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CRÓNICAS DEL DUETO
CUADERNOS DE
MEDICINA PSICOSOMÁTICA Y PSIQUIATRÍA DE ENLACE
C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201268
EL DUETO: paseo por los almacenes de la memoria
LAS RAÍCES DE LA PASIÓN. ENTREVISTA CON EL DR. SANTIAGO DEXEUS
INTRODUCCIÓN
Una pasión por la vida, por la Medicina (así, en mayúsculas), por la cultura, por la sociedad civil de su
ciudad y de su país, por el compromiso social no puede ser más que el resultado de un temperamento mar-
cado por la fantasía, la curiosidad impenitente y la ilusión. Así es Santiago Dexeus. Dotado de una in-
teligencia astuta y sorprendente arropada en el fuego sagrado de las palabras que el personaje domina con
maestría, Dexeus sorprende al interlocutor al que sabiamente da ventaja inicial para luego envolverle en un
auténtico torrente verbal plagado de ideas que acostumbran a resbalar por las piedras de la lucidez. Listísimo,
cuando percibe tu incertidumbre la neutraliza con una rápida maniobra de aproximación cálida, incitándote a
entrar en su mundo, en el que te muestras dispuesto a acompañarlo absolutamente entregado a su gentileza,
una gracia especial que forma parte de su piel, de sus orígenes, de su genética y de sus ancestros.
Conocí personalmente a Santiago Dexeus hace 38 años y curiosamente no fue en Barcelona –nuestros
caminos eran paralelos pero no habían confluido aún– sino en Granada y fue –¡bendita sea!– gracias a la
SEMP y a un rocambolesco Congreso –organizado con honestidad y valentía por el Prof. Salvatierra–
dedicado a la Sexualidad y a la Medicina, convenientemente prohibido por un franquismo aún rampante
(era ministro de Gobernación, D. Carlos Arias Navarro). Santiago venía a explicarnos la relación entre el
control de la natalidad y la sexología. Dos años más tarde se celebró en Lloret de Mar y fruto del evento
fue una deliciosa monografía, la primera en español dedicada a la “Sexualidad en la Práctica Clínica”.
Como tantos, me sentí fascinado por sus virtudes y dispuesto a entender sus posibles defectos o sea –que
sin casi yo notarlo, y menos él– le entregué una posible (pre) amistad más o menos incondicional. Com-
partimos –seguimos en ello– aficiones, objetivos y emociones. A los dos nos importa tanto la ilusión
como la lealtad, quizá por ello, los dos somos a veces excesivos en nuestros sentimientos y arrebatos. El
adora l’Empordà y yo he nacido en el y si bien podemos sentirnos atraídos por la inclemente tramontana
responsable de la exacta geometría del paisaje que nos hechiza, en el fondo nos gustaría que se nos identi-
ficara con el gregal, el viento noble, franco y responsable de la luz gloriosa de las mañanas de estío. Nos
pierde una cierta ingenuidad en los compromisos hacía las personas a las que nos mueven afectos, lo que
nos ha dado –y nos seguirá dando– más de un disgusto. Y si bien él es más realista y menos dado –como
un servidor y Uds. perdonen que les hable de mi– al tibio remolino de las nostalgias y los sueños, es
mucho más lo que nos une, que lo que nos separa.
Con estos antecedentes, se comprende que no dudase en aceptar la generosa oferta de él y su hermano
(José Mª. Dexeus –un gigante visionario y benévolo, sin el que hubiera sido muy difícil botar la sólida
nave que ha sido el Instituto Universitario Dexeus (IUD)– de dirigir la Psiquiatría-Psicología y la Psi-
cosomática en la institución. Un reto atractivo ya que el Instituto había pasado de ser una estructura que
giraba alrededor del potente Departamento de Obstetricia y Ginecología, para convertirlo en una entidad
hospitalaria global. Tuve el honor de compartirlo con grandes profesionales, liderados por la humanidad y
el temple de los Dexeus que nunca cortaron las alas de nuestros proyectos y nos ayudaron a abrir ventanas
en algunos cielos encerrados; siempre con la prudencia necesaria (el “seny”, tan catalán él), pero sin per-
mitir la caricatura de esta cordura como lo sería el espíritu de limitación o de claudicación. Querían unos
hombres y mujeres que fueran la interacción del entusiasmo y de la frialdad que permite el control, que
equilibraran la pasión con la discreción inteligente, la voluntad y la cautela, la audacia y la contención. Y
así fuimos creciendo, con un modelo extremadamente original en nuestro ámbito, en el que convergen las
libertades y limitaciones de lo privado, y la conexión con la docencia universitaria y la enseñanza MIR y
postgrado. Un modelo difícil de reproducir si no te sumerges en unos valores muy específicos que algu-
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nos han intitulado “el espíritu Dexeus” y que ha pasado por una serie de ondulaciones, salvadas por la
cohesión que emanaba del dúo Dexeus, que conseguían transmitirlo con un halo hecho de intención y
método, de cordialidad y tolerancia, desplazado por un motor nutrido de esperanza. Nunca enterraron nues-
tras palabras en la arena del tiempo, sino que las hicieron suyas.
Los Dexeus (y sobretodo Santiago) eran unos entusiastas del modelo de la Psicosomática y unos con-
vencidos de la necesidad de potenciar los lazos de comunicación que adivinaban –ellos siempre pioneros–
que se iban perdiendo por el camino de la tecnología monomorfa. Potenciaron la interconsulta y los pro-
gramas de enlace y nos animaron a fundar Cuadernos y a participar en programas de investigación y
docencia, en los que su equipo ha colaborado con empeño y rigor contribuyendo a crear una línea de
investigación potente en Salud de la Mujer y en Psiquiatría de Enlace. Aún me impacta la ilusión que le
hizo el que IUD fuera la única entidad privada que fue aceptada para colaborar en el Proyecto Europeo de
Calidad Asistencial en P.E. o que participase activamente en la Red Española de Psiquiatría de Enlace y
Psicosomática (la famosa REPEP). Y ellos fueron, quienes en los albores de los 90, nos animaron a crear
uno de los pioneros Departamentos de Neurociencias que hubo en España. ¡Como no nos íbamos a sentir
bien con un terreno tan reforzante!. Contemplativos y agitados, quiméricos y pragmáticos, así eran los
Dexeus, así nos querían a nosotros y así se creó una estela irrepetible, plasmada en una obra ingente no
solamente a nivel profesional, sino en un empeño social en el cual Santiago hizo suya la bandera de la
contribución a la libertad de la mujer, él que las conocía en sus miedos, en sus gozos y en sus sombras.
Compartió con estas mujeres la miseria moral de unos tiempos tristes, con un astro apagado que envol-
vían una historia de formas simétricas. Divulgador excelente, aprovechó esta cualidad para transmitir
–tanto en los libros como en los medios– las buenas nuevas científicas para las mujeres, que les ayuda-
rían a liberarse, regalándoles nuevos colores que han llenado los vacíos del desconocimiento y la desconsi-
deración, dando alas a su voz, iluminando las nieblas de su vida. Anticoncepción, menopausia, la senec-
tud, la reproducción asistida, son algunos de los títulos que jalonan una vida puesta al servicio de quien es
el paradigma de su especialidad: la mujer. Tengo para mí que Dexeus no es más que un miembro aventa-
jado de esta cofradía de bienaventurados que hacen de la voluntad de servicio y la solidaridad con los que
sufren un paradigma vital que es más evidente en una profesión como la nuestra. Toro también nos dio
esta impresión, y así lo dijimos, y aunque los dos personajes tengan matices diferenciales, les une el
anclaje a un puerto al que se llega si se cree firmemente que el mundo debe continuar teniendo alma, lo
que es más necesario en un entorno tan lleno de desafecciones sociales y morales.
La historia la hacen personalidades peculiares pero también los que son partidarios del trabajo hecho
con discreción, esfuerzo, perseverancia y autoexigencia. Muchas de estas cualidades las poseen los cuatro
entrevistados que han conformado esta primera parte en la que nos hemos sumergido en la lealtad de sus
recuerdos pero sobretodo en un juego de intercambios verbales, ágiles y brillantes donde se han mezclado
afecto, ironía y como muy bien parafrasea Enric Tomás en su presentación del personaje Dexeus, la
voluntad de ser y resistir. Tozudos y tenaces, nos entregaron el testimonio de sus recuerdos y proyectos,
marcados por los temores y las esperanzas, pero sobretodo por la firme disposición de entregarnos una
historia mejor de la que encontraron, un terreno en el que fuera más fácil discurrir por el camino de la
ciencia, que ellos contribuyeron a desarrollar en un país que no se lo puso cómodo.
Uno de los mejores regalos que me hizo Santiago es invitarme a acompañarle en la eclosión de un
libro que ejemplificó la confluencia que los dos siempre habíamos querido: el cuerpo y la mente hechos
uno sólo a través del ejemplo –no podía ser de otra forma viniendo de él la idea– de la mujer: y así lo
titulamos: “La mujer: su cuerpo y su mente”. Al terminarlo, teníamos la clara sensación de que en las
300 páginas que compartimos, habíamos plasmado lo que considerábamos que era el paradigma de la inte-
racción entre ginecólogos-obstetras y psiquiatras-psicólogos; un escenario marcado por intensos factores
emocionales que enmarcaban casi todos los tópicos que conforman el espacio obstétrico-ginecológico:
Depresiones puerperales, Aborto, Reproducción Asistida, estrés específico en mujeres, sexualidad alterada,
dolores vulvodínicos y pélvicos, y tantos otros con una repercusión psicosocial indiscutible.
Las circunstancias –tristes para muchos– hicieron que Santiago Dexeus emprendiera otros caminos
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que le han apartado de la matriz que el fundó o refundó, porque ya su padre como nos explica en la entre-
vista, había marcado los horizontes por los que muchos hemos tenido la suerte de viajar. Pero sea como
sea, lo que importa es que cuando hago recuento de las bellas –pero también amargas– imágenes que
hemos vivido juntos, de los misterios que se nos han revelado, de los proyectos que hemos compartido o
de las ideas que simplemente hemos imaginado, uno descubre que lo mejor que se puede decir de Santiago
Dexeus es que continuar es la mejor perspectiva. Y en ello estamos.
J.Mª. Farré (JMF)
VOLUNTAD DE SER Y RESISTIR
En muchos aspectos profesionales, el Dr. Santiago Dexeus es un gozne. Desde hace años, a esas
persona capaces de abrir desde su profesión a otras disciplinas se las llama “referentes”. Creemos
que es más preciso trasladar, a esta manera de trabajar, el concepto de gozne, de bisagra. El Dr.
Dexeus desde su experiencia como ginecólogo ha abierto a la sociedad lo que ha escuchado, y escu-
cha, en sus consultas: las quejas, ansiedades y problemas de las mujeres. Embrida con sus explica-
ciones, comentarios y libros al machismo profundo y realmente existente en nuestro país. Gozne
entre su labor ginecológica y la psiquiatría como nos recuerda Farré; también lo fue en el
momento en que dedujo que el cuerpo humano tiene un único propietario: el que vive en él. Por
tanto, el de la mujer no es apéndice ni propiedad de nadie. El derecho a la contracepción es la plas-
mación de todo eso.
Tiene en su haber otra bisagra: la fecundación in vitro, fruto de otra de las acepciones cuando
hablamos del Dr. Dexeus y su capacidad investigadora. En su actividad profesional se puede pal-
par el avance en la libertad de la mujer al reivindicar para ellas que sólo a ellas su cuerpo les per-
tenece y por tanto su libertad para tener hijos.
Enric Tomás Guix (ETG)
(E.T.G.) “Mi abuelo, Josep Dexeus Bové, era médico municipal, a finales del siglo XIX en
Barcelona.” Así nos dio la primera noticia de la saga de los Dexeus, el Dr. Santiago Dexeus Trias de
Bes en un despacho de la Clínica Les Tres Torres, en ese otoño lento, de manga corta.
(S.D.) Pero lo relevante de mi abuelo, por su trascendencia posterior, era su origen muy humilde.
Humildad que fue recogida, y aplicada por mi padre. Humildad en el sentido del deber, del trabajo. Mi
abuelo era un hombre, además cumplidor. Puntual, a la décima de segundo. Su nieto, no le hace ese
honor: llego, siempre, a mi hora. (Risas). Otra característica de mi abuelo y de mi padre que le ha tras-
cendido: no creemos en esa Cataluña pequeña. Mi abuelo vivió la Renaixença, en la que Cataluña hir-
vió tras la pujanza industrial: liberalismo en lo político, modernismo arquitectónico, higienismo en
cuanto a la salud; en fin la creación de los primeros sanatorios. Pero él nunca creyó que el mundo
comenzara o se acabara en Cataluña, quizá por eso sus hijos, estudiaron en el Liceo Francés. Y mi
padre, por empeño de mi abuelo, estudió también alemán, que junto con el francés eran las lenguas
potentes, intelectualmente hablando en la Europa Continental de entreguerras. Por todo lo dicho mi
padre era una persona liberal y republicana.
(E.T.G.) Aparte de hablar francés y alemán, su padre ¿tuvo algún contacto como estudiante con
alguna de esas culturas?
(S.D.) Sí. En los años 30 del siglo pasado, mi padre completó estudios médicos en la universidad
alemana de Heidelberg, con todo al volver a España, de hecho, no tenía ninguna especialidad médica,
pero tenía a un gran amigo el Dr. Roig i Raventós, quién le recomendó que se especializara en
Ginecología, que empezaba a tomar cuerpo como especialidad. Jugó con ventaja. Desde Alemania lle-
gaban los primeros tratados de esa especialidad, que empezaba a tomar forma como disciplina indepen-
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diente dentro de la medicina. Y, efectivamente, mi padre trabajó en ella, aunque, insisto aún no lo era.
Su honestidad científica le hizo devenir un “maestro” en Ginecología. Así, mediados los años cincuenta,
fue invitado a un congreso médico en Granada para hablar de su especialidad. Un hecho raro. En aque-
llos tiempos eran los catedráticos de Madrid y Barcelona los que copaban las conferencias o ponencias
en ese tipo de congresos. Habló de su experiencia como director de La Maternidad de Barcelona y más
concretamente sobre “La influencia del criterio obstétrico sobre la morbilidad y mortalidad fetal”...
(J.M.F.) Cuando tu padre llega a director de La Maternitat, ¿de que tipo de institución estamos
hablando?
(S.D.) Mi padre fue director de La Maternitat 25 o 30 años. Se creó antes de la Guerra Civil, pen-
sada, sobretodo, para madres solteras y siguiendo el modelo higienista inglés. Esa es la razón de que,
entre sus instalaciones, contase con una pista de tenis para que los médicos que asistían a los partos
tuvieran instalaciones donde relajarse, a la vez que hacían deporte. El pabellón Rosa, el dedicado espe-
cíficamente a las madres solteras, hoy día lo ocupa la Consellería de Sanitat de las Generalitat de
Catalunya.
(E.T.G.) La elección de carrera para usted debió ser fácil... o facilísima, no?
(S.D.) No, no. No me acompañó mi padre a matricularme, ¡qué va!. Fue un psiquiatra el que me
convenció para entrar en Medicina, Josep Llusà amigo mío de toda la vida. Estaba dudando entrar en
la Facultad de Derecho o en Medicina. Tengo hermanos mayores, el mayor abogado y el otro médico,
once años mayor que yo. Claro que no puedo negar el peso de la personalidad de mi padre. En los años
40 y 50 del siglo pasado el padre era, en latín, una “auctoritas”. Era de una rigidez pasmosa. Ya saben
la frase habitual de esas personalidades: “O eres el primero en todo, o...”. Eso crea una tensión impor-
tante y te obliga.
(E.T.G.)...una fotografía en blanco y negro de su padre, que hay que acercarse a ella para no
confundirla con un cuadro, situada en la parte derecha del dintel que da entrada al despacho de la
consulta de Santiago Dexeus, quizá sea más que un recuerdo...
(S.D.) Con Josep Llusà, el que me impulsó a entrar en Medicina, nos hicimos íntimos amigos en el
colegio de los Jesuitas de Sarrià (Barcelona) y él sí lo tenía claro de entrar en dicha Facultad. Mis
dudas se resolvieron en una cena, en la que, además de mi amigo, estuvieron mis dos hermanos mayo-
res, el abogado, Joan y el médico, Josep Mª. Dexeus. Este, el médico, que era un visionario, me empezó
a convencer diciéndome que podríamos hacer equipo, que nos lo pasaríamos muy bien ejerciendo juntos
la profesión, etc., y el abogado, que ya se ganaba la vida mucho mejor que el hermano médico, en cam-
bió, fue muy claro respecto a su profesión: que era un oficio muy borroso, y en ocasiones deleznable,
que no contase en trabajar con él, que lo mejor era hacer oposiciones para notario o registrador de la
propiedad... miren si tengo presente esta cena que me acuerdo del nombre del restaurante donde cena-
mos, se llamaba “La Barra de Oro”. Total que me matriculé en Medicina. Inicié la carrera en el curso
de 1952-53.
(J.M.F.) A los anteriores protagonistas del Dueto, los doctores Bayés, Toro y Lobo, les pregunta-
mos sobre la universidad que vivieron, los catedráticos o profesores que dejaron rastro en su aprendi-
zaje. Te trasladamos la pregunta.
(S.D.) Mira de todos los cátedros y profesores, salvaría, por ser los mejores, a tres: Joaquim Tornos,
que más tarde seria presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, Pere Piulachs y Xavier Vilanova.
De aquel tiempo recuerdo dos detalles. Uno, todos los profesores y aún más los que pretendían ser cáte-
dros, su primer “trabajo” era enviar a la “superioridad” una carta de adhesión al Movimiento. Dos, en
el aula que ocupaba el cátedro de Microbiología había, en primera fila una silla, pintada de color negro
con el escudo de la Falange y con la expresión –que siempre gritaban– de aquel partido único al refe-
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rirse a su fundador: ¡Presente!. Y en la carrera había que estudiar religión (católica) y Formación del
Espíritu Nacional. Cuando lo piensas y miras al presente (¡sin gritarlo!), la actual situación política de
nuestro país te parece un milagro. Es que los de mi generación, valga el paralelismo, casi, casi, íbamos
por el camino de que nos impusieron una especie de burca en todos los aspectos de la vida...
(J.M.F.) De los tres que has mencionado, ninguno era de tu especialidad...
(S.D.) Mi especialidad, como otros tantos colegas, la hice fuera de la Facultad. En aquel tiempo
todo se centraba en estudiar, aprobar las asignaturas, con la esperanza de que algún día, alguna cosa
nos enseñarían. Y lo habitual era que no te enseñaran nada, porque no había prácticas en ninguna asig-
natura. Las prácticas, por tanto el aprendizaje de tu especialidad, la iniciabas en escuelas profesionales,
fundadas por catedráticos o médicos prestigiosos.
(J.M.F.) Algo parecido hice yo con la Escuela Profesional de Psiquiatría que dirigieron, primero
Sarró y luego Obiols.
(E.T.G.) A sus 76 años puede presumir, no lo hace, de una indeterminada edad. Nos recibe con
el casco de motorista en la mano y con una elegancia inmanente que el azar, o los dioses, reparten
entre los mortales. El despacho es acogedor, pero su voz aún más. Habla con pausa: todo su verbo,
se le nota, pasa por el tamiz de su experiencia. Hay que reconocerlo: te gana por la palabra.
(S.D.) Mi padre que en la Maternitat tenía una de esas escuelas, tenía otro método. A los titulados que
querían entrar les hacía pasar por un curso preliminar y a lo largo de él seleccionaba a los que a su
entender eran los mejores. En su escuela mi padre aceptaba solo a 6 internos. La comida, muy justa, y ni
tan solo había cama para todos. Hacia un frío horroroso, con unas primitivas estufas que de poco servían.
(J.M.F.) Por tanto tus estudios de especialidad los inicias con tu padre, y con tu hermano mayor.
(S.D.) Mi hermano Josep M., ya ayudaba a mi padre, y en los años sesenta le nombraron director de
la Maternitat Municipal, que acogía a las madres solteras pero sólo las de Barcelona ciudad, mientras
que la que dirigía mi padre era provincial. La Maternitat Municipal estaba situada en un precioso edifi-
cio modernista en La Gran Vía. Al cabo de los años, en los sesenta, con mi hermano fundé el Institut
Dexeus en la Avenida Bonanova.
(J.M.F.) Pero antes de fundar el Institut, después de pasar por la Maternitat, estudias en diversos
centros hospitalarios europeos: Manchester, Ginebra y Florencia.
(S.D.) Mi padre me dejó muy claro que mi formación como especialista estaba más allá de la
Maternitat, y de los Pirineos. Conseguí una beca de la banca March. El expediente que presenté para
conseguirla era bueno: todo eran Matrículas de Honor excepto en religión y una anatomía que suspendí
con un cátedro que se llamaba Taure (Farré sonríe: “creo que la hemos suspendido todos con ese”,
afirma). Tenía 25 años, recién casado.
En Manchester, en 1961 con mi esposa, estuve muy poco tiempo porque el Dr. G. Langley, un anato-
mopatólogo muy prestigioso, había perdido una pierna en el desembarco de Normandía durante la Se-
gunda Guerra Mundial, pero resbaló y se rompió su único fémur. En los años sesenta del siglo pasado
este traumatismo eran seis meses de convalecencia. Al ser becario entendieron que yo quisiera mar-
charme porque no podía esperar. Me fui a Ginebra y me familiaricé con el Colposcopio. Con esa expe-
riencia publiqué mi primer libro sobre este aparato, junto con un médico francés, Profesor Coupez, y
luego se tradujo al inglés (1977). Es importante aclarar que esa tecnología, alemana, era conocida en
Francia, Italia e incluso en Grecia, pero no en Inglaterra, porque al poco de inventarse y demostrar su
utilidad ginecológica, estalló la II Guerra Mundial.
Mi estancia en Florencia, se debe a que obtuve una ampliación de la beca March. Estuve de resi-
dente en la Policlínica de Firenze con uno de los dos cirujanos más reconocidos en la Europa (Dr.
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Ingiulla). En la sesión clínica, observé que lo habitual en los residentes era siempre dar por bueno lo
que decía y aconsejaba el catedrático. Ocurrió que en un parto de una señora obesa optaron por la
cesárea y yo se lo cuestioné explicándole que mi práctica clínica era hacerlo con fórceps, precisamente
por la obesidad de la paciente. No le gustó en absoluto. La próxima partera de esas características la
atenderá Vd., me dijo, y así fue. Atendí el parto de una mujer que pesaba unos 90 kilos con esa técnica
aprendida de mi padre que como he dicho la usaba en contadas ocasiones. Era un gran cirujano y ade-
más muy listo; me lo demostró en una operación de la esposa de un colega que, según él, tenía un tumor
en un ovario; yo aquel día le ayudaba. La abre y no apareció el tumor. En los años sesenta no existía la
ecografía. Empieza a palpar y se da cuenta que, efectivamente, había un tumor, pero en el riñón. Como
buen italiano hizo las exclamaciones al uso. Con toda tranquilidad accedió al riñón, cortó el tumor can-
ceroso y de esta forma espectacular, resolvió el problema.
(J.M.F.) Al volver a España, ¿hiciste el doctorado?
(S.D.) Mi tesis versó sobre la discariosis, una alteración celular que demostré que no era cierta, mejor
dicho, que no existía. Me la dirigía el Dr. Sánchez Lucas, catedrático de Anatomía Patológica y Decano
que me expulsó, en 1964, de su Servició al saber que había dado una conferencia sobre anticonceptivos.
(J.M.F.) Santiago, ¿cual es tu memoria de la dictadura y tu compromiso cívico contra ella?
(S.D.) Mi padre, que era liberal y republicano, tras la Guerra Civil que como tantos otros la vivió
con un miedo atroz, era un hombre del régimen... pero durante la II Guerra Mundial fue aliadófilo con-
vencido, por eso las crónicas de Augusto Assía –el corresponsal de La Vanguardia en Londres, distin-
guido por sus crónicas criticas con los nazis– eran de obligada lectura en mi casa. Mi padre y muchos
amigos suyos, lo que mostraban, en privado, era un enorme desprecio hacia el dictador.
En cuanto a mi compromiso cívico y la particular conciencia sobre el universo de la mujer, se lo debo
a mi primera esposa y compañera de carrera, a Charo García-Verde, una mujer rompedora de la que me
enamoré, que se especializó en psiquiatría y también de la actitud de su familia, de su padre D. Gabriel
García Marco, madrileño como el resto de la familia, que era Magistrado Presidente de la Audiencia
Provincial de Barcelona y, aunque no lo decía, siempre entendí que era muy consciente en que régimen
vivíamos. Ahora podría entenderse como un detalle sin importancia. Respetaba su trabajo y el de los
demás, por eso era extremadamente puntual y reprendía a quien no lo respetaba, a los abogados por
ejemplo. También respetaba la opinión de los demás, sobre todo si venía de los foros universitarios. Un
hombre justo. Y, curiosamente, enseguida me sentí muy cómodo entre ellos: una familia madrileña, de
funcionario, anclada en la Barcelona de los años 60, pero familiarmente más cálida, menos competitiva.
(E.T.G.) Ese cambio de paradigma respecto de las mujeres: de esposa y esposada al marido en
todo y por todo, a ser, naturalmente, libre y responsable de su cuerpo, ese cambio, ¿qué historia tiene?
(S.D.) Mire, pensando, reflexionando...respetando. También tuvo su peso la convivencia con mis
cinco compañeras de carrera, que procedían de la clase media barcelonesa y unas cuantas lecturas,
Simone de Beaovoir, Margaret Mead, y... Ahora bien, que quede claro que en aquellos años, inicios de
los sesenta, ser progresista... tan solo con no hacer el saluda fascista, ya lo eras. Por tanto, como siem-
pre, fue a partir de la práctica, en este caso mi trabajo como ginecólogo que tomé ese camino y me
opuse a lo que era habitual en aquella época. Toni Gutiérrez Díaz, médico y con los años Secretario
General del PSUC me lo dejó bien claro después de decirle yo que prefería estudiar anatomía que a
Marx o a Engels, del que no entendía nada. “Mira, Santiago mejor que seas un buen médico, y serás
socialmente muy útil, que no un mal comunista”.
(J.M.F.) Esta actitud no solamente explica toda una forma de expresarse en tu praxis médica, sino
también un compromiso con las mujeres, no solamente para desgranar los misterios de su cuerpo,
sino también, para liberarla de los tópicos y equívocos que han acompañado en el largo devenir hacia
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la libertad femenina, que desde hacia decenios marcaron la valoración psicosocial de la mujer, con
argumentos pesimistas y acientíficos por el exceso de un naturalismo explicativo.
En este sentido, tanto a ti como a mi, nos hacían mucha gracia, no exento de cierta ternura, las opi-
niones de un Presidente –yo no recuerdo su nombre y por tus gestos, creo que tu tampoco– de la
American Gynecological Society, quien argumentaba así sobre la fragilidad femenina:“la vida de una
mujer joven es arrastrada e inutilizada para siempre por las olas y los rompientes; si logra sortear-
los sin sufrir daño y no se hace pedazos contra la roca del parto, todavía puede embarrancar en los
recurrentes bajíos de la menstruación y, finalmente, en la barra final de la menopausia antes de
encontrar refugio en las mansas aguas del puerto, fuera de la alcance de las tempestades sexuales”.
(S.D.) Tal como estaban las cosas en 1900, algo de razón tenía; sobretodo, en los que se refiere a la
muerte por parto en aquellos momentos. El correcto control de la gestación y el parto, por la evolución
de la obstetricia, y los progresivos avances en el diagnóstico de embarazos de riesgo y control fetal, han
disminuido el porcentaje de mortalidad fetal, de un 4 por mil, en los años 50, 5-20 por 100.000, y aún
descenderán más en el futuro.
(E.T.G.)...pero en el Tercer Mundo no es lo mismo...
(S.D.) Según estadísticas de la OMS, el 95% de la mortalidad fetal y el 99% de las muertes mater-
nas, se producen en los países subdesarrollados, en los que no existe sofisticación alguna en la atención
al parto, pues el 94% de las mujeres que viven en estos países no reciben atención médica alguna. La
asistencia de la embarazada y de la parturienta en las maternidades de países con avanzados sistemas
sanitarios, cuenta con una excelente consulta prenatal en la que se contempla, no sólo la salud de la
gestante, sino también el bienestar del feto.
(E.T.G.) De hecho Vd. no parece sentirse tranquilo con ese tema. Según la lista adjunta, solo o
acompañado, publica libros específicos sobre el parto, en 1973, vuelve a la carga en el 89 y en 1994,
conjuntamente con este señor que me acompaña...
(S.D.) No se puede bajar la guardia y menos con los excesos naturalistas que nos inundan. También
me sorprendía en la consulta el miedo que tenían las mujeres frente a los misterios de su propio cuerpo
y, por tanto, de su propia mente. De ahí el título del libro que escribí con Farré, “La mujer su cuerpo y
su mente”, en 1994. Hay miedos evitables, miedos inútiles no siempre fruto de la ignorancia, sino tam-
bién de la forma de ser de algunas mujeres. Toda mi vida he luchado para acallar estos miedos
(J.M.F.) En este libro hablando de la contracepción, das unos datos sorprendentes. 1/ Desde 1964,
en plena dictadura y con una política oficial, natalista, ésta empieza a bajar, con el añadido del poco o
nulo conocimiento de los métodos contraceptivos, tanto en el ámbito médico y no digamos de la socie-
dad. 2/ En 1977 tu, intervienes activamente un primer curso sobre Planificación Familiar en el
Hospital General de Valencia y no es hasta 1983, ya en democracia, que no se liberalizan tanto los
fármacos como otros medios de contracepción. Pero lo cierto es que antes de 1977 ya había algunos
especialistas que daban información...
(S.D.) Éramos muy pocos, en los años 60 y 70. De hecho había tres tipos de ginecólogos. Los que casi
insultaban a la mujer que le pedía algún método anticonceptivo; muchos farmacéuticos hacían lo mismo;
otros que en la Seguridad Social les decían a las pacientes, “aquí no lo puedo hacer, venga a mi consulta
privada” y una minoría, que, en caso de que nos lo pidieran les dábamos los consejos o las recetas que
podíamos dar. En Valencia, efectivamente, en el Hospital General había un grupo muy activo de médicos
con los que yo colaboraba, de ahí ese primer curso. En todo caso, ya en el Clínico había un pequeño
grupo, con la Dra. Villatoro y el Dr. Iglesias-Cortit, y conjuntamente empujábamos en esa dirección.
(J.M.F.) Paralelamente, y llevados por una sinergia entre los dos grupos, en Psiquiatría del Clínico
–bajo la advocación de Massana y con el apoyo del Prof. Obiols– se organizaron las primeras consul-
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tas sexológicas en el ámbito hospitalario. Era el año 1972 y aprovechamos las derivaciones de
Villatoro o Iglésias y el inicio paralelo de la Terapia de Conducta y los modelos psicosomáticos, que
llamábamos costicoviscerales, bajo el influjo del Colodrón. Es curioso, las consultas sexológicas pio-
neras en la España franquista fueron mujeres. Desde octubre del 72 a octubre de 77, en estos cinco
años, visitamos un total de 675 disfunciones sexuales. En las pacientes en edad fértil, un 36,2% utilizó
anticonceptivos orales y el 19,5% aún acudía al coitus interruptus por encima del Ogino, (3,5%) y el
preservativo (10,8%).
(J.M.F.) La contracepción no se despenaliza hasta finales del siglo pasado, en 1977...
(S.D.) El artículo del Código Penal era muy sutil. No prohibía su uso, con lo cual la dictadura que-
daba bien antes los organismos internacionales, la OMS sobretodo, pero taxativamente prohibía su
publicidad, pública o privada,... y ¡se podía hacer muy poco!. En España, la completa liberalización de
las prácticas anticonceptivas no se obtuvo ¡hasta...1983! Trascurridos 10 años, el debate de la contra-
cepción parece hoy tema obsoleto y sin embargo, puede observarse un incremento de madres de más de
35 años. Por lo tanto es lógico, que durante muchos años se deba recurrir a métodos contraceptivos
hasta que el individuo, o la pareja, se hallan en suposición de formar un a familia.
(E.T.G.) Tengo una anécdota muy sabrosa al respecto; se la debemos a Rosa Ferrer de Dios, una
enfermera con muchos años de oficio docente que nos lo ha recordado. En 1974, Vd. debía impar-
tir una conferencia en el centro docente para enfermería de Santa Madrona, en Barcelona, con el
título “Métodos Anticonceptivos”; fue prohibida por la autoridad “competente”. Al cabo de 10
días cambiando sólo el título de la conferencia (“La Paternidad responsable”) no hubo problema.
Es más, según nuestra informante fue muy aplaudido por los policías de la “secreta”, presentes en
ella, hasta el punto que, si lo recuerda, le pidieron consejo...
(S.D.) En el mismo año, con motivo de la Conferencia Mundial sobre Población, celebraba en
Bucarest, se introdujo la matización entre parejas y personas, especificándose que “tienen el Derecho
Humano para decidir libre y responsablemente el número y espaciamiento de sus hijos”. Otro aspecto
importante de la citada conferencia, es la declaración pública de la igualdad social de la mujer. En el
año 1974, la sujeción a la maternidad constituía una de las armas más reaccionarias y sutiles para rele-
gar a la mujer a una condición de ciudadana de segundo orden.
(J.M.F.) La casi normalización de la educación sexual, la liberalización de la venta de preservati-
vos, una mayor información, etc., paradójicamente, no ha hecho disminuir lo que llamamos la
“Contracepción de Emergencia”, es decir, el uso, en muchas ocasiones reiterativo, de la píldora “del
día después”, ¿Qué está pasando sobre todo entre la gente joven?
(S.D.) La explicación a esta paradoja, a mi entender, se sustenta en unos argumentos que a primera
vista pudieran ser reaccionarios. Pienso en todo, avance médico, hay tres fases: La informativa, la forma-
tiva y, la tercera, cuando se aplica. La primera es informativa: si usted fuma, la posibilidad de cáncer de
pulmón es más elevada. En mi opinión aquí empieza el fallo: ver un coito, como los que se ven en cual-
quier película porno, en Internet... eso es ver un coito, con ello se adquiere información, no formación.
(J.M.F.) En un trabajo nuestro (2005) con adolescentes-jóvenes (edad media 17,6 años) un 85% uti-
lizaban el preservativo, un 14% la píldora, pero un ¡20%! no utilizaban nada. Con esos porcentajes,
infiero que debemos seguir estudiando la sexualidad de los adolescentes, desde la perspectiva positiva,
como lo es las relaciones afectivosexuales y de la intimidad en la salud física y mental, y la perspectiva
negativa que incluye los riesgos inherentes a comportamientos sexuales en la adolescencia.
(E.T.G.) Por tanto, para prevenir las conductas de riesgo, pero también para mejorar las rela-
ciones afectivas en los adolescentes, tendríamos que esforzarnos en aproximarnos a sus estilos cog-
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nitivos y emocionales, adaptándonos a los medios actuales de comunicación y favoreciendo el
acceso a los recursos disponibles.
(J.M.F.)...pero también dotándoles de estrategias adecuadas de expresión emocional y conductas
de mayor asertividad. Un estudio realizando por nosotros, demuestra que en jóvenes universitarios
(n=80, media de edad 19,3 años), un 42,4 son asertivos, pero en la modalidad de ejecutivos ansiosos, y
un 30,3% no son asertivos. De ahí que a los que carezcan de habilidades para afrontar las situaciones
sexuales de riesgo, debería proporcionárseles un entrenamiento que potenciara su capacidad de deci-
sión en un sentido asertivo.
(S.D.) Insisto, se comete el error de reducir la sexualidad a las relaciones coitales. Los adolescentes
deberían aprender a considerar una mayor capacidad para la sensualidad global.
Sea como sea, en el transcurso de veinte años, prácticamente se ha duplicado el número de muchachas
que iniciaron sus relaciones sexuales antes de los 16 años de edad, pasando del 5,7% al 11,4% y los embara-
zos no deseados casi han triplicado su frecuencia, pasando del 4,9% en 1996, al 11,5% en 2005, según datos
del Ministerio de Sanidad. En 2006, según estas mimas fuentes abortaron en España 14.000 menores...
(E.T.G.)... ¡y 350 de ellas reconocieron no saber como evitar un embarazo no deseado!
(S.D.) Vuelvo a insistir en lo que he dicho de la educación, pero además tengo la impresión de que
hay más factores que influyen en las conductas de riesgo.
(E.T.G.) En el reciente libro del Dr. Toro, dedicado a los adolescentes, las enumera: la conflictivi-
dad familiar, los errores educativos, la ausencia de vinculación, de afecto, de comunicación, así
como la ausencia de supervisión familiar aumentan el riesgo de conductas como el inicio precoz de
relaciones sexuales, un escaso uso de anticonceptivos y un mayor riesgo de embarazos adolescentes.
(J.M.F.) En una investigación hecha con estudiantes de la Universitat de Girona, sobre la sexuali-
dad en adolescentes se desprende, ampliando la anterior pregunta, que procede a replantearse los pro-
gramas de educación sexual. ¿Cuál es tu opinión?
(S.D.) Estoy totalmente de acuerdo con el estudio y diré más: hay que ampliar, por así decirlo, las
dosis de humanismo en toda educación o información sexual. Yo creo que hay, en ese aspecto, un déficit
importante. Y, precisamente, por que una gran parte de los padres son más liberales, en éste y otros
aspectos, hay que dar mucho más peso al humanismo en ese ámbito de la educación. Hay que recordar
por último que hablando de personas con esa edad, los andrógenos están en su punto más alto de activi-
dad, entre los 14 y 18 años. Con todos esos elementos, y sobre todo los cambios en los referentes cultu-
rales, a los adolescentes les parece igual, o que está al mismo nivel, el último “cubata” del fin de fiesta
que hacer un coito, le dan el mismo valor. Por otra parte hay que dejarles bien claro que sexo sin amor
no tiene mucho sentido, que en una época de la vida el sexo pesa más que el amor, es natural, pero no
hay que esconderles lo que anteriormente he dicho.
(E.T.G.) También una educación no tan focalizada en la información contraceptiva, sino mucha
más en el desarrollo de actitudes y habilidades de autocontrol ante comportamientos de riesgo.
(J.M.F.) Hace muchos años tuve una conversación contigo en la que me dijiste, más o menos, que
con el inicio precoz de la actividad sexual se puede entrar en la zona de riesgo para cáncer de cuello
de útero; ¿es actual esta afirmación tuya?
(S.D.) Sí es cierta. La promiscuidad es un factor de riesgo para este tipo de enfermedad. Por una
razón bien sencilla: se tiene más posibilidades de entrar en contacto con el virus del Papiloma. Por
tanto cuando hablamos de vacunar, lo tendríamos que hacer a los adolescentes de ambos sexos. Y eso,
las autoridades sanitarias, deberían decirlo claramente.
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(J.M.F.) Hablemos del sufrimiento psicológico de las mujeres. Te hacemos esta entrevista, entre
otras muchas, por esta razón: Muchos psiquiatras entendemos que gracias a tu visión, digamos, psi-
cologista en tu quehacer como médico ginecólogo eres, en buena parte, el responsable de la entrada a
la psiquiatría en este ámbito.
(S.D.) Mira, esta pregunta que de alguna manera analiza de arriba abajo todo mi historial como
médico, yo la resumo de la siguiente manera. Toda mi vida, aún hoy, he visto a las mujeres como seres
socialmente discriminados. Por tanto, en primer lugar, respeto, mucho respeto. De ahí que, en las con-
sultas, lo primero que hago es escucharlas, más tarde les pregunto cuál es su problema...
(E.T.G.) ¿El primer psiquiatra con las mujeres es su ginecólogo? Muchas pacientes suyas coinci-
den en esa definición: “primero nos escucha y luego nos visita.”
(S.D.) Sí, pero desde hace unos años habría que matizarlo. La mayoría de las visitas médicas, hoy en
día, son muy tecnocráticas y veloces. ¿Qué está ocurriendo con nuestra profesión? Pues que es muy difí-
cil convertir todo el largo aprendizaje –la carrera, la especialización con el MIR, etc.– en vocación.
Buena parte de la medicina hoy está en manos de las mutuas que pagan poco y el médico se ve en la
necesidad de hacer muchas visitas para que le salgan las cuentas. Por tanto, una visita es entrar, mirar
a la paciente y decirle inmediatamente, ¿Qué tiene, señora? Se acabó aquello de que entre el paciente y
el médico lo más importante era la silla; no, hoy es el reloj, no la silla. En cambio, tener tiempo para
levantarse de la silla, acoger al paciente en la consulta, eso sólo, lo cambia todo, o casi todo. Es preciso
animar a las mujeres a que expliquen las tensiones a las que se encuentran sometidas, ya sean los con-
flictos de pareja, como la violencia doméstica, o las responsabilidades domésticas excesivas, ya que
pueden sentirse incluso culpables si al expresar sus propias necesidades entran en conflicto con los
demás miembros de la familia.
(J.M.F.) Tan cierto como que el Ministerio de Sanidad, en el programa de los MIR, ha introducido
un curso de “comunicación paciente-médico”. Eso era un valor elemental, que se daba por hecho en
los médicos. Pues no es verdad. De ahí la recomendación. ¿Cómo hemos llegado a esa situación?
(S.D.) De hecho, en la consulta, muchos médicos, reaccionan igual que cuando los funcionarios
estaban tras la ventanilla, de una forma demasiado seca y distante. Ellos también son víctimas de la ten-
sión que vivimos: la familia y los hijos, la hipoteca y la propia organización sanitaria, de ahí que caigan
en burnout. Hace poco me vino una paciente con mucha documentación: un TAC, una resonancia, una
ecografía, una analítica de sangre (la más simple), también, por escrito, una exploración ginecológica,
muy elemental. Cuál era el problema: no había entre tanta documentación un diagnóstico. Estuve con
ella una hora. La causa era el estropicio quirúrgico que le hicieron tras un parto. La visita la empecé
escuchando a aquella paciente. No hacía falta tanta documentación, el problema era quirúrgico...
(E.T.G.) En su experiencia clínica, ¿cómo se comunican las mujeres?
(S.D.) Yo creo que identifican y aceptan mejor el sufrimiento que los hombres. Expresan mejor las
emociones y son más cumplidoras con los tratamientos.
(J.F.M.) Esto sería coherente con el cerebro humano: poseen más circuitos cerebrales para la
comunicación o la comprensión de las emociones. Según un estudio de Yamamoto (2004), los estróge-
nos, son los que resaltan la “proximidad” emocional, la capacidad de observación y la comunicación.
(S.D.) De hecho el cerebro tiene suficiente talento para incrementar o bloquear los efectos hormona-
les, cambiando un supuesto destino predeterminado.
(J.F.M.) Así y todo, no debemos olvidar que las aptitudes sociales, verbales y de capacidad social de
las niñas se desarrollan antes que la de los niños. Quizás eso marque las diferencias que has comentado.
(S.D.) Yo creo que tienen más inteligencia emocional...
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(E.T.G.) Otra pregunta, esta típica de periodista. ¿Por tanto, por todo ello, serían mejores médi-
cos las mujeres que los hombres?
(S.D.) Estoy seguro de ello. Ellas son mejores médicos, con diferencia, siempre y cuando no caigan
en la celada de parecerse a los hombres, que es una posibilidad muy cercana, y cierta. En 1927 Rainer
Maria Rilke ya afirmó. “El mundo es de las mujeres. Ellas cambiarán el mundo siempre y cuando no
caigan en la trampa de imitar a ser hombres.” Y algunas, sobretodo cirujanas, se están deslizando por
ese camino, soy testigo de ello...
(E.T.G.) ¿Pero estas diferencias emocionales, tendrían que ver o no con diversos trastornos
mentales y su diferente epidemiología?
(J.M.F.) Los estrógenos tienen efectos dopaminérgicos y serotoninérgicos y los metabolitos de la
progesterona intervienen en la modulación GABA. La situación hormonal de la mujer la acompañará
siempre en determinados aspectos positivos (su protección contra las enfermedades vasculares o sus
ventajas o desventajas emocionales), y negativas (el trastorno disfórico premenstrual, los trastornos
psiquiátricos en el embarazo y puerperio, las alteraciones del climaterio, etc.), o especiales, como las
diferencias de género en las respuestas farmacológicas...
(E.T.G.) Sin obviar los factores concomitantes como la tradicional desventaja social de la mujer...
(E.T.G.) ¿Vd. Cree que el embarazo protege de la depresión?
(S.D.) Mi impresión es que el embarazo no las protege; es más he visto depresiones en pleno emba-
razo, no solamente en pacientes predisponentes, sino también en mujeres que han debutado en una
situación vital, aparentemente, feliz.
(J.M.F.) Totalmente de acuerdo. Hay prácticamente la misma tasa de depresión, con o sin
embarazo. Otra cuestión es la depresión postparto, un trastorno quizás más frecuente de lo que
muchos sospechan (10- 12%). Si bien es cierto que se podrían dar factores de riesgo psicosocial.
(S.D.) En la Maternidad, vi que ciertas desventajas sociales (algunas mujeres vivían en la pobreza y
desde luego todas ganaban menos que los hombres, si es que trabajaban) o violencia social y doméstica,
y, desde luego el embarazo no planificado, podían ser factores de riesgo. En la práctica actual, sigo
viendo mayor carga en las madres, a pesar de las ventajas de los permisos postparto; persisten los
dobles roles, los embarazos inesperados y síntomas de estrés durante el embarazo.
(J.F.M.) García-Esteve –que precisamente trabaja en La Maternidad– constata todos estos factores
y añade otros, como la mala relación conyugal, los antecedentes de depresión, el abuso sexual y el
Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). Claro que también se ha hablado (Sanjuan et al, Br. J
Psych., 2008) de una vulnerabilidad genética, con variación de algunos genes reguladores de la sero-
tonina –gen que codifica el transportador 5HTT, variante alelo LL– en interacción con sustratos hor-
monales propios del postparto.
(E.T.G.) De hecho, el TEPT es un factor de riesgo psicopatológico, y también se asocia a la
depresión.
(J.M.F.) Me gustaría profundizar más en la cuestión del TEPT, como secuela obstétrica. Ibone
Olza, en un articulo que apareció en el nº 96 de “Cuadernos” afirmaba que el embarazo puede ser
una situación tan estresante como para desencadenar un TEPT, que afecta entre el l,5 y el 6% de las
puérperas, pudiendo presentar el síndrome incompleto hasta un 30% de mujeres que dan a luz. Como
favorecedores del síndrome, el alto intervencionismo obstétrico, la percepción de cuidados inadecua-
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dos en el parto, las cesáreas urgentes y los partos prematuros, siendo menor la incidencia si la cesárea
es programada o el parto es vaginal y no intervenido.
(S.D.) Totalmente de acuerdo con lo que se dice en el artículo. De hecho hay que procurar comuni-
car bien en el embarazo, sobretodo cuando captas miedo –e incluso fobia– al parto. Lo importante es la
percepción de la comprensión por parte del obstetra, aunque tampoco se trata de ocultar la realidad si
ésta se complica. También hay que evitar las cesáreas innecesarias y, en fin, de acuerdo con Olza, es
conveniente que la futura madre exprese sus emociones negativas, garantizando un ambiente tranquilo
en el parto, evitando siempre que sea posible la separación madre-bebe. Y estar atento a los posibles
problemas mentales en el puerperio.
(E.T.G.) En este tejer de la experiencia a la ciencia... ¿Vd. Cree que la menopausia puede ser un
factor de riesgo psicológico?
(S.D.) Por si misma, no lo creo. Hay un factor biológico, que no conozco en tota su profundidad, y es el
protagonismo neurotransmisor de los estrógenos, la serotonina, etc. Los factores socioculturales tienen
incidencia: si la mujer interpreta la menopausia como la pérdida de su fertilidad; si ello va acompañado de
miedo al deterioro de su vida de pareja, a envejecer y todo eso se le suma el desajuste biológico, la afecta-
ción emocional planeará sobre su cerebro. Sin obviar, los antecedentes psicobiológicos de cada mujer.
(E.T.G.) Pero, aclarémoslo ¿Cuál es la frontera entre el destino biológico y los factores psicosociales?
(S.D.) Los cambios neurohormonales existen y explican no solamente los síntomas vasomotores y muscu-
loesquléticos, sino también los emocionales. Decir lo contrario seria caer en una banalización sociológica.
(E.T.G.) Un estudio de Hurtado, daba unos datos de trastornos mentales en la menopausia: un
76% presentaba trastornos adaptativos, un 60% de depresión de nivel leve, un 26% moderada y
un 7% grave. Un 33% con insomnio y un 27% deseo sexual inhibido. En cuanto a factores predic-
tores, un 38% tenía niveles moderados-altos de estrés en los últimos 12 meses y un 8% nivel bajo
de apoyo social.
(J.M.F.) Pero en el mismo estudio, relacionaban estos datos con características personales, como
son: el contar con habilidades adecuadas para afrontar situaciones estresantes, o disponer de un buen
apoyo social, siendo el proceso climatérico una situación peculiar, pero no distinta a otras situaciones
vitales, potencialmente estresoras.
(S.D.) Es más, otras investigaciones indican que la mujer con una menarquia tardía, con múltiples
embarazos, con fecha lejana de la última gestación, con poco nivel cultural, escaso nivel económico,
con mala relación de pareja, favorece la presencia y/o la mayor intensidad de los síntomas climatéricos.
(E.T.G.) ¿Existe una depresión específicamente menopaúsica?
(S.D.) Yo creo que son factores de riesgo la menopausia quirúrgica y la perimenopausia prolongada,
por un incremento más lento de la FSH.
(J.M.F.) Viendo como, con cierta alegría, se recetan serotoninérgicos ¿qué queda del síndrome dis-
fórico premenstrual? ¿Sigue siendo tan caótico conceptualmente?
(S.D.) Siguen habiendo subtipos según los síntomas dominantes, tanto en la clínica somática como
en la disfórica, o claramente depresiva, con elementos sintomatológicos atípicos. Con seguridad hay un
trastorno, pero existen otros factores de riesgo, algunos claramente culturales, otros, relacionados con
la paridad y algunos relacionados con las respuestas neuromoduladoras del estrés.
(J.M.F.) Wisner se pregunta, cual es la causa de que aproximadamente el 5% de las mujeres sufra
un problema funcional importante en la fase premenstrual, ¿por qué el 95% restante no sufre este
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problema, a pesar de presentar fluctuaciones similares en sus niveles hormonales? Las mujeres con
trastorno disfórico premenstrual deberían ser evaluadas durante la fase folicular asintomática y la
luteínica sintomática. Si se esclarecieran los mecanismos fisio-patológicos sería posible desarrollar
medidas preventivas y terapéuticas. De hecho, para Wisner, es necesaria una evaluación de la validez
predictiva de la enfermedad en cada momento del ciclo vital, respecto al desarrollo de un síndrome
durante una transición reproductiva posterior.
Otra cuestión no menos importante es la presión que soportan las mujeres en su imagen corporal,
lo que llamamos autoimagen... y sois vosotros, los ginecólogos los primeros, muchas veces, en detec-
tarlo. ¿Ha bajado esa tensión, se mantiene?
(S.D.) El único periodo en que se rebajó esa tensión fue durante el movimiento hippy. Las mujeres se
vestían de cualquier manera en el sentido nato de la expresión, no crítico. El “look” vagabundo fue
norma. Pero a partir de entonces, mediados los años sesenta, ha reverdecido de una manera impresio-
nante, total. El negocio de la moda es fantástico. Cuando a un hombre le salen canas, gana, es más inte-
resante; una mujer con canas, rápido, al peluquero.
(E.T.G.) El estudio del trastorno de la imagen corporal es un tema vigente en esta época de
culto al cuerpo y, sin embargo es también un trastorno poco conocido, quizá debido a que el inte-
rés y la investigación en este campo es muy reciente. Y luego, hay la cuestión de la conducta ali-
mentaria. En muchas ocasiones, los ginecólogos detectan los primeros pasos de esta enfermedad.
(S.D.) Los trastornos de conducta alimentaria son de presentación universal y su prevalencia mun-
dial ha aumentado en todos los grupos étnicos. Es cierto lo que dice. La detectamos, a veces, directa-
mente (amenorrea y adelgazamiento) y otros impulsados, por las madres de las anoréxicas. Los ginecó-
logos deberían estar preparados para responder adecuadamente ante este reto clínico y humano, susten-
tado en una vulnerabilidad biológica y genética, sobre el que actúan factores determinantes psíquicos,
sociales y biográficos.
(J.M.F.) Y otro tipo de dolores, los psicosomáticos...
(S.D.) Cuando una mujer me viene con fibromialgias, fatiga crónica, dolores pélvicos o en la vulva,
tras escucharlas y estudiar la documentación, si la hay, hago un estudio de personalidad. Cuesta pero al
final sale la causa. No es cierto que sean más rápidas en explicar sus problemas íntimos que los hom-
bres. Son más rápidas en mostrar el dolor, llorando, pero que lo cuenten ya es harina de otro costal.
Tuve una paciente que venía cada año a la revisión ginecológica. Elegante, bien vestida..., en un año su
aspecto cambió completamente, ni iba tan bien vestida, más triste. Le pregunté el porqué. Me explicó
que una de sus hijas había marchado de su casa a estudiar a Barcelona, que eso le preocupaba, además
que tenía más trabajo. Bien, no deja de presentar una problemática clásica, quizás, pensé, el síndrome
del “nido vacío”. Ginecológicamente, no había problema. Al año siguiente, su aspecto era mucho peor.
Se lo pregunto y me responde, que no me lo puede decir, pero que me lo explicará por carta, carta, según
me dijo que la traería ella misma. Me lo apunté en la ficha, no la trajo, pero al año siguiente al volver a
preguntar, me lo contó: “Mire Dr., mi marido manosea a una de mis hijas; por eso marchó de casa. Ella
no me lo explicó. Con la excusa de estudiar en Barcelona se marchó de casa, pero a los pocos meses me
lo contó por teléfono”.
(J.M.F.) ¿Se pregunta a las madres, a las jóvenes por ese tipo de cuestiones o no hay tiempo, como
decías, o tampoco conocimiento o cultura para hacerlas?
(S.D.) Ni cultura ni tiempo, desde luego. Pero, quizá eso no se enseñe en las Facultades, pero en los
consultorios son un buen lugar para aprender... hay médicos, y médicas, que empiezan a visitar a las 8
de la mañana hasta las dos y media de la tarde: 30 visitas de 10 minutos, a 20 €... no, así no hay tiempo
para un buen trato con el paciente, ni para hacer ese tipo de preguntas, si no se tiene un espíritu
heroico, que afortunadamente abunda entre los médicos.
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(J.M.F.) Insisto en lo de la comunicación médico paciente...
(S.D.) Mi padre decía que a una marquesa se la puede tratar de tu, a una payesa, siempre de Vd. En
Román paladino: eso de comunicarse bien con el paciente también se aprende, o se debe aprender... yo
lo enseño a mis alumnos, residentes.
(E.T.G.) ¿Qué diferencias, en este sentido, hay entre la medicina pública y la privada...?
(S.D.) Sólo hay un tipo de medicina, no nos engañemos, solo hay una: la buena medicina y esa se
basa en buena técnica y humanismo, es decir capacidad de escuchar y empatizar con el paciente y eso
sólo se obtiene con una buena comunicación, excelentes aptitudes y conocimientos.
(E.T.G.) Hay una cuestión importante en su historia como médico ginecólogo, una historia feliz,
porque no se ha terminado aun, como es la reproducción asistida. Recuérdenosla.
(S.D.) Pertenezco a una generación de médicos ginecólogos que nos habíamos dado de bruces siem-
pre con el mismo problema, la esterilidad. En los años 50 y 60 era insalvable sobretodo en los casos de
tuberculosis de las trompas del útero, enfermedad frecuente en aquella época. Muchos colegas buscába-
mos como superar lo que ocurría en las trompas y todo hay que decirlo, todavía hoy no sabemos lo que
sucede en ellas. Los cierto es que el ovocito fecundado, antes de llegar a la matriz, se pasa cuatro días
en las trompas. No se cree que la causa es que le cuesta llegar a la matriz, sino que en el referido
órgano algo ocurre, que no sabemos. Con la fecundación “in vitro” ese paso por las trompas no es
necesario. En 1967 logré una beca para investigar ese tipo de fecundación. La farmacéutica Merck,
aquí en Barcelona, tenía a disposición de investigadores médicos, un laboratorio, por cierto infrautili-
zado. Una parte de la investigación la hacía yo mismo en el laboratorio de Farmacología del Clínic. El
experimento se hizo con conejas, a las que sacábamos las trompas simulando el mismo problema que
tenía una mujer con tuberculosis en ellas. Con un conejo macho pretendíamos que cubriese a la coneja,
cuando lo hacía recogíamos su semen, más los ovocitos y los introducíamos en su matriz. Pero aquel
invierno, de 1967, fue muy crudo y no había manera de que el conejo la cubriera. Me ayudaba mi amigo
de toda la vida, al que ya me he referido, Josep Llussà, que era el encargado de recoger el semen
cuando el conejo eyaculaba, pero, como he dicho el frío la retenía. Entonces el catedrático de
Farmacología, García Valdecasas, muy brillante en su materia, me ayudó. Ellos tenían un aparato de
laboratorio con dos electrodos que aplicados a un conejo, provocaba una eyaculación, con una pequeña
descarga eléctrica. Por cierto, las conejas estaban en el laboratorio Merck y los conejos en el Clínic. Yo
era el encargado de conectar ese aparato, Llussà recogía el semen y rápidamente los llevaba al labora-
torio. Matamos 40 conejos y conseguimos inyectarle el semen a la coneja, y esta reaccionó con el sín-
drome de madre pero no quedó preñada. En otras palabras la dilatación del cuello del útero, provoca el
“reflejo de madre”, incluso prepararon un nido para cuando parieran. Pero un entendido en la materia
al cabo de unos días ya nos dijo que la coneja no estaba preñada, nosotros le dijimos que si. Al cabo de
tres semanas la abrimos, solo tenía un coágulo dentro de la matriz. En 1978, Robert G.Edwards y
Patrick Steptoe consiguen la primera fecundación “in vitro”. Yo era el director del Departamento me
dije que teníamos que intentarlo aquí. Para ello constituí un equipo, formidable, el Dr. Pere Barri, las
biólogas Anna Veiga y Gloria Calderón. El primer transfer lo hice yo mismo, los tres pusieron todo su
empeño en conseguirlo y lo conseguimos en 1984, seis años más tarde que los ingleses.
(E.T.G.) En catalán tenemos una palabra o, mejor dicho, un palabro, grandilocuente y trabalen-
guas –escarafalls– para decir aspavientos. Dexeus, al explicar ese logro importantísimo que ha
resuelto infinidad de sueños y deseos íntimos (y no sólo de mujeres) no hace ni uno. ¿Nadie, ninguna
institución se “escandalizó” por la fecundación in vitro? El tufo de la dictadura era muy presente...
(S.D.) En aquel tiempo presidía el Colegio de Médicos de Barcelona el Dr. Moisés Broggi, el cono-
cido cirujano que salvó tantas vidas de soldados republicanos en el frente durante la Guerra Civil y
represaliado por la dictadura. Él se alegró mucho. “Es alumbrar nuevas vidas”, exclamó. Yo no lo veía
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tan claro. Pero las protestas, o críticas, vinieron, sobretodo de la Iglesia Católica, lo que no me sorpren-
dió. Pero, dado el primer paso, el nacimiento del primer bebe in vitro, con la ayuda del expresidente del
gobierno y amigo mío, Adolfo Suárez y sus parlamentarios del CDS (Centro Democrático y Social) así
como de los del PSOE, y especialmente de Marcelo Palacios, en 1988 ayudé a confeccionar la primera
ley, que se aprobó, de Reproducción Asistida.
(J.M.F.) Pero todo el proceso de reproducción asistida es muy duro, tanto para la mujer, en primer
lugar, pero también para el hombre. Y nosotros tanto psiquiatras como psicólogos, tenemos un papel,
terapéutico, según dicen los estudios, más de adherencia al tratamiento, logrando menos tasa de
abandono, que en ayudar a lograr el objetivo, el embarazo.
(S.D.) Es muy cierto todo lo que dices, del protagonismo de psiquiatras y psicólogos y lo que afirma
este estudio de vuestro papel, en cuanto a la adherencia al proceso. Ahora bien, el éxito en este tipo de
procesos también va muy ligado a la cantidad de pacientes que atienden cada uno de los equipos médi-
cos dedicados a la reproducción asistida.
(J.M.F.) Según Lasheras, un 20% de mujeres, antes de los tratamientos, padecen de trastornos psi-
copatológicos; durante el tratamiento aumenta hasta un 40%, fundamentalmente son trastornos
adaptativos de tipo mixto. De ahí que si bien la ansiedad no es determinante para el resultado del tra-
tamiento, es necesaria una terapia cognitivoconductual, cuyos objetivos no solamente son la mejora
de la saluda mental y la adaptación, sino que también preserva la adherencia al tratamiento y favo-
rece la satisfacción con el mismo.
(E.T.G.) ¿Cuáles serían las recomendaciones de intervención psicológica sistemática en repro-
ducción asistida?
(S.D.) Antes de una intervención sistemática hay que propiciar una correcta información e investi-
gar los factores psicosociales y emocionales relevantes. El equipo debe prepararse para demandas espe-
cíficas y detectar precozmente el malestar psicológico.
(J.M.F.) A tu pregunta, el protocolo que propone Lasheras es: presencia de Psicopatología, recep-
toras ovodonación-donación-embrión, embarazo múltiple, reducción embrionaria, abortos de repeti-
ción y finalización del tratamiento.
Otro método que emplean en este proceso es el llamado “reducción embrionaria”. ¿Cuál es tu opinión?
(S.D.) Siempre, hay que informar a la paciente. Siempre. Si nosotros conseguimos una serie de ovoci-
tos, nosotros tenemos los medios para conocer las características de estos; por tanto es inútil transferir
ovocitos que no estén en las mejores condiciones, esto es la primera parte. La segunda, la reducción
embrionaria, es que cuando una mujer tiene un margen de cuatro ovocitos, la posibilidad de problemas
son enormes y, generalmente, se fracasa; es a partir de ahí cuando hablamos de “reducción embrionaria”.
(J.M.F.) ¿En estos casos, se informa adecuadamente?
(S.D.) Yo creo que sí.
(E.T.G.) Entremos en un tema en el que Vd. es especialmente sensible: el cáncer. Ha hecho for-
tuna un constructo, el llamado de “espíritu de lucha” que se asienta en tres patas: la esperanza de
curación, la sensación de control, ya sea médico o propio y la visión de la situación como un reto.
Es tal su fuerza que incluso se habla de que asumirlo puede contribuir a mejorar, de una forma u
otra, la enfermedad, hay incluso un cuestionario con ese título “Espíritu de lucha”, incluido en la
famosa escala “Mental Adjustement to Cancer (MAC)”
(Por primera vez –llevamos más de dos horas de entrevista– Santiago Dexeus, cabizbajo y sin
mirar a los entrevistadores, parece molesto, al borde de la irritación).
C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 83
(S.D.) ...quizás al bienestar del paciente. Pero se empieza mal diciendo que el cáncer es una lucha.
No. El cáncer es... es un enfermedad que parece concretar una amenaza telúrica, que viene del “fondo
de los siglos”. No, la palabra lucha no hay que decirla... ¡nunca! al paciente. Quizás el consuelo, el
único consuelo esté en que afecta a mucha, mucha gente.
(E.T.G.) Dr. Dexeus con esas afirmaciones ha roto muchas afirmaciones que están actualmente
en boga. Porque ese constructo lo defienden, por ejemplo, el ICO (Instituto Catalán de Oncología)...
(S.D.) Seguramente sirve más a los que rodean al enfermo que al enfermo mismo; es mi percepción.
Yo conviví con el cáncer –el de mi esposa– 30 años. Hablo por experiencia personal y médica.
(J.M.F.) En cualquier caso, como muy bien escribieron Ferrero et al de la Universidad de
Valencia, conviene comprobar la utilidad del concepto unitario de “espíritu de lucha”. Esto es, si el
constructo está constituido por la esperanza, la sensación de control y la visión de la situación como
un reto, la agrupación de estos elementos tiene un mayor predictivo en la calidad de vida. De todas
formas existen otros métodos de afrontamiento como son el control de la rumiación negativa, el sen-
tido del humor, hasta la negación tan denostada. En su momento nosotros evaluamos mujeres con
neoplasia de mama y el 54% sufría de psicopatología moderada o grave, con diversos diagnósticos
presentaba sobretodo, trastorno adaptativo.
(S.D.) ...probablemente con un mayor porcentaje en las tumorectomizadas.
(J.M.F.) Así fue.
(E.T.G.) Y luego están los propios tratamientos, que supongo inducirán distres y patología.
(S.D.) Desde algunos fármacos hasta la propia quimioterapia, o la radioterapia o el impacto de la
cirugía. En cualquier caso, una ansiedad elevada y excesiva puede hacer que la paciente sienta un
mayor temor a estos procesos.
(E.T.G.) En un trabajo de 2010 de “Cuadernos”, (Rincón et al) se puede comprobar que las
mastectomizadas, manifestaron una mayor satisfacción con los cuidados médicos y con la informa-
ción del cirujano.
(S.D.) Los diversos problemas de autoestima y seguridad, dependen fundamentalmente de la infor-
mación del cirujano o del oncólogo. Una información bien estructurada sencilla y clara, incrementa el
cumplimiento terapéutico y reduce la ansiedad. Estas respuestas de las mujeres mastectomizadas se
repiten en todos los trabajos; siempre presentan mayor percepción de soporte emocional.
(E.T.G.) Infiero que con esta información las mujeres tomarán las decisiones con seguridad y
tendrán expectativas realistas sobre los resultados quirúrgicos. En general, las mujeres con menos
nivel de satisfacción son las que consultar fuentes externas de información adicional como son
Internet o los familiares y amigos, y, en algunos casos, esta información puede ser reinterpretada
negativamente, o simplemente, ser inexacta.
(J.M.F.) Hay muchos otros trastornos “diana” en ginecología, como la misma endometriosis. Tú y
yo, con la colaboración de la psicóloga Van Amersfoort, hicimos un estudio en el que captamos una
tasa de morbilidad psicopatológica del 39,2% en 227 mujeres que padecían esta enfermedad.
(S.D.) La endometriosis tiene un síntoma principal: el dolor y al igual que en otros procesos se alte-
ran las actividades habituales y se provocan respuestas desadaptativas propias de la situación del dolor
crónico.
(E.T.G.) Lo cual nos lleva otra vez a los trastornos emocionales en el dolor...
C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201284
(S.D.) Nunca he dudado de esto. Todos los procesos ginecológicos que cursan con dolor pélvico cró-
nico como las adherencias, el ovario poliquístico, la propia endometriosis están sometidos a la vulnerabi-
lidad propia del dolor en las enfermedades somáticas y su relación con posibles alteraciones depresivas.
(J.M.F.) Un 30% de estas muestras presentan ansiedad y de un 3,5 a un 35% diversos estados
depresivos.
(S.D.) Si yo encuentro antecedentes psicopatológicos o factores psicosociales de riesgo en cualquier
patología ginecológica aunque sea benigna, intento controlar, mejorar todo lo que sea la prevención de
situaciones desestabilizadoras.
No hay altibajos en su voz. En todo caso, el Dr. Santiago Dexeus ralentiza su habla para subra-
yar alguna afirmación. No levanta la voz.
(J.M.F.) La última vez que te oí hablar en público sobre la mujer te vi muy combativo, como si toda
tu lucha –la de las mujeres– no hubiera servido para avanzar, como si todo lo que se ha legislado no
sirviese de mucho...como si su situación estuviese como hace 30 o 40 años...
(S.D.) Ginecológicamente la influencia del trabajo, de la familia, ha hecho perder una seria de valo-
res que ellas consideraban muy importantes. En otras palabras, hay que economizarse olvidando toda
una cultura de valores como son la familia, la convivencia, la solidaridad, unos valores en los que yo he
creído siempre. En otras palabras: si la política está desprestigiada porque no respetan al ciudadano, si
los empresarios sólo buscan maximizar los beneficios y no miran jamás los costes sociales y ambientales
de ese beneficio, si yo visito como médico, pero poco me importa el paciente como persona... Si ésta es
la fotografía de la sociedad actual, yo creo que no vamos bien.
Pero, en cambio, si yo a una directiva de una multinacional le pregunto si le hubiera gustado tener más hijos
y me contesta que sí pero que dadas las circunstancias...; a otro, hombre, con un cargo similar y le pregunto lo
mismo seguramente se encogerá de hombros o me dirá que ha tenido los que ha querido..., lo que hay detrás de
esa afirmación es una mujer que se sacrifica por él. Por tanto queda mucho por andar, o por cambiar.
(E.T.G.) Hablemos de los gustos colaterales a su profesión. Aparte de una veintena de libros de
divulgación sobre la mujer y sus circunstancias vitales, el primero, de 1973, junto con su hermano
Josep M y el Dr. Carrera, “El nacimiento de un niño”; y en 1977, ya sin censura, “Anticonceptivos
y control de natalidad”. Dos años más tarde, en 1979, junto con Teresa Pàmies, escribe otro libro
“La mujer a partir de los cuarenta años”, por la coautora y el tema, un libro rompedor sobre la
menopausia. Compartió con Farré la redacción de “La mujer, su cuerpo, su mente”(1986); y hace
unos años, en 2008 “La mujer, un cuerpo, una vida.”. Aparte de la divulgación a través de los
libros ¿qué quiere conseguir?
(S.D.) ... lo que hacen Vds., periodismo y, sobretodo, la docencia. Mi padre, ya lo he explicado en
otra respuesta, era ya un gran docente. Por otra parte en el juramento hipocrático, recuérdese, se habla
del deber del médico de sanar y transmitir su saber. Yo sigo con los simposios, uno internacional, son 30
años con una asistencia media de 100 médicos. En sus inicios la cátedra de Investigación en la Uni-
versidad Autónoma de Barcelona, fue un hito extraordinario. Tuve la suerte de estar bien acompañado
por rectores de la categoría de Carles Solà.
(E.T.G.) Docencia incluida en su modelo hospitalario que es privado, pero a la vez coincidente
con el público al haber jerarquización, MIR, postgrados...
(S.D.) Modelo que he replicado en la clínica Tres Torres.
(E.T.G.) Dicho esto, como ve Vd., actualmente, la situación de la Universidad en el ámbito
médico y el modelo MIR.
C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 85
(S.D.) Creo que el sistema MIR ha estado muy bien planteado. Yo fui Presidente de de la Comisión
MIR de la especialidad Ginecológica, también, durante los gobiernos socialistas formaba parte del
equipo de consultores del Ministerio de Sanidad. En aquella época tuve interés en que los llamados
MESTOS (Médicos Especialistas Sin Título Oficial), a partir de un riguroso reglamento, recibieran los
avales pertinentes para que se les reconociese sus trabajos de especialistas en hospitales y clínicas pri-
vadas y públicas. Cuando me marche de esta comisión, hace 15 años ya dije que nuestra especialidad
requería renovarse. Que yo sepa, hasta hoy, no se ha hecho nada. Hay que trabajar para tener muy
claro cuales son las disciplinas troncales de nuestras especialidades. No es lo mismo dedicarse a la
fecundación in vitro que a la cirugía ginecológica o la obstetricia; si bien todo cabe bajo el mismo para-
guas, no es lo mismo y por tanto en el aprendizaje de la especialización no deberían solaparse.
(E.T.) Su vinculación con Adolfo Suárez, el Primer Presidente de la democracia tras la muerte
del dictador.
(S.D.) El me vino a ver a mi... era tan seductor que si me hubiera dicho que mi altura era de 1,80 me
lo hubiera creído. Fue un personaje central en la Transición con un magnífico colaborador, al que tam-
bién conocí en las fiestas que cada verano organizaba, el exsenador Pere Portabella. De hecho, Suárez,
pretendía que yo me presentase para la alcaldía de Barcelona por Unión de Centro Democrático. Le
dije que no podía, pero, sin consultarlo a nadie, le dije sí, a presentarme como Senador en las primeras
elecciones democráticas de 1977. Obtuve 12.000 votos.
Josep Mª. Farré Martí Enric Tomás Guix
C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201286
SANTIAGO DEXEUS
(Currículum Vitae Resumido)
El Dr. Santiago Dexeus se licenció por la Facultad de Medicina en Barcelona y obtuvo el premio extraordinario
de Doctorado por la Facultad de Madrid en 1964. Realizó su especialización en Barcelona y la completó en el
extranjero (Manchester, Suiza, París, Florencia).
En la actualidad el Dr. Santiago Dexeus ocupa los siguientes cargos y nombramientos científicos:
• Director del Centro Ginecológico Santiago Dexeus (2011).
• Director de la Cátedra de Investigación en Obstetricia y Ginecología de la Universidad Autónoma de
Barcelona (nombrado el 9 de Junio de 1998).
• Director del Departamento de Obstetricia y Ginecología del “Institut Universitari Dexeus” de 1973-2004.
• Doctor Honoris Causa por la Universidad de Coimbra (Portugal). 25 de Febrero de 1996.
• Miembro de Honor del “American College of Surgeons”. 10 de Octubre de 1996.
• Miembro de Honor del “American College of Obstetricians and Gynecologists” (1999).
• En Julio de 1999, se le otorga la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad.
• Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Enero 2004.
• En Noviembre 2005, concesión de la “Founders’ Medal of the British Society of Colposcopy and Cervical
Pathology”. Se entrega en Londres, 30 de Marzo 2006.
• Concesión de la Medalla Francesc Macià. Barcelona, Octubre 2006.
• Presidente de la “European Federation of Colposcopy”. Belgrado, Septiembre 2007-2010.
• Director científico de la exposición “Mujer, un cuerpo, una vida” Barcelona 2007 Valencia 2008.
• Premio “Creu de Sant Jordi”; la más alta distinción Civil en Cataluña. Barcelona, 21 de abril 2009.
• Concesión del Diploma de Miembro de Mérito del Instituto Barraquer como reconocimiento de la actividad pro-
fesional desarrollada. Barcelona, 16 de marzo 2010.
• Past President of the European Federation for Colposcopy. Berlin, Mayo 2010.
• 5th EFC Congress. Presidente Honorario, S. Dexeus. Berlín, 27-29 Mayo de 2010.
• Medalla Mérito Académico del Bicentenario, otorgado por “The World Forum of Gynaecological Oncology”.
Toluca, Mexico, sept. 2010.
• Placa de Reconocimiento otorgada por el Gobierno del Estado de Mexico. Toluca, Mexico, sept. 2010.
• Reconocimiento y galardón a la excelencia médica y mérito académico, otorgado por la Asociación Nacional
de Médicos Mexicanos. Toluca, Mexico, sept. 2010.
Es miembro de honor de diversas sociedades científicas nacionales y extranjeras.
Profesor invitado a numerosos cursos (154), symposiums (80), congresos (309) y a reuniones científicas (111).
Es autor sobre 14 libros en ginecología y coautor de otros 8. Ha escrito 116 escritos científicos.
Desde el punto de vista humanista fue miembro de la Comisión Internacional de la cultura Catalana y fue nom-
brado Ciudadano de Honor de la Villa de Toulouse.
Contribuye con regularidad con artículos de divulgación, especialmente, en el País y en la Vanguardia.
C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 87
LIBROS DE DIVULGACIÓN
 DEXEUS JM, DEXEUS S, CARRERA JM, FERNÁNDEZ-CID A: El nacimiento de un niño. Ed. Salvat,
Barcelona. Biblioteca Grandes Temas-Libros, 1973.
 DEXEUS JM, DEXEUS S, CARRERA JM, FERNÁNDEZ-CID A: La naissance d’un enfant. Ed. Laffont-
Grammont, Laussane (Suiza), 1975.
 DEXEUS S: Anticonceptivos y control de natalidad. Ed. La Gaya Ciencia, Barcelona, 1977.
 DEXEUS S: ¿Qué es la menopausia?. Ed. La Gaya-Ciencia, Barcelona, 1978.
 DEXEUS S, PÀMIES T: La mujer a partir de los cuarenta años. Ed. La Gaya-Ciencia, Barcelona, 1979.
 DEXEUS S, PÀMIES T: A mulher depois dos 40 anos. Ed. Europa América, 1980.
 DEXEUS S: Métodos Anticonceptivos e Planeamento familiar. Ed. Europa América, 1980.
 DEXEUS S, FORROLL E, PÉREZ J: Higiene y salud en la edad escolar. Ed. La Gaya Ciencia, Barcelona,
1983.
 DEXEUS S: Fecundación in vitro. Ed. Orbis, Barcelona. Biblioteca de Divulgación Científica. Muy interesante,
1986.
 DEXEUS S, FORROLL E, TUR R, BUXADERAS R: La contracepción, hoy. Ed. La Gaya Ciencia, Barcelona,
1986.
 DEXEUS S, RIVIERE M: La aventura de envejecer: del mito de la menopausia al deterioro físico. Ed. Plaza &
Janés, Barcelona, 1987.
 DEXEUS S, CARRERA JM, ALEGRE M, SALVADOR C, SOLÉ T: El riesgo de nacer. Ed. Labor, Barcelona,
1989.
 DEXEUS S, CARRERA JM, ALEGRE M, SALVADOR C, SOLÉ T: Il rischio di nascere. Ed. Internazionali,
Roma, 1990.
 DEXEUS S: Nacer, la gran aventura. Ed. Salvat, Barcelona, 1990.
 DEXEUS S, FARRÉ JM: La mujer. Su cuerpo y su mente. Ed. Temas de hoy, Barcelona, 1994.
 DEXEUS S: Profesiones con futuro: Médico. Ed. Grijalbo, Madrid, 1994.
 DEXEUS S, FARRÉ JM: Diez reglas para vivir sin miedo el embarazo y el parto. En: El libro de los decálogos.
Reglas de oro para vivir mejor. Ed. Temas de hoy, Madrid, 1994.
 DEXEUS S: Fecundación y concepción, La esterilidad, El control de la natalidad. En: Guía de la sexualidad
dirigida por F. Labrador. Ed. Espasa-Calpe, Madrid, 1995.
 DEXEUS S. Director Científico del libro Mujer, un cuerpo, una vida. (c) 2008, Fundació Santiago Dexeus
Font. Depósito Legal: B.11864-2008.

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Las raíces de la pasión. Entrevista con el Doctor Santiago Dexeus

  • 1. CRÓNICAS DEL DUETO CUADERNOS DE MEDICINA PSICOSOMÁTICA Y PSIQUIATRÍA DE ENLACE C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201268 EL DUETO: paseo por los almacenes de la memoria LAS RAÍCES DE LA PASIÓN. ENTREVISTA CON EL DR. SANTIAGO DEXEUS INTRODUCCIÓN Una pasión por la vida, por la Medicina (así, en mayúsculas), por la cultura, por la sociedad civil de su ciudad y de su país, por el compromiso social no puede ser más que el resultado de un temperamento mar- cado por la fantasía, la curiosidad impenitente y la ilusión. Así es Santiago Dexeus. Dotado de una in- teligencia astuta y sorprendente arropada en el fuego sagrado de las palabras que el personaje domina con maestría, Dexeus sorprende al interlocutor al que sabiamente da ventaja inicial para luego envolverle en un auténtico torrente verbal plagado de ideas que acostumbran a resbalar por las piedras de la lucidez. Listísimo, cuando percibe tu incertidumbre la neutraliza con una rápida maniobra de aproximación cálida, incitándote a entrar en su mundo, en el que te muestras dispuesto a acompañarlo absolutamente entregado a su gentileza, una gracia especial que forma parte de su piel, de sus orígenes, de su genética y de sus ancestros. Conocí personalmente a Santiago Dexeus hace 38 años y curiosamente no fue en Barcelona –nuestros caminos eran paralelos pero no habían confluido aún– sino en Granada y fue –¡bendita sea!– gracias a la SEMP y a un rocambolesco Congreso –organizado con honestidad y valentía por el Prof. Salvatierra– dedicado a la Sexualidad y a la Medicina, convenientemente prohibido por un franquismo aún rampante (era ministro de Gobernación, D. Carlos Arias Navarro). Santiago venía a explicarnos la relación entre el control de la natalidad y la sexología. Dos años más tarde se celebró en Lloret de Mar y fruto del evento fue una deliciosa monografía, la primera en español dedicada a la “Sexualidad en la Práctica Clínica”. Como tantos, me sentí fascinado por sus virtudes y dispuesto a entender sus posibles defectos o sea –que sin casi yo notarlo, y menos él– le entregué una posible (pre) amistad más o menos incondicional. Com- partimos –seguimos en ello– aficiones, objetivos y emociones. A los dos nos importa tanto la ilusión como la lealtad, quizá por ello, los dos somos a veces excesivos en nuestros sentimientos y arrebatos. El adora l’Empordà y yo he nacido en el y si bien podemos sentirnos atraídos por la inclemente tramontana responsable de la exacta geometría del paisaje que nos hechiza, en el fondo nos gustaría que se nos identi- ficara con el gregal, el viento noble, franco y responsable de la luz gloriosa de las mañanas de estío. Nos pierde una cierta ingenuidad en los compromisos hacía las personas a las que nos mueven afectos, lo que nos ha dado –y nos seguirá dando– más de un disgusto. Y si bien él es más realista y menos dado –como un servidor y Uds. perdonen que les hable de mi– al tibio remolino de las nostalgias y los sueños, es mucho más lo que nos une, que lo que nos separa. Con estos antecedentes, se comprende que no dudase en aceptar la generosa oferta de él y su hermano (José Mª. Dexeus –un gigante visionario y benévolo, sin el que hubiera sido muy difícil botar la sólida nave que ha sido el Instituto Universitario Dexeus (IUD)– de dirigir la Psiquiatría-Psicología y la Psi- cosomática en la institución. Un reto atractivo ya que el Instituto había pasado de ser una estructura que giraba alrededor del potente Departamento de Obstetricia y Ginecología, para convertirlo en una entidad hospitalaria global. Tuve el honor de compartirlo con grandes profesionales, liderados por la humanidad y el temple de los Dexeus que nunca cortaron las alas de nuestros proyectos y nos ayudaron a abrir ventanas en algunos cielos encerrados; siempre con la prudencia necesaria (el “seny”, tan catalán él), pero sin per- mitir la caricatura de esta cordura como lo sería el espíritu de limitación o de claudicación. Querían unos hombres y mujeres que fueran la interacción del entusiasmo y de la frialdad que permite el control, que equilibraran la pasión con la discreción inteligente, la voluntad y la cautela, la audacia y la contención. Y así fuimos creciendo, con un modelo extremadamente original en nuestro ámbito, en el que convergen las libertades y limitaciones de lo privado, y la conexión con la docencia universitaria y la enseñanza MIR y postgrado. Un modelo difícil de reproducir si no te sumerges en unos valores muy específicos que algu-
  • 2. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 69 nos han intitulado “el espíritu Dexeus” y que ha pasado por una serie de ondulaciones, salvadas por la cohesión que emanaba del dúo Dexeus, que conseguían transmitirlo con un halo hecho de intención y método, de cordialidad y tolerancia, desplazado por un motor nutrido de esperanza. Nunca enterraron nues- tras palabras en la arena del tiempo, sino que las hicieron suyas. Los Dexeus (y sobretodo Santiago) eran unos entusiastas del modelo de la Psicosomática y unos con- vencidos de la necesidad de potenciar los lazos de comunicación que adivinaban –ellos siempre pioneros– que se iban perdiendo por el camino de la tecnología monomorfa. Potenciaron la interconsulta y los pro- gramas de enlace y nos animaron a fundar Cuadernos y a participar en programas de investigación y docencia, en los que su equipo ha colaborado con empeño y rigor contribuyendo a crear una línea de investigación potente en Salud de la Mujer y en Psiquiatría de Enlace. Aún me impacta la ilusión que le hizo el que IUD fuera la única entidad privada que fue aceptada para colaborar en el Proyecto Europeo de Calidad Asistencial en P.E. o que participase activamente en la Red Española de Psiquiatría de Enlace y Psicosomática (la famosa REPEP). Y ellos fueron, quienes en los albores de los 90, nos animaron a crear uno de los pioneros Departamentos de Neurociencias que hubo en España. ¡Como no nos íbamos a sentir bien con un terreno tan reforzante!. Contemplativos y agitados, quiméricos y pragmáticos, así eran los Dexeus, así nos querían a nosotros y así se creó una estela irrepetible, plasmada en una obra ingente no solamente a nivel profesional, sino en un empeño social en el cual Santiago hizo suya la bandera de la contribución a la libertad de la mujer, él que las conocía en sus miedos, en sus gozos y en sus sombras. Compartió con estas mujeres la miseria moral de unos tiempos tristes, con un astro apagado que envol- vían una historia de formas simétricas. Divulgador excelente, aprovechó esta cualidad para transmitir –tanto en los libros como en los medios– las buenas nuevas científicas para las mujeres, que les ayuda- rían a liberarse, regalándoles nuevos colores que han llenado los vacíos del desconocimiento y la desconsi- deración, dando alas a su voz, iluminando las nieblas de su vida. Anticoncepción, menopausia, la senec- tud, la reproducción asistida, son algunos de los títulos que jalonan una vida puesta al servicio de quien es el paradigma de su especialidad: la mujer. Tengo para mí que Dexeus no es más que un miembro aventa- jado de esta cofradía de bienaventurados que hacen de la voluntad de servicio y la solidaridad con los que sufren un paradigma vital que es más evidente en una profesión como la nuestra. Toro también nos dio esta impresión, y así lo dijimos, y aunque los dos personajes tengan matices diferenciales, les une el anclaje a un puerto al que se llega si se cree firmemente que el mundo debe continuar teniendo alma, lo que es más necesario en un entorno tan lleno de desafecciones sociales y morales. La historia la hacen personalidades peculiares pero también los que son partidarios del trabajo hecho con discreción, esfuerzo, perseverancia y autoexigencia. Muchas de estas cualidades las poseen los cuatro entrevistados que han conformado esta primera parte en la que nos hemos sumergido en la lealtad de sus recuerdos pero sobretodo en un juego de intercambios verbales, ágiles y brillantes donde se han mezclado afecto, ironía y como muy bien parafrasea Enric Tomás en su presentación del personaje Dexeus, la voluntad de ser y resistir. Tozudos y tenaces, nos entregaron el testimonio de sus recuerdos y proyectos, marcados por los temores y las esperanzas, pero sobretodo por la firme disposición de entregarnos una historia mejor de la que encontraron, un terreno en el que fuera más fácil discurrir por el camino de la ciencia, que ellos contribuyeron a desarrollar en un país que no se lo puso cómodo. Uno de los mejores regalos que me hizo Santiago es invitarme a acompañarle en la eclosión de un libro que ejemplificó la confluencia que los dos siempre habíamos querido: el cuerpo y la mente hechos uno sólo a través del ejemplo –no podía ser de otra forma viniendo de él la idea– de la mujer: y así lo titulamos: “La mujer: su cuerpo y su mente”. Al terminarlo, teníamos la clara sensación de que en las 300 páginas que compartimos, habíamos plasmado lo que considerábamos que era el paradigma de la inte- racción entre ginecólogos-obstetras y psiquiatras-psicólogos; un escenario marcado por intensos factores emocionales que enmarcaban casi todos los tópicos que conforman el espacio obstétrico-ginecológico: Depresiones puerperales, Aborto, Reproducción Asistida, estrés específico en mujeres, sexualidad alterada, dolores vulvodínicos y pélvicos, y tantos otros con una repercusión psicosocial indiscutible. Las circunstancias –tristes para muchos– hicieron que Santiago Dexeus emprendiera otros caminos
  • 3. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201270 que le han apartado de la matriz que el fundó o refundó, porque ya su padre como nos explica en la entre- vista, había marcado los horizontes por los que muchos hemos tenido la suerte de viajar. Pero sea como sea, lo que importa es que cuando hago recuento de las bellas –pero también amargas– imágenes que hemos vivido juntos, de los misterios que se nos han revelado, de los proyectos que hemos compartido o de las ideas que simplemente hemos imaginado, uno descubre que lo mejor que se puede decir de Santiago Dexeus es que continuar es la mejor perspectiva. Y en ello estamos. J.Mª. Farré (JMF) VOLUNTAD DE SER Y RESISTIR En muchos aspectos profesionales, el Dr. Santiago Dexeus es un gozne. Desde hace años, a esas persona capaces de abrir desde su profesión a otras disciplinas se las llama “referentes”. Creemos que es más preciso trasladar, a esta manera de trabajar, el concepto de gozne, de bisagra. El Dr. Dexeus desde su experiencia como ginecólogo ha abierto a la sociedad lo que ha escuchado, y escu- cha, en sus consultas: las quejas, ansiedades y problemas de las mujeres. Embrida con sus explica- ciones, comentarios y libros al machismo profundo y realmente existente en nuestro país. Gozne entre su labor ginecológica y la psiquiatría como nos recuerda Farré; también lo fue en el momento en que dedujo que el cuerpo humano tiene un único propietario: el que vive en él. Por tanto, el de la mujer no es apéndice ni propiedad de nadie. El derecho a la contracepción es la plas- mación de todo eso. Tiene en su haber otra bisagra: la fecundación in vitro, fruto de otra de las acepciones cuando hablamos del Dr. Dexeus y su capacidad investigadora. En su actividad profesional se puede pal- par el avance en la libertad de la mujer al reivindicar para ellas que sólo a ellas su cuerpo les per- tenece y por tanto su libertad para tener hijos. Enric Tomás Guix (ETG) (E.T.G.) “Mi abuelo, Josep Dexeus Bové, era médico municipal, a finales del siglo XIX en Barcelona.” Así nos dio la primera noticia de la saga de los Dexeus, el Dr. Santiago Dexeus Trias de Bes en un despacho de la Clínica Les Tres Torres, en ese otoño lento, de manga corta. (S.D.) Pero lo relevante de mi abuelo, por su trascendencia posterior, era su origen muy humilde. Humildad que fue recogida, y aplicada por mi padre. Humildad en el sentido del deber, del trabajo. Mi abuelo era un hombre, además cumplidor. Puntual, a la décima de segundo. Su nieto, no le hace ese honor: llego, siempre, a mi hora. (Risas). Otra característica de mi abuelo y de mi padre que le ha tras- cendido: no creemos en esa Cataluña pequeña. Mi abuelo vivió la Renaixença, en la que Cataluña hir- vió tras la pujanza industrial: liberalismo en lo político, modernismo arquitectónico, higienismo en cuanto a la salud; en fin la creación de los primeros sanatorios. Pero él nunca creyó que el mundo comenzara o se acabara en Cataluña, quizá por eso sus hijos, estudiaron en el Liceo Francés. Y mi padre, por empeño de mi abuelo, estudió también alemán, que junto con el francés eran las lenguas potentes, intelectualmente hablando en la Europa Continental de entreguerras. Por todo lo dicho mi padre era una persona liberal y republicana. (E.T.G.) Aparte de hablar francés y alemán, su padre ¿tuvo algún contacto como estudiante con alguna de esas culturas? (S.D.) Sí. En los años 30 del siglo pasado, mi padre completó estudios médicos en la universidad alemana de Heidelberg, con todo al volver a España, de hecho, no tenía ninguna especialidad médica, pero tenía a un gran amigo el Dr. Roig i Raventós, quién le recomendó que se especializara en Ginecología, que empezaba a tomar cuerpo como especialidad. Jugó con ventaja. Desde Alemania lle- gaban los primeros tratados de esa especialidad, que empezaba a tomar forma como disciplina indepen-
  • 4. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 71 diente dentro de la medicina. Y, efectivamente, mi padre trabajó en ella, aunque, insisto aún no lo era. Su honestidad científica le hizo devenir un “maestro” en Ginecología. Así, mediados los años cincuenta, fue invitado a un congreso médico en Granada para hablar de su especialidad. Un hecho raro. En aque- llos tiempos eran los catedráticos de Madrid y Barcelona los que copaban las conferencias o ponencias en ese tipo de congresos. Habló de su experiencia como director de La Maternidad de Barcelona y más concretamente sobre “La influencia del criterio obstétrico sobre la morbilidad y mortalidad fetal”... (J.M.F.) Cuando tu padre llega a director de La Maternitat, ¿de que tipo de institución estamos hablando? (S.D.) Mi padre fue director de La Maternitat 25 o 30 años. Se creó antes de la Guerra Civil, pen- sada, sobretodo, para madres solteras y siguiendo el modelo higienista inglés. Esa es la razón de que, entre sus instalaciones, contase con una pista de tenis para que los médicos que asistían a los partos tuvieran instalaciones donde relajarse, a la vez que hacían deporte. El pabellón Rosa, el dedicado espe- cíficamente a las madres solteras, hoy día lo ocupa la Consellería de Sanitat de las Generalitat de Catalunya. (E.T.G.) La elección de carrera para usted debió ser fácil... o facilísima, no? (S.D.) No, no. No me acompañó mi padre a matricularme, ¡qué va!. Fue un psiquiatra el que me convenció para entrar en Medicina, Josep Llusà amigo mío de toda la vida. Estaba dudando entrar en la Facultad de Derecho o en Medicina. Tengo hermanos mayores, el mayor abogado y el otro médico, once años mayor que yo. Claro que no puedo negar el peso de la personalidad de mi padre. En los años 40 y 50 del siglo pasado el padre era, en latín, una “auctoritas”. Era de una rigidez pasmosa. Ya saben la frase habitual de esas personalidades: “O eres el primero en todo, o...”. Eso crea una tensión impor- tante y te obliga. (E.T.G.)...una fotografía en blanco y negro de su padre, que hay que acercarse a ella para no confundirla con un cuadro, situada en la parte derecha del dintel que da entrada al despacho de la consulta de Santiago Dexeus, quizá sea más que un recuerdo... (S.D.) Con Josep Llusà, el que me impulsó a entrar en Medicina, nos hicimos íntimos amigos en el colegio de los Jesuitas de Sarrià (Barcelona) y él sí lo tenía claro de entrar en dicha Facultad. Mis dudas se resolvieron en una cena, en la que, además de mi amigo, estuvieron mis dos hermanos mayo- res, el abogado, Joan y el médico, Josep Mª. Dexeus. Este, el médico, que era un visionario, me empezó a convencer diciéndome que podríamos hacer equipo, que nos lo pasaríamos muy bien ejerciendo juntos la profesión, etc., y el abogado, que ya se ganaba la vida mucho mejor que el hermano médico, en cam- bió, fue muy claro respecto a su profesión: que era un oficio muy borroso, y en ocasiones deleznable, que no contase en trabajar con él, que lo mejor era hacer oposiciones para notario o registrador de la propiedad... miren si tengo presente esta cena que me acuerdo del nombre del restaurante donde cena- mos, se llamaba “La Barra de Oro”. Total que me matriculé en Medicina. Inicié la carrera en el curso de 1952-53. (J.M.F.) A los anteriores protagonistas del Dueto, los doctores Bayés, Toro y Lobo, les pregunta- mos sobre la universidad que vivieron, los catedráticos o profesores que dejaron rastro en su aprendi- zaje. Te trasladamos la pregunta. (S.D.) Mira de todos los cátedros y profesores, salvaría, por ser los mejores, a tres: Joaquim Tornos, que más tarde seria presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, Pere Piulachs y Xavier Vilanova. De aquel tiempo recuerdo dos detalles. Uno, todos los profesores y aún más los que pretendían ser cáte- dros, su primer “trabajo” era enviar a la “superioridad” una carta de adhesión al Movimiento. Dos, en el aula que ocupaba el cátedro de Microbiología había, en primera fila una silla, pintada de color negro con el escudo de la Falange y con la expresión –que siempre gritaban– de aquel partido único al refe-
  • 5. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201272 rirse a su fundador: ¡Presente!. Y en la carrera había que estudiar religión (católica) y Formación del Espíritu Nacional. Cuando lo piensas y miras al presente (¡sin gritarlo!), la actual situación política de nuestro país te parece un milagro. Es que los de mi generación, valga el paralelismo, casi, casi, íbamos por el camino de que nos impusieron una especie de burca en todos los aspectos de la vida... (J.M.F.) De los tres que has mencionado, ninguno era de tu especialidad... (S.D.) Mi especialidad, como otros tantos colegas, la hice fuera de la Facultad. En aquel tiempo todo se centraba en estudiar, aprobar las asignaturas, con la esperanza de que algún día, alguna cosa nos enseñarían. Y lo habitual era que no te enseñaran nada, porque no había prácticas en ninguna asig- natura. Las prácticas, por tanto el aprendizaje de tu especialidad, la iniciabas en escuelas profesionales, fundadas por catedráticos o médicos prestigiosos. (J.M.F.) Algo parecido hice yo con la Escuela Profesional de Psiquiatría que dirigieron, primero Sarró y luego Obiols. (E.T.G.) A sus 76 años puede presumir, no lo hace, de una indeterminada edad. Nos recibe con el casco de motorista en la mano y con una elegancia inmanente que el azar, o los dioses, reparten entre los mortales. El despacho es acogedor, pero su voz aún más. Habla con pausa: todo su verbo, se le nota, pasa por el tamiz de su experiencia. Hay que reconocerlo: te gana por la palabra. (S.D.) Mi padre que en la Maternitat tenía una de esas escuelas, tenía otro método. A los titulados que querían entrar les hacía pasar por un curso preliminar y a lo largo de él seleccionaba a los que a su entender eran los mejores. En su escuela mi padre aceptaba solo a 6 internos. La comida, muy justa, y ni tan solo había cama para todos. Hacia un frío horroroso, con unas primitivas estufas que de poco servían. (J.M.F.) Por tanto tus estudios de especialidad los inicias con tu padre, y con tu hermano mayor. (S.D.) Mi hermano Josep M., ya ayudaba a mi padre, y en los años sesenta le nombraron director de la Maternitat Municipal, que acogía a las madres solteras pero sólo las de Barcelona ciudad, mientras que la que dirigía mi padre era provincial. La Maternitat Municipal estaba situada en un precioso edifi- cio modernista en La Gran Vía. Al cabo de los años, en los sesenta, con mi hermano fundé el Institut Dexeus en la Avenida Bonanova. (J.M.F.) Pero antes de fundar el Institut, después de pasar por la Maternitat, estudias en diversos centros hospitalarios europeos: Manchester, Ginebra y Florencia. (S.D.) Mi padre me dejó muy claro que mi formación como especialista estaba más allá de la Maternitat, y de los Pirineos. Conseguí una beca de la banca March. El expediente que presenté para conseguirla era bueno: todo eran Matrículas de Honor excepto en religión y una anatomía que suspendí con un cátedro que se llamaba Taure (Farré sonríe: “creo que la hemos suspendido todos con ese”, afirma). Tenía 25 años, recién casado. En Manchester, en 1961 con mi esposa, estuve muy poco tiempo porque el Dr. G. Langley, un anato- mopatólogo muy prestigioso, había perdido una pierna en el desembarco de Normandía durante la Se- gunda Guerra Mundial, pero resbaló y se rompió su único fémur. En los años sesenta del siglo pasado este traumatismo eran seis meses de convalecencia. Al ser becario entendieron que yo quisiera mar- charme porque no podía esperar. Me fui a Ginebra y me familiaricé con el Colposcopio. Con esa expe- riencia publiqué mi primer libro sobre este aparato, junto con un médico francés, Profesor Coupez, y luego se tradujo al inglés (1977). Es importante aclarar que esa tecnología, alemana, era conocida en Francia, Italia e incluso en Grecia, pero no en Inglaterra, porque al poco de inventarse y demostrar su utilidad ginecológica, estalló la II Guerra Mundial. Mi estancia en Florencia, se debe a que obtuve una ampliación de la beca March. Estuve de resi- dente en la Policlínica de Firenze con uno de los dos cirujanos más reconocidos en la Europa (Dr.
  • 6. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 73 Ingiulla). En la sesión clínica, observé que lo habitual en los residentes era siempre dar por bueno lo que decía y aconsejaba el catedrático. Ocurrió que en un parto de una señora obesa optaron por la cesárea y yo se lo cuestioné explicándole que mi práctica clínica era hacerlo con fórceps, precisamente por la obesidad de la paciente. No le gustó en absoluto. La próxima partera de esas características la atenderá Vd., me dijo, y así fue. Atendí el parto de una mujer que pesaba unos 90 kilos con esa técnica aprendida de mi padre que como he dicho la usaba en contadas ocasiones. Era un gran cirujano y ade- más muy listo; me lo demostró en una operación de la esposa de un colega que, según él, tenía un tumor en un ovario; yo aquel día le ayudaba. La abre y no apareció el tumor. En los años sesenta no existía la ecografía. Empieza a palpar y se da cuenta que, efectivamente, había un tumor, pero en el riñón. Como buen italiano hizo las exclamaciones al uso. Con toda tranquilidad accedió al riñón, cortó el tumor can- ceroso y de esta forma espectacular, resolvió el problema. (J.M.F.) Al volver a España, ¿hiciste el doctorado? (S.D.) Mi tesis versó sobre la discariosis, una alteración celular que demostré que no era cierta, mejor dicho, que no existía. Me la dirigía el Dr. Sánchez Lucas, catedrático de Anatomía Patológica y Decano que me expulsó, en 1964, de su Servició al saber que había dado una conferencia sobre anticonceptivos. (J.M.F.) Santiago, ¿cual es tu memoria de la dictadura y tu compromiso cívico contra ella? (S.D.) Mi padre, que era liberal y republicano, tras la Guerra Civil que como tantos otros la vivió con un miedo atroz, era un hombre del régimen... pero durante la II Guerra Mundial fue aliadófilo con- vencido, por eso las crónicas de Augusto Assía –el corresponsal de La Vanguardia en Londres, distin- guido por sus crónicas criticas con los nazis– eran de obligada lectura en mi casa. Mi padre y muchos amigos suyos, lo que mostraban, en privado, era un enorme desprecio hacia el dictador. En cuanto a mi compromiso cívico y la particular conciencia sobre el universo de la mujer, se lo debo a mi primera esposa y compañera de carrera, a Charo García-Verde, una mujer rompedora de la que me enamoré, que se especializó en psiquiatría y también de la actitud de su familia, de su padre D. Gabriel García Marco, madrileño como el resto de la familia, que era Magistrado Presidente de la Audiencia Provincial de Barcelona y, aunque no lo decía, siempre entendí que era muy consciente en que régimen vivíamos. Ahora podría entenderse como un detalle sin importancia. Respetaba su trabajo y el de los demás, por eso era extremadamente puntual y reprendía a quien no lo respetaba, a los abogados por ejemplo. También respetaba la opinión de los demás, sobre todo si venía de los foros universitarios. Un hombre justo. Y, curiosamente, enseguida me sentí muy cómodo entre ellos: una familia madrileña, de funcionario, anclada en la Barcelona de los años 60, pero familiarmente más cálida, menos competitiva. (E.T.G.) Ese cambio de paradigma respecto de las mujeres: de esposa y esposada al marido en todo y por todo, a ser, naturalmente, libre y responsable de su cuerpo, ese cambio, ¿qué historia tiene? (S.D.) Mire, pensando, reflexionando...respetando. También tuvo su peso la convivencia con mis cinco compañeras de carrera, que procedían de la clase media barcelonesa y unas cuantas lecturas, Simone de Beaovoir, Margaret Mead, y... Ahora bien, que quede claro que en aquellos años, inicios de los sesenta, ser progresista... tan solo con no hacer el saluda fascista, ya lo eras. Por tanto, como siem- pre, fue a partir de la práctica, en este caso mi trabajo como ginecólogo que tomé ese camino y me opuse a lo que era habitual en aquella época. Toni Gutiérrez Díaz, médico y con los años Secretario General del PSUC me lo dejó bien claro después de decirle yo que prefería estudiar anatomía que a Marx o a Engels, del que no entendía nada. “Mira, Santiago mejor que seas un buen médico, y serás socialmente muy útil, que no un mal comunista”. (J.M.F.) Esta actitud no solamente explica toda una forma de expresarse en tu praxis médica, sino también un compromiso con las mujeres, no solamente para desgranar los misterios de su cuerpo, sino también, para liberarla de los tópicos y equívocos que han acompañado en el largo devenir hacia
  • 7. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201274 la libertad femenina, que desde hacia decenios marcaron la valoración psicosocial de la mujer, con argumentos pesimistas y acientíficos por el exceso de un naturalismo explicativo. En este sentido, tanto a ti como a mi, nos hacían mucha gracia, no exento de cierta ternura, las opi- niones de un Presidente –yo no recuerdo su nombre y por tus gestos, creo que tu tampoco– de la American Gynecological Society, quien argumentaba así sobre la fragilidad femenina:“la vida de una mujer joven es arrastrada e inutilizada para siempre por las olas y los rompientes; si logra sortear- los sin sufrir daño y no se hace pedazos contra la roca del parto, todavía puede embarrancar en los recurrentes bajíos de la menstruación y, finalmente, en la barra final de la menopausia antes de encontrar refugio en las mansas aguas del puerto, fuera de la alcance de las tempestades sexuales”. (S.D.) Tal como estaban las cosas en 1900, algo de razón tenía; sobretodo, en los que se refiere a la muerte por parto en aquellos momentos. El correcto control de la gestación y el parto, por la evolución de la obstetricia, y los progresivos avances en el diagnóstico de embarazos de riesgo y control fetal, han disminuido el porcentaje de mortalidad fetal, de un 4 por mil, en los años 50, 5-20 por 100.000, y aún descenderán más en el futuro. (E.T.G.)...pero en el Tercer Mundo no es lo mismo... (S.D.) Según estadísticas de la OMS, el 95% de la mortalidad fetal y el 99% de las muertes mater- nas, se producen en los países subdesarrollados, en los que no existe sofisticación alguna en la atención al parto, pues el 94% de las mujeres que viven en estos países no reciben atención médica alguna. La asistencia de la embarazada y de la parturienta en las maternidades de países con avanzados sistemas sanitarios, cuenta con una excelente consulta prenatal en la que se contempla, no sólo la salud de la gestante, sino también el bienestar del feto. (E.T.G.) De hecho Vd. no parece sentirse tranquilo con ese tema. Según la lista adjunta, solo o acompañado, publica libros específicos sobre el parto, en 1973, vuelve a la carga en el 89 y en 1994, conjuntamente con este señor que me acompaña... (S.D.) No se puede bajar la guardia y menos con los excesos naturalistas que nos inundan. También me sorprendía en la consulta el miedo que tenían las mujeres frente a los misterios de su propio cuerpo y, por tanto, de su propia mente. De ahí el título del libro que escribí con Farré, “La mujer su cuerpo y su mente”, en 1994. Hay miedos evitables, miedos inútiles no siempre fruto de la ignorancia, sino tam- bién de la forma de ser de algunas mujeres. Toda mi vida he luchado para acallar estos miedos (J.M.F.) En este libro hablando de la contracepción, das unos datos sorprendentes. 1/ Desde 1964, en plena dictadura y con una política oficial, natalista, ésta empieza a bajar, con el añadido del poco o nulo conocimiento de los métodos contraceptivos, tanto en el ámbito médico y no digamos de la socie- dad. 2/ En 1977 tu, intervienes activamente un primer curso sobre Planificación Familiar en el Hospital General de Valencia y no es hasta 1983, ya en democracia, que no se liberalizan tanto los fármacos como otros medios de contracepción. Pero lo cierto es que antes de 1977 ya había algunos especialistas que daban información... (S.D.) Éramos muy pocos, en los años 60 y 70. De hecho había tres tipos de ginecólogos. Los que casi insultaban a la mujer que le pedía algún método anticonceptivo; muchos farmacéuticos hacían lo mismo; otros que en la Seguridad Social les decían a las pacientes, “aquí no lo puedo hacer, venga a mi consulta privada” y una minoría, que, en caso de que nos lo pidieran les dábamos los consejos o las recetas que podíamos dar. En Valencia, efectivamente, en el Hospital General había un grupo muy activo de médicos con los que yo colaboraba, de ahí ese primer curso. En todo caso, ya en el Clínico había un pequeño grupo, con la Dra. Villatoro y el Dr. Iglesias-Cortit, y conjuntamente empujábamos en esa dirección. (J.M.F.) Paralelamente, y llevados por una sinergia entre los dos grupos, en Psiquiatría del Clínico –bajo la advocación de Massana y con el apoyo del Prof. Obiols– se organizaron las primeras consul-
  • 8. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 75 tas sexológicas en el ámbito hospitalario. Era el año 1972 y aprovechamos las derivaciones de Villatoro o Iglésias y el inicio paralelo de la Terapia de Conducta y los modelos psicosomáticos, que llamábamos costicoviscerales, bajo el influjo del Colodrón. Es curioso, las consultas sexológicas pio- neras en la España franquista fueron mujeres. Desde octubre del 72 a octubre de 77, en estos cinco años, visitamos un total de 675 disfunciones sexuales. En las pacientes en edad fértil, un 36,2% utilizó anticonceptivos orales y el 19,5% aún acudía al coitus interruptus por encima del Ogino, (3,5%) y el preservativo (10,8%). (J.M.F.) La contracepción no se despenaliza hasta finales del siglo pasado, en 1977... (S.D.) El artículo del Código Penal era muy sutil. No prohibía su uso, con lo cual la dictadura que- daba bien antes los organismos internacionales, la OMS sobretodo, pero taxativamente prohibía su publicidad, pública o privada,... y ¡se podía hacer muy poco!. En España, la completa liberalización de las prácticas anticonceptivas no se obtuvo ¡hasta...1983! Trascurridos 10 años, el debate de la contra- cepción parece hoy tema obsoleto y sin embargo, puede observarse un incremento de madres de más de 35 años. Por lo tanto es lógico, que durante muchos años se deba recurrir a métodos contraceptivos hasta que el individuo, o la pareja, se hallan en suposición de formar un a familia. (E.T.G.) Tengo una anécdota muy sabrosa al respecto; se la debemos a Rosa Ferrer de Dios, una enfermera con muchos años de oficio docente que nos lo ha recordado. En 1974, Vd. debía impar- tir una conferencia en el centro docente para enfermería de Santa Madrona, en Barcelona, con el título “Métodos Anticonceptivos”; fue prohibida por la autoridad “competente”. Al cabo de 10 días cambiando sólo el título de la conferencia (“La Paternidad responsable”) no hubo problema. Es más, según nuestra informante fue muy aplaudido por los policías de la “secreta”, presentes en ella, hasta el punto que, si lo recuerda, le pidieron consejo... (S.D.) En el mismo año, con motivo de la Conferencia Mundial sobre Población, celebraba en Bucarest, se introdujo la matización entre parejas y personas, especificándose que “tienen el Derecho Humano para decidir libre y responsablemente el número y espaciamiento de sus hijos”. Otro aspecto importante de la citada conferencia, es la declaración pública de la igualdad social de la mujer. En el año 1974, la sujeción a la maternidad constituía una de las armas más reaccionarias y sutiles para rele- gar a la mujer a una condición de ciudadana de segundo orden. (J.M.F.) La casi normalización de la educación sexual, la liberalización de la venta de preservati- vos, una mayor información, etc., paradójicamente, no ha hecho disminuir lo que llamamos la “Contracepción de Emergencia”, es decir, el uso, en muchas ocasiones reiterativo, de la píldora “del día después”, ¿Qué está pasando sobre todo entre la gente joven? (S.D.) La explicación a esta paradoja, a mi entender, se sustenta en unos argumentos que a primera vista pudieran ser reaccionarios. Pienso en todo, avance médico, hay tres fases: La informativa, la forma- tiva y, la tercera, cuando se aplica. La primera es informativa: si usted fuma, la posibilidad de cáncer de pulmón es más elevada. En mi opinión aquí empieza el fallo: ver un coito, como los que se ven en cual- quier película porno, en Internet... eso es ver un coito, con ello se adquiere información, no formación. (J.M.F.) En un trabajo nuestro (2005) con adolescentes-jóvenes (edad media 17,6 años) un 85% uti- lizaban el preservativo, un 14% la píldora, pero un ¡20%! no utilizaban nada. Con esos porcentajes, infiero que debemos seguir estudiando la sexualidad de los adolescentes, desde la perspectiva positiva, como lo es las relaciones afectivosexuales y de la intimidad en la salud física y mental, y la perspectiva negativa que incluye los riesgos inherentes a comportamientos sexuales en la adolescencia. (E.T.G.) Por tanto, para prevenir las conductas de riesgo, pero también para mejorar las rela- ciones afectivas en los adolescentes, tendríamos que esforzarnos en aproximarnos a sus estilos cog-
  • 9. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201276 nitivos y emocionales, adaptándonos a los medios actuales de comunicación y favoreciendo el acceso a los recursos disponibles. (J.M.F.)...pero también dotándoles de estrategias adecuadas de expresión emocional y conductas de mayor asertividad. Un estudio realizando por nosotros, demuestra que en jóvenes universitarios (n=80, media de edad 19,3 años), un 42,4 son asertivos, pero en la modalidad de ejecutivos ansiosos, y un 30,3% no son asertivos. De ahí que a los que carezcan de habilidades para afrontar las situaciones sexuales de riesgo, debería proporcionárseles un entrenamiento que potenciara su capacidad de deci- sión en un sentido asertivo. (S.D.) Insisto, se comete el error de reducir la sexualidad a las relaciones coitales. Los adolescentes deberían aprender a considerar una mayor capacidad para la sensualidad global. Sea como sea, en el transcurso de veinte años, prácticamente se ha duplicado el número de muchachas que iniciaron sus relaciones sexuales antes de los 16 años de edad, pasando del 5,7% al 11,4% y los embara- zos no deseados casi han triplicado su frecuencia, pasando del 4,9% en 1996, al 11,5% en 2005, según datos del Ministerio de Sanidad. En 2006, según estas mimas fuentes abortaron en España 14.000 menores... (E.T.G.)... ¡y 350 de ellas reconocieron no saber como evitar un embarazo no deseado! (S.D.) Vuelvo a insistir en lo que he dicho de la educación, pero además tengo la impresión de que hay más factores que influyen en las conductas de riesgo. (E.T.G.) En el reciente libro del Dr. Toro, dedicado a los adolescentes, las enumera: la conflictivi- dad familiar, los errores educativos, la ausencia de vinculación, de afecto, de comunicación, así como la ausencia de supervisión familiar aumentan el riesgo de conductas como el inicio precoz de relaciones sexuales, un escaso uso de anticonceptivos y un mayor riesgo de embarazos adolescentes. (J.M.F.) En una investigación hecha con estudiantes de la Universitat de Girona, sobre la sexuali- dad en adolescentes se desprende, ampliando la anterior pregunta, que procede a replantearse los pro- gramas de educación sexual. ¿Cuál es tu opinión? (S.D.) Estoy totalmente de acuerdo con el estudio y diré más: hay que ampliar, por así decirlo, las dosis de humanismo en toda educación o información sexual. Yo creo que hay, en ese aspecto, un déficit importante. Y, precisamente, por que una gran parte de los padres son más liberales, en éste y otros aspectos, hay que dar mucho más peso al humanismo en ese ámbito de la educación. Hay que recordar por último que hablando de personas con esa edad, los andrógenos están en su punto más alto de activi- dad, entre los 14 y 18 años. Con todos esos elementos, y sobre todo los cambios en los referentes cultu- rales, a los adolescentes les parece igual, o que está al mismo nivel, el último “cubata” del fin de fiesta que hacer un coito, le dan el mismo valor. Por otra parte hay que dejarles bien claro que sexo sin amor no tiene mucho sentido, que en una época de la vida el sexo pesa más que el amor, es natural, pero no hay que esconderles lo que anteriormente he dicho. (E.T.G.) También una educación no tan focalizada en la información contraceptiva, sino mucha más en el desarrollo de actitudes y habilidades de autocontrol ante comportamientos de riesgo. (J.M.F.) Hace muchos años tuve una conversación contigo en la que me dijiste, más o menos, que con el inicio precoz de la actividad sexual se puede entrar en la zona de riesgo para cáncer de cuello de útero; ¿es actual esta afirmación tuya? (S.D.) Sí es cierta. La promiscuidad es un factor de riesgo para este tipo de enfermedad. Por una razón bien sencilla: se tiene más posibilidades de entrar en contacto con el virus del Papiloma. Por tanto cuando hablamos de vacunar, lo tendríamos que hacer a los adolescentes de ambos sexos. Y eso, las autoridades sanitarias, deberían decirlo claramente.
  • 10. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 77 (J.M.F.) Hablemos del sufrimiento psicológico de las mujeres. Te hacemos esta entrevista, entre otras muchas, por esta razón: Muchos psiquiatras entendemos que gracias a tu visión, digamos, psi- cologista en tu quehacer como médico ginecólogo eres, en buena parte, el responsable de la entrada a la psiquiatría en este ámbito. (S.D.) Mira, esta pregunta que de alguna manera analiza de arriba abajo todo mi historial como médico, yo la resumo de la siguiente manera. Toda mi vida, aún hoy, he visto a las mujeres como seres socialmente discriminados. Por tanto, en primer lugar, respeto, mucho respeto. De ahí que, en las con- sultas, lo primero que hago es escucharlas, más tarde les pregunto cuál es su problema... (E.T.G.) ¿El primer psiquiatra con las mujeres es su ginecólogo? Muchas pacientes suyas coinci- den en esa definición: “primero nos escucha y luego nos visita.” (S.D.) Sí, pero desde hace unos años habría que matizarlo. La mayoría de las visitas médicas, hoy en día, son muy tecnocráticas y veloces. ¿Qué está ocurriendo con nuestra profesión? Pues que es muy difí- cil convertir todo el largo aprendizaje –la carrera, la especialización con el MIR, etc.– en vocación. Buena parte de la medicina hoy está en manos de las mutuas que pagan poco y el médico se ve en la necesidad de hacer muchas visitas para que le salgan las cuentas. Por tanto, una visita es entrar, mirar a la paciente y decirle inmediatamente, ¿Qué tiene, señora? Se acabó aquello de que entre el paciente y el médico lo más importante era la silla; no, hoy es el reloj, no la silla. En cambio, tener tiempo para levantarse de la silla, acoger al paciente en la consulta, eso sólo, lo cambia todo, o casi todo. Es preciso animar a las mujeres a que expliquen las tensiones a las que se encuentran sometidas, ya sean los con- flictos de pareja, como la violencia doméstica, o las responsabilidades domésticas excesivas, ya que pueden sentirse incluso culpables si al expresar sus propias necesidades entran en conflicto con los demás miembros de la familia. (J.M.F.) Tan cierto como que el Ministerio de Sanidad, en el programa de los MIR, ha introducido un curso de “comunicación paciente-médico”. Eso era un valor elemental, que se daba por hecho en los médicos. Pues no es verdad. De ahí la recomendación. ¿Cómo hemos llegado a esa situación? (S.D.) De hecho, en la consulta, muchos médicos, reaccionan igual que cuando los funcionarios estaban tras la ventanilla, de una forma demasiado seca y distante. Ellos también son víctimas de la ten- sión que vivimos: la familia y los hijos, la hipoteca y la propia organización sanitaria, de ahí que caigan en burnout. Hace poco me vino una paciente con mucha documentación: un TAC, una resonancia, una ecografía, una analítica de sangre (la más simple), también, por escrito, una exploración ginecológica, muy elemental. Cuál era el problema: no había entre tanta documentación un diagnóstico. Estuve con ella una hora. La causa era el estropicio quirúrgico que le hicieron tras un parto. La visita la empecé escuchando a aquella paciente. No hacía falta tanta documentación, el problema era quirúrgico... (E.T.G.) En su experiencia clínica, ¿cómo se comunican las mujeres? (S.D.) Yo creo que identifican y aceptan mejor el sufrimiento que los hombres. Expresan mejor las emociones y son más cumplidoras con los tratamientos. (J.F.M.) Esto sería coherente con el cerebro humano: poseen más circuitos cerebrales para la comunicación o la comprensión de las emociones. Según un estudio de Yamamoto (2004), los estróge- nos, son los que resaltan la “proximidad” emocional, la capacidad de observación y la comunicación. (S.D.) De hecho el cerebro tiene suficiente talento para incrementar o bloquear los efectos hormona- les, cambiando un supuesto destino predeterminado. (J.F.M.) Así y todo, no debemos olvidar que las aptitudes sociales, verbales y de capacidad social de las niñas se desarrollan antes que la de los niños. Quizás eso marque las diferencias que has comentado. (S.D.) Yo creo que tienen más inteligencia emocional...
  • 11. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201278 (E.T.G.) Otra pregunta, esta típica de periodista. ¿Por tanto, por todo ello, serían mejores médi- cos las mujeres que los hombres? (S.D.) Estoy seguro de ello. Ellas son mejores médicos, con diferencia, siempre y cuando no caigan en la celada de parecerse a los hombres, que es una posibilidad muy cercana, y cierta. En 1927 Rainer Maria Rilke ya afirmó. “El mundo es de las mujeres. Ellas cambiarán el mundo siempre y cuando no caigan en la trampa de imitar a ser hombres.” Y algunas, sobretodo cirujanas, se están deslizando por ese camino, soy testigo de ello... (E.T.G.) ¿Pero estas diferencias emocionales, tendrían que ver o no con diversos trastornos mentales y su diferente epidemiología? (J.M.F.) Los estrógenos tienen efectos dopaminérgicos y serotoninérgicos y los metabolitos de la progesterona intervienen en la modulación GABA. La situación hormonal de la mujer la acompañará siempre en determinados aspectos positivos (su protección contra las enfermedades vasculares o sus ventajas o desventajas emocionales), y negativas (el trastorno disfórico premenstrual, los trastornos psiquiátricos en el embarazo y puerperio, las alteraciones del climaterio, etc.), o especiales, como las diferencias de género en las respuestas farmacológicas... (E.T.G.) Sin obviar los factores concomitantes como la tradicional desventaja social de la mujer... (E.T.G.) ¿Vd. Cree que el embarazo protege de la depresión? (S.D.) Mi impresión es que el embarazo no las protege; es más he visto depresiones en pleno emba- razo, no solamente en pacientes predisponentes, sino también en mujeres que han debutado en una situación vital, aparentemente, feliz. (J.M.F.) Totalmente de acuerdo. Hay prácticamente la misma tasa de depresión, con o sin embarazo. Otra cuestión es la depresión postparto, un trastorno quizás más frecuente de lo que muchos sospechan (10- 12%). Si bien es cierto que se podrían dar factores de riesgo psicosocial. (S.D.) En la Maternidad, vi que ciertas desventajas sociales (algunas mujeres vivían en la pobreza y desde luego todas ganaban menos que los hombres, si es que trabajaban) o violencia social y doméstica, y, desde luego el embarazo no planificado, podían ser factores de riesgo. En la práctica actual, sigo viendo mayor carga en las madres, a pesar de las ventajas de los permisos postparto; persisten los dobles roles, los embarazos inesperados y síntomas de estrés durante el embarazo. (J.F.M.) García-Esteve –que precisamente trabaja en La Maternidad– constata todos estos factores y añade otros, como la mala relación conyugal, los antecedentes de depresión, el abuso sexual y el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). Claro que también se ha hablado (Sanjuan et al, Br. J Psych., 2008) de una vulnerabilidad genética, con variación de algunos genes reguladores de la sero- tonina –gen que codifica el transportador 5HTT, variante alelo LL– en interacción con sustratos hor- monales propios del postparto. (E.T.G.) De hecho, el TEPT es un factor de riesgo psicopatológico, y también se asocia a la depresión. (J.M.F.) Me gustaría profundizar más en la cuestión del TEPT, como secuela obstétrica. Ibone Olza, en un articulo que apareció en el nº 96 de “Cuadernos” afirmaba que el embarazo puede ser una situación tan estresante como para desencadenar un TEPT, que afecta entre el l,5 y el 6% de las puérperas, pudiendo presentar el síndrome incompleto hasta un 30% de mujeres que dan a luz. Como favorecedores del síndrome, el alto intervencionismo obstétrico, la percepción de cuidados inadecua-
  • 12. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 79 dos en el parto, las cesáreas urgentes y los partos prematuros, siendo menor la incidencia si la cesárea es programada o el parto es vaginal y no intervenido. (S.D.) Totalmente de acuerdo con lo que se dice en el artículo. De hecho hay que procurar comuni- car bien en el embarazo, sobretodo cuando captas miedo –e incluso fobia– al parto. Lo importante es la percepción de la comprensión por parte del obstetra, aunque tampoco se trata de ocultar la realidad si ésta se complica. También hay que evitar las cesáreas innecesarias y, en fin, de acuerdo con Olza, es conveniente que la futura madre exprese sus emociones negativas, garantizando un ambiente tranquilo en el parto, evitando siempre que sea posible la separación madre-bebe. Y estar atento a los posibles problemas mentales en el puerperio. (E.T.G.) En este tejer de la experiencia a la ciencia... ¿Vd. Cree que la menopausia puede ser un factor de riesgo psicológico? (S.D.) Por si misma, no lo creo. Hay un factor biológico, que no conozco en tota su profundidad, y es el protagonismo neurotransmisor de los estrógenos, la serotonina, etc. Los factores socioculturales tienen incidencia: si la mujer interpreta la menopausia como la pérdida de su fertilidad; si ello va acompañado de miedo al deterioro de su vida de pareja, a envejecer y todo eso se le suma el desajuste biológico, la afecta- ción emocional planeará sobre su cerebro. Sin obviar, los antecedentes psicobiológicos de cada mujer. (E.T.G.) Pero, aclarémoslo ¿Cuál es la frontera entre el destino biológico y los factores psicosociales? (S.D.) Los cambios neurohormonales existen y explican no solamente los síntomas vasomotores y muscu- loesquléticos, sino también los emocionales. Decir lo contrario seria caer en una banalización sociológica. (E.T.G.) Un estudio de Hurtado, daba unos datos de trastornos mentales en la menopausia: un 76% presentaba trastornos adaptativos, un 60% de depresión de nivel leve, un 26% moderada y un 7% grave. Un 33% con insomnio y un 27% deseo sexual inhibido. En cuanto a factores predic- tores, un 38% tenía niveles moderados-altos de estrés en los últimos 12 meses y un 8% nivel bajo de apoyo social. (J.M.F.) Pero en el mismo estudio, relacionaban estos datos con características personales, como son: el contar con habilidades adecuadas para afrontar situaciones estresantes, o disponer de un buen apoyo social, siendo el proceso climatérico una situación peculiar, pero no distinta a otras situaciones vitales, potencialmente estresoras. (S.D.) Es más, otras investigaciones indican que la mujer con una menarquia tardía, con múltiples embarazos, con fecha lejana de la última gestación, con poco nivel cultural, escaso nivel económico, con mala relación de pareja, favorece la presencia y/o la mayor intensidad de los síntomas climatéricos. (E.T.G.) ¿Existe una depresión específicamente menopaúsica? (S.D.) Yo creo que son factores de riesgo la menopausia quirúrgica y la perimenopausia prolongada, por un incremento más lento de la FSH. (J.M.F.) Viendo como, con cierta alegría, se recetan serotoninérgicos ¿qué queda del síndrome dis- fórico premenstrual? ¿Sigue siendo tan caótico conceptualmente? (S.D.) Siguen habiendo subtipos según los síntomas dominantes, tanto en la clínica somática como en la disfórica, o claramente depresiva, con elementos sintomatológicos atípicos. Con seguridad hay un trastorno, pero existen otros factores de riesgo, algunos claramente culturales, otros, relacionados con la paridad y algunos relacionados con las respuestas neuromoduladoras del estrés. (J.M.F.) Wisner se pregunta, cual es la causa de que aproximadamente el 5% de las mujeres sufra un problema funcional importante en la fase premenstrual, ¿por qué el 95% restante no sufre este
  • 13. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201280 problema, a pesar de presentar fluctuaciones similares en sus niveles hormonales? Las mujeres con trastorno disfórico premenstrual deberían ser evaluadas durante la fase folicular asintomática y la luteínica sintomática. Si se esclarecieran los mecanismos fisio-patológicos sería posible desarrollar medidas preventivas y terapéuticas. De hecho, para Wisner, es necesaria una evaluación de la validez predictiva de la enfermedad en cada momento del ciclo vital, respecto al desarrollo de un síndrome durante una transición reproductiva posterior. Otra cuestión no menos importante es la presión que soportan las mujeres en su imagen corporal, lo que llamamos autoimagen... y sois vosotros, los ginecólogos los primeros, muchas veces, en detec- tarlo. ¿Ha bajado esa tensión, se mantiene? (S.D.) El único periodo en que se rebajó esa tensión fue durante el movimiento hippy. Las mujeres se vestían de cualquier manera en el sentido nato de la expresión, no crítico. El “look” vagabundo fue norma. Pero a partir de entonces, mediados los años sesenta, ha reverdecido de una manera impresio- nante, total. El negocio de la moda es fantástico. Cuando a un hombre le salen canas, gana, es más inte- resante; una mujer con canas, rápido, al peluquero. (E.T.G.) El estudio del trastorno de la imagen corporal es un tema vigente en esta época de culto al cuerpo y, sin embargo es también un trastorno poco conocido, quizá debido a que el inte- rés y la investigación en este campo es muy reciente. Y luego, hay la cuestión de la conducta ali- mentaria. En muchas ocasiones, los ginecólogos detectan los primeros pasos de esta enfermedad. (S.D.) Los trastornos de conducta alimentaria son de presentación universal y su prevalencia mun- dial ha aumentado en todos los grupos étnicos. Es cierto lo que dice. La detectamos, a veces, directa- mente (amenorrea y adelgazamiento) y otros impulsados, por las madres de las anoréxicas. Los ginecó- logos deberían estar preparados para responder adecuadamente ante este reto clínico y humano, susten- tado en una vulnerabilidad biológica y genética, sobre el que actúan factores determinantes psíquicos, sociales y biográficos. (J.M.F.) Y otro tipo de dolores, los psicosomáticos... (S.D.) Cuando una mujer me viene con fibromialgias, fatiga crónica, dolores pélvicos o en la vulva, tras escucharlas y estudiar la documentación, si la hay, hago un estudio de personalidad. Cuesta pero al final sale la causa. No es cierto que sean más rápidas en explicar sus problemas íntimos que los hom- bres. Son más rápidas en mostrar el dolor, llorando, pero que lo cuenten ya es harina de otro costal. Tuve una paciente que venía cada año a la revisión ginecológica. Elegante, bien vestida..., en un año su aspecto cambió completamente, ni iba tan bien vestida, más triste. Le pregunté el porqué. Me explicó que una de sus hijas había marchado de su casa a estudiar a Barcelona, que eso le preocupaba, además que tenía más trabajo. Bien, no deja de presentar una problemática clásica, quizás, pensé, el síndrome del “nido vacío”. Ginecológicamente, no había problema. Al año siguiente, su aspecto era mucho peor. Se lo pregunto y me responde, que no me lo puede decir, pero que me lo explicará por carta, carta, según me dijo que la traería ella misma. Me lo apunté en la ficha, no la trajo, pero al año siguiente al volver a preguntar, me lo contó: “Mire Dr., mi marido manosea a una de mis hijas; por eso marchó de casa. Ella no me lo explicó. Con la excusa de estudiar en Barcelona se marchó de casa, pero a los pocos meses me lo contó por teléfono”. (J.M.F.) ¿Se pregunta a las madres, a las jóvenes por ese tipo de cuestiones o no hay tiempo, como decías, o tampoco conocimiento o cultura para hacerlas? (S.D.) Ni cultura ni tiempo, desde luego. Pero, quizá eso no se enseñe en las Facultades, pero en los consultorios son un buen lugar para aprender... hay médicos, y médicas, que empiezan a visitar a las 8 de la mañana hasta las dos y media de la tarde: 30 visitas de 10 minutos, a 20 €... no, así no hay tiempo para un buen trato con el paciente, ni para hacer ese tipo de preguntas, si no se tiene un espíritu heroico, que afortunadamente abunda entre los médicos.
  • 14. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 81 (J.M.F.) Insisto en lo de la comunicación médico paciente... (S.D.) Mi padre decía que a una marquesa se la puede tratar de tu, a una payesa, siempre de Vd. En Román paladino: eso de comunicarse bien con el paciente también se aprende, o se debe aprender... yo lo enseño a mis alumnos, residentes. (E.T.G.) ¿Qué diferencias, en este sentido, hay entre la medicina pública y la privada...? (S.D.) Sólo hay un tipo de medicina, no nos engañemos, solo hay una: la buena medicina y esa se basa en buena técnica y humanismo, es decir capacidad de escuchar y empatizar con el paciente y eso sólo se obtiene con una buena comunicación, excelentes aptitudes y conocimientos. (E.T.G.) Hay una cuestión importante en su historia como médico ginecólogo, una historia feliz, porque no se ha terminado aun, como es la reproducción asistida. Recuérdenosla. (S.D.) Pertenezco a una generación de médicos ginecólogos que nos habíamos dado de bruces siem- pre con el mismo problema, la esterilidad. En los años 50 y 60 era insalvable sobretodo en los casos de tuberculosis de las trompas del útero, enfermedad frecuente en aquella época. Muchos colegas buscába- mos como superar lo que ocurría en las trompas y todo hay que decirlo, todavía hoy no sabemos lo que sucede en ellas. Los cierto es que el ovocito fecundado, antes de llegar a la matriz, se pasa cuatro días en las trompas. No se cree que la causa es que le cuesta llegar a la matriz, sino que en el referido órgano algo ocurre, que no sabemos. Con la fecundación “in vitro” ese paso por las trompas no es necesario. En 1967 logré una beca para investigar ese tipo de fecundación. La farmacéutica Merck, aquí en Barcelona, tenía a disposición de investigadores médicos, un laboratorio, por cierto infrautili- zado. Una parte de la investigación la hacía yo mismo en el laboratorio de Farmacología del Clínic. El experimento se hizo con conejas, a las que sacábamos las trompas simulando el mismo problema que tenía una mujer con tuberculosis en ellas. Con un conejo macho pretendíamos que cubriese a la coneja, cuando lo hacía recogíamos su semen, más los ovocitos y los introducíamos en su matriz. Pero aquel invierno, de 1967, fue muy crudo y no había manera de que el conejo la cubriera. Me ayudaba mi amigo de toda la vida, al que ya me he referido, Josep Llussà, que era el encargado de recoger el semen cuando el conejo eyaculaba, pero, como he dicho el frío la retenía. Entonces el catedrático de Farmacología, García Valdecasas, muy brillante en su materia, me ayudó. Ellos tenían un aparato de laboratorio con dos electrodos que aplicados a un conejo, provocaba una eyaculación, con una pequeña descarga eléctrica. Por cierto, las conejas estaban en el laboratorio Merck y los conejos en el Clínic. Yo era el encargado de conectar ese aparato, Llussà recogía el semen y rápidamente los llevaba al labora- torio. Matamos 40 conejos y conseguimos inyectarle el semen a la coneja, y esta reaccionó con el sín- drome de madre pero no quedó preñada. En otras palabras la dilatación del cuello del útero, provoca el “reflejo de madre”, incluso prepararon un nido para cuando parieran. Pero un entendido en la materia al cabo de unos días ya nos dijo que la coneja no estaba preñada, nosotros le dijimos que si. Al cabo de tres semanas la abrimos, solo tenía un coágulo dentro de la matriz. En 1978, Robert G.Edwards y Patrick Steptoe consiguen la primera fecundación “in vitro”. Yo era el director del Departamento me dije que teníamos que intentarlo aquí. Para ello constituí un equipo, formidable, el Dr. Pere Barri, las biólogas Anna Veiga y Gloria Calderón. El primer transfer lo hice yo mismo, los tres pusieron todo su empeño en conseguirlo y lo conseguimos en 1984, seis años más tarde que los ingleses. (E.T.G.) En catalán tenemos una palabra o, mejor dicho, un palabro, grandilocuente y trabalen- guas –escarafalls– para decir aspavientos. Dexeus, al explicar ese logro importantísimo que ha resuelto infinidad de sueños y deseos íntimos (y no sólo de mujeres) no hace ni uno. ¿Nadie, ninguna institución se “escandalizó” por la fecundación in vitro? El tufo de la dictadura era muy presente... (S.D.) En aquel tiempo presidía el Colegio de Médicos de Barcelona el Dr. Moisés Broggi, el cono- cido cirujano que salvó tantas vidas de soldados republicanos en el frente durante la Guerra Civil y represaliado por la dictadura. Él se alegró mucho. “Es alumbrar nuevas vidas”, exclamó. Yo no lo veía
  • 15. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201282 tan claro. Pero las protestas, o críticas, vinieron, sobretodo de la Iglesia Católica, lo que no me sorpren- dió. Pero, dado el primer paso, el nacimiento del primer bebe in vitro, con la ayuda del expresidente del gobierno y amigo mío, Adolfo Suárez y sus parlamentarios del CDS (Centro Democrático y Social) así como de los del PSOE, y especialmente de Marcelo Palacios, en 1988 ayudé a confeccionar la primera ley, que se aprobó, de Reproducción Asistida. (J.M.F.) Pero todo el proceso de reproducción asistida es muy duro, tanto para la mujer, en primer lugar, pero también para el hombre. Y nosotros tanto psiquiatras como psicólogos, tenemos un papel, terapéutico, según dicen los estudios, más de adherencia al tratamiento, logrando menos tasa de abandono, que en ayudar a lograr el objetivo, el embarazo. (S.D.) Es muy cierto todo lo que dices, del protagonismo de psiquiatras y psicólogos y lo que afirma este estudio de vuestro papel, en cuanto a la adherencia al proceso. Ahora bien, el éxito en este tipo de procesos también va muy ligado a la cantidad de pacientes que atienden cada uno de los equipos médi- cos dedicados a la reproducción asistida. (J.M.F.) Según Lasheras, un 20% de mujeres, antes de los tratamientos, padecen de trastornos psi- copatológicos; durante el tratamiento aumenta hasta un 40%, fundamentalmente son trastornos adaptativos de tipo mixto. De ahí que si bien la ansiedad no es determinante para el resultado del tra- tamiento, es necesaria una terapia cognitivoconductual, cuyos objetivos no solamente son la mejora de la saluda mental y la adaptación, sino que también preserva la adherencia al tratamiento y favo- rece la satisfacción con el mismo. (E.T.G.) ¿Cuáles serían las recomendaciones de intervención psicológica sistemática en repro- ducción asistida? (S.D.) Antes de una intervención sistemática hay que propiciar una correcta información e investi- gar los factores psicosociales y emocionales relevantes. El equipo debe prepararse para demandas espe- cíficas y detectar precozmente el malestar psicológico. (J.M.F.) A tu pregunta, el protocolo que propone Lasheras es: presencia de Psicopatología, recep- toras ovodonación-donación-embrión, embarazo múltiple, reducción embrionaria, abortos de repeti- ción y finalización del tratamiento. Otro método que emplean en este proceso es el llamado “reducción embrionaria”. ¿Cuál es tu opinión? (S.D.) Siempre, hay que informar a la paciente. Siempre. Si nosotros conseguimos una serie de ovoci- tos, nosotros tenemos los medios para conocer las características de estos; por tanto es inútil transferir ovocitos que no estén en las mejores condiciones, esto es la primera parte. La segunda, la reducción embrionaria, es que cuando una mujer tiene un margen de cuatro ovocitos, la posibilidad de problemas son enormes y, generalmente, se fracasa; es a partir de ahí cuando hablamos de “reducción embrionaria”. (J.M.F.) ¿En estos casos, se informa adecuadamente? (S.D.) Yo creo que sí. (E.T.G.) Entremos en un tema en el que Vd. es especialmente sensible: el cáncer. Ha hecho for- tuna un constructo, el llamado de “espíritu de lucha” que se asienta en tres patas: la esperanza de curación, la sensación de control, ya sea médico o propio y la visión de la situación como un reto. Es tal su fuerza que incluso se habla de que asumirlo puede contribuir a mejorar, de una forma u otra, la enfermedad, hay incluso un cuestionario con ese título “Espíritu de lucha”, incluido en la famosa escala “Mental Adjustement to Cancer (MAC)” (Por primera vez –llevamos más de dos horas de entrevista– Santiago Dexeus, cabizbajo y sin mirar a los entrevistadores, parece molesto, al borde de la irritación).
  • 16. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 83 (S.D.) ...quizás al bienestar del paciente. Pero se empieza mal diciendo que el cáncer es una lucha. No. El cáncer es... es un enfermedad que parece concretar una amenaza telúrica, que viene del “fondo de los siglos”. No, la palabra lucha no hay que decirla... ¡nunca! al paciente. Quizás el consuelo, el único consuelo esté en que afecta a mucha, mucha gente. (E.T.G.) Dr. Dexeus con esas afirmaciones ha roto muchas afirmaciones que están actualmente en boga. Porque ese constructo lo defienden, por ejemplo, el ICO (Instituto Catalán de Oncología)... (S.D.) Seguramente sirve más a los que rodean al enfermo que al enfermo mismo; es mi percepción. Yo conviví con el cáncer –el de mi esposa– 30 años. Hablo por experiencia personal y médica. (J.M.F.) En cualquier caso, como muy bien escribieron Ferrero et al de la Universidad de Valencia, conviene comprobar la utilidad del concepto unitario de “espíritu de lucha”. Esto es, si el constructo está constituido por la esperanza, la sensación de control y la visión de la situación como un reto, la agrupación de estos elementos tiene un mayor predictivo en la calidad de vida. De todas formas existen otros métodos de afrontamiento como son el control de la rumiación negativa, el sen- tido del humor, hasta la negación tan denostada. En su momento nosotros evaluamos mujeres con neoplasia de mama y el 54% sufría de psicopatología moderada o grave, con diversos diagnósticos presentaba sobretodo, trastorno adaptativo. (S.D.) ...probablemente con un mayor porcentaje en las tumorectomizadas. (J.M.F.) Así fue. (E.T.G.) Y luego están los propios tratamientos, que supongo inducirán distres y patología. (S.D.) Desde algunos fármacos hasta la propia quimioterapia, o la radioterapia o el impacto de la cirugía. En cualquier caso, una ansiedad elevada y excesiva puede hacer que la paciente sienta un mayor temor a estos procesos. (E.T.G.) En un trabajo de 2010 de “Cuadernos”, (Rincón et al) se puede comprobar que las mastectomizadas, manifestaron una mayor satisfacción con los cuidados médicos y con la informa- ción del cirujano. (S.D.) Los diversos problemas de autoestima y seguridad, dependen fundamentalmente de la infor- mación del cirujano o del oncólogo. Una información bien estructurada sencilla y clara, incrementa el cumplimiento terapéutico y reduce la ansiedad. Estas respuestas de las mujeres mastectomizadas se repiten en todos los trabajos; siempre presentan mayor percepción de soporte emocional. (E.T.G.) Infiero que con esta información las mujeres tomarán las decisiones con seguridad y tendrán expectativas realistas sobre los resultados quirúrgicos. En general, las mujeres con menos nivel de satisfacción son las que consultar fuentes externas de información adicional como son Internet o los familiares y amigos, y, en algunos casos, esta información puede ser reinterpretada negativamente, o simplemente, ser inexacta. (J.M.F.) Hay muchos otros trastornos “diana” en ginecología, como la misma endometriosis. Tú y yo, con la colaboración de la psicóloga Van Amersfoort, hicimos un estudio en el que captamos una tasa de morbilidad psicopatológica del 39,2% en 227 mujeres que padecían esta enfermedad. (S.D.) La endometriosis tiene un síntoma principal: el dolor y al igual que en otros procesos se alte- ran las actividades habituales y se provocan respuestas desadaptativas propias de la situación del dolor crónico. (E.T.G.) Lo cual nos lleva otra vez a los trastornos emocionales en el dolor...
  • 17. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201284 (S.D.) Nunca he dudado de esto. Todos los procesos ginecológicos que cursan con dolor pélvico cró- nico como las adherencias, el ovario poliquístico, la propia endometriosis están sometidos a la vulnerabi- lidad propia del dolor en las enfermedades somáticas y su relación con posibles alteraciones depresivas. (J.M.F.) Un 30% de estas muestras presentan ansiedad y de un 3,5 a un 35% diversos estados depresivos. (S.D.) Si yo encuentro antecedentes psicopatológicos o factores psicosociales de riesgo en cualquier patología ginecológica aunque sea benigna, intento controlar, mejorar todo lo que sea la prevención de situaciones desestabilizadoras. No hay altibajos en su voz. En todo caso, el Dr. Santiago Dexeus ralentiza su habla para subra- yar alguna afirmación. No levanta la voz. (J.M.F.) La última vez que te oí hablar en público sobre la mujer te vi muy combativo, como si toda tu lucha –la de las mujeres– no hubiera servido para avanzar, como si todo lo que se ha legislado no sirviese de mucho...como si su situación estuviese como hace 30 o 40 años... (S.D.) Ginecológicamente la influencia del trabajo, de la familia, ha hecho perder una seria de valo- res que ellas consideraban muy importantes. En otras palabras, hay que economizarse olvidando toda una cultura de valores como son la familia, la convivencia, la solidaridad, unos valores en los que yo he creído siempre. En otras palabras: si la política está desprestigiada porque no respetan al ciudadano, si los empresarios sólo buscan maximizar los beneficios y no miran jamás los costes sociales y ambientales de ese beneficio, si yo visito como médico, pero poco me importa el paciente como persona... Si ésta es la fotografía de la sociedad actual, yo creo que no vamos bien. Pero, en cambio, si yo a una directiva de una multinacional le pregunto si le hubiera gustado tener más hijos y me contesta que sí pero que dadas las circunstancias...; a otro, hombre, con un cargo similar y le pregunto lo mismo seguramente se encogerá de hombros o me dirá que ha tenido los que ha querido..., lo que hay detrás de esa afirmación es una mujer que se sacrifica por él. Por tanto queda mucho por andar, o por cambiar. (E.T.G.) Hablemos de los gustos colaterales a su profesión. Aparte de una veintena de libros de divulgación sobre la mujer y sus circunstancias vitales, el primero, de 1973, junto con su hermano Josep M y el Dr. Carrera, “El nacimiento de un niño”; y en 1977, ya sin censura, “Anticonceptivos y control de natalidad”. Dos años más tarde, en 1979, junto con Teresa Pàmies, escribe otro libro “La mujer a partir de los cuarenta años”, por la coautora y el tema, un libro rompedor sobre la menopausia. Compartió con Farré la redacción de “La mujer, su cuerpo, su mente”(1986); y hace unos años, en 2008 “La mujer, un cuerpo, una vida.”. Aparte de la divulgación a través de los libros ¿qué quiere conseguir? (S.D.) ... lo que hacen Vds., periodismo y, sobretodo, la docencia. Mi padre, ya lo he explicado en otra respuesta, era ya un gran docente. Por otra parte en el juramento hipocrático, recuérdese, se habla del deber del médico de sanar y transmitir su saber. Yo sigo con los simposios, uno internacional, son 30 años con una asistencia media de 100 médicos. En sus inicios la cátedra de Investigación en la Uni- versidad Autónoma de Barcelona, fue un hito extraordinario. Tuve la suerte de estar bien acompañado por rectores de la categoría de Carles Solà. (E.T.G.) Docencia incluida en su modelo hospitalario que es privado, pero a la vez coincidente con el público al haber jerarquización, MIR, postgrados... (S.D.) Modelo que he replicado en la clínica Tres Torres. (E.T.G.) Dicho esto, como ve Vd., actualmente, la situación de la Universidad en el ámbito médico y el modelo MIR.
  • 18. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 85 (S.D.) Creo que el sistema MIR ha estado muy bien planteado. Yo fui Presidente de de la Comisión MIR de la especialidad Ginecológica, también, durante los gobiernos socialistas formaba parte del equipo de consultores del Ministerio de Sanidad. En aquella época tuve interés en que los llamados MESTOS (Médicos Especialistas Sin Título Oficial), a partir de un riguroso reglamento, recibieran los avales pertinentes para que se les reconociese sus trabajos de especialistas en hospitales y clínicas pri- vadas y públicas. Cuando me marche de esta comisión, hace 15 años ya dije que nuestra especialidad requería renovarse. Que yo sepa, hasta hoy, no se ha hecho nada. Hay que trabajar para tener muy claro cuales son las disciplinas troncales de nuestras especialidades. No es lo mismo dedicarse a la fecundación in vitro que a la cirugía ginecológica o la obstetricia; si bien todo cabe bajo el mismo para- guas, no es lo mismo y por tanto en el aprendizaje de la especialización no deberían solaparse. (E.T.) Su vinculación con Adolfo Suárez, el Primer Presidente de la democracia tras la muerte del dictador. (S.D.) El me vino a ver a mi... era tan seductor que si me hubiera dicho que mi altura era de 1,80 me lo hubiera creído. Fue un personaje central en la Transición con un magnífico colaborador, al que tam- bién conocí en las fiestas que cada verano organizaba, el exsenador Pere Portabella. De hecho, Suárez, pretendía que yo me presentase para la alcaldía de Barcelona por Unión de Centro Democrático. Le dije que no podía, pero, sin consultarlo a nadie, le dije sí, a presentarme como Senador en las primeras elecciones democráticas de 1977. Obtuve 12.000 votos. Josep Mª. Farré Martí Enric Tomás Guix
  • 19. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 201286 SANTIAGO DEXEUS (Currículum Vitae Resumido) El Dr. Santiago Dexeus se licenció por la Facultad de Medicina en Barcelona y obtuvo el premio extraordinario de Doctorado por la Facultad de Madrid en 1964. Realizó su especialización en Barcelona y la completó en el extranjero (Manchester, Suiza, París, Florencia). En la actualidad el Dr. Santiago Dexeus ocupa los siguientes cargos y nombramientos científicos: • Director del Centro Ginecológico Santiago Dexeus (2011). • Director de la Cátedra de Investigación en Obstetricia y Ginecología de la Universidad Autónoma de Barcelona (nombrado el 9 de Junio de 1998). • Director del Departamento de Obstetricia y Ginecología del “Institut Universitari Dexeus” de 1973-2004. • Doctor Honoris Causa por la Universidad de Coimbra (Portugal). 25 de Febrero de 1996. • Miembro de Honor del “American College of Surgeons”. 10 de Octubre de 1996. • Miembro de Honor del “American College of Obstetricians and Gynecologists” (1999). • En Julio de 1999, se le otorga la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad. • Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Enero 2004. • En Noviembre 2005, concesión de la “Founders’ Medal of the British Society of Colposcopy and Cervical Pathology”. Se entrega en Londres, 30 de Marzo 2006. • Concesión de la Medalla Francesc Macià. Barcelona, Octubre 2006. • Presidente de la “European Federation of Colposcopy”. Belgrado, Septiembre 2007-2010. • Director científico de la exposición “Mujer, un cuerpo, una vida” Barcelona 2007 Valencia 2008. • Premio “Creu de Sant Jordi”; la más alta distinción Civil en Cataluña. Barcelona, 21 de abril 2009. • Concesión del Diploma de Miembro de Mérito del Instituto Barraquer como reconocimiento de la actividad pro- fesional desarrollada. Barcelona, 16 de marzo 2010. • Past President of the European Federation for Colposcopy. Berlin, Mayo 2010. • 5th EFC Congress. Presidente Honorario, S. Dexeus. Berlín, 27-29 Mayo de 2010. • Medalla Mérito Académico del Bicentenario, otorgado por “The World Forum of Gynaecological Oncology”. Toluca, Mexico, sept. 2010. • Placa de Reconocimiento otorgada por el Gobierno del Estado de Mexico. Toluca, Mexico, sept. 2010. • Reconocimiento y galardón a la excelencia médica y mérito académico, otorgado por la Asociación Nacional de Médicos Mexicanos. Toluca, Mexico, sept. 2010. Es miembro de honor de diversas sociedades científicas nacionales y extranjeras. Profesor invitado a numerosos cursos (154), symposiums (80), congresos (309) y a reuniones científicas (111). Es autor sobre 14 libros en ginecología y coautor de otros 8. Ha escrito 116 escritos científicos. Desde el punto de vista humanista fue miembro de la Comisión Internacional de la cultura Catalana y fue nom- brado Ciudadano de Honor de la Villa de Toulouse. Contribuye con regularidad con artículos de divulgación, especialmente, en el País y en la Vanguardia.
  • 20. C. Med. Psicosom, Nº 101 - 2012 87 LIBROS DE DIVULGACIÓN  DEXEUS JM, DEXEUS S, CARRERA JM, FERNÁNDEZ-CID A: El nacimiento de un niño. Ed. Salvat, Barcelona. Biblioteca Grandes Temas-Libros, 1973.  DEXEUS JM, DEXEUS S, CARRERA JM, FERNÁNDEZ-CID A: La naissance d’un enfant. Ed. Laffont- Grammont, Laussane (Suiza), 1975.  DEXEUS S: Anticonceptivos y control de natalidad. Ed. La Gaya Ciencia, Barcelona, 1977.  DEXEUS S: ¿Qué es la menopausia?. Ed. La Gaya-Ciencia, Barcelona, 1978.  DEXEUS S, PÀMIES T: La mujer a partir de los cuarenta años. Ed. La Gaya-Ciencia, Barcelona, 1979.  DEXEUS S, PÀMIES T: A mulher depois dos 40 anos. Ed. Europa América, 1980.  DEXEUS S: Métodos Anticonceptivos e Planeamento familiar. Ed. Europa América, 1980.  DEXEUS S, FORROLL E, PÉREZ J: Higiene y salud en la edad escolar. Ed. La Gaya Ciencia, Barcelona, 1983.  DEXEUS S: Fecundación in vitro. Ed. Orbis, Barcelona. Biblioteca de Divulgación Científica. Muy interesante, 1986.  DEXEUS S, FORROLL E, TUR R, BUXADERAS R: La contracepción, hoy. Ed. La Gaya Ciencia, Barcelona, 1986.  DEXEUS S, RIVIERE M: La aventura de envejecer: del mito de la menopausia al deterioro físico. Ed. Plaza & Janés, Barcelona, 1987.  DEXEUS S, CARRERA JM, ALEGRE M, SALVADOR C, SOLÉ T: El riesgo de nacer. Ed. Labor, Barcelona, 1989.  DEXEUS S, CARRERA JM, ALEGRE M, SALVADOR C, SOLÉ T: Il rischio di nascere. Ed. Internazionali, Roma, 1990.  DEXEUS S: Nacer, la gran aventura. Ed. Salvat, Barcelona, 1990.  DEXEUS S, FARRÉ JM: La mujer. Su cuerpo y su mente. Ed. Temas de hoy, Barcelona, 1994.  DEXEUS S: Profesiones con futuro: Médico. Ed. Grijalbo, Madrid, 1994.  DEXEUS S, FARRÉ JM: Diez reglas para vivir sin miedo el embarazo y el parto. En: El libro de los decálogos. Reglas de oro para vivir mejor. Ed. Temas de hoy, Madrid, 1994.  DEXEUS S: Fecundación y concepción, La esterilidad, El control de la natalidad. En: Guía de la sexualidad dirigida por F. Labrador. Ed. Espasa-Calpe, Madrid, 1995.  DEXEUS S. Director Científico del libro Mujer, un cuerpo, una vida. (c) 2008, Fundació Santiago Dexeus Font. Depósito Legal: B.11864-2008.