Article Manuel Villoria sobre Transparència i Govern Obert
1. TERRASSA6 Jueves, 22 de agosto de 2013 Diari de Terrassa
MANUEL VILLORIA CATEDRÁTICO DE CIENCIA POLÍTICA Y DE LA ADMINISTRACIÓN
“Los ciudadanos no saben a qué se
destinan los impuestos que pagan”
ManuelVilloria pronunció recientemente una conferencia en Terrassa.
Reflexiones para
una política ética
> Manuel Villoria (Madrid, 1957)
es catedrático de Ciencia Políti-
ca y de la Administración en la
Universidad Rey Juan Carlos de
Madrid y miembro del consejo
de administración de Transpa-
renciaInternacional,unaasocia-
ción sin ánimo de lucro que se
dedica a evaluar las actividades
de instituciones y organismos
públicos. Es autor de varias de-
cenas de publicaciones (además
de libros, colabora con medios
decomunicación)sobrelaadmi-
nistración pública y sobre ética
y política. Antes de iniciar su ca-
rrera como docente pasó por la
administración pública, donde
ha ocupado diferentes puestos
de responsabilidad. Fue miem-
brodelasComisionesdeModer-
nizacióndelaAdministracióndel
Estadoentre1988-1993ydelaCo-
misiónparaelestudioycreación
de la Agencia Estatal de Evalua-
ción de la Calidad de los Servi-
cios y de las Políticas Públicas.
FRASES
“No existen sistemas
serios de control de la
corrupción en la
Administración”
“En España hay más
corrupción de la que se
persigue, pero menos
de la que los españoles
creen”
“El compromiso cívico
de los ciudadanos deja
mucho que desear”
Laura Mangas
s posible gestionar con
transparencia? El catedrá-
tico ManuelVilloria visitó
hace unas semanas Te-
rrassa para participar en
la primera jornada de “Gobiernos
abiertos”, organizada por el Ayunta-
miento, y dar algunas claves de lo que
debería entenderse por gestión trans-
parente en la administración pública.
Diari de Terrassa aprovechó para ha-
blar con él y conocer sus reflexiones
sobre el estado de salud de nuestras
instituciones.
¿Están los ciudadanos informados so-
bre en qué se gastan su dinero las ad-
ministraciones públicas?
Por ahora, no. Los presupuestos son
públicos y aparecen en el Boletín Ofi-
cial del Estado, pero ¿quién entiende
eso? Es imposible entenderlo. Los ciu-
dadanos no saben a qué se destinan
sus impuestos. El Gobierno abierto es
un buen mecanismo para afrontar el
problema y poner los datos de forma
comprensible, abiertos y reutilizables.
¿Cómo se consigue ese fácil acceso y
entendimiento de la información?
Hay mecanismos. Estados Unidos dis-
pone de una plataforma de gobierno
abierto donde los presupuestos se si-
túan de forma tal que puedes obtener
información de acuerdo a múltiples
variables. Por ejemplo, se puede saber
cuánto se gasta un determinado go-
bierno en cooperación internacional.
Técnicamenteexistelaposibilidad¿es,
por tanto, una cuestión de voluntad
política?
Sí.Técnicamente es posible, especial-
mente para las grandes administracio-
nes, pero por ahora no ha habido vo-
luntad política. Empiezan a haber
cambios porque cuando se inician es-
tos ciclos virtuosos nadie se quiere
quedar atrás. Ésa es nuestra experien-
cia. Cuando empezamos a medir la
transparencia de los ayuntamientos
los resultados fueron unos. El segun-
do año muchos mejoraron, y todos
aquellosquedecíanquenoteníanque
dar información a una ONG, los más
corruptos, lógicamente, de repente
vieron que iban quedándose atrás,
que tenían un problema de deslegiti-
mación y que la oposición lo utiliza.
El índice de transparencia es mejora-
ble,peroiniciauncirculovirtuoso,que
sobre todo, influye en instituciones
que dependen tanto del voto popular
y de la legitimidad.
¿Es optimista sobre la Ley de Transpa-
rencia que prepara el Gobierno?
Es un paso adelante. Para que sea un
paso adelante sostenible y sólido e ini-
cie estos círculos virtuosos necesita
mejoras como, por ejemplo, más san-
ciones en caso de incumplimiento. Es
importante que se establezca que si
usted no nos da la información que le
pedimos habrá que asumir responsa-
bilidades, ya sea el jefe del servicio o
quien corresponda, o bien se le abri-
rá un expediente disciplinario. Tam-
bién es necesario intentar reforzar la
independencia de la agencia que va a
controlar el derecho de acceso a la in-
formación, darle competencias para
el impulso de la transparencia. Se tra-
ta de que pueda sacar los colores a los
políticos, que dé información sobre
quién cumple o quién no. No sólo se
trata de sanciones sino también de in-
centivos positivos. La agencia podría
hacer un ranking de transparencia
dentro del Gobierno.
¿Porquécuestatantosaberquéhacen
los gobiernos y por qué lo hacen?
Los gobiernos históricamente han en-
tendido que el secreto es el poder. Esto
se acarrea desde hace siglos, de mo-
delos de gobierno autoritarios y abso-
lutistas.Todo este poso está ahí.Y lue-
go, también influye el hecho de que
los funcionarios de la administración
hemos sido educados para mantener
secretos. Se abrían faltas por no guar-
dar sigilo, con lo que como funciona-
rio tenías incentivos para no dar in-
formación. Ahora, la cosa puede ser
diferente si cambian las normas y te
expedientas justo por lo contrario. Es
todo un sistema de incentivos y desin-
centivos, a parte de unas bases cultu-
rales históricas complicadísimas de
cambiar
¿Ha habido más secretos de la cuenta?
Muchísimo. Todo es secreto. Hay se-
cretos incluso entre compañeros, en-
tre un servicio y otro. El modelo buro-
crático se basaba en que la informa-
ción iba de arriba a abajo, pero no de
forma transversal.
¿Es España un país corrupto?
Comparativamente, no es de los más
corruptos del mundo. De 180 países,
estamos en el 30 de los menos corrup-
tos. España no es un país de corrup-
ción sistémica, no nos equivoquemos.
España tiene ahora bastantes proble-
mas de corrupción política, pero en
general no es una país extraordinaria-
mente corrupto. En el marco de Euro-
pa, si nos centramos en los 15 inicia-
les, en los países más desarrollados, sí
tenemos un problema porque esta-
mos en el puesto número 12 en un
ranking que va de los menos a los más
corruptos. Sólo estamos por delante
de Grecia, Italia y Portugal. Pero es
fundamental entender que España no
puede ser comparada con Grecia o
Italia en corrupción. No es lo mismo.
Hay mucha más corrupción en esos
países. Ahora bien, España debería es-
tar mucho mejor.
¿Dónde radica nuestro problema?
España tiene un problema de corrup-
ción política, mucha en el nivel local,
que ha estado vinculado al urbanis-
mo. Cuando ahora ha pinchado el Ur-
banismo como fuente de financiación
de partidos y de ayuntamientos la co-
rrupción va bajando. En España hay
más corrupción de la que se persigue,
de la que objetivamente conocen los
jueces, pero hay menos corrupción de
lo que los españoles creen. Hay 1.600
casos judicializados en delitos contra
la administración pública. Se detecta
muy poco y se persigue mal.
¿Por qué se persigue poco?
Porque no hay sistemas de detección
serios. En la administración pública
no se investiga sobre este tema. Es un
problema de detección, de tener ins-
trumentos de investigación previos a
las medidas penales y judiciales. Para
empezar, la Fiscalía Anticorrupción
está colapsada, no tiene medios. No
es una cuestión de los jueces. A ellos
les llegan ya los hechos, pero hay que
trabajar la prevención y la detección.
Y no se detecta porque se mira para
otro lado, porque en el ámbito políti-
co, hasta ahora, no ha habido contro-
les. En la mitad de los ayuntamientos
los concejales ni siquiera hacen la de-
claración de bienes.
¿Las listas abiertas en los partidos re-
ducirían la corrupción y mejorarían la
transparencia y la rendición de cuen-
tas?
Es posible. Mejoraría algo, sobre todo
si los ciudadanos ejercen su respon-
sabilidad, pero si no son capaces de
analizar quién se presenta, no sirve
para nada. Creo que las listas deberían
ser abiertas, pero el tema fundamen-
tal es la financiación de los partidos.
¿Este estado de decepción e indigna-
ción con el sistema político es irrever-
sible?
No lo creo. Está muy correlacionado
con la crisis económica. Si no hubie-
se crisis y estuviéramos creciendo los
políticos no serían tanto el problema.
Cuando la gente ve que la economía
va mal, es cuando los políticos apare-
cen como un problema. Cuando más
corrupción había en España es cuan-
do estábamos creciendo, no ahora.
Antes estaba generalizada por todas
partes y en ese momento para los ciu-
dadanos la corrupción no era tan im-
portante. El mayor porcentaje de per-
sonas que definieron que la corrup-
ción era el principal problema del país
se dio en marzo de 2013, que coinci-
de con el 27% de desempleo. Si el de-
sempleo fuera del 6%, ¿la corrupción
sería el problema más importante del
país?
Nuestrocompromisocívicopareceque
deja mucho que desear.
Sí, el compromiso cívico deja mucho
que desear. Hay una parte importan-
tísima de la población a la que no le
interesa la política en absoluto, emi-
ten juicios categóricos y no quieren
implicarse.
Por tanto la indignación como movi-
miento social no cree que lleve a que
cambien las cosas.
Sólosiseconvierteenpartidocapazde
jugar a la política. Como movimiento
social genera presión, pero esa presión
puededesinflarse.Cuandolasituación
económicamejorenosrelajaremosyno
nos importará tanto. La gente debería
asumir conciencia cívica y eso implica
asumir que las cosas no son ideales.
E