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Antología
      de
    atuel
Antología de atuel



Dedicatoria


              a Andree, una Señorita en Paris...




                         Página 2/62
Antología de atuel



 índice


Tu silencio

Reflejos

hoy voy a morir

waitallay

deliciosa manzanita

todas hablan de ti

agüita quiero ser

sueño con hadas

cuento para un Hada

sshhh

Futuro ya pasado

...

gotas de amor

llueve el alma

Carta a una señorita en París

años se cumplen

dejar de latir

vacio

donde tu no existas

no se puede vivir, sin amor

Hipótesis sin límites...

2 resultado del amor

10-10



                                   Página 3/62
Antología de atuel



viajar para no sentir

ciego, sordo y mudo

cuando las hadas dejan sus alas

melífera

suplica a la reina

pachamama

corazón analfabeto

buscando una respuesta

"Cómo hacerte saber" de Mario Benedetti.?

"Te espero" de Mario Benedetti

el riesgo de amarte

reina de las flores

acaso eres un ángel?

lunita 08 de enero

si tan solo fueran numeros

envasando al vacio

te amo

cirugía mayor

sin sentido

PARA QUE SEGUIR?

el absurdo

Todo fue...

burbuja

amnesia

años de distancia




                                               Página 4/62
Antología de atuel



 Tu silencio

que me dice tu silencio
que mi corazón solo comprende
por que mi razón no entiende
si no están las palabras

si no están esas palabras
mi corazón creara esperanzas

que me dice tu silencio
mi corazón...

no pido q lo comprendas
solo que lo sientas
latir en tu silencio

mi corazón...
solo se comprende
cuando se siente

aunque no existan palabras
mi corazón creara esperanzas
así poder latir
latir en tu silencio...

que me dice tu silencio
que mi corazón solo comprende...

Tu silencio
mi corazón

03-05-2008




                                      Página 5/62
Antología de atuel



 Reflejos

Un día sin espejos

Fue un día como cualquier otro, bueno casi...
salvo porque tiempo después me di cuenta que en ese día no había espejos.

Así fue, en un amanecer, una mañana lejos de casa,
me despertastes... y ahí fue cuando me vi...
fue todo tan natural que en el momento ni cuenta que me di
como mirarse al espejo una mañana cualquiera...
pasaba el día y me daba cuenta que algo me pasaba...
te miraba, mi reflejo pero no eras el de todas la mañanas...
eras el reflejo mas bonito que había visto en mi vida.
nada estaba claro sabia que eras mi reflejo
pero no exactamente eras mi yo,
no! eras un yo mucho mucho mas suave, bonito, luminoso
y note que no hacías exactamente lo que yo hacia
pero si, hablabas como hablo yo...
hacías lo que hago siempre... si, pero no en el mismo momento..
entonces le preste mas atención a tus costumbres, a tus gustos,
a lo que contabas y leías... mmm, si eras como yo pero...
mas si, directamente te pregunte y si también respondistes lo que yo pensaba...
entonces si eras yo... pero no eras exactamente mi yo...

claro! pensé, ningún reflejo es exactamente lo que esta del otro lado
pero si tienen una misma alma, piensan y actúan muy parecido
y este reflejo si que se parecía a mi, pero era demasiado perfecto
era como el reflejo que siempre había deseado tener
y mas también... pues no se equivocaba
y hasta hacia cosas que nunca me anime hacer...
mmm tan perfecto bonito y luminoso que me hacia dudar
si soy yo o como siempre quise ser! Pero...
tan perfecto y tan luminoso??

Si...
ese fue el día...
El día que lo entendí todo...
Todo, todo...
El día que me di cuenta que en realidad el reflejo era yo!

Yo un reflejo!... Si!... Tu reflejo!
si yo soy la imperfección de lo que siempre quise ser
la distorsión de esa luminosidad hermosa que estaba frente a mi
lo que vi ese día era la razón de ser de todo reflejo,
quien siempre quise ser y a quien quiero acompañar el resto de mi vida.

la vida de un reflejo tiene alma ajena...


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Antología de atuel


a quien busca en cada vidriera, en cada charco
para encontrar su parecer, su razón de ser, su alma.

fue el brillito de luz en tus ojitos...eres mi reflejo...
así me lo dijiste ese día... y desde entonces solo vivo por tu parecer.



Tu reflejo
11-06-2009




                                                        Página 7/62
Antología de atuel



 hoy voy a morir

Otra mañana leyendo los titulares antes de ir al trabajo
una repasada rápida entre sorbos de te caliente
para apaliar el frió matutino
pasando rápido de política a economía
para llegar a policiales
pasan los titulares y nada
otro día mas sin noticias del crimen...



Ya perdí cuenta de los días que pasaron...
o de las veces que caí muerto
de las veces que me mataste
Pasan los días y no hay noticias...
espero saber algo de ti
pero claro no dejas huellas
y tienes la cuartada perfecta
cada día me ven salir a la misma hora
rumbo al trabajo como si nada pasara
quien sospecharía de que hace unas horas
era una victima mas
muerto en mi propia cama...

Otro día que me levanto y no puedo
no puedo acusarte si estoy muerto... muerto por vos
pero como contarlo? me encerrarían por las locuras que pienso...

pero si, anoche lo hiciste de nuevo
 sin que nadie sospeche en el mayor de los silencios
cuando mi mente no da mas agotada de los problemas del trabajo
siento en el aire un perfume de pétalos con sabor a néctar
y no tengo mas que entregarme
ya se que sos vos que venís por mi
apareces e invadís mi mente de un deseo de sed infinita



me entrego poseído en la locura
pierdo el control sobre mi cuerpo
mi corazón se agita hasta entrar en éxtasis
justo un poco antes de la muerte...
de esa dulce muerte...

No me lo tenes que recordar lose
lose... se que intento llevarte en mi agonía...
pero mi asesina si eres tu la que despiertas mis instintos mas profundos
cuando me llevas a esos desiertos sofocantes, y me dejas sediento
sediento y acalorado... como no convertirme en tu asesino


                                                       Página 8/62
Antología de atuel


como no matar por tu manantial del agua mas pura...

Ya es otra noche, como tantas otras...
y siento un perfume de pétalos en el aire...

lo siento...
se que hoy voy a morir por vos...

09-06-2009




                                                      Página 9/62
Antología de atuel



 waitallay

Ultima flor... alimento de mi ser
Única flor que me da la vida
Aquí estoy en mi agonía

Aquí estoy por tu florecer
Aquí en tu camino...
Es el perfume de tu néctar que me guía
El dulce néctar que me dará la vida

Ábreme tus pétalos waitallay
Se que estas ahí, el perfume de tus pétalos me llama
Ese calido perfume del deseo que traspasa distancias
Guíame Waitallay ...
Guíame a lo profundo de tu ser
Dame de beber tu dulce néctar
El calido néctar que me saque de esta fría soledad
Waitallay Ábreme tus pétalos...
Florece para mi ... devuélveme a la vida...

07-06-2009




                                                       Página 10/62
Antología de atuel



 deliciosa manzanita


No creas que no te vi
de hecho, fue la primera parte de ti
que deleito mis ojos

perfecto, como tu cuerpo de muñequita
no podría ser mas exquisito

si, así fue...
tuve el gusto de apreciar
una de tus partes mas excitantes

justo, un momento antes
que te dieras la vuelta
y tus ojos me dijeran

que ese día
mi vida iba a cambiar

23-10-2009




                                           Página 11/62
Antología de atuel



 todas hablan de ti
las mujeres me hablan de ti
sera por celos de mi amor

ellas podrán tener tus ojos
pero no brillaran para mi

ellas podrán tener tu boca
pero no sabrán mi canción

ellas podrán tener tu sonrisa
tal vez...

pero no serán mas que tu recuerdo
tu recuerdo para mi...

24-10-2009




                                       Página 12/62
Antología de atuel



 agüita quiero ser

si hoy me quedara un deseo
ser agua querria
agüita de tus baños seria

pa´ ser la lluvia
que fertilice tus montes

pa´ llenarte de mi

pa´ inundar
cada cavidad de tu ser

pa´ gozar
en cada poro de tu piel

y así en mi disolver
tu esencia de mujer...

24-10-2009




                                Página 13/62
Antología de atuel



 sueño con hadas

hada de mis sueños
como puedes ser tan bella
piel de niña y cuerpo de muñeca

desmesurada la hermosura
de tu pequeño cuerpo desnudo
habitante en las noches de mi mente

piel de niña, cuerpo de muñeca
cuando duermes soy yo tu dueño
con eso me contento, sin mas remedio

pero son mis manos
las que llaman tu belleza
enfermas de tristeza

por no poder
acariciar tu piel

31-12-2009




                                          Página 14/62
Antología de atuel



 cuento para un Hada

Hada no temas



no temas por favor
no quise hacerte daño
no tuve mala intención
solo quería verte, mi corazón...



desde hace años...
en las noches sentía en mi rostro una brisa
la tenue brisa de tus alitas
cuando venias a visitarme
no te podía ver hadita
pero siempre te dejabas sentir...
sentir como venias a sanar mi corazón



no existió una noche desde aquel día
que apareciste en mi vida
que no te sintiera venir a sanarme
quería verte pero no me dejabas...
sentía la brisa con perfume
de rosas que dejabas al pasar...



pase años buscándote hadita
y siempre te negabas...

pero llego un dia...
ese dia en que las hadas quieren tener hijitos
y necesitan encontrarse con su hombre...

yo sabia que me ibas a elegir
mi corazon me lo decia...
asi que espere aquel dia
con muchas ansias de verte...

Hadita tomaste forma de mujer hermosa
y así me hechizaste...

pero mi hada, cometiste un error...
un error que me hizo dudar
y asi me di cuenta que eras tu...
no temas por favor
no quise hacerte daño


                                                    Página 15/62
Antología de atuel


solo quería verte mi corazón...

no...no pude ver tus alitas...no!

Hadita! te equivocaste, en este mundo
no existen mujeres tan Hermosas!!...

.....................................................................
todo lo que escribo es por y para ella...
tal su belleza es
que no se deja ver
por miedo que la descubra...
pero la pueden sentir
en el interior de estas palabras...

04-01-2010




                                                                           Página 16/62
Antología de atuel



 sshhh


tu mano,
en tu corazón...

...

late...

...

late...

... sshhh

late...

...

late...

... silencio

late...

...

late...

... escucha

late...

...

late...

... entre latidos

late...

...

late...

... como tu corazón




                         Página 17/62
Antología de atuel


late...

...

late...

... escucha al mío

late...

...

late...

...

late...

...



13-01-2010




                        Página 18/62
Antología de atuel



 Futuro ya pasado

ya no ven futuro
mis ojos nublados

ya te he dicho
que esto no va mas
pero nada te ha importado

ya estoy arto de ti
no soporto mas
amarte así

ya mi corazón
huérfano de tu amor
de las penas que sufrió



en sus llantos
se ahogo.

19-06-2010




                               Página 19/62
Antología de atuel



 ...


y me quede con ganas de vivir
esa vida que soñé y un día la creí ver
al despertar de un nuevo mañana



amanecer que no llego
si bien el tiempo paso
solo lo he vivido en sueños
de mil despertares contigo



si ya te he visto desaparecer
hasta en mis sueños
como una firma que dejas
cada vez que creo hallarte

si hasta el perfume habrás de cambiar
total de no dejarme huella

03-09-2011




                                            Página 20/62
Antología de atuel



 gotas de amor

como toda rosa capullo fue
con gotas de amor
mis lagrimas regaran tu vida
hasta hacerte florecer

04-09-2011




                                  Página 21/62
Antología de atuel



 llueve el alma

llueve el alma
de desilusiones
y guerras perdidas

de vidas gastadas
y sueños rotos
de un alma confundida

se paso la vida
y tu te me has ido
como agua entre las manos

aquí llueve el alma
y los vidrios se empañan
en una noche que se hace eterna




                                     Página 22/62
Antología de atuel



 Carta a una señorita en París

Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No tanto por los conejitos, más bien
porque me duele ingresar en un orden cerrado, construido ya hasta en las más finas mallas del aire, esas que en su
casa preservan la música de la lavanda, el aletear de un cisne con polvos, el juego del violín y la viola en el cuarteto de
 Rará. Me es amargo entrar en un ámbito donde alguien que vive bellamente lo ha dispuesto todo como una reiteración
visible de su alma, aquí los libros (de un lado en español, del otro en francés e inglés), allí los almohadones verdes, en
este preciso sitio de la mesita el cenicero de cristal que parece el corte de una pompa de jabón, y siempre un perfume,
un sonido, un crecer de plantas, una fotografía del amigo muerto, ritual de bandejas con té y tenacillas de azúcar... Ah,
querida Andrée, qué difícil oponerse, aun aceptándolo con entera sumisión del propio ser, al orden minucioso que una
mujer instaura en su liviana residencia. Cuán culpable tomar una tacita de metal y ponerla al otro extremo de la mesa,
ponerla allí simplemente porque uno ha traído sus diccionarios ingleses y es de este lado, al alcance de la mano,
donde habrán de estar. Mover esa tacita vale por un horrible rojo inesperado en medio de una modulación de
Ozenfant, como si de golpe las cuerdas de todos los contrabajos se rompieran al mismo tiempo con el mismo
espantoso chicotazo en el instante más callado de una sinfonía de Mozart. Mover esa tacita altera el juego de
relaciones de toda la casa, de cada objeto con otro, de cada momento de su alma con el alma entera de la casa y su
habitante lejana. Y yo no puedo acercar los dedos a un libro, ceñir apenas el cono de luz de una lámpara, destapar la
caja de música, sin que un sentimiento de ultraje y desafio me pase por los ojos como un bando de gorriones.
Usted sabe por qué vine a su casa, a su quieto salón solicitado de mediodía. Todo parece tan natural, como siempre
que no se sabe la verdad. Usted se ha ido a París, yo me quedé con el departamento de la calle Suipacha,
elaboramos un simple y satisfactorio plan de mutua convivencia hasta que septiembre la traiga de nuevo a Buenos
Aires y me lance a mí a alguna otra casa donde quizá... Pero no le escribo por eso, esta carta se la envío a causa de
los conejitos, me parece justo enterarla; y porque me gusta escribir cartas, y tal vez porque llueve.
Me mudé el jueves pasado, a las cinco de la tarde, entre niebla y hastío. He cerrado tantas maletas en mi vida, me he
pasado tantas horas haciendo equipajes que no llevaban a ninguna parte, que el jueves fue un día lleno de sombras y
correas, porque cuando yo veo las correas de las valijas es como si viera sombras, elementos de un látigo que me
azota indirectamente, de la manera más sutil y más horrible. Pero hice las maletas, avisé a la mucama que vendría a
instalarme, y subí en el ascensor. Justo entre el primero y segundo piso sentí que iba a vomitar un conejito. Nunca se
lo había explicado antes, no crea que por deslealtad, pero naturalmente uno no va a ponerse a explicarle a la gente
que de cuando en cuando vomita un conejito. Como siempre me ha sucedido estando a solas, guardaba el hecho igual
que se guardan tantas constancias de lo que acaece (o hace uno acaecer) en la privacía total. No me lo reproche,
Andrée, no me lo reproche. De cuando en cuando me ocurre vomitar un conejito. No es razón para no vivir en
cualquier casa, no es razón para que uno tenga que avergonzarse y estar aislado y andar callándose.
Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir
 en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre
en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El
conejito parece contento, es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejilo de
chocolate pero blanco y enteramente un conejito. Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una
caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel, moviéndolo
con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel de una mano. Busca de comer y
entonces yo (hablo de cuando esto ocurría en mi casa de las afueras) lo saco conmigo al balcón y lo pongo en la gran
maceta donde crece el trébol que a propósito he sembrado. El conejito alza del todo sus orejas, envuelve un trébol
tierno con un veloz molinete del hocico, y yo sé que puedo dejarlo e irme, continuar por un tiempo una vida no distinta
a la de tantos que compran sus conejos en las granjas.
Entre el primero y segundo piso, Andrée, como un anuncio de lo que sería mi vida en su casa, supe que iba a vomitar
un conejito. En seguida tuve miedo (¿o era extrañeza? No, miedo de la misma extrañeza, acaso) porque antes de
dejar mi casa, sólo dos días antes, había vomitado un conejito y estaba seguro por un mes, por cinco semanas, tal vez
seis con un poco de suerte. Mire usted, yo tenía perfectamente resuelto el problema de los conejitos. Sembraba trébol


                                                       Página 23/62
Antología de atuel


en el balcón de mi otra casa, vomitaba un conejito, lo ponía en el trébol y al cabo de un mes, cuando sospechaba que
de un momento a otro... entonces regalaba el conejo ya crecido a la señora de Molina, que creía en un hobby y se
callaba. Ya en otra maceta venía creciendo un trébol tierno y propicio, yo aguardaba sin preocupación la mañana en
que la cosquilla de una pelusa subiendo me cerraba la garganta, y el nuevo conejito repetía desde esa hora la vida y
las costumbres del anterior. Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos
ayuda a vivir. No era tan terrible vomitar conejitos una vez que se había entrado en el ciclo invariable, en el método.
Usted querrá saber por qué todo ese trabajo, por qué todo ese trébol y la señora de Molina. Hubiera sido preferible
matar en seguida al conejito y... Ah, tendría usted que vomitar tan sólo uno, tomarlo con dos dedos y ponérselo en la
mano abierta, adherido aún a usted por el acto mismo, por el aura inefable de su proximidad apenas rota. Un mes
distancia tanto; un mes es tamaño, largos pelos, saltos, ojos salvajes, diferencia absoluta Andrée, un mes es un
conejo, hace de veras a un conejo; pero el minuto inicial, cuando el copo tibio y bullente encubre una presencia
inajenable... Como un poema en los primeros minutos, el fruto de una noche de Idumea: tan de uno que uno mismo... y
después tan no uno, tan aislado y distante en su llano mundo blanco tamaño carta.
Me decidí, con todo, a matar el conejito apenas naciera. Yo viviría cuatro meses en su casa: cuatro -quizá, con suerte,
tres- cucharadas de alcohol en el hocico. (¿Sabe usted que la misericordia permite matar instantáneamente a un
conejito dándole a beber una cucharada de alcohol? Su carne sabe luego mejor, dicen, aunque yo... Tres o cuatro
cucharadas de alcohol, luego el cuarto de baño o un piquete sumándose a los desechos.)
Al cruzar el tercer piso el conejito se movía en mi mano abierta. Sara esperaba arriba, para ayudarme a entrar las
valijas... ¿Cómo explicarle que un capricho, una tienda de animales? Envolví el conejito en mi pañuelo, lo puse en el
bolsillo del sobretodo dejando el sobretodo suelto para no oprimirlo. Apenas se movía. Su menuda conciencia debía
estarle revelando hechos importantes: que la vida es un movimiento hacia arriba con un clic final, y que es también un
cielo bajo, blanco, envolvente y oliendo a lavanda, en el fondo de un pozo tibio.
Sara no vio nada, la fascinaba demasiado el arduo problema de ajustar su sentido del orden a mi valija-ropero, mis
papeles y mi displicencia ante sus elaboradas explicaciones donde abunda la expresión «por ejemplo». Apenas pude
me encerré en el baño; matarlo ahora. Una fina zona de calor rodeaba el pañuelo, el conejito era blanquísimo y creo
que más lindo que los otros. No me miraba, solamente bullía y estaba contento, lo que era el más horrible modo de
mirarme. Lo encerré en el botiquín vacío y me volví para desempacar, desorientado pero no infeliz, no culpable, no
jabonándome las manos para quitarles una última convulsión.
Comprendí que no podía matarlo. Pero esa misma noche vomité un conejito negro. Y dos días después uno blanco. Y
a la cuarta noche un conejito gris.
Usted ha de amar el bello armario de su dormitorio, con la gran puerta que se abre generosa, las tablas vacías a la
espera de mi ropa. Ahora los tengo ahí. Ahí dentro. Verdad que parece imposible; ni Sara lo creería. Porque Sara nada
sospecha, y el que no sospeche nada procede de mi horrible tarea, una tarea que se lleva mis días y mis noches en un
solo golpe de rastrillo y me va calcinando por dentro y endureciendo como esa estrella de mar que ha puesto usted
sobre la bañera y que a cada baño parece llenarle a uno el cuerpo de sal y azotes de sol y grandes rumores de la
profundidad.
De día duermen. Hay diez. De día duermen. Con la puerta cerrada, el armario es una noche diurna solamente para
ellos, allí duermen su noche con sosegada obediencia. Me llevo las llaves del dormitorio al partir a mi empleo. Sara
debe creer que desconfío de su honradez y me mira dubitativa, se le ve todas las mañanas que está por decirme algo,
pero al final se calla y yo estoy tan contento. (Cuando arregla el dormitorio, de nueve a diez, hago ruido en el salón,
pongo un disco de Benny Carter que ocupa toda la atmósfera, y como Sara es también amiga de saetas y pasodobles,
el armario parece silencioso y acaso lo esté, porque para los conejitos transcurre ya la noche y el descanso.)
Su día principia a esa hora que sigue a la cena, cuando Sara se lleva la bandeja con un menudo tintinear de tenacillas
de azúcar, me desea buenas noches -sí, me las desea, Andrée, lo más amargo es que me desea las buenas noches- y
se encierra en su cuarto y de pronto estoy yo solo, solo con el armario condenado, solo con mi deber y mi tristeza.
Los dejo salir, lanzarse ágiles al asalto del salón, oliendo vivaces el trébol que ocultaban mis bolsillos y ahora hace en
la alfombra efímeras puntillas que ellos alteran, remueven, acaban en un momento. Comen bien, callados y correctos,
hasta ese instante nada tengo que decir, los miro solamente desde el sofá, con un libro inútil en la mano -yo que
quería leerme todos sus Giraudoux, Andrée, y la historia argentina de López que tiene usted en el anaquel más bajo-; y
se comen el trébol.
Son diez. Casi todos blancos. Alzan la tibia cabeza hacia las lámparas del salón, los tres soles inmóviles de su día,

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Antología de atuel


ellos que aman la luz porque su noche no tiene luna ni estrellas ni faroles. Miran su triple sol y están contentos. Así es
que saltan por la alfombra, a las sillas, diez manchas livianas se trasladan como una moviente constelación de una
parte a otra, mientras yo quisiera verlos quietos, verlos a mis pies y quietos -un poco el sueño de todo dios, Andrée, el
sueño nunca cumplido de los dioses-, no así insinuándose detrás del retrato de Miguel de Unamuno, en torno al jarrón
verde claro, por la negra cavidad del escritorio, siempre menos de diez, siempre seis u ocho y yo preguntándome
dónde andarán los dos que faltan, y si Sara se levantara por cualquier cosa, y la presidencia de Rivadavia que yo
quería leer en la historia de López.
No sé cómo resisto, Andrée. Usted recuerda que vine a descansar a su casa. No es culpa mía si de cuando en cuando
 vomito un conejito, si esta mudanza me alteró también por dentro -no es nominalismo, no es magia, solamente que las
cosas no se pueden variar así de pronto, a veces las cosas viran brutalmente y cuando usted esperaba la bofetada a
la derecha-. Así, Andrée, o de otro modo, pero siempre así.
Le escribo de noche. Son las tres de la tarde, pero le escribo en la noche de ellos. De día duermen ¡Qué alivio esta
oficina cubierta de gritos, órdenes, máquinas Royal, vicepresidentes y mimeógrafos! Qué alivio, qué paz, qué horror,
Andrée! Ahora me llaman por teléfono, son los amigos que se inquietan por mis noches recoletas, es Luis que me
invita a caminar o Jorge que me guarda un concierto. Casi no me atrevo a decirles que no, invento prolongadas e
ineficaces historias de mala salud, de traducciones atrasadas, de evasión Y cuando regreso y subo en el ascensor ese
tramo, entre el primero y segundo piso me formulo noche a noche irremediablemente la vana esperanza de que no sea
verdad.
Hago lo que puedo para que no destrocen sus cosas. Han roído un poco los libros del anaquel más bajo, usted los
encontrará disimulados para que Sara no se dé cuenta. ¿Quería usted mucho su lámpara con el vientre de porcelana
lleno de mariposas y caballeros antiguos? El trizado apenas se advierte, toda la noche trabajé con un cemento
especial que me vendieron en una casa inglesa -usted sabe que las casas inglesas tienen los mejores cementos- y
ahora me quedo al lado para que ninguno la alcance otra vez con las patas (es casi hermoso ver cómo les gusta
pararse, nostalgia de lo humano distante, quizá imitación de su dios ambulando y mirándolos hosco; además usted
habrá advertido -en su infancia, quizá- que se puede dejar a un conejito en penitencia contra la pared, parado, las
patitas apoyadas y muy quieto horas y horas).
A las cinco de la mañana (he dormido un poco, tirado en el sofá verde y despertándome a cada carrera afelpada, a
cada tintineo) los pongo en el armario y hago la limpieza. Por eso Sara encuentra todo bien aunque a veces le he visto
algún asombro contenido, un quedarse mirando un objeto, una leve decoloración en la alfombra y de nuevo el deseo
de preguntarme algo, pero yo silbando las variaciones sinfónicas de Franck, de manera que nones. Para qué contarle,
Andrée, las minucias desventuradas de ese amanecer sordo y vegetal, en que camino entredormido levantando cabos
de trébol, hojas sueltas, pelusas blancas, dándome contra los muebles, loco de sueño, y mi Gide que se atrasa, Troyat
que no he traducido, y mis respuestas a una señora lejana que estará preguntándose ya si... para qué seguir todo esto,
para qué seguir esta carta que escribo entre teléfonos y entrevistas.
Andrée, querida Andrée, mi consuelo es que son diez y ya no más. Hace quince días contuve en la palma de la mano
un último conejito, después nada, solamente los diez conmigo, su diurna noche y creciendo, ya feos y naciéndoles el
pelo largo, ya adolescentes y llenos de urgencias y caprichos, saltando sobre el busto de Antinoo (¿es Antinoo, verdad,
 ese muchacho que mira ciegamente?) o perdiéndose en el living, donde sus movimientos crean ruidos resonantes,
tanto que de allí debo echarlos por miedo a que los oiga Sara y se me aparezca horripilada, tal vez en camisón -porque
Sara ha de ser así, con camisón- y entonces... Solamente diez, piense usted esa pequeña alegría que tengo en medio
de todo, la creciente calma con que franqueo de vuelta los rígidos cielos del primero y el segundo piso.
Interrumpí esta carta porque debía asistir a una tarea de comisiones. La continúo aquí en su casa, Andrée, bajo una
sorda grisalla de amanecer. ¿Es de veras el día siguiente, Andrée? Un trozo en blanco de la página será para usted el
intervalo, apenas el puente que une mi letra de ayer a mi letra de hoy. Decirle que en ese intervalo todo se ha roto,
donde mira usted el puente fácil oigo yo quebrarse la cintura furiosa del agua, para mí este lado del papel, este lado de
mi carta no continúa la calma con que venía yo escribiéndole cuando la dejé para asistir a una tarea de comisiones. En
 su cúbica noche sin tristeza duermen once conejitos; acaso ahora mismo, pero no, no ahora. En el ascensor, luego, o
al entrar; ya no importa dónde, si el cuándo es ahora, si puede ser en cualquier ahora de los que me quedan.
Basta ya, he escrito esto porque me importa probarle que no fui tan culpable en el destrozo insalvable de su casa.
Dejaré esta carta esperándola, sería sórdido que el correo se la entregara alguna clara mañana de París. Anoche di
vuelta los libros del segundo estante, alcanzaban ya a ellos, parándose o saltando, royeron los lomos para afilarse los

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Antología de atuel


dientes -no por hambre, tienen todo el trébol que les compro y almaceno en los cajones del escritorio. Rompieron las
cortinas, las telas de los sillones, el borde del autorretrato de Augusto Torres, llenaron de pelos la alfombra y también
gritaron, estuvieron en círculo bajo la luz de la lámpara, en círculo y como adorándome, y de pronto gritaban, gritaban
como yo no creo que griten los conejos.
He querido en vano sacar los pelos que estropean la alfombra, alisar el borde de la tela roída, encerrarlos de nuevo en
el armario. El día sube, tal vez Sara se levante pronto. Es casi extraño que no me importe verlos brincar en busca de
juguetes. No tuve tanta culpa, usted verá cuando llegue que muchos de los destrozos están bien reparados con el
cemento que compré en una casa inglesa, yo hice lo que pude para evitarle un enojo... En cuanto a mí, del diez al
once hay como un hueco insuperable. Usted ve: diez estaba bien, con un armario, trébol y esperanza, cuántas cosas
pueden construirse. No ya con once, porque decir once es seguramente doce, Andrée, doce que serán trece.
Entonces está el amanecer y una fría soledad en la que caben la alegría, los recuerdos, usted y acaso tantos más.
Está este balcón sobre Suipacha lleno de alba, los primeros sonidos de la ciudad. No creo que les sea difícil juntar
once conejitos salpicados sobre los adoquines, tal vez ni se fijen en ellos, atareados con el otro cuerpo que conviene
llevarse pronto, antes de que pasen los primeros colegiales.




Carta a una señorita en París

Julio Cortázar




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Antología de atuel



 años se cumplen

paradojicamente
de los presentes
eres la unica, invitada
y ausente

26-09-2010




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Antología de atuel



 dejar de latir

quisiera dejar de latir
pero hoy lo hice de nuevo

letras con dolor
palabras que desgarran
versos que matan

quisiera dejar de escribir
mi corazón desangra

quisiera... pero es así
como dejo de latir

con letras de dolor
palabras que desgarran
y versos que matan

quisiera dejar de escribir
pero hoy lo hice de nuevo

15-06-2010




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Antología de atuel



 vacio

la vida me ha decepcionado
todo ya me abandono
y ni siquiera valio la pena, perderte
cuando jamás te tuve

solo el odio llena
cuando matan al amor




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Antología de atuel



 donde tu no existas

quisiera volver a nacer
en un mundo
donde tu no existas

quizás nunca mas seria feliz
pero al menos no me desangraría
cada día, sabiendo que existes
sin que tu, te dejes amar




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Antología de atuel



 no se puede vivir, sin amor

cuando ella es la única razón, que tienes para vivir
 cuando sabes que no existe otra igual
y no habrá quien suplante esos sentimientos
 cuando ya no hay razón para buscar, para seguir
si en ella empieza tu mundo
 y despues de ella se acaba

que consejo hay para dar
si no se puede vivir, sin amor




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Antología de atuel



 Hipótesis sin límites...

Bípedo, de ese género,

con un método romántico

tan estúpido.

Vos, y tu película mágica,

malévola para mí.

Vos, y tus hipótesis sin límites

con tus métodos de chico tímido,

y términos simpáticos,

en tu papel protagonismo,

en el que usas tu pócima ridícula,

y que junto a tus metáforas,

mis pálpitos aumentan en ráfaga

de una forma tan íntima.

Vos y tu maldita pócima ahora,

hace que mi mérito de soñadora

quede naufrago bajo mi sábana,

ya teniéndote como único hábito

presente en mi próximo sueño cálido,

donde sos íntegro y problemático

maniático para mi.

Y hoy digo, estoy aquí



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Antología de atuel


queriéndote, extrañándote, y odiándote.



alguien enfadada al parecer

me lo dedico alguna vez

anonima ella y demas




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Antología de atuel



 2 resultado del amor

un corazón no se deja conquistar
por miedo a que lo dañen



otro corazón de pena se desgarra
por la indiferencia de un amor



uno es el corazón del miedo
el otro es el corazón de la soledad



ambos saben que
uno depende del otro
para completar su felicidad



pero si uno no se deja cuidar
el otro nunca dejara la soledad



es la triste historia de los unos
que no se suman al amor
y no podran llegar a ser 2




20-06-2010




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Antología de atuel



 10-10

el tiempo trajo
las dudas que faltaban

un abismo silencioso
confirmo el vacío

como ya estaba escrito
un perfecto salto

final

10/10/2010




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Antología de atuel



 viajar para no sentir

a ninguna parte
quisiera yo partir

ni felicidad ni tristeza
deseo mas sufrir

mas ya sin ella
murió mi sentir

al lugar donde nada existe
quisiera yo partir

ir a ninguna parte
viajar, para no sentir

03-07-2010




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Antología de atuel



 ciego, sordo y mudo

podrás esconderte
de estos ojos
que tanto te han buscado

podrás esconderte
de mis oídos
que ya no te escuchan

podrás esconderte
de esta boca afónica
que te seguirá llamando

pero jamás podrás esconderte
de mi ciego, sordo y mudo corazón
por que él, mi amor
él, ya te encontró

22-07-2010




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Antología de atuel



 cuando las hadas dejan sus alas

volver a entrar por la puerta
sin cerrar la ventana

así es como se espera
cual fresca brisa de la mañana
que se abra aquella puerta
que me permanece cerrada

aunque nunca podré ver al hada
que se adueño de mi alma
pues ella ocultara sus alas
el día que abra la puerta
convertida en mi mujer soñada

21-04-2011




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Antología de atuel



 melífera

suave piel de duraznos
deseo comer con los labios
disfrutar, disfrutando
tu cuerpo y tu sal

tu mi placer virginal
como ofrenda de un dios
mi paladar te aclama

tu cuerpo y tu piel
suculento banquete
con corazón de miel

absorberé de ti
mi fuente de energía
las vibraciones de tu vida

llenare mi ser, lamiendo
la delicia de tu miel
bendito extracto de tu ser

que traeran tus espasmos
en cada retorno
de tus viajes, al mas allá...

03-12-2010




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Antología de atuel



 suplica a la reina

yo que todo te lo di
y al hacerte mi reina
me convertiste en esclavo
de tus sentimientos

mi reina no te reclamo
ni me quejo por el sufrimiento
al dejarme atado y abandonado
en este lugar frío y oscuro

pues si te hice mi reina
fue para otorgarte mis servicios
mas lo que nunca te podré perdonar
es que no te hayas dejado amar

25-04-2011




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Antología de atuel



 pachamama

ella es mi mundo
si tan solo con ella
y una habitación
mi mundo seria feliz

lo tendría todo
mar, brisa, sol, lluvia
planicies y montes

mi oasis toda ella seria
de sus frutos me alimentaría
y en sus brazos nacerían
nuestros mejores sueños

03-07-2010




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Antología de atuel



 corazón analfabeto

no he hallado aun las palabras
que te hagan sentir el amor
que siento por vos
en eso he fracasado, lose
mas no! en amarte!

si por amarte lo he dejado todo en esta vida
hasta el sol y la luna ya perdí
si hasta mis sueños te di
por que amarte mi vida lo hago noche y día
si amarte!... es lo mas bello que me paso en la vida

como no ofrendarte mi sentir
si mi vida te la di... al encontrarte

aunque tal vez no puedas sentir todo mi amor
en estas palabras de un pobre corazón analfabeto
es por que nunca antes había sentido el amor
pues si apenas recién lo comprendió
al escribirte... "TE AMO"



07-07-2010




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Antología de atuel



 buscando una respuesta

se llama impotencia
 cuando todas tus fuerzas
 no logran mover un pétalo

que seria de la pregunta
si no hubiera respuesta

que importa si fuera cierta
solo justifica la existencia
tan necesaria de un ser feliz

21-12-2011




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Antología de atuel



"Cómo hacerte saber" de Mario Benedetti.?

COMO HACERTE SABER QUE SIEMPRE HAY TIEMPO?
QUE UNO SOLO TIENE QUE BUSCARLO Y DARSELO.
QUE NADIE ESTABLECE NORMAS SALVO LA VIDA.
QUE LA VIDA SIN CIERTAS NORMAS PIERDE FORMA
QUE LA FORMA NO SE PIERDE CON ABRIRNOS.
QUE ABRIRNOS NO ES AMAR INDISCRIMINADAMENTE.
QUE NO ESTA PROHIBIDO AMAR
QUE TAMBIEN SE PUEDE ODIAR
COMO HACERTE SABER QUE NADIE ESTABLECE NORMAS
SOLO LA VIDA.
QUE EL ODIO Y EL AMOR SON AFECTOS
QUE LA AGRESION POR SI, HIERE MUCHO
QUE LAS HERIDAS SE CIERRAN.
QUE LAS PUERTAS NO DEBEN CERRARSE
QUE LA MAYOR PUERTA ES EL AFECTO
QUE LOS AFECTOS NOS DEFINEN
QUE DEFINIRSE NO ES REMAR CONTRA LA CORRIENTE
QUE CUANDO MAS FUERTE SE HACE EL TRAZO MAS SE DIBUJA
QUE BUSCAR UN EQUILIBRIO NO IMPLICA SER TIBIO
QUE NEGAR PALABRAS IMPLICA ABRIR DISTANCIAS
QUE ENCONTRARSE ES MUY HERMOSO
QUE EL SEXO FORMA PARTE DE LO HERMOSO DE LA VIDA
QUE LA VIDA PARTE DEL SEXO
QUE EL POR QUE DE LOS NIÑOS TIENE UN POR QUE
QUE QUERER SABER DE ALGUIEN NO SOLO ES CURIOSIDAD
QUE QUERER SABER TODO DE TODOS ES CURIOSIDAD MALSANA
QUE NUNCA ESTA DE MAS AGRADECER
QUE LA AUTODETERMINACION NO ES HACER LAS COSAS SOLO
QUE NADIE QUIERE ESTAR SOLO
QUE PARA DAR DEBIMOS RECIBIR ANTES
QUE PARA QUE NOS DEN HAY QUE SABER PEDIR
QUE SABER PEDIR NO ES REGALARSE
QUE REGALARSE ES EN DEFINITIVA ES NO QUERERSE
QUE PARA QUE NOS QUIERAN DEBEMOS MOSTRAR QUIENES SOMOS
QUE PARA QUE ALGUIEN SEA, HAY QUE AYUDARLO
QUE AYUDAR ES PODER ALENTAR Y APOYAR
QUE ADULAR NO ES AYUDAR
QUE ADULAR ES TAN PERNICIOSO COMO DAR VUELTA LA CARA
QUE LAS COSAS CARA A CARA SON HONESTAS
QUE NADIE ES HONESTO PORQUE NO ROBA
QUE EL QUE ROBA NO ES LADRON POR PLACER
QUE CUANDO NO HAY PLACEER EN LAS COSAS, NO SE ESTA VIVIENDO
QUE PARA SENTIR LA VIDA NO HAY QUE OLVIDARSE QUE EXISTE LA MUERTE
QUE SE PUEDE ESTAR MUERTO EN VIDA
QUE SE SIENTE CON EL CUERPO Y CON LA MENTE
QUE CON LOS OIDOS SE ESCUCHA


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Antología de atuel


QUE CUESTA SER SENSIBLE Y NO HERIRSE
QUE HERIRSE NO ES DESANGRARSE
QUE PARA NO SER HERIDOS LEVANTAMOS MUROS
QUE QUIEN SIEMBRA MUROS NO RECOGE NADA
QUE CASI TODOS SOMOS ALBAÑILES DE MUROS
QUE SERIA MUCHO MEJOR ONSTRUIR PUENTES
QUE SOBRE ELLOS SE VA A LA OTRA ORILLA Y TAMBIEN SE VUELVE
QUE VOLVER NO IMPLICA RETROCEDER
QUE RETROCEDR PUEDE SER TAMBIEN AVANZAR
QUE NO POR MUCHO AVANZAR SE AMANECE MAS CERCA DEL SOL
COMO HACERTE SABER, QUE NADIE ESTABLECE NORMAS
SALVO LA VIDA.

Mario Benedetti




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Antología de atuel



 "Te espero" de Mario Benedetti


Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo....




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Antología de atuel



 el riesgo de amarte

Se ama o se deja... y dejarte?
si eres parte de mis entrañas
que mas remedio tengo que Amarte como eres
con tus silencios, olvidos y vacaciones
con tu carácter, perfumado de hiervas
pradera verde, florida de primaveras
en campo minado...



pues así te amo, sin mas remedio
con ese riesgo de vida
que insita el caminar tus senderos
donde en cada mal paso
las primaveras se vuelven otoños

25-12-2011




                                                Página 47/62
Antología de atuel



 reina de las flores

solo si se juntaran las fragancias
de todas las flores
solo si sus petalos se unieran

solo asi quizas
se compararian a tu belleza
si eres tu la mas hermosa
reina de las flores

esa eres tu
mi primavera

28-12-2011




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Antología de atuel



 acaso eres un ángel?



me pregunto

si acaso eres un ángel, en verdad?

que vagas en el tiempo

haciendo en los hombres el amor brotar



por que lo digo?

o acaso mujer, no eres tu el ángel

que enamoro hasta el mismo Benedetti




no quieras engañarme

he leído sus cartas

y te descubro en sus palabras

que tu imagen, me dibujan




te veo y te siento

en cada poema de amor

escrito para un ángel

como tu



dime mujer

si acaso Benedetti

no se enamoro de ti?



30-12-2011


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Antología de atuel




   Página 50/62
Antología de atuel



 lunita 08 de enero

lunita 08 de enero

que vienes a enamorar

y con tu luz

nos iluminas por igual



lunita de luz magica

esta noche mirandote soplaremos

y al dejar tu de brillar

haz de cumplir

nuestros deseos




                                     Página 51/62
Antología de atuel



 si tan solo fueran numeros

cuantas veces fueron?
las veces que me equivoque contigo?
después de que numero se pierde la cuenta?
será quizás, proporcional a la cantidad de disculpas?
que tendré que pedirte, para que un día
me devuelvas al menos el saludo?

si tan solo fueran numeros
podria restar aquellos infinitos errores
declarandote eternamente, mi Amor

28-04-2012




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Antología de atuel



 envasando al vacio



nací con tu nombre grabado
en el frente de mi vida
y al no encontrar tu cariño
mi vida se quedo sin sentido
como este envase vacio



30-04-2012



y te seguiré buscando
en este mundo
que se desvanece
al son de tu nombre




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Antología de atuel



 te amo

Recuerdo perfectamente el día que te escribí por primera vez que Te amaba, si bien ya te lo había dicho unas mil veces
pero vos aun no te habías enterado, esa vez era especial al apretar el botón, esas 5 letras iban a quedar frente a tus
ojos y el solo hecho de imaginar ese momento, me hacia sudar las manos y por dentro sentía como me temblaba el
cuerpo, tan solo por apretar un botón para que leas unas letras que te las había dicho durante tantas noches, pero ese
momento lo recordare de por vida, aunque sabia que ya lo imaginarias, después de que se me escaparan algunos
sentimientos en aquellos primeros mails donde me vi desbordado. Quizás eran los nervios de oficialmente decirte todo
lo que sentía por vos en esas 5 letras, era la primera vez que me había enamorado en mi vida y había llegado el
momento de firmar, imaginaba el momento en que lo leerías y los nervios explotaban en mi, como olvidarlo, fueron días
que me quedaran grabados para siempre, pensaba que respuesta tendría, como para atajarme ante lo peor, imagine
frases de las mas variadas, desde como me rechazarías, hasta frases mas esperanzadoras donde pondrías paños fríos
a la situación o un poco distancia, quizás me parecía lo mas lógico después de todo ni siquiera nos conocíamos y un
loco te manda una carta diciendo que te ama, pensé de todo, al menos las negativas creo que no hubo frase de
rechazo que no haya armado entre tanto nervio, creí imaginar todas las respuestas imaginables en este mundo, nada
podría sorprenderme, era una manera de evitar lo malo ya que siempre pasa aquello que no pudiste imaginar y te juro
que creí tenerlo todo controlado, no podía suceder nada que no haya pasado por mi cabeza... pensé en todas las
frases de este mundo y no te deje ninguna para que puedas usar...
Pero como un grandísimo idiota, no pude imaginar que ya no volverías a hablarme nunca mas...



...al tiempo me di cuenta y me lo sigo reprochando cada noche desde entonces... como no pude imaginar que ya no
volverías a dirigirme la palabra, como se me pudo escapar...




                                                     Página 54/62
Antología de atuel



 cirugía mayor

ya no me queda otra
mas que una operación
a corazón abierto

mas que puedo ya esconder
si yo mismo abrí mi pecho
y de frente latiendo
te deje mi corazón

para que vos finalmente
le hagas una cirugía mayor




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Antología de atuel



 sin sentido

cuantos años faltaran
para que te des cuenta
que te di mi vida

en tal caso
de que habra servido
tantas vidas se pierden
sin que nadie las encuentre

18-05-2012




                                 Página 56/62
Antología de atuel



PARA QUE SEGUIR?

MALDIGO EL DIA
QUE ME CRUCE CONTIGO
Y ME HICISTE SENTIR
QUE SIN TI
YA NO PODRE VIVIR




                          Página 57/62
Antología de atuel



 el absurdo

la vida me puso en esta situación absurda
donde paso los años hablando con alguien
que al parecer no desea escucharme
y quien sabe ya cual es el motivo
si jamás existió discusión alguna
donde un grito, un enojo, un reproche
hubiera sido una bendición
al lado de este, el peor de los castigos
que alguna vez pueda haber existido
esta la condena del silencio eterno
que es negarme hasta la ultima mísera palabra

es algo que no se lo deseo
absolutamente a nadie




                                                   Página 58/62
Antología de atuel



 Todo fue...

Todo fue...
como farsa de un destino
empecinado en no dejar vivir




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Antología de atuel



 burbuja

Todo fue...
como farsa de un destino
empecinado en no dejar vivir



Todo fue...
una burbuja imaginaria
que existió tanto como el brillo
en aquel suspiro del aire
antes de la inevitable
explosión de realidad




                                      Página 60/62
Antología de atuel



 amnesia

por algún motivo
sigo atrapado aquí
sin poder salir
quizás sin quererlo

aunque ya me han echado
y deportado al fin sin documentos
para que quieres mi identidad
que la has dejado contigo

si por algún motivo
sigo aquí escribiéndote
es para que me digas
quien soy?




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Antología de atuel



 años de distancia

se acerca
intempestivamente
sin desearla
busca invadirlo todo



como una gran ola
a paso lento
una tras otra
hasta acercarse
y cubrir los cielos



una vez al año
va aflojando
hasta los huesos

 sin desearla
se acerca
la lejanía




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Poemas mario benetti

  • 1. Antología de atuel
  • 2. Antología de atuel Dedicatoria a Andree, una Señorita en Paris... Página 2/62
  • 3. Antología de atuel índice Tu silencio Reflejos hoy voy a morir waitallay deliciosa manzanita todas hablan de ti agüita quiero ser sueño con hadas cuento para un Hada sshhh Futuro ya pasado ... gotas de amor llueve el alma Carta a una señorita en París años se cumplen dejar de latir vacio donde tu no existas no se puede vivir, sin amor Hipótesis sin límites... 2 resultado del amor 10-10 Página 3/62
  • 4. Antología de atuel viajar para no sentir ciego, sordo y mudo cuando las hadas dejan sus alas melífera suplica a la reina pachamama corazón analfabeto buscando una respuesta "Cómo hacerte saber" de Mario Benedetti.? "Te espero" de Mario Benedetti el riesgo de amarte reina de las flores acaso eres un ángel? lunita 08 de enero si tan solo fueran numeros envasando al vacio te amo cirugía mayor sin sentido PARA QUE SEGUIR? el absurdo Todo fue... burbuja amnesia años de distancia Página 4/62
  • 5. Antología de atuel Tu silencio que me dice tu silencio que mi corazón solo comprende por que mi razón no entiende si no están las palabras si no están esas palabras mi corazón creara esperanzas que me dice tu silencio mi corazón... no pido q lo comprendas solo que lo sientas latir en tu silencio mi corazón... solo se comprende cuando se siente aunque no existan palabras mi corazón creara esperanzas así poder latir latir en tu silencio... que me dice tu silencio que mi corazón solo comprende... Tu silencio mi corazón 03-05-2008 Página 5/62
  • 6. Antología de atuel Reflejos Un día sin espejos Fue un día como cualquier otro, bueno casi... salvo porque tiempo después me di cuenta que en ese día no había espejos. Así fue, en un amanecer, una mañana lejos de casa, me despertastes... y ahí fue cuando me vi... fue todo tan natural que en el momento ni cuenta que me di como mirarse al espejo una mañana cualquiera... pasaba el día y me daba cuenta que algo me pasaba... te miraba, mi reflejo pero no eras el de todas la mañanas... eras el reflejo mas bonito que había visto en mi vida. nada estaba claro sabia que eras mi reflejo pero no exactamente eras mi yo, no! eras un yo mucho mucho mas suave, bonito, luminoso y note que no hacías exactamente lo que yo hacia pero si, hablabas como hablo yo... hacías lo que hago siempre... si, pero no en el mismo momento.. entonces le preste mas atención a tus costumbres, a tus gustos, a lo que contabas y leías... mmm, si eras como yo pero... mas si, directamente te pregunte y si también respondistes lo que yo pensaba... entonces si eras yo... pero no eras exactamente mi yo... claro! pensé, ningún reflejo es exactamente lo que esta del otro lado pero si tienen una misma alma, piensan y actúan muy parecido y este reflejo si que se parecía a mi, pero era demasiado perfecto era como el reflejo que siempre había deseado tener y mas también... pues no se equivocaba y hasta hacia cosas que nunca me anime hacer... mmm tan perfecto bonito y luminoso que me hacia dudar si soy yo o como siempre quise ser! Pero... tan perfecto y tan luminoso?? Si... ese fue el día... El día que lo entendí todo... Todo, todo... El día que me di cuenta que en realidad el reflejo era yo! Yo un reflejo!... Si!... Tu reflejo! si yo soy la imperfección de lo que siempre quise ser la distorsión de esa luminosidad hermosa que estaba frente a mi lo que vi ese día era la razón de ser de todo reflejo, quien siempre quise ser y a quien quiero acompañar el resto de mi vida. la vida de un reflejo tiene alma ajena... Página 6/62
  • 7. Antología de atuel a quien busca en cada vidriera, en cada charco para encontrar su parecer, su razón de ser, su alma. fue el brillito de luz en tus ojitos...eres mi reflejo... así me lo dijiste ese día... y desde entonces solo vivo por tu parecer. Tu reflejo 11-06-2009 Página 7/62
  • 8. Antología de atuel hoy voy a morir Otra mañana leyendo los titulares antes de ir al trabajo una repasada rápida entre sorbos de te caliente para apaliar el frió matutino pasando rápido de política a economía para llegar a policiales pasan los titulares y nada otro día mas sin noticias del crimen... Ya perdí cuenta de los días que pasaron... o de las veces que caí muerto de las veces que me mataste Pasan los días y no hay noticias... espero saber algo de ti pero claro no dejas huellas y tienes la cuartada perfecta cada día me ven salir a la misma hora rumbo al trabajo como si nada pasara quien sospecharía de que hace unas horas era una victima mas muerto en mi propia cama... Otro día que me levanto y no puedo no puedo acusarte si estoy muerto... muerto por vos pero como contarlo? me encerrarían por las locuras que pienso... pero si, anoche lo hiciste de nuevo sin que nadie sospeche en el mayor de los silencios cuando mi mente no da mas agotada de los problemas del trabajo siento en el aire un perfume de pétalos con sabor a néctar y no tengo mas que entregarme ya se que sos vos que venís por mi apareces e invadís mi mente de un deseo de sed infinita me entrego poseído en la locura pierdo el control sobre mi cuerpo mi corazón se agita hasta entrar en éxtasis justo un poco antes de la muerte... de esa dulce muerte... No me lo tenes que recordar lose lose... se que intento llevarte en mi agonía... pero mi asesina si eres tu la que despiertas mis instintos mas profundos cuando me llevas a esos desiertos sofocantes, y me dejas sediento sediento y acalorado... como no convertirme en tu asesino Página 8/62
  • 9. Antología de atuel como no matar por tu manantial del agua mas pura... Ya es otra noche, como tantas otras... y siento un perfume de pétalos en el aire... lo siento... se que hoy voy a morir por vos... 09-06-2009 Página 9/62
  • 10. Antología de atuel waitallay Ultima flor... alimento de mi ser Única flor que me da la vida Aquí estoy en mi agonía Aquí estoy por tu florecer Aquí en tu camino... Es el perfume de tu néctar que me guía El dulce néctar que me dará la vida Ábreme tus pétalos waitallay Se que estas ahí, el perfume de tus pétalos me llama Ese calido perfume del deseo que traspasa distancias Guíame Waitallay ... Guíame a lo profundo de tu ser Dame de beber tu dulce néctar El calido néctar que me saque de esta fría soledad Waitallay Ábreme tus pétalos... Florece para mi ... devuélveme a la vida... 07-06-2009 Página 10/62
  • 11. Antología de atuel deliciosa manzanita No creas que no te vi de hecho, fue la primera parte de ti que deleito mis ojos perfecto, como tu cuerpo de muñequita no podría ser mas exquisito si, así fue... tuve el gusto de apreciar una de tus partes mas excitantes justo, un momento antes que te dieras la vuelta y tus ojos me dijeran que ese día mi vida iba a cambiar 23-10-2009 Página 11/62
  • 12. Antología de atuel todas hablan de ti las mujeres me hablan de ti sera por celos de mi amor ellas podrán tener tus ojos pero no brillaran para mi ellas podrán tener tu boca pero no sabrán mi canción ellas podrán tener tu sonrisa tal vez... pero no serán mas que tu recuerdo tu recuerdo para mi... 24-10-2009 Página 12/62
  • 13. Antología de atuel agüita quiero ser si hoy me quedara un deseo ser agua querria agüita de tus baños seria pa´ ser la lluvia que fertilice tus montes pa´ llenarte de mi pa´ inundar cada cavidad de tu ser pa´ gozar en cada poro de tu piel y así en mi disolver tu esencia de mujer... 24-10-2009 Página 13/62
  • 14. Antología de atuel sueño con hadas hada de mis sueños como puedes ser tan bella piel de niña y cuerpo de muñeca desmesurada la hermosura de tu pequeño cuerpo desnudo habitante en las noches de mi mente piel de niña, cuerpo de muñeca cuando duermes soy yo tu dueño con eso me contento, sin mas remedio pero son mis manos las que llaman tu belleza enfermas de tristeza por no poder acariciar tu piel 31-12-2009 Página 14/62
  • 15. Antología de atuel cuento para un Hada Hada no temas no temas por favor no quise hacerte daño no tuve mala intención solo quería verte, mi corazón... desde hace años... en las noches sentía en mi rostro una brisa la tenue brisa de tus alitas cuando venias a visitarme no te podía ver hadita pero siempre te dejabas sentir... sentir como venias a sanar mi corazón no existió una noche desde aquel día que apareciste en mi vida que no te sintiera venir a sanarme quería verte pero no me dejabas... sentía la brisa con perfume de rosas que dejabas al pasar... pase años buscándote hadita y siempre te negabas... pero llego un dia... ese dia en que las hadas quieren tener hijitos y necesitan encontrarse con su hombre... yo sabia que me ibas a elegir mi corazon me lo decia... asi que espere aquel dia con muchas ansias de verte... Hadita tomaste forma de mujer hermosa y así me hechizaste... pero mi hada, cometiste un error... un error que me hizo dudar y asi me di cuenta que eras tu... no temas por favor no quise hacerte daño Página 15/62
  • 16. Antología de atuel solo quería verte mi corazón... no...no pude ver tus alitas...no! Hadita! te equivocaste, en este mundo no existen mujeres tan Hermosas!!... ..................................................................... todo lo que escribo es por y para ella... tal su belleza es que no se deja ver por miedo que la descubra... pero la pueden sentir en el interior de estas palabras... 04-01-2010 Página 16/62
  • 17. Antología de atuel sshhh tu mano, en tu corazón... ... late... ... late... ... sshhh late... ... late... ... silencio late... ... late... ... escucha late... ... late... ... entre latidos late... ... late... ... como tu corazón Página 17/62
  • 18. Antología de atuel late... ... late... ... escucha al mío late... ... late... ... late... ... 13-01-2010 Página 18/62
  • 19. Antología de atuel Futuro ya pasado ya no ven futuro mis ojos nublados ya te he dicho que esto no va mas pero nada te ha importado ya estoy arto de ti no soporto mas amarte así ya mi corazón huérfano de tu amor de las penas que sufrió en sus llantos se ahogo. 19-06-2010 Página 19/62
  • 20. Antología de atuel ... y me quede con ganas de vivir esa vida que soñé y un día la creí ver al despertar de un nuevo mañana amanecer que no llego si bien el tiempo paso solo lo he vivido en sueños de mil despertares contigo si ya te he visto desaparecer hasta en mis sueños como una firma que dejas cada vez que creo hallarte si hasta el perfume habrás de cambiar total de no dejarme huella 03-09-2011 Página 20/62
  • 21. Antología de atuel gotas de amor como toda rosa capullo fue con gotas de amor mis lagrimas regaran tu vida hasta hacerte florecer 04-09-2011 Página 21/62
  • 22. Antología de atuel llueve el alma llueve el alma de desilusiones y guerras perdidas de vidas gastadas y sueños rotos de un alma confundida se paso la vida y tu te me has ido como agua entre las manos aquí llueve el alma y los vidrios se empañan en una noche que se hace eterna Página 22/62
  • 23. Antología de atuel Carta a una señorita en París Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No tanto por los conejitos, más bien porque me duele ingresar en un orden cerrado, construido ya hasta en las más finas mallas del aire, esas que en su casa preservan la música de la lavanda, el aletear de un cisne con polvos, el juego del violín y la viola en el cuarteto de Rará. Me es amargo entrar en un ámbito donde alguien que vive bellamente lo ha dispuesto todo como una reiteración visible de su alma, aquí los libros (de un lado en español, del otro en francés e inglés), allí los almohadones verdes, en este preciso sitio de la mesita el cenicero de cristal que parece el corte de una pompa de jabón, y siempre un perfume, un sonido, un crecer de plantas, una fotografía del amigo muerto, ritual de bandejas con té y tenacillas de azúcar... Ah, querida Andrée, qué difícil oponerse, aun aceptándolo con entera sumisión del propio ser, al orden minucioso que una mujer instaura en su liviana residencia. Cuán culpable tomar una tacita de metal y ponerla al otro extremo de la mesa, ponerla allí simplemente porque uno ha traído sus diccionarios ingleses y es de este lado, al alcance de la mano, donde habrán de estar. Mover esa tacita vale por un horrible rojo inesperado en medio de una modulación de Ozenfant, como si de golpe las cuerdas de todos los contrabajos se rompieran al mismo tiempo con el mismo espantoso chicotazo en el instante más callado de una sinfonía de Mozart. Mover esa tacita altera el juego de relaciones de toda la casa, de cada objeto con otro, de cada momento de su alma con el alma entera de la casa y su habitante lejana. Y yo no puedo acercar los dedos a un libro, ceñir apenas el cono de luz de una lámpara, destapar la caja de música, sin que un sentimiento de ultraje y desafio me pase por los ojos como un bando de gorriones. Usted sabe por qué vine a su casa, a su quieto salón solicitado de mediodía. Todo parece tan natural, como siempre que no se sabe la verdad. Usted se ha ido a París, yo me quedé con el departamento de la calle Suipacha, elaboramos un simple y satisfactorio plan de mutua convivencia hasta que septiembre la traiga de nuevo a Buenos Aires y me lance a mí a alguna otra casa donde quizá... Pero no le escribo por eso, esta carta se la envío a causa de los conejitos, me parece justo enterarla; y porque me gusta escribir cartas, y tal vez porque llueve. Me mudé el jueves pasado, a las cinco de la tarde, entre niebla y hastío. He cerrado tantas maletas en mi vida, me he pasado tantas horas haciendo equipajes que no llevaban a ninguna parte, que el jueves fue un día lleno de sombras y correas, porque cuando yo veo las correas de las valijas es como si viera sombras, elementos de un látigo que me azota indirectamente, de la manera más sutil y más horrible. Pero hice las maletas, avisé a la mucama que vendría a instalarme, y subí en el ascensor. Justo entre el primero y segundo piso sentí que iba a vomitar un conejito. Nunca se lo había explicado antes, no crea que por deslealtad, pero naturalmente uno no va a ponerse a explicarle a la gente que de cuando en cuando vomita un conejito. Como siempre me ha sucedido estando a solas, guardaba el hecho igual que se guardan tantas constancias de lo que acaece (o hace uno acaecer) en la privacía total. No me lo reproche, Andrée, no me lo reproche. De cuando en cuando me ocurre vomitar un conejito. No es razón para no vivir en cualquier casa, no es razón para que uno tenga que avergonzarse y estar aislado y andar callándose. Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejilo de chocolate pero blanco y enteramente un conejito. Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel, moviéndolo con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel de una mano. Busca de comer y entonces yo (hablo de cuando esto ocurría en mi casa de las afueras) lo saco conmigo al balcón y lo pongo en la gran maceta donde crece el trébol que a propósito he sembrado. El conejito alza del todo sus orejas, envuelve un trébol tierno con un veloz molinete del hocico, y yo sé que puedo dejarlo e irme, continuar por un tiempo una vida no distinta a la de tantos que compran sus conejos en las granjas. Entre el primero y segundo piso, Andrée, como un anuncio de lo que sería mi vida en su casa, supe que iba a vomitar un conejito. En seguida tuve miedo (¿o era extrañeza? No, miedo de la misma extrañeza, acaso) porque antes de dejar mi casa, sólo dos días antes, había vomitado un conejito y estaba seguro por un mes, por cinco semanas, tal vez seis con un poco de suerte. Mire usted, yo tenía perfectamente resuelto el problema de los conejitos. Sembraba trébol Página 23/62
  • 24. Antología de atuel en el balcón de mi otra casa, vomitaba un conejito, lo ponía en el trébol y al cabo de un mes, cuando sospechaba que de un momento a otro... entonces regalaba el conejo ya crecido a la señora de Molina, que creía en un hobby y se callaba. Ya en otra maceta venía creciendo un trébol tierno y propicio, yo aguardaba sin preocupación la mañana en que la cosquilla de una pelusa subiendo me cerraba la garganta, y el nuevo conejito repetía desde esa hora la vida y las costumbres del anterior. Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir. No era tan terrible vomitar conejitos una vez que se había entrado en el ciclo invariable, en el método. Usted querrá saber por qué todo ese trabajo, por qué todo ese trébol y la señora de Molina. Hubiera sido preferible matar en seguida al conejito y... Ah, tendría usted que vomitar tan sólo uno, tomarlo con dos dedos y ponérselo en la mano abierta, adherido aún a usted por el acto mismo, por el aura inefable de su proximidad apenas rota. Un mes distancia tanto; un mes es tamaño, largos pelos, saltos, ojos salvajes, diferencia absoluta Andrée, un mes es un conejo, hace de veras a un conejo; pero el minuto inicial, cuando el copo tibio y bullente encubre una presencia inajenable... Como un poema en los primeros minutos, el fruto de una noche de Idumea: tan de uno que uno mismo... y después tan no uno, tan aislado y distante en su llano mundo blanco tamaño carta. Me decidí, con todo, a matar el conejito apenas naciera. Yo viviría cuatro meses en su casa: cuatro -quizá, con suerte, tres- cucharadas de alcohol en el hocico. (¿Sabe usted que la misericordia permite matar instantáneamente a un conejito dándole a beber una cucharada de alcohol? Su carne sabe luego mejor, dicen, aunque yo... Tres o cuatro cucharadas de alcohol, luego el cuarto de baño o un piquete sumándose a los desechos.) Al cruzar el tercer piso el conejito se movía en mi mano abierta. Sara esperaba arriba, para ayudarme a entrar las valijas... ¿Cómo explicarle que un capricho, una tienda de animales? Envolví el conejito en mi pañuelo, lo puse en el bolsillo del sobretodo dejando el sobretodo suelto para no oprimirlo. Apenas se movía. Su menuda conciencia debía estarle revelando hechos importantes: que la vida es un movimiento hacia arriba con un clic final, y que es también un cielo bajo, blanco, envolvente y oliendo a lavanda, en el fondo de un pozo tibio. Sara no vio nada, la fascinaba demasiado el arduo problema de ajustar su sentido del orden a mi valija-ropero, mis papeles y mi displicencia ante sus elaboradas explicaciones donde abunda la expresión «por ejemplo». Apenas pude me encerré en el baño; matarlo ahora. Una fina zona de calor rodeaba el pañuelo, el conejito era blanquísimo y creo que más lindo que los otros. No me miraba, solamente bullía y estaba contento, lo que era el más horrible modo de mirarme. Lo encerré en el botiquín vacío y me volví para desempacar, desorientado pero no infeliz, no culpable, no jabonándome las manos para quitarles una última convulsión. Comprendí que no podía matarlo. Pero esa misma noche vomité un conejito negro. Y dos días después uno blanco. Y a la cuarta noche un conejito gris. Usted ha de amar el bello armario de su dormitorio, con la gran puerta que se abre generosa, las tablas vacías a la espera de mi ropa. Ahora los tengo ahí. Ahí dentro. Verdad que parece imposible; ni Sara lo creería. Porque Sara nada sospecha, y el que no sospeche nada procede de mi horrible tarea, una tarea que se lleva mis días y mis noches en un solo golpe de rastrillo y me va calcinando por dentro y endureciendo como esa estrella de mar que ha puesto usted sobre la bañera y que a cada baño parece llenarle a uno el cuerpo de sal y azotes de sol y grandes rumores de la profundidad. De día duermen. Hay diez. De día duermen. Con la puerta cerrada, el armario es una noche diurna solamente para ellos, allí duermen su noche con sosegada obediencia. Me llevo las llaves del dormitorio al partir a mi empleo. Sara debe creer que desconfío de su honradez y me mira dubitativa, se le ve todas las mañanas que está por decirme algo, pero al final se calla y yo estoy tan contento. (Cuando arregla el dormitorio, de nueve a diez, hago ruido en el salón, pongo un disco de Benny Carter que ocupa toda la atmósfera, y como Sara es también amiga de saetas y pasodobles, el armario parece silencioso y acaso lo esté, porque para los conejitos transcurre ya la noche y el descanso.) Su día principia a esa hora que sigue a la cena, cuando Sara se lleva la bandeja con un menudo tintinear de tenacillas de azúcar, me desea buenas noches -sí, me las desea, Andrée, lo más amargo es que me desea las buenas noches- y se encierra en su cuarto y de pronto estoy yo solo, solo con el armario condenado, solo con mi deber y mi tristeza. Los dejo salir, lanzarse ágiles al asalto del salón, oliendo vivaces el trébol que ocultaban mis bolsillos y ahora hace en la alfombra efímeras puntillas que ellos alteran, remueven, acaban en un momento. Comen bien, callados y correctos, hasta ese instante nada tengo que decir, los miro solamente desde el sofá, con un libro inútil en la mano -yo que quería leerme todos sus Giraudoux, Andrée, y la historia argentina de López que tiene usted en el anaquel más bajo-; y se comen el trébol. Son diez. Casi todos blancos. Alzan la tibia cabeza hacia las lámparas del salón, los tres soles inmóviles de su día, Página 24/62
  • 25. Antología de atuel ellos que aman la luz porque su noche no tiene luna ni estrellas ni faroles. Miran su triple sol y están contentos. Así es que saltan por la alfombra, a las sillas, diez manchas livianas se trasladan como una moviente constelación de una parte a otra, mientras yo quisiera verlos quietos, verlos a mis pies y quietos -un poco el sueño de todo dios, Andrée, el sueño nunca cumplido de los dioses-, no así insinuándose detrás del retrato de Miguel de Unamuno, en torno al jarrón verde claro, por la negra cavidad del escritorio, siempre menos de diez, siempre seis u ocho y yo preguntándome dónde andarán los dos que faltan, y si Sara se levantara por cualquier cosa, y la presidencia de Rivadavia que yo quería leer en la historia de López. No sé cómo resisto, Andrée. Usted recuerda que vine a descansar a su casa. No es culpa mía si de cuando en cuando vomito un conejito, si esta mudanza me alteró también por dentro -no es nominalismo, no es magia, solamente que las cosas no se pueden variar así de pronto, a veces las cosas viran brutalmente y cuando usted esperaba la bofetada a la derecha-. Así, Andrée, o de otro modo, pero siempre así. Le escribo de noche. Son las tres de la tarde, pero le escribo en la noche de ellos. De día duermen ¡Qué alivio esta oficina cubierta de gritos, órdenes, máquinas Royal, vicepresidentes y mimeógrafos! Qué alivio, qué paz, qué horror, Andrée! Ahora me llaman por teléfono, son los amigos que se inquietan por mis noches recoletas, es Luis que me invita a caminar o Jorge que me guarda un concierto. Casi no me atrevo a decirles que no, invento prolongadas e ineficaces historias de mala salud, de traducciones atrasadas, de evasión Y cuando regreso y subo en el ascensor ese tramo, entre el primero y segundo piso me formulo noche a noche irremediablemente la vana esperanza de que no sea verdad. Hago lo que puedo para que no destrocen sus cosas. Han roído un poco los libros del anaquel más bajo, usted los encontrará disimulados para que Sara no se dé cuenta. ¿Quería usted mucho su lámpara con el vientre de porcelana lleno de mariposas y caballeros antiguos? El trizado apenas se advierte, toda la noche trabajé con un cemento especial que me vendieron en una casa inglesa -usted sabe que las casas inglesas tienen los mejores cementos- y ahora me quedo al lado para que ninguno la alcance otra vez con las patas (es casi hermoso ver cómo les gusta pararse, nostalgia de lo humano distante, quizá imitación de su dios ambulando y mirándolos hosco; además usted habrá advertido -en su infancia, quizá- que se puede dejar a un conejito en penitencia contra la pared, parado, las patitas apoyadas y muy quieto horas y horas). A las cinco de la mañana (he dormido un poco, tirado en el sofá verde y despertándome a cada carrera afelpada, a cada tintineo) los pongo en el armario y hago la limpieza. Por eso Sara encuentra todo bien aunque a veces le he visto algún asombro contenido, un quedarse mirando un objeto, una leve decoloración en la alfombra y de nuevo el deseo de preguntarme algo, pero yo silbando las variaciones sinfónicas de Franck, de manera que nones. Para qué contarle, Andrée, las minucias desventuradas de ese amanecer sordo y vegetal, en que camino entredormido levantando cabos de trébol, hojas sueltas, pelusas blancas, dándome contra los muebles, loco de sueño, y mi Gide que se atrasa, Troyat que no he traducido, y mis respuestas a una señora lejana que estará preguntándose ya si... para qué seguir todo esto, para qué seguir esta carta que escribo entre teléfonos y entrevistas. Andrée, querida Andrée, mi consuelo es que son diez y ya no más. Hace quince días contuve en la palma de la mano un último conejito, después nada, solamente los diez conmigo, su diurna noche y creciendo, ya feos y naciéndoles el pelo largo, ya adolescentes y llenos de urgencias y caprichos, saltando sobre el busto de Antinoo (¿es Antinoo, verdad, ese muchacho que mira ciegamente?) o perdiéndose en el living, donde sus movimientos crean ruidos resonantes, tanto que de allí debo echarlos por miedo a que los oiga Sara y se me aparezca horripilada, tal vez en camisón -porque Sara ha de ser así, con camisón- y entonces... Solamente diez, piense usted esa pequeña alegría que tengo en medio de todo, la creciente calma con que franqueo de vuelta los rígidos cielos del primero y el segundo piso. Interrumpí esta carta porque debía asistir a una tarea de comisiones. La continúo aquí en su casa, Andrée, bajo una sorda grisalla de amanecer. ¿Es de veras el día siguiente, Andrée? Un trozo en blanco de la página será para usted el intervalo, apenas el puente que une mi letra de ayer a mi letra de hoy. Decirle que en ese intervalo todo se ha roto, donde mira usted el puente fácil oigo yo quebrarse la cintura furiosa del agua, para mí este lado del papel, este lado de mi carta no continúa la calma con que venía yo escribiéndole cuando la dejé para asistir a una tarea de comisiones. En su cúbica noche sin tristeza duermen once conejitos; acaso ahora mismo, pero no, no ahora. En el ascensor, luego, o al entrar; ya no importa dónde, si el cuándo es ahora, si puede ser en cualquier ahora de los que me quedan. Basta ya, he escrito esto porque me importa probarle que no fui tan culpable en el destrozo insalvable de su casa. Dejaré esta carta esperándola, sería sórdido que el correo se la entregara alguna clara mañana de París. Anoche di vuelta los libros del segundo estante, alcanzaban ya a ellos, parándose o saltando, royeron los lomos para afilarse los Página 25/62
  • 26. Antología de atuel dientes -no por hambre, tienen todo el trébol que les compro y almaceno en los cajones del escritorio. Rompieron las cortinas, las telas de los sillones, el borde del autorretrato de Augusto Torres, llenaron de pelos la alfombra y también gritaron, estuvieron en círculo bajo la luz de la lámpara, en círculo y como adorándome, y de pronto gritaban, gritaban como yo no creo que griten los conejos. He querido en vano sacar los pelos que estropean la alfombra, alisar el borde de la tela roída, encerrarlos de nuevo en el armario. El día sube, tal vez Sara se levante pronto. Es casi extraño que no me importe verlos brincar en busca de juguetes. No tuve tanta culpa, usted verá cuando llegue que muchos de los destrozos están bien reparados con el cemento que compré en una casa inglesa, yo hice lo que pude para evitarle un enojo... En cuanto a mí, del diez al once hay como un hueco insuperable. Usted ve: diez estaba bien, con un armario, trébol y esperanza, cuántas cosas pueden construirse. No ya con once, porque decir once es seguramente doce, Andrée, doce que serán trece. Entonces está el amanecer y una fría soledad en la que caben la alegría, los recuerdos, usted y acaso tantos más. Está este balcón sobre Suipacha lleno de alba, los primeros sonidos de la ciudad. No creo que les sea difícil juntar once conejitos salpicados sobre los adoquines, tal vez ni se fijen en ellos, atareados con el otro cuerpo que conviene llevarse pronto, antes de que pasen los primeros colegiales. Carta a una señorita en París Julio Cortázar Página 26/62
  • 27. Antología de atuel años se cumplen paradojicamente de los presentes eres la unica, invitada y ausente 26-09-2010 Página 27/62
  • 28. Antología de atuel dejar de latir quisiera dejar de latir pero hoy lo hice de nuevo letras con dolor palabras que desgarran versos que matan quisiera dejar de escribir mi corazón desangra quisiera... pero es así como dejo de latir con letras de dolor palabras que desgarran y versos que matan quisiera dejar de escribir pero hoy lo hice de nuevo 15-06-2010 Página 28/62
  • 29. Antología de atuel vacio la vida me ha decepcionado todo ya me abandono y ni siquiera valio la pena, perderte cuando jamás te tuve solo el odio llena cuando matan al amor Página 29/62
  • 30. Antología de atuel donde tu no existas quisiera volver a nacer en un mundo donde tu no existas quizás nunca mas seria feliz pero al menos no me desangraría cada día, sabiendo que existes sin que tu, te dejes amar Página 30/62
  • 31. Antología de atuel no se puede vivir, sin amor cuando ella es la única razón, que tienes para vivir cuando sabes que no existe otra igual y no habrá quien suplante esos sentimientos cuando ya no hay razón para buscar, para seguir si en ella empieza tu mundo y despues de ella se acaba que consejo hay para dar si no se puede vivir, sin amor Página 31/62
  • 32. Antología de atuel Hipótesis sin límites... Bípedo, de ese género, con un método romántico tan estúpido. Vos, y tu película mágica, malévola para mí. Vos, y tus hipótesis sin límites con tus métodos de chico tímido, y términos simpáticos, en tu papel protagonismo, en el que usas tu pócima ridícula, y que junto a tus metáforas, mis pálpitos aumentan en ráfaga de una forma tan íntima. Vos y tu maldita pócima ahora, hace que mi mérito de soñadora quede naufrago bajo mi sábana, ya teniéndote como único hábito presente en mi próximo sueño cálido, donde sos íntegro y problemático maniático para mi. Y hoy digo, estoy aquí Página 32/62
  • 33. Antología de atuel queriéndote, extrañándote, y odiándote. alguien enfadada al parecer me lo dedico alguna vez anonima ella y demas Página 33/62
  • 34. Antología de atuel 2 resultado del amor un corazón no se deja conquistar por miedo a que lo dañen otro corazón de pena se desgarra por la indiferencia de un amor uno es el corazón del miedo el otro es el corazón de la soledad ambos saben que uno depende del otro para completar su felicidad pero si uno no se deja cuidar el otro nunca dejara la soledad es la triste historia de los unos que no se suman al amor y no podran llegar a ser 2 20-06-2010 Página 34/62
  • 35. Antología de atuel 10-10 el tiempo trajo las dudas que faltaban un abismo silencioso confirmo el vacío como ya estaba escrito un perfecto salto final 10/10/2010 Página 35/62
  • 36. Antología de atuel viajar para no sentir a ninguna parte quisiera yo partir ni felicidad ni tristeza deseo mas sufrir mas ya sin ella murió mi sentir al lugar donde nada existe quisiera yo partir ir a ninguna parte viajar, para no sentir 03-07-2010 Página 36/62
  • 37. Antología de atuel ciego, sordo y mudo podrás esconderte de estos ojos que tanto te han buscado podrás esconderte de mis oídos que ya no te escuchan podrás esconderte de esta boca afónica que te seguirá llamando pero jamás podrás esconderte de mi ciego, sordo y mudo corazón por que él, mi amor él, ya te encontró 22-07-2010 Página 37/62
  • 38. Antología de atuel cuando las hadas dejan sus alas volver a entrar por la puerta sin cerrar la ventana así es como se espera cual fresca brisa de la mañana que se abra aquella puerta que me permanece cerrada aunque nunca podré ver al hada que se adueño de mi alma pues ella ocultara sus alas el día que abra la puerta convertida en mi mujer soñada 21-04-2011 Página 38/62
  • 39. Antología de atuel melífera suave piel de duraznos deseo comer con los labios disfrutar, disfrutando tu cuerpo y tu sal tu mi placer virginal como ofrenda de un dios mi paladar te aclama tu cuerpo y tu piel suculento banquete con corazón de miel absorberé de ti mi fuente de energía las vibraciones de tu vida llenare mi ser, lamiendo la delicia de tu miel bendito extracto de tu ser que traeran tus espasmos en cada retorno de tus viajes, al mas allá... 03-12-2010 Página 39/62
  • 40. Antología de atuel suplica a la reina yo que todo te lo di y al hacerte mi reina me convertiste en esclavo de tus sentimientos mi reina no te reclamo ni me quejo por el sufrimiento al dejarme atado y abandonado en este lugar frío y oscuro pues si te hice mi reina fue para otorgarte mis servicios mas lo que nunca te podré perdonar es que no te hayas dejado amar 25-04-2011 Página 40/62
  • 41. Antología de atuel pachamama ella es mi mundo si tan solo con ella y una habitación mi mundo seria feliz lo tendría todo mar, brisa, sol, lluvia planicies y montes mi oasis toda ella seria de sus frutos me alimentaría y en sus brazos nacerían nuestros mejores sueños 03-07-2010 Página 41/62
  • 42. Antología de atuel corazón analfabeto no he hallado aun las palabras que te hagan sentir el amor que siento por vos en eso he fracasado, lose mas no! en amarte! si por amarte lo he dejado todo en esta vida hasta el sol y la luna ya perdí si hasta mis sueños te di por que amarte mi vida lo hago noche y día si amarte!... es lo mas bello que me paso en la vida como no ofrendarte mi sentir si mi vida te la di... al encontrarte aunque tal vez no puedas sentir todo mi amor en estas palabras de un pobre corazón analfabeto es por que nunca antes había sentido el amor pues si apenas recién lo comprendió al escribirte... "TE AMO" 07-07-2010 Página 42/62
  • 43. Antología de atuel buscando una respuesta se llama impotencia cuando todas tus fuerzas no logran mover un pétalo que seria de la pregunta si no hubiera respuesta que importa si fuera cierta solo justifica la existencia tan necesaria de un ser feliz 21-12-2011 Página 43/62
  • 44. Antología de atuel "Cómo hacerte saber" de Mario Benedetti.? COMO HACERTE SABER QUE SIEMPRE HAY TIEMPO? QUE UNO SOLO TIENE QUE BUSCARLO Y DARSELO. QUE NADIE ESTABLECE NORMAS SALVO LA VIDA. QUE LA VIDA SIN CIERTAS NORMAS PIERDE FORMA QUE LA FORMA NO SE PIERDE CON ABRIRNOS. QUE ABRIRNOS NO ES AMAR INDISCRIMINADAMENTE. QUE NO ESTA PROHIBIDO AMAR QUE TAMBIEN SE PUEDE ODIAR COMO HACERTE SABER QUE NADIE ESTABLECE NORMAS SOLO LA VIDA. QUE EL ODIO Y EL AMOR SON AFECTOS QUE LA AGRESION POR SI, HIERE MUCHO QUE LAS HERIDAS SE CIERRAN. QUE LAS PUERTAS NO DEBEN CERRARSE QUE LA MAYOR PUERTA ES EL AFECTO QUE LOS AFECTOS NOS DEFINEN QUE DEFINIRSE NO ES REMAR CONTRA LA CORRIENTE QUE CUANDO MAS FUERTE SE HACE EL TRAZO MAS SE DIBUJA QUE BUSCAR UN EQUILIBRIO NO IMPLICA SER TIBIO QUE NEGAR PALABRAS IMPLICA ABRIR DISTANCIAS QUE ENCONTRARSE ES MUY HERMOSO QUE EL SEXO FORMA PARTE DE LO HERMOSO DE LA VIDA QUE LA VIDA PARTE DEL SEXO QUE EL POR QUE DE LOS NIÑOS TIENE UN POR QUE QUE QUERER SABER DE ALGUIEN NO SOLO ES CURIOSIDAD QUE QUERER SABER TODO DE TODOS ES CURIOSIDAD MALSANA QUE NUNCA ESTA DE MAS AGRADECER QUE LA AUTODETERMINACION NO ES HACER LAS COSAS SOLO QUE NADIE QUIERE ESTAR SOLO QUE PARA DAR DEBIMOS RECIBIR ANTES QUE PARA QUE NOS DEN HAY QUE SABER PEDIR QUE SABER PEDIR NO ES REGALARSE QUE REGALARSE ES EN DEFINITIVA ES NO QUERERSE QUE PARA QUE NOS QUIERAN DEBEMOS MOSTRAR QUIENES SOMOS QUE PARA QUE ALGUIEN SEA, HAY QUE AYUDARLO QUE AYUDAR ES PODER ALENTAR Y APOYAR QUE ADULAR NO ES AYUDAR QUE ADULAR ES TAN PERNICIOSO COMO DAR VUELTA LA CARA QUE LAS COSAS CARA A CARA SON HONESTAS QUE NADIE ES HONESTO PORQUE NO ROBA QUE EL QUE ROBA NO ES LADRON POR PLACER QUE CUANDO NO HAY PLACEER EN LAS COSAS, NO SE ESTA VIVIENDO QUE PARA SENTIR LA VIDA NO HAY QUE OLVIDARSE QUE EXISTE LA MUERTE QUE SE PUEDE ESTAR MUERTO EN VIDA QUE SE SIENTE CON EL CUERPO Y CON LA MENTE QUE CON LOS OIDOS SE ESCUCHA Página 44/62
  • 45. Antología de atuel QUE CUESTA SER SENSIBLE Y NO HERIRSE QUE HERIRSE NO ES DESANGRARSE QUE PARA NO SER HERIDOS LEVANTAMOS MUROS QUE QUIEN SIEMBRA MUROS NO RECOGE NADA QUE CASI TODOS SOMOS ALBAÑILES DE MUROS QUE SERIA MUCHO MEJOR ONSTRUIR PUENTES QUE SOBRE ELLOS SE VA A LA OTRA ORILLA Y TAMBIEN SE VUELVE QUE VOLVER NO IMPLICA RETROCEDER QUE RETROCEDR PUEDE SER TAMBIEN AVANZAR QUE NO POR MUCHO AVANZAR SE AMANECE MAS CERCA DEL SOL COMO HACERTE SABER, QUE NADIE ESTABLECE NORMAS SALVO LA VIDA. Mario Benedetti Página 45/62
  • 46. Antología de atuel "Te espero" de Mario Benedetti Te espero cuando la noche se haga día, suspiros de esperanzas ya perdidas. No creo que vengas, lo sé, sé que no vendrás. Sé que la distancia te hiere, sé que las noches son más frías, Sé que ya no estás. Creo saber todo de ti. Sé que el día de pronto se te hace noche: sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices, sé que soy un idiota al esperarte, Pues sé que no vendrás. Te espero cuando miremos al cielo de noche: tu allá, yo aquí, añorando aquellos días en los que un beso marcó la despedida, Quizás por el resto de nuestras vidas. Es triste hablar así. Cuando el día se me hace de noche, Y la Luna oculta ese sol tan radiante. Me siento sólo, lo sé, nunca supe de nada tanto en mi vida, solo sé que me encuentro muy sólo, y que no estoy allí. Mis disculpas por sentir así, nunca mi intención ha sido ofenderte. Nunca soñé con quererte, ni con sentirme así. Mi aire se acaba como agua en el desierto. Mi vida se acorta pues no te llevo dentro. Mi esperanza de vivir eres tu, y no estoy allí. ¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás, ¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti? Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí. Porque todas las noches me torturo pensando en ti. ¿Por qué no solo me olvido de ti? ¿Por qué no vivo solo así? ¿Por qué no solo.... Página 46/62
  • 47. Antología de atuel el riesgo de amarte Se ama o se deja... y dejarte? si eres parte de mis entrañas que mas remedio tengo que Amarte como eres con tus silencios, olvidos y vacaciones con tu carácter, perfumado de hiervas pradera verde, florida de primaveras en campo minado... pues así te amo, sin mas remedio con ese riesgo de vida que insita el caminar tus senderos donde en cada mal paso las primaveras se vuelven otoños 25-12-2011 Página 47/62
  • 48. Antología de atuel reina de las flores solo si se juntaran las fragancias de todas las flores solo si sus petalos se unieran solo asi quizas se compararian a tu belleza si eres tu la mas hermosa reina de las flores esa eres tu mi primavera 28-12-2011 Página 48/62
  • 49. Antología de atuel acaso eres un ángel? me pregunto si acaso eres un ángel, en verdad? que vagas en el tiempo haciendo en los hombres el amor brotar por que lo digo? o acaso mujer, no eres tu el ángel que enamoro hasta el mismo Benedetti no quieras engañarme he leído sus cartas y te descubro en sus palabras que tu imagen, me dibujan te veo y te siento en cada poema de amor escrito para un ángel como tu dime mujer si acaso Benedetti no se enamoro de ti? 30-12-2011 Página 49/62
  • 50. Antología de atuel Página 50/62
  • 51. Antología de atuel lunita 08 de enero lunita 08 de enero que vienes a enamorar y con tu luz nos iluminas por igual lunita de luz magica esta noche mirandote soplaremos y al dejar tu de brillar haz de cumplir nuestros deseos Página 51/62
  • 52. Antología de atuel si tan solo fueran numeros cuantas veces fueron? las veces que me equivoque contigo? después de que numero se pierde la cuenta? será quizás, proporcional a la cantidad de disculpas? que tendré que pedirte, para que un día me devuelvas al menos el saludo? si tan solo fueran numeros podria restar aquellos infinitos errores declarandote eternamente, mi Amor 28-04-2012 Página 52/62
  • 53. Antología de atuel envasando al vacio nací con tu nombre grabado en el frente de mi vida y al no encontrar tu cariño mi vida se quedo sin sentido como este envase vacio 30-04-2012 y te seguiré buscando en este mundo que se desvanece al son de tu nombre Página 53/62
  • 54. Antología de atuel te amo Recuerdo perfectamente el día que te escribí por primera vez que Te amaba, si bien ya te lo había dicho unas mil veces pero vos aun no te habías enterado, esa vez era especial al apretar el botón, esas 5 letras iban a quedar frente a tus ojos y el solo hecho de imaginar ese momento, me hacia sudar las manos y por dentro sentía como me temblaba el cuerpo, tan solo por apretar un botón para que leas unas letras que te las había dicho durante tantas noches, pero ese momento lo recordare de por vida, aunque sabia que ya lo imaginarias, después de que se me escaparan algunos sentimientos en aquellos primeros mails donde me vi desbordado. Quizás eran los nervios de oficialmente decirte todo lo que sentía por vos en esas 5 letras, era la primera vez que me había enamorado en mi vida y había llegado el momento de firmar, imaginaba el momento en que lo leerías y los nervios explotaban en mi, como olvidarlo, fueron días que me quedaran grabados para siempre, pensaba que respuesta tendría, como para atajarme ante lo peor, imagine frases de las mas variadas, desde como me rechazarías, hasta frases mas esperanzadoras donde pondrías paños fríos a la situación o un poco distancia, quizás me parecía lo mas lógico después de todo ni siquiera nos conocíamos y un loco te manda una carta diciendo que te ama, pensé de todo, al menos las negativas creo que no hubo frase de rechazo que no haya armado entre tanto nervio, creí imaginar todas las respuestas imaginables en este mundo, nada podría sorprenderme, era una manera de evitar lo malo ya que siempre pasa aquello que no pudiste imaginar y te juro que creí tenerlo todo controlado, no podía suceder nada que no haya pasado por mi cabeza... pensé en todas las frases de este mundo y no te deje ninguna para que puedas usar... Pero como un grandísimo idiota, no pude imaginar que ya no volverías a hablarme nunca mas... ...al tiempo me di cuenta y me lo sigo reprochando cada noche desde entonces... como no pude imaginar que ya no volverías a dirigirme la palabra, como se me pudo escapar... Página 54/62
  • 55. Antología de atuel cirugía mayor ya no me queda otra mas que una operación a corazón abierto mas que puedo ya esconder si yo mismo abrí mi pecho y de frente latiendo te deje mi corazón para que vos finalmente le hagas una cirugía mayor Página 55/62
  • 56. Antología de atuel sin sentido cuantos años faltaran para que te des cuenta que te di mi vida en tal caso de que habra servido tantas vidas se pierden sin que nadie las encuentre 18-05-2012 Página 56/62
  • 57. Antología de atuel PARA QUE SEGUIR? MALDIGO EL DIA QUE ME CRUCE CONTIGO Y ME HICISTE SENTIR QUE SIN TI YA NO PODRE VIVIR Página 57/62
  • 58. Antología de atuel el absurdo la vida me puso en esta situación absurda donde paso los años hablando con alguien que al parecer no desea escucharme y quien sabe ya cual es el motivo si jamás existió discusión alguna donde un grito, un enojo, un reproche hubiera sido una bendición al lado de este, el peor de los castigos que alguna vez pueda haber existido esta la condena del silencio eterno que es negarme hasta la ultima mísera palabra es algo que no se lo deseo absolutamente a nadie Página 58/62
  • 59. Antología de atuel Todo fue... Todo fue... como farsa de un destino empecinado en no dejar vivir Página 59/62
  • 60. Antología de atuel burbuja Todo fue... como farsa de un destino empecinado en no dejar vivir Todo fue... una burbuja imaginaria que existió tanto como el brillo en aquel suspiro del aire antes de la inevitable explosión de realidad Página 60/62
  • 61. Antología de atuel amnesia por algún motivo sigo atrapado aquí sin poder salir quizás sin quererlo aunque ya me han echado y deportado al fin sin documentos para que quieres mi identidad que la has dejado contigo si por algún motivo sigo aquí escribiéndote es para que me digas quien soy? Página 61/62
  • 62. Antología de atuel años de distancia se acerca intempestivamente sin desearla busca invadirlo todo como una gran ola a paso lento una tras otra hasta acercarse y cubrir los cielos una vez al año va aflojando hasta los huesos sin desearla se acerca la lejanía Página 62/62