El Cubismo rechazó la figuración imitativa de la naturaleza y en su lugar descompuso objetos en sus partes mínimas y planos, los cuales podían ser vistos desde diferentes ángulos. Las formas geométricas como cubos, cilindros y esferas invadieron las composiciones cubistas. Aunque nunca cruzó el umbral de lo abstracto, el Cubismo respetó la forma al traducir las formas de la naturaleza de manera simplificada al lienzo.