instante y para siempre, lo tuvo todo.”