¿Cuáles son los asesinos de la fe?
"mas el justo por su fe vivirá". Habacuc 2:4.
Artículo escrito por: Johan García del Toro
Quisiera atreverme a decir con respecto al llamado misionero; "más el misionero por su fe vivirá". Creo que
son necesarias muchas cosas en el ministerio, casa para comenzar, sostén para el obrero, recursos para el
buen funcionamiento de la obra en el lugar y en fin tantas cosas que pueden ser de ayuda en la obra. Pero
lo que no le puede faltar a ese misionero es la fe. Es la capacidad de creer que quién le llamo es todo
suficiente para ayudarlo, sostenerlo y bendecir su obra en aquel lugar donde le ha puesto. Aclaro no estoy
hablando de súper fe ni nada que se asemeje a eso, simplemente quisiera sembrar a través de estas líneas
en el corazón de cada misionero o líder que se dispone hacer la obra de Dios un deseo vivo de creer que
Dios hará con ellos lo que les prometió sin importar el lugar donde estén o por las circunstancias difíciles
que están pasando. Debo presentar los asesinos más comunes de la fe en un misionero.
Asesino # 1. No encajar en el medio que nos rodea.
Me explico, es esa sensación que experimentamos al estar en un lugar donde no conocemos a nadie y estamos lejos
de los seres queridos. Es cuando todo parece extraño, donde no hablan nuestro idioma (expresiones no características
de nuestra región o pueblo), no tienen nuestras costumbres y un sin números de cosas que no tienen que ver con
nosotros. Cada una de estos sucesos puede atentar de una manera horrible contra la fe y el ejercicio del ministerio.
Parecer que no formamos parte del lugar donde Dios nos ha llamado ha asesinado a más de uno, que por temor a
persistir en aquello para lo que Dios los llamo, se han rendido ante las circunstancias. Vemos en el libro de los hechos
cuando Pablo llego al areópago (Hechos 17:16-22) como supo utilizar aquel altar "AL DIOS NO CONOCIDO" para
predicarle a aquellos atenienses, estoicos, epicúreos y demás. Pablo supo utilizar lo que era desconocido para ellos
como un instrumento efectivo en la predica del evangelio, amados hermanos aprendamos a utilizar eso que puede
parecer inhóspito e incomprensible a favor de lo que Dios puede hacer por medio nuestro.
Hermanos, no permitamos que aquello que no entendemos o nos hace sentir diferentes se vuelva contra nosotros o lo
que puede ser peor, que esto acabe con nuestros ministerios. Desafiemos con toda autoridad a este gigante que quiere
impedir nuestro avance en el reino. Cierto hombre dijo: "Cuando el temor toque a tu puerta, deja que sea la fe la que
abra" aprendamos de este precioso pensamiento y dejemos que cuando el primer asesino de nuestra fe toque nuestra
puerta del ministerio dejemos que la fe sea la que abra.
Asesino # 2. La duda.
Este es un homicida silencioso, el hace poco a poco su ardua tarea de desestabilizar al más fornido misionero. Una de
sus características especiales es que no se nos presenta como lo pudiera hacer otro agente de destrucción masiva de
líderes sino que de una manera sutil y hasta con apariencia de cristiana viene y nos trata de matar la fe. La duda en
griego es "aporeo" que significa literalmente estar sin camino, estar en apuros, sin saber qué hacer, así como lo dice su
significado esta deja a más de uno en apuros, sin camino a transitar en el ministerio. Entonces como nos damos el lujo
de dudar y aceptar todo lo que proviene de este virus mortal que ha dejado más muertos en el camino que cualquier
bomba nuclear. Esto lo podemos ver en el suceso del evangelio de Mateo en su capítulo catorce, verso veinte dos al
treinta uno cuando Pedro deseoso de hacer lo que su Maestro hacia le pidió bajar de la barca y ha medio camino se
hundió. Esta historia me recuerda mucho la vida de muchos misioneros que habiendo tenido experiencias pasadas de
victorias en el Señor hoy cuando Dios los lleva a otro escalón en su presencia, estos se hunden porque la duda les
invade y le roba momentos preciosos en Dios.
Al igual que Pedro muchos de nosotros le hemos pedido al Señor que nos deje seguirles a otro nivel en el ministerio o
dentro del mismo, ahora casi todos cuando Dios no manda a seguirle en estas aguas tortuosas de misionar podemos
hundirnos por la duda que nos asalta en esta experiencia. Le decimos “Dios si tú vas conmigo yo voy” y cuando
estamos en el campo misionero y empiezan a ponerse las cosas feas le decimos “Dios tú me prometiste estar conmigo”
ignorando que dice la Palabra que Él estará con nosotros TODOS los días hasta el fin del mundo (Mt 28:20). El
problema radica que siempre que salgas de la barca tienes que estar dispuesto a correr los riesgos que se sufre al
estar lejos de ella. Pero aunque estés fuera del medio que aparentemente te ofrece seguridad Dios esta allí donde
estas, puede socorrerte y levantarte, solo que no permitas que la DUDA te usurpe los momentos especiales que se
viven en las aguas tortuosas fuera de la barca con el Maestro. Ignorar la historia es volver a repetirla por favor amado
no repitas la historia de Elías, que la duda le hizo creer que Dios no podía cuidarlo del cuchillo de Jezabel y Dios tuvo
que buscarlo en una cueva (1Reyes 19”1-21). Que Dios no tenga que visitarte para reclamarte porque has dejado tu
llamado y ministerio porque la duda te ha cobrado la factura. No seas como Sara que se rio en la cara de Dios cuando
los ángeles le dijeron a su esposo que ella daría a luz, no seas recordado como alguien que la duda lo marco con el
apodo “se burla de las palabras de Dios” (Génesis 18:12) en fin se de los que son bienaventurados por creer no viendo
nada. Sé un hombre de fe capaz de creer que su Dios no escatima recursos o límites para su cuidado. Recuerda esta
máxima "La duda ve obstáculos donde la fe ve el camino”. Si hablásemos de los grandes hombres de Dios en la Biblia,
hay una característica común entre todos ellos y esta es la fe, no podemos ignorar hebreos once donde se describen
proezas de incalculable valor para nosotros hoy, todas ellas por medio de la fe; porque ninguno de estos hombres dejo
que la DUDA les ganara la batalla sino que ante todo fueron hombres de fe. Quizás muchos no alcanzaron lo
prometido, quizás no tenían el auto del año es verdad, no vivían en las más lujosas residencias de sus países pero lo
que si no se puede decir es que no tuvieron fe, de lo que sí podrían presumir es que la fe fue su mayor garantía de
éxito en la vida. Y por esta fe Dios nunca los dejo sino que nos lo dejo de ejemplo para cada vez que la duda quiera
doblegarnos vayamos al salón de la fama de hebreos once y cobremos ánimo y sigamos adelante.
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