Los factores abióticos como la luz, el agua y los nutrientes son importantes para la supervivencia de los organismos. Algunos organismos son más sensibles a los cambios en estos factores, mientras que otros pueden sobrevivir en una variedad más amplia de condiciones. Los organismos se han adaptado a través de la evolución para desarrollar características fisiológicas y morfológicas que les permiten sobrevivir y adaptarse a los factores abióticos.