2. Son una preparación de antígenos que se
inyectan en el cuerpo y generan una
respuesta de ataque por medio de los
anticuerpos que contribuyen a ponerle fin
a algún virus o bacteria. Una vez que han
sido suministradas en el organismo generan
lo que se conoce por memoria
inmunológica por lo que, en la mayoría de
los casos, vuelven inmune a la persona a
esa enfermedad determinada.
3. Vacunas vivas: La inmunidad
provocada es de larga duración y
muy intensa, parecida a la
originada por la enfermedad
natural. Disminución progresiva de la
cantidad de antígeno necesario
para inducir una respuesta humoral
y otra celular, ambas elevadas.
4. Vacunas atenuadas muertas: La
respuesta inmunitaria es menos intensa
y duradera y fundamentalmente , de
tipo humoral.
Se necesitan varias dosis para la primo
vacunación y para mantener un nivel
adecuado de anticuerpos séricos.
5. Vacunas con toxoides: Se obtienen a
partir de las toxinas bacterianas, como
las producidas por clostridium tetani y el
bacilo diftérico corynebacterium
diphtheriae, causantes del tétano y de
la difteria, respectivamente.
6. Gracias a las vacunas, se han podido
erradicar muchas enfermedades infecciosas
que años atrás producían grandes epidemias
y muertes, como por ejemplo la viruela. En el
caso de otras enfermedades, como el
sarampión o la poliomielitis, aunque no se ha
conseguido erradicarlas del todo se ha
reducido mucho el número de casos.
Si no vacunásemos, estas enfermedades
podrían volver a extenderse entre la
población.
7. Si no nos vacunamos y en alguna ocasión
tenemos contacto con el microorganismo
causante de la infección, podemos
padecer la enfermedad. Algunas de estas
enfermedades pueden producir secuelas
importantes o incluso la muerte.
Además, en caso de padecer la
enfermedad, podemos transmitirla a otras
personas y ocasionar un brote epidémico
8. Algunas vacunas están hechas a partir de
microorganismos muertos o a partir de
fragmentos o productos del microorganismo,
como por ejemplo la vacuna contra el tétanos
o contra hepatitis B.
Otras vacunas pueden estar hechas a partir de
gérmenes vivos pero que han sido atenuados y
que por lo tanto no tienen suficiente fuerza
para producir la enfermedad, pero sí la
suficiente para activar nuestro sistema
inmunitario. Es el caso por ejemplo, de la
vacuna triple vírica.
9. Las vacunas son medicamentos muy
seguros. Aún así, algunas personas
pueden experimentar algún efecto
secundario, en general leve y
transitorio, como puede ser fiebre,
inflamación, enrojecimiento o dolor en
la zona de la inyección. Les reacciones
alérgicas a les vacunas o otros efectos
secundarios graves son muy raros y
aparecen en ocasiones contadas.
10. ¿Cómo tenemos que conservar las vacunas?
Es muy importante que conservemos adecuadamente las
vacunas, ya que en caso contrario pueden perder su
efectividad.
La mayoría de vacunas se conservan en la nevera, ya
que tienen que estar a una temperatura de 2ºC i 8ºC.
Cuando adquirimos una vacuna en la farmacia para que
nos la administren posteriormente en el centro de salud,
tenemos que procurar tenerla el mínimo tiempo posible
fuera de la nevera y, si es posible, mantenerla refrigerada
durante el trayecto.
Algunas vacunas también se deben proteger de la luz,
por esto es recomendable no sacarlas nunca de su
envase.
También nos tenemos que fijar bien en la data de
caducidad ya que acostumbra a ser bastante corta.
11. “ es necesario que nos vacunemos
aunque sea una vez al año para así
evitar alguna enfermedad “