2. El hecho de que las escuelas estén apareciendo más a menudo en las
páginas de sucesos de los periódicos que en la sección de educación y
cultura está preocupando seriamente a todos los miembros de la
comunidad educativa. En efecto, los episodios de violencia en los centros
educativos parecen tener una gran capacidad de atraer a la atención
pública, causando lo que hoy día se ha dado en denominar una alta «alarma
social», con lo que la aparentemente nueva lacra de la violencia escolar se
añade a las ya innumerables fuentes de demanda y presión social con que
nuestros centros educativos y nuestro profesorado deben enfrentarse.
3. Las faltas o problemas de
disciplina, normalmente en forma de
conflictos de relación entre
profesores y alumnos, suponen un
paso más en lo que hemos
denominado disrupción en el aula.
En este caso, se trata de conductas
que implican una mayor o menor
dosis de violencia Desde la
resistencia hasta el desafío y el
insulto activo al profesorado, que
pueden desestabilizar por completo
la vida cotidiana en el aula. Sin
olvidar que, en muchas
ocasiones, las agresiones pueden
ser de profesor a alumno y no
viceversa, es cierto que nuestra
cultura siempre ha mostrado una
hipersensibilidad a las agresiones
verbales sobre todo insultos
explícitos de los alumnos a los
adultos
4. Las propias características en sí de la institución que generan por su autoritarismo un
ambiente de tensión y de rebelión en los reprimidos.
El comportamiento y las expectativas de los alumnos que han evolucionado tan
rápidamente que actualmente son apenas reconocibles si nos situamos desde una
perspectiva de sólo unos veinte años. La agresividad instrumental es un fenómeno
cotidiano y esto no puede más que reflejarse también en la escuela.
La cultura audiovisual y la enseñanza informal que ésta provoca en sus
espectadores, penetra sobretodo en los más jóvenes de un modo silencioso pero
arrasador.
El desempleo juvenil es otro de los motivos por los cuales lo jóvenes se sienten
desmotivados, siendo objeto de una política que retrasa su inserción laboral para
evitar el aumento del desempleo especulativo.
Otra de las causas fielmente ligada a la anterior es el aumento de la edad de
escolarización obligatoria, puesto que muchos jóvenes no tienen interés en estudiar y
sin embargo están motivados en aprovechar sus atributos en el área laboral.
La pérdida de autoridad paterna es una peculiaridad problemática creciente en las
nuevas generaciones de padres y tutores.
5. Los tipos de violencia varían de acuerdo
con la clase social a la que pertenecen los
alumnos, por eso es que ha de ser
importante la integración, que la
lograremos a partir de nuestro proyecto.
Destacamos que se excluye al diferente, al
tímido, al de las gafas... cualquier excusa es
buena. El perfil del agresor/a está
relacionado con la frustración. Una
sociedad muy competitiva, un futuro
incierto y unos papeles hombre/mujer en
proceso de cambio, llevan a que los
escolares se sientan inseguros e intenten
superar los conflictos mediante la violencia.
Es por eso que tener amigos y ser aceptado
por los compañeros constituyen factores
protectores de dicha violencia.
6. La violencia escolar puede desarrollarse dentro de la escuela (en un aula, un
pasillo, un patio, etc.) o en otros sitios que están vinculados a ella. Sus
víctimas pueden ser estudiantes, docentes, trabajadores de la escuela o
familiares de los alumnos.
Dentro de la violencia escolar podemos subrayar que existen tres tipos que
se determinan en función de quien es el agresor y quien el agredido. Así, por
ejemplo, podemos hablar en un primer término de lo que es la violencia de
alumnos hacia otros alumnos. Esta se traduce tanto en lesiones de diversa
índole como en hurtos de objetos personales, en ataques sexuales o en
homicidios.
7. Los conflictos no deben suprimirse ni negarse ya que de esta forma pueden
volverse destructivos y deben ser enfrentados en forma constructiva. Para
resolver constructivamente un conflicto es preciso establecer un contexto
cooperativo y éste supone:
Interdependencia positiva.
Trabajo en grupo
La meta debe ser en grupo.
Enseñar a negociar para resolver un problema.
Comprender que al estar en un acuerdo o en desacuerdo con las ideas del otro no
implica rechazo a su persona.
Aprender a especificar sus deseos, sentimientos y necesidades.
Exponer sus propias razones y escuchar al otro.
Aprender a no juzgar a los otros
8. Las causas de la perpetración del Bull ying son muy
complejas. Distintos autores apuntan con mayor o
menor grado a variables como: falta de autoestima
por parte dela víctima, problemas
familiares, currículum inadecuado, sociedad
competitiva, violencia del sistema, organización
escolar excesivamente rígida, o por falta de
concienciación de dicha problemática. Lo que
resulta del consenso general es quelas
circunstancias que intervienen para que se den
casos de Bull ying son multifactoriales. Desde esta
perspectiva, se tiene que atender cada caso de
manera individualizada, además se deben adoptar
medidas claras y contundentes dentro del mundo
escolar
9. Arbitrar las medidas para dentro de cada colegio puedan encontrarse los medios que
generan el diálogo entre directores, maestros, estudiantes y sus padres. Debe haber
una normativa dentro de la institución porque el desorden promueve a la violencia
,esta medida debe ser clara y bien explicada para que genere adhesión de todos.
El personal docente, necesita conocer las modalidades de la violencia, áreas de mayor
violencia: recreos, baños, salida de la escuela, etc.
Se deberá distinguir si la violencia que se manifiesta en el ámbito educativo o si
proviene de los hogares de los alumnos.
Se deberán evaluar las dificultades, fracasos y aciertos de las medidas implementadas.
10. Para poner fin a la violencia se requiere de la
participación activa de los hombres. La escuela
debe intentar sensibilizar a estos sectores
invitándolos a participar de debates y jornadas
de reflexión. Es necesario, garantizar que los
docentes hayan sido adiestrados y estén en
condiciones de enfrentarse al grave problema
de que varios niños de su aula hayan sido
víctimas o testigos de violencia. Según un
estudio, la mayoría de los estudiantes sabe de
otro estudiante que se encuentra en una
relación violenta o vive en un hogar donde
reinan los maltratos.
Es necesario que la escuela concientice a los
estudiantes y a sus familias sobre la
violencia, utilizando programas de prevención
y tratamientos de la misma, grupos sobre
alcoholismo , grupos de autoayuda, etc.