Este documento describe la Iglesia Medieval en la Edad Media. Explica que la Iglesia era la institución más poderosa y rica, con el Papa como su jefe y Roma como su capital. Detalla que estaba organizada jerárquicamente y dividida en clero secular y regular, siendo los obispos poderosos señores feudales y los monjes viviendo en conventos siguiendo una regla. También habla sobre la lucha entre la Iglesia y los monarcas por el control de la investidura eclesiástica.