La historia cuenta la experiencia de una estudiante en un curso de inserción que tuvo dificultades para dibujar libros como parte de una actividad. A pesar de los múltiples intentos y la ayuda de los profesores, no podía completar el dibujo. Casi se rinde, pero decidió seguir intentándolo y finalmente logró dibujar los libros después de varios días de esfuerzo. La autora concluye que nunca se debe rendir y hay que luchar por los objetivos.