26. Mi Señor Jesucristo le bendiga… Feliz el hombre que no anduvo en consejo de los malos, ni sigue la senda de los pecadores, ni hace causa común con los que se burlan de Dios. Sino que pone su amor en la palabra de Dios y en ella medita noche y día. Es como un árbol plantado a la orilla de un río y que da su fruto en su tiempo y jamás se marchitan sus hojas y en todo prosperará. No es así con los malvados, que son hojarasca que arrastra el viento. No saldrán libres de cargos, ni tendrán parte en el pueblo de Dios, pues Yahveh mira con agrado y cuidado el camino del justo, mas la senda de los malvados perecerá.