El documento resume los edictos de Milán y Tesalónica, así como los principales concilios ecuménicos de la Iglesia primitiva y las herejías que combatieron. El Edicto de Milán en 313 reconoció la libertad religiosa de los cristianos en el Imperio Romano, mientras que el Edicto de Tesalónica en 380 hizo del cristianismo la religión oficial del estado. Los concilios de Nicea (325), Constantinopla (381), Éfeso (431) y Calcedonia (451) definieron los dogmas de