3. NOTA SOBRE LOS AUTORES
Julieta Valle Esquivel es etnohistoriadora y maestra en antropología social, así como profesora-investigadora de la Es-
cuela Nacional de Antropología e Historia.
José Bardomiano Hernández Alvarado es pasante de etnohistoria y desde 1999 participa en el proyecto “Etnografía de
las Regiones Indígenas en el Nuevo Milenio” del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Fotografía 1a. de forros y portadilla: Mujer mostrando fibras de zapupe. Xiloxuchil, Veracruz.
Anónimo, 1982.
Fototeca Nacho López, CDI.
Fotografía página 5: Los niños y la milpa. Congregación Mata del Tigre, Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
http://www.cdi.gob.mx
4. HUASTECOS
DE VERACRUZ
JULIETA VALLE ESQUIVEL
JOSÉ BARDOMIANO HERNÁNDEZ ALVARADO
http://www.cdi.gob.mx
6. HUASTECOS (TEENEK)
DE VERACRUZ
LOS “HOMBRES –Y MUJERES– DE AQUÍ”1
DE ACUERDO CON LA INTERPRETACIÓN POPULAR, LA ETIMOLOGÍA DE LA
PALABRA TEENEK ES “HOMBRES DE AQUÍ”. Esto ha sido desmentido por
los especialistas; sin embargo, es interesante la interpretación que los
propios hablantes de la lengua hacen de su etnónimo.
Los huastecos o teenek de Veracruz se cuentan entre los grupos
etnolingüísticos a los que podemos clasificar como mesoetnias (Bar-
1
La información con base en la cual se ha elaborado el presente texto proviene de los
trabajos de Jesús Ruvalcaba y de Anath Ariel de Vidas, así como de diversas tempora-
das de campo realizadas por los autores entre 1999 y 2004 en las congregaciones de
Mata del Tigre y Xiloxuchil, en Tantoyuca, y en los municipios de Chontla y Tancoco.
La información sobre nahuas y huastecos de San Luis Potosí es, casi en su totalidad,
producto de las estancias realizadas en los municipios potosinos (teenek) de San
Antonio, Tancanhuitz, Huehuetlán, Aquismón y Ciudad Valles, veracruzanos (nahuas)
de Chicontepec, Ixhuatlán de Madero e Ilamatlán y los hidalguenses (nahuas) de Xo-
chiatipan, Jaltocán y Huejutla. Los argumentos en torno a las cuestiones simbólicas
son en su mayoría de Ariel de Vidas, mientras que la interpretación de las cuestiones
económicas y sociales corresponde a Ruvalcaba.
http://www.cdi.gob.mx
7. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
los hablantes de la misma lengua del ve-
En términos lingüísticos, los cino estado de San Luis Potosí. No obs-
especialistas afirman la existencia tante, a nivel etnográfico se les recono-
de dos grupos separados, los huastecos ce como dos grupos distintos, no sólo
de Veracruz y los de San Luis Potosí, con porque su separación histórica ocurrió
desde tiempos remotos, sino también por-
características dialectales profundas.
que cultural, social e identitariamente
exhiben una situación diferenciada.
tolomé y Barabas, 1999), pues la suma De manera adicional, en términos lin-
de sus miembros es del orden de los 80 güísticos, los especialistas afirman la exis-
mil individuos.2 Sin embargo, con fre- tencia de dos grupos separados, ya que las
cuencia se les incluye en el conjunto in- características dialectales de uno y otro
diferenciado de los huastecos, lo que los son profundas. Más aún, algunos auto-
coloca como parte de uno de los grupos res sostienen que el huasteco de Vera-
lingüísticos mayoritarios de nuestro país, cruz se subdivide en dos dialectos: el de
que ocupa —de hecho— el undécimo Tantoyuca y el de la Sierra de Otonte-
6 lugar en cuanto a número de hablantes, pec, mientras que el de San Luis Poto-
frente a otros idiomas tan ampliamente sí constituye la tercera variante. En todo
distribuidos como el náhuatl, el zapote- caso, existe acuerdo en cuanto a que,
co, el mixteco y el otomí. por lo menos, existen dos grupos dife-
Como también sucede con los sub- rentes: uno en Veracruz y otro en la en-
grupos que forman los casos señalados, tidad potosina. Si se considera esta se-
la existencia de los huastecos de Vera- paración como un hecho probado, debe
cruz, en tanto grupo específico, se ha hacerse la aclaración de que la mayor
visto opacada dentro del universo de los parte de los estudios realizados entre
datos censales, en virtud de que se les poblaciones huastecas versa sobre los
ha dado un tratamiento conjunto con de San Luis Potosí, quienes aparte de ser
más numerosos cuentan con una distri-
bución territorial más amplia.3
2
Esta cifra corresponde a todas las personas que
habitan dentro de hogares cuyo jefe habla la len-
gua en cuestión. Si sumamos solamente a quienes
hablan la lengua, el número desciende a algo más
de 50 mil individuos, dado el fenómeno de pérdida 3
Para mayor información, ver la monografía corres-
de la lengua entre los más jóvenes. pondiente dentro de esta misma colección.
http://www.cdi.gob.mx
8. HUASTECOS DE VERACRUZ
7
Aspecto de un solar con casa tradicional. Congregación Mata del Tigre, Tontoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
De este modo, los huastecos veracru- se concentra algo más de 96 por ciento
zanos se encuentran concentrados en un de la totalidad de los miembros de este
pequeño número de municipios del nor- grupo (ver tabla y gráfico). Más aún: ca-
te del estado y algunas localidades de las si las tres cuartas partes de los indígenas
demarcaciones vecinas, siempre den- teenek veracruzanos viven dentro de la
tro de la misma entidad. La contigüidad jurisdicción de Tantoyuca. Cabe seña-
de las poblaciones huastecas es nota- lar, finalmente, que la variante dialec-
ble, pues en tan sólo ocho municipios tal de la Sierra de Otontepec es la que
http://www.cdi.gob.mx
9. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
Existe acuerdo en que
la separación entre huastecos y mayas ocurrió
hace poco más de 3 mil años.
se encuentra en los municipios de Chon- cas del pasado y el presente, fue moti-
tla, Chinampa de Gorostiza, Tantima, vo de intensa curiosidad la relación de
Naranjos-Amatlán, Tancoco y sus colin- su lengua con la gran familia que com-
dancias al norte y al sureste (ver mapa). prende al grueso de los idiomas del su-
El dialecto de Tantoyuca, por su parte, se reste de México y la península de Yu-
extendió de manera muy restringida al catán. El análisis de este problema dio
poniente y al sur de las fronteras del mu- lugar a diversas teorías, ninguna de las
nicipio correspondiente, y existen con- cuales ha mostrado aún ser concluyen-
tingentes de consideración tan sólo en te. Sin embargo, una cosa es innegable:
Tempoal y Pánuco.4 ya sea porque los mayas migraron hacia
8 Ahora bien, no obstante la comple- el norte o porque los huastecos lo hicie-
jidad que entraña cualquier intento de ron hacia el sur, o bien porque toda la
descripción de la distribución territorial costa del Golfo de México estuvo algún
de los hablantes del huasteco, hay al- día poblada por grupos proto-mayas, el
go que los unifica: su estrecho parentes- huasteco pertenece a la familia lingüísti-
co con los grupos de la familia lingüísti- ca mayence. En ese orden de ideas, tam-
ca mayence y el nombre que se dan a sí bién existe acuerdo en cuanto a que la
mismos: teenek, “los hombres de aquí”. separación entre ambos grupos (el del
sur o Winik y el del norte —el que aquí
DEL ENIGMA AL ESTIGMA nos ocupa— o Inik) ocurrió hace poco
Desde los primeros estudios realizados más de 3 mil años.
con relación a las poblaciones huaste- La isoglosa que separa al huasteco
de Veracruz del de San Luis Potosí es el
4
Cabe la posibilidad, sin embargo, de que por lo río Moctezuma, mismo que correspon-
menos algunas de las personas que hablan huas- de a la frontera entre uno y otro estado.
teco en estas dos demarcaciones sean migrantes
de otras partes, dada la condición atractora de uno
Sin embargo, tal división está acentuada
y otro municipio. por la presencia náhuatl en ambos lados
http://www.cdi.gob.mx
10. 9
Hombre cortando pencas de zapupe en Xiloxuchil, Veracruz.
Fotógrafa: Gabriela Salinas, 1979.
Fototeca Nacho López, CDI.
http://www.cdi.gob.mx
11. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
tinuo que colindaba al poniente con los
La conquista europea constriñó asentamientos de los chichimecas pa-
el territorio huaxteco desde mes y el señorío multiétnico de Mez-
todos los puntos cardinales. titlán, en el cual predominaban los
otomíes. Al sur, existía un mosaico lin-
de los límites estatales, misma que data de güístico y cultural que aún persiste: na-
la época prehispánica y que fue reforza- huas, otomíes, tepehuas y totonacos.6 Ha-
da a lo largo del periodo colonial. Este cia el norte, todo parece indicar que las
hecho podría inducirnos a pensar que ciudades-estado huaxtecas más lejanas se
fue la presencia de los invasores aztecas encontraban muy adentro del actual te-
de finales del periodo precolombino lo rritorio tamaulipeco. Esto hace suponer
que separó a los huastecos, lo cual favo- que en la margen septentrional del río
reció dos desarrollos lingüísticos y cul- Pánuco y sus afluentes, Tamuín y Tam-
turales diferentes. Sin embargo, entre paón, coexistían con diversos grupos
los lingüistas parece predominar la idea de filiación chichimeca, como los man-
de que la separación entre los subgru- guaos u olives, pasitas y mariguanes, pe-
10 pos ocurrió mucho antes, quizás antes ro también que su influencia cultural se
de que concluyera el primer milenio de extendió hasta la Sierra de Tamaulipas
nuestra era. Este dato confiere peculiar y otras zonas remotas. Sin embargo, la
importancia a los efectos que pudo tener documentación del siglo XVI sugiere de
la presencia tolteca en esta región y la manera contundente que el grueso de
impronta de su lengua en las márgenes los asentamientos huaxtecos en su fran-
del río Moctezuma y las estribaciones de ja oriental estaban ubicados muy cerca
la Sierra Madre Oriental. de la rivera del Pánuco y, especialmen-
En este contexto, los antiguos huax- te, en la cuenca de su desembocadura.
tecos5 ocupaban al momento de la llega- Esta distribución territorial coincide con
da de los europeos un territorio discon- el hecho de que se sabe bien que una de
5
Es una convención entre los estudiosos de este 6
De acuerdo con algunos autores, los contactos
grupo usar la palabra “huaxteca” cuando se refiere entre los huaxtecos y la mayor parte de estos gru-
al grupo y territorio precolombinos, reservando pos nunca fueron importantes, lo que reforzaría la
“Huasteca” y “huasteco” a la región y el grupo tesis de una penetración temprana de los nahuas
contemporáneos, respectivamente. en el sur de la Huasteca.
http://www.cdi.gob.mx
12. HUASTECOS DE VERACRUZ
11
Mujer extrayendo fibras de zapupe. Xiloxuchil, Veracruz.
Anónimo, 1982.
Fototeca Nacho López, CDI.
sus ocupaciones principales fue el bene- ganadera, con el consiguiente desplaza-
ficio y el comercio de la sal. miento de los asentamientos aboríge-
La conquista europea constriñó el te- nes. En el sur, finalmente, la más pronta
rritorio huaxteco desde todos los pun- sumisión de nahuas y otomíes permitió
tos cardinales: al poniente y al norte, el que sus pueblos se expandieran poco a
prolongado estado de guerra con los chi- poco hacia el septentrión y ocuparon es-
chimecas —rebeldes al nuevo orden— pacios que antaño fueran huaxtecos. La
supuso el establecimiento de nuevas lectura de documentos del siglo XVI per-
fronteras; al oriente, la mayor parte de la mite observar que muchos pueblos que
llanura costera se destinó a la producción hoy corresponden a municipios con am-
http://www.cdi.gob.mx
13. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
plio predominio nahua, como Chicona- centro de poder que albergó a españoles
mel, Temapache y Tamalín, eran enton- acaudalados que amasaron sus fortunas
ces parte del territorio huasteco. gracias a la cría de ganado mayor y a la
Del mismo modo, una observación a siembra de caña de azúcar en las tierras
la distribución territorial de los huaste- que antaño habían sustentado a la volu-
cos contemporáneos en el extremo norte minosa población huaxteca de la banda
de Veracruz revela que su presencia fue oriental del río Moctezuma.
suprimida casi por completo en la llanu- Así, los huastecos de Veracruz, a di-
ra costera, lo que se patentiza en el bajo ferencia de sus vecinos nahuas y de sus
índice de población indígena en los mu- primos potosinos, tuvieron poco éxito en
nicipios correspondientes: Pánuco, Pue- el mantenimiento de la independencia
blo Viejo, Cerro Azul, Tuxpam, Tamia- política y económica que estaba garanti-
hua, Ozuluama y Tampico Alto. Así las zada a través de la existencia de los pue-
cosas, se concluye que las poblaciones blos y gobiernos propios7 y desde fechas
teenek quedaron recluidas en un terri- tempranas su colocación dentro de la so-
torio limitado desde los albores del pe- ciedad regional fue en calidad de peones
12 riodo colonial. Este hecho, sumado a la de los ranchos que, con el tiempo, llega-
mortandad y la deportación de nativos a ron a alcanzar dimensiones muy consi-
las Antillas durante los primeros años de derables. Esta situación se ha traducido
la colonización española, más las carac- en una larga historia de subordinación
terísticas naturales de esta región —que económica y de relaciones interétnicas
favorecieron la implantación de ranchos muy ríspidas, caracterizadas por el ra-
ganaderos—, trajo como resultado el
peculiar aislamiento que hasta hoy ca-
racteriza a este grupo. Este rasgo es par- 7
A los gobiernos de los pueblos de indios, que
ticularmente obvio en la subregión de por ley estaban formados exclusivamente por
individuos de raza aborigen, se les conoce como
Tantoyuca, donde se fundó el convento cabildos o repúblicas. Numerosas unidades polí-
de agustinos encargados de la evange- ticas indígenas mantuvieron un relativo margen
lización de los indios y donde también de autonomía hasta la Independencia —o incluso
después—, debido al vigor con que se afianzaron
se instalaron los poderes civiles que re- estas estructuras políticas. Otros grupos nunca
presentaban a los intereses de la Coro- lograron consolidar este modelo de inserción
dentro del orden colonial y, por lo tanto, fueron
na en la región. Tantoyuca se convirtió absorbidos con mayor facilidad por la sociedad
así, desde épocas muy antiguas, en un criollo-mestiza.
http://www.cdi.gob.mx
14. HUASTECOS DE VERACRUZ
La milpa constituye uno de los principales núcleos
de la actividad económica y de la vida cotidiana
de los huastecos de Veracruz.
cismo y la estigmatización de los huas- sobre todo, la pesca y el aprovechamien-
tecos por parte de los mestizos e incluso to de otros recursos proporcionados por
de los nahuas. los ríos que atraviesan lo que fue su te-
rritorio. Estos bienes, por otra parte, les
L A MILPA , EL SOMBRERO, permitieron comerciar con otros grupos,
EL MORRAL Y LA CAÑA así como pagar sus tributos, incluso des-
Tratándose de un grupo de tradición me- pués de la conquista española.
soamericana, los teenek basan su econo- No obstante lo anterior, la milpa
mía y su cultura en el cultivo del maíz. constituye unos de los principales nú-
Sin embargo, llama la atención la impor- cleos de la actividad económica y de la
tancia de la que gozan otras especies ve- vida cotidiana de los huastecos de Vera-
getales dentro de sus complejos producti- cruz, ya que gran parte del trabajo pro- 13
vos, así como el hecho de que el maíz no ductivo de los varones se lleva a cabo
ocupa un lugar tan destacado dentro del ahí, con el fin de obtener los insumos
grueso de su mitología étnica, como su- básicos para la subsistencia familiar: fri-
cede con otros grupos de esta macro área joles, chiles, hortalizas y el maíz que se
cultural. De hecho, las alusiones al mon- consumirá como tortilla en la mesa dia-
te, a los territorios incultos y a la natu- ria, como tamales y atole en ocasiones
raleza salvaje (el alte’, en teenek) consti- especiales o como bolim8 durante las
tuyen un eje temático de mucha mayor ceremonias de mayor observancia pa-
relevancia dentro de las narrativas de los
huastecos. Si recurrimos de nuevo a la
historia como fuente de posible explica-
8
El bolim es un guisado característico de la región
ción, conviene señalar que al momento
que consiste en masa de maíz martajada, prepa-
del contacto los huaxtecos basaban su rada con chile y rellena, a manera de un tamal de
subsistencia no sólo en la producción grandes dimensiones, con carne de pollo, guajolote
o huevos cocidos. Equivale al zacahuil nahua y
agrícola, sino también y de manera muy mestizo, bien conocido como el platillo típico de
destacada en la caza, la recolección y, la Huasteca.
http://www.cdi.gob.mx
15. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
a cultivar la caña de azúcar y a obtener di-
Los morrales, bolsas y talegas
versos bienes de consumo a través del pro-
se venden en Tantoyuca los días cesamiento de su jugo. En el caso de los
de mercado o en tiendas de huastecos, este aprendizaje se implan-
implementos y utensilios agrícolas. tó firmemente en su cultura, de modo
que el beneficio de la caña se mantiene
ra el grupo. También se cultivan espe- en la actualidad como una de las prin-
cies de origen europeo, como el ajonjo- cipales actividades complementarias al
lí, con el que se prepara el t’ ak’ tsiil o cuidado de la milpa. Y aun cuando —a
p’ascal, vianda que también está reser- diferencia de sus pares nahuas y huas-
vada para ocasiones festivas, y todo se tecos potosinos— no constituye un ru-
complementa con el cuidado de nume- bro importante en lo que toca al inter-
rosas hierbas alimenticias y curativas, cambio comercial, las necesidades de
de frutales como el plátano y diversos piloncillo, melazas y aguardiente entre
cítricos, así como de la palma, con cuyo los teenek de Veracruz se satisfacen me-
corazón se elaboran numerosos platillos diante una producción para el autocon-
14 muy apreciados entre los huastecos. sumo que cuenta ya con casi 500 años
Las condiciones climáticas de la re- de tradición.
gión permiten que los campesinos pue- Otro rasgo muy distintivo de este gru-
dan levantar dos cosechas al año: la que po étnico ha sido, a lo largo de los sig-
se siembra en mayo, conocida como los, el cultivo del zapupe y de la palma,
temporal o k’ ijil i eem y la que inicia su especies vegetales de las cuales se obtie-
ciclo en noviembre, a la que se le llama nen fibras con las que se manufacturan
milpa de sol o k’ ak’ ali eem. Y aunque diversos artículos utilitarios y de orna-
este régimen agrícola implica una fuerte to. Esto es tan específico de los huaste-
inversión en términos de fuerza de tra- cos veracruzanos, que una buena parte
bajo, puesto que el sistema productivo de los pocos trabajos etnográficos que
sigue siendo, como en la antigüedad, el se han escrito acerca de ellos han hecho
de tumba, roza y quema, estas labores hincapié en la importancia económi-
distan mucho de ocupar la totalidad de ca que reviste la actividad textil, así co-
la energía de los trabajadores teenek. mo en los pormenores de la organización
Los indígenas de la Huasteca aprendie- productiva que gira en torno a ella y los
ron desde comienzos del periodo colonial procesos de comercialización de los pro-
http://www.cdi.gob.mx
17. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
ductos artesanales, principalmente los mo- de manufactura se destinan a la elabo-
rrales y sombreros que de manera tan pro- ración de morrales y sogas.
fusa se consumen en toda la Huasteca. El proceso inicia con la elección de
El zapupe (Agave furcroides), pa- las mejores plantas y su corte, activi-
riente del henequén, se cultiva en va- dad que corre por cuenta de los varones
rias de las congregaciones huastecas de adultos. Ellos mismos las trasladan al so-
Veracruz, como Xiloxuchil y Mata del lar de la vivienda, donde se lleva a cabo
Tigre, y se conoce con el nombre tee- el proceso de extracción de la fibra. És-
nek de weey. Luego de ser cosechado, te se realiza cortando las pencas en ti-
se selecciona con el objeto de que su ras que se hacen pasar por una horqueta
aprovechamiento sea cabal. Las fibras llamada jidab. Mediante fuertes jalones
que se obtienen a lo largo del proceso aplicados a un extremo, se separa la fibra
16
Mujer hilando fibras de zapupe. Xiloxuchil, Veracruz.
Anónimo, 1982.
Fototeca Nacho López, CDI.
http://www.cdi.gob.mx
18. HUASTECOS DE VERACRUZ
17
Mujer tejiendo un morral. Xiloxuchil, Veracruz.
Fotógrafa: Gabriela Salinas, 1979.
Fototeca Nacho López, CDI.
de la corteza. Posteriormente, aquella, a chico, grande o de miniatura, según las
la que se nombra dhapup,9 es hilada pa- dimensiones del bastidor y la demanda
ra pasar luego a la fase de manufactura del mercado. Ya terminado, se cose y se
del morral; estas actividades son efectua- adorna con flores de colores que estam-
das en su mayor parte por mujeres, aun- pan con anilina y un sello de madera.
que los varones y los niños también par- Los morrales, bolsas y talegas se ven-
ticipan cuando es necesario. den en Tantoyuca los días de mercado o
La fibra se hila (jilom) y se coloca en en jarcierías y tiendas de implementos
un bastidor (cocl’) en donde, a mane- y utensilios agrícolas, en las que su pre-
ra de telar de cintura, se teje un morral cio se estima entre 30 y 50 pesos; su uso
es indistinto entre edades y sexos y se
9
De esta palabra deriva el nombre con el que se
emplea en las labores del campo para
conoce en español a la fibra: zapupe. transportar granos, cantimploras, comi-
http://www.cdi.gob.mx
19. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
18
Hombre tejiendo un morral. Tancoco, Veracruz.
Anónimo, 1982.
Fototeca Nacho López, CDI.
da o herramientas. Los teenek suelen te- cuentra o en terrenos que están en des-
ner un par de morrales de uso cotidiano canso.10 Las parcelas, por lo común,
que muestran las huellas del tiempo y la se encuentran salpicadas de este vege-
rudeza del trabajo, aunque tienen por
costumbre guardar un morral nuevo que 10
El sistema de tumba, roza y quema supone la
estrenan en ocasiones especiales. necesidad de dejar descansar los terrenos de labor
Por su parte, la palma real (Sabal durante periodos prolongados, a veces hasta de
doce años, cuando las condiciones lo permiten. Sin
mexicana), que generalmente crece se- embargo, estos terrenos no quedan ociosos, sino
mi-silvestre, reporta enorme utilidad a que los campesinos favorecen el crecimiento de
diversas especies que también complementan su
los huastecos, por lo que la conservan alimentación o que proporcionan materias primas
y diseminan en lugares donde no se en- para la construcción, el vestido, etcétera.
http://www.cdi.gob.mx
20. HUASTECOS DE VERACRUZ
19
Fábrica de sombreros. Tancoco, Veracruz.
Anónimo, 1982.
Fototeca Nacho López, CDI.
http://www.cdi.gob.mx
21. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
es el llamado “tantoyuquero”, el cual al-
Según los huastecos canza un precio en el mercado que fluc-
veracruzanos, antes de que túa entre los 250 y los 400 pesos, según
su modelo, tamaño y calidad.
hubiera gente sobre la Tierra,
El precio tanto de los morrales co-
el mundo estuvo poblado
mo de los sombreros y el del resto de las
por unos seres manufacturas huastecas es resultado de
llamados aatslaabtsik. un sistema de acaparamiento y reventa
en que los productores huastecos reci-
ben ganancias sorprendentemente ma-
tal que proporciona sombra a los cul- gras. Lo mismo sucede con su produc-
tivadores y a las matas de maíz. Tam- ción agrícola y con la venta de su fuerza
bién sirve como guía al frijol enredadera de trabajo dentro de la región. Es debido
y sus frutos son codiciados por los ni- a todo ello, aunado a la escasez de tie-
ños, quienes los toman como una dul- rras, que los huastecos veracruzanos son
ce golosina de temporada. Con las hojas un grupo que padece una situación so-
20 techan sus casas y cubren las paredes de cioeconómica marginal y profundamen-
los baños; elaboran petates, canastos, te desventajosa frente a sus vecinos mes-
cestos y sombreros de diversos diseños tizos y otros grupos étnicos.
y tamaños. El corazón del tronco, llama- Así las cosas, aunque no constituyen
do palmito, se guisa con chile, transfor- una etnia con profunda tradición migra-
mándose así en un platillo muy nutritivo toria, cada vez es más frecuente que se
y apreciado por los huastecos. vean orillados a emplearse fuera de la
Para la elaboración de los sombreros región. Es por ello que los encontramos
se eligen las hojas más grandes y ver- como trabajadores de baja calificación
des, que se acarrean al solar. Ahí se cor- en el complejo urbano de Tampico-Al-
tan en tiras delgadas que después tren- tamira-Ciudad Madero y en la zona na-
zan y unen hasta formar un “listón” de ranjera y petrolera de Tuxpan, Álamo y
un centímetro de ancho y varios metros Poza Rica, así como en grupos de jor-
de largo. Éste listón se enreda en círcu- naleros en el sur de Sonora y norte de
los y se cose a mano o a máquina, dán- Sinaloa, lo mismo que en la mayor par-
dole la forma deseada. El sombrero más te de las zonas agroindustriales de Ta-
común —pero a la vez más elegante—, maulipas, y en menor medida, en otras
http://www.cdi.gob.mx
22. 21
Familia teenek. Congregación Mata del Tigre, Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
entidades del país. Pareciera que, como los elementos culturales emblemáticos
ha sucedido a lo largo de la historia, los han desaparecido (incluida una memoria
huastecos de Veracruz prefieren seguir histórica conmensurable con los criterios
desplazándose dentro de lo que con- nacionales), se mantiene entre ellos una
ciben como su territorio ancestral más fuerte noción de identidad. De acuerdo
que fuera de él, como sucede con otros con los especialistas, esta identidad se
grupos que fundan comunidades en tie- expresa sobre todo en la reformulación
rras remotas y reconstituyen su territorio de algunos de los rituales que ha apor-
dondequiera que se establecen. tado la religión católica, así como en el
mantenimiento de otros tantos de origen
GENTE DE LA LUZ prehispánico, mismos que se encuentran
A pesar de que los teenek de Veracruz fuertemente enlazados con un sistema de
son un grupo en el que la mayor parte de creencias de honda antigüedad.
http://www.cdi.gob.mx
23. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
22
Comparsa en las calles de Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
http://www.cdi.gob.mx
24. HUASTECOS DE VERACRUZ
Según los huastecos veracruzanos, manos que hayan quedado en calidad
antes de que hubiera gente sobre la Tie- de usurpadores de un territorio que ori-
rra, el mundo estuvo poblado por unos ginalmente les pertenecía. Por lo tanto,
seres llamados aatslaabtsik que tenían los aires son un peligro permanente pa-
tres piernas y se alimentaban de puros ra los teenek, lo que los obliga a estar en
olores, ya que la forma de su cuerpo im- constante alerta, a mantener una etique-
pedía que pudieran defecar. En esa épo- ta muy rigurosa en situaciones de riesgo
ca no había luz, por lo que toda la vida y a ofrecer a sus rivales obsequios y ple-
de estos ancestros transcurría en tinie- garias, con el objeto de apaciguar su ira.
blas. Sin embargo, un día comenzó a sa- Los baatsik’ viven en el monte y pre-
lir el Sol y su aparición sembró el terror fieren los lugares que ellos mismos cons-
entre los aatslaabtsik, porque pensaron truyeron en el pasado: los montículos
que su mundo se iba a quemar. Todo es- prehispánicos, que son objeto de respe-
to produjo un cataclismo, ya que algu- to —e incluso, temor— por parte de los
nos de ellos se resignaron y se arriesga- indígenas de la Huasteca en general, no
ron a ser tocados por los rayos solares; sólo de los teenek veracruzanos. Tam-
pero otros se escondieron en las entra- bién se ocultan en las fallas del terreno y 23
ñas de la tierra, formando con su hui- en las cuevas: la cuestión es que se gua-
da los cerros y las barrancas. Los que se recen en los lugares donde no hay luz y
quedaron en la superficie son los ante- donde no ha llegado la cultura humana.
pasados de los teenek, mientras que los Los aires no se internan en los pue-
que pasaron a morar el mundo subterrá- blos ni rancherías y pertenecen, por tan-
neo son los baatsik’, también conocidos to, al alte’ o monte inculto. Ahí hacen
como “aires”.11 su vida al modo de los humanos, con
A partir de ese momento, toda la su ganado y sus mascotas —que son los
historia de los teenek es la historia de animales salvajes—, sus viviendas y de
la dualidad hombres-baatsik’, pues és- acuerdo con sus propias reglas sociales.
tos no han podido perdonar a los hu- Pero en numerosos aspectos, su vida es
una inversión de la de los teenek: odian
los olores agradables, se alimentan de
inmundicias y emanaciones pestilentes,
11
Baatsik’ significa “viento torcido” y se dice que
estos seres se manifiestan, entre otras maneras,
aman la basura y repelen las flores. Por
como remolinos de aire. otro lado, no entienden el español y só-
http://www.cdi.gob.mx
25. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
24
Huapangueros acompañando a la comparsa.
Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo Personal.
lo prestan atención cuando se les habla fundidos en la región, entre los nahuas
en teenek.12 Son la causa de numerosas e incluso los mestizos, pero son, sin du-
enfermedades y su ataque puede llegar da, de origen huasteco. En San Luis Po-
a causar la muerte. tosí existen creencias similares, pero en
Estos principios cosmológicos de los ninguna parte se encuentran tan arrai-
teenek se encuentran ampliamente di- gadas como entre los teenek veracruza-
nos, quienes, por otra parte, comparten
con sus pares potosinos la mitología del
12
Este dato es interesante, dado el alto índice de Trueno, deidad a quien adjudican el ori-
bilingüismo que se registra en este grupo, a dife- gen de la agricultura y de la cultura hu-
rencia de lo que sucede entre los teenek de San Luis
Potosí, donde aún se mantienen elevados niveles
mana en general, así como su decepción
de monolingüismo. ante el comportamiento de la gente y su
http://www.cdi.gob.mx
26. HUASTECOS DE VERACRUZ
Los teenek veracruzanos son hijos de la luz, pero habitan
en un mundo poblado por seres hostiles.
consiguiente alejamiento de los indios, A simple vista, los huastecos no pa-
quienes han sido castigados con flagelos recieran ser demasiado diferentes de los
y carencias desde que él los abandonó. campesinos mestizos de la región. Con
Según esta base mitológica los tee- relación a los nahuas, por otra parte, po-
nek veracruzanos son hijos de la luz, pe- dría pensarse que éstos mantienen un
ro habitan en un mundo poblado por se- mayor número de rasgos propios, pues
res hostiles y carecen del resguardo de es común entre ellos portar la indumen-
una deidad poderosa, quien en el pasa- taria tradicional consistente, en los varo-
do remoto los dejó a merced de su pro- nes, de blusa y calzón de manta13 y, en-
pia suerte. Ahora sólo se tienen a sí mis- tre las mujeres, de blusa bordada y falda.
mos dentro de un mundo doblemente Los huastecos, en cambio, usan ropa que
hostil, pues otros con quienes comparten compran a los mestizos y no queda en su
su mundo pueblan las regiones más civi- vestimenta rasgo alguno que haga refe- 25
lizadas de la región: las que están real- rencia a costumbres ancestrales, como lo
mente a salvo de la rabia de los baatsik’. es, por ejemplo, el tocado femenino (pe-
tob) que se usa en San Luis Potosí. Los
SER NOSOTROS ENTRE LOS OTROS huastecos veracruzanos, además, suelen
El sentimiento de indefensión que se de- hablar en español cuando se encuentran
riva del sistema cosmológico huasteco en contextos distintos a su comunidad.
se refleja en una singular cohesión del Esto los diferencia de los nahuas, quienes
grupo, que tiene como ejes el predomi- interactúan en su lengua con mucho ma-
nio de los matrimonios endogámicos,
los rígidos criterios de pertenencia co-
munitaria, el uso de la lengua vernácu-
13
De ahí, entre otras razones, que los teenek co-
la en la interacción cotidiana, la especi-
nozcan a los nahuas como dhac tsam, que significa
ficidad de las prácticas terapéuticas y la “insectos blancos”. Cabe señalar que este tipo de
eficiencia simbólica de las nociones cla- designaciones no operan necesariamente como
adjetivos infamantes, sino como mecanismos de
sificatorias de la otredad con relación a clasificación de los otros, comunes en todos los
mestizos, nahuas y teenek potosinos. grupos étnicos de México y del resto del mundo.
http://www.cdi.gob.mx
27. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
26
Viejada en la noche del 2 de noviembre. Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
http://www.cdi.gob.mx
28. HUASTECOS DE VERACRUZ
yor profusión. Finalmente, una amplia trimoniales no consagradas por la Iglesia
mayoría de las rancherías huastecas tie- y a la demora en el bautizo de un bebé.
nen nombres en español,14 mientras que Como dato casi anecdótico, los huaste-
multitud de poblaciones nahuas conservan cos comparten con sus vecinos nahuas
la toponimia antigua en su propio idioma. la denominación de tlacuache (uut’) pa-
Sólo las cabeceras de algunos de los mu- ra los niños en esta condición... ¡porque
nicipios con presencia huasteca mantie- el cura aún no les corta el rabo!
nen en su nombre el lejano recuerdo de No obstante, los huastecos de Vera-
que alguna vez pertenecieron al territo- cruz, como muchos otros grupos indí-
rio de ese grupo: Tantoyuca, Tantima, genas de México, preservan un calenda-
Tamiahua, Tancoco. rio ceremonial paralelo al de la religión
Sin embargo, los huastecos se han re- católica, como eco de situaciones que
servado el ámbito de su comunidad para seguramente ocurrieron desde que los
el despliegue de sus rasgos identitarios y españoles iniciaron su tarea evangeli-
emblemáticos. Comencemos por lo que zadora. De acuerdo con diversos auto-
toca a la religiosidad y la vida ritual, no res, este tipo de calendarios se basa en
sin antes admitir que el catolicismo (a di- las celebraciones que gozaron de mayor 27
ferencia de otras vertientes de la cristian- importancia durante el periodo prehis-
dad) es, oficialmente y sin duda alguna, pánico y, por lo que toca a los grupos
la religión que profesan la mayor parte de matriz mesoamericana, se empalma
de los miembros de esta etnia. Esto signi- con los momentos más álgidos del ciclo
fica, entre otras cosas, que la gente asis- agrícola. Como ya se ha dicho, entre los
te de manera regular a la iglesia, la cual huastecos veracruzanos esta última aso-
normalmente se encuentra ubicada en la ciación no es tan nítida como entre los
cabecera municipal. Significa también grupos vecinos, pero no cabe duda de
que los huastecos observan con rigor su que la impronta precolombina subsiste
vida sacramental, al punto de que existe en su vida ritual. Veamos ahora un caso
una serie de creencias acerca de las des- representativo de esta etnia.
venturas que sobrevienen a uniones ma- Los habitantes de Tantoyuca comien-
zan sus festejos anuales entre los meses de
marzo y abril, con la conmemoración de la
14
Cuando no es así, la toponimia es nahua, como
Semana Santa. En esa ocasión, realizan
sucede en Xiloxuchil y Chontla. peregrinaciones en las distintas colonias,
http://www.cdi.gob.mx
29. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
28
Grupo de danzantes. Congregación Mata del Tigre, Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
cargando la imagen de una virgen que hasta el cerro de la Cruz,15 como repre-
llevan de visita casa por casa. En cada sentación de la pasión de Cristo.
caso, los dueños de la vivienda tendrán De acuerdo con la tradición teenek, el
que cargarla para llevarla con su vecino mes de mayo es el de la virgen, ya que du-
y así sucesivamente, hasta que la ima-
gen regrese a la capilla, después de nue-
ve días de paseo. Mientras tanto, en la
15
Este cerro es el que resguarda y en el que se
extiende la zona urbana de Tantoyuca. Su parte
iglesia central se elabora una cruz gran- más alta está coronada por una cruz grande y
de que es cargada por varios voluntarios permanente (además de las antenas de radio).
http://www.cdi.gob.mx
30. HUASTECOS DE VERACRUZ
Danzantes ejecutando
la Danza del Negrito.
Congregación Mata
del Tigre, Tantoyuca,
Veracruz.
Fotógrafo: Octavio
Martínez, 2004.
Acervo personal.
29
rante éste se celebra el día de las madres. El 30 de octubre inicia el Xantolo,16
A lo largo de todo el mes, se ofrendan flo- con la elaboración de tamales y atole, el
res en la iglesia a las vírgenes que ahí se sacrificio de animales y el levantamiento
veneran y se da por hecho que la agasaja- de arcos de los que cuelgan frutas y se
da principal es María. Como réplica de lo ofrendan cacahuates, vinos, velas y co-
que sucede en la iglesia principal, en las pal. La gente entonces sale a la calle for-
capillas de los barrios y ranchos que es- mando comparsas de hombres que lu-
tán dedicadas a alguna virgen se colocan cen atuendos femeninos y bailan al son
adornos y flores.
En septiembre se celebra a la patria,
y los huastecos, como el resto de los ha- 16
La palabra Xantolo deriva del latín Sanctorum,
celebración católica de Todos Santos, que se usa
bitantes de la región, se adhieren a los
en el náhuatl regional. Siendo una fiesta de hondas
festejos y desfiles que organizan las es- raíces indígenas, con el tiempo ha sido adoptada
cuelas, además de que se divierten por con entusiasmo por los mestizos, al punto que en
Tantoyuca ya se confunde con la celebración de
la noche con la quema de castillos y to- visos carnavalescos que es el halloween en buena
ritos de pirotecnia. parte del medio urbano de México.
http://www.cdi.gob.mx
31. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
El sabor de la gastronomía huasteca se asoma en cada hogar
con la elaboración de tamales de múltiples y exquisitos sabores,
acompañados siempre de atole agrio o dulce.
de guitarras y violines ejecutados por un ca—, Xantolo representa una fusión de
trío de huapangueros17 y acompañados varios festejos o, mejor dicho, una conse-
por un séquito de gente divertida que cución de varias actividades ceremonia-
los espera con agua, cerveza, comida o les realizadas en un tiempo corto. Duran-
dinero. te la segunda mitad del mes de octubre
El espíritu carnavalesco se desborda comienzan los preparativos para Todos
para el día dos de noviembre, cuando- Santos. Para entonces, los agricultores ya
la ciudad se convierte en una pasarela han levantado sus cosechas de temporal
de atuendos y disfraces que evocan es- y se aprestan a realizar una ceremonia
cenas surrealistas y barrocas: monstruos que consiste en ofrendar y bendecir los
grotescos, caníbales, caricaturas, traves- nuevos granos. Puesto que la asistencia a
tis, etcétera. esta ceremonia es masiva, las mazorcas
30
La popularidad de dicha fiesta es tal, ofrendadas se reparten entre las capillas
que gran cantidad de los habitantes to- y la iglesia central, mientras que las ma-
man parte en la organización de un certa- zorcas que han sido bendecidas son lle-
men donde escuelas y colonias compiten vadas para utilizarse en la siembra de to-
por el reconocimiento público a la crea- nalmil, próxima a realizarse.
tividad y estilo de su comparsa, en una El 30 de octubre comienza propia-
fiesta nocturna que concluye con el “des- mente la celebración de Todos Santos.
tape”, acto en el que los participantes El sabor de la gastronomía huasteca se
abandonan sus máscaras y trajes, para así asoma en cada hogar con la elabora-
marcar el final de la fiesta de Xantolo. ción de tamales de múltiples y exquisi-
Para la población de Mata del Tigre tos sabores, acompañados siempre de
—ubicada en el municipio de Tantoyu- atole agrio o dulce. Comienzan las dan-
zas de disfraces, donde grupos de jó-
venes y niños llevan atuendos relacio-
17
Músicos que interpretan el huapango y el son nados con la población mestiza, como
huasteco, ritmos característicos de la región. lentes de sol, chamarra o botas, mien-
http://www.cdi.gob.mx
32. HUASTECOS DE VERACRUZ
tras otros usan zapatillas, medias y mi- te importante episodio ritual, que sería
nifalda y ejecutan la danza del negrito, el último del año si no gozara de cierta
que simboliza la dualidad entre la vida importancia el 12 de diciembre, cuando
y la muerte a través de una lúdica repre- se realizan procesiones y peregrinacio-
sentación de la conquista española y el nes. Para esta ocasión, nuevamente se
dominio sobre la sociedad indígena. Se ejecutan danzas y se repite la costum-
trata de una representación que invier- bre de los disfraces, aunque esta vez se
te el orden establecido y que contrasta circunscriben a las adelitas y los indios,
con la seriedad y tristeza de las visitas mismos que dan forma a la célebre dan-
al cementerio con las que concluye es- za de las inditas.
31
La gente y los danzantes. Congregación Mata del Tigre, Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
http://www.cdi.gob.mx
33. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
ENTRE EL PASTIZAL Y quiera se acostumbra nombrar a los fun-
LOS PELIGROS DEL MONTE cionarios con nomenclatura vernácula,
La mayor parte de los huastecos veracru- como sucede en otras partes. Tampoco
zanos habitan en rancherías más o menos existen consejos de ancianos ni sistemas
dispersas (véase cuadro en pág. 47), agru- de cargos articulados alrededor de ma-
padas administrativamente bajo la mo- yordomías o cofradías. Todo ello es con-
dalidad de congregaciones. Estas con- secuencia del hecho de que, por lo me-
gregaciones forman, a su vez, parte de nos, los dos últimos siglos de la historia
municipios, en cuyas cabeceras la po- de este grupo transcurrieron a la sombra
blación es predominantemente mestiza y de las estructuras agrarias imperantes en
donde se asientan los poderes del ayun- la región en cada época: la hacienda, el
tamiento. Cada congregación, por su condueñazgo y la propiedad social pro-
parte, cuenta con una discreta estructura ducto de la Reforma Agraria.
de gobierno que brinda un relativo mar- Como ya se ha dicho, la presencia de
gen de autonomía a la jurisdicción. De la ganadería produjo un viraje definitivo
manera habitual, esta estructura se en- en la historia de los pueblos huastecos.
32 cuentra presidida por un agente especial Pero este factor no sólo tocó de lleno las
que dispone de un sello y de la facultad cuestiones relativas a la producción y la
de tomar decisiones, mismas que ejecu- propiedad de la tierra: también moldeó
ta a través de los policías o topiles. En el las concepciones acerca del espacio, el
plano de la estructura religiosa, la juris- territorio y el lugar de los teenek dentro
dicción está centralizada en la parroquia del orden cósmico, lo que dio origen a
y, a nivel de las rancherías, lo común es ciertos elementos que caracterizan a es-
encontrar celadores que se encargan, bá- te grupo étnico y que se reflejan en las
sicamente, de promover y organizar los relaciones que han establecido con el
festejos del santo patrón. Como puede resto de la sociedad regional.
verse, el mundo de los huastecos se en- Una vez establecidos en su ubicación
cuentra profunda y firmemente enlaza- actual —entre la sierra y la llanura, a
do con el de la sociedad nacional. Asi- consecuencia del avance de la ganadería
mismo, cabe destacar que, a diferencia y el poblamiento hispánico—, para los
de otros grupos vecinos, aquí no se en- teenek veracruzanos el oeste es el territo-
cuentra rastro alguno de lo que fuera el rio donde priva todo lo que es opuesto a
gobierno indígena colonial, ya que ni si- la cultura, a lo eminentemente humano.
http://www.cdi.gob.mx
34. HUASTECOS DE VERACRUZ
33
Visita al cementerio. Congregación Mata del Tigre, Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
http://www.cdi.gob.mx
35. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
Como se ha mencionado, éste es el mun- humana. El dato sería pedestre y circuns-
do montañoso de los baatsik’ y es, por tancial si no supiéramos que estos últi-
consiguiente, donde los brujos más po- mos catalogan a los miembros de la pro-
derosos pueden ejercer su mortífera ca- pia etnia que habitan en poblaciones
pacidad de transformarse en felinos, pa- incrustadas en la Sierra Madre Oriental
ra luego “bajar” a los pueblos a devorar (los más occidentales de todos los huas-
personas.18 Estos principios cosmológicos tecos) de naguales19 y antropófagos. És-
son compartidos por los grupos indíge- tos, a su vez, identifican a los pames —sus
nas del norte de la Huasteca, para quie- vecinos inmediatos en esa misma direc-
nes existe una clara asociación entre el ción—, con los chichimecas, los humanos
monte y lo salvaje. Como corolario, to- menos civilizados de cuantos se tiene noti-
dos ellos dan por hecho que la llanura es cia en la región.
el territorio del hombre y su cultura. Sin Y si esto ya es de suyo sorprendente,
embargo, las cosas se complican cuando habrá que admitir que en el plano sobre-
se trata de establecer relaciones entre los natural las cosas son aún más comple-
diferentes grupos que componen la re- jas, pues el este y el oeste se identifican
34 gión y sus respectivos territorios. entre sí en tanto que son simultánea-
De acuerdo con un patrón clasifica- mente la morada dual del Trueno Ma-
torio que se basa —sin lugar a dudas— yor.20 Como consecuencia, los mundos
en la disposición cardinal de cada uno
de los grupos, los teenek veracruzanos
consideran peligrosos a los de San Luis
Potosí, pues éstos tienen fama de domi- 19
Entre todos los grupos de origen mesoameri-
nar la hechicería y de consumir carne cano, y un buen número de los que provienen de
sus colindancias, un nagual es, a grandes rasgos,
un individuo poderoso que puede convertirse en
animal.
20
En todas las culturas étnicas del Golfo de México
18
La creencia en el timeel, u hombre tigre, está existen mitos asociados al Trueno. Estos mitos
ampliamente difundida en la Huasteca potosina y generalmente refieren la existencia de toda una
es a los moradores de esa zona a quienes los huas- jerarquía de los dioses-trueno, definida por la
tecos veracruzanos atribuyen la facultad de trans- asociación cardinal y cromática que se adjudica a
formarse en animales y practicar la antropofagia. cada una de ellos. Dentro de este peculiar sistema
Y aunque los brujos poderosos son generalmente clasificatorio, el Trueno del Oriente es el Trueno
hombres-tigre, también se dice que se convierten Mayor ( Muxi’ en teenek) y generalmente se le
en guajolotes, perros u otros animales para cometer asocia con el color azul-verde, que es el color de
sus fechorías. la bondad, la cultura y la buenaventura.
http://www.cdi.gob.mx
36. HUASTECOS DE VERACRUZ
35
Pedimento de novia. Congregación Mata del Tigre, Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
de los teenek y de los baatsik’ se en- racruzanos no les complace internarse
cuentran vinculados a través de “ven- en el monte ni merodear por los luga-
tanas” o “portales”, como los “cubis”21 res donde hay vestigios arqueológicos o
que se encuentran diseminados en toda cuevas: sólo lo hacen en situaciones de
la región y se mantienen virtualmente extrema necesidad.
inexplorados. Estos lugares son entradas Sin embargo, de acuerdo con la cos-
al inframundo, al dominio de ancestros movisión teenek, evadir adentrarse en
prehumanos, al conocimiento esotéri- los lugares donde reinan los seres telú-
co y de las fuerzas naturales y, al mismo ricos no es suficiente para vivir sin ries-
tiempo, a grandes peligros que es prefe- gos, ya que éstos también son provoca-
rible evitar. Por eso, a los huastecos ve- dos a través de otras modalidades de la
conducta humana. Los mecanismos más
21
Ruinas de origen prehispánico. importantes para provocar un daño son
http://www.cdi.gob.mx
37. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
veracruzanos rezuma miseria y resigna-
El brujo huasteco es temible porque ción ante la desigualdad; “son desidio-
optó por serlo, por priorizar el diálogo sos”, dicen de ellos muchos mestizos,
con los aires maléficos para usar su de conformidad con la opinión menos
fuerza y, como consecuencia, llevar una altisonante pero igualmente frecuen-
te de los nahuas de la región. Y es que
vida que tiene como sello el daño a sus
la envidia no llega sola: trae consigo el
semejantes, los teenek.
maleficio, la brujería, a la cual los tee-
nek temen enormemente.
la envidia y la brujería, y ambos son ca- Como ya se ha mencionado, para ser
si indisolubles, al punto de que la una brujo (dhiman) es preciso hacerse par-
es consecuencia de la otra. tícipe de los misterios del alte’. Dicho
La envidia reina por doquier en el en otras palabras, se necesita un adies-
mundo teenek: envidia de una mujer de tramiento chamánico que sólo puede
edad ante el nacimiento de un bebé sa- ser adquirido en el mundo de las tinie-
no dentro de la comunidad; envidia de blas: esto significa que para llegar a do-
36 casi cualquier habitante de una ranche- minar la hechicería es preciso decidirlo
ría ante la erección de una casa “de ma- de manera individual y someterse a un
terial”22 en el solar de alguno de los ve- proceso educativo riesgoso y siniestro.
cinos; envidia de un hombre joven al El brujo huasteco, pues, es temible por-
constatar que otro como él recibe los fa- que optó por serlo, por priorizar el diá-
vores de la muchacha a la que pretende; logo con los aires maléficos para usar su
envidia ante la relativa opulencia del al- fuerza y, como consecuencia, llevar una
tar de Todos Santos que se ha erigido en vida que tiene como sello el daño a sus
la vivienda del migrante recién retorna- semejantes, los teenek. Para poder eje-
do... Por eso, entre otras razones más cutar cabalmente su potencial, requie-
terrenales, la imagen de los huastecos re de una sanción social que tiene como
argumento la envidia.
De este modo, los servicios de un
22
Es una denominación casi universal dentro del dhiman se contratan para hacer mal a
medio indígena mexicano la de “casa/ piso/ techo quien se envidia: es por esta razón que
de material” cuando —valga la redundancia— el
se considera que la brujería opera —an-
material usado en la construcción es la mampos-
tería, el cemento, la losa. te todo— como un potente mecanismo
http://www.cdi.gob.mx
38. HUASTECOS DE VERACRUZ
de nivelación social. Pero para gozar de
tal eficiencia, es necesario que se en- Una parte de las patologías
cuentre coherentemente inserta dentro que pueden padecer las
de un sistema de concepciones acerca personas no se explica como
del cuerpo, la salud y la enfermedad. disfunción del cuerpo: son las
Los teenek creen que el cuerpo hu-
enfermedades del alma.
mano alberga dos entidades anímicas di-
ferentes y complementarias: una reside
en el corazón (el ejattal) y la otra en la la enfermedad o pérdida del alma. Es
coronilla (ch’ ichiin). La primera es indis- por ello que se considera que la medi-
pensable para la vida, mientras que la cina teenek, a diferencia de la occiden-
segunda rige sobre el pensamiento; por tal alopática, es ante todo diagnóstica,
eso puede perderse, sin que la muerte mejor que remedial. De cualquier ma-
sobrevenga en lo inmediato. De ahí que nera, cuando los teenek necesitan curar
una parte de las patologías que pueden una enfermedad del cuerpo, no dudan
padecer las personas no se explica co- en acudir a los médicos con formación
mo disfunción del cuerpo: son las enfer- institucional. Este es un rasgo más que 37
medades del alma. Éstas se “adquieren” indica cómo los miembros de este gru-
mediante tres posibles vías: maleficio po han sabido compatibilizar su sistema
impuesto por un dhiman, espanto ante de creencias ancestral con los elemen-
una visión horrenda (encuentro con un tos que ofrece el mundo moderno.
baatsik’) o ataque deliberado de uno de
estos últimos a la víctima. Y para resta- LOS RITOS DE LA PERMANENCIA
blecer el ch’ ichiin al cuerpo se precisa La llegada de un nuevo miembro a la
la intervención de un curandero. comunidad étnica es, como en toda cul-
Los curanderos huastecos fungen co- tura humana, un acontecimiento crítico
mo intermediarios con los seres telúri- que exige la realización de una serie de
cos y el proceso de curación consiste procedimientos rituales llamados a in-
básicamente, en “convencer” a éstos de corporar al recién nacido al que será,
que dejen en paz al paciente. Pero pa- por definición, su mundo social duran-
ra poder llevar a cabo esta tarea, les re- te la vida. Los teenek veracruzanos en-
sulta absolutamente indispensable averi- focan esta actividad a la ardua tarea de
guar cómo, dónde y por qué se produjo poner a salvo al bebé de la rabia de los
http://www.cdi.gob.mx
39. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
38
Los novios y sus familares. Congregación Mata del Tigre, Tantoyuca, Veracruz.
Fotógrafo: Octavio Martínez, 2004.
Acervo personal.
baatsik’: rabia por el nacimiento de un ce patológico diferente a los demás, el
rival más en la ancestral disputa por el especialista que habrá de lidiar con los
territorio y rabia también por los despo- riesgos de esta crisis es también distinto
jos que deja el parto sobre la tierra. El al habitual: se trata de la partera.
recién nacido es, por tanto, considerado La partera teenek acompaña al bebé
como un tipo especial de enfermo, cu- y la madre durante siete días23 en el inte-
yas entidades anímicas requieren de una
etapa de intensos cuidados, al final de
23
El número siete tiene un carácter maléfico entre
la cual quedarán definitivamente fijadas los huastecos veracruzanos y otros grupos de la
al cuerpo. Por ser el puerperio un tran- región.
http://www.cdi.gob.mx
40. HUASTECOS DE VERACRUZ
rior de la vivienda, sola con ellos, y casi
en tinieblas, salvo por la luz que se des- El pedimento tradicional teenek
prende del fuego que debe mantenerse consiste en una serie de
permanentemente vivo. Como parte fun- visitas efectuadas por
damental de este proceso ritual, la pla-
el novio, acompañado de
centa y el cordón se entierran dentro de
los límites de la casa y el solar, respec-
su familia y un consejero.
tivamente, y no se permite la entrada a
nadie al hogar donde ha ocurrido el par- En numerosas culturas étnicas alrede-
to. Durante esa semana, el niño recibe dor del mundo y de la región mesoameri-
su verdadero nombre, el cual nadie de- cana, en particular, existe la norma de
berá conocer, pues ello conlleva gravísi- que el varón que desea contraer matri-
mos riesgos para el individuo. monio pida, conjuntamente con sus pro-
Al pasar los siete días, se baña al ni- genitores y algún tipo de mediador “neu-
ño por vez primera, se realizan limpias tral”, a la mujer que desea por esposa.
dentro de la vivienda y la madre lava las Esta solicitud se efectúa, en muchos lu-
manos de la partera, con el fin de librar- gares, con enorme anticipación a la con- 39
la de la inmundicia del parto y del fu- sumación del matrimonio. Más aún: en
ror de las potencias telúricas. El bebé se algunos grupos, el pedimento es realiza-
presenta a la luz del Sol y a la comuni- do por los padres del futuro contrayente
dad con un juego de implementos para y el pacto entre las familias se sella cuan-
lo que será el trabajo de su vida: agríco- do los prometidos aún son niños. Estas
la, si es varón; doméstico, si es mujer. costumbres han ido perdiendo terreno a
La observancia de este rito es nota- lo largo de los dos últimos siglos de la
ble, pues, como ya se ha visto, son pocas historia mundial, fundamentalmente de-
las ocasiones en que afloran de manera bido a que el matrimonio se considera,
explícita rasgos que distingan claramen- cada vez más, un asunto individual que
te a los huastecos veracruzanos del resto se deriva del amor y la mutua atracción,
de los grupos étnicos y sociales de la re- y que poco o nada tiene que ver con las
gión. El otro acontecimiento que mere- rígidas reglas sociales derivadas de las
ce destacarse por su especificidad como normas de transmisión de los bienes, el
parte de la cultura teenek es el chab’ ix equilibrio al interior del grupo o la exis-
o pedimento de la novia. tencia de clanes o linajes determinados
http://www.cdi.gob.mx
41. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
La boda se celebra de acuerdo con los
cánones establecidos por la Iglesia católica y culmina,
como el chab’ ix, con un banquete.
por la estructura social en abstracto. Sin hermanos construyen dentro del solar
embargo, entre los huastecos veracruza- parental la nueva vivienda que ocupa-
nos el chab’ ix aún goza de vigencia y se rán los prometidos luego de la ceremo-
celebra en medio de una etiqueta muy rí- nia del matrimonio religioso. Durante
gida, para culminar, después de un tiem- este periodo, es común que los prometi-
po, con el matrimonio. dos tengan vida marital, por lo que algu-
El pedimento tradicional teenek con- nos autores han considerado al periodo
siste en una serie de visitas efectuadas como un tipo de “matrimonio a prueba”.
por el novio, acompañado de su fami- Sin embargo, para los huastecos, el pro-
lia y un consejero, quienes siempre lle- pósito de este periodo es afianzar las re-
van regalos y comida como parte de la glas de reciprocidad entre las familias.
40 ceremonia. Durante la primera visita, lo Pasado el tiempo, los novios con-
normal es que los padres de la novia re- traen matrimonio religioso y, a veces,
quieran ser convencidos para que pueda también civil, en la cabecera municipal.
iniciarse formalmente el cortejo. La úl- La boda se celebra de acuerdo con los
tima, la más rígida en términos rituales, cánones establecidos por la Iglesia cató-
supone el ofrecimiento de un gran ban- lica y culmina, como el chab’ ix, con un
quete por parte de la familia del varón y banquete que se acompaña de discursos
una serie de regalos prestablecidos: ropa y consejos dirigidos a la nueva pareja.
y bisutería nueva para la novia, un pei- Ésta, por último, se muda a su nueva ca-
ne y el engalanamiento de la muchacha sa, misma que estará asociada definiti-
por parte de las familiares del preten- vamente a la familia del varón.
diente, que a partir de entonces queda
en calidad de prometido. HACIA EL FUTURO CON
Después de este episodio, el joven LOS PIES SOBRE LA TIERRA
debe trabajar un tiempo para su suegro, De acuerdo con lo señalado en el párra-
mudándose a vivir con su futura fami- fo anterior, se entiende que las reglas del
lia política, mientras que su padre y sus parentesco huasteco indican la virilocali-
http://www.cdi.gob.mx
42. HUASTECOS DE VERACRUZ
dad, es decir, que la residencia de las pa- debido a las fuertes presiones aculturati-
rejas debe establecerse en el lugar don- vas provenientes de la sociedad nacio-
de vive el padre del varón. A esto debe nal y el capitalismo. Por un lado, cada
añadirse que el hijo más joven es quien vez es más común que las parejas se for-
hereda la casa familiar. Cabe señalar que men al margen de la observancia pater-
en algunos lugares lo que se acostumbra na y comunitaria, lo que diluye el poder
es destruir la casa familiar a la muerte del de las prescripciones y las prohibiciones
último de los padres ancianos.24 Esto su- matrimoniales;25 por el otro, las activida-
cede, por supuesto, sólo cuando la vi- des no agrícolas, cada vez más frecuen-
vienda fue construida con materiales tra- tes entre los indígenas, tienden a colocar
dicionales: bajareque, palma y madera. en un plano distinto lo concerniente a la
Sin embargo, las reglas de residencia transmisión de los derechos agrarios; por
no son totalmente coincidentes con las último, la escasez de la tierra contribuye
normas relativas a la sucesión de la tie- de manera definitiva a que los padres to-
rra, ya que entre los teenek veracruzanos men decisiones fuera de la norma, con
la norma es que todos los hijos e hijas de el objeto de garantizar la integridad fu-
una pareja reciban parcelas idealmen- tura de sus magras propiedades. Este úl- 41
te iguales en extensión. Este dato es uno timo punto es de particular importancia
de los rasgos que caracterizan al grupo, entre los teenek veracruzanos, puesto
pues en otras etnias, por lo general, la que se trata de un grupo muy desfavore-
tierra sólo se hereda a los varones, cos- cido en términos de acceso a la tierra.
tumbre que incluso se constriñe a uno
de ellos cuando el recurso es escaso.
Ahora bien, estas normas, que antaño
25
Algunas de las cuestiones básicas que considera
la antropología para comprender la organización
fueron de una enorme rigidez —como social de los grupos a los que estudia es el conjunto
sucede con todas las sociedades tradi- de reglas que prescriben (imponen) o prohíben la
posibilidad del matrimonio dentro o fuera del gru-
cionales alrededor del mundo—, hoy en po, además de cuál es el progenitor que aporta la
día se encuentran en proceso de erosión, inscripción de un individuo dentro de la sociedad,
así como su propiedad y su apellido, ahí donde éste
existe. Así, las sociedades pueden clasificarse como
endogámicas (se prescribe el matrimonio dentro del
grupo) o exogámicas (fuera del grupo), patrilineales
24
A esta particularidad, que es muy común entre (la descendencia se reconoce por la vía del padre),
los grupos étnicos contemporáneos de origen matrilineales (por la vía de la madre), bilaterales (se
mesoamericano, se le llama ultimogenitura. consideran las dos), y así sucesivamente.
http://www.cdi.gob.mx
43. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
Como ya se ha señalado, los huaste- dice que muchos de estos huastecos fue-
cos veracruzanos —a diferencia de otros ron llevados a Campeche y otras regio-
grupos de esa misma región— quedaron nes del sureste a explotar la savia del
inmersos desde el periodo colonial en chicozapote,27 pues nadie en el mundo
una situación adversa en el plano agra- lo sabía hacer tan bien como ellos. Es
rio, lo que redundó en un debilitamien- una de tantas historias de esta etnia que
to temprano de sus estructuras de auto- aún exige ser contada.
gobierno. En otras palabras, mientras Durante el siglo decimonónico su-
los nahuas, los huastecos occidentales cedieron otras cosas: la más importan-
y los otomíes tenían relativamente ga- te es que los huastecos de Veracruz fue-
rantizada su existencia colectiva gracias ron uno de los grupos étnicos de este
a su organización en pueblos —a través país que —hasta donde sabemos— me-
de los cuales administraban sus tierras jor partido le sacó a la legislación más
y daban legitimidad a sus repúblicas—, adversa a los indios que haya sido es-
los teenek orientales poco a poco fue- crita en el transcurso de la historia. La
ron quedando anexados a los ranchos Ley Lerdo de 1856, que luego se convirtió
42 ganaderos en calidad de terrazgueros o en el artículo 27 de la Constitución Libe-
peones. Así las cosas, a lo largo del siglo ral de 1857, ordenaba la virtual disolución
XIX, el grueso de los huastecos de la zo- de los terrenos comunales de los indios y
na de Tantoyuca eran trabajadores per- favorecía la conversión a propiedad priva-
manentes de las propiedades que proli- da de todas las tierras poseídas en común.
feraron en la región; los de la Sierra de Eso se tradujo, a partir de 1870, en incon-
Otontepec, por su parte, apenas mante- tables despojos cometidos contra nume-
nían un conjunto de poblados entre un rosas comunidades indígenas a lo largo
mar de ganado y, más tarde, de aventu- y ancho del país. Pero la historia de los
reros, inmigrantes favorecidos por las le- teenek de Veracruz es otra.
yes de baldíos y de colonización,26 chi- Una manera que ellos encontraron
cleros, deforestadores y petroleros. Se para eludir los desastrosos efectos de
27
De la cual se obtiene el chicle, goma que se con-
26
Libaneses, franceses y, en mucho menor medida, virtió en una mercancía altísimamente codiciada a
italianos. finales del siglo XIX y principios del XX.
http://www.cdi.gob.mx
44. HUASTECOS DE VERACRUZ
la Ley Lerdo fue acudir a los tribunales, autorregularse al interior, sin intromisio-
“auto-denunciando” la existencia de tie- nes de los poderes federales, estatales
rras poseídas en común y solicitar al Es- o locales. Los teenek, por tanto, usaron
tado la inmediata parcelación de estos la ley en su favor y obtuvieron la auto-
bienes entre los miembros de la comu- nomía que habían perdido en el pasado
nidad. Los huastecos de la zona de Tan- —paradójicamente—, justo en el mo-
toyuca, así como los nahuas y mestizos mento en el que el resto de los indios
de otras partes de la región, hicieron es- mexicanos la estaban perdiendo en el
to último, para luego adquirir tierras que punto más preciado: la tierra.
habían formado parte de los ranchos y De este modo, los teenek recobraron
se les habían concedido bajo la forma lo que les había sido arrebatado dema-
de pegujales, o bien, que aún conser- siado pronto: la autonomía, y estuvie-
vaban bajo la modalidad antigua de las ron en condiciones de obtener de la Re-
tierras “de común repartimiento”.28 Si- forma Agraria el reconocimiento de sus
multáneamente, en vez de adjudicar la propiedades, además de acrecentarlas
propiedad de los bienes a alguien a títu- mediante el reclamo de partes de las ha-
lo individual, el procedimiento fue for- ciendas que se crearon dentro de su te- 43
mar “sociedades agrarias” o “condue- rritorio. Por eso, una parte significativa
ñazgos”, es decir, colectividades que de las tierras que usufructúan los huas-
—a diferencia de las comunidades indí- tecos veracruzanos son bienes comuna-
genas— sí estaban facultadas legalmen- les, mientras que otra proporción se cla-
te para ejercer su propiedad sobre la tie- sifican como ejidos.29 Pero tales tierras
rra. De manera adicional, ser sociedad siempre fueron pocas, y hoy son deses-
les daba el derecho y la obligación de perantemente escasas para los teenek y
28
Un pegujal es una parcela de tierra que forma
parte de un rancho o hacienda y que se presta
a una familia de peones por tiempo indefinido;
las tierras de común repartimiento fueron uno 29
Los bienes comunales corresponden a resolucio-
de los cuatro tipos de posesión que la legislación nes presidenciales de restitución o reconocimiento
española reconoció a los indios: se trata de las de bienes tenidos en común de manera “ilegal”
parcelas que estaban en usufructo particular para hasta la Reforma Agraria, mientras que los ejidos
la manutención de las diferentes familias que son dotaciones, producto de la disolución de ha-
componían la comunidad. ciendas y latifundios.
http://www.cdi.gob.mx
45. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
Los poblados huastecos quedaron encapsulados
en un territorio extrañamente aislado dentro de
una intrincada red de caminos, rutas comerciales y,
más tarde, carreteras de proyección internacional.
para quienes los estudian y valoran en tradicional hacia Tampico (véase mapa de
su singularidad social y cultural. carreteras). Así las cosas, ser teenek en Ve-
Y por si esto fuera poco, los poblados racruz, aunque tenga por signo y emblema
huastecos quedaron encapsulados en un la pobreza y el aislamiento, es, sobre todo,
territorio extrañamente aislado dentro de parte de una peculiar manera de expresar
una intrincada red de caminos, rutas co- la voluntad de seguir siendo. La cuestión
merciales y, más tarde, carreteras de pro- es que la desigualdad no es parte de esa
yección internacional: el derrotero de la elección: la diferencia, sí. De tal modo, es
Sierra de Otontepec fue —ni más ni me- posible augurar un largo futuro a esta cul-
44 nos— el de la afamada Faja de Oro, mien- tura enigmática, despreciativa del desarro-
tras que Tantoyuca ha sido desde el se- llo, temerosa del monte y segura de su por-
gundo tercio del siglo XX parte del trayecto venir colectivo.
http://www.cdi.gob.mx
46. HUASTECOS DE VERACRUZ
BIBLIOGRAFÍA
ANZALDO FIGUEROA, Rosa Elena, Los sistemas de parentesco de la Huasteca. Un estudio etnolingüístico, México,
Instituto Nacional de Antropología e Historia (Científica 406, Serie Lingüística), 2000.
ARANDA KILIAN, Lucía, “‘La ceremonia del entendimiento’ entre los huastecos y algunos contrastes con la
ceremonia maya del Hetzmek”, en Víctor Manuel ESPONDA JIMENO, Sofía PINCEMIN DELIBEROS, Mauricio
ROSAS KIFURI (eds.), Antropología mesoamericana. Homenaje a Alfonso Villarrojas, México, Tuxtla Gutiérrez,
Gobierno del Estado de Chiapas / Consejo Estatal de Fomento a la Investigación y Difusión de la Cultura /
Instituto Chiapaneco de Cultura / Dirección Nacional para la Integración de la Familia (DIF-Chiapas), 1992,
pp. 513-527.
ARIEL DE VIDAS, Anath, “Prácticas familiares en la Huasteca veracruzana: algunas aportaciones contemporáneas
al estudio del parentesco huasteco”, en Cuadrante, México, San Luis Potosí, 1993, pp. 11-12.
, El trueno ya no vive aquí. Representación de la marginalidad y construcción de la identidad teenek
(Huasteca Veracruzana, México) , México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social / Colegio de San Luis / Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos / Instituto de
Investigación para el Desarrollo (Colección Huasteca), 2003.
BARABAS, Alicia M., y Miguel A. BARTOLOMÉ (coords.), Configuraciones étnicas en Oaxaca. Perspectivas
etnográficas para las autonomías, México, 3 vols., Instituto Nacional Indigenista / Instituto Nacional de
Antropología e Historia (Obra Diversa), 1999.
BARRIGA PUENTE, Francisco, “Nuevos elementos en torno a la dispersión del protomaya”, en RUVALCABA
MERCADO, Jesús (coord.), Nuevos aportes al conocimiento de la Huasteca, México, Centro de Investigaciones
y Estudios Superiores en Antropología Social, 1998.
BASAURI, Carlos, “Familia ‘maya-quicheana’, huastecos”, La población indígena de México, México, Editora 45
Popular-Secretaría de Educación Pública, 1940.
BASSOLS BATALLA, Ángel; Santiago RENTERÍA R.; Arturo ORTIZ WADGYMAR; Remedios HERNÁNDEZ A.; Carlos
BUSTAMANTE C.; Patricia SOSA F., Las huastecas en el desarrollo regional de México, México, Universidad
Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Económicas / Trillas, 1977.
BONFIL BATALLA, Guillermo, “Notas etnográficas de la región Huasteca, México”, en Anales de Antropología VI,
México, 1969; también en Lina ODENA GÜEMES (sel. y recop.), Obras escogidas de Guillermo Bonfil, México,
Instituto Nacional Indigenista / Instituto Nacional de Antropología e Historia / Dirección General de Culturas
Populares / Fondo Nacional de Fomento Ejidal / Secretaría de la Reforma Agraria / Centro de Investigaciones
y Estudios Superiores en Antropología Social, 1995.
DIETIKER-AMSLËR, Marianne, “Tenencia de la tierra y roles sexuales”, en Ludka DE GORTARI KRAUSS; Jesús
RUVALCABA MERCADO (coords.), La Huasteca: vida y milagros, México, Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social (Col. Cuadernos de la Casa Chata, 173), 1990.
, “Mujer y tierra en la Huasteca”, en Jesús RUVALCABA MERCADO; Graciela ALCALÁ (coords.),
Huasteca I. Espacio y tiempo. Mujer y trabajo. Selección de trabajos pertenecientes al V y VI Encuentros
de investigadores de la Huasteca, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social, 1993.
GUITERAS HOLMES, Calixta, “Sistema de parentesco huasteco”, en Acta americana, VI, s/e, s/l, 1948, pp. 3-4.
GUTIÉRREZ MENDOZA, Gerardo, “Interacción de grupos lingüísticos en la costa del Golfo de México: el caso de
la separación geográfica del idioma huasteco del resto de las lenguas mayas”, en Jesús RUVALCABA y Juan
Manuel PÉREZ ZEVALLOS (coords.), ¡Viva la Huasteca! Jóvenes miradas sobre la región, México, Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social / El Colegio de San Luis, 2003, pp. 25-39.
http://www.cdi.gob.mx
47. PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
LAUGHLIN, Robert M., “The Huastec”, en Handbook of Middle American Indians VII, University of Texas Press,
Austin, Estados Unidos, 1964, pp. 298-310.
LÓPEZ CORTÉS, Eliseo, Estudio para la instalación de un centro coordinador indigenista en la zona de Tantoyuca,
Veracruz, México, Instituto Nacional Indigenista, 1983.
MANRIQUE CASTAÑEDA, Leonardo, “La posición de la lengua huasteca”, en Lorenzo OCHOA (ed.), Huaxtecos
y totonacos. Una antropología histórico-cultural, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
(Regiones), 1989 (1979), pp. 206-224.
RUVALCABA MERCADO, Jesús, “Los huastecos de Veracruz”, en Gabriela ROBLEDO HERNÁNDEZ (coord.), Región
oriental, México, Instituto Nacional Indigenista / Secretaría de Desarrollo Social (Etnografía contemporánea de
los pueblos indígenas de México III), 1995, pp. 63-102.
, Vida cotidiana y consumo de maíz en la Huasteca veracruzana, México, Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social (Col. Cuadernos de la Casa Chata, 134), 1987.
, Tecnología agrícola y trabajo familiar. Una etnografía agrícola de la Huasteca veracruzana, México,
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Col. Ediciones de la Casa Chata), 1992.
STRESSER-PÉAN, Guy, “Les problèmes de frontiére de la Huasteca et régions voisines”, en Alain BRETON; Jean-
Pierre BERTHE, Sylvie LECOIN, Vingt etudes sur le Mexique et le Guatemala réunies à la mémoire de Nicole
Percheron, Toulouse, Presses Universitaires du Mirail (Col. Hespérides), 1991, pp. 47-66.
TAPIA ZENTENO, Carlos de, Paradigma apologético y noticia de la lengua huasteca con vocabulario, catecismo
y administración de sacramentos, René ACUÑA (ed.), Instituto de Investigaciones Filológicas-Universidad
Nacional Autónoma de México (Col. Gramáticas y Diccionarios, 3), México, 1985.
VALDÉS GARCÍA, Alejandrina, “El tejido del zapupe en Xiloxuchil, Veracruz”, en Cuadrante, México, San Luis
Potosí, 1993, pp. 11-12.
VALLE ESQUIVEL, Julieta, “Reciprocidad, jerarquía y comunidad en la Tierra del Trueno (la Huasteca)”, en Julieta
46 VALLE ESQUIVEL, Saúl MILLÁN (coords.), La comunidad sin límites: estructura social y comunitaria de los pueblos
indígenas de México, vol. 2, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México (Serie Ensayos), 2003.
, “Hijos de la lluvia, exorcistas del huracán. El territorio en las representaciones y las prácticas de los indios
de la Huasteca”, en Alicia BARABAS, Diálogos con el territorio: simbolizaciones sobre el espacio en las culturas
indígenas de México, vol. 2, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México (Serie Ensayos), 2004.
http://www.cdi.gob.mx