Arquetípica e históricamente, la llamada “Derecha” chilena se articuló desde dos vertientes ideológicas claramente distinguibles: Liberales y Conservadores...
libro para colorear de Peppa pig, ideal para educación inicial
La insoportable levedad de la derecha chilena
1. 1
La insoportable levedad de la “Derecha” chilena
Por Alexis López Tapia
Arquetípica e históricamente, la llamada “Derecha”
chilena se articuló desde dos vertientes ideológicas
claramente distinguibles: Liberales y Conservadores,
cuyos orígenes pueden rastrearse al menos hasta el
propio nacimiento de la República, con los llamados
“Pipiolos”, liberales, herederos del “Bando
Carrerino” –a los que perteneció el primer
Presidente de Chile electo en forma, Ramón Freire–;
y los “Pelucones”, conservadores, que apenas
iniciado el mandato del anterior, conspiraron junto
a los O’higginistas y los “Estanqueros” de Diego
Portales, obligándolo a renunciar. Los “Pipiolos”
mantuvieron su preponderancia hasta el Gobierno
de Francisco Antonio Pinto, pero la revolución de
1830 –que dio surgimiento a la llamada “era de
Portales” –, marcó el fin del predominio pipiolo.
Así, desde sus propios orígenes, la “Derecha”
chilena ha sufrido de una verdadera esquizofrenia
ideológica, que 200 años de República no sólo no
han logrado remediar, sino que han empeorado.
Y como todo trastorno mental, esta esquizofrenia
ideológica fundamental, implica una alteración en el
razonamiento, el comportamiento y principalmente,
en la facultad de reconocer y adaptarse a la
realidad.
Y es que, en efecto, si se analiza el derrotero político de la “Derecha” (que indicamos “entre comillas” ya
que en términos politológicos estrictos, “Derecha” es un término impropio), y particularmente las
diversas alianzas entre Liberales y Conservadores y sus respectivos partidos en el Siglo XX –como se
aprecia resumidamente en el cuadro que acompaña este artículo-, resulta evidente que la sombra de la
lucha original entre Pipiolos y Pelucones se sigue proyectando hasta hoy.
Estas alianzas: “Democracia y Progreso” (1989-1992), “Participación y Progreso” (1992-1993); “Unión
por el Progreso de Chile” (1993-1996); “Unión por Chile” (1996-1999); “Alianza por Chile” (1999-2004);
“Alianza” (2004-2009); “Coalición por el Cambio” (2009-2012); “Coalición” (2012-2013) y nuevamente
“Alianza” (2013-2015), pretenden ahora ser reemplazadas por una “nueva” estructura “federada” pero
de “carácter único” (¿nota usted la dicotomía inherente en ambos conceptos?).
2. 2
Todas estas estructuras, independientemente de su nombre, apenas han constituido y nunca han
logrado superar el nivel de meros “pactos electorales”: un eufemismo pedante para señalar que
operativamente, a través de esas alianzas, liberales y conservadores se han venido repartiendo los cupos
electorales que hasta ahora les generaba el sistema binominal.
Y es que precisamente en términos estructurales, estas alianzas nunca han superado el nivel operacional
–es decir, electoral–, para llegar a niveles tácticos, y por ende, jamás han sido “alianzas estratégicas”,
como sí lo ha sido la incorporación del Partido Comunista a la Concertación, para formar la “Nueva
Mayoría”, que el PC se encuentra liderando hegemónicamente en términos ideológicos.
Y es precisamente aquí donde se encuentra la diferencia fundamental: mientras la “Izquierda” chilena,
ha venido desarrollando verdaderas “alianzas ideológicas estratégicas”, que le permitieron pasar de la
defensiva en los ’80, a la contraofensiva en los ‘90, a la actual fase de ofensiva (la “retroexcavadora”) en
pleno desarrollo; la “Derecha” nunca ha logrado articular algo más consistente que meros pactos
electorales, que apenas disimulan la fundamental “esquizofrenia ideológica” que mencionamos al
comienzo.
Y en términos prácticos, también ésta es la explicación fundamental del por qué “entre gallos y
medianoche”, el Gobierno de la “Nueva Mayoría”, ha logrado aprobar nada menos que 105 de los 192
proyectos de Ley que presentó el año pasado: precisamente porque al que toma la ofensiva le interesa
acabar rápido la contienda, para evitar que puedan nivelarse las fuerzas de los dos bandos. Y eso que
esta fase sólo está comenzado: así como van las cosas, es muy probable que este ciclo político se
proyecte mucho más de una década.
La enfermedad mental de la “Derecha”, su esquizofrenia ideológica, resulta patente al citar la muy
famosa frase de Lenin “el socialismo es Liberalismo maduro”: y es que, en efecto, a lo que hemos venido
asistiendo, como corderos silenciosos, es al triunfo histórico, después de 200 años, de las ideas de los
antiguos Pipiolos en la “Derecha”: esos mismos liberales que dieron origen a la “Sociedad de la
Igualdad” (¿no le suena familiar el concepto?) de Francisco Bilbao…
Hace poco, le pregunté a un joven profesional de “Derecha”, recién egresado de la Universidad Católica,
cuáles eran sus concepciones políticas fundamentales: me respondió con plena certeza y muy seguro de
sí mismo:
“Soy conservador en lo valórico, y liberal en lo económico”.
Por respeto, no quise decirle entonces que en realidad era ideológicamente esquizofrénico.
Ese joven, seguramente con tiempo y esfuerzo, terminará liderando alguna empresa y apoyando o
militando en algún partido –o coalición electoral– de “Derecha”. Como buen liberal en lo económico,
probablemente aprovechará cualquier “oportunidad” en el sistema, para generar o acumular más
capital o más utilidades, de las que normalmente se obtienen en este modelo.
Y muy probablemente, por simpatía o interés, terminará aportando parte de esos recursos, para la
campaña de algún candidato de ese sector.
3. 3
Pero sus hijos, y los hijos de sus hijos, están y estarán permeados ideológicamente por el modelo
cultural hegemónico que la “Izquierda” está imponiendo, y por eso resulta posible que terminen
criticando a su padre por sus “obsoletas ideas conservadoras”… precisamente porque gracias a sus ideas
y conductas “liberales en lo económico”, es la “Izquierda” la que está determinando los patrones
culturales, ideológicos y políticos bajo los cuales crecerán sus descendientes.
Esta es la insoportable levedad de la “Derecha” chilena: mientras sus negocios funcionen a expensas de
la Nación, poco o nada les importa en qué realidad vivimos, y a qué destino estamos siendo
políticamente conducidos, mientras los domingos en misa puedan darse la mano en perfecta actitud de
“caridad cristiana”. Están ideológicamente enfermos, y en 200 años no se han dado cuenta.
* * *
Alexis López Tapia – 10 de Febrero de 2015 – kyberne.com@gmail.com