Desarrollo y Aplicación de la Administración por Valores
Panamá 9 enero 1964
1. Intervención militar de Estados
Unidos en Panamá
9-10-11 enero 1964
Material didáctico con imágenes y una guía mínima para trabajar en
el aula
Preparado por Briseida Allard Olmos
Escuela de Relaciones Internacionales
Universidad de Panamá
2. TESTIMONIOS
Sobre los hechos
Life Magazine Cover January 24, 1964 2
3. GESTA PATRIÓTICA DEL 9 DE ENERO DE 1964
LA BANDERA QUE CAMBIÓ LA HISTORIA
IRMA RODRÍGUEZ REYES
http://www.laestrella.com.pa/mensual/2010/01/09/contenido/190498.asp
PANAMÁ. Es el último día de clases y las manecillas del reloj se acercan a las 4:00 p. m. La fecha nueve de enero de 1964. En el Nido de
Águilas (Instituto Nacional) los corazones laten acelerados.
No es para menos. Unos 200 estudiantes del colegio están planeando lo que jamás se ha hecho en la Zona del Canal: Izar la Bandera
panameña y cantar el Himno Nacional.
En la dirección del plantel un grupo de estudiantes graduandos está a punto de convencer al rector de que les preste una bandera para
llevarla hasta la Zona. El rector, Dídimo Ríos, accede pero con una advertencia “defiéndanla con su propia vida”.
La bandera debía regresar intacta, tal como se mantenía en un mueble de madera en la oficina del rector. Allí se conservaba desde el 12 de
diciembre de 1947 pues llevaba sangre de un “aguilucho” herido en las manifestaciones contra el tratado Filós-Hines que intentaba
establecer bases del Ejército de los EEUU en Panamá. Las protestas de aquellos días provocaron el rechazo del convenio.
“YA ESTÁBAMOS CANSADOS”
Esa tarde Pascual Mc Person de 17 años, quien era sub secretario general de la Asociación Federada del Instituto Nacional (AFIN), se dirigía
a la escuela sin saber que no sería hasta el otro día que regresaría a la casa.
“Lo del 9 de enero fue espontáneo y era algo que ya se venía acumulando en la sociedad. Ya estábamos cansados...usted sabe lo que
significa no poder agarrar ni un mango de nuestra tierra”. Lo dice ahora 46 años después, sentado en su puesto de trabajo con la voz
afligida y unas lágrimas a punto de salir.
Mc Person quien vivía en la calle 27 oeste del Chorrillo aclara que la AFIN no organizó la manifestación y recuerda que se unió al grupo que
iba a marchar hasta la escuela de Balboa en la otrora “Zona”.
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4. “Ese día dijimos no más parches, queremos una sola bandera”, comenta Mc Person.
Habla de la reforzada seguridad que había por parte del ejército de Estados Unidos quienes aún con sus tanques y sendos
policías armados no lograron intimidar a los estudiantes que de armas solo llevaban orgullo y amor por su bandera para
hacer cumplir el acuerdo Chiari-Kennedy en el cual se había convenido que las banderas de Panamá y Estados Unidos fuesen
izadas, una al lado de la otra en la Zona del Canal.
Como el acuerdo no se había cumplido como debía ser, el 30 de diciembre de 1963, el gobernador de la “Zona”, Robert
Fleming anunció que a partir del 1 de enero de 1964 ambas banderas debía izarse juntas en sitios determinados de la zona.
Dos días más tarde, el policía zoneíta, Carlton Bell no quiso cumplir desencadenando los disturbios del 9,10 y 11 de enero
que conllevó la muerte de 22 panameños, y catapultó la lucha por la soberanía.
DEJARON PASAR A SEIS
César Villareal quedó sorprendido cuando le dijeron “tú eres uno de los escogidos”. Recuerda el ahora catedrático de
Biología.
Villareal es uno de los seis estudiantes que en la marcha llevaba la bandera. Cuando llegaron a la Escuela Superior Balboa de
la zona e intentan entre los seis izar la bandera y cantar el Himno, una multitud los abuchea. “Es allí cuando nos agreden y
nos rompieron la bandera...ya a esa hora estaba oscureciendo, yo tenía mucha vergüenza porque esa bandera era especial”
Mientras los estudiantes salen de la Zona y regresan al colegio, un país enardecido reclama su bandera.
El ejército más poderoso del mundo los recibe a balazos y se desatan los trágicos hechos.
Hoy hay una sola bandera, y el Canal es panameño, tanto como esa bandera, la que cambió la historia.
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5. 9 DE ENERO. EN MEMORIA DE LOS MÁRTIRES
Felipe Argote
http://elblogdefelipeargote.blogspot.com/2011/01/9-de-enero-en-memoria-de-los-martires.html
Era una mañana soleada. En los tiempos en que ya no llovía y había clases en enero. Guillermo Guevara Paz, un estudiante de
diecisiete años se levantó muy temprano, se vistió orgulloso su uniforme del Instituto Nacional, se colocó su insignia en el bolsillo
y partió hacia el nido de águilas.
Desde la escuela de altos ventanales Guillermo podía ver a diario la cerca de ciclón del otro lado de la avenida llamada en aquel
entonces 4 de julio, hoy avenida de los mártires. Detrás de la cerca, entre los amplios espacios verdes sembrados de mirtos,
sauces y grandes árboles de mango se podían ver las enormes mansiones de los zonians. En muchas de las casas flameaba
amenazante la bandera norteamericana de las barras y las estrellas.
Guillermo siendo un niño de trece años, cuatro años antes, había presenciado desde aquellos mismos ventanales la llamada
Operación Soberanía, cuando un grupo de universitarios liderados por Ricardo Ríos y Arellano Lennox entraron a la zona del canal
para sembrar banderas panameñas como forma de reafirmar la soberanía panameña sobre el territorio ocupado.
Producto de esta acción que terminó en represión hacia los manifestantes y vejación de nuestra bandera el presidente Dwight
Eisenhower determinó que la bandera panameña debía ser izada en los edificios públicos de la zona del canal, pero no sola,
acompañada de la bandera norteamericana.
El 3 de enero de 1964 desobedeciendo a sus autoridades, un policía zonian llamado Carlton Bell hizo noticia al izar la bandera
norteamericana exclusivamente, en el Monumento de los héroes de guerra norteamericanos en Gamboa.
Luego los estudiantes, seguidos de sus padres y más tarde un grupo de civiles y militares zonians deciden izar la bandera
norteamericana sola en el Balboa High School, un colegio zonian ubicado a escasos dos kilómetros del Instituto Nacional y se
turnan alrededor del asta para defender, a su juicio, la propiedad de Estados Unidos sobre la franja de cinco millas a cada lado del
canal.
Luego de terminadas las clases, Guillermo Guevara Paz y Francisco Díaz se presentaron ante el rector del Instituto Nacional,
profesor Dídimo Ríos, para solicitarle la histórica bandera panameña que fue utilizada en las grandes movilizaciones de 1947,
donde se rechazó un convenio que iba a sembrar de más bases militares norteamericanas en el territorio panameño. Un grupo
de ciento cincuenta estudiantes esperaba impaciente en el patio la decisión del Rector. El profesor Ríos, luego de aconsejarle
discreción, le entrega la histórica bandera mediante una autorización por escrito.
A las cinco de la tarde el grupo de poco más de ciento cincuenta institutores inicia la marcha hacia la Escuela Superior de Balboa.
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6. Encuentra abierta la calle frente al Instituto Nacional y entran decididos a izar la bandera frente al colegio rebelde. En el camino los
intercepta un comando de la policía zonian cortándoles el paso. Guillermo Guevara, Eligio Carranza y Francisco Díaz se comunican con uno
de los militares que resulta puertorriqueño. Luego de un tiempo de discusión les permiten que un pequeño grupo de seis estudiantes
caminen hasta la Escuela de Balboa, canten el himno nacional y luego se retiren.
Frente al Balboa High School se encuentran con miles de personas entre estudiantes, sus padres y militares vestidos de civil quienes en
forma agresiva gritan todo tipo de improperios al grupo de adolescentes. Estos, impávidos deciden cantar el himno a pesar de los
abucheos y obscenidades que gritan los zonians. Al notar que no les impresiona su agresividad, los norteamericanos deciden abalanzarse
y echar a los panameños a empujones. Algunos zonians tratan de arrebatarles la bandera a los panameños, éstos la defienden
desesperadamente. En esto interviene la policía zonian que agrede a los jóvenes institutores con sus toletes policiales para echarlos del
área. Un toletazo rompe la bandera panameña.
Los jóvenes salen corriendo con rumbo al colegio. En el camino encuentran al resto de los manifestantes que habían sido detenidos en un
lugar donde no era posible ver la agresión. Estos ven indignados a sus compañeros, quienes bañados en lágrimas de impotencia le
muestran la bandera rota. Irritados por la afrenta un grupo de institutores intenta llegar al cercano edificio de la administración del canal
para arriar la bandera norteamericana y vengar el agravio, pero son interceptados, ya no por policías si no por soldados que en ese
momento habían tomado posiciones. De hecho el control de la zona del Canal había pasado del mando del gobernador Robert Fleming al
jefe del comando sur Andrew P. O´Meara.
Al grupo de estudiantes no le queda más que huir a refugiarse del otro lado de la cerca mientras eran perseguidos por la turba de zonians,
esta vez acompañados por la policía norteamericana y efectivos del ejército. Al pasar la cerca los estudiantes se defienden con piedras y
palos. Los zonian militares y civiles contestan con disparos de pistola, revólveres y rifles de cacería.
La noticia del agravio se dispersó como hormigas. Miles de panameños salen de los barrios y de la universidad portando banderas.
Muchos cruzan la cerca para sembrarlas en el territorio usurpado. Empiezan a caer los primeros heridos de bala.
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7. Ascanio Arosemena, un estudiante de la Escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía regresaba a su casa luego de un juego de futbol.
Se acerca curioso a ver de qué se trata el bullicio cuando ve caer en medio de la avenida a Ricardo Hurtado, uno de los primeros
heridos de bala. Como miembro de la Cruz Roja considera que su deber es socorrerlo en medio de la calle, a pesar de que a esa hora
el ejército norteamericano ya disparaba ráfagas de ametralladoras.
Ascanio recoge al institutor herido y lo acompaña al hospital, luego regresa a socorrer a otros. Mientras lo hacía es asesinado por un
disparo de rifle que le entra por la espalda. Es el primer mártir de la gesta. Luego caerían dieciocho panameños y dos panameñas,
Maritza Alabarca Avila de tan solo 6 meses y Rosa Elena Landecho que contaba trece años.
El gobierno panameño, ante una manifestación multitudinaria se ve obligado a romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Meses después se inician las negociaciones para un nuevo tratado.
El 31 de diciembre de 1999 en la mañana, en una rápida ceremonia adelantada que debía efectuarse al mediodía, el ejército
norteamericano baja su última bandera en la zona del canal, justamente la que flameaba frente al edificio de la administración, la
que quiso ser arriada por los institutores aquel fatídico 9 de enero de 1964. Con 36 años de retraso ese puñado de jóvenes patriotas
logró su cometido.
Hoy ya no hay cercas. La que fue llamada Avenida 4 de julio hoy se llama Avenida de los Mártires. La Balboa High School se
denomina Centro de Adiestramiento Ascanio Arosemena. En su parte frontal, allí donde se intentó arrebatarle la bandera a la valiente
delegación del Instituto Nacional, hoy se contonea lentamente una luminosa llama en su pebetero.
•Alrededor de ella, 21 columnas inscriben los nombres de los veintiún mártires del 9 de enero de 1964:
Maritza Alabarca Avila, 6 meses Rosa Elena Landecho, 13 años
Gonzalo Grace, 14 años Vicente Bonilla, 15 años
José del Cid Jr., 16 años Jorge Enrique Gill, 17 años
Etanislao Orobio, 18 años Carlos Reynato Lara, 18 años
Ascanio Arosemena, 20 años Jacinto Palacios Cobos, 23 años
Ovidio Lizardo Saldaña, 25 años Victor M. Iglesias, 26 años
Ezequiel González Meneses, 28 años Victor M. Garibaldo, 29 años
Rodolfo Benítez Sánchez, 33 años Alberto Nicolas Constante, 35 años
Alberto Oriol Jr. 36 años Teofilo Belisario de la Torre, 38 años
Ricardo Murgas V., 40 años Celestino Villarrueta Ruíz, 43 años
Rogelio Lara, 70 años
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8. MEMORIA. LA PROVINCIA ATLÁNTICA TUVO SU CUOTA DE HEROÍSMO
El 9 de enero en Colón
MIGDALIA GRINARD
ESPECIAL PARA LA PRENSA
http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2010/01/09/hoy/panorama/2045163.asp
Los estudiantes del Instituto Abel Bravo, en Colón, empezaron las protestas por la agresión estadounidense del 9 de enero. Hubo tres muertos
en esa provincia.
El mausoleo de los mártires del 9 de enero recuerda la gesta patriótica a la entrada de la ciudad de Colón. Enrique Zelaya, ex alumno del Abel Bravo, recuerda cómo los estudiantes colonenses
vivieron esa jornada.
Han pasado 46 años de la gesta del 9 de enero de 1964, cuando jóvenes panameños derramaron su sangre por intentar izar la
bandera panameña en la entonces llamada Zona del Canal, controlada por Estados Unidos.
Esta lucha hoy es vista con nostalgia por muchos colonenses, entre ellos, los ex alumnos del colegio Abel Bravo, que en esa
provincia participaron en la gesta patriótica por la recuperación del Canal de Panamá y la salida de las bases militares
estadounidenses del país.
Enrique Zelaya, hoy de 61 años (tenía 15 en esa época), cursaba entonces el III año de colegio. Recuerda que a las 6:00 p.m. de
aquel día, a través de las emisoras de radio, los abelistas se enteraron de los enfrentamientos entre los estudiantes panameños y
los vecinos de El Chorrillo contra los soldados estadounidenses, a la altura de la Avenida Nacional, en la ciudad de Panamá.
En Colón, liderados por Ulises Martínez, presidente de la Federación de Estudiantes del Abel Bravo, los alumnos sacaron el
pabellón nacional del colegio y realizaron una marcha hacia el área de Cristóbal.
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9. Mientras recorrían la ciudad, mucha gente se sumó a la protesta. Cuando llegaron a Cristóbal fueron recibidos por la Policía de la
zona canalera, cuyos agentes les cortaron el paso. La gente se vio obligada a replegarse.
“Lanzamos piedras y palos contra las balas estadounidenses; no tuvimos miedo, sino valentía por lograr nuestra soberanía y
recuperar el Canal de Panamá”, cuenta el ex alumno del Abel Bravo.
Recuerda cuando en la protesta en Colón cayeron los primeros heridos, dos estudiantes, uno de apellido Martínez y el otro
Garibaldi, este último herido de bayoneta. Esto dio inicio a una lucha que en la provincia se extendió hasta el 12 de enero de 1964.
CERCO DE HAMBRE
Los soldados estadounidenses cerraron el acceso a la ciudad por tierra y por mar. “La escasez de comida y la falta de sangre para
los heridos era evidente y desesperante, pero aun así seguimos en la lucha”, asegura Zelaya.
La lucha fue intensa. Los manifestantes, enardecidos por la represalia armada de los estadounidenses, quemaron el comisariato de
los estadounidense y las oficinas de las agencias navieras, entre otros comercios, que fueron incendiados al lanzarles tanques de
gasolina encendidos, obligando a huir a los dependientes estadounidenses al área canalera para evitar ser agredidos.
MUERTOS Y HERIDOS
Durante la gesta en Colón murieron tres personas y hubo 141 heridos. La niña Maritza Alabarca, de seis meses, murió asfixiada por
las bombas lacrimógenas. Carlos Renato Lara, estudiante de 18 años, y el sargento Celestino Villarreta, de 43, fueron sepultados
seis días después en Puerto Pilón, debido al cerco militar.
“A las autoridades se les han olvidado nuestros mártires y sobrevivientes”, dice Zelaya hoy con tristeza. Para él es lamentable y
triste hoy, que “los que participamos en esta lucha estemos en peores condiciones, y no podamos ingresar al área revertida donde
cayeron nuestros mártires”.
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10. LA GESTA DEL 9 DE ENERO EN COLÓN
Prohibido olvidar
Luis Navas P.
http://www.laestrella.com.pa/mensual/2011/01/09/contenido/319757.asp
PANAMÁ. A 47 años de transcurridos y al inicio de la segunda década del siglo XXI, las imágenes de aquellos primeros días de enero
de 1964 retornan nítidas desde la profundidad de mi memoria. Mis sinapsis se rebelan contra el olvido y se resisten a perdonar.
La epopeya se inició en la tarde del jueves 9 de enero en la ciudad de Panamá cuando la pequeña delegación de seis institutores, que
la autoridades zoneítas permitieron dirigirse al asta de la Escuela Secundaria de Balboa para intentar cantar el himno e izar la bandera
panameña, fueron agredidos verbal y físicamente. Peor aún, los zoneítas intentaron arrebatarles la bandera. Con heroica dignidad y
exponiendo la vida misma, la defendieron sin poder evitar que la desgarraran. Esta agresión se transformó en la chispa de la gran
eclosión nacionalista de los panameños.
En la ciudad de Colón, por su conformación urbanística, los límites entre el territorio bajo jurisdicción panameña y la Zona del Canal
eran una avenida (Bolívar) y una calle (11). Por consiguiente, la confrontación se escenificó en esos lugares, concentrándose en las
inmediaciones de los edificios del YMCA y el denominado Templo Masónico, ambos ubicados del lado de la Zona del Canal.
Hasta las 7 de la noche del jueves 9 de enero, los primeros enfrentamientos fueron con la policía zoneíta y después con el ejército de
los Estados Unidos. En esos momentos la confrontación es prácticamente cuerpo a cuerpo entre los patriotas y los agresores
colonialistas. Esto explica la cantidad considerable de heridos por bayoneta, entre otros: Andrés Galván, Inocencio Garibaldi y Jack
White. Es meritorio recordar que en esa lucha, el médico Guillermo Rolla Pimentel le arrebató a un policía un megáfono en momentos
en que, casi simultáneamente, es impactado por disparo de fusil el joven estudiante Renato Lara y es herido de bala en la espalda
Alcibíades González. Como consecuencia del indiscriminado y masivo lanzamiento de gases lacrimógenos muere asfixiada, con tan
solo ocho meses de vida, Maritza Alabarca.
Ante la abrumadora desproporción de la agresión (piedras contra balas), nos dirigimos en manifestación al cuartel de la Guardia
Nacional a exigir armas y que salieran a defender a la patria agredida. No obtuvimos respuesta, pero lo cierto es que todo patriota
colonense que poseía un arma la empleó hasta agotar las municiones. Recuerdo con orgullo, en ese afán, al docente universitario
Víctor Pérez.
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11. Como las oleadas populares continuaron intentando incursionar para ‘plantar banderas’ en el territorio ocupado, el ejército
estadounidense se atrincheró en la azotea del Templo Masónico y en el cuartel de bomberos de Cristóbal y procedió a aislar la ciudad
del resto del país bloqueando el Corredor que une la isla de Manzanillo con tierra firme.
Requeríamos de armas u otros medios defensivos. Asumimos el reto e intentamos hacernos de algunos reactivos del laboratorio de
química del Colegio Abel Bravo y no lo logramos. Igualmente, en una acción temeraria, pretendimos obtener las armas de cacería que
vendía, cerca del mercado público, Casa Rosita. Inexpertos, ingenuos, colocamos y encendimos un recipiente con pólvora al candado y
no pudimos abrirlo. Regresamos con un hacha que sustrajimos de un carro de los bomberos pero ya era tarde, la Guardia Nacional había
retirado todas las armas del local comercial.
El cazador furtivo colonense Aniceto Camargo (hoy cuenta con 92 años), al presenciar nuestra desventura nos entregó su rifle provisto
de suficiente munición. Hubiéramos podido contar con un rifle Garand que un muchacho de manera audaz encontró abandonado en el
interior del YMCA, pero el teniente de la Guardia Nacional Pedro Ayala se encontraba cerca y lo confiscó.
Con el rifle proporcionado continuamos combatiendo. Nos turnábamos su uso y para no ser localizados cambiábamos constantemente
de ubicación. En las últimas horas del 11 de enero, buscando una nueva posición de tiro a la misma altura que el Templo Masónico,
suben a la azotea del edificio del bar Olimpia mi hermano Juan Antonio, Deyanira Gómez y el ‘batutero’ Ferro. Desafortunadamente,
Juan es herido por disparos de perdigones que se alojaron en su cerebro. Lo llevamos al hospital ignorando la gravedad de su herida.
Media hora después, en las primeras del domingo 12 de enero, un disparo proveniente de la trinchera montada sobre el cuartel de
bomberos de Cristóbal asesina, cerca del Templo Masónico, al sargento de la Guardia Nacional Celestino Villarreta. Su cadáver es
conducido al hospital por el teniente Pedro Ayala, visiblemente emocionado e indignado. Los hechos nos identificaban. ¿Vale la pena
preguntar por qué el ejército agresor recrudeció la violencia? ¿Acaso sufrieron alguna baja?
Villarreta será el último de nuestros mártires y su muerte creó un problema muy serio en la Guardia Nacional de Colón y, por ello, el jefe
de ese instituto armado, el coronel Bolívar Vallarino, envió a la provincia un contingente de militares al mando de los mayores Omar
Torrijos y Boris Martínez. Su presencia nos obligó a replegarnos.
Sin ningún ansia de protagonismo, me he atrevido a destacar algunos de los nombres de los héroes anónimos que son el cimiento sobre
el que se fragua la nacionalidad panameña.
La jornada de enero de 1964 y lo que aportamos los colonenses sirvió para abonar el camino de la descolonización de Panamá.
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12. Hoy, visto en perspectiva, enero de 1964 es cualitativamente diferente a otras jornadas, como las de 1925, 1947, 1958 y 1959,
por tres factores:
1. Contábamos con un gobierno presidido por Roberto F. Chiari e integrado por ministros como Galileo Solís, y Manuel Solís
Palma y el embajador Miguel J. Moreno. Este gobierno rompió relaciones diplomáticas con los EEUU y lo acusó ante la ONU
y la OEA.
2. Una correlación de fuerzas a nivel internacional favorable a la descolonización y que motivó tangibles muestras de
solidaridad hacia la lucha panameña.
3. El nivel de acumulación, madurez, organización y experiencia del movimiento popular panameño.
Sin vacilación y con convicción nos jugamos el futuro. Y ganamos. Perdieron los que asesinaron y hasta persiguieron a los
patriotas. No pudieron frenar y mucho menos impedir la descolonización. El 31 de diciembre de 1999, gracias a los Tratados
Torrijos – Carter celebramos jubilosamente la salida del último soldado extranjero y empezamos a ser dueños de todo nuestro
territorio.
Al rendirle merecido tributo a nuestros mártires y héroes me resta decir junto al poeta: Fuimos lo que éramos. Somos los que
fuimos.
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13. Imágenes de la Gesta de Enero de 1964, en las ciudades
de Panamá y Colón
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14. Estudiantes del Instituto Nacional marchan por la antigua Avenida 4 de julio hacia Balboa High School. 1964. Al fondo, el Cerro Ancón.
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41. Ascanio Arosemena lleva a un estudiante herido al Hospital, al regresar es
asesinado por las balas del ejército invasor, convirtiéndose en el primer mártir
de la gesta de enero de 1964..
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69. El cortejo fúnebre llega al Cementerio Amador para sepultar al joven Ascanio Arosemena, el primer caído
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70. La madre de Ascanio Arosemena es auxiliada en el Cementerio Amador, durante el entierro de su hijo.
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71. Funeral for riot victims.
Location: Panama
Date taken: 1964 71
Photographer: Arthur Schatz
72. Funeral scene for victims of rioting during outbreaks of Anti-Americanism in Panama.
Location: Panama City, Panama
Date taken: 1964
Photographer: Arthur Schatz
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73. Mártires sepultados en el
cementerio Jardín de Paz
Graves of riot victims.
Location: Panama City, Panama
Date taken: 1964
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Photographer: Arthur Schatz
74. ENTIERRO DE VÍCTIMAS EN LA CIUDAD DE COLÓN
Celestino Villarreal y otros ciudadanos se inmolaron ante el altar de la Patria
en la reivindicación de nuestro derecho soberano en la Zona del Canal. En
la foto, un aspecto del entierro de esos ciudadanos de las que muchos
permanecen en el olvido por la indiferencia de las autoridades.
http://www.critica.com.pa/archivo/01092001/opiayer.html
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77. Coincidentalmente, en los primeros días de
enero de 1964 se estrenaba la película “The
Ugly American”, en varias salas de cine de la
capital..
Location: Panama
Date taken: 1964
Photographer: Arthur Schatz
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78. En enero de 2003 fue inaugurado en la Plaza del Centro de Capacitación Ascanio Arosemena (antigua escuela secundaria de Balboa) , el
Monumento a los Mártires del 9 de enero de 1964. 78
80. DE MODO INDIVIDUAL O EN GRUPOS
• Elegir dos testimonios sobre los acontecimientos de enero de
Guía mínima para trabajar 1964 en Panamá y Colón. Exponer un resumen en el aula.
en el aula • Conversar sobre el significado de las imágenes de los hechos de
1964, de las percepciones (impresiones) o sentimientos que ellas
provocan, las que son más ilustrativas del acontecimiento, etc.
• Intercambiar impresiones sobre los cambios que ha tenido la
ciudad de Panamá desde 1964 a nuestros días, de acuerdo a las
imágenes presentadas. En este sentido, ¿llamó especial algún
cambio en especial?
• Platicar acerca del significado de los monumentos en honor a los
mártires de 1964, si se han visitado alguna vez, etc.
•¿Qué canción (links p. 79) elegiría para acompañar la narración
histórica de los sucesos de enero de 1964? ¿Por qué?
• Buscar en internet información sobre la película El americano
feo (The Ugly American) y decir por qué pudo llamar la atención
del fotógrafo norteamericano que cubría los hechos para una
revista internacional.
Otras actividades
Fotografiar lugares actuales que fueron escenario de los hechos
de enero de 1964 para apreciar las transformaciones que
presentan hoy.
• Elegir alguno de los poemas relacionados con el 9 de enero y
leerlo en el aula .
• Sociodrama elaborado con los testimonios presentados.
• Entrevistas a adultos que conocieron los acontecimientos.
Material didáctico elaborado por Prof. Briseida Allard O., Escuela Relaciones Internacionales, U de Panamá 80