2. Uno no se da cuenta, a veces, de lo acertada que fue la elección
de los tres verbos básicos del idioma castellano. Parecen verbos
insignificantes, casi sin trascendencia. Un chico conjuga el verbo
amar en su cuaderno, pero no sabe lo que es el Amor, todavía.
Una profesora dicta el pretérito pluscuamperfecto del verbo temer,
y no se da cuenta del temor que siente. ¿Y quién no ha partido
alguna vez?
3. “Te amo; pero tengo miedo, mejor de-
jémonos de ver.” ¿Cuántas veces los
hombres se han dicho estas palabras?
Uno utiliza todo tipo de artilugios para
deshacerse del temor que provoca el
Amor. Y parte.
4. Es bueno al fin encontrarse con seres
que no cuestionen el temor al Amor,
sino que lo sientan. Y no partan, sino
que enfrenten al temor. Porque en rea-
lidad no se teme al Amor, sino a la fal-
ta de Amor. Se teme al final del Amor.
Pero por las dudas, no se empieza.
5. Esos hábiles intrépidos sedientos de vida, no se paran a pensar
en mañana. Mañana es un día que tiene muy poca importancia.
Mañana no es ni la milésima parte de lo importante que es hoy.
Hoy estamos acá, mañana tal vez dejemos este cuerpo, y enton-
ces no importará lo que hagamos, sólo importa lo que hacemos
hoy. Y hoy es posible amarnos.
6. El amor es fluir constante, nunca se de-
tiene, nunca se desvía, porque lo abar-
ca todo. El Amor no se preocupa del
mañana, porque existe hoy. Tampoco
se preocupa del ayer, porque el ayer es-
tá tan lejos como el mañana. Salvo
para recordar lo aprendido, el ayer debe
ser rápidamente descartado. Los teme-
rosos viven meditando acerca de ayer y
mañana. No se dan cuenta de que ésa
es la mejor manera de no vivir.
7. Hoy, acá, ahora. Eso es lo que im-
porta. Amar hoy, temer hoy, partir
hoy. Eso debería preocuparnos. Si
hoy es hora de amar, amémonos.
Si es hora de temer, temamos. Si es
hora de partir, partamos. Pero hoy.
Ni ayer, ni mañana. Y hablar de fren-
te. Decir lo que se siente, cuando se
lo siente, no unos días o semanas o
años después.
8. “Te quiero mucho”. Hoy, ahora, acá.
“Me encantaría conocerte y que este-
mos juntos.” Hoy, acá, ahora. “Me
gustaría ser algo importante en tu vi-
da.” Ahora, hoy, acá. “Vivamos este
momento que es nuestro.”
9. Si tan sólo los hombres pudieran ha-
blar así. Si pudiéramos decirnos unos
a otros lo que sentimos y disfrutarlo en
ese momento a pleno, yo creo que la
vida sería perfecta. A pleno significa
eso, simplemente. Si estamos hoy con
con alguien, estamos completamente
con esa persona. Todo lo nuestro es
accesible a esa persona. Eso es vivir
el momento, eso es Amar.
10. Mirarse a los ojos y saber lo que pasa. Parece difícil, pero sólo cuando
se ha dejado de lado la posibilidad de hoy. La vida está hecha de mo-
mentos (y recuerdos). Procurar vivir esos momentos con intensión (in-
tensidad) es lo único que vale realmente la pena. Amar hoy, sin pen-
sar en mañana, es la mejor forma de deshacerse del temor y del partir.